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==Harlem Renaissance==
==Harlem Renaissance==


[[Fichier:WEB DuBois 1918 1.jpg|thumb|150px|W. E. B. Du Bois.]]


El florecimiento artístico no es sólo obra de los hombres blancos, sino que está explotando en todas partes, especialmente en la comunidad afroestadounidense, donde hombres y mujeres contribuyen al [https://es.wikipedia.org/wiki/Renacimiento_de_Harlem Renacimiento_de_Harlem de Harlmen]<ref>Buck, Christopher (2013). [http://bahai-library.com/buck_america-mosaic_harlem_renaissance Harlem Renaissance in: The American Mosaic: The African American Experience]. ABC-CLIO. Santa Barbara, California.</ref><ref>Huggins, Nathan. Harlem Renaissance. New York: Oxford University Press, 1973. ISBN 0-19-501665-3</ref>.
El florecimiento artístico no es sólo obra de los hombres blancos, sino que está explotando en todas partes, especialmente en la comunidad afroestadounidense, donde hombres y mujeres contribuyen al [https://es.wikipedia.org/wiki/Renacimiento_de_Harlem Renacimiento_de_Harlem de Harlmen]<ref>Buck, Christopher (2013). [http://bahai-library.com/buck_america-mosaic_harlem_renaissance Harlem Renaissance in: The American Mosaic: The African American Experience]. ABC-CLIO. Santa Barbara, California.</ref><ref>Huggins, Nathan. Harlem Renaissance. New York: Oxford University Press, 1973. ISBN 0-19-501665-3</ref>.
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Con la cultura del Renacimiento de Harlem, es una reivindicación muy fuerte de los afroestadounidenses de tener su lugar en la sociedad estadounidense; tanto Harlem como Chicago se convertirán en centros culturales negros con el desarrollo del jazz y el blues, pero también de la literatura que se lanza a la búsqueda de raíces y de la diáspora africana.
Con la cultura del Renacimiento de Harlem, es una reivindicación muy fuerte de los afroestadounidenses de tener su lugar en la sociedad estadounidense; tanto Harlem como Chicago se convertirán en centros culturales negros con el desarrollo del jazz y el blues, pero también de la literatura que se lanza a la búsqueda de raíces y de la diáspora africana.


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Fichier:WEB DuBois 1918 1.jpg|W. E. B. Du Bois.
Fichier:Naacplogo.png|National Association for the Advancement of Colored People (NAACP)
Fichier:Marcus Garvey 1924 08 05.jpg|Marcus Garvey in 1924
Fichier:Flag of the UNIA.svg|The red, black and green flag created by the UNIA in 1920.
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Fue en ese momento que [https://es.wikipedia.org/wiki/W._E._B._Du_Bois W.E.B Du Bois] se convirtió en la voz intelectual de los afroamericanos y la NAACP ([https://es.wikipedia.org/wiki/National_Association_for_the_Advancement_of_Colored_People National Association for the Advancement of Colored People]) se estableció en Harlem.
Fue en ese momento que [https://es.wikipedia.org/wiki/W._E._B._Du_Bois W.E.B Du Bois] se convirtió en la voz intelectual de los afroamericanos y la NAACP ([https://es.wikipedia.org/wiki/National_Association_for_the_Advancement_of_Colored_People National Association for the Advancement of Colored People]) se estableció en Harlem.
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Todo esto no significa que el Norte no sea racista o segregacionista, la política exterior de los Estados Unidos es extremadamente racista, en particular hacia América Central y el Caribe; es también en las ciudades del Norte donde la segregación ciertamente no se refleja en las leyes, sino en la práctica.
Todo esto no significa que el Norte no sea racista o segregacionista, la política exterior de los Estados Unidos es extremadamente racista, en particular hacia América Central y el Caribe; es también en las ciudades del Norte donde la segregación ciertamente no se refleja en las leyes, sino en la práctica.


[[Image:Marcus Garvey 1924 08 05.jpg|thumb|200px|Marcus Garvey en 1924.]]
   
   
La llegada masiva de migrantes negros del Sur está causando grandes disturbios. En respuesta, muchos negros se unen a los movimientos nacionalistas negros, especialmente porque este período es la era del nacionalismo en Europa, pero también en Estados Unidos.
La llegada masiva de migrantes negros del Sur está causando grandes disturbios. En respuesta, muchos negros se unen a los movimientos nacionalistas negros, especialmente porque este período es la era del nacionalismo en Europa, pero también en Estados Unidos.


[[Image:Flag of the UNIA.svg|thumb|left|176px|La bandera roja, negra y verde creada por la UNIA en 1920.]]
   
   
Para estos negros, y en particular para el movimiento UNIA ([https://es.wikipedia.org/wiki/Asociaci%C3%B3n_Universal_de_Desarrollo_Negro_y_la_Liga_de_Comunidades_Africanas Universal Negro Improvement Association]) fundado por un inmigrante jamaicano llamado [https://es.wikipedia.org/wiki/Marcus_Garvey Marcus Garvey], este movimiento reproduce los principales símbolos de los nacionalistas que sostienen que para salir de él, los negros de las Américas deben unirse para crear su propia nación, tener sus propias instituciones y sus propios negocios; es el capitalismo negro el que les permite defender su raza.
Para estos negros, y en particular para el movimiento UNIA ([https://es.wikipedia.org/wiki/Asociaci%C3%B3n_Universal_de_Desarrollo_Negro_y_la_Liga_de_Comunidades_Africanas Universal Negro Improvement Association]) fundado por un inmigrante jamaicano llamado [https://es.wikipedia.org/wiki/Marcus_Garvey Marcus Garvey], este movimiento reproduce los principales símbolos de los nacionalistas que sostienen que para salir de él, los negros de las Américas deben unirse para crear su propia nación, tener sus propias instituciones y sus propios negocios; es el capitalismo negro el que les permite defender su raza.

Version du 26 janvier 2023 à 14:46


Los años veinte, también conocidos como los "locos años veinte", fueron una década de grandes cambios sociales, culturales y económicos en Estados Unidos. Tras el final de la Primera Guerra Mundial, el país vivió un periodo de prosperidad y optimismo, así como cambios significativos en las normas y valores sociales. El auge de la cultura "flapper", en la que las jóvenes adoptaban nuevos estilos de vestir y comportarse, fue una de las tendencias sociales más notables de la década. La economía experimentó un auge y se generalizó el uso de nuevas tecnologías, como los automóviles y la radio. Sin embargo, la prosperidad de la década de 1920 no fue compartida por todos los estadounidenses, ya que muchas personas, en particular afroamericanos e inmigrantes, continuaron enfrentándose a la discriminación y la desigualdad. Además, el crack bursátil de 1929 marcó el final de la prosperidad de la década y dio paso a la Gran Depresión.

A finales del siglo XIX, Estados Unidos pasó de anexionarse territorios para colonizarlos a ocupar regiones para controlarlas política y económicamente. La Guerra Hispano-Norteamericana de 1898 marcó un importante punto de inflexión en el imperialismo norteamericano en las Américas. Estados Unidos salió victorioso y se hizo con el control de Puerto Rico, Guam y Filipinas y ganó influencia sobre Cuba. La posterior construcción del Canal de Panamá consolidó el control estadounidense sobre la región y facilitó el acceso a América Central y del Sur. Estados Unidos empezó entonces a considerar el Caribe y Centroamérica como su propia esfera de influencia. Comenzó a ejercer un control político y económico sobre estas regiones a través de diversos medios como la intervención militar, la ayuda económica y la presión diplomática.

La Primera Guerra Mundial, también conocida como la Primera Guerra Mundial, provocó una destrucción y ruina significativas en Europa, e impactó profundamente en el equilibrio de poder global. La guerra marcó el fin del dominio europeo y el ascenso de Estados Unidos como gran potencia mundial. Estados Unidos entró en la guerra en 1917 y su participación fue decisiva para cambiar las tornas en contra de las Potencias Centrales. La guerra también puso fin a la hegemonía del Imperio Británico y Estados Unidos se convirtió en la primera potencia económica y militar del mundo. Con el fin de la guerra, Estados Unidos asumió un papel más importante en los asuntos internacionales, y su poderío económico y militar le permitió ejercer una influencia significativa en los asuntos mundiales. La idea de la carga del hombre blanco, término utilizado para describir la creencia de que era deber de las potencias europeas y de Estados Unidos "civilizar" al resto del mundo, también prevaleció en la política exterior estadounidense durante el periodo.

Existen similitudes entre el desarrollo cultural y artístico de Estados Unidos en la década de 1920 y el de México simultáneamente. Ambos países atravesaban un periodo de importantes cambios sociales y culturales, y se intentaba crear una cultura nacional distinta y libre de influencias europeas. En Estados Unidos, los "locos años veinte" vieron el auge de la música jazz, el Renacimiento de Harlem y la aparición de una nueva generación de escritores, artistas e intelectuales que buscaban crear una cultura americana distinta. Del mismo modo, en México, las décadas de 1920 y 1930 fueron una época de florecimiento cultural y artístico conocida como el Renacimiento Mexicano. Los artistas e intelectuales mexicanos intentaron crear una cultura nacional que reflejara la herencia indígena y mestiza de México. También rechazaban la influencia europea en el arte y la cultura de México. Este movimiento fue liderado por figuras como Diego Rivera, Frida Kahlo y David Alfaro Siqueiros, que trataron de promover una nueva identidad nacional a través de su arte y su literatura.

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La segunda revolución industrial

La primera revolución industrial, que tuvo lugar a finales del siglo XVIII y principios del XIX, se caracterizó por el desarrollo de nuevas tecnologías y procesos de fabricación en las industrias textil, metalúrgica y del transporte. Estas innovaciones condujeron a un aumento de la productividad y a un cambio del trabajo manual a la fabricación basada en máquinas, lo que a su vez provocó un aumento significativo del crecimiento económico y la prosperidad. Esta revolución industrial también contribuyó a hacer de Estados Unidos una de las naciones más ricas y desarrolladas del mundo.

La Segunda Revolución Industrial, que comenzó a finales del siglo XIX, se basó en los avances de la primera revolución industrial y aportó nuevas innovaciones en los ámbitos de la producción de acero, la electricidad y los productos químicos. En este periodo se aceleró el ritmo del cambio tecnológico y aparecieron nuevas tecnologías como el telégrafo, el teléfono y el motor de combustión interna. También propició el surgimiento de nuevas industrias, como la del automóvil y la petroquímica, que contribuyeron aún más al crecimiento económico y la modernización de Estados Unidos y otros países desarrollados. La Segunda Revolución Industrial también afectó profundamente a la sociedad, provocando el crecimiento de las ciudades, el surgimiento de nuevas formas de transporte y la creación de nuevas formas de trabajo y ocio.

La Primera Guerra Mundial, que terminó en 1918, afectó significativamente a la economía mundial y al equilibrio de poder entre las naciones. La guerra causó una importante destrucción y pérdida de vidas en Europa y dejó a muchas de las potencias europeas en la ruina económica y física. Estados Unidos, en cambio, entró en la guerra más tarde y no sufrió el mismo nivel de destrucción y pérdida de vidas. Como resultado, el país emergió de la guerra en una posición económica mucho más fuerte que las potencias europeas.

La Segunda Revolución Industrial ya estaba en marcha antes de la guerra. Aun así, la guerra aceleró las innovaciones tecnológicas, y Estados Unidos estaba en una posición única para aprovechar estas nuevas tecnologías e industrias. La economía del país experimentó un auge en la década de 1920 con la expansión de las industrias manufacturera y del transporte, y la aparición de nuevas industrias como la automovilística y la química. La economía del país no se vio tan afectada por la guerra como la de Europa, y Estados Unidos pudo aprovechar esta situación para convertirse en la primera potencia económica mundial.

Estados Unidos tenía además la ventaja de contar con un gran mercado interior, abundantes recursos naturales y una infraestructura bien desarrollada, lo que le permitió convertirse en el primer productor mundial de bienes y servicios. Este dominio económico, unido al poder político y militar que Estados Unidos había adquirido gracias a su papel en la guerra, posicionó al país como uno de los principales actores en los asuntos mundiales y lo estableció como superpotencia en el siglo XX.

Producción masiva de bienes de consumo

Ford T en 1913. Un columpio permite presentar un conjunto desde un nivel superior a la estación de trabajo donde será montado en el vehículo.

La Segunda Revolución Industrial, que comenzó a finales del siglo XIX, trajo consigo nuevas innovaciones en los ámbitos de la producción de acero, la electricidad y los productos químicos. Uno de los avances más notables de este periodo fue la llegada de las técnicas de producción en masa, que permitieron fabricar bienes de consumo a gran escala. Esto condujo a un aumento significativo de la productividad y a una disminución del coste de los bienes, haciéndolos más asequibles para el consumidor medio.

Uno de los pioneros de las técnicas de producción en masa fue Henry Ford, que introdujo la cadena de montaje en la industria del automóvil. El Modelo T de Ford fue el primer coche producido a gran escala utilizando la cadena de montaje, lo que redujo enormemente el coste de producción e hizo que los coches fueran más asequibles para el consumidor medio. Esta innovación revolucionó la industria del automóvil y tuvo un impacto significativo en la sociedad estadounidense, ya que el coche se convirtió en una parte esencial de la vida cotidiana.

Las técnicas de producción en masa también se aplicaron a otros bienes de consumo, como los electrodomésticos, los cigarrillos y la ropa. Esto condujo a un aumento significativo de la disponibilidad de bienes de consumo, lo que a su vez contribuyó al crecimiento de la cultura consumista y al auge de una economía basada en el consumo. La cadena de montaje y las técnicas de producción en masa se convirtieron en un estándar en la industria manufacturera y todavía se utilizan ampliamente en la actualidad.

El principal objetivo de la Segunda Revolución Industrial era aumentar la productividad, la eficiencia y reducir los costes de producción. Las nuevas tecnologías e innovaciones que surgieron durante este periodo, como la cadena de montaje, las piezas intercambiables y el uso de la electricidad, estaban todas diseñadas para lograr este objetivo.

La cadena de montaje, por ejemplo, permitía una división eficaz del trabajo, en la que se asignaban tareas específicas a los trabajadores, lo que aumentaba la velocidad y el volumen de producción. Las piezas intercambiables permitieron la producción masiva de bienes, y el uso de la electricidad permitió la mecanización de muchos procesos de fabricación, aumentando aún más la productividad y la eficiencia.

El objetivo de producir más, más rápido y más barato también se reflejó en las estrategias de marketing y venta de las empresas. La producción en masa permitía economías de escala, lo que abarataba los productos, clave del éxito de muchas empresas. Esto, a su vez, condujo a un aumento del nivel de vida de muchos estadounidenses, ya que la disponibilidad de bienes de consumo baratos los hizo más asequibles para el ciudadano medio.

El énfasis en la producción en masa y la eficiencia también tuvo un impacto en el mercado laboral, ya que condujo al aumento del número de puestos de trabajo en el sector manufacturero y al ascenso de la clase obrera, pero también condujo a la explotación de la mano de obra, y al surgimiento de los sindicatos obreros.

Para producir más, más rápido y más barato, Henry Ford creó grandes fábricas altamente eficientes que empleaban las últimas tecnologías e innovaciones. Una de las innovaciones clave que introdujo Ford fue la cadena de montaje, que revolucionó la industria del automóvil.

En la cadena de montaje, cada trabajador tenía asignada una tarea específica y era responsable de realizarla repetidamente a medida que el coche avanzaba por la cadena. Esta división del trabajo aumentó enormemente la velocidad y el volumen de producción, ya que cada trabajador se convirtió en un experto en su tarea específica. Esto suponía un cambio significativo con respecto al método de fabricación tradicional, en el que cada trabajador realizaba todo el proceso de construcción de un coche, lo que resultaba lento e ineficaz.

Ford también estandarizó los componentes y accesorios del Modelo T, lo que permitió la producción en masa del coche. Esto hizo posible producir coches a un coste mucho menor, haciéndolos más asequibles para el consumidor medio. El uso de piezas intercambiables facilitó la reparación y el mantenimiento de los coches.

La cadena de montaje y las técnicas de producción en masa condujeron a la creación de grandes fábricas altamente eficientes que empleaban a un gran número de trabajadores. Esto condujo al ascenso de la clase obrera, pero también a la explotación del trabajo y al surgimiento de los sindicatos obreros. La cadena de montaje también condujo a la creación de un nuevo tipo de trabajador, el trabajador semicualificado, que sólo era responsable de una tarea en la larga cadena de producción. Este método de producción también condujo a la creación de los primeros robots industriales, diseñados para realizar tareas repetitivas y aumentar la eficacia del proceso de producción.

La cadena de montaje, que Henry Ford introdujo por primera vez en la industria del automóvil, pronto se convirtió también en la norma para muchas otras industrias. El éxito de la cadena de montaje en la industria del automóvil demostró que las técnicas de producción en serie también podían aplicarse a otros bienes de consumo. Esto llevó a la adopción generalizada de la cadena de montaje en muchas otras industrias, como los electrodomésticos, la electrónica y la confección.

La adopción generalizada de la cadena de montaje también condujo a un aumento significativo de la disponibilidad de bienes de consumo, lo que a su vez contribuyó al crecimiento de la cultura del consumo y al auge de una economía basada en el consumo. Las empresas empezaron a centrarse en el marketing y la publicidad para promocionar sus productos y crear una demanda de los mismos. Intentaron presentar los nuevos productos como indispensables para todos los estadounidenses y hacerles creer que el modelo que ya tenían era obsoleto y necesitaba ser sustituido.

Esta estrategia de marketing y publicidad, combinada con la disponibilidad de bienes de consumo baratos, provocó un aumento significativo del gasto de los consumidores, lo que contribuyó al crecimiento de la economía. El énfasis en la producción en masa y la eficiencia también condujo a la creación de puestos de trabajo en el sector manufacturero y a la explotación de la mano de obra y el auge de los sindicatos obreros.

El auge de la cultura del consumo y el énfasis en la producción en masa también influyeron significativamente en la sociedad y los valores estadounidenses, ya que la gente empezó a dar más importancia a las posesiones materiales y a la adquisición de bienes. Esto condujo al auge del consumismo, que sigue siendo un aspecto significativo de la cultura estadounidense actual.

El auge de la economía estadounidense

La Segunda Revolución Industrial provocó un auge espectacular de la economía estadounidense en la década de 1920. Las nuevas tecnologías e innovaciones surgidas durante este periodo, como la cadena de montaje y las técnicas de producción en masa, incrementaron enormemente la productividad y la eficiencia, lo que provocó un aumento significativo del crecimiento económico.

Durante este periodo, Estados Unidos experimentó un aumento significativo de la producción industrial y un incremento del producto nacional bruto (PNB) del 40%. Este crecimiento económico también condujo a un aumento de la renta per cápita, ya que la renta media anual por persona aumentó un 30% y alcanzó los 680 dólares por persona en 1929. La población de Estados Unidos también creció significativamente durante este periodo, pasando de 100 millones de personas en 1923 a 120 millones sólo diez años después.

Este auge económico también incrementó el gasto de los consumidores, lo que contribuyó al crecimiento de la economía. La disponibilidad de bienes de consumo baratos, combinada con el auge de la cultura de consumo, provocó un aumento significativo de la demanda de bienes y servicios, lo que a su vez dio lugar a la creación de puestos de trabajo en los sectores manufacturero y de servicios.

El auge no fue sostenible, y el crack bursátil de 1929 marcó el final de la prosperidad de la década y dio paso a la Gran Depresión. Las condiciones económicas se deterioraron rápidamente y el país entró en un periodo de penuria económica que duró hasta finales de los años treinta.

El auge económico de los años veinte condujo a un aumento de los salarios de los trabajadores industriales de Estados Unidos, convirtiéndolos en algunos de los mejor pagados del mundo. El aumento de la productividad y la eficiencia que trajo consigo la Segunda Revolución Industrial provocó un aumento de la demanda de mano de obra, lo que a su vez se tradujo en un aumento de los salarios de los trabajadores industriales.

Este aumento salarial también significó que los trabajadores industriales podían permitirse comprar algunos de los bienes de consumo que fabricaban. Esto condujo a un aumento del gasto de los consumidores y al crecimiento de una economía basada en el consumo. La disponibilidad de bienes de consumo baratos, combinada con el auge de la cultura de consumo, provocó un aumento significativo de la demanda de bienes y servicios, lo que a su vez dio lugar a la creación de puestos de trabajo en los sectores manufacturero y de servicios.

Sin embargo, los beneficios de este auge económico no se distribuyeron por igual entre todos los estadounidenses. Muchas personas, en particular los afroamericanos y los inmigrantes, siguieron enfrentándose a la discriminación y la desigualdad y no tuvieron el mismo acceso a estos salarios más altos y a la capacidad de adquirir bienes de consumo.

La prosperidad de los años veinte no era sostenible, y el crack bursátil de 1929 marcó el final de la prosperidad de la década y dio paso a la Gran Depresión. Las condiciones económicas se deterioraron rápidamente y muchos estadounidenses se encontraron sin trabajo y sin poder permitirse los bienes de consumo que antes sí podían.

Chart 1: USA GDP annual pattern and long-term trend, 1920-40, in billions of constant dollars[8]

El precio de esta revolución

La Segunda Revolución Industrial, que trajo consigo un importante crecimiento económico y prosperidad en Estados Unidos durante la década de 1920, tuvo un impacto significativo en las zonas rurales del país. El énfasis en la producción en masa y la eficiencia llevó al crecimiento de los sectores manufacturero y de servicios en las zonas urbanas. Muchas personas, sobre todo agricultores, abandonaron el campo para buscar trabajo en las ciudades.

El crecimiento de los sectores manufacturero y de servicios en las zonas urbanas se tradujo en salarios más altos y un mayor nivel de vida para muchos estadounidenses, pero esta prosperidad no se distribuyó de manera uniforme. La renta media anual de los trabajadores industriales de las zonas urbanas era de 680 dólares al año, mientras que la renta media anual de los agricultores y trabajadores rurales era de sólo 273 dólares al año.

Esta disparidad de ingresos provocó una importante migración de personas en busca de trabajo de las zonas rurales a las urbanas. Millones de pequeños agricultores abandonaron el campo en busca de mejores oportunidades en las ciudades. Esta migración provocó el crecimiento de las zonas urbanas y el declive de las rurales, lo que tuvo un impacto significativo en la sociedad y la cultura.

El énfasis en la producción en masa y la eficiencia también tuvo un impacto negativo en el medio ambiente y los recursos naturales, ya que el uso excesivo de los recursos y la contaminación del medio ambiente no se tuvieron en cuenta en el proceso de producción. Esto tuvo un impacto a largo plazo en el medio ambiente, que todavía se está abordando hoy en día.

Aunque la Segunda Revolución Industrial trajo consigo un importante crecimiento económico y prosperidad en Estados Unidos durante la década de 1920, también tuvo consecuencias negativas. Una de las más importantes fue el aumento del desempleo. A pesar del crecimiento de los sectores manufacturero y de servicios en las zonas urbanas, el énfasis en la producción en masa y la eficiencia provocó el desplazamiento de muchos trabajadores.

Durante la década de 1920 se produjeron varias recesiones económicas, incluida una recesión en 1921. Esta recesión aumentó el desempleo, y se calcula que 5 millones de trabajadores quedaron fuera de la población activa. Esta recesión económica debería haber sido una señal de alarma para el país, pero no se tomó en serio y la economía siguió creciendo.

La Gran Depresión, que comenzó en 1929, fue una recesión económica mucho más grave que duró hasta finales de la década de 1930. La depresión fue causada por una combinación de factores, entre ellos el desplome del mercado de valores de 1929, la disminución del gasto de los consumidores y el colapso del sistema bancario. La depresión provocó un aumento significativo del desempleo, con unos 15 millones de desempleados. La tasa de desempleo alcanzó el 25% en 1933. La Gran Depresión sólo terminó con la Segunda Guerra Mundial, que provocó un aumento significativo del gasto público, sobre todo en defensa, lo que contribuyó a estimular la economía y crear empleo.

La Segunda Revolución Industrial, centrada en la producción en masa y la eficiencia, condujo al crecimiento de grandes fábricas altamente eficientes y al surgimiento de grandes empresas propiedad de sus accionistas. Estas grandes empresas, también conocidas como oligopolios, tenían una ventaja significativa sobre las pequeñas empresas en términos de economías de escala y acceso a los recursos. Podían producir bienes mucho más baratos que las pequeñas empresas, lo que dificultaba la competencia de éstas.

Estos oligopolios también se beneficiaron de las ayudas públicas, que contribuyeron a suprimir el movimiento obrero y a proteger sus empresas de la competencia. También se impusieron elevados aranceles y barreras aduaneras a las importaciones procedentes de Europa y otros países, lo que protegió aún más a estas grandes empresas de la competencia extranjera.

Esto condujo a una concentración del poder económico en manos de unas pocas grandes empresas y al declive de las pequeñas empresas y de la competencia en el mercado. Esto también condujo a una disminución del número de puestos de trabajo en las pequeñas empresas y a un aumento del número de puestos de trabajo en las grandes empresas, pero también condujo a la explotación de la mano de obra, y al auge de los sindicatos obreros.

El auge de estos grandes oligopolios también tuvo un impacto significativo en la sociedad estadounidense, ya que ejercieron una gran influencia sobre el proceso político y las políticas gubernamentales. Esta concentración del poder económico en manos de unas pocas grandes empresas también provocó un descenso del nivel de vida de muchos estadounidenses, ya que la disponibilidad de bienes de consumo baratos los hizo más asequibles para el ciudadano medio.

El auge de las grandes empresas propiedad de sus accionistas, u oligopolios, durante la Segunda Revolución Industrial, provocó un declive del poder del movimiento obrero independiente. El movimiento obrero había cobrado mucha fuerza en 1918 y 1919, cuando los trabajadores se organizaron y formaron sindicatos para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo.

Sin embargo, las grandes y poderosas empresas podían neutralizar el movimiento obrero utilizando diversas tácticas, como crear sindicatos controlados por las empresas, ofrecer programas de bienestar proporcionados por las empresas y utilizar las políticas gubernamentales para suprimir el movimiento obrero.

Una de las tácticas utilizadas por estas grandes empresas era el establecimiento de programas de "capitalismo del bienestar", que eran contratos que prometían diversas prestaciones a los trabajadores, como mejores salarios y condiciones de trabajo, e incluso programas de pensiones para los trabajadores que quedaban en la empresa. Estos programas pretendían pacificar a los trabajadores y reducir la necesidad de sindicatos independientes.

Sin embargo, estos programas no siempre fueron eficaces, y muchos trabajadores siguieron organizándose y formando sindicatos independientes, a pesar de los esfuerzos de las grandes empresas por suprimir el movimiento obrero. El movimiento obrero siguió creciendo y evolucionando y configuró de forma significativa la sociedad y la política estadounidenses del siglo XX.

La Segunda Revolución Industrial, centrada en la producción en masa y la eficiencia, provocó el declive del trabajo artesanal y el auge del trabajo en cadenas de montaje. Las nuevas tecnologías e innovaciones que surgieron durante este periodo, como la cadena de montaje y las técnicas de producción en masa, aumentaron enormemente la productividad y la eficiencia, pero también provocaron el desplazamiento de muchos artesanos cualificados.

El proceso de eliminación de las pequeñas empresas y del trabajo artesanal también se observó en el sector minorista, donde las pequeñas tiendas y los comerciantes independientes se convirtieron en cadenas de distribución sustituibles. Durante la Segunda Revolución Industrial, los grandes almacenes sustituyeron a las pequeñas tiendas y a los comerciantes independientes, u oligopolios, lo que condujo a una concentración del poder económico en manos de unas pocas grandes empresas y al declive del pequeño comercio y de la competencia en el mercado. Esto también condujo a una disminución del número de puestos de trabajo en las pequeñas empresas y a un aumento del número de puestos de trabajo en las grandes empresas.

Esta concentración del poder económico en manos de unas pocas grandes empresas también provocó un descenso del nivel de vida de muchos estadounidenses, ya que la disponibilidad de bienes de consumo baratos los hizo más asequibles para el ciudadano medio. El declive de las pequeñas empresas y del trabajo artesanal también afectó significativamente a la sociedad estadounidense, ya que provocó un descenso del número de pequeñas empresas y comerciantes independientes, lo que repercutió notablemente en las comunidades a las que servían.

La nueva cultura urbana

Los años veinte, también conocidos como los "locos años veinte", fueron una década de importantes cambios sociales, culturales y económicos en Estados Unidos. El periodo se caracterizó por el paso de la vida rural y los valores tradicionales a la urbanización y la modernidad. El auge de la "Nueva Mujer" y de las "flapper" simbolizó el cambio de las normas y actitudes sociales de la época. Los estadounidenses se interesaron cada vez más por el consumismo y la búsqueda del placer. En el país proliferaron las nuevas tecnologías y formas de entretenimiento, como los automóviles, la radio y la música jazz. Esta nueva cultura urbana predominaba sobre todo en grandes ciudades como Nueva York, Chicago y Los Ángeles.

La producción en masa de bienes durante la década de 1920 condujo a una estandarización de los productos, creando una sensación de uniformidad entre los consumidores. Además, el auge económico de la década estuvo impulsado en gran medida por el gasto de los consumidores, y es posible que el número de consumidores no pudiera seguir el ritmo del rápido crecimiento de la producción. En última instancia, esto condujo a una sobreproducción de bienes y a una disminución de las ventas, lo que contribuyó a la recesión económica que comenzó en 1929. El crack bursátil de octubre de 1929, que marcó el inicio de la Gran Depresión, agravó aún más los problemas económicos causados por la sobreproducción.

Consumo masivo

La publicidad como agente de desarrollo económico. Publicidad del jabón Palmolive en 1922.

Durante la década de 1920, la élite y la clase media fueron las principales beneficiarias del auge del consumo. Con unos ingresos crecientes y acceso a nuevas formas de crédito, pudieron adquirir una amplia gama de bienes de consumo, como automóviles, electrodomésticos y viviendas en los suburbios. Estos nuevos bienes de consumo mejoraron su nivel de vida y contribuyeron a impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, una vez que estos grupos habían adquirido la mayoría de los bienes duraderos que necesitaban, su demanda de bienes de consumo empezó a disminuir, contribuyendo a la eventual recesión económica.

Además, el consumo masivo también provocó un aumento significativo de la deuda de los consumidores, ya que muchos estadounidenses compraban bienes a crédito, un fenómeno nuevo en aquella época. Esto también contribuyó a la recesión económica y a la caída de la bolsa.

Los beneficios del auge del consumo de los años veinte no se distribuyeron uniformemente. Muchos trabajadores industriales y agricultores no pudieron participar en el consumo masivo de la época. Muchos de estos grupos aún se estaban recuperando de las dificultades económicas de la Primera Guerra Mundial, y no disponían de la renta disponible ni del acceso al crédito para adquirir los nuevos bienes de consumo que empezaban a estar disponibles. Esta división económica entre la élite y la clase media, que podían participar en el auge del consumo, y las clases trabajadoras y rurales, que no, contribuyó a las crecientes desigualdades sociales y económicas de la época.

Además, muchos de los bienes que se producían durante la década de 1920 mediante el sistema de crédito o venta a plazos no eran asequibles para estos grupos, lo que reforzaba aún más la brecha entre los que podían participar en el auge del consumo y los que no.

Aunque el auge del consumo de los años veinte trajo consigo el crecimiento económico y la mejora del nivel de vida de muchos estadounidenses, también reforzó las desigualdades sociales y económicas existentes, ya que muchas clases trabajadoras y rurales no podían participar en el consumo de masas de la época.

La creciente desigualdad de la riqueza en la década de 1920, combinada con la saturación del mercado de consumo, fue un factor importante que contribuyó al Gran Crac de 1929 y a la subsiguiente Gran Depresión. Como ha mencionado, el auge del consumo de los años veinte estuvo impulsado en gran medida por el poder adquisitivo de la élite y la clase media, que podían comprar una amplia gama de bienes de consumo. Sin embargo, a medida que el mercado de bienes de consumo se fue saturando, estos grupos ya no pudieron mantener sus elevados niveles de consumo, lo que a su vez provocó una disminución de la demanda de bienes y un declive de la actividad económica.

La distribución cada vez más desigual de la riqueza también desempeñó un papel en el crack de 1929, ya que los ricos tenían una cantidad desproporcionada de dinero invertido en el mercado de valores. Cuando el mercado se desplomó, ellos fueron los que más perdieron. Además, el hecho de que mucha gente comprara acciones al margen, utilizando préstamos para invertir en bolsa, agravó aún más el desplome bursátil, ya que al desplomarse el mercado, muchos inversores no pudieron devolver sus préstamos, lo que provocó pérdidas financieras más generalizadas.

Los años veinte fueron una década de importantes cambios sociales, culturales y económicos en Estados Unidos, y muchos de los principales hitos de la cultura estadounidense se establecieron durante esta época. El auge del automóvil, la proliferación de viviendas individuales en los suburbios, la expansión de los grandes almacenes y los rascacielos, y el crecimiento de nuevas formas de entretenimiento, como la radio y la música jazz, contribuyeron a dar forma a la nueva cultura urbana de la época.

El automóvil, en particular, tuvo un gran impacto en la cultura y la sociedad estadounidenses durante la década de 1920. La adopción generalizada del automóvil propició el desarrollo de nuevas infraestructuras, como autopistas y gasolineras, y nuevas formas de desarrollo comercial, como hoteles y restaurantes de autoservicio. El automóvil también permitió a los estadounidenses viajar con más facilidad, lo que propició el crecimiento del turismo y las vacaciones. Además, el automóvil contribuyó al cambio de las normas sociales de la época al dar a las mujeres mayor movilidad e independencia.

Los rascacielos de la península de Manhattan en Nueva York en 1932.

La llegada de la producción y la publicidad de masas y de la cultura y el ocio de masas fueron factores clave que contribuyeron al cambio de la cultura urbana de los años veinte. La producción en masa permitió fabricar bienes a gran escala y a menor coste, lo que los hizo más asequibles para el consumidor medio. La publicidad ayudó a crear demanda de estos bienes promocionándolos a un público amplio a través de diversos medios como periódicos, revistas, vallas publicitarias y radio.

El crecimiento de la cultura de masas y del ocio también dio forma a la nueva cultura urbana de los años veinte. El auge de nuevas formas de entretenimiento, como la música jazz, el cine y los deportes, creó nuevas oportunidades de ocio y socialización. El crecimiento de los grandes almacenes y otros establecimientos comerciales también proporcionó nuevos lugares para ir de compras, comer y divertirse. Estos cambios en la cultura urbana condujeron a la aparición de una nueva cultura de consumo, en la que se animaba a la gente a comprar más y a pasar más tiempo disfrutando de actividades de ocio.

La radio surgió como un nuevo y poderoso medio de comunicación de masas y desempeñó un papel importante en la configuración de la nueva cultura urbana de la época. Uno de los factores clave en el desarrollo de la radio durante esta época fue el crecimiento de la radio comercial, financiada en gran medida por la publicidad. Compañías como la NBC (National Broadcasting Company) empezaron a construir redes de emisoras de radio por todo el país. Utilizaban estas redes para ofrecer una amplia gama de programas, como música, noticias y entretenimiento, a un público masivo.

La publicidad se convirtió en una importante fuente de ingresos para estas redes comerciales de radio, ya que las empresas pagaban por promocionar sus productos y servicios en antena. Esto contribuyó a hacer la radio más asequible para el consumidor medio, ya que los ingresos de la publicidad compensaban los costes de la programación.

Además de proporcionar una nueva fuente de entretenimiento e información, la radio también desempeñó un papel en la formación de la nueva cultura de consumo de la década de 1920 mediante la promoción de nuevos productos y estilos de vida. Los anuncios en la radio animaban a la gente a comprar nuevos bienes de consumo, y programas como las telenovelas y los programas de cocina ayudaban a crear demanda para estos productos.[9][10]

La aparición de la radio como nuevo medio de comunicación de masas en la década de 1920 aumentó enormemente la velocidad y el alcance de la información. Desempeñó un papel fundamental en el modo en que la gente recibía y consumía noticias y entretenimiento. La radio también retransmitió deportes, lo que permitió que se hicieran más populares y llegaran a una audiencia nacional. Esto contribuyó a aumentar la popularidad de deportes como el béisbol, el fútbol americano y el boxeo, y los convirtió en una parte importante de la cultura y la sociedad estadounidenses. La posibilidad de escuchar las retransmisiones en directo de los partidos por radio también permitió seguirlos a personas que no podían asistir en persona, e hizo que los deportes fueran más accesibles a un público más amplio.

Sin embargo, a pesar del crecimiento de estos deportes, seguían estando segregados, lo que significaba que los afroamericanos no podían participar en las mismas ligas que los blancos. Esta segregación racial reflejaba los problemas sociales más amplios de racismo y discriminación que existían en Estados Unidos durante esta época.

Además de los deportes, Hollywood se convirtió en un importante centro de producción cinematográfica durante la década de 1920, y el crecimiento de la industria del cine ayudó a dar forma a la nueva cultura urbana de la época. Muchas de las películas producidas en Hollywood durante esta época estaban dirigidas a un público masivo, y ayudaron a crear una nueva forma de cultura de masas accesible a personas de todos los orígenes. Sin embargo, algunas de las películas producidas en Hollywood durante esta época se consideraron controvertidas y contrarias a los valores conservadores de la sociedad estadounidense, lo que provocó una reacción contra la decadencia moral percibida en Hollywood.

Esto condujo a una censura más selectiva de las películas y al crecimiento del número de salas de cine. El auge de Hollywood como gran centro de producción cinematográfica también contribuyó a crear una nueva forma de entretenimiento accesible a personas de todos los orígenes, y desempeñó un papel en la configuración de la nueva cultura de consumo de los años veinte al promocionar nuevos productos y estilos de vida.

Sufragio

En 1920 se ratificó la 19ª Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, que otorgaba a las mujeres el derecho al voto. Fue un logro importante para el movimiento sufragista femenino, que llevaba décadas luchando por el derecho al voto. Sin embargo, como usted ha señalado, la obtención del sufragio por parte de las mujeres no cambió mucho la política del país en general, especialmente para las mujeres negras, ya que seguían estando excluidas del voto debido a los Códigos Negros y a las prácticas discriminatorias de los estados del Sur.

Además, aunque ahora las mujeres tenían derecho al voto, su papel en la sociedad no cambió mucho, ya que los hombres seguían siendo el principal sostén económico de la familia. Se seguía esperando que las mujeres desempeñaran los papeles tradicionales de amas de casa y cuidadoras, y no se las animaba a participar en la vida laboral o política del mismo modo que a los hombres.

Tuvieron que pasar muchos años y otra oleada de movimientos feministas para que las mujeres influyeran en el panorama político y social de Estados Unidos.

Tras la aprobación de la 19ª Enmienda, el movimiento feminista se dividió en cuanto a sus objetivos y prioridades. Algunas feministas se centraron en conseguir objetivos sociales y políticos, como obtener avances del gobierno federal en áreas como la igualdad salarial, el acceso a la educación y al empleo, y los derechos reproductivos. Estas feministas trabajaron para cambiar leyes y políticas que promovieran la igualdad de género y los derechos de la mujer.

Por otro lado, otras feministas se centraron en desafiar las expectativas y normas sociales tradicionales, en particular las relacionadas con los roles de género y la liberación sexual. Pretendían liberarse de la tradicional "camisa de fuerza victoriana" que imponía a las mujeres expectativas sociales restrictivas y, en su lugar, aspiraban a una mayor libertad personal y autoexpresión. Esto incluía abogar por la liberación sexual y el derecho a tomar sus propias decisiones sobre su cuerpo y su sexualidad.

Esta división dentro del movimiento feminista continuaría durante las décadas de 1920 y 1930, con distintos grupos de feministas que perseguían objetivos y estrategias diferentes. No fue hasta las décadas de 1960 y 1970, con la segunda ola del feminismo, cuando las distintas facciones del movimiento volvieron a unirse y se centraron en un programa más amplio en favor de los derechos y la igualdad de la mujer.

El cambio hacia la emancipación de la mujer durante la década de 1920 se vio facilitado por una serie de factores, entre ellos el descenso de las tasas de natalidad y la aparición de nuevas tecnologías domésticas.

El descenso de la natalidad durante este periodo significó que las mujeres tenían menos hijos que cuidar, lo que les daba más tiempo y energía para perseguir otros intereses y objetivos. Esto fue especialmente cierto en el caso de las mujeres de clase media, que tenían más probabilidades de acceder a métodos anticonceptivos y de poder permitirse limitar el tamaño de sus familias.

Además, la aparición de nuevas tecnologías domésticas, como lavadoras, aspiradoras y frigoríficos, también contribuyó a facilitar la emancipación de la mujer. Estas tecnologías redujeron el tiempo y el esfuerzo que las mujeres necesitaban dedicar a las tareas domésticas, lo que les permitió dedicarse a otras actividades e intereses.

Esta combinación de factores contribuyó a un cambio gradual de las expectativas y normas sociales, y permitió a las mujeres disponer de más tiempo y libertad para perseguir sus metas y aspiraciones. Sin embargo, pasarían muchos años antes de que estos cambios se reflejaran en la legislación y las políticas que otorgarían a las mujeres verdadera igualdad y derechos.

El descenso de la natalidad durante la década de 1920 también repercutió en la vida de los niños y en la edad a la que se incorporaban al mercado laboral. Al nacer menos niños, las familias podían permitirse invertir más recursos en la educación de cada uno de ellos. Como resultado, más niños empezaron a asistir a la escuela secundaria y a la universidad, lo que alargó el tiempo que pasaban viviendo con sus padres.

Esta tendencia a incorporarse más tarde al mercado laboral también fue consecuencia del crecimiento de la economía y de la disponibilidad de más empleos de cuello blanco que requerían más educación y formación. Con mayores niveles de educación, los jóvenes estaban mejor preparados para incorporarse a la población activa en funciones profesionales o técnicas que en trabajos manuales.

Este cambio en la edad a la que los niños se incorporan a la población activa también tuvo un impacto significativo en la sociedad, ya que significó que los jóvenes pasaban más tiempo en la escuela y menos tiempo trabajando. Esto les permitió desarrollar un conjunto más diverso de habilidades e intereses, lo que repercutiría positivamente en sus futuras carreras y vidas.

La creación artística

Los años veinte, también conocidos como los "locos años veinte", fueron una época de gran innovación cultural y artística en Estados Unidos. La década marcó un espíritu de experimentación y rebelión contra las normas y valores tradicionales.

En literatura, los años veinte vieron surgir una nueva generación de escritores, influidos por los cambios sociales y políticos de la época. La época estuvo marcada por la aparición de la "generación perdida" de escritores, como Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald y T.S. Eliot, conocidos por su desilusión con los valores tradicionales y su exploración de temas como la desilusión, la alienación y la búsqueda de sentido en un mundo en rápida transformación.

En el arte, los años veinte vieron surgir el movimiento modernista, que rechazaba los estilos y técnicas tradicionales del pasado en favor de formas de expresión nuevas y experimentales. La década estuvo marcada por la aparición del estilo Art Déco, caracterizado por sus formas geométricas, colores llamativos y formas estilizadas. La década de 1920 también fue testigo de la aparición del jazz y del Renacimiento de Harlem, que aportaron una nueva energía y vitalidad al arte y la cultura estadounidenses.

Además, los años veinte fueron una época de grandes cambios en la industria cinematográfica; Hollywood se convirtió en el centro de la producción cinematográfica, la introducción del sonido en las películas y la aparición del star system.

En conjunto, los años veinte fueron una época de gran innovación cultural y artística, y sentaron las bases de muchos de los movimientos artísticos y culturales que definirían el siglo XX.

El florecimiento literario

El florecimiento literario de los años veinte estuvo estrechamente ligado al crecimiento de las ciudades y a la aparición de una nueva élite intelectual. Los escritores de la "generación perdida" criticaban a menudo la revolución industrial y la alienación que producía. Exploraron temas de desilusión y alienación en sus escritos, así como la búsqueda de sentido en un mundo que cambiaba rápidamente.

En literatura, la década de 1920 fue testigo de la aparición de una nueva generación de escritores, influidos por los cambios sociales y políticos de la época. La época estuvo marcada por la aparición de la "generación perdida" de escritores, como Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald y T.S. Eliot, conocidos por su desilusión con los valores tradicionales y su exploración de temas como la desilusión, la alienación y la búsqueda de sentido en un mundo en rápida transformación.

Los escritores de los años veinte también reflejaron los cambios sociales y políticos de la época, como los cambios culturales provocados por la afluencia de inmigrantes, el crecimiento de las zonas urbanas y los cambios en el papel de la mujer.

Muchos de los escritores de los años veinte estaban escandalizados por el nuevo materialismo de la cultura americana y la falta de valores espirituales. A menudo escribieron sobre el vacío y la superficialidad del sueño americano, y la desilusión que conllevaba.

Ernest Hemingway, por ejemplo, se exilió en Europa, donde le influyeron el movimiento literario modernista y los cambios culturales y políticos de la época. Escribió sobre la desilusión de los veteranos de la Primera Guerra Mundial y la ambigüedad moral del mundo moderno en sus novelas, como "The Sun Also Rises" y "A Farewell to Arms".

F. Scott Fitzgerald, por su parte, permaneció en Estados Unidos y criticó el vacío y la falta de humanidad de la élite estadounidense. Escribió sobre la desilusión del sueño americano y la decadencia moral de los ricos en sus novelas, como "El gran Gatsby" y "Tierna es la noche".

Su crítica al nuevo materialismo y al estilo de vida vacío de la cultura estadounidense llegó a través de su literatura. Ayudó a exponer la brecha entre los ricos y el resto de la sociedad y la decadencia moral de las clases altas.

Además, en la década de 1920 surgió el Renacimiento de Harlem, un movimiento cultural de artistas e intelectuales afroamericanos del barrio neoyorquino de Harlem. Este movimiento produjo una gran cantidad de obras literarias, artísticas y musicales, que ayudaron a desafiar las barreras raciales de la época y a promover un nuevo sentimiento de orgullo cultural entre los afroamericanos.

Harlem Renaissance

El florecimiento artístico no es sólo obra de los hombres blancos, sino que está explotando en todas partes, especialmente en la comunidad afroestadounidense, donde hombres y mujeres contribuyen al Renacimiento_de_Harlem de Harlmen[11][12].

Con la cultura del Renacimiento de Harlem, es una reivindicación muy fuerte de los afroestadounidenses de tener su lugar en la sociedad estadounidense; tanto Harlem como Chicago se convertirán en centros culturales negros con el desarrollo del jazz y el blues, pero también de la literatura que se lanza a la búsqueda de raíces y de la diáspora africana.

Fue en ese momento que W.E.B Du Bois se convirtió en la voz intelectual de los afroamericanos y la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People) se estableció en Harlem.

Con la llegada continua de cientos de miles de negros que huyen del sur segregacionista, otras ciudades, como Detroit y Filadelfia, ven cómo su población negra se duplica como centros de movilización contra la segregación del sur.

Todo esto no significa que el Norte no sea racista o segregacionista, la política exterior de los Estados Unidos es extremadamente racista, en particular hacia América Central y el Caribe; es también en las ciudades del Norte donde la segregación ciertamente no se refleja en las leyes, sino en la práctica.


La llegada masiva de migrantes negros del Sur está causando grandes disturbios. En respuesta, muchos negros se unen a los movimientos nacionalistas negros, especialmente porque este período es la era del nacionalismo en Europa, pero también en Estados Unidos.


Para estos negros, y en particular para el movimiento UNIA (Universal Negro Improvement Association) fundado por un inmigrante jamaicano llamado Marcus Garvey, este movimiento reproduce los principales símbolos de los nacionalistas que sostienen que para salir de él, los negros de las Américas deben unirse para crear su propia nación, tener sus propias instituciones y sus propios negocios; es el capitalismo negro el que les permite defender su raza.

En ese momento, en la década de 1920, la UNIA informó que contaba con varios millones de miembros no sólo en los Estados Unidos, sino también entre los nacionales del Caribe británico que trabajaban en el Caribe y América Central. La UNIA tenía su propia prensa, su marina, sus uniformes, pero también su propia cruz roja; todo este movimiento se manifiesta en grandes desfiles en Harlem y otras ciudades.

Este período también estuvo marcado por la idea de la "New Negro" que surgió de todos los estereotipos asociados a ella y que se impuso para demostrar su valor[13][14][15].

La reacción protestante y anglosajona

Estadounidenses que no son miembros de WASP

Estos años veinte son años en los que hay sueños económicos, son años en los que el Partido Republicano domina políticamente, tenemos tres presidentes republicanos sucesivos: Harding,Coolidge y Hoover. Estos tres presidentes practican una política proteccionista contra cualquier importación de mercancías producidas industrialmente en el extranjero, por otro lado ignoran los problemas de la Europa posterior a la Primera Guerra Mundial, que tiene muchos problemas, incluido el aumento de los movimientos peligrosos.

Dentro de Estados Unidos, estos presidentes practican políticas de "liberalismo absoluto", pero no es así, ya que reducen significativamente los impuestos de las corporaciones y de los más ricos.

Con este aparente liberalismo, no les importan las enormes bolsas de pobreza que se están formando en el país y especialmente en el campo; no les importa el hecho de que en el campo 6 millones de pequeños agricultores se vean obligados a abandonar el campo para buscar trabajo en las ciudades.

Todo esto es generado por la sobreproducción, que conduce a una caída general de los precios de los productos básicos agrícolas y hace imposible la supervivencia de los pequeños productores.

Frente a estos problemas acumulativos, la reacción de la profunda América anglosajona no se dirige al gobierno, a las grandes corporaciones o a los más ricos, sino contra los chivos expiatorios que siempre son débiles y se resignan con facilidad.

Fue durante estos años que el Ku Klux Klan renació de sus cenizas ya que casi había desaparecido después de 1865 y con los códigos negros ya no era necesario; después de 1915 fue el renacimiento del Ku Klux Klan lo que está ligado a la difusión de la película The Birth of a Nation, que es una película para la gloria de los confederados del sur durante la Guerra Civil que promueve un racismo espantoso[16].

En 1925, el Klan declaró que tenía 5 millones de miembros activos, una época en la que los linchamientos también estaban aumentando, pero no sólo contra los negros en el sur, sino también en el oeste y en algunos estados del norte contra los mexicanos, italianos, rusos, judíos, católicos y algunos blancos, especialmente contra las mujeres blancas que tenían relaciones con los negros.

Es una violencia racial que irá más allá de la violencia contra los negros, pero son los afroamericanos los que pagan el precio más terrible.

Sin embargo, se produjeron escándalos en el Ku Klux Klan, que perdió gradualmente su poder hacia 1930.

Los inmigrantes

Los inmigrantes también son el chivo expiatorio, este sentimiento antiemigrante se extiende rápidamente; ya en 1917 hay manifestaciones y disturbios contra los emigrantes. Fue el primer gobierno en adoptar leyes contra los emigrantes, en 1917 la ley de alfabetización [1] fue diseñada para dar a los emigrantes una prueba de lectura[17][18][19][20]. En la década de 1920, se aprobó una ley de cuotas que limitaba el número de inmigrantes según sus orígenes. Las teorías pseudocientíficas se utilizan para establecer una jerarquía de los inmigrantes según su raza con los anglosajones en la cima[21][22].

Estas leyes no afectan actualmente a los migrantes de las Américas. En este período hubo toda una prensa contra los inmigrantes.

Esta emigración es limitada para los europeos, pero está abierta para los mexicanos y puertorriqueños.

Los "rojos"

Ilustración de 1919 que representa a un "anarquista europeo" atacando la Estatua de la Libertad.

Este sentimiento antiemigrante también toma una forma política con miedo a los rojos, comunistas, anarquistas y socialistas.

Es interesante ver que el aumento de este sentimiento aumenta mucho durante la Primera Guerra Mundial y especialmente al final, porque hay muchas huelgas. Después de la Primera Guerra Mundial, el nacionalismo estadounidense encontró un nuevo enemigo en la Rusia bolchevique, que encontró un líder en las huelgas de 1918 y 1919.

El comunismo es preocupante, mientras que algunos ataques fomentan la histeria colectiva contra los emigrantes, que consiste en deportaciones masivas, pero también en linchamientos.

El caso más simbólico es el de dos anarquistas italianos Nicola Sacco y Venzetti que fueron arrestados en 1905 después de dos robos en Boston. Estos dos hombres siempre han afirmado su inocencia, pero están siendo juzgados por un jurado xenófobo de extrema derecha al mismo tiempo que una campaña electoral en Massachusetts.

Este veredicto despertó una indignación que superó a los Estados Unidos y se extendió por todo el mundo, convirtiéndose en los símbolos de la justicia de clase estadounidense. Detenidos en 1920, muchos años de procedimientos se llevaron a cabo con pruebas para exonerarlos, pero en 1926 la Corte Suprema de Massachusetts confirmó su condena y en 1927 el gobernador del estado se negó a concederles un indulto a pesar de las intervenciones del Vaticano y de la izquierda[23][24][25][26].

Antes de ser ejecutado, Venzetti dijo:

« no sólo nunca he cometido este crimen, sino que nunca he cometido violencia en toda mi vida, sino que estoy realmente convencido de que estoy condenado por cosas de las que soy culpable: radical e italiano; y si pudiera renacer después de mi ejecución sería radical e italiano de nuevo y haría lo que he hecho con mi vida y me ejecutarían una segunda vez por lo que he hecho[27] ».

La Prohibición

Una redada policial en 1925 en Elk Lake, Ontario.

Hay que ver que la reacción de la América anglosajona será también una reacción rural contra el libertinaje de las ciudades, que se atribuye en gran medida al consumo de bebidas alcohólicas manifestado por la prohibición.

Entre 1903 y 1918, 32 estados aprobaron leyes contra el consumo de alcohol; en 1919, la 18ª Enmienda a la Constitución prohibió la fabricación, venta y transporte de bebidas intoxicantes dentro de los Estados Unidos y sus dominios[28][29][30][31][32][33].

Es la prohibición la que fomenta el contrabando y el consumo clandestino la que fortalecerá el crimen y en particular el poder de las mafias con Al Capone; también fomentará la corrupción del gobierno[34][35].

El fundamentalismo cristiano

Grant Wood, American Gothic (1930), Art Institute of Chicago. Una representación simbólica de la América "puritana"

Finalmente, la reacción anglosajona se manifiesta en el fundamentalismo cristiano; hombres y mujeres blanden la Biblia pionera contra ateos, católicos, judíos y socialistas; el caso más notable es el de convicción en 1925 de un profesor de biología que violó una ley que prohibía que la teoría de la evolución de Darwin fuera condenada, pero con una sentencia mínima[36][37][38].

Poco después, fue también en este período que sectas más agresivas como los Testigos de Jehová reclutaron no sólo en el campo, sino también en las ciudades.

Conclusión

En la década de 1920 se produjo un rápido crecimiento de la producción y el consumo industrial de las clases altas y medias de Estados Unidos, lo que alentó un gran optimismo y una creencia ciega de los gobiernos en el liberalismo que, de hecho, fue distorsionado por el proteccionismo que protegía la producción estadounidense de la competencia internacional.

Al mismo tiempo, todos estos gobiernos están ignorando las disfunciones, la creciente brecha entre los ricos y la gran mayoría, todo esto contribuirá al gran colapso de 1929.

Anexos

Referencias

  1. Aline Helg - UNIGE
  2. Aline Helg - Academia.edu
  3. Aline Helg - Wikipedia
  4. Aline Helg - Afrocubaweb.com
  5. Aline Helg - Researchgate.net
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