Sistemas electorales: mecanismos, problemas y consecuencias
El sistema electoral es un elemento esencial de la democracia representativa y puede tener un impacto significativo en el panorama político, social y económico de un país. Existen varios tipos de sistemas electorales, cada uno con sus ventajas e inconvenientes.
Para comprender plenamente los sistemas electorales, es esencial entender primero el concepto de democracia representativa y el papel que desempeñan en ella las elecciones libres. La democracia representativa es un tipo de democracia en la que los ciudadanos eligen a representantes para que les gobiernen y tomen decisiones políticas en su nombre. Estos representantes suelen ser elegidos en elecciones libres y justas, en las que todos los ciudadanos tienen derecho a voto. Las elecciones libres son un elemento clave de la democracia representativa. Permiten a los ciudadanos elegir a sus representantes políticos y hacer oír su voz en el proceso político.
Por lo general, las elecciones libres implican:
- El derecho al voto: todo ciudadano tiene derecho a votar sin discriminación por motivos de raza, sexo, religión, etc.
- Secreto del voto: los ciudadanos deben poder votar sin temor a represalias o presiones.
- Igualdad del voto: cada voto tiene el mismo valor.
- Competencia leal: todos los partidos políticos y candidatos tienen derecho a competir en las elecciones y a tener un acceso justo a los medios de comunicación y a la campaña.
- Transparencia e integridad del proceso: el proceso electoral debe ser transparente y libre de fraude.
La selección de candidatos o partidos por el voto de los ciudadanos es la esencia de la democracia representativa. Sin embargo, el sistema electoral utilizado para esta selección puede variar de un país a otro. Cada uno de estos sistemas tiene sus propias implicaciones para la representación política, la estabilidad del gobierno y otros aspectos de la vida política, social y económica.
Las elecciones son una característica fundamental de la democracia y cumplen varias funciones clave, tanto prácticas como simbólicas.
- Práctica (Selección de las élites políticas) Las elecciones son el mecanismo por el que los ciudadanos de una democracia eligen a sus dirigentes. Esto significa que desempeñan un papel crucial en la selección de las élites políticas que gobiernan el país. A través de las elecciones, los ciudadanos tienen la oportunidad de elegir a las personas y los partidos políticos que mejor reflejan sus intereses y valores. Las elecciones también hacen posible que los líderes políticos rindan cuentas de sus actos: si no cumplen las expectativas de los ciudadanos, pueden ser sustituidos en las siguientes elecciones.
- Simbólicas (legitimación del sistema político): Además de su papel práctico, las elecciones también tienen una gran importancia simbólica. Son una afirmación de la voluntad del pueblo y un medio para que los ciudadanos expresen su apoyo u oposición a la dirección actual del país. Las elecciones confieren legitimidad a los líderes políticos y al sistema político en su conjunto, porque demuestran que esos líderes han sido elegidos por el pueblo y no impuestos desde fuera. Además, participar en las elecciones puede reforzar el sentimiento de pertenencia a una comunidad política y el compromiso con los valores democráticos.
Las elecciones son a la vez una herramienta esencial para el funcionamiento práctico de la democracia y un ritual simbólico que refuerza la legitimidad del sistema político.
Comprender los sistemas electorales
Para la mayoría de los ciudadanos de una democracia, votar en las elecciones es su principal canal de participación política. Al votar, los ciudadanos expresan sus preferencias por determinados candidatos, partidos y políticas. Es un método poderoso y directo de influir en el gobierno y la dirección del país.
Esta tabla muestra la participación electoral media a lo largo de varias décadas.
En general, la participación electoral varía considerablemente de un país a otro y de unas elecciones a otras. Muchos factores pueden influir en la participación electoral, como la edad de la población, el nivel de educación, el sistema electoral, las leyes de registro de votantes, la competitividad de las elecciones, etc.
Además, en muchos países se ha producido una tendencia a la baja de la participación electoral en las últimas décadas. Esto ha suscitado inquietud sobre el compromiso cívico y la legitimidad del sistema político. Sin embargo, esta tendencia no es universal y la participación electoral ha aumentado en algunos países y en algunas elecciones.
La participación electoral varía mucho de un país a otro, y varios factores pueden explicar estas variaciones:
- Voto obligatorio: En algunos países, como Bélgica, Austria y Chipre, el voto es obligatorio, lo que da lugar a índices de participación más elevados. En estos países, los ciudadanos están legalmente obligados a participar en las elecciones y pueden ser sancionados si no lo hacen.
- Democracia directa: En otros países, como Suiza, la existencia de mecanismos de democracia directa también puede aumentar la participación electoral. En Suiza, por ejemplo, los ciudadanos pueden participar en referendos que pueden influir directamente en la legislación y las políticas del país. Esto da a los ciudadanos una sensación de control directo sobre la política, lo que puede animarles a participar más activamente.
Estos dos factores, entre otros, pueden tener un impacto significativo en la participación electoral. Es importante señalar que cada país tiene un contexto político único y una combinación de factores que influyen en la participación electoral.
El sistema electoral de un país determina cómo se convierten los votos en escaños parlamentarios. Hay varios tipos de sistemas electorales y cada uno tiene implicaciones diferentes para la representación parlamentaria. He aquí algunos ejemplos:
- Sistema mayoritario: En este sistema, utilizado a menudo para las elecciones parlamentarias en sistemas de gobierno bipartidistas, el candidato que obtiene la mayoría de los votos en una circunscripción gana el escaño correspondiente a esa circunscripción. Hay variantes, como el sistema de mayoría relativa (first-past-the-post) (como en EE.UU. y el Reino Unido) y el sistema de mayoría relativa (second-past-the-post) (como en Francia).
- Sistema proporcional: En este sistema, los escaños se distribuyen en proporción al número de votos recibidos por cada partido. Por ejemplo, si un partido obtiene el 30% de los votos, debería obtener alrededor del 30% de los escaños. Esto permite una mejor representación de los partidos minoritarios, pero también puede dar lugar a un parlamento fragmentado con varios partidos pequeños. Ejemplos de países que utilizan este sistema son Alemania y España.
- Sistema mixto: Algunos países utilizan una combinación de los dos sistemas anteriores. Por ejemplo, en Alemania, la mitad de los escaños del Bundestag se asignan según el sistema mayoritario, mientras que la otra mitad se asigna según el sistema proporcional.
- Votaciones a varias vueltas: en algunos países, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en la primera vuelta de las votaciones, se organiza una segunda vuelta entre los principales candidatos. Es el caso de las elecciones presidenciales francesas.
Cada sistema electoral tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y la elección del sistema puede tener un gran impacto en el panorama político y la estabilidad del gobierno.
Clasificación de los sistemas electorales
El sistema electoral influye significativamente en varios aspectos de la vida política de un país:
- Precisión de la representación: El sistema electoral determina cómo se traducen las preferencias de los votantes en escaños parlamentarios. Por ejemplo, en un sistema proporcional, es probable que el parlamento refleje con mayor exactitud la diversidad de opiniones de los votantes, mientras que un sistema pluralista puede distorsionar la representación en favor de los grandes partidos.
- Número de partidos: El sistema electoral puede influir en el número de partidos de un sistema político. Los sistemas mayoritarios tienden a favorecer los sistemas bipartidistas, mientras que los sistemas proporcionales pueden permitir que más partidos pequeños obtengan escaños.
- Tipo de gobierno : El sistema electoral también puede influir en el tipo de gobierno formado. Los sistemas mayoritarios tienden a favorecer los gobiernos de partido único, mientras que los sistemas proporcionales pueden dar lugar a gobiernos de coalición.
- Estabilidad política: El sistema electoral puede influir en la estabilidad política. Los sistemas mayoritarios, que tienden a producir gobiernos fuertes de partido único, pueden ser más estables. Por otro lado, los sistemas proporcionales, que pueden producir gobiernos de coalición, pueden ser menos estables, pero también pueden facilitar un mayor consenso e inclusividad.
- Resultados políticos (output): Por último, el sistema electoral puede influir en las políticas que se aplican. Por ejemplo, los gobiernos de coalición formados bajo sistemas proporcionales pueden requerir compromisos políticos, mientras que los gobiernos de partido único formados bajo sistemas mayoritarios pueden tener más libertad para aplicar su programa.
Por lo tanto, es crucial comprender el sistema electoral a la hora de analizar la política de un país.
Los sistemas electorales pueden variar mucho de un país a otro, pero en general pueden dividirse en dos grandes categorías: sistemas mayoritarios y sistemas proporcionales.
- Sistemas mayoritarios (o de pluralidad): En estos sistemas, el candidato o partido con más votos en una circunscripción determinada gana el escaño. Este sistema suele favorecer a los partidos mayoritarios y puede dar lugar a gobiernos unipartidistas. Suele ser más sencillo, pero puede dar lugar a una representación menos proporcional de los votos en el parlamento. Ejemplos de países que utilizan este sistema son el Reino Unido y Estados Unidos.
- Sistemas proporcionales: Estos sistemas pretenden distribuir los escaños en proporción al número de votos recibidos por cada partido. Así, si un partido recibe el 30% de los votos, recibe aproximadamente el 30% de los escaños. Este sistema suele permitir una mejor representación de los partidos minoritarios, pero también puede dar lugar a un parlamento fragmentado con varios partidos pequeños y, a menudo, a gobiernos de coalición. Algunos ejemplos de países que utilizan este sistema son Alemania, España y Suecia.
También hay sistemas mixtos que combinan elementos de los sistemas mayoritarios y proporcionales. Por ejemplo, Alemania utiliza un sistema mixto en el que una parte de los escaños se asigna por mayoría, mientras que la otra parte se asigna proporcionalmente. Cada sistema tiene sus propias ventajas e inconvenientes, y la elección del sistema puede tener importantes consecuencias para el panorama político de un país.
En muchos países se ha observado una tendencia a pasar de un sistema mayoritario a un sistema proporcional con el paso del tiempo. Este cambio puede deberse a varios factores:
- Representación justa: los sistemas proporcionales suelen considerarse más justos porque garantizan una correspondencia más exacta entre el porcentaje de votos que recibe un partido y el número de escaños que obtiene en el parlamento. Esto puede hacer que los votantes sientan que su voto tiene más impacto y puede ayudar a aumentar la diversidad de voces y opiniones representadas en el parlamento.
- Estabilidad gubernamental: Aunque los sistemas mayoritarios pueden promover la estabilidad al permitir la formación de gobiernos de partido único, también pueden conducir al dominio político de uno o dos partidos principales. Los sistemas proporcionales, aunque pueden dar lugar a gobiernos de coalición y a una mayor fragmentación política, también pueden fomentar una mayor colaboración y consenso político.
- Representación de las minorías: los sistemas proporcionales pueden proporcionar una mejor representación a los grupos minoritarios y a los partidos más pequeños, lo que puede ser especialmente importante en sociedades étnica o culturalmente diversas.
- Respuesta a problemas sociopolíticos: A veces, los cambios en los sistemas electorales pueden ser una respuesta a problemas políticos específicos, como conflictos étnicos, polarización política o insatisfacción general con el sistema político existente.
Sin embargo, es importante señalar que pasar de un sistema mayoritario a uno proporcional no es una solución universal a todos los problemas políticos. Cada sistema tiene sus propias ventajas e inconvenientes, y la elección del sistema electoral debe adaptarse al contexto político, cultural y social específico de un país.
El siguiente cuadro ofrece información sobre los sistemas electorales vigentes en los distintos países europeos. La columna de la derecha enumera los cambios introducidos en los sistemas electorales de estos países, destacando una cierta estabilidad en estos cambios.
En Europa, muchos países utilizan sistemas electorales proporcionales para sus elecciones parlamentarias. Por ejemplo, Alemania, Suecia, España y los Países Bajos utilizan sistemas proporcionales. Algunos países, como el Reino Unido y Francia, utilizan sistemas mayoritarios o semimayoritarios. Francia, por ejemplo, utiliza un sistema pluralista a dos vueltas para sus elecciones parlamentarias, mientras que el Reino Unido utiliza un sistema de mayoría relativa. También hay países que utilizan sistemas mixtos, como Alemania, que combina un sistema proporcional con un sistema de mayoría relativa.
Sin embargo, estos sistemas pueden variar en función del nivel de gobierno (nacional, regional, local) y del tipo de elección (legislativa, presidencial, municipal, etc.). Además, algunos países han introducido ajustes en sus sistemas electorales a lo largo del tiempo en respuesta a preocupaciones específicas, como el aumento de la representatividad o la reducción de la fragmentación política. Por lo que se refiere a la estabilidad de los sistemas electorales, es cierto que la mayoría de los países tienden a mantener el mismo sistema electoral durante largos períodos, ya que cualquier cambio requiere generalmente un amplio consenso político y puede tener importantes repercusiones en el panorama político del país.
La mayoría de los países tienden a mantener la misma estructura de su sistema electoral durante largos períodos de tiempo. Los cambios en los sistemas electorales pueden ser difíciles de aplicar, ya que a menudo requieren un consenso político y pueden tener un impacto significativo en el panorama político. La estabilidad de los sistemas electorales también puede considerarse un indicador de la estabilidad política de un país. Un sistema electoral estable puede proporcionar un marco predecible para la competición política y contribuir a la confianza de los ciudadanos en el proceso electoral. Sin embargo, algunos países pueden optar por cambiar su sistema electoral en respuesta a problemas políticos específicos o para promover una representación más justa. Por ejemplo, un país puede pasar de un sistema mayoritario a un sistema proporcional para mejorar la representación de los partidos minoritarios en el parlamento. Por último, también es importante señalar que, incluso dentro de un mismo sistema electoral, puede haber variaciones significativas en las normas específicas, como el número de escaños que se disputan, el umbral para ganar un escaño o la forma en que se cuentan los votos. Estos detalles también pueden tener un impacto significativo en los resultados electorales.
Varios países han modificado significativamente sus sistemas electorales a lo largo de su historia para adaptarse a las nuevas realidades políticas y sociales. Tras la Segunda Guerra Mundial, Grecia atravesó una serie de importantes cambios políticos, incluidos varios golpes de Estado y una guerra civil. En 1974, tras la caída de la dictadura militar, Grecia adoptó un nuevo sistema electoral proporcional para las elecciones parlamentarias. Desde los años 90, Italia ha reformado varias veces su sistema electoral. El sistema proporcional puro, vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, fue sustituido en 1993 por un sistema mixto mayoritario-proporcional. Sin embargo, este sistema se modificó posteriormente en varias ocasiones, reflejando la inestabilidad política del país. Tras el fin del régimen comunista en 1989, Polonia adoptó un sistema electoral proporcional para las elecciones parlamentarias. Este cambio formaba parte de las principales reformas políticas que acompañaron la transición del país a la democracia. Tras la caída del régimen comunista en 1989, Rumanía también introdujo importantes reformas políticas, incluido el cambio a un sistema electoral proporcional. Estos ejemplos demuestran que los sistemas electorales no están grabados en piedra, sino que pueden evolucionar en función de las circunstancias políticas y sociales.Las reformas electorales suelen consistir en ajustes dentro del mismo tipo de sistema, más que en cambios radicales de un tipo de sistema a otro. Esto se debe a varias razones:
- Estabilidad institucional: Los sistemas electorales son elementos fundamentales de la arquitectura institucional de un país. Los cambios radicales pueden ser perturbadores y exigir modificaciones sustanciales de las leyes y las instituciones.
- Consenso político: Los cambios importantes en los sistemas electorales requieren generalmente un amplio consenso entre los actores políticos. Esto puede ser difícil de lograr, especialmente en sistemas políticos divididos o polarizados.
- Preferencias de los votantes: los votantes pueden estar acostumbrados a un determinado tipo de sistema electoral y resistirse a cambios radicales.
- Previsibilidad de los resultados: los partidos políticos pueden preferir un sistema electoral que sea previsible y les permita maximizar sus posibilidades de éxito.
Sin embargo, es importante señalar que incluso reformas relativamente menores pueden tener repercusiones significativas en los resultados electorales y en la composición del gobierno. Por ejemplo, los cambios en el umbral electoral o en las normas de recuento de votos pueden influir en el número y el tipo de partidos que obtienen representación en el parlamento.
Sistemas mayoritarios
El sistema mayoritario es un tipo de sistema electoral en el que el candidato o partido con más votos en una circunscripción gana el escaño o escaños correspondientes. Existen dos formas principales de sistema mayoritario: el de mayoría relativa, también conocido como "first-past-the-post", y el de mayoría relativa.
- Sistema de mayoría simple: Es el sistema más sencillo, en el que el candidato que obtiene más votos en una circunscripción es elegido, aunque no obtenga la mayoría absoluta de los votos (más del 50%). Este sistema se utiliza, por ejemplo, en el Reino Unido y Canadá.
- En este sistema, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en la primera vuelta, se celebra una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados. El candidato que obtiene más votos en la segunda vuelta es elegido. Este sistema se utiliza en Francia, por ejemplo.
Los sistemas mayoritarios tienden a favorecer a los grandes partidos y a producir gobiernos estables, pero también pueden dar lugar a una infrarrepresentación de los partidos pequeños. Además, pueden provocar una distorsión entre la proporción de votos obtenidos por un partido y la proporción de escaños que obtiene en el parlamento.
Sistema de mayoría relativa
El sistema de mayoría relativa es un sistema electoral simple en el que los electores votan a un único candidato en su circunscripción. El candidato que obtiene más votos es elegido, aunque no obtenga la mayoría absoluta (más del 50% de los votos).
Este sistema se utiliza comúnmente en países anglosajones como el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y la India.
He aquí algunas de sus principales características:
Ventajas:
- Simplicidad: Es un sistema fácil de entender para los votantes y fácil de aplicar para los organizadores electorales.
- Gobiernos estables: generalmente favorece a los partidos mayoritarios y tiende a producir gobiernos estables, ya que un partido suele obtener la mayoría de los escaños.
- Fuertes vínculos entre los representantes elegidos y los votantes: Como cada diputado representa a una circunscripción específica, puede existir un fuerte vínculo entre el representante elegido y sus electores.
Desventajas:
- Representatividad: puede haber una discrepancia significativa entre la proporción de votos que obtiene un partido a nivel nacional y la proporción de escaños que obtiene en el parlamento.
- Marginación de los partidos pequeños: los partidos pequeños, aunque obtengan un porcentaje significativo de los votos a nivel nacional, pueden acabar teniendo muy pocos escaños o ninguno.
- Desperdicio de votos: Los votos para los candidatos que no son elegidos se "desperdician" esencialmente, es decir, no tienen ningún impacto en el resultado final. Esto puede desalentar la participación electoral.
El candidato conservador ganó las elecciones en Camborne y Redruth en 2010, aunque le votó menos del 40% del electorado. El candidato liberal-demócrata, a pesar de una puntuación casi equivalente, no consiguió ningún escaño, dejando a quienes le votaron sin representación directa en el Parlamento. Este resultado ilustra una crítica frecuente al sistema de mayoría relativa: puede provocar una distorsión significativa entre el porcentaje de votos que recibe un partido y el número de escaños que obtiene en el parlamento. Esto puede dar lugar a una representación política asimétrica y a una infrarrepresentación de los partidos pequeños.
El sistema de mayoría simple tiende a favorecer a los grandes partidos y a marginar a los pequeños. He aquí algunas razones:
- El umbral de victoria es alto: para ganar un escaño en este sistema, un candidato debe obtener más votos que cualquier otro candidato en su circunscripción. Para los partidos pequeños, alcanzar este umbral en una o varias circunscripciones puede ser muy difícil.
- La dispersión de los votos: los partidos pequeños, que a menudo tienen el apoyo repartido uniformemente por todo el país, pueden obtener un porcentaje respetable de votos a nivel nacional, pero no tener suficiente apoyo concentrado en circunscripciones individuales para ganar escaños.
- El efecto del "voto útil": los votantes pueden ser reacios a "malgastar" su voto en un partido pequeño que creen que tiene pocas posibilidades de ganar, por lo que pueden optar por votar a un partido grande en su lugar. Esto puede reforzar aún más la posición de los grandes partidos.
El "tercer partido", o cualquier partido que no sea de los dos más grandes, puede estar en desventaja en este sistema. Incluso si obtienen una gran proporción del voto nacional, pueden acabar con un número desproporcionadamente pequeño de escaños en el parlamento. Esta es una de las principales críticas a este tipo de sistema electoral: puede no reflejar fielmente la diversidad de las preferencias políticas del electorado en la composición del parlamento.
En este sistema, resulta elegido el candidato con mayor número de votos en cada circunscripción, independientemente del porcentaje de votos que obtenga. Como resultado, un partido con un apoyo significativo pero disperso por todo el país puede acabar obteniendo muchos menos escaños de los que su porcentaje de voto nacional sugeriría. Los liberaldemócratas obtuvieron el 23% de los votos en las elecciones generales británicas de 2010, lo que supone un resultado significativo. Sin embargo, como este apoyo fue disperso y el partido a menudo quedó tercero en las circunscripciones, sólo obtuvo un pequeño número de escaños. Esto plantea cuestiones de representatividad y equidad. A pesar de contar con el apoyo de una cuarta parte de los votantes, los liberaldemócratas estaban infrarrepresentados en el Parlamento en comparación con los dos principales partidos, los conservadores y los laboristas. Una crítica frecuente a este sistema electoral es que puede no reflejar equitativamente la diversidad de las preferencias políticas de los votantes en la composición del Parlamento.
Uno de los fenómenos habituales en los sistemas de mayoría simple es el voto estratégico o "útil". Ante la perspectiva de que su candidato o partido preferido no gane en su circunscripción, los electores pueden optar por votar a un candidato o partido que consideran que tiene más posibilidades de vencer a un candidato o partido que les gusta menos. En otras palabras, no votan necesariamente por su primera opción, sino contra su última opción. Por ejemplo, si un votante prefiere al Partido A, pero piensa que sólo el Partido B tiene posibilidades de vencer al Partido C, que le desagrada, puede optar por votar al Partido B aunque prefiera al Partido A. Este fenómeno puede sesgar los resultados electorales y contribuir a la infrarrepresentación de los partidos pequeños. Cabe señalar que el voto estratégico suele ser producto de la incertidumbre y la complejidad de predecir los resultados electorales. Puede dar lugar a una representación parlamentaria que no refleje fielmente las preferencias reales de los votantes.
Sistema de mayoría simple a dos vueltas
El sistema de mayoría simple es un sistema electoral en el que un candidato debe obtener la mayoría absoluta de los votos para ser elegido. Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en la primera vuelta, se celebra una segunda vuelta entre los dos candidatos que hayan obtenido el mayor número de votos en la primera vuelta. El candidato que obtiene el mayor número de votos en la segunda vuelta es elegido.
El sistema de dos vueltas ofrece un grado de flexibilidad que puede permitir a los votantes emitir un voto más honesto. En la primera vuelta, los electores pueden votar a su candidato preferido sin preocuparse de las consecuencias estratégicas. Incluso si ese candidato tiene pocas posibilidades de ganar, votar por él no es un "voto perdido", porque todavía hay una segunda vuelta. Si su candidato preferido no llega a la segunda vuelta, los votantes pueden elegir entre los dos candidatos restantes. En esta fase, pueden optar por votar estratégicamente, votando por el "mal menor", o pueden optar por abstenerse si ninguno de los dos candidatos les conviene. Esta posibilidad de "voto honesto" en la primera vuelta es una ventaja del sistema de dos vueltas sobre el sistema de mayoría relativa, en el que los votantes pueden sentirse obligados a votar estratégicamente desde el principio. Sin embargo, esto también depende de las preferencias específicas de los votantes y de la dinámica de las elecciones concretas.
Este sistema se utiliza en muchos países, entre ellos Francia, para las elecciones presidenciales y legislativas.
Ventajas:
- Representatividad: garantiza que el candidato elegido cuenta con el apoyo de la mayoría de los votantes, al menos en la segunda vuelta.
- Posibilidad de voto de convicción en la primera vuelta: Los electores pueden votar al candidato de su elección en la primera vuelta, aunque piensen que tiene pocas posibilidades de ganar, y luego votar estratégicamente en la segunda vuelta si es necesario.
- Equilibrio entre estabilidad y representatividad: En general favorece a los grandes partidos, pero también permite a los candidatos de partidos más pequeños presentarse y posiblemente ser elegidos.
Desventajas :
- Coste: Organizar dos vueltas de votación puede ser costoso y llevar mucho tiempo.
- Participación: La participación puede disminuir durante la segunda vuelta, especialmente si el resultado parece estar ya decidido.
- Falta de proporcionalidad: Al igual que el sistema de mayoría relativa, este sistema puede provocar una distorsión entre el porcentaje de votos que recibe un partido a nivel nacional y el número de escaños que obtiene en el parlamento.
Aunque el sistema de mayoría relativa permite a los votantes emitir un voto más honesto en la primera vuelta, no siempre garantiza una representación proporcional en el parlamento. Esto es especialmente cierto en el caso de los partidos cuyo apoyo está disperso por todo el país en lugar de concentrarse en circunscripciones específicas. El Front National (ahora Rassemblement National) recibió un apoyo significativo a nivel nacional en las elecciones presidenciales francesas de 2012, con alrededor del 18% de los votos en la primera vuelta. Sin embargo, debido a que este apoyo fue disperso y el partido a menudo terminó tercero o por debajo en las circunscripciones en las elecciones legislativas posteriores, tuvo dificultades para convertir este apoyo en escaños en la Asamblea Nacional. Este es uno de los inconvenientes de los sistemas electorales mayoritarios: pueden dar lugar a una representación parlamentaria que no refleje fielmente el apoyo de los votantes a los distintos partidos. Esto puede plantear cuestiones de representatividad y equidad, especialmente cuando el partido en cuestión recibe una parte significativa del voto nacional.
El sistema de votación a dos vueltas puede llevar a veces a situaciones en las que el candidato con el tercer mayor número de votos en la primera vuelta es eliminado, a pesar de contar con un apoyo significativo. Esto puede ocurrir porque los votos se reparten entre varios candidatos similares. Las elecciones presidenciales francesas de 2002 son un ejemplo llamativo. En la primera vuelta, el actual Presidente Jacques Chirac y el líder del Frente Nacional Jean-Marie Le Pen quedaron en cabeza, aunque ninguno de los dos obtuvo la mayoría de los votos. El candidato socialista Lionel Jospin, que había recibido casi tantos votos como Le Pen, fue eliminado al quedar tercero. Una de las razones por las que Jospin no llegó a la segunda vuelta fue la división del voto en la izquierda. Varios candidatos de izquierdas se presentaron y "dispersaron" entre ellos los votos de los votantes de izquierdas. Esto redujo el número total de votos que pudo recibir Jospin, y permitió a Le Pen pasar al segundo puesto con una ligera ventaja. Esto supuso una gran sorpresa en Francia y suscitó un debate sobre los posibles fallos del sistema de pluralidad a dos vueltas. Es un recordatorio de que, aunque este sistema puede ofrecer a menudo un buen equilibrio entre estabilidad y representatividad, no está exento de problemas y a veces puede producir resultados inesperados o controvertidos.
En este sistema electoral, los votantes clasifican a los candidatos por orden de preferencia en lugar de votar a un único candidato. Si un candidato recibe más del 50% de las primeras preferencias, es elegido. Si ningún candidato alcanza este umbral, el candidato con menos primeras preferencias es eliminado, y sus votos se redistribuyen entre los candidatos restantes según las segundas preferencias indicadas por los votantes. Este proceso continúa hasta que un candidato obtiene más del 50% de los votos. Este sistema tiene más en cuenta el apoyo popular a cada candidato y evita la eliminación prematura de un candidato que podría ser la segunda opción de un gran número de votantes. También puede animar a los votantes a votar más sinceramente, ya que pueden expresar su verdadera preferencia sin temor a que su voto sea "desperdiciado". El voto alternativo se utiliza en algunos países y elecciones, como las elecciones generales australianas y las elecciones a la alcaldía de Londres.
El voto por escrutinio instantáneo es un método de votación utilizado en elecciones a una sola vuelta en las que los votantes clasifican a los candidatos por orden de preferencia. Si ningún candidato obtiene más del 50% de los votos en el primer recuento, el candidato con menos votos es eliminado y sus votos se redistribuyen según las segundas opciones indicadas en las papeletas. Este proceso se repite hasta que un candidato obtiene más del 50% de los votos. Sin embargo, es importante señalar que este sistema no se utiliza en el sistema de dos vueltas a mayoría simple utilizado en Francia para las elecciones legislativas y presidenciales. En este sistema, si ningún candidato obtiene más del 50% de los votos en la primera vuelta, los dos candidatos más votados se enfrentan en una segunda vuelta. Los electores no clasifican sus opciones por preferencia y no hay redistribución de votos. En el contexto de un sistema de voto preferencial, esto podría permitir a un partidario de Robert Hawkins expresar una segunda opción por Jude Robinson, y si Robert Hawkins es eliminado, el voto de ese partidario se asignaría entonces a Jude Robinson. En el sistema pluralista a dos vueltas, sin embargo, el simpatizante tendría la oportunidad de elegir de nuevo entre los dos candidatos restantes en la segunda vuelta.
Sistemas proporcionales
En un sistema electoral proporcional, el objetivo es asignar los escaños de forma que reflejen el porcentaje de votos que recibe cada partido. Este sistema está diseñado para dar una representación justa a todos los grupos de votantes.
Existen diversas variantes de sistemas electorales proporcionales:
- Representación proporcional por listas: En este sistema, los electores votan una lista de candidatos propuesta por cada partido. Los escaños se asignan a los partidos en proporción al número de votos que reciben. Puede ser una lista cerrada, en la que el orden de los candidatos está determinado por el partido, o una lista abierta, en la que los votantes pueden influir en el orden de los candidatos en la lista.
- Voto único transferible (STV): En este sistema, utilizado en algunas elecciones en Irlanda y Australia, los votantes clasifican a los candidatos por orden de preferencia. Los votos se asignan primero a la primera opción de cada votante, luego, si un candidato tiene más votos de los necesarios para ser elegido, o si un candidato tiene menos votos y es eliminado, los votos se transfieren a los otros candidatos según las otras preferencias expresadas.
- Representación proporcional de miembros mixtos: En este sistema, que es una combinación de los sistemas proporcional y mayoritario, una parte de los escaños se asigna sobre la base de un voto mayoritario en circunscripciones individuales, mientras que la otra parte se asigna sobre la base de un voto proporcional a nivel nacional o regional. Este es el sistema utilizado en Alemania, Nueva Zelanda y México, entre otros.
En todos los casos, la idea que subyace a la representación proporcional es reducir el "despilfarro" de votos que se produce en los sistemas mayoritarios y garantizar que las minorías políticas estén adecuadamente representadas.
Un sistema electoral de representación proporcional plurinominal o plurinominal es aquel en el que se eligen varios candidatos en cada circunscripción o distrito. La representación proporcional plurinominal se utiliza en muchos países, sobre todo en Europa. Los electores votan generalmente a partidos políticos y no a candidatos individuales, y los partidos reciben un número de escaños proporcional al número de votos que obtienen. Cuantos más escaños haya que cubrir en un distrito, más proporcional será el resultado. Esto se debe a que, con más escaños por cubrir, hay más posibilidades de que diversos partidos o candidatos obtengan representación.
Por ejemplo, si un distrito elige a diez representantes, un partido que obtenga alrededor del 10% de los votos debería, en teoría, obtener un escaño. Pero si el mismo distrito sólo eligiera a un representante (como ocurre en un sistema de mayoría relativa), entonces un partido que recibiera el 10% de los votos probablemente no ganaría ese escaño, a menos que recibiera más votos que cualquier otro partido. Este sistema permite una mejor representación de las minorías y los partidos más pequeños y, por tanto, puede dar lugar a una mayor diversidad de voces y perspectivas en el proceso político. Sin embargo, también puede hacer que el sistema político esté más fragmentado y complicar la formación de gobiernos estables.
La variante más común de este sistema de votación es el sistema de representación proporcional por listas. En este sistema, cada partido político presenta una lista de candidatos equivalente al número de escaños a cubrir. Tras la votación, los escaños se distribuyen en función del número de votos recibidos por cada partido, siguiendo un método predefinido.
El sistema de listas proporcionales es la forma de representación proporcional más utilizada. Funciona de la siguiente manera:
- Creación de listas de candidatos: cada partido elabora una lista de candidatos. El número de candidatos de la lista suele ser igual al número total de escaños disponibles en la circunscripción. El orden de los candidatos en la lista puede ser determinado por el propio partido (lista cerrada) o puede estar influido por los votantes (lista abierta).
- Votación: los votantes votan por una lista de partido y no por un candidato individual.
- Asignación de escaños: Los escaños se asignan a los partidos en proporción al número total de votos que reciben. Existen varios métodos para hacerlo, como el método d'Hondt o el método Sainte-Laguë, que utilizan fórmulas matemáticas para distribuir los escaños de la manera más proporcional posible. Por ejemplo, si un partido obtiene el 30% de los votos en una circunscripción de 10 escaños, obtendría unos 3 escaños (30% de 10). Los candidatos que ocupen los tres primeros puestos de la lista de ese partido serían entonces elegidos.
- Estrategia de distribución: La estrategia de distribución depende del tipo de sistema de lista proporcional. En una lista cerrada, el orden de los candidatos lo establece el partido y los votantes no pueden cambiar este orden. Los escaños se asignan en el orden de la lista hasta que el partido no tiene más escaños que asignar. En una lista abierta, los votantes pueden influir en el orden de los candidatos de la lista y los escaños se asignan según el orden modificado.
Este sistema está diseñado para garantizar una representación equitativa de todos los partidos políticos en una legislatura, en función del apoyo que reciben de los votantes. Tiende a favorecer a los partidos minoritarios y a fomentar un sistema político multipartidista.
Un sistema electoral puede analizarse en función de varias dimensiones. Estas cinco dimensiones se explican a continuación:
- Fórmula electoral: Es el método utilizado para convertir votos en escaños. Por ejemplo, en un sistema mayoritario, gana el candidato o partido con más votos. En un sistema proporcional, los escaños se distribuyen en función del porcentaje de votos obtenidos por cada partido.
- Tamaño del distrito: Esta dimensión se refiere al número de escaños disponibles en cada circunscripción o distrito. Cuanto mayor sea el tamaño del distrito, más proporcional será el sistema. El tamaño de la circunscripción, es decir, el número de escaños a cubrir en cada circunscripción o distrito, puede influir en la proporcionalidad de un sistema electoral. En Irlanda, por ejemplo, se utiliza el sistema de voto único transferible (STV). Cada circunscripción elige entre tres y cinco miembros, lo que permite un cierto grado de proporcionalidad al tiempo que se mantiene la representación local. En los Países Bajos, en cambio, el sistema de representación es totalmente proporcional. Todo el país se considera una única circunscripción electoral para las elecciones parlamentarias, con 150 escaños a cubrir. Esto significa que los partidos políticos tienen la oportunidad de estar representados en la Tweede Kamer (la cámara baja del parlamento holandés) aunque sólo tengan una pequeña fracción del voto nacional. Como resultado, la política holandesa tiende a ser extremadamente diversa y representativa de las diferentes opiniones de la población. Por regla general, cuantos más escaños haya que cubrir en un distrito, más proporcional será el resultado. Esto permite una mejor representación de las minorías políticas, pero también puede conducir a la fragmentación política y a dificultades para formar un gobierno estable.
- Nivel del sistema electoral: Se refiere a si el sistema es nacional, regional o local. Algunos países utilizan diferentes sistemas electorales en distintos niveles de gobierno. El nivel del sistema electoral se refiere a la estructura en la que tienen lugar las elecciones. Puede referirse al nivel de gobierno (local, regional, nacional), pero también a la estructura del propio sistema electoral. Algunas estructuras de sistemas electorales tienen varios "niveles" de distribución de escaños. Por ejemplo, en algunos sistemas de representación proporcional mixta o compensatoria, un primer conjunto de escaños se asigna a nivel de distrito, normalmente utilizando un sistema mayoritario o semiproporcional. A continuación, se asignan escaños adicionales a un "segundo nivel" para compensar las distorsiones de proporcionalidad que hayan surgido en el primer nivel. Este es el caso, por ejemplo, de Alemania, donde la mitad de los escaños del Bundestag se asignan en circunscripciones uninominales utilizando el sistema de mayoría simple, mientras que la otra mitad se asigna sobre la base de listas de partidos a nivel de Land para garantizar una representación proporcional global. En algunos países nórdicos, una parte de los escaños se reserva a candidatos que no han sido elegidos a nivel de distrito, garantizando así una representación más proporcional. Estos escaños, a menudo denominados escaños compensatorios o de nivelación, pueden ayudar a corregir las distorsiones producidas por el sistema de distribución de escaños a nivel de distrito. El porcentaje de estos escaños varía de un país a otro, pero puede oscilar entre el 11% y el 20%.
- Umbral de representación: Es el porcentaje mínimo de votos que debe obtener un partido para poder optar a escaños. Este umbral se utiliza a menudo en los sistemas de representación proporcional para evitar una fragmentación excesiva del sistema político. Este umbral es una característica importante de muchos sistemas de representación proporcional. Se trata de un porcentaje mínimo de votos que un partido debe obtener para poder optar a escaños. La finalidad de estos umbrales es evitar una fragmentación excesiva del sistema político, que podría dificultar la formación de gobiernos estables. También impiden la entrada en el parlamento de partidos extremistas que sólo han obtenido un porcentaje muy pequeño de los votos. El ejemplo de Alemania es especialmente instructivo. Tras los problemas causados por la fragmentación política bajo la República de Weimar, la Alemania de posguerra introdujo un umbral del 5% para la asignación de escaños en el Bundestag. Sin embargo, existe una excepción a este umbral para los partidos que obtienen al menos tres escaños en las circunscripciones. Algunos países también utilizan un sistema de "escaños extra", por el que el partido que queda primero en unas elecciones recibe escaños adicionales. Esto se hace generalmente para facilitar la formación de un gobierno estable y recompensar al partido que ha recibido más apoyo de los votantes. Es importante señalar que, aunque los umbrales y los sistemas de escaños adicionales pueden ayudar a promover la estabilidad política, también pueden tener el efecto de distorsionar la representación proporcional y excluir ciertas voces del proceso político.
- Posibilidad de elegir candidatos dentro de una lista: Algunos sistemas de RP permiten a los votantes elegir candidatos específicos dentro de una lista de partido. En una lista abierta, los votantes pueden influir en el orden de los candidatos de la lista. En una lista cerrada, el orden de los candidatos lo fija el partido. La "mezcla" permite a los electores votar a candidatos de diferentes partidos. Una vez asignados los escaños a cada partido, es necesario determinar qué candidatos concretos ocuparán esos escaños. Este proceso varía en función de si el sistema utiliza listas abiertas, listas cerradas o permite el "panachage". He aquí lo que significa cada término:
- Listas abiertas: En este sistema, los votantes pueden votar a candidatos concretos dentro de la lista de un partido. También pueden añadir candidatos de otros partidos. Esto permite a los votantes influir en el orden de los candidatos en la lista, que determina qué candidatos serán elegidos si el partido obtiene suficientes escaños.
- Listas cerradas: En este sistema, el orden de los candidatos en la lista de cada partido está predeterminado por el propio partido. Los electores votan por una lista de partido y no por candidatos individuales. Los escaños que gana el partido se asignan a los candidatos en el orden en que aparecen en la lista.
- Panachage: Este método permite a los votantes votar a candidatos de diferentes listas, o incluso a personas que no son candidatos. Esto da a los votantes la máxima flexibilidad para personalizar su voto. El panachage se utiliza en algunos sistemas electorales, especialmente en Suiza y Luxemburgo. Estos diferentes métodos tienen implicaciones para el grado de control que los votantes tienen sobre los candidatos específicos que son elegidos y, por lo tanto, pueden influir en el tipo de representación que produce el sistema electoral.
Cada una de estas dimensiones puede tener un impacto significativo en el resultado de unas elecciones y en la naturaleza del sistema político en su conjunto.
Analysant les implications des systèmes électoraux
Le choix du système électoral a des conséquences significatives pour la nature du système politique d'un pays et peut influencer une variété de résultats, y compris :
- Représentativité politique : Les systèmes électoraux proportionnels ont tendance à donner une représentation plus équitable des différents courants politiques existants au sein de l'électorat, tandis que les systèmes majoritaires peuvent favoriser les grands partis et marginaliser les petits partis et les minorités.
- Stabilité gouvernementale : Les systèmes majoritaires ont tendance à produire des gouvernements stables basés sur une majorité claire. Les systèmes proportionnels, en revanche, peuvent conduire à la formation de coalitions gouvernementales, qui peuvent parfois être instables si aucun parti ne réussit à obtenir une majorité claire.
- Responsabilité et lien entre l'électeur et l'élu : Dans les systèmes majoritaires à un tour ou à deux tours, chaque député représente une circonscription spécifique, ce qui peut renforcer le lien entre l'électeur et son représentant. En revanche, dans les systèmes de liste proportionnelle, les députés sont élus sur des listes de partis, ce qui peut affaiblir le lien entre l'électeur et son représentant.
- Diversité des représentants : Certains systèmes électoraux peuvent encourager une plus grande diversité parmi les représentants élus, par exemple en favorisant la représentation des femmes ou des minorités. Par exemple, certains pays utilisent des listes fermées avec des règles de parité de genre.
- Comportement électoral et parti politique : Le système électoral peut influencer le comportement des électeurs et des partis politiques. Par exemple, dans les systèmes majoritaires, les électeurs peuvent être incités à voter stratégiquement pour éviter de "gaspiller" leur vote sur un candidat qui a peu de chances de gagner.
Il n'y a pas de "meilleur" système électoral universel qui serait optimal pour tous les pays dans tous les contextes. Le choix du système électoral approprié dépend beaucoup du contexte spécifique d'un pays, de ses valeurs sociétales, de son histoire, et des objectifs qu'il cherche à atteindre par le biais de son système électoral..
- Nombre de voix obtenues : Les systèmes proportionnels sont généralement considérés comme plus équitables en termes de représentation des voix obtenues, car ils attribuent les sièges en fonction du pourcentage de votes obtenus par chaque parti. Cependant, cela peut conduire à une fragmentation du système politique et à des difficultés pour former un gouvernement stable.
- Représentativité des femmes, des minorités : Les systèmes de liste fermée, où l'ordre des candidats est prédéterminé par le parti, peuvent être utilisés pour améliorer la représentativité des femmes et des minorités. Par exemple, certains pays imposent des quotas ou des règles de parité de genre sur les listes de partis. Cependant, cela dépend aussi beaucoup de la volonté politique et de l'engagement envers la diversité.
- Efficacité - Stabilité gouvernementale : Les systèmes majoritaires ont tendance à favoriser la formation de gouvernements stables en attribuant une prime à la majorité. Cependant, ils peuvent aussi mener à une sous-représentation des petites formations et des minorités. Les systèmes proportionnels, d'un autre côté, peuvent conduire à la formation de coalitions, qui peuvent parfois être instables.
- Performance (économique, indicateurs sociaux, etc.) : Il est difficile d'établir un lien direct et universel entre le système électoral et la performance économique ou sociale. Cela dépend de nombreux autres facteurs, tels que la qualité du leadership, les politiques mises en place, le contexte économique global, et bien d'autres.
Il est donc important de peser ces différents facteurs et d'adapter le système électoral aux spécificités du contexte politique, social et culturel de chaque pays.
Le système proportionnel assure-t-il une meilleure représentativité ? Le système proportionnel est souvent considéré comme offrant une meilleure représentativité en termes de correspondance entre le nombre de votes obtenus par chaque parti et le nombre de sièges qu'il reçoit au parlement ou à l'assemblée. Dans un système proportionnel, le nombre de sièges qu'un parti obtient est généralement proportionnel au pourcentage de votes qu'il a reçus. C'est-à-dire que si un parti obtient 30% des voix, il devrait également obtenir environ 30% des sièges. Cela peut donner une représentation plus équitable des différentes tendances politiques au sein de la population. En revanche, dans un système majoritaire, un parti peut obtenir une majorité de sièges avec moins de 50% des voix. Par exemple, si un parti remporte 40% des voix dans chaque circonscription, il peut remporter tous les sièges même s'il n'a pas la majorité des voix à l'échelle nationale.
Les systèmes majoritaires comme le système uninominal à un tour utilisé au Royaume-Uni, ou le système uninominal à deux tours utilisé en France, peuvent parfois produire des résultats qui ne reflètent pas parfaitement la distribution des voix au niveau national. Dans un système majoritaire, il est possible qu'un parti qui obtient la majorité des votes dans un grand nombre de circonscriptions, mais pas nécessairement la majorité des votes au niveau national, remporte une grande majorité des sièges. Cela peut conduire à une distorsion entre le pourcentage de voix obtenues par un parti et le pourcentage de sièges qu'il reçoit. Par exemple, au Royaume-Uni lors de l'élection générale de 2015, le Parti conservateur a remporté 51% des sièges avec seulement 37% des voix. Dans le même temps, le Parti pour l'indépendance du Royaume-Uni (UKIP) a reçu 13% des voix mais n'a obtenu qu'un seul siège (0,2% du total).
Même parmi les systèmes non proportionnels (ou majoritaires), il existe une grande variété de méthodes et de règles qui peuvent affecter le degré de représentativité. La taille du district, c'est-à-dire le nombre de sièges à pourvoir dans chaque circonscription, peut avoir un impact significatif. Dans les systèmes avec des circonscriptions de grande taille, comme aux Pays-Bas où tout le pays est considéré comme un seul district pour les élections législatives, le résultat a tendance à être plus proportionnel car les petits partis ont plus de chances d'obtenir un siège. Cependant, d'autres facteurs peuvent également jouer un rôle. Par exemple, l'existence d'un seuil électoral, comme en Tchécoslovaquie, peut introduire un certain degré de non-représentativité. Un seuil électoral est une règle qui stipule qu'un parti doit obtenir un certain pourcentage des voix (par exemple, 5%) pour être éligible à l'attribution de sièges. Cette règle peut empêcher les petits partis d'obtenir une représentation, même s'ils ont réussi à obtenir une proportion significative de voix.
Ce tableau illustre une simulation hypothétique des résultats électoraux pour les élections de 2007 et 2010 en France et au Royaume-Uni, si un système alternatif avait remplacé le système électoral majoritaire en place. On constate alors une diminution de la part des sièges détenue par les grands partis, au profit d'une augmentation pour les petits partis. On peut observer une tendance similaire pour l'Angleterre, où un tel changement de système électoral pourrait potentiellement modifier la composition de la coalition gouvernementale issue des élections.
C'est une conséquence majeure potentielle du passage d'un système électoral majoritaire à un système proportionnel. Dans un système proportionnel, les petits partis ont généralement une chance beaucoup plus grande de remporter des sièges, ce qui pourrait diminuer la part des sièges détenue par les grands partis. Dans un système majoritaire comme ceux utilisés en France et au Royaume-Uni, les partis qui remportent une pluralité de voix dans chaque circonscription reçoivent tous les sièges de cette circonscription, ce qui tend à favoriser les partis les plus grands et les mieux établis. En revanche, dans un système proportionnel, les sièges sont répartis en fonction de la part des voix obtenues par chaque parti, ce qui donne généralement aux petits partis une meilleure chance d'obtenir une représentation. Cela signifie que si la France ou le Royaume-Uni passait à un système proportionnel, cela pourrait mener à une augmentation du nombre de partis représentés au parlement et à une plus grande fragmentation du paysage politique. Cela pourrait également changer les coalitions gouvernementales possibles, car les grands partis pourraient avoir besoin de s'allier avec plus de petits partis pour former une majorité.
La représentativité des femmes dans les systèmes électoraux
La représentativité des femmes en politique est un enjeu important dans de nombreux pays. Dans le cadre d'un système électoral, plusieurs facteurs peuvent influencer le degré de représentation des femmes.
- Le type de système électoral : Dans les systèmes proportionnels, notamment ceux utilisant des listes fermées, les partis ont souvent la possibilité (et parfois l'obligation) d'alterner les hommes et les femmes sur leurs listes de candidats, ce qui peut augmenter la représentation des femmes. Par contre, dans un système majoritaire à un tour ou à deux tours, les candidats sont souvent choisis individuellement pour chaque circonscription, ce qui peut limiter les opportunités pour les femmes.
- Les quotas de genre : Certains pays ont introduit des quotas obligatoires pour garantir un certain pourcentage de femmes parmi les candidats ou les élus. Ces quotas peuvent être particulièrement efficaces dans les systèmes de liste fermée.
- La culture politique et sociale : Même en l'absence de quotas, la culture politique et sociale d'un pays peut influencer la représentation des femmes. Par exemple, les partis peuvent choisir de présenter davantage de femmes candidates pour répondre à la demande des électeurs ou pour promouvoir l'égalité des genres.
- Le soutien institutionnel : Le soutien de l'État et des institutions politiques peut également jouer un rôle. Par exemple, des programmes de formation et de mentorat peuvent aider à préparer davantage de femmes à se présenter aux élections.
Si ces facteurs peuvent augmenter la représentation des femmes, ils ne garantissent pas nécessairement l'égalité des genres en politique. Par exemple, les femmes élues doivent également avoir l'opportunité d'occuper des postes de pouvoir et de participer pleinement à la prise de décisions. De plus, la représentation des femmes ne doit pas se limiter au parlement ou à l'assemblée, mais doit s'étendre à tous les niveaux de gouvernement et à toutes les sphères de la vie politique.
Plusieurs études ont montré que les systèmes électoraux proportionnels tendent à favoriser une meilleure représentation des femmes par rapport aux systèmes majoritaires. Plusieurs raisons peuvent expliquer cette tendance. Tout d'abord, dans les systèmes proportionnels, les partis ont souvent l'opportunité (et parfois l'obligation) de présenter des listes de candidats comprenant une proportion équilibrée de femmes et d'hommes. En particulier, dans les systèmes de listes fermées, les partis peuvent être tenus de présenter des listes "zébrées", où les hommes et les femmes alternent. Deuxièmement, les systèmes proportionnels peuvent encourager la diversité en offrant plus d'opportunités aux petits partis. Comme les femmes sont parfois plus présentes dans les partis minoritaires ou nouveaux, cela peut augmenter leur chance d'être élues. Enfin, dans un système proportionnel, les partis peuvent être plus enclins à présenter des femmes candidates afin de répondre à la demande des électeurs pour une représentation équilibrée des genres.
Dans un système électoral proportionnel, spécialement celui de liste, le fait d'avoir plusieurs candidats à choisir de la même liste peut inciter les partis à diversifier leurs candidats en termes de genre. Dans un tel système, les électeurs ont la possibilité de voter pour une liste plutôt que pour un candidat individuel. Par conséquent, un parti politique qui présenterait une liste de candidats exclusivement masculine pourrait risquer de perdre l'adhésion d'une partie de l'électorat qui valorise la diversité de genre. Ainsi, présenter une liste mixte peut être perçu comme plus inclusif et démocratique, ce qui peut attirer un électorat plus large.
Par ailleurs, dans un système uninominal, le parti doit choisir un seul candidat pour représenter chaque circonscription. Cette situation peut perpétuer les stéréotypes de genre et limiter les opportunités pour les femmes candidates si les électeurs ou les partis ont des préjugés en faveur des candidats masculins. Cela dit, même si ces facteurs peuvent contribuer à expliquer pourquoi les systèmes proportionnels tendent à favoriser une meilleure représentation des femmes, ils ne sont qu'une partie de l'explication. D'autres facteurs, tels que la culture politique du pays, les politiques des partis, les quotas de genre et le soutien institutionnel à la participation des femmes, jouent également un rôle crucial.
Proposer des listes de candidats diversifiées en termes de genre, d'origine ethnique, d'âge, etc., peut être bénéfique pour un parti politique dans un système électoral proportionnel. D'une part, cela peut aider à attirer un électorat plus large et diversifié, car différents groupes de l'électorat peuvent se sentir plus représentés et donc plus enclins à voter pour ce parti. D'autre part, la diversité des candidats peut contribuer à améliorer la qualité de la prise de décision au sein du parti et au sein des instances élues, car différentes perspectives et expériences peuvent être prises en compte. En outre, la présentation de listes diversifiées peut être perçue comme un signe d'ouverture et de modernité de la part du parti, ce qui peut améliorer son image auprès de l'électorat. Cela peut également contribuer à la légitimité du système politique dans son ensemble, en donnant l'impression que toutes les parties de la société sont représentées.
Influence des systèmes électoraux sur le nombre de partis
Maurice Duverger, politologue français, est bien connu pour avoir formulé la "loi de Duverger" dans les années 1950. Cette loi postule une corrélation entre le système électoral d'un pays et la structure de son système de partis. Plus précisément, Duverger soutenait que les systèmes électoraux basés sur le scrutin majoritaire uninominal à un ou deux tours (comme au Royaume-Uni ou en France) tendent à favoriser un système bipartite, tandis que les systèmes électoraux proportionnels (comme aux Pays-Bas ou en Belgique) tendent à conduire à un système multipartite.
La raison en est que, dans un système majoritaire, les partis minoritaires ont peu de chances d'obtenir des sièges, ce qui encourage les électeurs à voter stratégiquement pour l'un des deux principaux partis plutôt que de "gaspiller" leur vote sur un petit parti. Par conséquent, au fil du temps, les petits partis sont marginalisés et un système bipartite émerge. En revanche, dans un système proportionnel, même les petits partis ont une chance raisonnable d'obtenir des sièges, ce qui encourage la diversité des partis.
Maurice Duverger a formulé deux lois majeures concernant le rapport entre le système électoral et le nombre de partis politiques d'un pays. Ces deux lois, souvent appelées "lois de Duverger", sont les suivantes :
- La première loi, souvent qualifiée de "loi mécanique", stipule que le scrutin majoritaire uninominal à un tour favorise un système politique bipartite. Le raisonnement est que dans ce système, les petits partis qui ont un soutien populaire éparpillé à travers tout le pays ont peu de chances d'obtenir des sièges, car ils doivent être le premier choix dans une circonscription donnée pour y gagner. Cela décourage les électeurs de voter pour ces petits partis, car ils ne veulent pas "gaspiller" leur vote. Au lieu de cela, ils sont incités à voter pour l'un des deux grands partis, renforçant ainsi leur domination.
- La deuxième loi, souvent appelée "loi psychologique", soutient que les systèmes de représentation proportionnelle favorisent un système multipartite. Dans ce système, même les partis qui ont un soutien minoritaire réparti dans tout le pays ont une chance d'obtenir des sièges, à condition qu'ils atteignent un certain seuil de pourcentage de votes. Cela encourage la diversité des partis et la représentation d'une variété d'intérêts.
Le "nombre effectif de partis", ou la "taille effective du système de partis" est un indicateur a été proposé par l'économiste politique Markku Laakso et l'analyste politique Rein Taagepera dans les années 1970. Le concept derrière le nombre effectif de partis est que tous les partis ne sont pas égaux en termes d'importance. Certains partis peuvent avoir beaucoup plus de sièges au parlement ou de voix dans une élection que d'autres. Par conséquent, simplement compter le nombre total de partis peut ne pas donner une image précise de la complexité et de la diversité du système de partis.
La formule pour calculer le nombre effectif de partis est :
Nombre effectif de partis = 1 / (Somme des carrés des proportions de sièges (ou voix) de chaque parti)
Par exemple, supposons qu'il y ait trois partis dans un pays avec les proportions suivantes de sièges au parlement : 0,5 pour le parti A, 0,3 pour le parti B, et 0,2 pour le parti C. Le nombre effectif de partis serait alors :
Nombre effectif de partis = 1 / (0,5^2 + 0,3^2 + 0,2^2) = 2,44
Cela signifie qu'en termes de répartition des sièges, ce système de partis est équivalent à un système avec environ deux à trois partis de taille égale.
Impact sur le type de gouvernement : coalitions vs. gouvernements monopartites
La nature du système électoral d'un pays a une influence significative sur la composition de son gouvernement.
- Gouvernements de coalition dans les systèmes proportionnels : Dans les systèmes de représentation proportionnelle, comme ceux en vigueur dans la plupart des pays européens, les gouvernements sont souvent formés par des coalitions de plusieurs partis. Cela est dû au fait que dans ces systèmes, il est plus difficile pour un seul parti d'obtenir une majorité absolue de sièges. La diversité des partis obtenants des sièges au Parlement implique souvent la nécessité de négociations et de compromis pour former un gouvernement.
- Gouvernements monopartites dans les systèmes majoritaires : Dans les systèmes électoraux majoritaires, comme ceux du Royaume-Uni ou des États-Unis, il est plus fréquent d'avoir des gouvernements monopartites. En effet, le système majoritaire favorise les grands partis et rend difficile l'accès au Parlement pour les petits partis. De ce fait, il est plus probable qu'un seul parti remporte une majorité de sièges, permettant de former un gouvernement sans la nécessité de coalitions.
Ces caractéristiques ont des implications sur la gouvernance. Dans les systèmes de coalition, la prise de décision peut être plus complexe et lente, en raison des compromis nécessaires entre les différents partis de la coalition. Cependant, cela peut aussi conduire à des décisions plus consensuelles et représentatives de divers intérêts de la société. D'autre part, un gouvernement monopartite peut être en mesure de prendre des décisions plus rapidement, mais ces décisions peuvent ne pas refléter autant de diversité d'opinions et d'intérêts.
Avantages et inconvénients des différents systèmes électoraux
Il y a un débat constant parmi les politologues et les spécialistes des systèmes électoraux sur les mérites et les inconvénients des systèmes de représentation proportionnelle et des systèmes majoritaires.
Critiques du système proportionnel :
- Instabilité gouvernementale : Les gouvernements de coalition, qui sont plus fréquents dans les systèmes proportionnels, peuvent être instables et susceptibles de se briser. Cela peut entraîner des gouvernements de courte durée et une instabilité politique.
- Difficulté de réforme : Dans un gouvernement de coalition, chaque parti a ses propres priorités et positions politiques, ce qui peut rendre difficile la mise en œuvre de réformes politiques significatives. Le processus de négociation nécessaire pour parvenir à un accord entre les partis peut être long et laborieux.
- Manque de responsabilité : Il peut être difficile pour les électeurs de tenir un parti spécifique responsable des actions du gouvernement, car aucune action n'est entièrement de la responsabilité d'un seul parti.
Avantages du système majoritaire :
- Clarté de la responsabilité : Dans un gouvernement monopartite, il est clair qui est responsable des actions du gouvernement. Cela peut améliorer la responsabilité politique.
- Stabilité gouvernementale : Les gouvernements monopartites sont généralement plus stables que les gouvernements de coalition, car ils ne dépendent pas de plusieurs partis pour leur survie.
- Capacité de réforme : Un parti qui détient une majorité absolue est généralement mieux placé pour mettre en œuvre des réformes politiques importantes, car il n'a pas besoin de négocier avec d'autres partis pour obtenir leur soutien.
Dans les systèmes de représentation proportionnelle, la mise en œuvre de réformes peut être un défi en raison de la nécessité d'obtenir un consensus parmi plusieurs partis. Voici quelques points pour expliquer ce phénomène :
- Coordination entre partis : Dans un gouvernement de coalition, les décisions doivent être coordonnées et négociées entre plusieurs partis. Cela peut rendre le processus de prise de décision plus lent et plus complexe, car chaque parti a ses propres intérêts et priorités.
- Blocage de réformes : Dans une coalition, un parti minoritaire peut potentiellement bloquer une réforme qui est importante pour les autres partis de la coalition. Cette dynamique peut entraver la capacité du gouvernement à réformer.
- Instabilité des coalitions : Les coalitions peuvent être instables et susceptibles de se briser, en particulier lorsqu'il s'agit de problèmes controversés. Cela peut entraîner un gouvernement de courte durée et une instabilité politique, ce qui à son tour peut réduire la capacité de réforme.
- Capacité de réponse : L'obligation de négocier et de coordonner entre plusieurs partis peut également rendre le gouvernement moins capable de répondre rapidement aux défis économiques et sociaux.
Des études ont mis en évidence des liens entre les systèmes électoraux et les politiques économiques. Par exemple, certains travaux ont suggéré que les pays avec des systèmes de représentation proportionnelle peuvent avoir tendance à avoir des déficits budgétaires et des niveaux de dette publique plus élevés.
Il y a plusieurs raisons possibles à cela :
- Compromis politiques : Dans les systèmes de représentation proportionnelle, les gouvernements sont souvent formés de coalitions de plusieurs partis. Pour maintenir la stabilité de la coalition, les partis peuvent être amenés à faire des compromis, qui peuvent inclure des dépenses publiques accrues pour satisfaire les différentes constituances des partis.
- Instabilité politique : La possible instabilité des gouvernements de coalition peut rendre plus difficile l'adoption de mesures d'austérité ou de consolidation budgétaire, car ces mesures peuvent être politiquement impopulaires et mettre en péril la coalition.
- Représentativité : Les systèmes de représentation proportionnelle permettent une meilleure représentation des différents groupes de la société, ce qui peut se traduire par une demande plus forte de dépenses publiques pour satisfaire les besoins de ces différents groupes.