« La Constitución de los Estados Unidos y la Sociedad de principios del siglo XIX » : différence entre les versions

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[[Fichier:Methodist camp meeting (1819 engraving).jpg|vignette| upright = 1.8 |Reunión del campamento metodista en 1819 (grabado, Biblioteca del Congreso).]]
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Un "gran despertar" se estaba produciendo en toda la región de Luisiana y con el avance de la frontera a expensas de los indios. Son más militantes y evangélicos los protestantes que despertarán al sonido de los sermones de los predicadores que movilizan a miles de fieles en los campos de reunión<ref>Conforti, Joseph. "The Invention of the Great Awakening, 1795–1842". Early American Literature (1991): 99–118. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/25056853?seq=1#page_scan_tab_contents 25056853].</ref><ref>Griffin, Clifford S. "Religious Benevolence as Social Control, 1815–1860", The Mississippi Valley Historical Review, (1957) 44#3 pp. 423–444. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/1887019?seq=1#page_scan_tab_contents 1887019]. [https://en.wikipedia.org/wiki/Digital_object_identifier doi]:[https://academic.oup.com/jah/article-abstract/44/3/423/696178/?redirectedFrom=fulltext 10.2307/1887019].</ref><ref>Mathews, Donald G. "The Second Great Awakening as an organizing process, 1780–1830: An hypothesis". American Quarterly (1969): 23–43. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/2710771?seq=1#page_scan_tab_contents 2710771]. [https://en.wikipedia.org/wiki/Digital_object_identifier doi]:[https://www.jstor.org/stable/2710771?origin=crossref&seq=1#page_scan_tab_contents 10.2307/2710771].</ref><ref>Shiels, Richard D. "The Second Great Awakening in Connecticut: Critique of the Traditional Interpretation", Church History 49 (1980): 401–415. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/3164815?seq=1#page_scan_tab_contents 3164815].</ref><ref>Varel, David A. "The Historiography of the Second Great Awakening and the Problem of Historical Causation, 1945–2005". Madison Historical Review (2014) 8#4 [[https://commons.lib.jmu.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=https://en.wikipedia.org/&httpsredir=1&article=1021&context=mhr|online]]</ref>.
Un "Gran Despertar" tuvo lugar en Estados Unidos a finales del siglo XVIII y principios del XIX, y se caracterizó por un resurgimiento del fervor religioso y un aumento de la actividad religiosa. Este movimiento de avivamiento religioso fue liderado por una serie de destacados predicadores, como Jonathan Edwards, George Whitefield y Charles Finney, que viajaron por todo el país dando sermones poderosos y emotivos que atrajeron a un gran número de personas.
 
El Gran Despertar fue especialmente influyente en la región de la Compra de Luisiana, donde desempeñó un importante papel en la configuración del paisaje religioso y cultural. La expansión del territorio estadounidense hacia el Oeste puso a muchos nuevos colonos en contacto con diferentes tradiciones religiosas, y el Gran Despertar les brindó la oportunidad de afirmar su propia identidad religiosa.
 
El Gran Despertar también tuvo un impacto significativo en la cultura religiosa de Estados Unidos, ya que propició la aparición de nuevas confesiones, como los baptistas y los metodistas, y ayudó a establecer un enfoque más individualista y personal de la religión. Además, se ha argumentado que el Gran Despertar también ayudó a allanar el camino para el crecimiento del movimiento abolicionista y otros movimientos de reforma social que surgirían en el siglo XIX.
 
Cabe señalar que el Gran Despertar también se caracterizó por una forma más militante y evangélica de protestantismo, que a menudo entraba en conflicto con otros grupos religiosos como los católicos y las prácticas religiosas indígenas.<ref>Conforti, Joseph. "The Invention of the Great Awakening, 1795–1842". Early American Literature (1991): 99–118. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/25056853?seq=1#page_scan_tab_contents 25056853].</ref><ref>Griffin, Clifford S. "Religious Benevolence as Social Control, 1815–1860", The Mississippi Valley Historical Review, (1957) 44#3 pp. 423–444. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/1887019?seq=1#page_scan_tab_contents 1887019]. [https://en.wikipedia.org/wiki/Digital_object_identifier doi]:[https://academic.oup.com/jah/article-abstract/44/3/423/696178/?redirectedFrom=fulltext 10.2307/1887019].</ref><ref>Mathews, Donald G. "The Second Great Awakening as an organizing process, 1780–1830: An hypothesis". American Quarterly (1969): 23–43. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/2710771?seq=1#page_scan_tab_contents 2710771]. [https://en.wikipedia.org/wiki/Digital_object_identifier doi]:[https://www.jstor.org/stable/2710771?origin=crossref&seq=1#page_scan_tab_contents 10.2307/2710771].</ref><ref>Shiels, Richard D. "The Second Great Awakening in Connecticut: Critique of the Traditional Interpretation", Church History 49 (1980): 401–415. [https://en.wikipedia.org/wiki/JSTOR JSTOR] [https://www.jstor.org/stable/3164815?seq=1#page_scan_tab_contents 3164815].</ref><ref>Varel, David A. "The Historiography of the Second Great Awakening and the Problem of Historical Causation, 1945–2005". Madison Historical Review (2014) 8#4 [[https://commons.lib.jmu.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=https://en.wikipedia.org/&httpsredir=1&article=1021&context=mhr|online]]</ref>.
   
   
La participación de las mujeres es importante para su entrada en la política.
La participación de las mujeres es importante para su entrada en la política.

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La Constitución de Estados Unidos, aprobada en 1787, establece el marco del gobierno federal y sus poderes. También incluye una Declaración de Derechos, que describe los derechos y libertades individuales. La Constitución ha sido modificada 27 veces a lo largo de la historia, y sigue vigente en la actualidad. El curso se centra en comprender el desarrollo de la Constitución y las tensiones que generó hasta la Guerra Civil, que se libró entre 1861 y 1865. El curso también examina los cambios en la política, la religión y la sociedad que condujeron a la formación de la Doctrina Monroe en 1823. Esta doctrina estableció el principio de que Estados Unidos consideraría cualquier intento de las naciones europeas de colonizar o interferir con las naciones de América como una amenaza para su propia seguridad. El estudio de Estados Unidos en torno a 1800 permite comprender mejor la historia política y social del país y cómo ésta sigue configurando la nación en la actualidad.

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Los artículos de la Confederación y las Constituciones de los diferentes Estados

Poco después de la independencia, en 1776, los Estados de la Unión firmaron los Artículos de la Confederación. Los Artículos de la Confederación fueron adoptados por los trece estados originales de Estados Unidos en 1777 y sirvieron como primera constitución del país. Se redactaron como reacción a la autoridad centralizada del gobierno británico, del que las colonias acababan de luchar para independizarse. Los Artículos de la Confederación establecían un gobierno central débil, con la mayoría de los poderes en manos de los estados individuales. El gobierno central no podía recaudar impuestos, regular el comercio o hacer cumplir las leyes con eficacia, lo que provocó numerosos problemas y desafíos a la joven nación. Como resultado, muchos líderes empezaron a reclamar un gobierno central más fuerte, lo que finalmente condujo a la redacción y ratificación de la Constitución de Estados Unidos en 1787.

Mapa de las trece colonias británicas en Norteamérica en 1775.

Tras independizarse de Gran Bretaña, cada uno de los 13 estados originales más Vermont adoptó su propia constitución. Estas constituciones estatales reflejaban las diversas creencias políticas y culturales de la población de cada estado y establecían la estructura y los poderes del gobierno estatal. Sin embargo, cuando la nación empezó a enfrentarse a retos como la inestabilidad económica y las amenazas a la seguridad nacional, muchos líderes reconocieron la necesidad de un gobierno más fuerte y unificado. Esto condujo a la redacción y ratificación de la Constitución de Estados Unidos en 1787, que estableció un sistema federal de gobierno con una clara división de poderes entre el gobierno nacional y los gobiernos estatales. El preámbulo de la Constitución expone las razones de su creación, haciendo hincapié en el objetivo de formar una unión más perfecta y asegurar los beneficios de la libertad para todos los ciudadanos.

Durante los primeros años de Estados Unidos, cada estado tenía su propia constitución y sistema de gobierno, que reflejaba las diferentes creencias políticas y sociales de sus habitantes. Algunos estados, como Pensilvania, tenían sistemas de gobierno relativamente igualitarios, con sufragio universal para los hombres blancos que pagaban impuestos y una asamblea única con un ejecutivo colegiado. Otros estados, como Maryland, tenían sistemas de gobierno más jerárquicos, con una asamblea y un senado y un poder ejecutivo concentrado en manos de un gobernador elegido por los terratenientes ricos, que también tenían derecho a voto. Nueva Jersey también tenía un sufragio limitado, en el que el derecho al voto estaba restringido a quienes cumplían ciertos requisitos de propiedad, incluidas las mujeres ricas desde hacía mucho tiempo. Estas diferencias en el gobierno de los estados fueron uno de los factores que condujeron a la redacción de la Constitución de Estados Unidos, cuyo objetivo era establecer un gobierno nacional más unificado y eficaz para hacer frente a los retos a los que se enfrentaba la joven nación.

La diversidad de gobiernos estatales y creencias políticas durante los primeros años de Estados Unidos fue un factor importante que condujo a la redacción de la Constitución estadounidense. La Constitución pretendía establecer un gobierno nacional más unificado y eficaz para abordar los retos a los que se enfrentaba la joven nación. La Declaración de Derechos, la primera de las diez enmiendas a la Constitución, se adoptó en 1791 y se añadió para proteger los derechos individuales de los ciudadanos frente al posible abuso de poder del gobierno. La Carta de Derechos garantiza la igualdad de los hombres y protege derechos individuales como la libertad de expresión, de religión y de reunión pacífica. La Carta de Derechos también protege los derechos de propiedad, el debido proceso y un juicio justo.

La Declaración de Derechos no protegía los derechos de todos los ciudadanos de la época, ya que no incluía los derechos de los esclavizados ni de los nativos americanos, y los derechos de las mujeres también eran limitados. Por ello, hicieron falta muchos años y muchas luchas para que estos grupos obtuvieran sus derechos.

En el momento de redactarse la Constitución de Estados Unidos en 1787, la esclavitud existía en los 13 estados originales. Sin embargo, la institución de la esclavitud no recibía el mismo trato en todos los estados. Algunos estados, como Vermont, Massachusetts y Nuevo Hampshire, habían abolido la esclavitud poco después de independizarse de Gran Bretaña. Otros estados, como Pensilvania y Nueva York, aprobaron leyes de abolición gradual que eliminaron la esclavitud poco a poco. Sin embargo, en estados como Carolina del Sur, Georgia y Virginia, la esclavitud estaba profundamente arraigada en sus economías y sociedades, y la institución de la esclavitud no fue abolida.

Además, en todos los estados excepto Carolina del Sur, Georgia y Virginia, no existía la exclusión legal de los negros del voto o de la participación en política. Sin embargo, en la práctica, la ley y las costumbres imponían muchas barreras al voto y a la participación política, lo que de hecho negaba a muchos negros el derecho al voto.

En todo el Sur, la esclavitud se endureció tras la independencia, y el número de esclavos aumentó gracias a las importaciones y al crecimiento natural. Esto provocó una creciente división entre el Norte y el Sur en torno a la cuestión de la esclavitud, que finalmente desembocó en la Guerra Civil.


La Guerra Civil, que duró de 1861 a 1865, se libró principalmente por la cuestión de la esclavitud y los derechos de los estados, y las tensiones entre el Norte y el Sur llegaron a su punto álgido. La guerra desembocó en la abolición de la esclavitud y la destrucción de la economía esclavista del Sur. Tras la guerra, Estados Unidos se enfrentó a importantes retos para reconstruir el país y abordar los problemas sociales y económicos que habían provocado el conflicto.

Durante este tiempo, el gobierno de EE.UU., bajo el liderazgo del presidente Andrew Johnson, intentó poner en marcha un plan de Reconstrucción que se centraba en restaurar los estados del sur a la Unión lo más rápidamente posible y con la mínima alteración del orden social y económico. Sin embargo, este plan se enfrentó a una importante oposición por parte del Congreso y de muchos ciudadanos, que creían que se necesitaban medidas más radicales para garantizar los derechos de los esclavos recién liberados y promover la igualdad económica y social.

Como resultado, el gobierno de Estados Unidos puso en marcha una nueva enmienda constitucional, la 13ª, 14ª y 15ª enmiendas, que abolían la esclavitud, concedían la ciudadanía y la misma protección ante la ley a todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, independientemente de su raza, y otorgaban el derecho al voto a los hombres afroamericanos. Estas enmiendas formaban parte de un gobierno más fuerte y centralizado y pretendían abordar los problemas que condujeron a la Guerra Civil y garantizar una Unión más perfecta.

La Convención Constitucional de Filadelfia

Escena de la firma de la Constitución de los Estados Unidos, por Howard Chandler Christy. Esta mesa representa a los 33 delegados que firmaron la Constitución.

A la Convención Constitucional de Filadelfia, celebrada en 1787, asistieron 55 hombres, en su mayoría abogados y políticos, encargados de redactar una nueva constitución para Estados Unidos. Entre ellos, 19 eran grandes esclavistas. Durante la convención se produjeron importantes debates y desacuerdos sobre varias cuestiones clave, como la estructura del gobierno y la cuestión de quién podría votar.

Uno de los principales debates se centró en si el derecho al voto debía limitarse a los terratenientes o si debía considerarse un derecho natural de todo hombre libre. Este debate se complicó porque en la Declaración de Independencia se afirmaba que "todos los hombres son creados iguales", pero seguía sin resolverse si esto incluía a los esclavizados y a los no terratenientes.

Otra cuestión importante que se debatió fue la esclavitud y el estatus de los esclavos libres. Los estados del Sur defendían la protección de su institución de la esclavitud y la continuación del comercio transatlántico de esclavos. Por el contrario, los estados del Norte se opusieron a la expansión de la esclavitud y trataron de limitarla o abolirla. Estos debates condujeron finalmente a la inclusión del Compromiso de los Tres Quintos, que contabilizaba a cada persona esclavizada como tres quintos de una persona a efectos del reparto de la representación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, y la Cláusula del Esclavo Fugitivo, que exigía la devolución de los esclavos fugitivos a sus dueños. Estos compromisos ayudaron a resolver algunas de las tensiones y permitieron la redacción de la Constitución, pero también sentaron las bases para nuevos conflictos sobre la esclavitud en el futuro.

Silencios, concesiones y logros de la Constitución de 1787

La Constitución Americana de 1787: "Nosotros, el pueblo...."

La Constitución de Estados Unidos es un documento que ha podido perdurar durante más de 200 años porque es un compromiso entre distintos grupos de personas con ideas e intereses diferentes. El lenguaje utilizado en la Constitución es a menudo vago y abierto a la interpretación, lo que permite diferentes interpretaciones y aplicaciones a lo largo del tiempo. Esta flexibilidad ha contribuido a que la Constitución se adapte a las circunstancias cambiantes y siga siendo relevante a lo largo de la historia del país.

La frase inicial de la Constitución "Nosotros el Pueblo" pretendía enfatizar la idea de que el documento fue creado por y para el pueblo de los Estados Unidos. Sin embargo, la Constitución no define claramente a quién se considera parte del "pueblo". Esta falta de definición fue un compromiso deliberado de los redactores para evitar posibles conflictos sobre quién debía formar parte del nuevo gobierno. Además, la Constitución no menciona directamente la esclavitud. En su lugar, utiliza un lenguaje que permite la continuación de la práctica, como el compromiso de los tres quintos, que contaba a las personas esclavizadas como tres quintos de una persona para determinar la representación en el Congreso. Los redactores de la Constitución llegaron a este compromiso para asegurarse el apoyo de los estados del sur que dependían de la esclavitud para su economía.

La Constitución de EE.UU. es un documento federal, lo que significa que describe la estructura y los poderes del gobierno nacional, pero también deja muchos poderes a los estados individuales. Cada estado tiene su propia constitución, que define la estructura y los poderes del gobierno estatal. Además, cada estado tiene potestad para definir sus propios requisitos de ciudadanía. Esto significa que los requisitos y derechos de un ciudadano pueden variar de un estado a otro. Este sistema se conoce como federalismo, que divide el poder entre el gobierno nacional y el gobierno estatal. Esto permite a los estados tener cierta autonomía sin dejar de formar parte de la gran unión federal.

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La Constitución establece un sistema de separación de poderes, dividiendo el gobierno en tres ramas: la legislativa, la ejecutiva y la judicial. El poder legislativo, que elabora las leyes, se compone de dos cámaras: la Cámara de Representantes y el Senado. Los delegados de la Convención Constitucional decidieron que el Senado estaría compuesto por dos senadores por estado, lo que daba a cada estado la misma representación independientemente de su población. En cambio, la Cámara de Representantes se basa en la población, y cada estado recibe un número de representantes proporcional a su población. Este sistema de representación pretendía equilibrar los intereses de los estados más pequeños con los de los más grandes, y garantizar que el gobierno respondiera a las necesidades de la población. La separación de poderes también ayuda a evitar que una rama adquiera demasiado poder y permite el control y el equilibrio entre las ramas.

En 1787, durante la redacción de la Constitución, los delegados de los estados del norte hicieron una importante concesión a los estados esclavistas, aceptando el llamado "Compromiso de los Tres Quintos". Este compromiso estipulaba que, a efectos de determinar la representación en el Congreso, las personas esclavizadas se contarían como tres quintas partes de una persona. Esto significaba que el número de representantes de los estados esclavistas se basaría en el número de habitantes libres, más tres quintos de la población esclava de su estado. Este compromiso permitió a los estados del sur aumentar su representación en el Congreso y mantener un equilibrio de poder con los estados del norte. Sin embargo, también significaba que la Constitución trataba a las personas esclavizadas como menos que seres humanos de pleno derecho, y este compromiso ha sido ampliamente criticado como un fallo moral de la Constitución.

Durante la redacción de la Constitución se produjo un importante debate sobre el papel y los poderes del poder ejecutivo, en concreto del Presidente. Algunos delegados querían un Presidente fuerte, con poderes similares a los de una monarquía constitucional, mientras que otros se oponían a cualquier cosa que se pareciera a una monarquía. Como solución de compromiso, la Constitución creó un Presidente con poder de veto sobre la legislación aprobada por el Congreso, y un Vicepresidente que no es elegido directamente por el pueblo, sino por un colegio electoral de electores. Este sistema pretendía equilibrar la necesidad de un líder ejecutivo fuerte con el deseo de evitar una figura similar a la monarquía. El Presidente tendría la capacidad de vetar la legislación y actuar como control del poder del poder legislativo, pero el Vicepresidente no sería elegido directamente por el pueblo, y serviría para desempatar en caso de que el colegio electoral no pudiera llegar a una decisión.

El colegio electoral es un sistema establecido por la Constitución en el que cada Estado tiene un número de electores igual al número de sus representantes en la Cámara de Representantes más dos para sus senadores. Estos electores votan al Presidente y al Vicepresidente. El candidato que recibe la mayoría de los votos electorales, al menos 270 de 538, se convierte en Presidente. Las normas del colegio electoral se han modificado a lo largo de los años, principalmente en forma de la 12ª y la 23ª enmienda. La 12ª enmienda, ratificada en 1804, cambia la forma de elegir al presidente y al vicepresidente. En lugar de votar por dos candidatos sin especificar cuál es para presidente y cuál para vicepresidente, los electores deben votar ahora por un candidato para presidente y otro para vicepresidente. La 23ª enmienda, ratificada en 1961, otorga a los residentes del Distrito de Columbia el derecho a votar en las elecciones presidenciales.

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El día de las elecciones presidenciales, los votantes de cada estado eligen a un grupo de electores, conocido como Colegio Electoral, que votarán al Presidente y al Vicepresidente. Hoy en día, la mayoría de los estados utilizan el método de "el ganador se lo lleva todo", por el que el partido político que obtiene la mayoría de los votos en el estado gana todos los votos electorales de ese estado. Este sistema crea un incentivo para que los candidatos se centren en los estados en los que tienen buenas posibilidades de ganar la mayoría de los votos, y explica por qué la mayoría de los actos de campaña y la publicidad tienen lugar en estados con grandes poblaciones, como Florida.

Cabe mencionar que Maine y Nebraska son los dos estados que utilizan un método diferente, el "método de los distritos del Congreso", en el que se conceden dos votos electorales al ganador del voto popular del estado, y el resto de los votos electorales al ganador de cada distrito del Congreso.

Este sistema ha sido criticado porque puede dar lugar a una situación en la que un candidato gane el voto popular pero pierda las elecciones debido a la forma en que se asignan los votos electorales. Esto ha ocurrido varias veces en la historia de Estados Unidos, la última en 2000.

En Estados Unidos, los ciudadanos no eligen directamente al Presidente mediante un sistema de sufragio universal, en el que cada ciudadano tiene el mismo voto. En su lugar, el Presidente es elegido mediante el sistema del Colegio Electoral, en el que a cada estado se le asigna un determinado número de electores en función de su población. Estos electores votan al Presidente. Es posible que un candidato gane las elecciones sin recibir la mayoría del voto popular. Esto puede ocurrir si un candidato gana la mayoría de los votos electorales, que se asignan a los estados en función de su población, aunque no gane el voto popular. Esto ha ocurrido en varias elecciones presidenciales estadounidenses, la última en 2016. Este sistema ha sido criticado por ser antidemocrático, ya que puede dar lugar a que un candidato gane las elecciones sin tener el apoyo de la mayoría de los ciudadanos.

En 1787, los delegados de la Convención Constitucional acordaron crear un poder judicial fuerte, incluido un Tribunal Supremo, con potestad para revisar las acciones de los otros poderes del Estado y garantizar que se ajustan a la Constitución. El Tribunal Supremo, originalmente compuesto por seis jueces, ahora nueve, es nombrado por el Presidente, con el consejo y consentimiento del Senado. Una vez nombrados, los jueces son vitalicios o se jubilan. La idea que subyace al nombramiento vitalicio es garantizar que los jueces sean independientes de presiones políticas y puedan tomar decisiones imparciales. El Tribunal Supremo se considera la autoridad final en todos los asuntos relacionados con el derecho constitucional y puede declarar inconstitucionales los actos del Congreso o del Presidente si violan la Constitución. Este sistema de frenos y contrapesos ayuda a proteger los derechos individuales y a mantener el equilibrio de poder entre los poderes del Estado.

Durante la Convención Constitucional de 1787, los delegados del Norte hicieron varias concesiones a los estados esclavistas del Sur, con el fin de asegurar el apoyo de esos estados a la nueva Constitución. Una de esas concesiones fue el Compromiso de los Tres Quintos, que consideraba a los esclavizados como tres quintos de una persona a efectos de determinar la representación en el Congreso. Este compromiso permitió a los estados del sur aumentar su representación en el Congreso y mantener un equilibrio de poder con los estados del norte.

Éste y otros compromisos alcanzados por los estados del norte durante la convención, como la Cláusula del Esclavo Fugitivo, que exigía la devolución de los esclavos fugitivos a sus dueños, pusieron de manifiesto los límites del concepto de igualdad en la nueva nación y el hecho de que los derechos de las personas esclavizadas no se tuvieran en cuenta en la formación del nuevo gobierno. Estos compromisos eran un claro indicio de que la Constitución era un producto de su tiempo, que reflejaba las realidades económicas y sociales de la época, y han sido ampliamente criticados como un fallo moral de la Constitución.

Durante la Convención Constitucional de 1787, los estados del norte aprobaron la Cláusula del Esclavo Fugitivo, que obligaba a los estados que ya habían abolido la esclavitud a devolver a sus dueños a los esclavos fugitivos del sur. Esta cláusula fue diseñada para apaciguar a los estados sureños propietarios de esclavos y asegurar su apoyo a la nueva Constitución. Era una disposición dura que iba en contra de los principios de libertad y dificultaba la huida de los esclavizados hacia la libertad.

Los estados del norte también acordaron posponer la prohibición de importar nuevos esclavos de África durante 20 años, hasta 1808. Esto permitió la continuación del comercio transatlántico de esclavos durante otras dos décadas, y dio lugar a la importación de un gran número de personas esclavizadas procedentes de África. Sin embargo, el comercio interno de esclavos dentro de Estados Unidos continuó hasta la abolición de la esclavitud en 1865.

Estos compromisos alcanzados por los estados del norte durante la convención muestran los profundos conflictos que existían en el seno de la recién formada nación en torno a la cuestión de la esclavitud, y los retos que suponía equilibrar los intereses de los estados del norte y del sur mientras se intentaba formar una nación unida.

La Convención Constitucional de 1787 no sólo estuvo marcada por el compromiso sobre la esclavitud, sino también por la tensión entre los estados sobre el equilibrio de poder entre el gobierno federal central y los estados individuales. Uno de los temas clave fue la cuestión de los impuestos y el poder del gobierno federal para recaudarlos en todo el territorio. Esto causó preocupación entre los estados más pequeños, que temían perder su autonomía y verse dominados por los estados más grandes.

La redacción de la Constitución fue un proceso largo y difícil, y no fue hasta tres años más tarde, en 1790, cuando los últimos estados reticentes la ratificaron. Para asegurar la ratificación, varios estados insistieron en que se añadieran enmiendas, conocidas como la Carta de Derechos, que garantizaban los derechos y libertades individuales y ponían límites al poder del gobierno federal.

Estas enmiendas, las diez primeras de la Constitución, se añadieron en 1791 y otorgan a los individuos derechos como la libertad de expresión, religión, prensa, reunión y el derecho a un juicio justo, entre otros. También limitan los poderes del gobierno y establecen la separación de poderes y el federalismo.

Bill of Rights

La Carta de Derechos.[8][9][10]

La Declaración de Derechos hace referencia a las diez primeras enmiendas de la Constitución de Estados Unidos.[11] Estas enmiendas se añadieron en 1791, poco después de que se ratificara la Constitución, para responder a la preocupación de que la Constitución no protegiera adecuadamente los derechos y libertades individuales. La Carta de Derechos garantiza derechos individuales como:

  • Primera Enmienda: Libertad de expresión, religión, prensa, reunión y petición.
  • Segunda Enmienda: El derecho a portar armas
  • Tercera Enmienda: Protección contra el acuartelamiento de soldados
  • Cuarta Enmienda: Protección contra registros e incautaciones irrazonables
  • Quinta Enmienda: Protección contra la autoinculpación y la doble incriminación y derecho a un juicio justo
  • Sexta Enmienda: El derecho a un juicio justo, incluido el derecho a un juicio público, un jurado imparcial y el derecho a un abogado.
  • Séptima Enmienda: El derecho a un juicio con jurado en casos civiles
  • Octava Enmienda: Protección contra castigos crueles e inusuales
  • Novena Enmienda: La enumeración en la Constitución de ciertos derechos no debe interpretarse en el sentido de negar o menospreciar otros retenidos por el pueblo
  • Décima Enmienda: Los poderes no delegados al gobierno federal por la Constitución, ni prohibidos por ella a los estados, quedan reservados a los estados o al pueblo.

Estas enmiendas han desempeñado un papel crucial en la configuración del panorama jurídico y político de Estados Unidos, y han contribuido a garantizar la protección de los derechos y libertades individuales frente a las extralimitaciones gubernamentales.

La Carta de Derechos protege varias libertades fundamentales, entre ellas:

  • Libertad religiosa: La Primera Enmienda garantiza el derecho a practicar cualquier religión o ninguna, y prohíbe al gobierno establecer una religión nacional o interferir en el libre ejercicio de la religión.
  • Libertad de expresión: La Primera Enmienda también garantiza el derecho a la libertad de expresión, que incluye la libertad de expresar las propias opiniones e ideas sin censura ni represalias por parte del gobierno.
  • Libertad de prensa: La Primera Enmienda también garantiza la libertad de prensa, que incluye el derecho a publicar información e ideas sin censura ni castigo por parte del gobierno.
  • Libertad de reunión pacífica: La Primera Enmienda garantiza el derecho de reunión pacífica, que incluye el derecho a reunirse y expresar las propias opiniones e ideas sin interferencia del gobierno.
  • Libertad de petición: La Primera Enmienda garantiza también el derecho a solicitar al gobierno la reparación de agravios, lo que incluye el derecho a pedir al gobierno que actúe sobre un asunto concreto o que cambie una ley o política.
  • Derecho a portar armas: La Segunda Enmienda garantiza el derecho a portar armas, que a menudo se interpreta como el derecho de las personas a poseer armas de fuego para la autodefensa y la defensa del Estado.
  • Protección contra los abusos del Estado, la policía y la justicia: La Cuarta, Quinta, Sexta y Octava Enmiendas protegen contra los abusos de poder del Estado, la policía y la justicia. Estas enmiendas protegen a las personas de registros e incautaciones irrazonables, de la autoinculpación y la doble incriminación, del derecho a un juicio justo, de castigos crueles e inusuales, y del derecho a un juicio público, a un jurado imparcial y a un abogado.

La Declaración de Derechos, que son las diez primeras enmiendas de la Constitución de Estados Unidos, está precedida por la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia, que se adoptó durante la Revolución Francesa en 1789. Tanto la Carta de Derechos como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano están concebidas para proteger los derechos y libertades individuales frente a las extralimitaciones del gobierno.

Sin embargo, existen algunas diferencias clave entre ambos documentos. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano se centra más en el bien común y en los principios de igualdad y fraternidad. Hace hincapié en los derechos de los ciudadanos en su conjunto, más que en los derechos de los ciudadanos individuales. Por el contrario, la Carta de Derechos es más individualista y se centra en proteger los derechos y libertades de los ciudadanos individuales frente al abuso de poder del gobierno.

La Carta de Derechos también incluye varios derechos que protegen a los individuos frente a las acciones arbitrarias del Estado, como las enmiendas Cuarta, Quinta, Sexta y Octava, que protegen a los individuos frente a registros e incautaciones irrazonables, la protección frente a la autoincriminación y la doble incriminación, el derecho a un juicio justo, la protección frente a castigos crueles e inusuales, y el derecho a un juicio público, un jurado imparcial y el derecho a un abogado.

En conjunto, tanto la Carta de Derechos como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano han desempeñado un papel crucial en la configuración del panorama jurídico y político de sus respectivos países y han servido de modelo para la protección de los derechos y libertades individuales.

La Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza el derecho a portar armas, es una de las enmiendas más debatidas y controvertidas de la Carta de Derechos. La enmienda establece que "siendo necesaria una Milicia bien regulada para la seguridad de un Estado libre, no se infringirá el derecho del pueblo a poseer y portar Armas".

El significado y la interpretación de esta enmienda han sido objeto de un gran debate, con diferentes interpretaciones de la frase "una Milicia bien regulada" y del significado de "el derecho del pueblo a poseer y portar Armas". Algunos argumentan que la enmienda garantiza el derecho individual a poseer armas de fuego para la defensa personal, mientras que otros sostienen que sólo garantiza el derecho a portar armas como parte de una milicia bien regulada.

La Segunda Enmienda ha sido objeto de numerosos debates en los tribunales y en los círculos políticos, con continuas discusiones sobre las leyes y reglamentos de control de armas y el equilibrio entre el derecho a portar armas y la seguridad pública. El hecho de que la enmienda esté abierta a diferentes interpretaciones es lo que la hace maleable, y su interpretación ha cambiado con el tiempo.

La Declaración de Derechos, incluida la Décima Enmienda, que limita los poderes del gobierno federal a los enumerados específicamente en la Constitución, está diseñada para proteger los derechos y libertades individuales frente a la extralimitación del gobierno. Sin embargo, hay que reconocer que la Constitución, incluida la Carta de Derechos, se aprobó en una época en la que la esclavitud aún era legal y estaba muy extendida en Estados Unidos, y los derechos y libertades que garantiza no se extendían a las personas esclavizadas ni a las mujeres.

El hecho de que la Constitución y la Carta de Derechos se aprobaran sin cuestionar la esclavitud, y de que no abordaran explícitamente los derechos de las personas esclavizadas o de las mujeres, confirma tácitamente la exclusión de estos grupos de las protecciones y derechos garantizados por la Constitución. Se trata de una limitación histórica de la Constitución, y pone de relieve la necesidad de seguir trabajando por una mayor igualdad e inclusividad en la interpretación y aplicación de la Constitución.

La sociedad a principios del siglo XIX

La sociedad a principios del siglo XIXExpansión territorial

Article détaillé : La conquista del territorio.

A principios del siglo XIX, Estados Unidos estaba expandiendo rápidamente su territorio mediante una combinación de compras, tratados y conquistas militares. La Compra de Luisiana de 1803, en la que Estados Unidos compró a Francia una vasta extensión de tierra, supuso una importante expansión del territorio estadounidense. La Expedición Lewis y Clark, que exploró estas nuevas tierras, comenzó en 1804. En la Guerra de 1812, Estados Unidos también ganó territorio a la Norteamérica británica. Además, Estados Unidos se anexionó Florida de España en 1819 y Texas de México en 1845. Esta expansión territorial provocaría conflictos con las tribus nativas americanas y con México, que finalmente desembocaron en la Guerra México-Estados Unidos de 1846-1848.[12][13][14][15][16][17].

La Compra de Luisiana fue un acuerdo de tierras entre Estados Unidos y Francia, en el que Estados Unidos adquirió aproximadamente 827.000 millas cuadradas de tierra al oeste del río Misisipi por la suma de 15 millones de dólares. La tierra, que había sido controlada por Francia y recientemente devuelta por España, duplicaba el tamaño de Estados Unidos y proporcionaba valiosos recursos como tierras fértiles para la agricultura y acceso al río Misisipi para el transporte y el comercio. La compra fue acordada por el presidente estadounidense Thomas Jefferson y sus representantes, y se completó en 1803. Napoleón Bonaparte, emperador de Francia en aquel momento, accedió a la venta con el fin de recaudar fondos para su guerra en curso en Haití. La Compra de Luisiana se considera uno de los acontecimientos más significativos de la historia de Estados Unidos, ya que amplió enormemente el territorio de la nación y contribuyó a su expansión hacia el oeste.[18][19][20][21][22][23][24]. La Compra de Luisiana era principalmente un vasto territorio con poca población y muchas tribus de indios americanos. Estados Unidos adquirió Florida a España en 1819 mediante un tratado llamado Tratado Adams-Onis, que debe su nombre a los negociadores estadounidenses y españoles. España cedió Florida a Estados Unidos a cambio de que éste renunciara a sus reclamaciones sobre Texas y pagara 5 millones de dólares en reclamaciones de ciudadanos estadounidenses contra España. La adquisición de Florida también duplicó el territorio de Estados Unidos y proporcionó valiosos recursos como puertos, tierras fértiles y una ubicación para puestos militares. Sin embargo, la adquisición de Florida y la Compra de Luisiana también desplazaron a muchas tribus indígenas americanas y provocaron conflictos por los derechos sobre la tierra y la soberanía.[25][26][27][28][29][30][31][32][33].

Bipartidismo

Los dos principales partidos políticos que surgieron en Estados Unidos a finales del siglo XVIII y principios del XIX fueron los federalistas y los demócrata-republicanos. Estos partidos se formaron a raíz de los debates constitucionales y la adopción de la Constitución estadounidense, ya que distintos grupos de personas tenían diferentes interpretaciones de lo que significaba la Constitución y de cómo debía gestionarse el gobierno. Estos dos partidos sentaron las bases del sistema bipartidista moderno de Estados Unidos, en el que los federalistas acabaron desapareciendo y el partido demócrata-republicano se dividió en los partidos demócrata y republicano modernos.

Los federalistas, liderados por George Washington, Alexander Hamilton y John Adams, eran partidarios de un gobierno federal fuerte y de las buenas relaciones con Gran Bretaña. Contaban con el apoyo de comerciantes, fabricantes y terratenientes ricos, y se asentaban principalmente en los estados del noreste.

Los demócrata-republicanos, liderados por Thomas Jefferson y James Madison, eran partidarios de un gobierno central limitado y de un enfoque más populista de la política. Estaban influidos por las ideas de la Revolución Francesa, pero no apoyaban la igualdad racial. Contaban principalmente con el apoyo de granjeros, plantadores y hombres de frontera, y se asentaban sobre todo en los estados del Sur y del Oeste.

Estos dos partidos constituyen el primer sistema bipartidista de Estados Unidos y sientan las bases para el sistema bipartidista moderno de Estados Unidos, en el que los federalistas acabaron desapareciendo y el partido demócrata-republicano se dividió en los partidos demócrata y republicano modernos.

El discurso político entre federalistas y demócratas-republicanos durante los primeros años de Estados Unidos se caracterizó a menudo por una fuerte retórica y acusaciones. Las elecciones presidenciales de 1800, en particular, fueron una campaña polémica y muy polarizada.

Los demócrata-republicanos, liderados por Thomas Jefferson, acusaron a los federalistas de ser monárquicos y de estar demasiado alineados con Gran Bretaña. Describían a los federalistas como ajenos al pueblo llano y demasiado dispuestos a sacrificar los intereses estadounidenses en aras de mantener buenas relaciones con Gran Bretaña.

Los federalistas, liderados por John Adams, acusaron a los demócratas-republicanos de ser jacobinos radicales y anarquistas, influidos por los excesos de la Revolución Francesa. Presentaban a los demócratas-republicanos como radicales peligrosos que querían derrocar el orden existente y provocar el caos y la anarquía.

Las elecciones de 1800 fueron un momento importante en la historia de Estados Unidos, ya que supusieron el primer traspaso pacífico de poder de un partido político a otro y establecieron el sistema bipartidista en el país.

Religión

Reunión del campamento metodista en 1819 (grabado, Biblioteca del Congreso).

Un "Gran Despertar" tuvo lugar en Estados Unidos a finales del siglo XVIII y principios del XIX, y se caracterizó por un resurgimiento del fervor religioso y un aumento de la actividad religiosa. Este movimiento de avivamiento religioso fue liderado por una serie de destacados predicadores, como Jonathan Edwards, George Whitefield y Charles Finney, que viajaron por todo el país dando sermones poderosos y emotivos que atrajeron a un gran número de personas.

El Gran Despertar fue especialmente influyente en la región de la Compra de Luisiana, donde desempeñó un importante papel en la configuración del paisaje religioso y cultural. La expansión del territorio estadounidense hacia el Oeste puso a muchos nuevos colonos en contacto con diferentes tradiciones religiosas, y el Gran Despertar les brindó la oportunidad de afirmar su propia identidad religiosa.

El Gran Despertar también tuvo un impacto significativo en la cultura religiosa de Estados Unidos, ya que propició la aparición de nuevas confesiones, como los baptistas y los metodistas, y ayudó a establecer un enfoque más individualista y personal de la religión. Además, se ha argumentado que el Gran Despertar también ayudó a allanar el camino para el crecimiento del movimiento abolicionista y otros movimientos de reforma social que surgirían en el siglo XIX.

Cabe señalar que el Gran Despertar también se caracterizó por una forma más militante y evangélica de protestantismo, que a menudo entraba en conflicto con otros grupos religiosos como los católicos y las prácticas religiosas indígenas.[34][35][36][37][38].

La participación de las mujeres es importante para su entrada en la política.

En Kentucky, un campamento reunió a 20.000 personas. Lo otro importante es que el desarrollo de las sectas religiosas es un fenómeno que se comprende con la evolución de la frontera. Para los nuevos migrantes, en cada nuevo territorio conquistado habrá religiosidad para crear un vínculo entre los diferentes migrantes.

Este "gran despertar" afecta a las mujeres, pero especialmente a los negros. Primero, son los negros libres quienes formarán una primera iglesia negra con la Iglesia Evangélica Apostólica Africana en respuesta al racismo que está comenzando a desarrollarse en las iglesias blancas.

El "gran despertar" afecta a los esclavos que han sido desplazados por la fuerza, porque es con los esclavos y con el látigo que conquistaremos estos nuevos territorios.

Alrededor de 1810, 100.000 esclavos fueron trasladados a la fuerza hacia el oeste. La esclavitud se está extendiendo y endureciendo. En 1770, había 450.000 esclavos en las 13 colonias, y había 1,5 millones en 1820.

Entre los esclavos hay un paralelo con el pueblo judío esclavizado en Egipto. En este movimiento emergen predicadores negros.

La religión desempeña un papel de cobertura para las mujeres, pero también para los esclavos, lo que les permite hacerse un hueco en la sociedad a través de la religión.

Crecimiento de la esclavitud

Animación que muestra la evolución de los territorios esclavos, incluyendo los vinculados al compromiso de Misuri.

Desde la compra de Louisiana en 1803, la cuestión de la esclavitud y el equilibrio entre los estados esclavos y no esclavos ha ido en aumento.

Desde 1800, 20 nuevos Estados miembros se han adherido a la Unión. De los 22 Estados de la Unión en 1819, existe un equilibrio precario entre los Estados esclavos y los no esclavos.

En 1819, Misuri solicitó su entrada en la Unión como estado esclavista. A esto le sigue un largo debate en el Congreso, porque el gran tema es el Senado. Si tenemos una gran mayoría de estados esclavistas, significa que la mayoría de los senadores son esclavos, lo que significa que la esclavitud podría ser introducida por la fuerza en estados no esclavistas. Esto conducirá a la Guerra Civil.

Después de un año de debate, el "Compromiso de Misuri" fue encontrado con la creación de un estado libre que todavía tiene 12 estados esclavos y 12 estados no esclavos[39][40][41][42][43][44][45][46][47][48][49][50][51].

El comienzo del nacionalismo americano

La renovación del nacionalismo

Fue un nacionalismo que se remontaría a 1812 cuando Estados Unidos lanzó una nueva guerra contra Inglaterra para expandir sus fronteras hacia el norte[52][53][54][55]. La idea era empujar a los británicos hacia el norte, pero fue un fracaso.

Además, Estados Unidos no tiene marina, Gran Bretaña impone un bloqueo a los mares y costas de Estados Unidos que tendrá el efecto de reforzar el nacionalismo.

Estados Unidos no está ganando ni un metro cuadrado, pero los grandes perdedores son las batalladoras naciones indias que están abriendo todos los territorios del sur de los Grandes Lagos a nuevos colonos blancos. Toda esta parte, todavía muy india, será testigo de masacres y éxodos.

Esta guerra dio lugar a un resurgimiento del nacionalismo y a una fuerte confianza en sí mismo. Los artistas están empezando a representar el mito de una sociedad agraria. El embargo inglés permitió el primer desarrollo de fábricas principalmente en la costa este de los Estados Unidos compitiendo con los ingleses.

Es también un tiempo en el que nos damos cuenta de que para controlar el territorio debemos construir carreteras y canales, lo que es muy importante para desarrollar la colonización del territorio.

Por otro lado, los gobiernos están interesados en que la educación y la salud pública conduzcan al desarrollo de la infraestructura. Es también el nacimiento de una arquitectura americana, pero que de hecho imita el estilo grecorromano. Thomas Jefferson llegará a diseñar su propia casa inspirada en edificios antiguos.

El nacionalismo también se refleja en el fortalecimiento del ejército con la creación de la Academia Militar de West Point.

La Doctrina de Monroe

James Monroe.

Esta doctrina marca el comienzo de la visión imperialista de Estados Unidos[56][57][58][59][60]. Su contexto es la victoria de la Revolución Haitiana, la independencia de Brasil y las colonias españolas en México hasta el fondo de Sudamérica. Esto avivará la lujuria de Gran Bretaña. Es una declaración unilateral del gobierno de Estados Unidos bajo la presidencia de Adams que está en contra de cualquier interferencia europea en las Américas, que ya eran ampliamente independientes en 1823.

Esta doctrina incluye la petición de no colonización por parte de las potencias europeas en el hemisferio occidental, en particular con respecto a Alaska, así como la no intervención de las potencias europeas en los asuntos del continente americano.

  • La no injerencia de los Estados Unidos en los asuntos europeos, incluidas las colonias europeas.

En aquel tiempo, esta doctrina pasó casi desapercibida, porque el gran poder de la época era Gran Bretaña, que era respetada en las Américas por su marina real.

La doctrina Monroe marca el comienzo de las ambiciones estadounidenses sobre las Américas y luego sobre el mundo, que se convertirán en una realidad a lo largo de las décadas.

Anexos

  • La doctrine de Monroe, un impérialisme masqué par François-Georges Dreyfus, Professeur émérite de l'université Paris Sorbonne-Paris IV.
  • La doctrine Monroe de 1823
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