El sistema de gobierno en las democracias
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Existen tres grandes sistemas democráticos reconocidos en el mundo. Se trata de estructuras políticas que permiten a los ciudadanos participar en el gobierno de su país, normalmente a través de elecciones.
- Democracia parlamentaria: En este sistema, el poder ejecutivo lo ostenta un gabinete, normalmente encabezado por un primer ministro. Este gabinete está apoyado, o "respaldado", por la mayoría de los miembros del parlamento. El Jefe de Estado (que puede ser un monarca o un presidente) suele tener un papel más simbólico o ceremonial. El Reino Unido y Alemania, por ejemplo, son ejemplos de democracias parlamentarias.
- Democracia presidencialista: En este sistema, el presidente es a la vez jefe de Estado y jefe de gobierno. Generalmente es elegido directamente por el pueblo y ejerce funciones ejecutivas y, en algunos casos, legislativas. Estados Unidos y Rusia, por ejemplo, son ejemplos de democracias presidenciales.
- Democracia semipresidencial (o democracia mixta): Este sistema es una combinación de los dos anteriores. Hay un presidente elegido directamente por el pueblo, pero también hay un primer ministro y un gabinete que son responsables ante el parlamento. El presidente suele tener importantes poderes y responsabilidades, pero el primer ministro y el gabinete también ejercen funciones ejecutivas. Francia y Portugal, por ejemplo, son ejemplos de democracias semipresidenciales.
La práctica real de la democracia puede variar considerablemente incluso entre países que comparten el mismo sistema nominal. Diversos factores, como la cultura política, la historia, el sistema jurídico y el marco constitucional, pueden influir en el funcionamiento de estos sistemas en la práctica.
Elementos constitucionales de los sistemas de gobierno
En un sistema democrático, suele haber tres poderes principales: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Sin embargo, algunos análisis y estructuras pueden dividir o considerar poderes adicionales. He aquí una breve descripción de cada poder tradicional:
- Ejecutivo: Responsable de aplicar y hacer cumplir las leyes. Generalmente comprende al jefe de Estado (presidente o monarca), al jefe de gobierno (primer ministro en algunos sistemas), al gabinete y a la burocracia.
- Poder legislativo: Se encarga de crear las leyes. Generalmente está formado por parlamentarios o diputados elegidos, a veces organizados en dos cámaras (como la Cámara de Representantes y el Senado en Estados Unidos).
- Poder judicial: Se encarga de interpretar y aplicar las leyes en caso de litigio. Generalmente está formado por jueces y tribunales.
En algunos sistemas políticos, el papel del Jefe del Estado puede considerarse como un "cuarto poder", separado de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial tradicionales.
- En una democracia parlamentaria, el Jefe de Estado (a menudo un monarca o un presidente) suele desempeñar un papel simbólico o ceremonial, pero puede tener poderes específicos, como la capacidad de disolver el Parlamento, nombrar al Primer Ministro o dar el visto bueno real o presidencial a la legislación.
- En una democracia presidencial, el Presidente es a la vez Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, combinando el poder ejecutivo y el "cuarto poder".
- En una democracia semipresidencialista, el Jefe de Estado (el Presidente) y el Jefe de Gobierno (el Primer Ministro) comparten el poder ejecutivo. Por lo general, el Presidente dispone de importantes poderes, como dirigir la política exterior y de defensa, nombrar al Primer Ministro y a los ministros y, a veces, disolver el Parlamento.
La naturaleza exacta de los poderes del Jefe de Estado varía mucho de un país a otro, y depende de la constitución y las tradiciones políticas del país. En algunos casos, el Jefe de Estado puede tener poderes considerables, incluso en un sistema parlamentario. En otros casos, el papel del Jefe de Estado puede ser principalmente simbólico o ceremonial.
El término "gobierno" puede utilizarse de diversas maneras, dependiendo del contexto. He aquí algunos usos comunes:
- Gobierno como entidad ejecutiva: En este sentido, "gobierno" suele referirse al conjunto de individuos que tienen el poder de tomar decisiones ejecutivas en un Estado. Generalmente incluye al jefe de Estado (por ejemplo, un presidente o monarca), al jefe de gobierno (por ejemplo, un primer ministro) y a otros miembros del gabinete o consejo de ministros.
- Gobierno como institución: En este sentido, "gobierno" puede referirse a todo el sistema por el que se rige un Estado. Incluye no sólo el poder ejecutivo, sino también el legislativo (por ejemplo, el parlamento) y el judicial (por ejemplo, los tribunales).
- Gobierno como administración específica: A veces el término "gobierno" se utiliza para referirse a un conjunto específico de personas que dirigen un Estado en un momento dado. Por ejemplo, podemos hablar del "gobierno Biden" en Estados Unidos o del "gobierno Johnson" en el Reino Unido para referirnos a la administración actualmente en el poder.
El significado exacto del término "gobierno" puede variar según el contexto. Al hablar de política, es importante tener claro el significado del término.
Poder legislativo
En este sistema, el Parlamento, como órgano legislativo elegido, es el núcleo del proceso político. El gobierno suele estar formado por el partido o coalición con mayor apoyo parlamentario, y es responsable ante el parlamento.
Así es como suele funcionar
- El Parlamento establece la orientación política general: esto se hace mediante la legislación. Los parlamentarios (diputados, senadores, etc.) proponen, debaten y votan las leyes. Estas leyes establecen las normas generales y los principios rectores de la política gubernamental.
- El gobierno aplica estas políticas: El papel del gobierno es ejecutar las leyes y políticas establecidas por el parlamento. Esto incluye el establecimiento de reglamentos, la gestión de los servicios públicos y la toma de decisiones en el marco de las leyes vigentes.
En la práctica, sin embargo, la separación de poderes no siempre es tan clara. Por ejemplo, en muchos sistemas parlamentarios, el Primer Ministro y otros miembros del gobierno son a su vez miembros del parlamento, lo que puede dar lugar a una cierta fusión de los poderes legislativo y ejecutivo. Además, el Gobierno puede a menudo influir de forma significativa en la agenda legislativa, por ejemplo proponiendo proyectos de ley.
Con el tiempo, y en particular desde la segunda mitad del siglo XX, muchos han observado una inversión de los papeles: ahora parece que son los gobiernos los que impulsan la toma de decisiones, y el parlamento se contenta esencialmente con ratificarlas. Esto refleja una tendencia observada por muchos politólogos, conocida como "presidencialización" o "ejecutivización" de los sistemas políticos, incluso en las democracias parlamentarias. Hay varias razones que explican esta evolución. He aquí algunas de ellas:
- A medida que la sociedad y la economía evolucionan, la política gubernamental se ha vuelto cada vez más compleja, requiriendo conocimientos técnicos y una toma de decisiones rápida que el proceso legislativo parlamentario no puede proporcionar.
- Crisis y emergencias: las crisis económicas, los conflictos armados, las pandemias y otras emergencias pueden exigir una actuación rápida y decisiva, lo que da más poder al ejecutivo.
- Cobertura mediática de la política: La atención de los medios de comunicación se centra a menudo en el jefe de gobierno (por ejemplo, el primer ministro o el presidente), lo que refuerza su importancia política y su poder relativo en comparación con el parlamento.
Sin embargo, aunque el poder relativo del gobierno ha aumentado, el parlamento sigue siendo una institución crucial en una democracia. Conserva el poder de legislar, de controlar al gobierno (por ejemplo, mediante preguntas, debates, comisiones de investigación, etc.) y, en muchos sistemas, de derrocar al gobierno mediante un voto de censura. El equilibrio entre el gobierno y el parlamento varía de un país a otro y puede cambiar con el tiempo, dependiendo de factores como las tradiciones políticas, la constitución, la opinión pública y el contexto político.
Por otra parte, existe un consenso general sobre el declive del poder legislativo, especialmente en los sistemas parlamentarios. El ejecutivo se ha hecho más fuerte y más independiente del parlamento, gobernando con una mayoría parlamentaria que generalmente le es favorable. La noción de declive del poder legislativo frente al ejecutivo en los sistemas parlamentarios hace referencia a varias tendencias observadas desde la segunda mitad del siglo XX. Estas tendencias han contribuido a reforzar el papel del ejecutivo (normalmente el Primer Ministro y su gabinete) frente al parlamento. He aquí algunos elementos clave de este fenómeno:
- Concentración de poder en manos del ejecutivo: En muchos países, el gobierno ha adquirido más poder para fijar la agenda política y legislativa. Esto significa que el gobierno desempeña a menudo un papel decisivo a la hora de proponer legislación, mientras que el parlamento desempeña un papel más reactivo.
- Mayoría parlamentaria favorable: En muchos sistemas parlamentarios, el gobierno está formado por el partido (o coalición de partidos) que tiene la mayoría de escaños en el parlamento. Esto significa que el gobierno puede contar generalmente con el apoyo de la mayoría parlamentaria para aprobar sus propuestas legislativas. Esta situación puede reducir el papel del parlamento al de un órgano de aprobación, en lugar de un foro para el debate independiente y la toma de decisiones.
- Empoderamiento del ejecutivo: Con el tiempo, el ejecutivo se ha vuelto más independiente del parlamento. Por ejemplo, el jefe de gobierno (a menudo el Primer Ministro) suele tener más poder para elegir a los miembros del gabinete, establecer la política gubernamental y representar al país en el extranjero.
- Influencia de la burocracia y los expertos: Con la creciente complejidad de las políticas públicas, el ejecutivo puede confiar más en la burocracia y los expertos para elaborar las políticas, reduciendo así el papel del parlamento.
Sin embargo, a pesar de estas tendencias, el parlamento sigue siendo una institución central en una democracia. Tiene poder para legislar, controlar la acción del gobierno y, en muchos sistemas, derrocar al gobierno mediante un voto de censura. Además, mecanismos como las comisiones parlamentarias pueden desempeñar un papel importante en el examen de las propuestas legislativas y la supervisión de la administración.
Existen diversas responsabilidades y funciones generalmente asignadas a un parlamento en un sistema democrático. Estas "funciones tradicionales" se han establecido a lo largo de siglos de historia política y constitucional y, aunque puede haber variaciones según el país y el sistema político específico, siguen siendo similares en líneas generales. En los sistemas democráticos, los parlamentos desempeñan una serie de funciones fundamentales, entre ellas :
- Legislación: Los parlamentos tienen poder para proponer, debatir y votar legislación. Sin embargo, el margen de maniobra parlamentario puede variar. En algunos sistemas, sobre todo cuando el gobierno cuenta con una sólida mayoría parlamentaria, la disciplina de voto de los partidos puede limitar la capacidad de los parlamentarios para enmendar las propuestas legislativas.
- Supervisión gubernamental: Los parlamentos también tienen la función de supervisar y controlar la acción del gobierno. Esto puede adoptar varias formas:
- Preguntas al gobierno: Los parlamentarios pueden formular preguntas al Gobierno, a menudo durante el turno de preguntas o mediante preguntas orales o escritas.
- Interpelación: los diputados pueden interrogar al gobierno sobre temas específicos, lo que puede dar lugar a un debate en la asamblea. En algunos sistemas, esto puede incluir también un voto de censura que, de ser aprobado, puede hacer caer al gobierno.
- Comisiones parlamentarias: Los parlamentos suelen contar con una serie de comisiones especializadas que examinan las propuestas legislativas en ámbitos específicos y supervisan las actividades del gobierno en dichos ámbitos.
Estas funciones del parlamento son esenciales para garantizar la responsabilidad democrática del gobierno y asegurarse de que las leyes y las políticas gubernamentales responden a las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos.
Poder ejecutivo
La afirmación de que el poder ejecutivo ostenta el principal poder político en la democracia moderna puede ser discutible dependiendo del contexto político específico, pero en muchos casos es una observación bastante acertada. He aquí algunas de las razones por las que se puede considerar que el ejecutivo tiene un papel central:
- Gestión de los asuntos de Estado: El poder ejecutivo es responsable de la administración cotidiana del Estado y de la aplicación de las leyes. Esto significa que tiene una influencia considerable en la aplicación de las políticas y en la vida cotidiana de los ciudadanos.
- Liderazgo político: En muchos sistemas políticos, el líder del ejecutivo (por ejemplo, el Presidente o el Primer Ministro) suele considerarse el líder político del país. Esto puede reforzar su papel e influencia.
- Papel en la legislación: Aunque el poder legislativo se asocia tradicionalmente al parlamento, en muchos sistemas el ejecutivo también tiene un papel importante en el proceso legislativo, por ejemplo proponiendo proyectos de ley.
- Respuesta a las crisis: En caso de crisis (por ejemplo, guerra, catástrofe natural o pandemia), el ejecutivo suele ser responsable de la respuesta inmediata, lo que puede aumentar temporalmente su poder.
Sin embargo, en una democracia sana, el poder del ejecutivo está equilibrado por otras instituciones, especialmente el parlamento (que tiene poder para legislar y controlar al gobierno) y los tribunales (que tienen poder para interpretar la constitución y las leyes). Esto ayuda a evitar abusos de poder y garantiza que el gobierno actúe en interés de todos los ciudadanos.
En un sistema parlamentario, el gobierno suele estar formado por el partido (o coalición de partidos) que tiene la mayoría de escaños en el parlamento. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el gobierno puede esperar que sus propuestas sean aprobadas por el parlamento, ya que cuenta con el apoyo de la mayoría parlamentaria. Sin embargo, es importante señalar que, incluso en un sistema parlamentario, el gobierno puede enfrentarse a veces a la oposición dentro de su propio partido o coalición, o verse obligado a negociar con otros partidos para obtener el apoyo necesario. En un sistema presidencial, en cambio, el presidente suele ser elegido independientemente del poder legislativo, y no necesita una mayoría en el parlamento para mantenerse en el poder. Esto puede significar que el presidente tenga que negociar con el parlamento para sacar adelante sus propuestas, y puede tener que enfrentarse a un parlamento controlado por un partido de la oposición, una situación conocida como "gobierno dividido".
También hay diferencias en la rendición de cuentas. En un sistema parlamentario, el gobierno es responsable ante el parlamento y puede ser derrocado mediante un voto de censura. En un sistema presidencial, el presidente suele permanecer en el cargo durante todo su mandato, salvo en circunstancias excepcionales (como un procedimiento de destitución), y es directamente responsable ante el electorado. Sin embargo, la eficacia de estos sistemas puede variar en función de muchos factores, como el contexto político específico, la cultura política, el sistema electoral y la constitución.
El poder judicial
El poder judicial, y más concretamente el Tribunal Constitucional o equivalente en muchos países, desempeña un papel esencial en la revisión de la constitucionalidad de las leyes. Este proceso suele denominarse "control de constitucionalidad". Funciona de la siguiente manera:
- Interpretación de la Constitución: Los jueces del Tribunal Constitucional se encargan de interpretar la Constitución y otros textos fundamentales para determinar su significado y aplicación.
- Examen de las leyes: Cuando una ley es impugnada por ser potencialmente inconstitucional, corresponde al Tribunal Constitucional examinar la ley y determinar si se ajusta a la Constitución.
- Invalidación de leyes inconstitucionales: Si el Tribunal Constitucional determina que una ley es inconstitucional, puede invalidarla. Esto significa que la ley ya no puede aplicarse porque contradice la Constitución.
- Protección de los derechos fundamentales: Al examinar la constitucionalidad de las leyes, el Tribunal Constitucional desempeña un papel crucial en la protección de los derechos fundamentales. Si se considera que una ley es inconstitucional porque viola estos derechos, su invalidación por el Tribunal garantiza el respeto de los mismos.
Este papel del poder judicial contribuye a mantener el equilibrio entre los distintos poderes del Estado y a garantizar que los poderes legislativo y ejecutivo respeten la Constitución y los derechos fundamentales.
Los tribunales, y en particular los tribunales constitucionales o supremos, desempeñan un papel cada vez más influyente en muchos países, incluido Estados Unidos. Un ejemplo es la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, comúnmente conocida como "Obamacare", que fue promulgada por el Presidente Barack Obama en 2010. Una de las disposiciones clave de esta ley era el "mandato individual", que obligaba a casi todos los estadounidenses a contratar un seguro médico o pagar una multa. Esta disposición fue impugnada ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos, que tuvo que determinar si el Congreso tenía potestad constitucional para imponerla. En 2012, en el caso NFIB contra Sebelius, el Tribunal Supremo dictaminó que el mandato individual era constitucional, pero interpretó la multa asociada al mandato como un impuesto, lo que significa que el Congreso tenía potestad para imponerlo en virtud de su facultad constitucional de recaudar impuestos. Esta decisión tuvo una gran repercusión en la política sanitaria estadounidense e ilustra el papel cada vez más importante que desempeñan los tribunales a la hora de influir en las políticas públicas. No obstante, cabe señalar que esta influencia puede variar en función del contexto político específico y de la forma en que el poder judicial esté estructurado y regulado en cada país.
== El papel del Jefe de Estado El título de "Jefe de Estado" no está reservado exclusivamente a los presidentes electos. El Jefe de Estado es la persona que representa oficialmente a un país en los asuntos internacionales y en las ceremonias de Estado, y el papel y los poderes exactos asociados a este cargo pueden variar considerablemente en función del sistema político específico del país. He aquí algunos ejemplos de los distintos tipos de Jefe de Estado que existen:
- Monarcas: En una monarquía, el Jefe de Estado suele ser un rey o una reina. En una monarquía absoluta, el monarca tiene un poder político considerable, mientras que en una monarquía constitucional, el monarca suele ser una figura con poderes limitados y el poder político real lo tienen otras instituciones, como el parlamento y el primer ministro.
- Presidentes: En una república, el Jefe de Estado suele ser un Presidente. Sin embargo, el papel y los poderes exactos del presidente pueden variar. En un sistema presidencial, el presidente suele ser a la vez jefe de Estado y jefe de gobierno, con un poder político considerable. En un sistema parlamentario, el Presidente suele ser una figura decorativa con poderes limitados, y el verdadero poder político lo ostenta el Primer Ministro.
- Gobernadores Generales: En algunos países de la Commonwealth, el Jefe de Estado es un Gobernador General que representa al monarca británico. El Gobernador General suele tener poderes limitados y desempeña principalmente funciones ceremoniales.
- Líderes no elegidos: En algunas situaciones, el Jefe de Estado puede ser una persona que no ha sido elegida, por ejemplo tras un golpe de Estado o en un régimen autoritario.
También hay que tener en cuenta que en algunos países, el papel de Jefe de Estado puede ser compartido entre varias personas. En Suiza, por ejemplo, la función de Jefe de Estado es desempeñada colectivamente por el Consejo Federal.
Suiza es un ejemplo único de gobernanza. En lugar de tener un Presidente o un Primer Ministro como Jefe de Estado o Jefe de Gobierno, tiene un sistema colegiado de gobierno denominado Consejo Federal. El Consejo Federal está compuesto por siete miembros elegidos por la Asamblea Federal (el Parlamento suizo). Estos siete miembros son considerados colectivamente como el Jefe del Estado. Cada miembro del Consejo Federal dirige un departamento gubernamental diferente, y toman decisiones como órgano colegiado. Además, cada año un miembro del Consejo Federal es elegido Presidente de la Confederación por la Asamblea Federal para un mandato de un año. El Presidente de la Confederación tiene un papel principalmente representativo y carece de poderes específicos sobre los demás miembros del Consejo Federal. Este sistema garantiza una gran estabilidad y evita la concentración de poder en manos de una sola persona. Este tipo de sistema es bastante raro, ya que la mayoría de los países tienen un único Jefe de Estado, que es un monarca o un Presidente.
Análisis y tipología de los regímenes democráticos
Las tres categorías de democracia
La identificación de los distintos tipos de sistema democrático se basa en un análisis de las relaciones entre el jefe de Estado, el gobierno o gabinete y los actores que potencialmente pueden derrocar al gobierno. He aquí una visión general de estos tres sistemas:
- Democracia parlamentaria: En una democracia parlamentaria, el Jefe de Estado es distinto del Jefe de Gobierno. El jefe de gobierno, a menudo denominado Primer Ministro, suele ser el líder del partido mayoritario en el Parlamento y es responsable ante éste. Si el Parlamento pierde la confianza en el Primer Ministro o en el Gabinete, puede derrocar al Gobierno. La democracia parlamentaria, un sistema ampliamente adoptado en Europa, se caracteriza por el hecho de que el gobierno se forma mediante elecciones parlamentarias. En este sistema, el jefe de gobierno, a menudo llamado Primer Ministro, es generalmente el líder del partido político o coalición de partidos que ostenta la mayoría en el parlamento. Una de las características esenciales de la democracia parlamentaria es que el gobierno debe mantener constantemente la confianza del Parlamento. Si se pierde un voto de confianza, el gobierno puede verse obligado a dimitir, lo que puede dar lugar a nuevas elecciones o a la formación de un nuevo gobierno. También es habitual que en este sistema exista una clara distinción entre el Jefe de Estado y el Jefe de Gobierno. En el Reino Unido, por ejemplo, la Reina desempeña el papel de Jefa de Estado, que es fundamentalmente ceremonial, mientras que el Primer Ministro es responsable de la gestión cotidiana del país como Jefe de Gobierno. Por último, el papel del Parlamento es fundamental en una democracia parlamentaria, ya que es responsable de legislar, supervisar al gobierno y representar al pueblo. Aunque las democracias parlamentarias son comunes en Europa, también existen en otras partes del mundo, como Japón, India y Canadá.
- Democracia presidencial: En una democracia presidencial, el Jefe de Estado es también el Jefe de Gobierno. Es el caso, por ejemplo, de Estados Unidos, donde el Presidente es a la vez Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. Por lo general, el Presidente es elegido independientemente del poder legislativo y no tiene que rendirle cuentas. En consecuencia, el poder legislativo no puede derrocar al gobierno del mismo modo que en una democracia parlamentaria. La democracia presidencial, cuyo arquetipo es el sistema estadounidense, se caracteriza por una clara separación de poderes. El ejecutivo (el Presidente) y el legislativo (el Congreso) se eligen por separado y tienen sus propios ámbitos de responsabilidad, de acuerdo con el principio de separación de poderes. En este sistema, el Presidente, como jefe del ejecutivo, no puede disolver el Congreso y convocar nuevas elecciones, a diferencia de algunos sistemas parlamentarios en los que el jefe del ejecutivo puede disolver el parlamento. Además, el Congreso no puede derrocar al Presidente mediante un voto de censura, como puede ocurrir en un sistema parlamentario. Sin embargo, el Congreso sí está facultado para destituir al Presidente por "delitos graves y faltas", aunque se trata de un procedimiento poco frecuente y políticamente engorroso. Cabe señalar que, aunque el Presidente y el Congreso tienen poderes separados, a menudo tienen que trabajar juntos para aprobar la legislación, lo que a veces puede dar lugar a conflictos políticos o a un punto muerto, especialmente si el Presidente y la mayoría del Congreso pertenecen a partidos políticos opuestos.
- Democracia semipresidencial o mixta: En una democracia semipresidencial, también conocida como democracia mixta, hay un Presidente y un Primer Ministro. El Presidente suele ser elegido directamente por el pueblo y tiene sus propias responsabilidades y poderes independientes del Parlamento, mientras que el Primer Ministro suele ser el líder del partido mayoritario en el Parlamento y es responsable ante éste. Francia es un ejemplo de este tipo de sistema. Un ejemplo bien conocido de democracia semipresidencialista o mixta es Francia. El sistema político francés fue establecido por la Constitución de la V República en 1958 e incluye tanto un Presidente como un Primer Ministro. El Presidente de la República Francesa es elegido directamente por el pueblo para un mandato de cinco años y tiene poderes considerables, especialmente en política exterior y defensa. El Presidente también preside el Consejo de Ministros (el gabinete) y tiene poder para disolver la Asamblea Nacional (la cámara baja del parlamento) y convocar nuevas elecciones. El Primer Ministro, nombrado por el Presidente, suele ser el líder del partido con mayoría en la Asamblea Nacional. El Primer Ministro es responsable de la gestión diaria del gobierno y de la aplicación de la política nacional. Sin embargo, el Primer Ministro es responsable ante la Asamblea Nacional, y el gobierno puede ser derrocado por un voto de censura. En este sistema, el Presidente y el Primer Ministro a menudo tienen que trabajar juntos para gobernar el país, pero pueden surgir tensiones si el Presidente y el Primer Ministro pertenecen a partidos políticos opuestos. En Francia, esto se conoce como "cohabitación".
Las clasificaciones de los sistemas políticos en democracias parlamentarias, presidenciales y semipresidenciales son modelos teóricos que pretenden simplificar la comprensión de los distintos sistemas políticos. Sin embargo, la realidad suele ser mucho más compleja y matizada. Dentro de cada categoría, puede haber una gran variedad de estructuras y poderes constitucionales. Por ejemplo, en algunas democracias parlamentarias el Jefe de Estado puede tener poderes más simbólicos, mientras que en otras puede desempeñar un papel más activo y significativo. Además, el funcionamiento de estos sistemas en la práctica puede verse influido por otros factores, como el sistema electoral, el partido político en el poder y el contexto político e histórico específico. Por ejemplo, el sistema electoral puede influir en la naturaleza de los partidos políticos y en la estructura del parlamento. El partido político en el poder puede influir en la forma en que se forma el gobierno y en las políticas que se aplican. Y el contexto político e histórico específico puede influir en la tradición constitucional, el respeto de las instituciones y la forma en que los distintos actores políticos interactúan entre sí. Por lo tanto, es importante entender que, aunque estas clasificaciones proporcionan un marco útil para comprender los distintos sistemas políticos, no pueden captar todos los matices y especificidades de cada sistema político.
Identificar y clasificar los distintos regímenes
Este diagrama utiliza tres preguntas para clasificar los países en un tipo de democracia. Cada una de estas preguntas ayuda a comprender la distribución del poder entre los distintos poderes del Estado en un país concreto.
- ¿Es el gobierno responsable ante un parlamento elegido? Esta pregunta ayuda a distinguir entre una democracia parlamentaria y otras formas de democracia. Si la respuesta es afirmativa, significa que el gobierno (incluido el primer ministro o el canciller) puede ser destituido por el parlamento mediante un voto de censura, lo que es característico de las democracias parlamentarias.
- ¿Hay un presidente elegido de forma independiente? Esta pregunta ayuda a distinguir entre una democracia presidencial y otras formas de democracia. Si la respuesta es afirmativa, significa que el presidente es elegido independientemente del parlamento, lo que es característico de las democracias presidenciales.
- ¿Es el gobierno responsable ante el presidente? Esta pregunta ayuda a distinguir entre una democracia semipresidencialista y otras formas de democracia. Si la respuesta es afirmativa, significa que el presidente tiene importantes poderes ejecutivos y que el primer ministro o el gobierno le rinden cuentas, lo que es característico de las democracias semipresidenciales.
El proceso de clasificación de un país en una de las tres categorías de democracia
La clasificación de un país en uno de estos tres tipos de democracia depende de la estructura de su sistema de gobierno, que generalmente viene establecida por su constitución. He aquí cómo estas preguntas pueden ayudar a clasificar un país:
- Democracia Parlamentaria: Si el gobierno de un país es responsable ante un parlamento electo y no hay un presidente electo independientemente con poderes ejecutivos significativos, entonces generalmente se clasifica como una democracia parlamentaria. Ejemplos: Reino Unido, Alemania, Canadá.
- Democracia presidencial: Si un país tiene un presidente elegido de forma independiente que es a la vez Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, y si este presidente no es responsable ante el parlamento, entonces el país se clasifica generalmente como una democracia presidencial. Ejemplos: Estados Unidos, Brasil.
- Democracia semipresidencial (o mixta): Si un país tiene un presidente elegido de forma independiente y un primer ministro o gobierno que rinde cuentas tanto a ese presidente como a un parlamento elegido, entonces se clasifica generalmente como una democracia semipresidencialista. Ejemplos: Francia, Rusia.
Estas definiciones son bastante generales y pueden variar ligeramente en función de la interpretación. Además, muchos países tienen sistemas que combinan elementos de estos tipos o no encajan claramente en estas categorías. Por ejemplo, algunos países tienen un sistema parlamentario con un presidente no ejecutivo elegido de forma independiente. Además, algunos países pueden ser formalmente una forma de democracia, pero tienen prácticas que se desvían de la democracia en la práctica.
Responsabilidad del Gobierno ante el Parlamento
Cuando se pregunta si el Gobierno es "responsable ante el Parlamento", se quiere decir que está sometido a la autoridad del Parlamento, que es responsable ante éste y que puede ser obligado a dimitir en caso de moción de censura.
En una democracia parlamentaria, el Gobierno (presidido por el Primer Ministro o Canciller) suele estar formado por el partido o coalición de partidos que cuenta con la mayoría de escaños en el Parlamento. Este gobierno debe mantener la confianza de la mayoría de los miembros del parlamento para permanecer en el poder. Los diputados tienen derecho a interrogar a los miembros del gobierno sobre sus políticas y acciones, y el gobierno está obligado a responder a estas preguntas. Además, el parlamento puede examinar y criticar la conducta del gobierno, y a veces puede exigir investigaciones o comisiones de investigación sobre cuestiones concretas.
El gobierno también está obligado a solicitar la aprobación parlamentaria para determinadas acciones, como la promulgación de nuevas leyes o la modificación de las existentes. Si el parlamento vota en contra de una propuesta importante del gobierno, puede considerarse una expresión de desconfianza. Por último, si una mayoría de parlamentarios vota una moción de censura contra el gobierno, éste suele verse obligado a dimitir. Esto es lo que se entiende por "rendición de cuentas" ante el Parlamento: el gobierno debe responder de sus actos ante esta asamblea y puede ser derrocado si el Parlamento considera que no ha gestionado bien sus responsabilidades.
Los siguientes elementos son fundamentales para analizar y medir la responsabilidad del Gobierno ante el Parlamento. Todos ellos son herramientas o procedimientos que el Parlamento puede utilizar para controlar al Gobierno y hacerle responsable de sus acciones y decisiones.
- Responsabilidad legislativa: es el principio según el cual un gobierno permanece en funciones mientras cuente con la confianza de la mayoría de la cámara legislativa, generalmente el Parlamento. Si el gobierno pierde esta confianza, debe dimitir. Esto garantiza una forma de control democrático sobre el gobierno.
- Moción de censura: se trata de una votación iniciada por el Parlamento para retirar su confianza al gobierno. Si la mayoría de los miembros del Parlamento vota a favor de la moción de censura, el gobierno debe dimitir. Las condiciones específicas para la presentación y adopción de una moción de censura varían de un país a otro.
- Moción de censura constructiva: se trata de una versión especial de la moción de censura, utilizada en algunos países como Alemania, en la que no basta con votar en contra del gobierno actual. En su lugar, los proponentes de la moción de censura deben proponer también un sustituto aceptable para el cargo de jefe de gobierno.
- Voto de confianza: Se trata de una votación iniciada por el propio gobierno para confirmar que sigue contando con la confianza de la mayoría del Parlamento. Si el gobierno pierde un voto de confianza, normalmente se le exige que dimita. A veces, un gobierno puede adjuntar un voto de confianza a una propuesta legislativa importante, haciendo esencialmente de la aprobación de la legislación una cuestión de supervivencia para el gobierno.
En conjunto, estos procedimientos ofrecen una imagen bastante clara de la responsabilidad del gobierno ante el Parlamento en una democracia parlamentaria. Demuestran que el Parlamento tiene poder no sólo para controlar al Gobierno, sino también para derrocarlo si no está satisfecho con su conducta.
Elección del Presidente: ¿proceso directo o indirecto?
La forma en que se elige al Presidente puede tener un impacto significativo en el funcionamiento de un sistema democrático y puede ayudar a diferenciar entre los distintos tipos de democracia.
- Democracia presidencial: En una democracia presidencial como la de Estados Unidos, el Presidente suele ser elegido directamente por el pueblo, y es a la vez Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. No es responsable ante el Parlamento y no puede ser destituido por éste. Esto puede conducir a una estricta separación de los poderes ejecutivo y legislativo.
- Democracia parlamentaria: En una democracia parlamentaria, como la del Reino Unido, el Jefe de Estado (a menudo un monarca o presidente con funciones en gran medida simbólicas) es distinto del Jefe de Gobierno (normalmente llamado Primer Ministro), que suele ser el líder del partido mayoritario en el parlamento. En este caso, el presidente o monarca no es elegido de forma independiente, sino nombrado según la tradición constitucional o la regla hereditaria.
- Democracia semipresidencialista o mixta: En una democracia semipresidencialista, como en Francia, hay un Presidente elegido de forma independiente y un Primer Ministro responsable ante el Parlamento. Esto puede dar lugar a un equilibrio entre los poderes ejecutivo y legislativo, pero también a conflictos si el presidente y la mayoría parlamentaria pertenecen a partidos diferentes.
La forma en que se elige al Presidente y su independencia del Parlamento pueden darnos valiosas pistas sobre el tipo de democracia existente:
- Elección directa: Cuando se dice que el Presidente es elegido directamente, significa que todos los ciudadanos del país con derecho a voto tienen derecho a votar al Presidente. El candidato que recibe más votos se convierte en Presidente. Este es el caso, por ejemplo, de Estados Unidos, Francia y muchos otros países.
- Elección indirecta: La elección indirecta del Presidente significa que los ciudadanos eligen a un órgano intermedio (como un colegio electoral), que a su vez elige al Presidente. Por ejemplo, en la India, el Presidente es elegido por un colegio electoral compuesto por miembros del Parlamento y de las asambleas legislativas estatales.
- Elección independiente: Esto significa que la elección del Presidente es independiente de la elección del Parlamento. En otras palabras, el Presidente es elegido por separado y no por el Parlamento o el Gobierno. Por lo tanto, la elección del Presidente no depende del resultado de las elecciones parlamentarias.
La característica clave de la democracia presidencial es que el Presidente es elegido para un mandato fijo y no puede ser destituido por el Parlamento durante ese mandato. Este sistema ofrece cierta estabilidad, ya que el jefe del ejecutivo permanece en el cargo durante todo su mandato, salvo en caso de impedimento importante, como la destitución en Estados Unidos, por ejemplo. Por el contrario, en una democracia parlamentaria, el jefe de gobierno (el Primer Ministro o el Canciller, por ejemplo) puede ser derrocado por el Parlamento mediante una moción de censura. Esto se debe a que el Jefe de Gobierno es responsable ante el Parlamento y depende de su confianza para permanecer en el cargo. Cuando existe un sistema de responsabilidad legislativa pero no un presidente elegido de forma independiente, tenemos una democracia parlamentaria.
Sin embargo, la clasificación exacta puede ser más matizada en función de las especificidades constitucionales y políticas de cada país. Por ejemplo, en una democracia semipresidencialista, como en Francia, coexisten el presidente elegido de forma independiente y el primer ministro, que es responsable ante el parlamento, mezclando características de los otros dos tipos de democracia.
Responsabilidad del Gobierno ante el Presidente
Cette question permet de distinguer si le système est présidentiel, parlementaire ou semi-présidentiel. Elle permet de savoir devant qui le gouvernement est responsable permet de déterminer le type de système démocratique d'un pays.
Dans un système présidentiel, le gouvernement n'est pas responsable devant le parlement, ni le président. Le président, qui est aussi le chef du gouvernement, est élu de manière indépendante et n'est pas sujet à un vote de confiance ou de défiance par le parlement. C'est le cas par exemple aux États-Unis. Dans un système parlementaire, le gouvernement est responsable devant le parlement, mais pas devant le président. Si le parlement exprime un vote de défiance, le gouvernement doit démissionner. Le président a généralement un rôle plus cérémoniel et ne dirige pas le gouvernement. C'est le cas par exemple au Royaume-Uni. Enfin, dans un système semi-présidentiel, le gouvernement peut être responsable à la fois devant le parlement et le président. C'est le cas en France, où le Premier ministre, qui dirige le gouvernement, doit avoir la confiance de l'Assemblée nationale (le parlement), mais est aussi nommé (et peut être révoqué) par le président.
Dans certains systèmes politiques, le président a le pouvoir de dissoudre le parlement ou de démettre le gouvernement. C'est généralement le cas dans les systèmes semi-présidentiels ou présidentiels. Par exemple, en France, qui est une démocratie semi-présidentielle, le président a le pouvoir de dissoudre l'Assemblée nationale et de provoquer de nouvelles élections législatives. Cependant, il ne peut pas démettre le gouvernement directement, bien qu'il ait le pouvoir de nommer et de révoquer le Premier ministre. Dans d'autres pays avec un système présidentiel, comme les États-Unis, le président n'a pas le pouvoir de dissoudre le Congrès, mais il a une grande influence sur la politique gouvernementale et est à la tête du pouvoir exécutif. En revanche, dans un système parlementaire, comme au Royaume-Uni, le chef du gouvernement (le Premier ministre) est responsable devant le Parlement et c'est le Parlement qui a le pouvoir de renverser le gouvernement par un vote de défiance. Il est important de noter que le degré d'autorité du président et ses relations avec le parlement et le gouvernement peuvent varier considérablement en fonction de la constitution et des traditions politiques spécifiques à chaque pays.
Este gráfico muestra que predominan las democracias parlamentarias, seguidas de las presidenciales y, por último, las mixtas, mostrando estas últimas un ligero aumento desde la década de 1990.
Es interesante observar que la distribución de los distintos tipos de democracia refleja en parte las tradiciones políticas e históricas de las diferentes regiones del mundo. Las democracias parlamentarias son especialmente comunes en Europa, donde tienen una larga historia. Las democracias presidenciales, en cambio, son más frecuentes en América, sobre todo en Estados Unidos y en la mayoría de los países latinoamericanos.
Las democracias mixtas o semipresidenciales, en las que el Presidente comparte el poder ejecutivo con un Primer Ministro responsable ante el Parlamento, son menos comunes, pero pueden encontrarse en países como Francia, Rumanía y Rusia. Este tipo de democracia ha experimentado cierto crecimiento desde la década de 1990, reflejando quizá una tendencia a la diversificación de las estructuras políticas en todo el mundo.
Suiza tiene un sistema de gobierno único llamado colegialidad. En lugar de un Presidente o Primer Ministro como jefe del Ejecutivo, Suiza está gobernada por un Consejo Federal de siete miembros. Cada Consejero Federal es elegido para un mandato de cuatro años por la Asamblea Federal, que comprende el Consejo Nacional y el Consejo de los Estados. Una vez elegido, un Consejero Federal no puede ser destituido de su cargo mientras dure su mandato, a menos que dimita.
Cada miembro del Consejo Federal dirige un departamento del Gobierno suizo, y las decisiones se toman conjuntamente. No hay jerarquía entre los Consejeros Federales. Cada año, un miembro diferente del Consejo Federal ejerce de Presidente de la Confederación, pero este papel es más bien ceremonial y no implica ningún poder adicional. Es un sistema que pretende promover la cooperación y el consenso, en lugar de la rivalidad política. También es una forma de garantizar que las diferentes regiones lingüísticas y culturales de Suiza estén representadas a nivel gubernamental.
Formation de gouvernements
L'étude de la formation du gouvernement est essentielle pour comprendre comment fonctionne un système politique, comment le pouvoir est réparti et comment les décisions politiques sont prises. Voici quelques raisons spécifiques qui soulignent son importance :
- Comprendre l'équilibre des pouvoirs : La manière dont un gouvernement est formé peut montrer comment le pouvoir est distribué entre différentes entités, comme le président, le parlement, le premier ministre, etc. Cela peut aussi aider à comprendre comment ces entités interagissent entre elles.
- Étudier la stabilité politique : Les mécanismes de formation du gouvernement peuvent influencer la stabilité politique. Par exemple, certains systèmes peuvent conduire à des gouvernements de coalition instables, tandis que d'autres peuvent permettre à un parti ou à une personne de détenir un pouvoir excessif.
- Évaluer la représentation : La formation du gouvernement peut affecter la représentation de différents groupes sociaux, partis politiques ou régions du pays au sein du gouvernement.
- Analyser l'efficacité gouvernementale : Certains systèmes de formation du gouvernement peuvent favoriser l'efficacité en évitant les impasses politiques, tandis que d'autres peuvent entraver le processus décisionnel.
- Comparer les systèmes politiques : En étudiant comment les gouvernements sont formés dans différents pays, nous pouvons mieux comprendre et comparer leurs systèmes politiques. Cela peut nous aider à identifier les forces et les faiblesses de différents systèmes et à proposer des réformes politiques.
L'étude de la formation du gouvernement est cruciale pour comprendre la nature et le fonctionnement de la démocratie dans différents contextes. La formation de gouvernements varie en fonction du système politique et du type de démocratie en place dans un pays.
- Démocratie parlementaire : En général, après une élection, le parti qui a remporté la majorité des sièges au parlement a la possibilité de former le gouvernement. Si aucun parti n'a obtenu la majorité, des partis peuvent se regrouper pour former une coalition gouvernementale. Le chef du parti majoritaire ou de la coalition devient généralement le Premier ministre.
- Démocratie présidentielle : Le président est élu séparément du parlement et a l'autorité pour nommer des membres de l'exécutif, qui sont souvent appelés ministres ou secrétaires dans différents pays. Ces nominations peuvent parfois nécessiter l'approbation du parlement.
- Démocratie semi-présidentielle ou mixte : Ici, le pouvoir est partagé entre un président et un Premier ministre. Le président est généralement élu par le peuple, tandis que le Premier ministre est nommé par le président mais doit avoir la confiance du parlement.
Chacun de ces systèmes a ses propres avantages et inconvénients en termes d'équilibre des pouvoirs, de stabilité du gouvernement, de représentation des minorités, etc. Il est à noter que même au sein de ces systèmes, il existe de nombreuses variantes et des processus spécifiques pour la formation du gouvernement peuvent varier d'un pays à l'autre.
Démocraties parlementaires
Dans une démocratie parlementaire, le rôle principal de la formation du gouvernement revient au Premier ministre, qui est généralement le chef du parti ou de la coalition qui a remporté le plus de sièges au parlement lors des élections. Le Premier ministre a la responsabilité de choisir les membres du cabinet gouvernemental. Ces membres, qui sont généralement des parlementaires du même parti que le Premier ministre, assument des rôles spécifiques en tant que ministres dans différents domaines de politique publique.
Cependant, le Premier ministre doit également tenir compte d'une série de contraintes lors de la formation du gouvernement. Il doit s'efforcer de maintenir l'unité et la cohésion au sein de son propre parti, surtout s'il y a des factions ou des différends internes. En outre, si le Premier ministre est à la tête d'une coalition gouvernementale - ce qui est fréquent dans les systèmes parlementaires où aucun parti n'a obtenu la majorité absolue aux élections - il doit également prendre en compte les intérêts et les exigences de ses partenaires de coalition.
L'équilibre entre ces différentes contraintes est un élément clé de la survie et de la réussite d'un gouvernement dans une démocratie parlementaire. Si le Premier ministre perd la confiance du parlement - par exemple, à la suite d'un vote de censure - son gouvernement pourrait être contraint de démissionner.
Comprendre les termes est essentiel pour comprendre la formation et le fonctionnement d'un gouvernement dans un système parlementaire.
- La "responsabilité ministérielle" est le principe selon lequel un ministre est responsable des actions et des décisions prises dans son ministère. Cette responsabilité implique qu'un ministre peut être tenu pour responsable de ses actions et qu'il peut être amené à démissionner si ses actions sont jugées inappropriées ou nuisibles.
- La "responsabilité collective du cabinet" est le principe selon lequel tous les membres du cabinet doivent publiquement soutenir et défendre les décisions prises par le cabinet, même s'ils ne sont pas d'accord avec elles en privé. Cette responsabilité collective est essentielle pour maintenir l'unité et la cohésion du gouvernement.
- Le "vote d'investiture" est un vote qui a lieu au Parlement après la formation d'un nouveau gouvernement. Lors de ce vote, les parlementaires votent pour approuver ou rejeter le nouveau gouvernement. Si le gouvernement obtient l'approbation de la majorité des parlementaires, il est officiellement investi et peut commencer à exercer ses fonctions.
- Le "rôle de formateur" est une personne chargée de former un gouvernement après une élection, en particulier lorsque le résultat de l'élection est incertain ou lorsque aucun parti n'a obtenu la majorité absolue. Le formateur est souvent le futur Premier ministre, mais dans certaines monarchies constitutionnelles, le monarque peut désigner un formateur. Cette personne a la tâche de négocier entre les différents partis politiques pour former un gouvernement qui sera capable de gagner un vote d'investiture au Parlement.
La configuration d'un gouvernement peut prendre plusieurs formes en fonction des résultats des élections et de la dynamique politique dans un système parlementaire. Voici une brève explication de chaque type mentionné :
- Gouvernement de parti unique : Dans cette configuration, un seul parti a remporté la majorité des sièges au parlement lors des élections, lui permettant de former un gouvernement sans avoir besoin de s'allier à d'autres partis. Le parti au pouvoir a ainsi le contrôle total du gouvernement.
- Coalitions gouvernementales : Si aucun parti n'a remporté une majorité absolue lors des élections, plusieurs partis peuvent décider de s'unir pour former une coalition gouvernementale. Cette configuration nécessite des négociations et des compromis entre les partis de la coalition.
- Gouvernement de super-majorité : C'est une forme de coalition gouvernementale dans laquelle la majorité est si grande qu'elle dépasse largement le minimum nécessaire pour contrôler le gouvernement. Cette super-majorité peut permettre de faire passer des réformes constitutionnelles qui nécessitent généralement une majorité qualifiée.
- Gouvernement minoritaire : C'est une situation dans laquelle le parti ou la coalition qui dirige le gouvernement ne contrôle pas la majorité des sièges au parlement. Pour faire passer sa législation, le gouvernement minoritaire doit alors souvent négocier avec d'autres partis. C'est généralement une situation instable qui peut conduire à de nouvelles élections si le gouvernement ne parvient pas à maintenir le soutien du parlement.
Le gouvernement à parti unique
Dans un système de gouvernement de parti unique, les citoyens n'élisent pas directement le Premier ministre ou les membres du cabinet. Dans la plupart des systèmes parlementaires, les citoyens votent pour un parti politique et le leader de ce parti devient généralement Premier ministre s'il peut former un gouvernement, généralement en ayant une majorité de sièges au parlement.
Le parti unique au pouvoir peut choisir les membres du cabinet parmi ses propres rangs, sans la nécessité d'un vote direct du public pour ces positions. Cela signifie que le choix des membres du cabinet peut être largement influencé par les dynamiques internes du parti et la volonté du leader du parti.
Il est important de noter que bien que le terme "parti unique" soit utilisé ici pour décrire une situation où un seul parti domine le gouvernement, dans de nombreux contextes, le terme "parti unique" est également utilisé pour décrire les systèmes politiques non démocratiques où un seul parti est autorisé à exister ou à exercer une domination incontrôlée sur le système politique.
Dans un système parlementaire, lorsqu'un parti unique gagne une majorité de sièges au parlement lors d'une élection, il a alors la capacité de former un gouvernement seul. Le leader de ce parti est généralement nommé Premier ministre. Dans ces cas, il n'y a pas besoin de négocier avec d'autres partis pour former une coalition, ce qui peut faciliter le processus de formation du gouvernement et rendre le gouvernement plus stable une fois formé. C'est ce qui est souvent décrit comme un gouvernement de parti unique.
Cependant, il est assez courant qu'aucun parti n'obtienne une majorité de sièges à lui seul. Dans ces situations, les partis doivent négocier entre eux pour former une coalition gouvernementale. Ces négociations peuvent être complexes et prendre du temps, car elles impliquent souvent des compromis sur les politiques et la répartition des postes ministériels.
Le choix de former une coalition plutôt qu'un gouvernement de parti unique peut être influencé par une variété de facteurs, tels que le désir d'avoir un gouvernement plus représentatif, la nécessité de maintenir la stabilité politique, ou la préférence pour une certaine configuration de pouvoir au sein du gouvernement.
La coalition gouvernementale
Une coalition gouvernementale est formée lorsque deux partis ou plus s'unissent pour former un gouvernement. Cela se produit généralement dans des systèmes parlementaires lorsque aucun parti ne reçoit la majorité des sièges à lui seul lors d'une élection.
La formation d'une coalition gouvernementale implique généralement des négociations entre les partis sur les politiques à suivre et la répartition des postes ministériels. Ces négociations peuvent être complexes et prendre du temps, car elles impliquent souvent des compromis. Une fois formée, la coalition gouvernementale doit travailler ensemble pour gouverner, malgré les différences idéologiques ou politiques qui peuvent exister entre les partis de la coalition.
Il existe différents types de coalitions gouvernementales, dont les coalitions de minorité, où plusieurs partis minoritaires s'unissent pour former un gouvernement ; les coalitions de majorité, où deux ou plusieurs partis ont suffisamment de sièges pour former une majorité au parlement ; et les coalitions de grande coalition, où les deux plus grands partis d'un pays s'unissent pour former un gouvernement.
Il est important de noter que la stabilité et l'efficacité d'une coalition gouvernementale peuvent varier considérablement en fonction de la dynamique spécifique entre les partis de la coalition, ainsi que du contexte politique plus large.
Dans un système parlementaire comme celui de l'Allemagne, lorsque aucun parti ne gagne une majorité absolue de sièges au parlement lors d'une élection, il est nécessaire de former une coalition gouvernementale. Cela implique généralement que le parti qui a remporté le plus de sièges (le "parti majoritaire") invite d'autres partis à se joindre à eux pour former un gouvernement. Ce tableau toutes les combinaisons possibles de partis qui pourraient former une coalition gouvernementale, compte tenu des résultats de l'élection de 1987. Ces combinaisons sont basées sur le nombre de sièges que chaque parti a gagné et sur la compatibilité politique potentielle des partis.
Le modèle office-seeking et policy-seeking est couramment utilisé pour analyser le comportement des partis politiques, en particulier dans le contexte des coalitions gouvernementales.
- Office-seeking: Les partis office-seeking sont principalement intéressés par le pouvoir exécutif - c'est-à-dire qu'ils cherchent à obtenir des postes de ministre, et donc à contrôler certains départements ou secteurs de l'administration publique. Ils peuvent être prêts à faire des concessions sur leurs positions politiques pour atteindre cet objectif. En termes d'office-seeking, les partis politiques cherchent à maximiser leur représentation au sein du gouvernement, ce qui signifie obtenir le plus grand nombre possible de postes ministériels. L'objectif est donc de faire partie d'une coalition qui dispose d'une majorité suffisante pour gouverner, mais sans plus de partis que nécessaire. C'est ce qu'on appelle une "coalition minimale gagnante". L'idée derrière une coalition minimale gagnante est qu'elle permet à chaque parti de la coalition d'avoir une plus grande influence sur la politique gouvernementale. Plus il y a de partis dans une coalition, plus l'influence de chaque parti est diluée, car ils doivent partager le pouvoir avec plus de partenaires. En outre, l'objectif de "faire la moindre collation minimale", ou de former une coalition avec le nombre de sièges en surplus le plus bas, vient du désir d'éviter de partager le pouvoir avec plus de partis que nécessaire. Plus il y a de sièges en surplus dans une coalition, plus il y a de chances qu'un parti de la coalition soit en mesure de quitter la coalition sans la faire tomber. Ce qui pourrait donner à ce parti un pouvoir de négociation supplémentaire et donc diluer l'influence des autres partis de la coalition. Cependant, la formation de coalitions est souvent un processus complexe, où il faut non seulement tenir compte de la répartition des sièges, mais aussi de la compatibilité des politiques et des relations entre les partis.
- Policy-seeking: Les partis policy-seeking, en revanche, sont principalement intéressés par la mise en œuvre de leurs politiques préférées. Ils chercheront à entrer dans une coalition qui leur permettra de réaliser autant que possible de leur programme politique. dans une perspective "policy-seeking", les partis cherchent à obtenir des postes ministériels non seulement pour accroître leur représentation, mais aussi pour avoir une influence directe sur la politique du gouvernement. Ils peuvent ainsi contribuer à orienter la politique gouvernementale dans une direction qui est en accord avec leurs objectifs et valeurs idéologiques. Par exemple, un parti de gauche peut chercher à obtenir le poste de ministre des Affaires sociales pour pouvoir influencer les politiques dans le sens d'une plus grande intervention de l'État dans l'économie et dans la protection sociale. De même, un parti de droite peut chercher à obtenir le poste de ministre de l'Économie pour pouvoir promouvoir des politiques favorisant le libre marché et minimisant l'intervention de l'État dans l'économie. Cependant, comme pour l'office-seeking, la formation de coalitions dans une perspective policy-seeking est un processus complexe, qui nécessite de prendre en compte à la fois le nombre de sièges détenus par chaque parti, mais aussi leur compatibilité idéologique et leurs relations mutuelles.
En réalité, la plupart des partis cherchent à la fois le pouvoir exécutif et la mise en œuvre de leurs politiques, mais leur priorité peut varier en fonction de divers facteurs, tels que la taille du parti, son idéologie, la nature du système électoral, ou le contexte politique spécifique. Pour former une coalition gouvernementale, il est souvent nécessaire de trouver un équilibre entre ces deux objectifs : un parti qui ne cherche que le pouvoir risque d'être considéré comme opportuniste et de perdre la confiance de ses électeurs, tandis qu'un parti qui ne cherche que la mise en œuvre de ses politiques peut se retrouver exclu du pouvoir s'il n'est pas prêt à faire des compromis.
Le tableau ci-dessous indique la position idéologique de différents partis politiques allemands sur une échelle allant de gauche à droite, en fonction de leur vision de l'intervention de l'État dans l'économie. La gauche politique, généralement, prône un État plus interventionniste dans l'économie. Cela peut inclure des politiques telles que la redistribution de la richesse, l'augmentation des dépenses publiques pour le bien-être social et les services publics, la réglementation des entreprises pour protéger les travailleurs et l'environnement, et parfois la propriété publique de certains secteurs de l'économie. La droite politique, en revanche, prône souvent un État plus minimaliste en matière économique. Cela peut comprendre des politiques telles que la réduction des impôts et des dépenses publiques, la libéralisation des marchés et la réduction de la réglementation des entreprises, et la promotion de la propriété privée et de l'entreprise individuelle.
Il est tout à fait logique de chercher à former une "coalition connectée" ou "contiguë" en politique. Les partis qui se situent à proximité les uns des autres sur le spectre politique ont tendance à avoir des visions du monde et des politiques similaires. Par conséquent, ils sont susceptibles de travailler plus efficacement ensemble et d'avoir moins de conflits internes. Ces coalitions sont souvent plus stables que celles qui regroupent des partis de différentes parties du spectre politique, car il est plus facile pour les partis proches idéologiquement de s'accorder sur les politiques à mettre en œuvre. Ils sont également susceptibles d'avoir des bases de soutien similaires, ce qui peut faciliter la communication et l'engagement avec le public.
Dans le processus de formation d'une coalition, les partis politiques négocient souvent entre eux pour obtenir le soutien dont ils ont besoin pour atteindre une majorité. Ces négociations peuvent impliquer des concessions sur diverses questions, comme le programme politique, les postes gouvernementaux clés, ou les politiques spécifiques à mettre en œuvre. Dans ce contexte, les grands partis ont souvent un avantage en raison de leur plus grand nombre de sièges au parlement. Ils ont plus de poids dans les négociations et peuvent être en mesure d'exiger des concessions plus importantes de la part des autres partis. Cependant, ces négociations sont souvent complexes et peuvent impliquer un équilibre délicat entre la recherche du soutien nécessaire pour former une coalition et la préservation de l'intégrité politique et des priorités du parti. C'est pour cela que la formation de coalitions peut être un processus complexe et parfois long. Il nécessite des compétences en matière de négociation, de diplomatie et de compromis, ainsi qu'une bonne connaissance de la politique et des priorités de chaque parti impliqué.
Le gouvernement de super-majorité et de minorité
Un gouvernement de super-majorité est un gouvernement qui est soutenu par une large coalition de partis qui ensemble détiennent une large majorité des sièges au parlement. Une super-majorité est souvent requise pour certaines décisions constitutionnelles importantes. Dans ce type de gouvernement, le pouvoir est généralement partagé entre plusieurs partis, ce qui peut conduire à une politique de compromis. C'est le cas, par exemple, en Finlande, où les gouvernements de super-majorité sont courants.
D'autre part, un gouvernement minoritaire est un gouvernement formé par un parti ou une coalition de partis qui n'a pas la majorité des sièges au parlement. Ce type de gouvernement doit généralement compter sur le soutien de partis extérieurs à la coalition pour faire passer la législation. Ces gouvernements sont souvent instables et peuvent avoir du mal à mettre en œuvre leur programme politique. Cependant, ils sont parfois la seule option en l'absence d'une majorité claire au parlement. Des exemples de tels gouvernements peuvent être trouvés dans de nombreux pays, notamment en Suède, au Danemark et au Canada.
Le choix entre ces différents types de gouvernement dépend souvent des règles constitutionnelles spécifiques de chaque pays, ainsi que du contexte politique et de la composition du parlement après les élections.
La formation de gouvernements de super-majorité ou de gouvernements minoritaires qui ne respectent pas le principe de "least minimum winning coalition" (LMWC) peut s'expliquer de plusieurs façons :
- Impératifs de stabilité : Dans certaines situations, des coalitions plus larges peuvent être formées pour garantir la stabilité politique. Un gouvernement de super-majorité peut résister à l'instabilité qui peut être provoquée par des désaccords internes dans un parti ou des fluctuations dans le soutien populaire.
- Soutien pour des réformes importantes : Des réformes constitutionnelles ou structurelles majeures peuvent nécessiter des majorités plus larges que celles prévues par la LMWC. Dans ces cas, un gouvernement de super-majorité peut être nécessaire.
- Considérations idéologiques : Parfois, les partis politiques préfèrent travailler avec des partis qui partagent leurs valeurs et objectifs, même s'ils pourraient former un gouvernement avec moins de partenaires.
- Gouvernement minoritaire par défaut : Dans certaines situations, il peut être impossible de former une coalition majoritaire, soit à cause de divisions idéologiques, soit parce qu'aucun parti ne veut travailler avec un autre. Dans de tels cas, un gouvernement minoritaire peut être la seule option viable.
- Coopération hors coalition : Un gouvernement minoritaire peut aussi parfois recevoir le soutien "extérieur" de partis non membres de la coalition, ce qui peut permettre à ce gouvernement de survivre même s'il ne constitue pas une majorité.
- Stratégie politique : Parfois, former un gouvernement minoritaire peut être une décision stratégique. Par exemple, un parti peut préférer diriger seul un gouvernement minoritaire plutôt que de partager le pouvoir au sein d'une coalition majoritaire.
Ces facteurs démontrent que si le principe de la LMWC est un outil utile pour comprendre la formation des gouvernements, il ne peut pas expliquer toutes les situations. La politique est complexe et est influencée par une multitude de facteurs allant au-delà des simples calculs de majorité.
Dans le tableau analysant les types de gouvernements dans treize démocraties parlementaires d'Europe de l'Ouest de 1945 à 1998, on constate que les gouvernements minoritaires représentaient 38% des cas. De manière significative, dans certains pays comme le Danemark, la Suède et la Norvège, les gouvernements minoritaires étaient la norme plutôt que l'exception. Plus précisément, le Danemark a connu un gouvernement minoritaire durant 88% de cette période, la Suède durant 81% et la Norvège durant 66%. Cela souligne que la dynamique politique dans les démocraties parlementaires est complexe et varie considérablement d'un pays à l'autre. Dans certains pays comme le Danemark, la Suède et la Norvège, les gouvernements minoritaires semblent être plus fréquents.
Cela peut s'expliquer par plusieurs facteurs. Dans ces pays, il y a peut-être une plus grande acceptation politique et publique des gouvernements minoritaires. Cela peut être facilité par une culture politique qui valorise le consensus et la coopération entre différents partis politiques, même lorsqu'ils ne font pas partie du même gouvernement. De plus, ces pays ont peut-être une tradition de partis politiques qui sont prêts à soutenir un gouvernement minoritaire sur des questions clés, même s'ils ne sont pas officiellement membres du gouvernement. Cela peut permettre à un gouvernement minoritaire de gouverner efficacement sans avoir une majorité formelle au parlement. Enfin, dans ces pays, les partis politiques peuvent être plus disposés à former un gouvernement minoritaire pour des raisons stratégiques. Par exemple, ils peuvent préférer diriger un gouvernement minoritaire plutôt que de faire des concessions importantes pour former une coalition majoritaire.
Cependant, il est important de noter que malgré la prévalence des gouvernements minoritaires, ces pays sont toujours considérés comme des démocraties stables et efficaces. Cela suggère que la stabilité et l'efficacité d'un gouvernement ne dépendent pas seulement de sa majorité formelle au parlement, mais aussi d'autres facteurs tels que la culture politique, la qualité des institutions démocratiques, et la volonté des partis politiques de travailler ensemble pour l'intérêt commun.
L'explication du phénomène de super-majorité
Les gouvernements de super-majorité sont des coalitions où les partis au gouvernement détiennent une part des sièges bien supérieure à la simple majorité requise. Ils sont généralement formés dans un contexte d'incertitude politique ou économique, lorsque les partis au pouvoir souhaitent avoir un mandat plus large pour prendre des décisions importantes ou controversées.
Plusieurs raisons peuvent expliquer pourquoi un gouvernement de super-majorité pourrait être formé :
- Stabilité gouvernementale : Un gouvernement de super-majorité peut être plus stable et résilient face à l'opposition ou aux dissensions internes. Il peut être plus en mesure de faire passer des politiques sans craindre une motion de censure ou d'autres formes de blocage parlementaire.
- Consensus politique : Un gouvernement de super-majorité peut refléter un large consensus sur certaines questions politiques importantes, surtout lorsqu'il est nécessaire de prendre des décisions difficiles ou impopulaires.
- Contexte d'urgence ou de crise : En cas de crise, comme une guerre ou une urgence économique, un gouvernement de super-majorité peut être formé pour démontrer l'unité nationale et faciliter la prise de décisions rapides et efficaces.
- Incertitude électorale : Un gouvernement de super-majorité peut être une stratégie pour se prémunir contre l'incertitude électorale. En cas d'élections anticipées, un gouvernement de super-majorité aurait une meilleure chance de rester au pouvoir.
- Influence sur les politiques : En incluant plus de partis dans le gouvernement, il est possible d'obtenir un consensus plus large sur les politiques, ce qui peut aider à faciliter leur mise en œuvre.
Cependant, il convient de noter que la formation d'un gouvernement de super-majorité peut aussi avoir des inconvénients, comme une moindre responsabilité politique et un potentiel d'abus de pouvoir. Par ailleurs, la gestion d'un tel gouvernement peut être difficile en raison de la diversité des intérêts et des idéologies représentées.
Un gouvernement de super-majorité, parfois appelé gouvernement d'union nationale, rassemble plus de partis qu'il n'en est nécessaire pour contrôler la majorité parlementaire. Il dépasse donc le seuil minimal pour une majorité de gouvernement, incorporant ainsi une "super-majorité" de membres du parlement.
Cette situation survient généralement en période de crise grave, par exemple lors d'une guerre, d'une catastrophe naturelle majeure, d'une crise économique sévère, ou de toute autre situation qui nécessite une réponse nationale unifiée. Le but est de rassembler les différents partis et points de vue pour travailler ensemble vers un objectif commun, en mettant de côté, au moins temporairement, les différences partisanes. Cela peut conduire à des gouvernements plus stables et résistants, capables de prendre des décisions et d'agir rapidement en réponse à la crise.
Parfois, un gouvernement peut chercher à former une super-majorité pour des raisons stratégiques, notamment lorsqu'il est nécessaire de passer des amendements constitutionnels ou d'autres types de législation nécessitant une super-majorité (généralement une majorité des deux tiers) au Parlement. Dans de tels cas, il peut être nécessaire de former des alliances avec des partis supplémentaires pour obtenir le soutien nécessaire.
Par ailleurs, un gouvernement de super-majorité peut aider à se prémunir contre le chantage de petits partis. Dans une coalition gouvernementale plus restreinte, un petit parti peut avoir la possibilité d'exercer une influence disproportionnée s'il est en position de faire basculer la majorité. En formant une super-majorité, le gouvernement peut se prémunir contre ce risque en s'assurant qu'il a suffisamment de soutien pour maintenir une majorité même si un ou plusieurs petits partis se retirent de la coalition. Cela peut contribuer à la stabilité politique et à la capacité du gouvernement à mettre en œuvre son programme.
Comprendre l’existence de gouvernements de minorités
Il existe plusieurs raisons pour lesquelles un gouvernement minoritaire peut se former. En voici quelques-unes :
- Echec à former une coalition majoritaire : Parfois, après une élection, aucun parti ou aucune coalition possible de partis ne détient une majorité des sièges au parlement. Si les partis ne parviennent pas à s'accorder pour former une coalition majoritaire, un gouvernement minoritaire peut se former.
- Instabilité des coalitions : Dans certains cas, un gouvernement minoritaire peut être préférable à une coalition instable. Par exemple, un parti majoritaire pourrait décider de former un gouvernement minoritaire plutôt que de s'allier avec un partenaire de coalition peu fiable.
- Soutien tacite ou "tolérance" d'autres partis : Un gouvernement minoritaire peut aussi survivre avec le soutien tacite de partis qui ne font pas officiellement partie de la coalition gouvernementale. Ces partis peuvent choisir de "tolérer" le gouvernement minoritaire en s'abstenant lors des votes de confiance, permettant ainsi au gouvernement de survivre même sans une majorité formelle.
- Pays à tradition de gouvernements minoritaires : Dans certains pays, les gouvernements minoritaires sont relativement communs et acceptés comme une forme normale de gouvernance. Par exemple, dans des pays comme le Danemark et la Suède, les gouvernements minoritaires sont assez fréquents.
- Situations d'urgence ou de crise : Parfois, dans des situations d'urgence ou de crise, un gouvernement minoritaire peut être formé comme une solution temporaire avant que des élections puissent être organisées ou qu'une coalition majoritaire plus stable puisse être formée.
Les gouvernements minoritaires peuvent être formés de différentes manières. Voici plus de détails sur ces deux formes :
- Gouvernement à parti unique : Un gouvernement minoritaire à parti unique se produit lorsque le parti qui forme le gouvernement n'a pas de majorité au parlement. Cela peut arriver si aucun parti n'a gagné assez de sièges pour obtenir une majorité lors des élections, et qu'aucune coalition n'a pu être formée. Malgré leur minorité, ce parti peut former un gouvernement et essayer de gouverner en s'appuyant sur des alliances flexibles et changeantes avec d'autres partis pour obtenir un soutien sur des questions spécifiques.
- Gouvernement constitué sur la base de coalitions : Parfois, un groupe de partis peut décider de former une coalition pour gouverner ensemble, même s'ils n'ont pas ensemble la majorité des sièges au parlement. Dans ce cas, le gouvernement minoritaire de coalition tentera de gouverner en cherchant à obtenir le soutien d'autres partis ou de députés indépendants pour adopter des législations et prendre des décisions.
Dans les deux cas, le gouvernement minoritaire doit généralement travailler en collaboration avec d'autres partis pour obtenir le soutien nécessaire pour passer des législations et prendre des décisions politiques. Cela peut impliquer des négociations et des compromis politiques. Parfois, les gouvernements minoritaires peuvent aussi dépendre du soutien tacite ou de la "tolérance" d'autres partis, qui choisissent de ne pas voter contre le gouvernement lors des votes de confiance.
Un gouvernement minoritaire dépend de l'appui, généralement implicite, d'autres partis pour fonctionner. C'est ce qu'on appelle parfois une "tolérance" ou un "soutien tacite". En pratique, cela signifie que bien que ces partis ne fassent pas officiellement partie du gouvernement, ils choisissent de le soutenir lors de votes clés, comme les votes de confiance ou les votes sur le budget. Ils peuvent le faire pour diverses raisons : par exemple, ils peuvent soutenir le gouvernement parce qu'ils sont en accord avec certaines de ses politiques, ou parce qu'ils veulent éviter une nouvelle élection.
Dans le cas d'un gouvernement minoritaire, les partis qui choisissent de soutenir le gouvernement sans y participer directement ont une influence importante. Ils ont la possibilité de négocier un soutien pour des questions ou des politiques spécifiques en échange de leur soutien continu au gouvernement. Cela peut mener à des situations où le gouvernement doit constamment consulter et faire des compromis avec ces partis pour s'assurer qu'il a toujours leur soutien. Cependant, cette dynamique peut aussi créer des défis pour le gouvernement. Par exemple, s'il est constamment en train de négocier avec plusieurs partis différents, cela peut rendre la prise de décisions plus lente et plus compliquée. De plus, si un parti décide de retirer son soutien, cela peut mener à une crise gouvernementale et potentiellement à de nouvelles élections. C'est pourquoi même si un gouvernement minoritaire peut parfois fonctionner efficacement, beaucoup de pays préfèrent avoir un gouvernement majoritaire stable, où un seul parti ou une coalition de partis a le contrôle direct de la majorité des sièges au parlement.
Prenons l'exemple des Pays-Bas où un gouvernement minoritaire a été formé par deux partis, le parti libéral et le parti chrétien démocrate. Un parti d'extrême droite, bien qu'il n'ait pas officiellement rejoint la coalition, a affirmé son soutien à ces deux partis. En d'autres termes, ce parti d'extrême droite a fourni un soutien tacite à la coalition gouvernementale, bien qu'il ne fasse pas officiellement partie du gouvernement. C'est un excellent exemple de la façon dont un gouvernement minoritaire peut fonctionner. Dans ce cas, les deux partis formant le gouvernement (les libéraux et les chrétiens démocrates) ne contrôlent pas la majorité des sièges au parlement. Cependant, ils ont pu gouverner grâce au soutien du parti d'extrême droite. Le parti d'extrême droite, bien qu'il ne soit pas officiellement une partie du gouvernement, a donc une influence significative sur la politique gouvernementale. En échange de leur soutien, il est probable qu'ils aient pu négocier certaines concessions sur les politiques ou les questions qui sont importantes pour eux. Cependant, ce genre d'arrangement peut être instable. Si le parti d'extrême droite décide de retirer son soutien, cela pourrait mener à une crise gouvernementale. De plus, le fait de devoir constamment négocier avec un parti extérieur peut rendre la prise de décision gouvernementale plus compliquée et plus lente.
Les gouvernements minoritaires jouent un rôle crucial dans la dynamique de la politique et dans le fonctionnement des systèmes parlementaires. Pour comprendre pourquoi et comment ces gouvernements se forment, plusieurs hypothèses ont été proposées. Ces hypothèses visent à identifier les conditions qui rendent plus probable l'émergence de gouvernements minoritaires, et à expliquer les mécanismes qui sous-tendent ces processus.
Premièrement, l'hypothèse de la force de l'opposition suggère que la constitution de gouvernements minoritaires dépend de la puissance de l'opposition au sein du parlement. Deuxièmement, l'hypothèse du corporatisme propose que l'existence d'institutions corporatistes peut favoriser la formation de gouvernements minoritaires. Troisièmement, l'hypothèse du vote d'investiture postule que la présence d'un vote formel d'investiture au parlement peut rendre les gouvernements minoritaires moins problématiques. Enfin, la quatrième hypothèse met en avant le rôle des partis forts, soutenant que les gouvernements minoritaires sont plus probables dans un système où il existe un parti dominant. Chaque hypothèse sera examinée plus en détail pour comprendre comment elles contribuent à la formation de gouvernements minoritaires.
- La force de l'opposition est un facteur clé pour la constitution de gouvernements minoritaires : plus l'opposition est forte, plus il est probable qu'un gouvernement minoritaire soit formé. La "force" de l'opposition est déterminée par le niveau de participation des partis d'opposition dans les commissions parlementaires. Plus ces partis d'opposition ont une présence importante dans ces commissions, plus leur influence sur le pouvoir gouvernemental est forte. En conséquence, leur intérêt à intégrer le gouvernement peut être réduit, car ils ont déjà la possibilité d'influencer la politique de l'extérieur.
- Corporatisme : cette hypothèse postule que le corporatisme, un système dans lequel les acteurs sociaux et économiques peuvent avoir une influence formelle sur le processus décisionnel, peut affecter la capacité d'influence de l'opposition. Autrement dit, dans un système corporatiste, les partis d'opposition pourraient avoir une plus grande capacité à influencer la politique, ce qui pourrait, à son tour, affecter la formation de gouvernements minoritaires. Cela pourrait signifier que dans des systèmes avec des institutions de type corporatiste, les partis d'opposition pourraient être plus à même de soutenir un gouvernement minoritaire sans avoir besoin de faire formellement partie du gouvernement.
Quel est le mécanisme causal justifiant cette hypothèse ? Le corporatisme permet aux acteurs sociaux et économiques de participer activement au processus décisionnel. Dans ce contexte, le pouvoir et l'influence ne sont pas concentrés uniquement au sein du cabinet ministériel. Les partis de l'opposition ont ainsi l'opportunité d'exercer une influence significative à travers d'autres organes institutionnels. Le mécanisme causal derrière cette hypothèse est le suivant : dans une structure corporatiste, les partis de l'opposition peuvent influencer le processus de décision politique sans nécessairement faire partie du gouvernement. Cela peut réduire la nécessité d'être intégré dans un gouvernement majoritaire pour avoir un impact. En conséquence, cela pourrait augmenter la probabilité de formation de gouvernements minoritaires, car les partis d'opposition peuvent toujours influencer la politique sans faire partie du gouvernement. Ainsi, ils peuvent choisir de soutenir un gouvernement minoritaire depuis l'extérieur, plutôt que de chercher à intégrer un gouvernement majoritaire.
- Vote d’investiture : cette hypothèse suggère que les gouvernements minoritaires sont moins problématiques lorsqu'il existe un vote formel d'investiture au parlement. Le mécanisme causal sous-jacent est la distinction entre le soutien formel à un gouvernement et la tolérance à l'égard de celui-ci. Dans un système où il y a un vote d'investiture formel, un parti politique peut officiellement voter contre un gouvernement, tout en choisissant de le tolérer dans la pratique. Cela signifie qu'un parti peut ne pas soutenir ouvertement un gouvernement lors d'un vote public, mais peut choisir de ne pas entraver son fonctionnement ou de le renverser. C'est une façon pour un parti de manifester son désaccord avec le gouvernement sans provoquer une crise politique. Cette situation peut faciliter la formation de gouvernements minoritaires, car ils n'ont pas besoin d'un soutien formel d'une majorité au parlement pour survivre. Tant qu'ils sont tolérés par suffisamment de partis pour éviter un vote de défiance réussi, ils peuvent continuer à gouverner. Par conséquent, l'existence d'un vote d'investiture formel pourrait augmenter la probabilité de formation de gouvernements minoritaires.
- parti fort : cette hypothèse suggère que les gouvernements minoritaires sont plus probables dans un système politique où il existe un parti politique dominant ou fort. Le mécanisme causal derrière cette hypothèse est basé sur le rapport de forces entre les partis politiques dans un système donné. Dans un système où il y a un parti fort, il est possible que ce parti n'ait pas assez de sièges pour former un gouvernement majoritaire seul, mais reste néanmoins le plus grand parti du parlement. Dans ce cas, même s'il forme un gouvernement minoritaire, les autres partis plus petits pourraient être incapables de s'unir pour renverser ce gouvernement et former une majorité alternative. Essentiellement, la présence d'un parti fort peut créer une situation où, bien qu'il soit techniquement en minorité au parlement, il est toujours le plus capable de former et de maintenir un gouvernement stable. De plus, les autres partis peuvent choisir de tolérer ce gouvernement minoritaire plutôt que de risquer l'instabilité qui pourrait découler d'une tentative de formation d'un gouvernement alternatif.
Est-ce que l’analyse empirique corrobore ces hypothèses ?
- Concernant la force de l'opposition, certaines recherches ont montré que les gouvernements minoritaires sont plus susceptibles de se former lorsque l'opposition est plus forte, en accord avec la première hypothèse.
- En ce qui concerne le corporatisme, les résultats sont mixtes. Certaines études ont trouvé une corrélation entre la présence d'institutions corporatistes et la formation de gouvernements minoritaires, tandis que d'autres n'ont pas trouvé de lien significatif.
- Le vote d'investiture semble jouer un rôle important dans la formation des gouvernements minoritaires, comme le suggère la troisième hypothèse. Les gouvernements minoritaires ont tendance à être plus stables dans les systèmes parlementaires où un vote d'investiture est requis.
- Enfin, la présence de partis forts semble également jouer un rôle dans la formation de gouvernements minoritaires. Plusieurs études ont trouvé que les gouvernements minoritaires sont plus fréquents dans les systèmes avec un ou deux partis dominants.
Ce tableau est une analyse statistique qui met en relation différentes variables indépendantes (telles que la force de l'opposition, le corporatisme, le vote d'investiture, la présence de partis forts) avec une variable dépendante (la formation de gouvernements minoritaires). Le tableau démontre que plus l'opposition est forte, plus il y a de gouvernements minoritaires. Cela suggère que l'hypothèse 1, concernant la force de l'opposition, a un certain degré de validité. Dans une telle analyse, la prise en compte d'autres variables permet de contrôler leur impact potentiel sur la variable dépendante. Cela aide à isoler l'effet de la variable indépendante d'intérêt (dans ce cas, la force de l'opposition) sur la variable dépendante (la formation de gouvernements minoritaires).
Quand est-ce qu’un gouvernement de minorité est constitué ?
Lorsque la variable dépendante est binaire, (c'est-à-dire qu'elle prend deux valeurs possibles, comme "1" pour la formation d'un gouvernement minoritaire et "0" dans le cas contraire), on utilise une analyse de régression logistique. Le coefficient de régression dans ce modèle indique comment la probabilité de l'événement (c'est-à-dire la formation d'un gouvernement minoritaire) change avec une unité de changement dans la variable indépendante, qui est ici la force de l'opposition dans les commissions parlementaires. Si le coefficient est positif, cela signifie que l'augmentation de la force de l'opposition dans les commissions parlementaires augmente la probabilité de la formation d'un gouvernement minoritaire, ce qui soutient l'hypothèse 1 mentionnée plus tôt. L'erreur-type, en revanche, est une mesure de la variabilité ou de l'incertitude autour de l'estimation du coefficient de régression. Elle est utilisée pour construire des intervalles de confiance autour de l'estimation du coefficient et pour effectuer des tests d'hypothèses sur la valeur de ce coefficient.
L'analyse empirique semble corroborer les trois premières hypothèses :
- La force de l'opposition est déterminante pour la constitution de gouvernements minoritaires. Plus l'opposition est forte, plus la formation de gouvernements minoritaires est probable.
- Le corporatisme influence la capacité d'action de l'opposition. Les institutions corporatistes, en garantissant un accès au processus de décision, diluent le pouvoir du cabinet ministériel et permettent aux acteurs de l'opposition d'influencer les autres organes.
- Les gouvernements minoritaires sont moins problématiques lorsqu'il existe un vote formel d'investiture au parlement. Le vote d'investiture permet de différencier le soutien formel d'un gouvernement de sa tolérance tacite.
Cependant, l'analyse ne soutient pas la quatrième hypothèse selon laquelle les gouvernements minoritaires seraient plus probables dans un système politique où il existe un parti fort. En somme, si les trois premières hypothèses semblent fournir un cadre utile pour comprendre la formation de gouvernements minoritaires, la quatrième hypothèse nécessite peut-être une révision ou une analyse plus approfondie.
Démocraties présidentielles
Les démocraties présidentielles sont des systèmes politiques dans lesquels le chef de l'État est également le chef du gouvernement. Cela diffère des démocraties parlementaires, où le chef du gouvernement est séparé du chef de l'État. Les États-Unis sont un exemple de démocratie présidentielle.
Dans une démocratie présidentielle, le président est élu directement par le peuple et n'est pas responsable devant le parlement. Cela peut conduire à une situation de cohabitation, où le président et la majorité parlementaire appartiennent à des partis politiques différents. Le président a généralement le pouvoir de nommer et de révoquer les membres de son cabinet à sa discrétion.
Les démocraties présidentielles ont des avantages et des inconvénients. Parmi les avantages, on peut citer une certaine stabilité, car le président est généralement en poste pour un mandat fixe et n'est pas susceptible d'être renversé par une motion de censure du parlement. Parmi les inconvénients, on peut citer le risque de concentration excessive du pouvoir entre les mains d'une seule personne et la possibilité de tensions entre le président et le parlement.
Dans une démocratie présidentielle, le gouvernement est généralement composé du président et de son cabinet. Le cabinet est constitué des secrétaires ou ministres qui dirigent les diverses agences et départements du gouvernement. Le président, en tant que chef du gouvernement, a généralement le pouvoir de nommer et de révoquer les membres de son cabinet. Ces nominations peuvent parfois nécessiter l'approbation du Sénat ou d'une autre chambre du parlement, selon le système spécifique du pays. En outre, le président est le chef de l'État et le chef du gouvernement, ce qui signifie qu'il ou elle est chargé de l'exécution des lois, de la direction de la politique étrangère et de l'armée, et de la représentation du pays à l'étranger.
Dans les systèmes présidentiels, la formation du gouvernement est assez différente de celle des systèmes parlementaires pour plusieurs raisons :
- Absence de responsabilité du gouvernement devant le parlement : Contrairement aux systèmes parlementaires, où le gouvernement doit maintenir la confiance du parlement, dans les systèmes présidentiels, le président et son administration ne sont pas responsables devant le parlement. Cela signifie que même si les membres de son propre parti votent contre lui, cela n'entraînera pas la chute du gouvernement, mais cela pourrait entraver la mise en œuvre de sa politique.
- Pas besoin de majorité parlementaire : Le président n'a pas besoin de détenir une majorité au parlement pour former son gouvernement. Cela contraste avec les systèmes parlementaires, où le chef du gouvernement est généralement le leader du parti qui a le plus de sièges au parlement.
- Clarté de la formation du gouvernement : Dans les systèmes présidentiels, le président élu est automatiquement le formateur du gouvernement. Il nomme directement son cabinet et ses hauts fonctionnaires. Cela contraste avec les systèmes parlementaires, où le processus de formation du gouvernement peut être plus complexe et dépend des négociations entre les partis.
- Présence garantie du parti présidentiel : Le parti du président est toujours représenté dans le cabinet, peu importe sa taille parlementaire. C'est parce que le président a le pouvoir de nommer directement les membres de son cabinet.
Ces différences structurelles ont des implications significatives pour le fonctionnement de la politique dans les systèmes présidentiels par rapport aux systèmes parlementaires. Par exemple, elles peuvent affecter le type de politique qui est adoptée, le degré de stabilité politique, et la nature des relations entre le président et le parlement.
Démocratie semi-parlementaire
Une démocratie semi-parlementaire est un type de système de gouvernement qui mélange des éléments de démocratie parlementaire et de démocratie présidentielle. Il est souvent utilisé pour décrire des systèmes dans lesquels le chef de l'État et le chef du gouvernement ont tous deux des rôles importants mais distincts dans le processus politique.
Dans une démocratie semi-parlementaire, le chef de l'État (parfois appelé le président) est généralement une figure largement symbolique qui incarne la continuité de l'État et peut avoir des fonctions cérémonielles importantes. Le chef de l'État peut être élu par le peuple, comme en France, ou être un monarque, comme en Espagne. D'autre part, le chef du gouvernement (parfois appelé le Premier ministre) est responsable de la gestion quotidienne du gouvernement et de la mise en œuvre des politiques. Il est généralement le leader du parti qui a la majorité au parlement et il est responsable devant ce parlement. Dans ce système, il est possible d'avoir un président et un Premier ministre de partis politiques différents, ce qui peut entraîner une situation appelée "cohabitation". La cohabitation se produit lorsque le président et le Premier ministre appartiennent à des partis politiques opposés et sont donc contraints de travailler ensemble pour gouverner.
Dans une démocratie semi-parlementaire, le Premier ministre et le président font partie du gouvernement et sont impliqués dans la gestion quotidienne des affaires de l'État. La répartition du travail entre le président et le Premier ministre peut varier d'un pays à l'autre, mais en règle générale, le président se concentre sur les affaires étrangères, tandis que le Premier ministre gère les affaires intérieures. C'est le cas, par exemple, en France. Dans ce contexte, le président a généralement la responsabilité de représenter le pays à l'échelle internationale, de superviser la politique de défense et de sécurité, et parfois de nommer le Premier ministre. Le Premier ministre, d'autre part, a la responsabilité de la politique intérieure, comprenant des domaines tels que l'économie, la santé, l'éducation et l'environnement. Il est également souvent responsable de la direction de la majorité parlementaire et de la gestion du cabinet gouvernemental. L'Italie, la Finlande et le Portugal sont également des exemples de démocraties semi-parlementaires. Dans ces pays, le chef de l'État (le président) et le chef du gouvernement (le Premier ministre ou équivalent) partagent des responsabilités exécutives, mais leur répartition peut varier en fonction des spécificités constitutionnelles de chaque pays.
La cohabitation est un phénomène politique qui se produit en système semi-présidentiel lorsque le président de la République et la majorité parlementaire appartiennent à des partis politiques différents. Cela entraîne une situation où le président doit nommer un Premier ministre issu de cette majorité contraire, ce qui peut parfois conduire à des tensions politiques. La cohabitation a été particulièrement visible en France sous la Cinquième République. Il y a eu trois périodes de cohabitation : la première entre le président François Mitterrand et le Premier ministre Jacques Chirac (1986-1988), la seconde entre le président Mitterrand et le Premier ministre Édouard Balladur (1993-1995), et la troisième entre le président Jacques Chirac et le Premier ministre Lionel Jospin (1997-2002). Pendant ces périodes de cohabitation, le rôle du président s'est généralement concentré sur les affaires étrangères et la défense, tandis que le Premier ministre a eu un rôle plus actif dans la conduite de la politique intérieure.
Le terme "divided government" est couramment utilisé aux États-Unis pour décrire une situation où le président est d'un parti politique et au moins une des chambres du Congrès (la Chambre des représentants ou le Sénat) est contrôlée par l'autre parti. C'est une situation courante dans le système politique américain et elle peut conduire à des impasses politiques, où il est difficile pour le président de faire avancer son programme législatif. L'une des raisons pour lesquelles un "divided government" peut se produire est que les élections pour la Chambre des représentants ont lieu tous les deux ans, tandis que le président et les sénateurs sont élus pour des mandats de quatre et six ans respectivement. Par conséquent, la composition du Congrès peut changer à mi-parcours d'un mandat présidentiel, ce qui peut entraîner une perte de la majorité pour le parti du président.
Anexos
- Cheibub, Jose Antonio. "PRESIDENTIAL, PARLIAMENTARY, AND MIXED DEMOCRACIES", Presidentialism, Parliamentarism, and Democracy. 1st ed. Cambridge: Cambridge University Press, 2006. 26-48. Cambridge Books Online. Web. 20 March 2014. http://dx.doi.org/10.1017/CBO9780511813344.002

