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=El Noreste=
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El noreste está cambiando profundamente y mucho más que el sur.
El noreste experimentó cambios significativos durante el periodo 1877-1900. Fue el centro de la revolución industrial del país y en él se desarrollaron e implantaron muchas de las nuevas tecnologías e innovaciones que impulsaron el crecimiento de la economía estadounidense. Ciudades como Nueva York y Boston experimentaron un rápido crecimiento de la población y la urbanización a medida que inmigrantes y residentes rurales acudían a la región en busca de trabajo en las fábricas y molinos.
 
La economía del noreste estaba muy industrializada y se centraba en la industria manufacturera, sobre todo en los sectores textil, siderúrgico y de maquinaria. Estas industrias se vieron impulsadas por la disponibilidad de recursos como el carbón y el hierro, y por el gran número de inmigrantes que proporcionaban mano de obra.
 
La sociedad del noreste también experimentó cambios significativos durante este periodo, con el ascenso de la clase media y el crecimiento del movimiento obrero. Las condiciones de trabajo en las fábricas eran a menudo duras, y muchos trabajadores se organizaron para exigir mejores salarios y condiciones laborales. El movimiento obrero del noreste desempeñó un papel vital en el desarrollo del movimiento obrero estadounidense, y fue aquí donde se libraron muchas de las batallas clave por los derechos de los trabajadores.


==Industrialización==
==Industrialización==

Version du 24 janvier 2023 à 16:28


El periodo comprendido entre 1877 y 1900 en Estados Unidos se conoce como la "Edad Dorada", un término acuñado por Mark Twain para describir el periodo como de gran crecimiento económico, pero también de pobreza y desigualdad social generalizadas. Durante esta época, el país experimentó una rápida industrialización y urbanización, así como el surgimiento de grandes corporaciones y monopolios. Sin embargo, el gobierno favoreció en gran medida los intereses de estas empresas y de la élite adinerada frente a los de la clase trabajadora estadounidense. Además, este periodo estuvo marcado por el final de la Reconstrucción en el Sur, que tuvo como consecuencia la supresión del derecho al voto de los afroamericanos y el aumento de la discriminación racial. El final del periodo estuvo marcado por la Guerra Hispano-Norteamericana de 1898, que supuso la emergencia de Estados Unidos como gran potencia imperial.

El ferrocarril desempeñó un papel importante en la reconstrucción de Estados Unidos tras la Guerra de Secesión. El ferrocarril ayudó a reconstruir la economía del Sur y también permitió transportar mercancías y personas por todo el país. También ayudó a integrar el país al conectar las distintas regiones y permitir el movimiento de bienes y personas entre ellas. El ferrocarril ayudó a impulsar el crecimiento económico y el desarrollo y contribuyó en gran medida a la transformación del país en una potencia industrial.

Durante el periodo comprendido entre 1870 y 1900, Estados Unidos experimentó importantes cambios económicos, sociales y políticos. El país experimentó un periodo de rápida industrialización y urbanización, que condujo al crecimiento de grandes corporaciones y monopolios. El gobierno, sin embargo, favoreció en gran medida los intereses de estas empresas y de la élite adinerada frente a los de la clase trabajadora estadounidense. Además, este periodo estuvo marcado por la supresión del derecho al voto de los afroamericanos en el Sur y el aumento de la discriminación racial. A pesar de estos problemas, Estados Unidos se convirtió en una gran potencia imperial con la adquisición de territorios como Puerto Rico, Guam y Filipinas en la Guerra Hispano-Norteamericana de 1898.

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Papel de los ferrocarriles

En la ceremonia de conducción de la "Última Púa" en Promontory Summit, Utah, el 10 de mayo de 1869.

Los ferrocarriles desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de Estados Unidos a finales del siglo XIX. La expansión de la red ferroviaria permitió la rápida circulación de mercancías y personas por todo el país, lo que contribuyó a impulsar el crecimiento económico y el desarrollo. Los ferrocarriles también desempeñaron un papel importante en la formación de un enorme mercado interior al conectar las distintas regiones del país y permitir la circulación de mercancías y personas entre ellas.

La red ferroviaria unía el este con el oeste y el norte con el sur, lo que contribuyó a integrar el país y estimuló el crecimiento económico. El ferrocarril también contribuyó a impulsar el crecimiento de la industria y el comercio, ya que facilitó el transporte de materias primas y productos acabados. El ferrocarril también contribuyó a promover el asentamiento de los estados y territorios occidentales, ya que facilitó el traslado de la población. La red ferroviaria también contribuyó a impulsar el desarrollo de las industrias minera, agrícola y maderera. Los ferrocarriles fueron una fuerza fundamental en la transformación del país en una potencia industrial y desempeñaron un papel clave en la configuración de la economía y la sociedad de Estados Unidos durante este periodo.

La expansión de la red ferroviaria en Estados Unidos a finales del siglo XIX fue significativa. En 1870 había aproximadamente 85.000 kilómetros de vías férreas en Estados Unidos, y en 1900 esa cifra había crecido hasta los 320.000 kilómetros, un incremento cuatro veces mayor.

Todos los ferrocarriles eran de propiedad privada y sus horarios se coordinaban mediante la imposición de cuatro husos horarios orientales. Sin embargo, la construcción de los ferrocarriles estuvo plagada de corrupción, prisas y competencia, y la red no siempre estaba bien mantenida. A pesar de estos problemas, la construcción de los ferrocarriles fue subvencionada en gran medida tanto por los estados como por el gobierno federal, lo que contribuyó a estimular su crecimiento.

Como resultado de este crecimiento, las empresas propietarias de los ferrocarriles se hicieron extremadamente poderosas, al haber acumulado grandes propiedades de tierras a lo largo de las vías férreas. Esto condujo a la creación de monopolios y trusts, que controlaban la industria del transporte, y los ferrocarriles se convirtieron en un símbolo de la desigualdad económica y social que caracterizó la Edad Dorada.

Sin embargo, el crecimiento del ferrocarril también tuvo un impacto positivo en el país, ya que facilitó la circulación de mercancías y personas, contribuyó a impulsar el crecimiento económico y el desarrollo y también ayudó a integrar las distintas regiones del país. También facilitó el asentamiento de los estados y territorios del oeste y promovió el crecimiento de diversas industrias como la minería, la agricultura y la madera.

Además de la expansión de la red ferroviaria, Estados Unidos también desarrolló una red de comunicaciones a través del telégrafo y el correo a finales del siglo XIX. Esta red de líneas telegráficas y rutas postales ayudó a conectar a personas y empresas de todo el país, facilitando el envío de mensajes y la realización de negocios a larga distancia.

Sin embargo, a pesar de la expansión de la red ferroviaria y de los nuevos medios de comunicación, los estados de la Unión seguían siendo muy diferentes entre sí. El país puede dividirse en tres regiones: el Oeste, el Sur y el Nordeste. Cada región tenía su propia historia, economía, cultura y estructura social, que las diferenciaba de las demás.

El Oeste se caracterizaba por sus vastas extensiones de tierra, escasa población y economía diversa, que incluía la minería, la agricultura y la ganadería. El Sur, en cambio, había sido devastado por la Guerra Civil y aún se estaba recuperando de sus efectos. Se caracterizaba por una economía fundamentalmente agraria y una gran población de afroamericanos que sufrían discriminación y derechos políticos limitados. El noreste era la región más industrializada y urbanizada del país, y acogía a un gran número de inmigrantes que trabajaban en las fábricas y molinos. El noreste también tenía una economía más desarrollada y una estructura social más compleja.

Los ferrocarriles y las líneas telegráficas ayudaron a conectar el país y a promover el crecimiento económico, pero no pudieron borrar las diferencias regionales que existían en Estados Unidos.

El Oeste

Conquista de territorios amerindios

Tumba común con Lakota que murió después de la masacre de Wounded Knee.

El Oeste, que incluía estados recientemente adquiridos a México y Gran Bretaña, era en gran parte territorio de pueblos indígenas. Entre 1850 y 1890, el gobierno de Estados Unidos emprendió una política de expansión hacia el oeste que incluía el desplazamiento forzoso y el confinamiento de los pueblos indígenas en pequeñas reservas bajo control federal. Esta política se conoció como Indian Removal y tuvo como consecuencia el traslado forzoso de miles de indígenas de sus tierras ancestrales a reservas.

La política del gobierno estaba motivada por el deseo de adquirir la tierra para los colonos blancos, la minería y otros intereses comerciales. Muchos indígenas tuvieron que abandonar sus hogares y se vieron obligados a caminar cientos de kilómetros hasta sus nuevos hogares en zonas desconocidas y a menudo desfavorables. Este viaje, conocido como el Sendero de las Lágrimas, provocó la muerte de miles de personas.

La política del gobierno hacia los pueblos indígenas fue a menudo violenta y brutal, y supuso la pérdida de vidas, tierras y cultura para muchas comunidades indígenas. Los supervivientes de los traslados forzosos fueron a menudo confinados en pequeñas reservas, donde se vieron obligados a vivir en la pobreza y bajo control federal. Esta política de traslado y confinamiento de indios supuso una importante violación de los derechos de los pueblos indígenas y tuvo un impacto devastador en sus comunidades.

Durante el periodo de expansión hacia el oeste de Estados Unidos, la población de búfalos de las llanuras centrales se redujo drásticamente debido a la caza. El búfalo era un recurso crucial para muchos pueblos indígenas, ya que les proporcionaba alimento, ropa y cobijo. La caza del búfalo se consideraba una forma de que los colonos ejercieran control sobre la tierra y los pueblos indígenas que vivían en ella. El exterminio del búfalo tuvo un impacto devastador en muchas comunidades indígenas, ya que destruyó su principal fuente de sustento y su modo de vida.

El último gran conflicto entre el gobierno de Estados Unidos y los pueblos indígenas ocurrió en Wounded Knee en 1890, cuando el Séptimo de Caballería del ejército estadounidense masacró a unos 200 sioux, muchos de los cuales eran mujeres y niños. La masacre de Wounded Knee marcó el final de la resistencia armada de los pueblos indígenas a la política gubernamental de expansión hacia el oeste y confinamiento en reservas.

Los sucesos de Wounded Knee, así como la política de expulsión de los indios y el exterminio de los búfalos, fueron acciones trágicas e injustas que tuvieron un impacto devastador en la vida y la cultura de los pueblos indígenas de Estados Unidos. Se trata de un oscuro capítulo de la historia de Estados Unidos que sigue teniendo repercusiones en los indígenas de hoy.[8][9][10][11][12][13]

La población indígena de Estados Unidos disminuyó considerablemente durante el periodo de expansión hacia el oeste y el confinamiento forzoso en reservas. El número total de indígenas en Estados Unidos pasó de aproximadamente 330.000 en 1860 a 237.000 en 1900, un descenso de casi el 30%.

Por otro lado, la población del Oeste, incluidos los estados y territorios recién adquiridos, aumentó rápidamente de unos 2 millones en 1860 a 20 millones en 1900, un incremento de casi el 900%. Esto se debió a la afluencia de colonos blancos, mineros y otros emigrantes atraídos por la disponibilidad de tierras y la promesa de oportunidades económicas.

En conjunto, la población total de Estados Unidos pasó de 31 millones en 1860 a 76 millones en 1900, un aumento de casi el 145%. Este crecimiento demográfico fue impulsado tanto por el aumento natural como por la inmigración, así como por la expansión hacia el oeste y la afluencia de colonos a los territorios occidentales recién adquiridos.

El drástico descenso de la población indígena se debió a las políticas del gobierno y al impacto de la guerra, las enfermedades y los desplazamientos, y constituye un capítulo triste y trágico de la historia de Estados Unidos.

La proporción de población indígena en Estados Unidos disminuyó drásticamente durante el periodo de expansión hacia el oeste y de confinamiento forzoso en reservas. De una población de aproximadamente 330.000 habitantes en 1860, o alrededor del 0,1% de la población total, la población indígena disminuyó a 237.000 en 1900, o alrededor del 0,003% de la población total. Esto representa un descenso de casi el 70% en la proporción de población indígena en Estados Unidos en el transcurso de cuatro décadas.

Este descenso se debió a una combinación de factores, como la expulsión forzosa, la guerra, las enfermedades y el desplazamiento, así como al impacto de las políticas destinadas a asimilar a los pueblos indígenas a la sociedad blanca estadounidense. El drástico descenso de la población indígena fue un trágico resultado de las políticas gubernamentales hacia los pueblos indígenas y tuvo un impacto devastador en las vidas y culturas de las comunidades indígenas.

Rapide colonisation

El oeste americano a través del río Mississippi. En rojo oscuro, los estados que todavía se consideran parte de él: California, Oregon, Washington, Nevada, Idaho, Arizona, Nuevo México, Utah, Colorado, Wyoming, Montana, más Alaska y Hawaii. En rojo sombreado, los estados que a veces se consideran parte del Sur o del Medio Oeste: Texas, Louisiana, Arkansas, Oklahoma, Missouri, Kansas, Nebraska, Iowa, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Minnesota.

El Oeste se colonizó rápidamente tras la expulsión forzosa de los pueblos indígenas y el exterminio de los búfalos. La rápida expansión de la red ferroviaria facilitó a los colonos desplazarse hacia el Oeste y reclamar tierras, y la disponibilidad de tierras atrajo a un grupo diverso de colonos, entre los que se contaban granjeros, mineros y ganaderos.

La ganadería también desempeñó un papel importante en la colonización del Oeste, ya que los vaqueros conducían grandes rebaños de ganado desde Texas hasta las llanuras del norte para venderlos en los mercados del Este y el Medio Oeste. La expansión de la ganadería se caracterizó también por la presencia de un número significativo de vaqueros afroamericanos, que se enfrentaban a la discriminación y a las escasas oportunidades que ofrecían otras industrias.

La expansión de la red ferroviaria y el crecimiento de la industria cárnica en ciudades como Chicago también facilitaron el crecimiento de la producción y el consumo de carne de vacuno en Estados Unidos. La llegada de la refrigeración permitió conservar la carne y transportarla del Oeste a las ciudades, donde se convirtió en un alimento básico de la dieta estadounidense.

La rápida colonización del Oeste tuvo un impacto significativo en la economía, la cultura y la sociedad de Estados Unidos. La expansión de la red ferroviaria, el crecimiento de la ganadería y el auge de la industria cárnica fueron factores importantes que contribuyeron a la transformación del país en una potencia industrial.

Durante este periodo, cientos de miles de agricultores de Europa del Este y Central también se trasladaron a las Grandes Llanuras para cultivar productos como el maíz y el trigo. Estos inmigrantes, procedentes principalmente de países como Polonia, Rusia e Irlanda, se sintieron atraídos por la promesa de tierras baratas y oportunidades económicas. El gobierno también promovió activamente el asentamiento en el oeste mediante políticas como la Homestead Act de 1862, que ofrecía 160 acres de tierra a cualquiera que estuviera dispuesto a asentarse y mejorarla.

Estos granjeros, conocidos como "homesteaders", se enfrentaron a muchos retos en las Grandes Llanuras, como las duras condiciones climáticas, la falta de infraestructuras y la dificultad de roturar el suelo de las praderas. Sin embargo, perseveraron y sus esfuerzos contribuyeron a transformar las Grandes Llanuras en una importante región agrícola. También contribuyeron al crecimiento de pueblos y ciudades, así como al desarrollo de la industria agrícola en Estados Unidos.

Los inmigrantes del este y centro de Europa fueron también una importante fuente de mano de obra para la industria ferroviaria y las minas del oeste. También desempeñaron un papel en el crecimiento de la industria, sobre todo en el Medio Oeste, donde muchos de ellos se asentaron y trabajaron en las fábricas y molinos.

El asentamiento en las Grandes Llanuras de granjeros procedentes del este, centro y este de Europa fue un aspecto significativo de la expansión hacia el oeste de Estados Unidos y contribuyó a la transformación del país en una potencia agrícola e industrial.

Los inmigrantes chinos también desempeñaron un papel en la colonización del Oeste americano, sobre todo en California. Muchos inmigrantes chinos llegaron a Estados Unidos a mediados del siglo XIX para participar en la Fiebre del Oro de California de 1849 y trabajar en campamentos mineros y pequeñas empresas.

Los inmigrantes chinos se enfrentaron a una importante discriminación y racismo, sobre todo en California, donde a menudo se les negaban los derechos y oportunidades que tenían los colonos blancos. También fueron objeto de violencia y acoso, y a menudo se vieron obligados a vivir y trabajar en comunidades segregadas. A pesar de estos problemas, los inmigrantes chinos contribuyeron al crecimiento de la economía californiana con su trabajo en las minas y sus pequeños negocios.

Los inmigrantes chinos también desempeñaron un papel importante en la construcción del Ferrocarril Transcontinental, que conectaba las costas este y oeste de Estados Unidos. Muchos inmigrantes chinos trabajaron como obreros en el ferrocarril y fueron responsables de gran parte del peligroso y agotador trabajo de construcción del ferrocarril a través de las montañas.

La colonización del interior de Estados Unidos fue difícil, a pesar de los avances en agricultura y transporte. El aislamiento del interior, sobre todo en las Grandes Llanuras, dificultaba el acceso de los colonos a los mercados y los recursos. Las duras condiciones climáticas, con inviernos fríos y veranos calurosos, también supusieron importantes retos para los agricultores.

La mecanización de la agricultura y la mejora del transporte facilitaron a los colonos el establecimiento de granjas y ranchos en el interior, pero el aislamiento y las duras condiciones seguían siendo barreras importantes. Muchos colonos tuvieron dificultades para ganarse la vida y se vieron obligados a abandonar sus granjas, lo que dio lugar al fenómeno del "cuenco de polvo" durante la década de 1930, donde la sequía, la depresión económica y las malas prácticas agrícolas provocaron un grave desastre ecológico y agrícola.

A pesar de estos problemas, la colonización del interior de Estados Unidos fue un aspecto importante de la expansión del país hacia el oeste y contribuyó al crecimiento y desarrollo de la economía y la sociedad. El interior del país se convirtió en una importante región agrícola y la población siguió creciendo, lo que propició la aparición de pueblos y ciudades.

La industria de la venta por correo, ejemplificada por empresas como Sears, desempeñó un papel importante en la colonización y el desarrollo del interior de Estados Unidos. La industria de la venta por correo surgió a finales del siglo XIX y permitió a los granjeros y otros residentes del interior adquirir bienes y productos que de otro modo no estaban a su alcance.

Estos catálogos, como el famoso catálogo de Sears, ofrecían una amplia gama de productos, desde ropa y enseres domésticos hasta equipos y herramientas agrícolas, y permitían a los habitantes del interior adquirir bienes sin tener que desplazarse a las ciudades. La industria de la venta por correo también desempeñó un papel en la estandarización de los patrones de consumo en todo el país, ya que los habitantes del interior podían adquirir productos similares a los disponibles en las ciudades.

A pesar de la rápida colonización y desarrollo del Oeste, siguió siendo una región principalmente rural hasta bien entrado el siglo XX. La conquista del Oeste desempeñó un papel fundamental en la conformación de la cultura y la identidad estadounidenses, como teorizó el historiador Frederick Jackson Turner en su famosa "Tesis de la frontera".

Según Turner, la repetida experiencia de colonizar nuevas fronteras en el continente tuvo un profundo impacto en la sociedad estadounidense, convirtiendo a los norteamericanos en un pueblo único caracterizado por su individualismo, optimismo y espíritu democrático. Sostenía que la existencia de una "frontera" -un lugar de tierras libres y oportunidades- había desempeñado un papel vital en la conformación de la cultura estadounidense y que, al cerrarse la frontera, la sociedad estadounidense se vería obligada a adaptarse a una nueva realidad.

La tesis de Turner ha sido debatida y criticada a lo largo de los años, pero sigue siendo una interpretación influyente de la historia de Estados Unidos, y la conquista y colonización del Oeste sigue siendo un aspecto significativo de la cultura y la identidad estadounidenses. El Oeste, con sus vastos y abiertos espacios, su terreno accidentado y su población diversa, ha llegado a simbolizar el espíritu americano de aventura y optimismo.

La "tesis de la frontera" de Frederick Jackson Turner ha sido criticada por recientes investigaciones históricas, que han puesto de relieve las complejidades y matices de la conquista y colonización del Oeste. Los críticos han señalado que la tesis de Turner hacía demasiado hincapié en el papel de la frontera en la conformación de la cultura y la identidad estadounidenses, ignorando el importante impacto de otros factores como la raza, la clase social y el género.

A pesar de estas críticas, la tesis de Turner sigue siendo una interpretación influyente de la historia de Estados Unidos, y la metáfora de la conquista continúa siendo un poderoso símbolo cultural en la sociedad estadounidense. Esto es evidente en la forma en que la idea de "conquistar una nueva frontera" se ha utilizado en la política y la cultura estadounidenses. Por ejemplo, cuando el Presidente John F. Kennedy lanzó sus programas de ayuda en América Latina y los Cuerpos de Paz, habló de la necesidad de "conquistar una nueva frontera" para promover la democracia y el desarrollo económico en la región.

La metáfora de la conquista también está presente en la cultura popular, donde el género del Oeste ha sido un elemento básico de la literatura, el cine y la televisión estadounidenses, y ha configurado la forma en que los estadounidenses ven la conquista del Oeste y la identidad estadounidense. Esta metáfora de la conquista ilustra también el modo en que la cultura estadounidense se ve a sí misma y su relación con el resto del mundo.

La conquista y colonización del Oeste sigue siendo un aspecto importante de la cultura y la identidad estadounidenses, y la metáfora de la conquista continúa siendo un poderoso símbolo cultural en la sociedad estadounidense, a pesar de las críticas de la investigación histórica....

El Sur

La reunificación de Estados Unidos tras la Guerra Civil fue en detrimento de los afroamericanos, sobre todo en el Sur. Tras la guerra, los estados del Sur aprobaron una serie de leyes conocidas como "Códigos Negros", concebidas para restringir los derechos y libertades de los afroamericanos y mantener un sistema de segregación y control racial. Estas leyes incluían medidas como la restricción del derecho al voto, la limitación de las oportunidades laborales y medidas para controlar los movimientos y el comportamiento de los afroamericanos.

En respuesta a estas leyes y prácticas discriminatorias, los afroamericanos del Sur recurrieron a los tribunales para impugnar su situación legal. Sin embargo, los tribunales no solían responder a sus quejas y muchos se encontraron con la resistencia de los funcionarios blancos y de la comunidad blanca en general.

A pesar de estos obstáculos, los afroamericanos del Sur siguieron luchando por sus derechos y su igualdad a través de diversos medios, como la formación de sus propias organizaciones, la afiliación al Partido Republicano y la participación en movimientos de base. Estos esfuerzos desembocaron en el Movimiento por los Derechos Civiles de las décadas de 1950 y 1960, que finalmente condujo al desmantelamiento del sistema de leyes Jim Crow y la segregación en el Sur.

La reunificación de Estados Unidos tras la Guerra Civil fue un proceso difícil y desafiante para los afroamericanos del Sur, que se encontraron con leyes y prácticas discriminatorias diseñadas para restringir sus derechos y mantener un sistema de segregación y control racial. A pesar de estos retos, los afroamericanos siguieron luchando por sus derechos y su igualdad a través de diversos medios, lo que condujo finalmente al desmantelamiento del sistema de segregación.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos, que seguía dominado por antiguos propietarios de esclavos en los primeros años posteriores a la Guerra Civil, desempeñó un papel importante en la configuración de la situación jurídica de los afroamericanos del Sur. En una serie de casos, conocidos como los Casos de Derechos Civiles de 1883, el tribunal dictaminó que la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que concedía la ciudadanía y la misma protección ante la ley a todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, no obligaba al gobierno federal a proteger los derechos civiles de los afroamericanos.

El tribunal sostuvo que la cláusula de igualdad de protección de la enmienda sólo se aplicaba a la discriminación por parte del gobierno federal y no de los gobiernos estatales o locales. Esta decisión dejó en manos de los estados la regulación de las relaciones raciales y permitió a los estados del Sur aprobar leyes discriminatorias, conocidas como leyes "Jim Crow", que institucionalizaban la segregación y la discriminación racial.

La sentencia del Tribunal en los Casos de Derechos Civiles de 1883 sentó las bases para una larga y difícil lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, y no fue hasta el Movimiento por los Derechos Civiles de las décadas de 1950 y 1960 cuando el gobierno federal empezó a intervenir para proteger los derechos de los afroamericanos del Sur.

En general, la sentencia del Tribunal Supremo en los Casos de Derechos Civiles de 1883 supuso un importante revés para los derechos de los afroamericanos en Estados Unidos y sentó las bases para una larga y difícil lucha por los derechos civiles. La decisión del tribunal dejó de hecho la regulación de las relaciones raciales en manos de cada estado, y no fue hasta el Movimiento por los Derechos Civiles.

En 1896, el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictó una sentencia histórica en el caso Plessy contra Ferguson que legalizaba la segregación racial en los lugares públicos, siempre que no impidiera a ambas razas acceder en igualdad de condiciones a los servicios públicos. Esta sentencia estableció efectivamente la doctrina de "separados pero iguales", que permitía la segregación de los afroamericanos en espacios públicos, como escuelas, transportes públicos y otras instalaciones públicas, siempre que las instalaciones separadas fueran de igual calidad.

Esta sentencia tuvo un impacto significativo en el estatus legal de los afroamericanos en Estados Unidos, especialmente en el Sur, donde permitió la aplicación generalizada de las leyes discriminatorias "Jim Crow" que institucionalizaban la segregación y la discriminación racial. La decisión del caso Plessy contra Ferguson no fue revocada hasta 1954, en el histórico caso Brown contra el Consejo de Educación, que declaró que la segregación en las escuelas públicas era intrínsecamente desigual y, por tanto, inconstitucional.

Es cierto que las enmiendas 14ª y 15ª de la Constitución de EE.UU., aprobadas tras la Guerra Civil para proteger los derechos de los afroamericanos, quedaron en gran medida en papel mojado hasta el Movimiento por los Derechos Civiles de los años cincuenta y sesenta. La interpretación de estas enmiendas por parte de los tribunales permitió de hecho la institucionalización de la segregación racial y la discriminación en muchos ámbitos de la sociedad estadounidense durante décadas.

El derecho al voto de los afroamericanos se vio gravemente restringido por la aplicación de leyes y prácticas electorales discriminatorias, conocidas como "Códigos Negros", tras la Guerra Civil. Estas leyes y prácticas, dirigidas en gran medida a impedir que los afroamericanos ejercieran su derecho al voto, incluían medidas como pruebas de alfabetización, impuestos de capitación y otras prácticas discriminatorias que privaban efectivamente del derecho al voto a los afroamericanos.

La sentencia del Tribunal Supremo en el caso Plessy contra Ferguson, que legalizaba la segregación racial en los lugares públicos siempre que no impidiera que ambas razas tuvieran igual acceso a los servicios públicos, perpetuó aún más la discriminación y la privación del derecho de voto de los afroamericanos en Estados Unidos. Esta sentencia, que estableció la doctrina de "separados pero iguales", permitió la aplicación generalizada de leyes discriminatorias "Jim Crow" que institucionalizaron la segregación y la discriminación raciales.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos tiene un enorme peso en la configuración de los derechos y protecciones legales de los ciudadanos, y los derechos y protecciones conseguidos por los afroamericanos en la década de 1870 se vieron rápidamente erosionados por leyes y prácticas discriminatorias. La lucha por el derecho al voto y los derechos civiles de los afroamericanos fue larga y difícil, y no fue hasta el Movimiento por los Derechos Civiles de las décadas de 1950 y 1960 cuando se lograron avances significativos en el desmantelamiento del sistema de discriminación y privación del derecho al voto que se había establecido en las décadas posteriores a la Guerra Civil.

Hacia 1890, el Sur estaba marcado por la segregación racial generalizada, la violencia y la discriminación, que a menudo se imponían con el consentimiento del Tribunal Supremo. Los "Códigos Negros" aprobados por los estados del Sur en los años posteriores a la Guerra Civil habían restablecido efectivamente un sistema de control racial y segregación, que se vio reforzado por la decisión del Tribunal Supremo en el caso Plessy contra Ferguson.

Las grandes plantaciones que habían sido la columna vertebral de la economía del Sur antes de la Guerra Civil empezaron a desaparecer, sustituidas por un sistema de aparcería, en el que los agricultores sin tierra trabajaban tierras propiedad de otros a cambio de una parte de la cosecha. Los aparceros, en su mayoría afroamericanos, ganaban muy poco y a menudo se endeudaban con los terratenientes a medida que bajaba el precio del algodón en el mercado internacional.

El declive de la economía algodonera, combinado con las leyes y prácticas discriminatorias de la época, dejó a muchos afroamericanos del Sur atrapados en un ciclo de pobreza y endeudamiento, con pocas oportunidades de progreso económico o social. Esto marcó el fin del "Reino del Algodón" y el comienzo de un largo y difícil periodo para el Sur, marcado por la pobreza, la discriminación y la agitación social.

En el Sur, la industrialización continuó principalmente en las industrias siderúrgica y textil después de la Guerra Civil. Estas industrias se establecieron en el Sur durante la guerra como una forma de apoyar el esfuerzo bélico confederado, y continuaron creciendo después de la guerra, impulsadas por la disponibilidad de mano de obra barata y recursos como el carbón y el hierro.

La explotación de los recursos madereros, incluida la deforestación masiva, también se desarrolló en el Sur durante este periodo, ya que los abundantes bosques de la región fueron talados para abastecer la creciente demanda de madera y otros productos madereros.

Sin embargo, la economía del Sur seguía siendo principalmente agraria, y se vio muy afectada por la caída de los precios del algodón y el declive de las grandes plantaciones. Debido al fuerte endeudamiento del Sur, sobre todo durante la guerra, muchas de sus industrias cayeron bajo el control de industriales del Norte, que adquirieron empresas y activos sureños a bajo precio.

Durante muchos años, el Sur siguió siendo en gran medida una región rural y agrícola, y no fue hasta el siglo XX cuando la región empezó a experimentar una industrialización y urbanización significativas. A pesar de ello, la economía del Sur siguió dependiendo en gran medida de la agricultura y las materias primas, y no fue hasta las décadas de 1960 y 1970 cuando la región empezó a experimentar un crecimiento económico y una diversificación significativos.

El Sur siguió siendo principalmente rural después de la Guerra Civil y continuó produciendo sobre todo materias primas, como algodón, tabaco y madera, que se procesaban o consumían en el Norte. La economía de la región siguió dependiendo en gran medida de la agricultura y las materias primas, y no fue hasta el siglo XX cuando el Sur comenzó a experimentar una industrialización y urbanización significativas.

La economía del Sur también siguió dependiendo en gran medida del capital y la gestión del Norte. Esto se debe en parte al fuerte endeudamiento de la región tras la Guerra Civil, que provocó que muchas empresas y activos del Sur fueran adquiridos por industriales del Norte a bajo precio. Esto llevó a una situación en la que gran parte de la economía del Sur estaba controlada por intereses externos y en la que los trabajadores del Sur dependían de las industrias controladas por el Norte para obtener empleo.

Esta dependencia económica del Norte, combinada con la historia de discriminación racial y desigualdad social de la región, contribuyó al relativo subdesarrollo económico y pobreza del Sur en comparación con otras regiones del país. Sin embargo, a lo largo de los años, el Sur ha experimentado importantes cambios económicos y sociales, y hoy cuenta con una economía diversificada que incluye la industria manufacturera, los servicios y las industrias de alta tecnología.

En el Sur, tras la Guerra Civil, el trabajo estaba fuertemente segregado y se implantaron sistemas de trabajo forzado, similares a la esclavitud, mediante el uso de los "Códigos Negros". Estas leyes, aprobadas por los estados del Sur en los años posteriores a la Guerra Civil, estaban diseñadas para restringir los derechos y libertades de los afroamericanos y mantener un sistema de segregación y control racial. Se utilizaban para imponer duras penas, incluidas largas condenas a trabajos forzados, a los afroamericanos por diversos supuestos delitos, como vagabundear o merodear.

Este sistema de trabajos forzados se realizaba a menudo en condiciones brutales y con un gran coste para la vida y el bienestar de los afroamericanos obligados a trabajar. Las tasas de mortalidad entre estos trabajadores eran elevadas y las condiciones en las que trabajaban eran a menudo inhumanas.

También es cierto que este sistema de trabajos forzados no contó con la oposición generalizada de los industriales y financieros del Norte, que a menudo se beneficiaban de la mano de obra barata que proporcionaba este sistema. Muchos ciudadanos del Norte también hicieron la vista gorda ante las condiciones a las que se enfrentaban los afroamericanos en el Sur, y no fue hasta el Movimiento por los Derechos Civiles de los años 50 y 60 cuando se lograron avances significativos en el desmantelamiento de este sistema de trabajo forzado y discriminación.

Los negros fueron excluidos en gran medida del trabajo industrial en el Sur después de la Guerra Civil, y que la mayoría de los blancos que trabajaban en estas industrias procedían de familias campesinas pobres y endeudadas. Estos trabajadores blancos solían cobrar salarios bajos y además estaban muy endeudados.

Este sistema condujo a la formación de pequeñas ciudades complementarias, dominadas por la industria textil y otras industrias, que controlaban y abastecían todos los aspectos de la vida de forma muy parecida a como lo hacían las grandes plantaciones del pasado. Sin embargo, estas ciudades eran principalmente para blancos, y los afroamericanos estaban excluidos de ellas y de las oportunidades económicas que ofrecían.

Este sistema reforzaba la ilusión de la superioridad de la raza blanca y reforzaba la creencia de que los blancos eran superiores a los negros, aunque estuvieran en condiciones económicas similares. Los sistemas de discriminación, segregación y trabajos forzados, se utilizaron para mantener el control social, económico y político sobre la población afroamericana del Sur.

La economía y la mano de obra del Sur siguieron estando fuertemente segregadas y discriminando a los afroamericanos, incluso cuando experimentó cambios significativos tras la Guerra Civil. Estas prácticas y sistemas discriminatorios perpetuaron la pobreza, la desigualdad y las divisiones raciales en la región, y no fue hasta el Movimiento por los Derechos Civiles de los años 50 y 60 cuando se lograron avances significativos en el desmantelamiento de estos sistemas de discriminación y opresión.

El Noreste

El noreste experimentó cambios significativos durante el periodo 1877-1900. Fue el centro de la revolución industrial del país y en él se desarrollaron e implantaron muchas de las nuevas tecnologías e innovaciones que impulsaron el crecimiento de la economía estadounidense. Ciudades como Nueva York y Boston experimentaron un rápido crecimiento de la población y la urbanización a medida que inmigrantes y residentes rurales acudían a la región en busca de trabajo en las fábricas y molinos.

La economía del noreste estaba muy industrializada y se centraba en la industria manufacturera, sobre todo en los sectores textil, siderúrgico y de maquinaria. Estas industrias se vieron impulsadas por la disponibilidad de recursos como el carbón y el hierro, y por el gran número de inmigrantes que proporcionaban mano de obra.

La sociedad del noreste también experimentó cambios significativos durante este periodo, con el ascenso de la clase media y el crecimiento del movimiento obrero. Las condiciones de trabajo en las fábricas eran a menudo duras, y muchos trabajadores se organizaron para exigir mejores salarios y condiciones laborales. El movimiento obrero del noreste desempeñó un papel vital en el desarrollo del movimiento obrero estadounidense, y fue aquí donde se libraron muchas de las batallas clave por los derechos de los trabajadores.

Industrialización

En 1865 el valor de los productos manufacturados en los Estados Unidos era de 2.000 millones de dólares, en 1900 alcanzó los 13.000 millones de dólares. Estados Unidos se ha convertido en la nación con la tasa de productividad más alta del mundo y su industria produce un tercio de los productos manufacturados del mundo.

Cuatro factores explican esta rápida industrialización:

  • creación de un mercado nacional de consumo a través de los ferrocarriles, las comunicaciones, los servicios postales, la publicidad y la venta por correo.
  • innovaciones tecnológicas como el teléfono de Bell en 1876 o la bombilla de Thomas Edison en 1879. Todo esto conducirá al desarrollo de industrias en una mecanización y racionalización del trabajo donde los trabajadores están cada vez más apegados a la máquina.
  • el proteccionismo económico, es decir, el mantenimiento de altos impuestos a la importación por parte de un gobierno federal muy sumiso a los grandes fabricantes para proteger a la industria de la competencia extranjera.
  • capitalismo salvaje.

La era del capitalismo salvaje

Retrato de John D. Rockefeller pintado por John Singer Sargent en 1917.

Dentro de los Estados Unidos se está desarrollando el capitalismo salvaje, el emprendimiento tiene un papel vital convirtiéndose en un modelo de sociedad estadounidense que reemplaza al gran comerciante y plantador de la primera mitad del siglo. Dos hombres encarnan este capitalismo salvaje, Carnegie y Rockefeller.

Carnegie es el símbolo del sueño americano, nació en Escocia, emigró con su familia a la edad de 13 años, hizo todos los oficios y luego se unió a una compañía ferroviaria que no dudó en hipotecar la casa de su madre para invertir en su primer negocio, que fueron los coches cama que pasaban por la industria del acero, las locomotoras y el acero; se especializa en la concentración vertical, es decir, desde la materia prima hasta el producto acabado, y en este caso, desde la minería del carbón y del hierro hasta la industria siderúrgica avanzada. Se convirtió en multimillonario, pero en 1901 abandonó su imperio y se convirtió en filántropo hasta su muerte en 1919 al gastar 350 millones en donaciones.

Standard Oil Refinery No. 1 en Cleveland, Ohio, 1897.

Rockefeller es un especialista en concentración horizontal, es decir, la concentración de tantas empresas como sea posible que produzcan el mismo producto, es decir, el cuasi monopolio en un sector determinado. Nació en el Estado de Nueva York, primero como contador y luego como ejecutivo de una firma de corretaje; en 1859 comprendió la importancia del petróleo y en 1870 fundó la Standard Oil Company, 10 años después controló el 95% de la producción petrolera del país, a menudo gracias a la coerción que fundó el primer fideicomiso petrolero que le permitió establecer la cantidad de petróleo y el precio de venta del petróleo.

Rockefeller producirá más reacciones que Carnegie. Cuando el Congreso trata de proteger a las pequeñas empresas con legislación antimonopolio, Rockefeller se rodea de expertos legales y establece la primera compañía holding, una compañía que controla diferentes compañías mediante la adquisición de una parte significativa de su capital, pero sin tener un monopolio.

Durante los últimos años del siglo XIX, en todos los grandes sectores, cientos de empresas desaparecieron para ser absorbidas por los gigantes de los que Goodyear o General Electric nacieron; todo se hizo con la protección de la Corte Suprema mientras que irónicamente se aplicó la ley antimonopolio contra los sindicatos con el pretexto de que eran anarquistas y amenazaban la libre competencia laboral.

La ley del más fuerte

En 1890, 125.000 estadounidenses de un total de 63 millones, es decir, poco menos del 2% de la población, poseían la mitad de la riqueza nacional que exhibían descaradamente. Casi todos estos "pocos felices" son practicantes de protestantes y anglosajones.

Su riqueza monumental provoca algunas caricaturas, pero no críticas sustantivas, porque se justifica por el darwinismo social de Herbert Spencer que aplica a la humanidad la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies. El triunfo de los industriales se explica por la supervivencia del más fuerte, el más talentoso y el más meritorio; el triunfo industrial de los Estados Unidos se explica por la superioridad de la raza anglosajona.

Todo esto es también la ley de la naturaleza y la ley de Dios. Carnegie publica The Gospel of Fortune mientras que Rockefeller afirma que "Dios me dio mi dinero [14]". Un pastor vende un folleto con un millón de copias que dice que construir una fortuna es un deber cristiano.

Habrá competiciones entre hombres, mujeres y niños de orígenes diferentes, de razas diferentes que nada protege contra la crisis económica, los accidentes de trabajo, las enfermedades o incluso la vejez. Los trabajadores trabajan de 10 a 14 horas al día, de 6 a 7 días a la semana por un salario diario de menos de $1 y sin ninguna protección.

Los trabajadores intentan mejorar sus condiciones de vida trasladándose de un lugar a otro, trabajando más y organizándose. Sin embargo, es difícil organizarse cuando uno es diferente; un sindicato llamado Caballeros del Trabajo, formado en 1870, acepta trabajadores de todos los orígenes, de todos los colores y que en 1886 tiene un millón de miembros gracias a una campaña a favor de la jornada laboral de ocho horas.

1886 grabado publicado en el periódico Harper's Weekly representando la tragedia en Haymarket Square.

El 1 de mayo de 1886, una bomba en una manifestación contra la violencia policial en Chicago mató a 7 agentes de policía. La bomba fue rápidamente atribuida sin pruebas a los anarquistas, cuatro de los cuales fueron condenados a la horca, mientras que la prensa acusó falsamente a los caballeros del trabajo de estar en contacto con estos anarquistas, lo que llevó a la prohibición de este sindicato.

En mayo de 1886, el sindicalismo de clase estaba en caída libre en los Estados Unidos y fue reemplazado por el sindicalismo de negociación sectorial. La Federación Americana del Trabajo (FAL) es la encarnación de este sindicalismo que representa sólo la aristocracia de los trabajadores, los trabajadores calificados, los blancos, pero no los migrantes, que negocian mejores condiciones para sus miembros caso por caso, al tiempo que pulen a los trabajadores no calificados y rechazan cualquier programa político.

El sindicalismo de negociación, que rechaza la lucha de clases, sigue dominando hoy en día tanto por la represión de todo el sindicalismo y la clase como por la fe en el sueño americano de que todo el mundo puede convertirse en un Carnegie o Rockefeller; por el contrario, si eres pobre, eres menos capaz y no trabajas lo suficiente, mereces ser rico y mereces ser pobre.

La urbanización

Broadway en 1909.

La urbanización se debe a que las grandes fábricas están ubicadas en las ciudades y es allí donde se concentran los trabajadores. Hay que ver que el noreste se está urbanizando aún más, ya que desde 1890 hay varias ciudades con más de 250.000 habitantes, Nueva York tiene más de 3 millones de habitantes; en estas ciudades se concentran tanto grandes riquezas como grandes pobrezas.

Cada vez más, la gente vive en comunidades distintas, en espacios limitados y en guetos para los pobres.

Los partidos demócrata y republicano

Tuvimos un intento por parte del pueblo de reunir a los agricultores del Norte y del Sur, el sistema bipartidista republicano en el Norte y California representando la industria y el proteccionismo contra las importaciones y los demócratas representando al Sur Blanco, los agricultores y los grupos de inmigrantes en el centro, el sistema bipartidista se mantiene sin que un partido gane una gran mayoría.

A partir de 1880, las elecciones representaron una movilización espectacular y costosa; con el enorme crecimiento del aparato estatal y de la función pública, cada partido se convirtió en una máquina política que reclutó votantes entre los nuevos migrantes; la corrupción era generalizada, los legisladores de probables empresas recibieron acciones de las industrias que los protegían y los votantes y activistas recibieron empleos públicos. Esto está muy lejos de la América rural, virtuosa y puritana de 1776.

Anexos

  • Cosmas, Graham A. An Army for Empire; the United States Army in the Spanish-American War. Columbia: U of Missouri, 1971. Print.
  • Wealth, by Andrew Carnegie, North American Review Vol.148, Issue 391 pp. 653–665, June 1889. (Later published as Part I of The Gospel of Wealth)
  • The Best Fields for Philanthropy, by Andrew Carnegie, North American Review Vol.149, Issue 397 pp. 682–699, December 1889. (Later published as Part II of The Gospel of Wealth)
  • Excerpts from "Wealth" by Andrew Carnegie, North American Review, 148, no. 391 (June 1889)*Carnegie, South American View, 223 no. 876 (October 1982)

Referencias

  1. Aline Helg - UNIGE
  2. Aline Helg - Academia.edu
  3. Aline Helg - Wikipedia
  4. Aline Helg - Afrocubaweb.com
  5. Aline Helg - Researchgate.net
  6. Aline Helg - Cairn.info
  7. Aline Helg - Google Scholar
  8. Liggett, Lorie (1998). "Wounded Knee Massacre – An Introduction". Bowling Green State University.
  9. "Plains Humanities: Wounded Knee Massacre". Retrieved December 9, 2014. "resulted in the deaths of more than 250, and possibly as many as 300, Native Americans."
  10. Utley, Robert (1963). "The Last Days of the Sioux Nation". Yale University Press.
  11. Bateman, Robert (June 2008), "Wounded Knee", Military History, 24 (4): 62–67
  12. Hill, Richard (October 7, 1999). "Wounded Knee, A Wound That Won't Heal". First Nations issues of consequence.
  13. Jeffrey Ostler: The Plains Sioux and U.S. colonialism from Lewis and Clark to Wounded Knee, pp. 357–358, Cambridge University Press (2004) ISBN 0-521-60590-3
  14. JOHN D. ROCKEFELLER, entrevista en 1905. Peter Collier y David Horowitz, The Rockefellers, an American Dynasty, capítulo 3, p. 48