La Paz de París y la Sociedad de las Naciones

De Baripedia


Con la tesis "al principio era Versalles", hablamos de Versalles en un sentido estricto y amplio. En sentido estricto, estamos hablando de los tratados resultantes de la Conferencia de Paz de París con el Tratado de Versalles de 1919 para Alemania, el Tratado de Saint Germain en Lay para Austria[6][7][8][9], el Tratado de Neuilly para Bulgaria[10][11][12][13], el Tratado de Trianon y el Tratado de Sèvres de 1920 para Hungría y Turquía respectivamente. En 1922, se celebró en Génova una conferencia económica y financiera para tratar de resolver las cuestiones económicas aún pendientes. Alemania será invitada y verá la participación de Rusia. Estos son los dos parias de Versalles que no pueden participar en la paz de París. En el sentido más amplio, Versalles es también el Tratado de Laval entre Alemania y los soviéticos, pero también el Tratado de Lausana que condujo a la revisión del Tratado de Sèvres con Turquía en 1923, así como el Tratado de Munich en 1938 cuando Alemania obtuvo la Revisión de la Paz de Versalles.

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El nuevo orden territorial de Europa

Es con el Tratado de Paz de Versalles que los conflictos del siglo XX con las minorías crearon una situación explosiva.

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La ciudad de Fiume forma parte de Istria, que forma parte de los territorios anexionados por Italia después de la Primera Guerra Mundial. A partir de la década de 1880, los irredentistas italianos comenzaron a enumerar los territorios de forma nomenclatural. Fiume pertenece a la parte húngara de la monarquía austrohúngara. El Emperador de Austria tiene dos coronas. El 29 de octubre de 1918, Fiume fue anexada al Reino de los serbios, croatas y eslovenos, que se estableció bajo la bendición de Carlos I. El 30 de octubre, el consejo municipal de la ciudad de Fiume se proclamó Consiglio Nazionale Nacional Italiano.

Fue un movimiento en octubre de 1918 el que cobró impulso con la proclamación de la autodeterminación por parte de los consejos nacionales, en los que la élite pretendía ser el consejo nacional. El 4 de noviembre de 1918, la ciudad de Fiume fue sometida a una comisión interaliada que tomó el control de la ciudad. En julio de 1919, hubo una acción militar con Gabriele D'Annunzio que alistó a legionarios para anexar la ciudad de Fiume. En el Tratado de Londres de 1915, Fiume no fue considerado un regalo territorial. Las tropas italianas tomarán Fiume. Gabriele D'Annunzio establecerá la reggenza italiana, pero es un estado que no es aceptado por las otras potencias. En 1930, hubo un tratado con Yugoslavia que definió a Fiume como una ciudad libre. En 1920, las tropas regulares italianas lucharon contra las tropas irregulares italianas para establecer un estado libre y soberano. En 1922, un golpe militar fascista estableció un gobierno provisional. En 1924, Fiume fue anexionada legalmente tras un tratado entre Italia y Yugoslavia y luego se convirtió en provincia italiana. Durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1943 y 1945, se produjo la república social italiana, que era el estado controlado por Hitler. A través de los nazis, hay un control militar directo. En 1945, Fiume fue ocupada por las tropas yugoslavas y en 1947, tras el Tratado de París con Italia, Fiume pasó a formar parte oficialmente de Yugoslavia. En 1992, Yugoslavia implosionó y se creó Croacia, convirtiendo a Fiume en una ciudad croata. Es una ciudad entre 1918 y 1992 que experimentó un cambio repentino en su propia membresía estatal territorial.

Al principio era Versalles es una tesis provocativa para decir que el siglo XX podría ser leído como un siglo largo en la perspectiva de la paz de París hecha en 1919. Este orden cambia completamente el mapa europeo bajo la tesis de que es con el Tratado de Paz de París que los conflictos del siglo XX entre minorías adquieren una nueva dimensión explosiva. La cuestión de las minorías nacionales se liberó durante el siglo XIX y condujo a la implosión de los grandes imperios durante la Primera Guerra Mundial.

El caso de Fiume para la población con cambios de estado significa que cada vez que hay un cambio en toda la administración, es decir, todo el aparato estatal cambia, la moneda, los sellos postales, hay grandes trastornos que muestran la dinámica que hay en la región. Fiume, que se discutió extensamente durante la paz de París, ahora se llama Rijeka y es un lugar de memoria transnacional por excelencia porque tiene memorias que todavía están ligadas a Austria, al Imperio Austro-Húngaro, a Croacia y especialmente a Italia. Esta pistola monta algunos elementos importantes. El caso de Fiume nos muestra las convenciones imperialistas de las grandes potencias durante la guerra. Durante la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Londres de marzo de 1915 con las potencias de la Entente trajo al país a Italia, que era neutral en la guerra, dándole regalos territoriales. En este tratado, incluso si hay áreas de Dalmacia que se contemplan, no hay ciudad de Fiume. En 1915, cuando las potencias hacen cálculos geoestratégicos, todavía existe el Imperio Austro-Húngaro e incluso para las potencias de la Entente está claro que el Imperio Austriaco necesita acceso al mar. La razón por la que Fiume no fue parte de los regalos territoriales a Italia y es para dejar Hungría un puerto en el Mediterráneo. El caso de Fiume también muestra las difíciles negociaciones en París. Si nos fijamos en las actas del Consejo de los cuatro y en los debates, la pregunta de Fiume es recurrente. A causa de la pregunta de Fiume, la delegación italiana, que es una de las cuatro, dejará la conferencia de París por un tiempo para disputar el hecho de que Fiume no es uno de los regalos territoriales hechos a Italia. El caso de Fiume también demuestra que el resultado de las negociaciones de París también podría ir en contra de la voluntad de la mayoría de la población y que, por lo tanto, no se respeta el principio del derecho a la autodeterminación de los pueblos. En efecto, la mayoría de los habitantes de la ciudad de Fiume eran de lengua italiana, hablaban el dialecto veneciano y habían proclamado el 30 de octubre de 1918 la anexión a la patria Italia. Esta proclamada anexión no fue aceptada por los pacificadores de París. El caso de Fiume también demuestra que las legiones nacionalistas o protofascistas pueden lograr imponer hechos consumados. Esto es algo que no sólo se encuentra en esta región. En las fronteras entre Polonia y Lituania hay legiones que no son totalmente oficiales, pero que son aceptadas por funcionarios que crean hechos consumados.

El caso de Fiume también demuestra que el pedido de Versalles puede revisarse con bastante rapidez. Por ejemplo, el Tratado de Sèvres es revisado por el Tratado de Lausana, pero con el Tratado de Rapallo entre Italia y Yugoslavia, se tomó una decisión clara. En París, un Estado independiente, aunque sólo fuera una ciudad-estado en forma de Estado independiente, desaparecerá. El caso de Fiume también muestra la reorganización territorial tras la Segunda Guerra Mundial, de modo que todo lo que se pondrá en marcha en esta región central de Europa Central y Oriental no es sólo la frontera de Istria y Dalmacia, sino también toda la cuestión de las fronteras de Alemania Oriental. Este caso muestra también el vuelo hasta principios de los años cincuenta, después de la Segunda Guerra Mundial, de más del 70% de la población de Fiume a Italia bajo el nombre de "esodo istriano". Este es un capítulo doloroso en el capítulo sobre las transferencias de población, un capítulo que comenzó con la paz de Lausana en 1923. Desde 2005, cada 10 de febrero, Italia conmemora "il giorno del ricordo" como "Día del Recuerdo", es decir, el 10 de febrero es el día de 1947 en que se firmó el Tratado de Paz de París con los Aliados e Italia. Hay un movimiento en todas partes que está reabriendo esta herida de la Primera Guerra Mundial.

El nuevo orden de las colonias

Este mapa muestra la remodelación de Oriente Medio tras el Tratado de Lausana de 1923.[14][15][16] Todavía existe en el contexto del imperialismo la solución de construir mandatos para los territorios de los estados derrotados, pero no hay un cambio en el estatus de las colonias de las potencias vencedoras. La creación de mandatos en el Este se establecerá con Siria, que estará bajo mandato francés, Palestina, Jordania e Irak son mandatos de Gran Bretaña, también Egipto, que está bajo administración británica.

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El sistema de los mandato de la Sociedad de las Naciones

El nuevo orden de las colonias plantea la cuestión de que Versalles, con el sistema de mandatos, desencadenó la descolonización. Esa es una tesis bastante fuerte. Lo que es muy controvertido entre los investigadores con respecto al orden de posguerra que se implementó en París fue, entonces y sigue siendo, el sistema de mandatos, que es la invención de un nuevo sistema bajo el título de "mandato". El sistema de órdenes fue creado para administrar ciertas colonias alemanas que fueron conquistadas por las potencias victoriosas y las correspondientes a las partes árabes del Imperio Otomano. Los observadores contemporáneos han evaluado la influencia del sistema de mandatos de manera muy diferente. Por ejemplo, Manley Hudson publicó un libro en 1923 titulado What Really Happened in Paris. Para él, los mandatos son anexiones encubiertas o, por el contrario, la extensión del ordenamiento jurídico para proteger a los pueblos indígenas. Estos son dos elementos que seguirán definiendo el debate de hoy. ¿Son las órdenes un sistema para ocultar el hecho de que las colonias alemanas y partes del Imperio Otomano serán anexadas o son realmente una mejora en la situación para proteger a los nativos?

El Coronel House fue el colaborador más influyente del Presidente Wilson. Según el Coronel House, que se encontraba en París, los mandatos representaban una nueva experiencia en el campo de la moralidad y su comité internacional. Es una interpretación eufórica del mandato que conduce a un nuevo nivel en el desarrollo moral de la humanidad. En esencia, este debate continúa hoy en día. En 1999, el investigador Michael Callahan defendió la tesis de que el sistema de mandato había desempeñado un papel importante en la reforma del imperialismo y describió el sistema de mandato como una ideología imperialista profunda y amplia. Jürgen Osterhammel, que es un historiador alemán muy famoso, escribió que el mandato es una retórica que no puede ocultar las realidades colonialistas.

Todo el mundo está de acuerdo en que el mandato es algo nuevo en las relaciones internacionales después de 1919. Hay que distinguir claramente entre la voluntad de los estadistas de 1919 y la influencia que ha tenido a largo plazo lo que se está poniendo en marcha. Durante la Primera Guerra Mundial, las potencias coloniales tradicionales como Gran Bretaña y Francia se enfrentaron al aumento de las críticas imperialistas en sus propios países. La división del mundo ya está pendiente en la guerra, cada vez más difícil de justificar incluso dentro de las potencias coloniales. En realidad, no se trataba de abolir el imperio colonial en ese momento, sino más bien de no solicitar la reorganización del imperio colonial. El componente desconocido del juego colonial en las relaciones internacionales eran naturalmente los Estados Unidos, para los que no se trataba de mantener una concepción colonial en su concepto de paz. El Presidente Wilson nunca expresó una opinión concreta sobre este problema, pero parecía claro que Estados Unidos, siguiendo la tradición intelectual de su propio imperialismo indirecto, percibía el papel del poder colonial como el de administrador de la población dominada y no como propietario de este territorio.

Cuando se hizo cada vez más claro que las potencias de la Entente ya no querían devolver las colonias alemanas conquistadas, Wilson tuvo que estar de acuerdo con esta opinión. En el Tratado de Versalles, Alemania tuvo que renunciar finalmente a todas sus posesiones al otro lado del Atlántico en el artículo 119. Es interesante notar que las potencias victoriosas no sólo utilizaron la culpa de Alemania por la guerra, que es muy importante para la legitimación del Tratado de París, sino que las potencias victoriosas también comenzaron a culpar a Alemania por fracasar en su función como colonia soberana.

Está la creación de lo que la propaganda alemana de los años 20 y 30 llamó la "Kolonialschuldlüge". Este término alemán es esencial para entender la propaganda que se iba a desencadenar en Alemania incluso antes de 1933 y de la toma del poder por parte de los nazis. A lo largo de la década de 1920, hubo grandes actividades financiadas por el Estado alemán para desafiar a la "kriegsschuldlüge". Los alemanes están tratando de impugnar las acusaciones de que no pueden dirigir sus propias colonias, que serán administradas mediante órdenes judiciales. El hecho de que en París los aliados crearon el argumento de que Alemania necesitaba llevarse las colonias porque era incapaz de manejarlas, indirectamente forzó a las potencias victoriosas a hacerlo mejor. Esto ha llevado al desarrollo de nuevas y mejores formas de administración colonial. Sabían muy bien que los alemanes estaban observando cuidadosamente lo que los nuevos agentes estaban haciendo. Una vez que el presidente Wilson se convenció de que este sistema de mandato era la solución correcta para la gestión de las colonias, lo impulsó con todas sus fuerzas. Cabe recordar que el derecho a la libre determinación de los pueblos, tal como Wilson lo formuló en los Catorce Puntos, no es en absoluto anticolonial. La autodeterminación de los pueblos en el propio concepto de Wilson concierne a los pueblos civilizados de Europa. Aunque no hubiera habido anticolonialismo, Wilson tenía claro que la competencia entre las principales potencias europeas por la carrera por las colonias era uno de los factores detrás de la Primera Guerra Mundial y era la razón por la que Wilson no quería ver nuevas anexiones. Se puede decir que el sistema de orden es una especie de compromiso con el hecho de que los Estados Unidos no querían cambios territoriales en forma de anexión colonial y que los intereses de las potencias de los Estados Unidos tal vez fuera realmente lo que el Coronel House había dicho, es decir, una nueva experiencia de moralidad internacional, y que para las potencias europeas era tal vez una forma de inventar un discurso que legitimara una anexión de facto.

El concepto de mandato sigue siendo bastante racista. La construcción de tres tipos diferentes de mandatos se basaba en una visión racista del mundo con una geografía de pueblos incivilizados que debían ser civilizados con potencial para la independencia y de personas condenadas para la eternidad a ser sometidas a un mandato de una potencia occidental.

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Este mapa es el mapa de los países miembros de la Liga de las Naciones y también de los países no miembros, como Estados Unidos y toda Rusia.

Mandatos de tipo A

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Los mandatos de tipo A son los que se refieren al Oriente Medio y a la parte árabe del Imperio Otomano. Durante la guerra, el 16 de mayo de 1916, Francia y Gran Bretaña hicieron un acuerdo secreto llamado el Acuerdo Sykes-Picot. Este acuerdo, con la aprobación de Rusia e Italia, preveía la división del Oriente Medio al final de la guerra con un espacio entre el Mar Negro y el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, desde el Océano Índico hasta el Mar Caspio. Es una división en zonas de influencia entre las potencias para contrarrestar las ramificaciones otomanas.

El acuerdo Sykes-Picot se oponía a lo que las grandes potencias habían declarado durante la guerra contra los árabes, con los judíos y la promesa de construir un estado en Palestina. En realidad, en lugar de las promesas hechas, hay la separación de estos territorios en mandatos que van a Francia y Gran Bretaña. Es evidente que en este contexto no sólo hay cuestiones territoriales, sino también económicas y estratégicas. El Iraq, que se va a Gran Bretaña, ya era extremadamente importante con respecto a la cuestión del petróleo.

En el contexto de la Sociedad de Naciones, los mandatos de tipo A son mandatos que se refieren al artículo 22 del pacto donde se reconocerá la independencia "a condición de que el asesoramiento y la asistencia de un fideicomisario guíen a la administración hasta el momento en que ésta pueda conducirse". Los mandatos de tipo A son aquellos países o pueblos para los que en la visión europea existe el potencial de convertirse un día en una potencia independiente y hasta entonces se necesita una potencia europea que los guíe. En las discusiones y planes no hay límite de tiempo para este desarrollo y en todo el período de las dos guerras sólo habrá un estado que obtendrá la independencia que es Irak que se independiza en 1932.

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Es una fotografía de la ciudad de Damasco que muestra un alto grado de urbanización, pero que aún no sería capaz de gobernarse a sí misma.

Mandats de type B et C

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Les mandats de catégorie B et C. Dans ce cas, l’indépendance était prévue dans un futur lointain. Dans la vision des faiseurs de paix de Paris cela devait être dans des siècles à venir. Les ex-colonies allemandes sont partagées avec une partie du Cameroun qui va la France et une partie qui va à la Grande-Bretagne, mais aussi le Togo partagé entre la France et la Grande-Bretagne, le Tanganyika va à la Grande-Bretagne et le Rwanda va à la Belgique. C’est une photographie de la ville de Damas qui montre un fort degré d’urbanisation, mais qui ne serait pas encore capable de se gouverner par elle-même.  Dans le contexte prévu de l’article 22 du pacte de la Société des Nations, les puissances européennes mandataires font une administration directe du territoire. Si avec les mandats de type A il y a une forme ambiguë de la puissance européenne qui aide et qui conseille, avec le mandat du type B c’est une administration directe du territoire. Le mandat de type B garantit une liberté de conscience et de religion. On garde les vieilles structures coloniales, mais en donne certains droits. Il y a un mouvement vers la prohibition des abus comme l’alcool, mais aussi la prohibition de l’esclavage et du trafic d’armes. Dans ce territoire, il y a une interdiction de recruter des troupes. Il y a l’idée que ces territoires ne peuvent pas être utilisés comme réservoir pour les puissances européennes pour alimenter les propres troupes. Les puissances européennes ne pouvaient construire des fortifications dans ces territoires. Ces territoires sont mis sur une condition d’égalité commerciale pour tout le monde de la Société des Nations, c’est-à-dire que les puissances mandataires, même si elles administraient directement un territoire, devaient ouvrir la porte aussi aux autres pays pour permettre le commerce.

Pour ce qui concerne les mandats du type C, l’indépendance n’est pas prévue dans le siècle à venir. Dans la vision du monde des faiseurs de paix de 1919 à Paris, ce sont des pays qui ne pourront pas obtenir leur indépendance. Dans la hiérarchie des races, les mandats de type C sont les plus bas. Les dominions qui sont des colonies blanches de la Grande-Bretagne et le Japon deviennent mandataires. Des puissances comme les dominions qui sont des colonies deviennent des puissances coloniales eux-mêmes parce qu’ils contrôlent des mandats. L’Afrique du Sud-Ouest est gérée par le domaine de l’Afrique du Sud, les îles Samoa vont à la Nouvelle-Zélande, Nauru et la Nouvelle-Guinée vont à l’Australie tout comme des îles du Pacifique qui vont également au Japon. La définition dans l’article 22 du pacte de la Société des Nations est qu’un mandat de type C est administré comme une partie intégrante du territoire de la puissance mandataire. C’est une partie intégrale de cet État et cet État peut faire ce qu’il veut.

Même si la version définitive du concept des mandats constitue un compromis fondé sur des représentations tout à fait racistes, on peut tout de même soutenir la thèse selon laquelle le système des mandats combiné avec le potentiel que donnait le droit des peuples à l’autodétermination représenta un catalyseur pour la décolonisation. En interdisant l’annexion tout court et le transfert de propriété des mandats à des puissances, mais en confiant le mandant à la Société des Nations, le droit des États coloniaux d’occuper d’autres territoires est mis fondamentalement en question. D’autre part, le mandat avait aussi contemplé le droit des peuples à se plaindre et donc que ce droit de se plaindre auprès de la Société des Nations. Ce droit de plainte permettait aux populations indigènes d’avoir un discours public international sur la politique coloniale des États souverains. Le fait de pouvoir se plaindre et d’amener des questions coloniales à l’agenda international était quelque chose d’important pour ces peuples. Les contrats de mandat concernant les mandats de type A et de type B contournaient la condition de conduire les territoires administrés à l’indépendance. La Société des Nations confie ce mandat aux puissances, la tâche au moins du point de vue discursif est de conduire les territoires administrés à l’indépendance. À la longue, cela devient extrêmement difficile ou cela devient absolument incompréhensible pour les habitants des colonies traditionnelles. Les puissances victorieuses de la Première Guerre mondiale avaient encore leurs propres colonies traditionnelles qui naturellement n’étaient pas soumises à des mandats. Si les territoires des puissances qui ont perdu la guerre obtiennent au moins en théorie la possibilité un jour d’obtenir l’indépendance, cela devient incompréhensible pour les colonies traditionnelles des États vainqueurs de comprendre pourquoi ils ne peuvent pas devenir indépendant un jour.

Créer le discours des mandats amène à une certaine dynamique sur la question coloniale qu’il n’y avait pas avant. Dans un monde qui était marqué par le nationalisme et par le darwinisme social, le système des mandats et quand même un peu encore étranger, car il porte atteinte à la souveraineté des États nationaux et européens, tout ce système a changé le discours de légitimation des colonies. Pour cette raison, il ne faut pas sous-estimer l’importance des traités de Paris pour l’évolution des colonies au XXème siècle. Peu importe la manière de juger l’intention et les effets de la politique coloniale conçue à Versailles, les évolutions qui ont commencé à Paris ont sûrement conduit en 1960 à l’année de la décolonisation de l’Afrique. Ces développements ont véritablement commencé à Versailles. Versailles a mis en route un mécanisme qui arrive à aboutir en 1960.

La dimension économique

Nous allons voir les éléments qui vont se développer après au XXème siècle. La thèse est que la conférence économique et financière de Gênes qui a lieu en 1922 fut la première tentative multilatérale de diriger l’économie mondiale. En créant la banque des règlements internationaux 1930, Versailles marque aussi le début des tentatives d’orientation et de manipulation du système monétaire international comme on va le voir après la Deuxième Guerre mondiale.

La question qui touche à la question des réparations est omniprésente. Ceci est aussi en corrélation avec la dimension que cette question prend dans l’historiographie qui a commencé immédiatement après la paix de Paris et pour finir continue encore aujourd’hui. Il y a d’un côté l’immense indignation en Allemagne pour la paix de Versailles et il y a aussi la brillante critique économique de John Maynard Keynes qui fait une critique sur pourquoi le système de réparation va à nuire au système économique européenne et pourquoi c’est une mauvaise solution.

Cette question des réparations a profondément marqué le débat et il est intéressant de s’intéresser aux travaux de Wolfgang Mommsen qui à juste titre dit qu’il faut finalement arrêter de se demander et donc de continuer avec cette question qui est une discipline de savoir si et comment l’Allemagne devait payer des réparations et est comment elle pouvait le faire. En réalité, d’après les résultats de nouvelles recherches, les Allemands ont payé jusqu’en 1932 environ 25 milliards de Reichsmarks en réparation. Si en compte cette somme avec les 5 milliards que la France a payés parce qu’elle avait perdu la guerre de 1871, ces 25 milliards pour une guerre qui a durée quatre ans, pour une guerre totale comme la Première Guerre mondiale, pour une guerre qui avait dépassé toutes les limites connues jusqu’à présent, cette somme est vraiment à voir comme une somme en dehors de ce qu’on pouvait s’imaginer. La recherche a montré, et presque tous les chercheurs sont actuellement d’accord sur le faite, que l’Allemagne a obtenu de façon générale une somme plus élevée par le biais des emprunts faits à l’étranger que celle qu’elle a payée pour les réparations. Contrairement à un regard porté jusqu’à présent sur les réparations, ce sont des problèmes économiques fondamentalement plus importants auxquels les peacemakers furent confrontés à Paris et qui maintenant devraient vraiment attirer l’attention des chercheurs plutôt que cette question des réparations. Grâce aux travaux de Georges André, nous en savons désormais beaucoup sur les objectifs économiques pendant la Première Guerre mondiale.

Nous sommes encore trop peu sur la dimension économique des négociations de paix parisiennes. Il existe dans ce domaine encore de grandes lacunes, car en réalité, la paix de Paris était bien plus qu’un ensemble arithmétique de réparations. La partie X du traité de Versailles réglait les relations économiques. C’est ainsi que des questions qui étaient liées en principe au principe de la nation la plus favorisée, des principes des douanes et des principes de propriété ont été réglées. Il serait faux de ne voir ici seulement qu’un résultat négatif. Par exemple, il y a le principe de la nation la plus favorisée, cet élément a indirectement une forte connotation multilatérale. Ce principe dit que quand deux pays font un traité bilatéral, il y a une clause qui dit qu’on va appliquer les normes et les tarifs douaniers de la nation la plus favorisée. C’est une clause qui est bilatérale, mais qui a en interne un élément qui est fortement multilatéral. En plus de ces principes, toute une série d’accords était purement technique étant vu comme pas politique ont permis au régime international de se renforcer dans de nombreux domaines. Dans le traité de Versailles on règle par exemple question de la protection des câbles sous-marins qui est primordial si on veut dans un monde global sauvegarder la télécommunication. Le traité de Versailles règle même l’uniformisation des chemins de fer. Le traité de Versailles essaie d’uniformiser ces questions. Il y a par exemple la question des publications des tarifs douanière qui est aussi réglée dans le traité de Versailles il y a même la question de l’uniformisation des statistiques du commerce, il est abordé la suppression du travail de nuit des femmes, il y a une l’interdiction du phosphore qui faisait mourir beaucoup de deux travailleurs. Il y a une tentative pour améliorer le système métrique, il y a des contrats des postes et des télégraphes. Ce n’est pas seulement une question d’une paix dictée à l’Allemagne, mais c’est véritablement une tentative de construire un système qui se veut de plus en plus international. Dans la partie XII du pacte sont réglées les questions économiques relatives aux ports, aux voies fluviales et aux chemins de fer. La commission chargée de traiter ces questions devait élaborer une convention générale des transports. Cet objectif ne fut pas atteint, mais fut abordé à la conférence de Gênes en 1922. Ce sont des témoignages de la volonté de réorganiser le monde dans le domaine économique.

Ces aspects économiques ont constitué la première pierre pour la conférence économique internationale de Gênes en 1922. C’est la première fois où on essaie de réintégrer les puissances qui n’étaient pas présentes à Paris à savoir l’Allemagne et la Russie. La conférence de Gênes qui a été interprétée souvent dans l’historiographie comme l’histoire d’un échec est quand même extrêmement intéressante et importante pour toutes sortes de développements qui vont aboutir aussi après la Deuxième Guerre mondiale. Par exemple, la Banque des règlements internationaux sera créée en 1930 à Bâle dans le cadre du plan Young pour la question des réparations. En créant cette banque des règlements internationaux, Versailles marquait aussi le début des tentatives de régulation du système monétaire international. C’est grâce à Versailles qu’il fut possible dans la dernière phase de la Deuxième Guerre mondiale de penser le système de Bretton Woods et la mise en œuvre d’une banque mondiale.

El sistema internacional

La tesis es que la Sociedad de Naciones no fracasó, pero fue torpedeada. El sistema de las Naciones Unidas es simplemente la continuación de la Sociedad de Naciones bajo una nueva bandera. En este sentido, Versalles marca el comienzo de una nueva era del derecho internacional público y del sistema internacional. Esta tesis busca revisar las interpretaciones actuales que ven a la Sociedad de Naciones sólo como la historia de un fracaso.

Con Versalles ha comenzado una nueva era en la historia del derecho internacional público, aunque ni el Tratado de Versalles ni la Sociedad de Naciones han logrado poner en marcha un orden internacional de paz eficaz. En un sentido histórico o hegeliano, el Tratado de Versalles puede parecer necesario para la construcción, después de la Segunda Guerra Mundial, de un orden de paz basado en las ideas de comprensión, humanidad, justicia internacional y autodeterminación democrática de la comunidad internacional. En el sistema de la Sociedad de Naciones, con la idea de prohibir la guerra de agresión, existe la idea de una organización internacional universal cuyo propósito sería imponer este principio. En retrospectiva, la Sociedad de Naciones fue descrita sobre todo como una oportunidad perdida, un juicio que nunca hizo justicia a las intenciones de sus fundadores y sus elementos innovadores. La Sociedad de Naciones reunió las energías nacidas de las más diversas corrientes y que hasta entonces también eran competidoras y que luego se organizaron de cierta manera en esta Sociedad de Naciones, lo que es una especie de condensación de estos acontecimientos que vimos en la segunda mitad del siglo XIX.

El sistema de la Sociedad de las Naciones proporcionó liderazgo a las Naciones Unidas en lo que respecta a su diversidad temática. De hecho, era ante todo una institución de modernización. Es una fuerza motriz para la modernización de las relaciones internacionales. Había una organización para el transporte y el tránsito, había una organización para la salud pública, para el trabajo intelectual y muchos otros. El personal de la Sociedad de las Naciones procedía de todos los Estados Miembros y todas estas personas trabajaban juntas en Ginebra. Las instituciones de Ginebra creadas con el Tratado de París han desempeñado un papel decisivo en la dimensión social de las relaciones internacionales.

Una de las innovaciones fundamentales que surgió del reconocimiento de la injusticia social, la miseria y el hecho de que la miseria y la privación podrían conducir a conflictos y guerras está consagrada en el preámbulo de la Organización Internacional del Trabajo. La OIT es parte integrante del Tratado de Versalles. La OIT era uno de los elementos más progresistas del nuevo orden internacional, ya que incluía, por así decirlo, elementos de una organización internacional desde abajo. También fue una respuesta de las potencias occidentales, y por tanto del mundo liberal, a los retos de la Revolución Rusa. La importancia de la Organización Internacional del Trabajo para los Estados se hizo particularmente sorprendente cuando los Estados que no pertenecían o habían dejado de pertenecer a la Sociedad de las Naciones decidieron, sin embargo, convertirse en miembros o seguir siéndolo. Estados Unidos se convirtió en miembro en 1934 al mismo tiempo que la Unión Soviética, que también se unió a la Sociedad de Naciones. Alemania y Austria pertenecieron a la OIT antes de 1926, cuando se unieron a la Sociedad de Naciones. Incluso Japón, que abandona la Sociedad de Naciones, formó parte de la OIT hasta 1940, a pesar de haber abandonado la Sociedad de Naciones en 1935. Incluso si hay una política importante que hace que los poderes abandonen la Sociedad de Naciones, hay elementos que hacen posible que algunos países sigan siendo miembros para poder participar. La OIT era una de las organizaciones técnicas del sistema de la Sociedad Nacional que, más o menos inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, no se unió a las Naciones Unidas.

El sistema de Versalles de organizaciones internacionales ha proporcionado algo significativo también en el campo internacional general y también en las relaciones transnacionales. Estas normas y reglas con un alto nivel de legitimidad han dado lugar a unas normas cuya eficacia no debe subestimarse en absoluto para el Estado. En comparación con las Naciones Unidas, la Sociedad de las Naciones ya tiene un repertorio bastante ingenioso en el ámbito de la seguridad colectiva. Sin embargo, adolece de un importante déficit en un segundo ámbito en el que las Naciones Unidas desempeñan ahora un papel esencial, el de los derechos humanos. El período entre las dos guerras es un período en el que comenzarán los derechos colectivos y, por lo tanto, la autodeterminación de los pueblos, pero aún no los derechos individuales. Toda la historia del fracaso de Versalles es una preparación para lo que sucederá con las Naciones Unidas y más tarde con la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

La historia como continuación de la guerra por otros medios

Versalles también marcó el comienzo del establecimiento de la historia contemporánea de las relaciones internacionales como disciplina científica. En el párrafo 231 del Tratado de Versalles, los vencedores definieron a Alemania y a sus aliados como culpables de iniciar la guerra. Este artículo que define la culpabilidad era algo nuevo en las relaciones internacionales. En el contexto de la sección 231, hay un vínculo directo con la historia. Si pudiéramos utilizar las pruebas de los archivos para demostrar que Alemania no era culpable de iniciar la guerra, podríamos haber revisado el Tratado de Versalles. Si podemos demostrar que Alemania no es culpable, podemos hacer una revisión del Tratado de Versalles.

Por eso, el Estado alemán invertirá millones para abrir los archivos alemanes y publicar documentos. Es gracias a la publicación de documentos alemanes sobre la historia muy reciente que se desarrollará una escuela revisionista, especialmente en los Estados Unidos, que sigue el punto de vista alemán y que estaba convencida de que Alemania no sólo era culpable del desarrollo de la Primera Guerra Mundial. La apertura de los archivos para la investigación es un paso adelante para Versalles porque al abrir los archivos, los alemanes querían demostrar que no eran los únicos responsables, sino que fue realmente la carrera hacia el colonialismo a partir de la década de 1880 lo que condujo a esta guerra. Francia y Gran Bretaña también se vieron obligadas a abrir sus propios archivos y a publicar sus propios documentos.

A finales de los años treinta, por primera vez en la historia, los historiadores tenían a su disposición documentos recientes y relacionados con el período que apenas había pasado y que no eran falsificados y eran auténticos. Así se puede decir hoy que el establecimiento de la disciplina científica de la historia contemporánea también está emergiendo de Versalles. Versalles también condujo a una concepción más científica, basada en la fuente y democrática de la historia porque, gracias a sus fuentes, los investigadores de todo el mundo pudieron reconstruir la historia a partir de finales del siglo XIX.

Anexos

Referencias

  1. Profil de Sacha Zala sur Documents Diplomatiques Suisses
  2. CV de Sacha Zala
  3. Profil wikipedia de Sacha Zala
  4. Profil de Sacha Zala sur le site de l’Université de Berne
  5. Site personnel de Sacha Zala
  6. Georges Morgain, La Couronne autrichienne et le Traité de Saint-Germain, Sirey, 1927
  7. "Austrian treaty signed in amity". The New York Times. 11 September 1919. p. 12.
  8. Moos, Carlo (2017), "Südtirol im St. Germain-Kontext", in Georg Grote and Hannes Obermair (ed.), A Land on the Threshold. South Tyrolean Transformations, 1915–2015, Oxford-Berne-New York: Peter Lang, pp. 27–39, ISBN 978-3-0343-2240-9
  9. Text of the Treaty, from the website of the Australasian Legal Information Institute, hosted by UNSW and UTS
  10. Text of the Treaty of Neuilly
  11. Buirette, O. "The treaties of Neuilly-sur-Seine (1919) and Sevres (1920), or the redefining of a new Balkan Europe." Bulgarian Historical Review-Revue Bulgare d'Histoire 3-4 (2001): 99-113.
  12. Nestor, Stelios. "Greek Macedonia and the Convention of Neuilly (1919)," Balkan Studies (1962) 3#1 pp 169–184.
  13. Treaty of Peace between the Allied and Associated Powers and Bulgaria, and Protocol, Neuilly-sur-Seine, November 27, 1919, printed by the order of Parliament, Ottawa: J. de Labroquerie Taché, printer to the King's Most Excellent Majesty, 1920.
  14. Full text of the Treaty of Lausanne (1923)
  15. Martin Lawrence (1924). Treaties of Peace, 1919–1923. I. Carnegie Endowment for International Peace. p. lxxvii.
  16. Haluk Selvi, Armenian Question, From the First World War to the Treaty of Lausanne, Sakarya University Press, 2007.