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Este cambio en el expansionismo y el imperialismo estadounidenses de finales del siglo XIX puede atribuirse a varios factores, como el deseo de nuevos mercados comerciales, la creencia en la superioridad del modo de vida estadounidense y la influencia de ideologías racistas como la "regla de la gota de sangre". Estados Unidos trató de ampliar su influencia adquiriendo territorios que le sirvieran como socios comerciales y le proporcionaran acceso a nuevos mercados, en lugar de hacerlo mediante la colonización y el desplazamiento de las poblaciones indígenas, como se hizo durante la conquista del Oeste. Este cambio de estrategia también reflejaba una creciente creencia en la inferioridad de las poblaciones no blancas, que influyó en las actitudes estadounidenses hacia la expansión en América Latina y el Caribe.<ref>[http://www.afn.org/~dks/race/wright.html "One Drop of Blood" by Lawrence Wright, The New Yorker, July 24, 1994]</ref><ref>Dworkin, Shari L. The Society Pages. "[https://thesocietypages.org/sexuality/2009/10/18/race-sexuality-and-the-one-drop-rule-more-thoughts-about-interracial-couples-and-marriage/ Race, Sexuality, and the 'One Drop Rule': More Thoughts about Interracial Couples and Marriage]"</ref><ref>"[https://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/jefferson/mixed/onedrop.html Mixed Race America – Who Is Black? One Nation's Definition]". www.pbs.org. Frontline. "Not only does the one-drop rule apply to no other group than American blacks, but apparently the rule is unique in that it is found only in the United States and not in any other nation in the world."</ref><ref>Khanna, Nikki (2010). "If you're half black, you're just black: Reflected Appraisals and the Persistence of the One-Drop Rule". The Sociological Quarterly. 51 (5): 96–121. CiteSeerX 10.1.1.619.9359. doi:10.1111/j.1533-8525.2009.01162.x.</ref><ref>Hickman, Christine B. “The Devil and the One Drop Rule: Racial Categories, African Americans, and the U.S. Census.” Michigan Law Review, vol. 95, no. 5, 1997, pp. 1161–1265. JSTOR, www.jstor.org/stable/1290008</ref><ref>Schor, Paul. “From ‘Mulatto’ to the ‘One Drop Rule’ (1870–1900).” Oxford Scholarship Online, 2017, doi:10.1093/acprof:oso/9780199917853.003.0011</ref><ref>Gómez, Laura  E. “Opposite One-Drop Rules: Mexican Americans, African Americans, and the Need to Reconceive Turn-of-the-Twentieth-Century Race Relations.” How the United States Racializes Latinos: White Hegemony and Its Consequences, by Cobas José A. et al., Routledge, 2016, p. 14</ref><ref>Brown, Kevin D. “The Rise and Fall of the One-Drop Rule: How the Importance of Color Came to Eclipse Race.” Color Matters: Skin Tone Bias and the Myth of a Post-Racial America, by Kimberly Jade Norwood, Routledge/Taylor &amp; Francis Group, 2014, p. 51</ref><ref>Jordan, W. D. (2014). Historical Origins of the One-Drop Racial Rule in the United States. Journal of Critical Mixed Race Studies, 1(1). Retrieved from https://escholarship.org/uc/item/91g761b3</ref><ref>Scott Leon, Princeton University, 2011. Hypodescent: A History of the Crystallization of the One-drop Rule in the United States, 1880-1940 url: https://search.proquest.com/openview/333a0ac8590d2b71b0475f3b765d2366/1?pq-origsite=gscholar&cbl=18750&diss=y</ref><ref>Winthrop, Jordan D. “Historical Origins of the One-Drop Racial Rule in the United States.” Color Matters: Skin Tone Bias and the Myth of a Post-Racial America, by Kimberly Jade Norwood, Routledge/Taylor &amp; Francis Group, 2014</ref>
Este cambio en el expansionismo y el imperialismo estadounidenses de finales del siglo XIX puede atribuirse a varios factores, como el deseo de nuevos mercados comerciales, la creencia en la superioridad del modo de vida estadounidense y la influencia de ideologías racistas como la "regla de la gota de sangre". Estados Unidos trató de ampliar su influencia adquiriendo territorios que le sirvieran como socios comerciales y le proporcionaran acceso a nuevos mercados, en lugar de hacerlo mediante la colonización y el desplazamiento de las poblaciones indígenas, como se hizo durante la conquista del Oeste. Este cambio de estrategia también reflejaba una creciente creencia en la inferioridad de las poblaciones no blancas, que influyó en las actitudes estadounidenses hacia la expansión en América Latina y el Caribe.<ref>[http://www.afn.org/~dks/race/wright.html "One Drop of Blood" by Lawrence Wright, The New Yorker, July 24, 1994]</ref><ref>Dworkin, Shari L. The Society Pages. "[https://thesocietypages.org/sexuality/2009/10/18/race-sexuality-and-the-one-drop-rule-more-thoughts-about-interracial-couples-and-marriage/ Race, Sexuality, and the 'One Drop Rule': More Thoughts about Interracial Couples and Marriage]"</ref><ref>"[https://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/jefferson/mixed/onedrop.html Mixed Race America – Who Is Black? One Nation's Definition]". www.pbs.org. Frontline. "Not only does the one-drop rule apply to no other group than American blacks, but apparently the rule is unique in that it is found only in the United States and not in any other nation in the world."</ref><ref>Khanna, Nikki (2010). "If you're half black, you're just black: Reflected Appraisals and the Persistence of the One-Drop Rule". The Sociological Quarterly. 51 (5): 96–121. CiteSeerX 10.1.1.619.9359. doi:10.1111/j.1533-8525.2009.01162.x.</ref><ref>Hickman, Christine B. “The Devil and the One Drop Rule: Racial Categories, African Americans, and the U.S. Census.” Michigan Law Review, vol. 95, no. 5, 1997, pp. 1161–1265. JSTOR, www.jstor.org/stable/1290008</ref><ref>Schor, Paul. “From ‘Mulatto’ to the ‘One Drop Rule’ (1870–1900).” Oxford Scholarship Online, 2017, doi:10.1093/acprof:oso/9780199917853.003.0011</ref><ref>Gómez, Laura  E. “Opposite One-Drop Rules: Mexican Americans, African Americans, and the Need to Reconceive Turn-of-the-Twentieth-Century Race Relations.” How the United States Racializes Latinos: White Hegemony and Its Consequences, by Cobas José A. et al., Routledge, 2016, p. 14</ref><ref>Brown, Kevin D. “The Rise and Fall of the One-Drop Rule: How the Importance of Color Came to Eclipse Race.” Color Matters: Skin Tone Bias and the Myth of a Post-Racial America, by Kimberly Jade Norwood, Routledge/Taylor &amp; Francis Group, 2014, p. 51</ref><ref>Jordan, W. D. (2014). Historical Origins of the One-Drop Racial Rule in the United States. Journal of Critical Mixed Race Studies, 1(1). Retrieved from https://escholarship.org/uc/item/91g761b3</ref><ref>Scott Leon, Princeton University, 2011. Hypodescent: A History of the Crystallization of the One-drop Rule in the United States, 1880-1940 url: https://search.proquest.com/openview/333a0ac8590d2b71b0475f3b765d2366/1?pq-origsite=gscholar&cbl=18750&diss=y</ref><ref>Winthrop, Jordan D. “Historical Origins of the One-Drop Racial Rule in the United States.” Color Matters: Skin Tone Bias and the Myth of a Post-Racial America, by Kimberly Jade Norwood, Routledge/Taylor &amp; Francis Group, 2014</ref>


= Nuevo diseño del Manifest Destiny =
= Nueva concepción del Destino Manifiesto: Las bases ideológicas del imperialismo estadounidense =


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Estados Unidos comenzó a ascender como potencia imperial a finales del siglo XIX, tras la conclusión de la Guerra Hispano-Norteamericana en 1898. Como resultado de la guerra, Estados Unidos se hizo con el control de Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas, y marcó el inicio de la emergencia de Estados Unidos como potencia mundial.

En los años siguientes, Estados Unidos intervino en varios países del hemisferio occidental, como México, Honduras y Nicaragua, para proteger sus intereses económicos y mantener la estabilidad en la región. Estas intervenciones sentaron las bases de la Política del Gran Garrote, que el presidente Theodore Roosevelt articuló a principios del siglo XX. Esta política establecía que Estados Unidos intervendría en los asuntos de los países latinoamericanos para proteger los intereses económicos estadounidenses y mantener la estabilidad en la región.

Sin embargo, en la década de 1920, Estados Unidos se enfrentaba a problemas económicos internos y muchos estadounidenses eran cada vez más aislacionistas y contrarios a la idea de intervenir en asuntos exteriores. Además, la política del gran garrote había dado lugar a una serie de intervenciones y ocupaciones en países latinoamericanos, lo que había provocado un resentimiento y una hostilidad generalizados hacia Estados Unidos.

En respuesta, el Presidente Herbert Hoover anunció la Política del Buen Vecino, que establecía que Estados Unidos dejaría de intervenir en los asuntos de los países latinoamericanos y trataría de establecer relaciones amistosas con ellos a través de la cooperación y el respeto mutuo. La Política de Buena Vecindad supuso un cambio con respecto a las políticas intervencionistas del pasado y un giro hacia una política exterior más pacífica y cooperativa.

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Antecedentes de las políticas del Big Stick y Buena Vecindad

Mapa de adquisiciones territoriales en los Estados Unidos de América.

Durante la primera mitad del siglo XIX, Estados Unidos experimentó una importante expansión territorial, tanto hacia el oeste como hacia el sur. Esta expansión estuvo impulsada por una combinación de factores, entre ellos el deseo de nuevas tierras, recursos y mercados, así como la creencia en el excepcionalismo estadounidense y el "destino manifiesto" de Estados Unidos de expandir su territorio e influencia.

Una de las principales formas en que Estados Unidos expandió su territorio durante esta época fue a través de la guerra. El ejemplo más notable es la guerra entre México y Estados Unidos, que tuvo lugar entre 1846 y 1848. La guerra se desencadenó por las disputas sobre la frontera entre Texas, recién anexionada a Estados Unidos, y México, y en última instancia dio lugar a que Estados Unidos se hiciera con el control de gran parte de lo que hoy es el Suroeste estadounidense, incluidas las actuales California, Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.

Estados Unidos también amplió su territorio mediante la compra de tierras. Uno de los ejemplos más significativos fue la Compra de Luisiana en 1803, en la que Estados Unidos adquirió a Francia una vasta extensión de tierra que incluía las actuales Luisiana, Arkansas, Misuri, Iowa, Oklahoma, Kansas, Nebraska, partes de Minnesota, Dakota del Norte, Dakota del Sur y Montana.

Además, Estados Unidos también se expandió a través de la colonización, por ejemplo el camino de Oregón, por el que miles de colonos estadounidenses emigraron al noroeste del Pacífico durante las décadas de 1840 y 1850, lo que condujo a la eventual anexión estadounidense del territorio.

La Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto fueron dos importantes doctrinas que configuraron de forma significativa la política exterior estadounidense y la expansión territorial durante el siglo XIX.

En 1823, el presidente James Monroe promulgó la Doctrina Monroe, según la cual cualquier intento de las potencias europeas de colonizar o interferir en los asuntos de las nuevas naciones independientes del hemisferio occidental se consideraría una amenaza para la seguridad y la estabilidad de Estados Unidos. Estableció a Estados Unidos como potencia dominante en el continente americano y contribuyó a configurar la política exterior estadounidense del siglo siguiente.

El Destino Manifiesto, por su parte, era la creencia de que la misión de Estados Unidos, otorgada por Dios, era expandir su territorio e influencia por Norteamérica y difundir su sistema de gobierno, economía y cultura. Esta idea se utilizó para justificar la expansión territorial, la anexión de Texas, la guerra entre México y Estados Unidos y la colonización del Oeste americano.

Juntas, estas dos doctrinas contribuyeron a configurar la política exterior estadounidense y la expansión territorial durante el siglo XIX y más allá. La Doctrina Monroe contribuyó a establecer a Estados Unidos como potencia dominante en América, mientras que el Destino Manifiesto proporcionó una justificación a la expansión y la difusión de la influencia estadounidense.

Hacia 1850, la expansión territorial de Estados Unidos había alcanzado sus límites actuales, con la excepción de Alaska, que fue comprada a Rusia en 1867. La frontera occidental de Estados Unidos se había ampliado mediante una combinación de guerras, compra de territorios y colonización, incluidas la guerra entre México y Estados Unidos, la compra de Luisiana y la colonización del Oeste americano.

En cuanto a la expansión hacia el norte, la frontera entre EE.UU. y Canadá se estableció mediante una serie de tratados y acuerdos, entre ellos el Tratado de París de 1783, que puso fin a la Guerra de la Independencia, y el Tratado de Gante de 1814, que puso fin a la Guerra de 1812. Además, el acuerdo con Inglaterra de 1818 estableció el paralelo 49 como frontera entre Estados Unidos y Canadá desde el Lago de los Bosques hasta las Montañas Rocosas.

Así pues, la expansión hacia el norte, hacia Canadá, ya no era posible tras el acuerdo con Inglaterra de 1812. El mapa de los actuales Estados Unidos estaba casi completo en 1850, con la excepción de Alaska, que fue el último territorio en ser adquirido.

Tras la toma del norte de México a causa de la guerra mexicano-estadounidense, Estados Unidos adquirió muchos territorios, entre ellos los actuales California, Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. Estos territorios estaban relativamente poco poblados y el gobierno estadounidense los vio como oportunidades de expansión y asentamiento.

Sin embargo, la cuestión de la esclavitud y el equilibrio entre estados esclavistas y abolicionistas se convirtió en un importante problema político en los años posteriores a la guerra, y complicó cualquier expansión hacia el sur. La cuestión de si los nuevos territorios adquiridos a México debían permitir o no la esclavitud fue un tema polémico, y acabó desembocando en. El compromiso de 1850 trató de resolver la cuestión permitiendo que California entrara en la Unión como estado libre, mientras que se dejaba que los demás territorios decidieran la cuestión de la esclavitud a través de la soberanía popular.

El Compromiso de 1850 ayudó a resolver temporalmente el equilibrio entre estados esclavistas y abolicionistas. Aun así, impidió el estallido de la Guerra Civil en 1861, provocada en gran medida por la expansión de la esclavitud en los nuevos territorios. Así pues, la cuestión del equilibrio entre estados esclavistas y abolicionistas se convirtió en un factor de gran importancia para cualquier expansión hacia el sur, lo que finalmente desembocó en la guerra civil.

Intentos de anexión privada y expansión a través de contraterritorios

William Walker.

Además de la expansión y las adquisiciones territoriales impulsadas por el gobierno, también hubo intentos privados de anexión en territorios considerados zonas naturales de Estados Unidos, como el Caribe y América Central. Estos intentos de anexión privada solían estar liderados por intereses comerciales estadounidenses, como compañías ferroviarias, mineras y agrícolas, que buscaban expandir sus operaciones y acceder a nuevos mercados y recursos.

Un ejemplo de anexión privada fue el intento del empresario estadounidense William Walker de conquistar y anexionarse partes de Centroamérica, incluida Nicaragua, en la década de 1850. Walker, antiguo médico, abogado y periodista, dirigió un grupo de mercenarios estadounidenses para erigirse en gobernante de Nicaragua y anexionarla a Estados Unidos. Los esfuerzos de Walker fueron finalmente infructuosos, y el gobierno de Honduras lo ejecutó en 1860.

Los intentos privados de anexión por parte de grupos de aventureros en Cuba y de William Walker en Nicaragua estaban impulsados por el deseo de expandir Estados Unidos y aumentar la influencia económica y política estadounidense en la región. Estos intentos estuvieron motivados por diversos factores, entre ellos el deseo de obtener beneficios económicos y la creencia en la idea del excepcionalismo estadounidense.

Sin embargo, estos intentos también corrían el riesgo de inclinar la balanza a favor de la esclavitud, un tema que dividía profundamente a Estados Unidos en aquella época. La anexión de Cuba o Nicaragua habría añadido nuevos estados esclavistas a la Unión, exacerbando aún más las tensiones entre los estados esclavistas y abolicionistas. Como resultado, estos intentos privados de anexión se encontraron con la oposición del gobierno de Estados Unidos y finalmente fracasaron.

Además, es importante señalar que estos intentos de anexión privada también encontraron la oposición de la población local y de otros países de la región, ya que habrían supuesto la pérdida de soberanía y control sobre sus territorios.

Las acciones de William Walker fueron ampliamente condenadas en Estados Unidos y se convirtió en una figura controvertida. Se le consideraba un aventurero sin escrúpulos que había actuado sin el apoyo ni la autorización del gobierno estadounidense. Sus acciones se consideraron una violación de la Doctrina Monroe, una política estadounidense destinada a impedir la colonización extranjera o cualquier otro tipo de control político de la región por parte de potencias europeas.

La noción de excepcionalismo estadounidense fue una justificación utilizada para justificar el expansionismo estadounidense. Sin embargo, también llevó a la creencia de que los métodos estadounidenses eran superiores a los de otras naciones, lo que condujo a un desprecio por los pueblos y culturas de otros países, que a su vez provocó resistencia y oposición al expansionismo estadounidense.

A pesar de su falta de éxito y de su controvertido legado, las acciones de William Walker influyeron significativamente en la historia política y social de Centroamérica, y sigue siendo una figura controvertida en la región. Sus intentos de anexión privada fueron uno de los muchos ejemplos del expansionismo estadounidense del siglo XIX, impulsado por intereses económicos y la creencia en el excepcionalismo estadounidense.

Tras su ejecución, muchos de sus seguidores fueron capturados, ejecutados u obligados a abandonar el país. Sus acciones fueron muy criticadas en Estados Unidos y se convirtió en una figura controvertida. Se le consideró un aventurero sin escrúpulos que había actuado sin el apoyo ni la autorización del gobierno estadounidense. Sus acciones se consideraron una violación de la Doctrina Monroe, una política estadounidense destinada a impedir la colonización extranjera o cualquier otro tipo de control político de la región por parte de potencias europeas.

Sus acciones en Centroamérica también se toparon con la resistencia y la oposición de la población local, y los historiadores aún debaten su legado en la región. Algunos lo consideran una figura heroica que trató de llevar la modernización y el progreso a la región, mientras que otros lo ven como un dictador despiadado que trató de imponer su voluntad a los pueblos de Centroamérica.

Otro ejemplo de intentos de anexión privada se produjo en Hawai, donde los plantadores y empresarios estadounidenses intentaron anexionar las islas a Estados Unidos para acceder al mercado del azúcar hawaiano. La anexión de Hawai fue un proceso complicado en el que intervinieron los intereses políticos y económicos de muchos actores diferentes, entre ellos plantadores estadounidenses, comerciantes, políticos, la monarquía hawaiana y los habitantes locales.

A finales del siglo XIX, los plantadores y empresarios estadounidenses habían realizado grandes inversiones en las plantaciones de azúcar hawaianas y habían llegado a dominar la economía hawaiana. Vieron en la anexión una forma de acceder al mercado estadounidense y proteger sus inversiones de la competencia extranjera. Los políticos estadounidenses, como el presidente Cleveland, también veían en Hawai un valioso emplazamiento estratégico, ya que sería una valiosa base naval para Estados Unidos.

La anexión de Hawai se logró finalmente en 1898, tras un golpe de estado que contó con el apoyo de los intereses estadounidenses. La anexión de Hawai se llevó a cabo mediante una resolución conjunta del Congreso, que fue promulgada por el presidente McKinley. Fue una medida controvertida, a la que se opusieron muchos nacionalistas hawaianos y algunos estadounidenses que creían que la anexión socavaría los valores democráticos estadounidenses y conduciría al sometimiento de una nación soberana.

La expansión de Estados Unidos se suspendió durante la Guerra Civil, entre 1861 y 1865, ya que el país se centró en el conflicto entre la Unión (norte) y la Confederación (sur) por la esclavitud y los derechos de los estados. Una vez finalizada la Guerra Civil en 1865, el país se reunificó y se abolió la esclavitud con la aprobación de la Decimotercera Enmienda a la Constitución.

Tras la Guerra Civil, Estados Unidos reanudó sus políticas expansionistas, con un renovado énfasis en el crecimiento económico y la expansión territorial. El país siguió empujando hacia el oeste mientras el gobierno trataba de colonizar y desarrollar los territorios occidentales restantes. Esto se hizo a través de una variedad de medios, incluyendo tratados con las tribus nativas, la compra de tierras a México y otros países, y la anexión de nuevos territorios, como Alaska en 1867.

Además, Estados Unidos también trató de ampliar su influencia y control en otras partes del mundo, como el Caribe y América Central, a través de diversos medios como la Política del Gran Garrote y la Política del Buen Vecino. La Política del Gran Garrote se basaba en la presión económica y militar para afirmar el dominio estadounidense, mientras que la Política del Buen Vecino se basaba en la diplomacia y la cooperación para lograr los mismos objetivos. Estados Unidos también siguió aplicando su política expansionista en Asia y el Pacífico.

Expansión a través de la adquisición de territorios en contra

1898 caricatura política: "Diez mil millas de punta a punta" significa la extensión de la dominación estadounidense (simbolizada por un águila calva) desde Puerto Rico hasta las Filipinas. La caricatura contrasta esto con un mapa de los Estados Unidos más pequeños 100 años antes, en 1798.

Estados Unidos adquirió Alaska a Rusia en 1867 mediante un tratado de cesión en el que Rusia vendía el territorio a Estados Unidos por 7,2 millones de dólares. La adquisición de Alaska fue recibida con reacciones encontradas en Estados Unidos, ya que algunos la consideraron una valiosa adquisición de valiosos recursos naturales. Por el contrario, otros la consideraron un "despilfarro de dinero" en un territorio inhóspito y remoto.

En 1867, Estados Unidos también adquirió las islas Midway, en el océano Pacífico. Esto se hizo a través de una reclamación de extracción de guano en virtud de la Ley de las Islas Guano de 1856, que autorizaba a los ciudadanos estadounidenses a tomar posesión de cualquier isla no reclamada con el fin de extraer guano.

En 1878, Estados Unidos también adquirió una estación de carbón en las islas Samoa, en el Pacífico. Esto se hizo para establecer una estación de carbón para los barcos navales estadounidenses en el Pacífico y para proteger los intereses comerciales estadounidenses en la región. La estación de carbón se adquirió mediante un tratado con los dirigentes samoanos locales.

Estas adquisiciones de Alaska, las islas Midway y las islas Samoa formaban parte de una política expansionista más amplia de Estados Unidos en el siglo XIX destinada a asegurarse lugares estratégicos, recursos naturales y acceso a nuevos mercados. Esta expansión también pretendía proyectar el poder y la influencia estadounidenses en distintas regiones y proteger los intereses comerciales de Estados Unidos.

Con la compra de Alaska y la adquisición de las islas Midway y Samoa, Estados Unidos empezó a centrarse en otro tipo de expansión territorial en el Pacífico Sur. En lugar de adquirir nuevos territorios para asentarse o colonizar, Estados Unidos empezó a adquirir territorios para facilitar el comercio y el acceso a nuevos mercados.

Varios factores impulsaron este cambio de enfoque. Una de las principales razones fue el fuerte resurgimiento del imperialismo europeo, ruso y japonés a finales del siglo XIX. Mientras otras potencias imperiales ampliaban sus territorios e influencia en distintas regiones del mundo, Estados Unidos trató de establecer una presencia en estas regiones para proteger los intereses comerciales estadounidenses y proyectar el poder y la influencia de Estados Unidos.

Otra razón fue la rápida industrialización y el crecimiento económico de Estados Unidos a finales del siglo XIX. Los empresarios y las empresas estadounidenses buscaban nuevos mercados y oportunidades para ampliar sus operaciones fuera de las fronteras del país. La adquisición de territorios comerciales en el Pacífico Sur permitió a las empresas estadounidenses acceder a nuevos mercados, recursos y oportunidades.

En este nuevo contexto, la política exterior estadounidense comenzó a enmarcarse en el concepto de la Política de Puertas Abiertas, que pretendía mantener la integridad territorial y la independencia política de China al tiempo que protegía los intereses económicos estadounidenses en la región, y la Política del Gran Garrote, que buscaba extender la influencia estadounidense en el Caribe y Centroamérica mediante una demostración de fuerza e intervención militar.

A finales del siglo XIX, Estados Unidos se había convertido en una gran potencia industrial y agrícola con una población en rápido crecimiento. Con esta expansión de la industria y la agricultura, las empresas y empresarios estadounidenses buscaban nuevos mercados para vender sus bienes y servicios.

Al mismo tiempo, Estados Unidos también buscaba ampliar su influencia y proteger sus intereses en las regiones situadas en torno a su frontera sur, especialmente México. Con la rápida industrialización y crecimiento económico de Estados Unidos, también buscaba ampliar sus mercados comerciales en el Caribe y Centroamérica, donde otras potencias imperiales, como los países europeos, Rusia y Japón, también buscaban establecer su presencia.

Este afán por ampliar los mercados comerciales y extender su influencia en la región se reflejó en la política exterior estadounidense, que se caracterizó por la Política de Puertas Abiertas y la Política del Gran Garrote. Ambas políticas pretendían proteger los intereses económicos estadounidenses y proyectar el poder y la influencia de Estados Unidos en la región, manteniendo al mismo tiempo la integridad territorial y la independencia política de otros países.

Bajo el gobierno de Porfirio Díaz a finales del siglo XIX, México contaba con una importante población de colonos estadounidenses, sobre todo en las regiones septentrionales del país. Estos colonos estadounidenses se dedicaban principalmente a los sectores minero, industrial y agrícola y desempeñaron un papel importante en el desarrollo de estas industrias en México.

Durante esta época, Estados Unidos tenía importantes intereses económicos en México y los colonos americanos pudieron ejercer una influencia significativa sobre la economía mexicana. El gobierno de Díaz se mostró abierto a la inversión extranjera y los colonos norteamericanos pudieron establecerse como una poderosa fuerza económica en la región, especialmente en los sectores minero, petrolero y ferroviario.

Sin embargo, los colonos americanos no estaban interesados en colonizar México. Por el contrario, estaban más centrados en controlar los recursos, como las minas, el petróleo y otras industrias recientes, y hasta cierto punto, las haciendas (granjas), en beneficio de su propio país. Estados Unidos buscaba acceder a los recursos y mercados mexicanos para impulsar su propio crecimiento económico, más que una colonización directa.

Durante esta época, Estados Unidos empezó a adoptar una política exterior más asertiva, conocida como la Política del Gran Garrote, que hacía hincapié en el uso de la fuerza militar y la presión económica para afirmar su influencia en América y más allá. Esta política fue defendida por el Presidente Theodore Roosevelt, que creía que Estados Unidos debía desempeñar un papel más activo en los asuntos mundiales y ejercer su poder para promover la estabilidad y proteger los intereses estadounidenses. Sin embargo, a medida que el país se adentraba en el siglo XX, la Política del Gran Garrote empezó a ser criticada por su enfoque agresivo e intervencionista, lo que condujo a la aparición de la Política del Buen Vecino bajo la presidencia de Franklin D. Roosevelt. Esta política pretendía mejorar las relaciones con los países latinoamericanos a través de la diplomacia y la cooperación mutua, en lugar de la coerción y la intervención. Este cambio en la política exterior fue impulsado por un creciente reconocimiento de las limitaciones de la Política del Gran Garrote y el deseo de construir relaciones más sólidas y cooperativas con los países de la región.

Este cambio en el expansionismo y el imperialismo estadounidenses de finales del siglo XIX puede atribuirse a varios factores, como el deseo de nuevos mercados comerciales, la creencia en la superioridad del modo de vida estadounidense y la influencia de ideologías racistas como la "regla de la gota de sangre". Estados Unidos trató de ampliar su influencia adquiriendo territorios que le sirvieran como socios comerciales y le proporcionaran acceso a nuevos mercados, en lugar de hacerlo mediante la colonización y el desplazamiento de las poblaciones indígenas, como se hizo durante la conquista del Oeste. Este cambio de estrategia también reflejaba una creciente creencia en la inferioridad de las poblaciones no blancas, que influyó en las actitudes estadounidenses hacia la expansión en América Latina y el Caribe.[8][9][10][11][12][13][14][15][16][17][18]

Nueva concepción del Destino Manifiesto: Las bases ideológicas del imperialismo estadounidense

Alfred Mahan en 1904.

Según la teoría dominante, la absorción de estos territorios haría retroceder a Estados Unidos; antes era posible masacrar a los indios occidentales sin ningún problema, pero ahora ya no es posible. En consecuencia, ya no se prevé la anexión de estos territorios, sino la explotación de sus recursos en términos de materias primas y mano de obra barata.

Varios políticos, teólogos y estrategas fusionan las doctrinas de Monroe y el Destino Manifiesto con el Darwinismo social, afirmando que al ser de superioridad moral y racial, el destino divino de los estadounidenses es extender su dominación y civilización por todo el hemisferio.

Más concretamente, hacia 1890, empresarios y emprendedores de los Estados Unidos se establecieron no sólo en América Latina, sino también en Hawai. Lo que necesitamos saber es que estos empresarios, supuestamente elegidos por el darwinismo social, no actúan solos. Son apoyados generosamente por el gobierno federal y las finanzas públicas de los Estados Unidos.

Bajo Alfred Maham los Estados Unidos tienen una marina moderna capaz no sólo de proteger las costas de los Estados Unidos, sino también de competir con la Marina Real Británica, que hasta entonces tenía el dominio de los mares.

El objetivo es proteger el nuevo imperio comercial de Estados Unidos y apoyar la política de Washington en el extranjero.

La primera prueba de esta armada será en el Pacífico, en Hawai, que ya era entonces un lugar donde muchos agricultores estadounidenses cultivaban azúcar con un gran número de esclavos y trabajadores de Asia.

Para continuar dominando este territorio, en 1893 estos plantadores organizaron un golpe de estado apoyado por la Marina de los Estados Unidos para derrocar al Gobierno Real de la Reina; en 1898 los Estados Unidos anexaron esta isla estratégica donde luego construyeron la base naval de Pearl Harbour.

El imperialismo declarado bajo el presidente William McKinley: 1898, Guerra contra España

Affiche électorale de 1900 montrant McKinley debout sur l’étalon-or soutenu par des soldats, des marins, des hommes d’affaires et des ouvriers.

1898 fue también y sobre todo el año en que los Estados Unidos bajo el presidente norteamericano William McKinley entró en la guerra contra España por el control de Cuba.

Cuba ya tiene muchos agricultores norteamericanos o tienen plantaciones de caña de azúcar en ese momento.

En esta guerra contra España, Cuba será el primer objetivo, pero también Puerto Rico, Guam y Filipinas.

A principios de la década de 1829, España perdió todas sus colonias en el este de Estados Unidos, excepto Cuba y Puerto Rico, debido a la revolución haitiana y a que las elites criollas blancas temían demasiado que una guerra de independencia en sus islas desencadenara una revuelta masiva de sus propios esclavos; En Cuba, especialmente la élite se ha beneficiado desde principios del siglo XIX de la caída de Santo Domingo, que se convirtió en el primer país azucarero del continente, la nueva perla de las Indias Occidentales gracias a 1,5 millones de esclavos africanos importados entre 1800 y 1850; esta élite criolla tampoco quiere arriesgar su fortuna en una guerra de independencia.

Después de la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos en 1865, los campesinos cubanos lanzaron una primera guerra de independencia en 1868 en la que fueron apoyados por muchos afrocubanos, en particular por el General Antonio Maceo. Esta guerra se prolongaría durante 10 años sin lograr la independencia, España abolió la esclavitud en Cuba en 1886, pero no fue hasta 1895 que los cubanos lanzaron una nueva guerra de independencia bajo el liderazgo intelectual de José Martín y el liderazgo militar de Maceo.

A pesar de las victorias, estos dos líderes murieron rápidamente, 1896 la situación parecía estar en un callejón sin salida; en ese momento, Estados Unidos atravesaba una crisis económica y los círculos económicos buscaban nuevos mercados en el exterior y Cuba parecía finalmente madura para ser tomada, pero para ello era necesario captar la opinión pública de Estados Unidos.

Washington envía un buque de guerra llamado USS Maine (ACR-1) que explotará matando a 260 marineros y oficiales; incluso si la responsabilidad de España nunca ha sido probada, es el pretexto que Estados Unidos usará para iniciar la guerra.

España fue rápidamente derrotada y renunció a casi todo el resto de su imperio: Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas por 20 millones de dólares. Ninguna de las islas tendrá voz en este tratado que firma el inicio del imperialismo norteamericano per se o, en términos menos brutales, "la misión civilizadora del hombre blanco".

El racismo detrás de la empresa estadounidense es abierto. Estados Unidos convirtió a Puerto Rico en un protectorado, Cuba estuvo ocupada militarmente hasta 1902, pero Estados Unidos obligó al Congreso cubano a aprobar la EnmiendaPlatt que limitaba la soberanía cubana y permitía a Estados Unidos intervenir militarmente para defender la vida, la propiedad y la libertad en Cuba, lo que haría varias veces.

Con la enmienda Platt, Washington obliga a Cuba a alquilar una base militar en Guantánamo por casi 1.000 dólares al año.

A partir de 1900, fue también la Open Door Policy, ya definida a finales del siglo XIX en Asia, la que exigía a las potencias imperiales que respetaran el principio de igualdad de oportunidades en el comercio para todas las naciones.[19][20][21][22][23][24][25][26]

Esta política se convierte en la piedra angular de la política exterior de los Estados Unidos, es decir, los Estados Unidos requieren la apertura de los mercados a las empresas estadounidenses y luego el objetivo es lograr el dominio del mercado.

El Canal de Panamá

Obras de construcción de la copa Gaillard en 1907.

Son las Américas las que siguen siendo su principal área de expansión, el Caribe, América Central, con la apertura de un canal entre el Atlántico y el Pacífico en el centro del sistema que ya se venía defendiendo desde la década de 1870; para los políticos estadounidenses, esta es la mejor manera de dominar el comercio interoceánico y evitar cualquier ataque al territorio de los Estados Unidos.

El Presidente Theodore Roosevelt será el que lo haga. Fue voluntario en Cuba con los fusiles de los jinetes, cuando era Presidente de los Estados Unidos dirigió la apertura del Canal de Panamá.

En ese momento, Panamá era un departamento de Colombia, pero a finales del siglo XIX Colombia estaba en las garras de una de estas muchas guerras civiles y el gobierno de Roosevelt empujó a los rebeldes panameños a declarar la independencia de Panamá enviando barcos de guerra para asegurar su victoria.

Colombia cedió y en 1903 los Estados Unidos firmaron un tratado con la nueva nación de Panamá para obtener el área del canal y 100 años de control del canal, el canal se completó en 1914 con una fuerza laboral principalmente de Jamaica y Barbados.

Ya en 1903, Estados Unidos se hizo cargo del Caribe y América Central

Intervenciones y ocupaciones militares estadounidenses en América Latina: 1903 - 1934

La carta en la que Roosevelt usó por primera vez su ahora famosa frase.

A partir de 1903, pero sobre todo tras el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, Estados Unidos consideró el Caribe como su propio Mediterráneo e intervino a su antojo: "speak softly and carry a big stick"[27][28][29][30].

La armada estuvo muy involucrada en Cuba, México en 1914 y desde que los europeos entraron en la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos pudieron hacer lo que quisieran ocupando Haití, la República Dominicana, Nicaragua y en 1917 compró las Islas Vírgenes a Dinamarca.

Ocupaciones militares de los Estados Unidos

Detrás de las ocupaciones todavía está la doctrina Monroe, pero complementada por el corolario Roosevelt que surge del temor a la interferencia de las potencias europeas que han prestado dinero a las naciones de América Central y el Caribe; las naciones europeas viendo que América Central y el Caribe no pueden pagar esta deuda intervienen militarmente.

« La injusticia crónica o impotencia que resulta de una relajación general de las reglas de la sociedad civilizada puede requerir en última instancia la intervención de una nación civilizada en Estados Unidos o en cualquier otro lugar, y en el Hemisferio Occidental, la adhesión de Estados Unidos a la doctrina Monroe puede forzar a Estados Unidos, a regañadientes, sin embargo, en casos flagrantes de injusticia e impotencia, a ejercer su poder policial internacional. »

— Theodore Roosevelt, Roosevelt Corollary[31]

Esta doctrina llama a las naciones latinoamericanas a estabilizar sus finanzas y regímenes si no quieren ser objeto de una intervención civilizadora por parte de Estados Unidos. Además, Estados Unidos está asumiendo la misión de proteger a estas pequeñas naciones.

A diferencia de Francia e Inglaterra, Estados Unidos logró en esos años desarrollar un imperio sin muchas colonias, por lo que era un imperio mucho más barato de mantener.

Es un imperio caracterizado por el control político y económico interrumpido por los embarques navales. En todos los casos, excepto en México, la intervención se justifica tanto ante el público estadounidense como ante el mundo exterior por el argumento de que la aplicación juiciosa de la fuerza militar conducirá al establecimiento de la democracia en la región.

Escenario de intervenciones

Dibujo animado de 1904 que muestra a Roosevelt armado con su "gran bastón" ("big stick") mientras patrullaba el Mar Caribe.

Como Wilson lo expresó cruelmente « enseñaré a las naciones americanas a elegir buenos hombres »[32].

En ese momento, incluso en los Estados Unidos, la democracia era limitada, el movimiento obrero estaba severamente reprimido, las mujeres no votaron hasta 1920 y los negros en el Sur sólo a partir de 1964.

Lo que los políticos estadounidenses imaginan como democracia en América Latina son repúblicas aristocráticas donde los únicos intereses representados son el elemento respetable de la "mejor clase" y no la "chusma".

Todo esto es particularmente interesante, porque vemos que hay una racialización de la relación de la política exterior americana que se hace eco de las relaciones entre negros y blancos al mismo tiempo; los dominados son bárbaros turbulentos casi desnudos, pero no peligrosos que un buen maestro debe entrenar y domar para hacerlos adultos responsables; en el mismo período Ku Klux Klan se desarrolla notablemente a través de la película El nacimiento de una nación aclamada, entre otros, por el presidente Wilson.

En primer lugar, las intervenciones de EE.UU. tienen como objetivo impedir que las potencias europeas actúen militarmente contra las naciones latinoamericanas que no pagan sus deudas. Con este fin, Washington anima a los bancos estadounidenses a asumir las deudas de los bancos europeos garantizando el pago de las deudas; esto se llama Dollar Diplomacy.

A medida que Europa se hunde en la Primera Guerra Mundial, estas intervenciones tienen por objeto garantizar a los bancos estadounidenses el reembolso de los préstamos financieros, pero también el dominio geopolítico de los Estados Unidos en la región frente a las potencias europeas, pero también proteger las plantaciones, las minas de los ciudadanos americanos en el continente y, en particular, todo lo que pertenece a la United Fruit Company, proteger el Canal de Panamá y convertir el Caribe en un Mediterráneo estadounidense.

El ejército y la marina de los Estados Unidos desembarcaron con gran pompa y circunstancias en un país endeudado, depusieron sus autoridades sin luchar, ocuparon militarmente el país y establecieron un gobierno provisional compuesto por altos oficiales del ejército estadounidense y unos pocos representantes dóciles de la élite del país.

Altos funcionarios estadounidenses toman el control de las aduanas y los impuestos de importación y exportación apropiados que pagan a los bancos estadounidenses, que luego recuperan sus préstamos.

Los marines también se están preparando para el período posterior a la ocupación para mantener al país bajo el control de los Estados Unidos; están capacitando a las fuerzas del orden para proteger al nuevo régimen, a los grandes terratenientes y a las grandes plantaciones. A veces obligan al país a reformar su constitución, como en Haití [33] que eliminará la prohibición de la propiedad de la tierra para los no blancos que ha existido desde la revolución haitiana, pero también se celebran elecciones nacionales con un ganador prácticamente seguro adquirido en los Estados Unidos.

El propósito de estas ocupaciones no es traer la democracia. Cuando miramos el trabajo de estas ocupaciones, Estados Unidos no invierte casi nada en infraestructura para el desarrollo nacional y la educación, ni se hace nada para capacitar a los funcionarios públicos para mejorar la agricultura o cambiar la cultura política.

El objetivo es afirmar el dominio de Estados Unidos en la región y proteger los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos, ya sea la banca o la United Fruit Company.

1933: Roosevelt y la política del Good Neighbor

Con la llegada al poder del demócrata Franklin Roosevelt en 1933, la política de Washington hacia América Latina pareció cambiar abruptamente.

De 1930 a 1935, casi toda América Latina se vio afectada por la Gran Depresión y experimentó cambios políticos de regímenes más o menos violentos, pero Washington ya no respondió con intervenciones militares.

Roosevelt proclama que las intervenciones unilaterales en los asuntos de otras naciones crean desorden, pero también aversión a los Estados Unidos. Convertirá a su país a la política del Buen Vecino.

Hay que ver que, como los Estados Unidos están en el centro de la crisis económica más profunda de su historia, no pueden seguir aplicando la política del Big Stick, ya que en la década de 1930 tendrían que intervenir en casi toda América Latina, ya que hay disturbios políticos y sociales en casi todos los países.

La Good Neighbor Policy es un avatar de la política de Big Stick. De hecho, Roosevelt no cuestiona la hegemonía norteamericana ni la protección de los intereses norteamericanos en la región; propone otra forma de asegurar y consolidar esta supremacía.

Señala que la política seguida hasta ahora ha sido ineficaz y costosa, y que ha conducido al aumento del nacionalismo y el proteccionismo y al rechazo de los Estados Unidos en la mayoría de los países latinoamericanos.

Roosevelt también ve que la disminución de la influencia política y económica de Europa desde la Primera Guerra Mundial ha reducido considerablemente la necesidad de que Estados Unidos intervenga militarmente. Planea usar la presión económica y diplomática como una prioridad para alinear a las naciones latinoamericanas con las necesidades de Estados Unidos.

Para convencer a América Latina de que hay cambios, Washington firma acuerdos con las naciones latinoamericanas sobre la no intervención y la no injerencia en los asuntos de la otra parte; sin embargo, el gobierno estadounidense no duda en interpretar ciertos principios de no intervención a su favor afirmando que la defensa activa de los intereses económicos de los ciudadanos y empresas estadounidenses en el extranjero no es una intervención en los asuntos internos de otros países, sino simplemente una protección de sus ciudadanos.

La nueva arma es la influencia económica, primero a través del aumento del comercio y desde 1934 el gobierno federal ha creado un banco de importación y exportación que otorga préstamos a los exportadores estadounidenses para estimular la recuperación económica en Estados Unidos. Este banco estatal también lleva a cabo importantes proyectos de desarrollo en América Latina llevados a cabo por empresas estadounidenses.

Además, Washington firma tratados comerciales bilaterales con las naciones latinoamericanas, concediéndoles el estatus de nación más favorecida, lo que resulta en una mayor dependencia de Estados Unidos, que ya era bastante importante antes de 1929 y aumentó drásticamente en la década de 1930. Esta dependencia beneficia a las empresas estadounidenses que contribuyen a los Estados Unidos a medida que salen de la crisis económica.

La cultura es el último componente de la política del Buen Vecino; el gobierno de Roosevelt busca resaltar la unidad del Nuevo Mundo contra el viejo.

Según él, mientras Europa de la Gran Depresión sucumbió al totalitarismo, las Américas defendieron la justicia y la democracia. Con este fin, el Departamento de Estado está creando una división cultural para promover el progreso y el entendimiento en las Américas, pero lo que es más importante, para promover una imagen positiva de Estados Unidos.

El presidente brasileño Getúlio Vargas (izquierda) y el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt (derecha) en 1936.

La División Cultural del Departamento de Estado emite programas de radio en América Latina, publica una revista de amplia difusión, controla la producción cinematográfica en Hollywood y prohíbe la difusión de películas que critiquen a Estados Unidos.

La mejor prueba de que la política de buena vecindad no cambia mucho es que en la década de 1930 casi todos los países que sufrieron los Big Sticks estaban gobernados por dictadores pro-Washington de ejércitos o guardias rurales entrenados bajo ocupación marina; estos eran los Duvalier en Haití, Rafael Trujillo en la República Dominicana Somoza en Nicaragua Batista en Cuba son ejemplos de estos hombres que salen de estas guardias rurales o nacionales que se convierten en presidentes y dictadores o directamente dictadores.

Roosevelt habría dicho de Somoza “he is a son of a bitch but at least he is our son of a bitch[34][35]”. Mientras se enriquecen astronómicamente, estos dictadores aseguran la dominación estadounidense y protegen los intereses económicos estadounidenses en su país amordazando a la oposición y reprimiendo violentamente a las clases trabajadoras.

Respuestas latinoamericanas a las políticas del Big Stick y del Good Neighbor

El balance de poder es fundamentalmente desigual, desde 1950 los últimos intentos de fundar una federación latinoamericana han fracasado y la vasta región está dividida en más de 20 naciones diferentes divididas y casi sin comunicación entre ellas.

Durante la Revolución Mexicana, México bajo Cárdenas logró nacionalizar su industria petrolera mientras que Estados Unidos abandonó su intervención militar.

Lo que también debemos ver es que estas ocupaciones militares no se llevan a cabo sin resistencia. En Haití, la organización de los Cacos, que son guerreros campesinos, se aparea con sangre. En el caso de Augusto Sandino, apenas de los acuerdos alcanzados que el dictador Somoza hizo asesinar en Nicaragua.

Inmigración de latinoamericanos a los Estados Unidos

Finalmente, a largo plazo, las intervenciones militares y la buena vecindad no sólo han facilitado la penetración económica de Estados Unidos en América Latina, sino que también han fomentado la penetración demográfica de los latinoamericanos en Estados Unidos.

Un siglo después, estos inmigrantes hispanos están cambiando no sólo la demografía, las relaciones radicales, la cultura y la política de los Estados Unidos.

Anexos

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  • Beale, Howard K. (1957), Theodore Roosevelt and the Rise of America to World Power, Johns Hopkins Press
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Referencias

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  31. Theodore Roosevelt, Roosevelt Corollary. (en) « Chronic wrongdoing, or an impotence which results in a general loosening of the ties of civilized society, may in America, as elsewhere, ultimately require intervention by some civilized nation, and in the Western Hemisphere the adherence of the United States to the Monroe Doctrine may force the United States, however reluctantly, in flagrant cases of such wrongdoing or impotence, to the exercise of an international police power. »
  32. Statement to British envoy William Tyrrell (November 1913), explaining his policy on Mexico
  33. Constitución de 1918, presentada el 12 de junio de 1918. Constitución elaborada por los Estados Unidos, que ha ocupado el país desde 1915. Adoptada por plebiscito.
  34. Brainy Quote, FDR
  35. Blood on the Border: Prologue