El pensamiento social de Max Weber y Vilfredo Pareto
Max Weber
| Faculté | Faculté des sciences de la société |
|---|---|
| Département | Département de science politique et relations internationales |
| Professeur(s) | Rémi Baudoui |
| Cours | Introduction à la science politique |
Lectures
- Les approches en sciences politiques de Durkheim à Bourdieu
- Aux origines de la chute de la République de Weimar
- Les approches en science-politique : Max Weber et Vilfredo Pareto
- La notion de « concept » en sciences-sociales
- Marxisme et Structuralisme
- Fonctionnalisme et Systémisme
- Interactionnisme et Constructivisme
- Intérêts
- Institutions
- Idées
- Les théories de l’anthropologie politique
- La Guerre
- La Guerre : conceptions et évolutions
- La raison d’État
- État, souveraineté, mondialisation, gouvernance multiniveaux
- La Violence
- Welfare State et biopouvoir
- Institutions politiques I : Régimes politiques, démocratisation
- Institutions politiques II : systèmes électoraux
- Institutions politiques III : Gouvernements – Parlements
- Morphologie des contestations
- Régimes politiques, démocratisation
- L’action dans la théorie politique
- Introduction à la politique suisse
- Analyse des Politiques Publiques : définition et cycle d'une politique publique
- Analyse des Politiques Publiques : mise à l'agenda et formulation
- Analyse des Politiques Publiques : mise en œuvre et évaluation
- Introduction à la sous-discipline des relations internationales
- Introduction à la théorie politique
Max Weber y Vilfredo Pareto forman parte del campo sociológico y filosófico en el que surgen las cuestiones políticas.
Para analizar el tema de la política, era necesario cuestionar primero el tema del análisis social. El hombre es un ser social, significa que el interés fundamental y la comprensión de las relaciones entre los individuos dentro de la sociedad. Nuestras sociedades modernas nos confrontan con otra paradoja: una sociedad de individualidades.
Al interesarse por el ser social, uno está interesado en cómo maneja sus relaciones con los demás. No podemos seguir separando lo social de las condiciones políticas en las que se gestiona. Esto permite comprender cómo la sociología nos lleva a la ciencia política. En sociología política, nos interesa el comportamiento político del individuo.
Puesto que Durkheim ha planteado el hecho social y la gobernación como un postulado científico, debemos cuestionar la regulación social. La dimensión política de la sociedad es omnipresente. Para hacer de la sociedad y producir un sentido colectivo, hay que ver cómo se construye el poder y la noción de democracia.
Sociedad significa organización política. Cuando miramos hacia adelante de las sociedades tradicionales, sólo podíamos ver individuos sin un hecho político. Hoy sabemos que toda sociedad tiene una dimensión política, independientemente de la naturaleza de la sociedad. Por lo tanto, se puede admitir que la política organiza a las sociedades.
El sistema de organización política se caracteriza por una interacción entre lo social y lo político. Sin embargo, hay sociedades en las que la esencia de la política desaparece, y esto sucede en beneficio de otro poder al pasar de un sistema de regulación a un sistema de relaciones basado en la fuerza y la violencia. A partir de ahí, se nos lleva a cuestionar los fundamentos políticos de una sociedad que pretende establecer relaciones en una lógica coercitiva.
Basándose en este análisis, los sociólogos reconocen que la sociedad es una organización de base política. Por lo tanto, es lógico que desde el punto de vista sociológico nos interese la política. Entendemos entonces por qué nos van a interesar Max Weber y Vilfredo Pareto, porque cuestionan las formas de gobierno de los grupos sociales y el comportamiento político.
Max Weber : 1864 - 1920
La vida de Max Weber
Max Weber nació el 21 de abril de 1864 en Erfurt, Alemania, en el seno de una familia rica e influyente. Su padre, Max Weber padre, era un exitoso hombre de negocios y activista político, mientras que su madre, Helene Fallenstein, procedía de una familia culta de clase media. Weber creció en un ambiente intelectualmente estimulante y desde muy joven se le animó a perseguir sus intereses académicos. Tras completar la educación secundaria, Weber comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Heidelberg en 1882. Sin embargo, también siguió cursos de filosofía, historia y economía política, que influyeron enormemente en su desarrollo intelectual. Continuó sus estudios en la Universidad de Berlín, donde conoció las ideas de grandes pensadores como Wilhelm Dilthey y Heinrich Rickert.
En 1889 Weber terminó su tesis doctoral titulada "La historia de las sociedades comerciales en la Edad Media". Este fue el punto de partida de su carrera académica y de su creciente interés por la sociología. La tesis ya mostraba los inicios de su enfoque metodológico, que combinaba un análisis riguroso de los hechos históricos con la comprensión de los factores económicos, jurídicos y culturales que configuraron las sociedades medievales. En los años siguientes, Weber ocupó diversos cargos académicos y siguió desarrollando sus ideas sociológicas. Impartió clases en la Universidad de Berlín y publicó obras importantes como "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" (1904-1905) y "Economía y sociedad" (1922). Estas obras sentaron las bases de la sociología moderna y convirtieron a Weber en una de las figuras clave de la disciplina. La ética protestante y el espíritu del capitalismo está considerada una de las obras más influyentes de Weber. En esta obra examina los vínculos entre la religión protestante, en particular el calvinismo, y el surgimiento del capitalismo moderno. Weber sostiene que los valores y creencias religiosos desempeñaron un papel crucial en la formación del capitalismo al fomentar la acumulación de riqueza y valorar el trabajo duro. Además de su labor académica, Weber también fue políticamente activo. Fue miembro del Partido Liberal Alemán y ocupó cargos administrativos en el gobierno. Sin embargo, sus opiniones políticas y su postura crítica hacia el nacionalismo alemán le acarrearon críticas y dificultades. Max Weber sufrió periodos de enfermedad mental a lo largo de su vida, que a menudo interrumpieron su trabajo. Murió de gripe española en 1920 a la edad de 56 años. A pesar de su relativamente corta vida, la obra de Weber influyó notablemente en el desarrollo de las ciencias sociales y sigue siendo muy leída y citada en la actualidad.
Max Weber desempeñó un papel clave en el desarrollo de la sociología política al examinar de cerca la estructura de la sociedad prusiana, que era notoriamente rígida y jerárquica. Se centró en cómo se estructura y ejerce el poder en la sociedad, y desarrolló conceptos como "dominación" y "carisma" para ayudar a explicar esta dinámica. Weber enseñó en la Universidad de Friburgo desde 1894, donde impartió clases de derecho y economía política. Influyó especialmente en el desarrollo de la economía política como disciplina académica, subrayando la importancia del espíritu empresarial y del comportamiento económico en general para comprender la estructura y el funcionamiento de la sociedad. Según Weber, el espíritu empresarial es un valor fundamental de la economía política porque representa la innovación, el riesgo y la creación de valor, esenciales para el crecimiento económico y el progreso social. Esta perspectiva ha influido notablemente en la forma de estudiar y entender la economía política, y sigue influyendo hoy en día en la investigación y la política en este campo. A Weber también le preocupaban los efectos de la burocratización y la racionalización en la sociedad, procesos que consideraba característicos del capitalismo moderno. Temía que estas tendencias condujeran a una "jaula de acero" de racionalidad que pudiera inhibir la libertad y la individualidad humana. Este es otro aspecto de su pensamiento que sigue siendo relevante en los debates sociológicos contemporáneos.
Además de sus trabajos sobre derecho y economía, Max Weber también publicó una serie de importantes estudios sobre historia, lo que demuestra la amplitud de sus intereses intelectuales. Fue miembro fundador de la Sociedad Sociológica Alemana en 1910, que desempeñó un papel clave en el establecimiento de la sociología como disciplina académica en Alemania. Políticamente, Weber fue un crítico del régimen prusiano y un firme defensor de la democracia. Le preocupaban especialmente la centralización del poder y el autoritarismo, e hizo campaña a favor de una mayor participación democrática y de los derechos civiles. En 1918 fue nombrado catedrático de Sociología de la Universidad de Múnich, cargo que ocupó hasta su muerte. Durante este periodo escribió algunas de sus obras más influyentes, entre ellas "Economía y sociedad", publicada póstumamente.
Racionalidad y dominación
"Economía y sociedad" es probablemente la obra más completa de Weber y una de sus últimas. Publicada póstumamente en 1921, aborda numerosos temas, entre ellos las formas de poder y dominación en la sociedad. Según Weber, el poder es la capacidad de un individuo o grupo de individuos para imponer su voluntad, incluso frente a la resistencia. La dominación, por su parte, es una forma específica de poder en la que los individuos se someten voluntariamente a la autoridad de otro porque creen en su legitimidad.
Max Weber concedió gran importancia a la racionalidad en su concepción de la sociedad. Afirmaba que el mundo moderno se caracteriza cada vez más por una "racionalidad legal", en la que las acciones y el comportamiento se guían por normas, leyes y reglamentos en lugar de por tradiciones, emociones o creencias irracionales. Esta racionalidad se manifiesta en muchos aspectos de la sociedad moderna, incluido el comportamiento político y la estructura del Estado.
- Racionalidad: Para Weber, el comportamiento político es en gran medida racional en la medida en que se guía por cálculos de intereses, por la anticipación de las consecuencias de las acciones y por la adopción de medios eficaces para alcanzar determinados objetivos. Sin embargo, la racionalidad de Weber no es una racionalidad perfecta o pura; reconoce que los individuos pueden tener información imperfecta y que sus acciones pueden estar influidas por factores no racionales.
- El poder burocrático: Weber veía la burocracia como una característica esencial del Estado moderno. Según él, un Estado moderno eficaz requiere una burocracia que administre sus leyes y reglamentos de forma coherente y justa. La burocracia también es necesaria para prestar los servicios públicos de los que depende la sociedad moderna. Weber señaló que la burocracia moderna se caracteriza por una jerarquía de autoridad, una división del trabajo, normas escritas y relaciones impersonales. Para él, el vínculo entre política y burocracia es, por tanto, esencial para el funcionamiento del Estado moderno.
Sin embargo, Weber también era consciente de los peligros potenciales de la burocracia, en particular el riesgo de "encierro" en una "jaula de acero" de racionalidad que podría erosionar la libertad y la creatividad individuales. Subrayó que, si bien la burocracia es necesaria para la gestión eficaz del Estado moderno, debe equilibrarse con otras formas de autoridad y control social para evitar el exceso burocrático.
Weber identificó tres fuentes distintas de legitimidad para el poder y la dominación: la legalidad, la tradición y el carisma.
- Dominación legal o racional-legal: es lo que denomina "dominación estatuaria". En este tipo de dominación se obedece a las normas legalmente establecidas y a las personas que las hacen cumplir. Esta forma de dominación es típica de las sociedades modernas en las que el poder político se ejerce a través de un sistema jurídico racional e impersonal, como bien has explicado.
- Dominación tradicional: En este tipo de dominación, la autoridad se otorga sobre la base de la tradición y las costumbres establecidas. La gente obedece a un líder no porque haya normas o leyes escritas, sino porque cree que así es como siempre se han hecho las cosas. Este tipo de dominación suele asociarse a formas de gobierno más antiguas, como la monarquía.
- Liderazgo carismático: Este tipo de liderazgo se basa en el atractivo personal y el carisma del líder. La gente sigue al líder no por normas o tradiciones, sino porque se sienten personalmente atraídos por su visión o sus cualidades personales. Esta forma de dominación puede ser inestable, ya que depende en gran medida de la persona del líder y puede desaparecer si éste muere o si su carisma se desvanece.
Cada una de estas formas de dominación tiene sus propios puntos fuertes y débiles, y Weber sostenía que las sociedades reales suelen caracterizarse por una combinación de estos tres tipos de dominación.
La dominación legal, o racional-legal, es el tipo de dominación que caracteriza a la mayoría de las sociedades modernas, en las que el poder se ejerce a través de un sistema de leyes y normas impersonales y racionales.
Para Weber, esta forma de dominación se basa en varios principios fundamentales:
- Toda ley puede establecerse racionalmente : Para Weber, la legalidad deriva del acuerdo o consentimiento mutuo, expresado normalmente a través de un contrato o pacto. Sin embargo, reconoce que incluso en un sistema racional, existe un elemento de subjetividad en los procesos de toma de decisiones.
- Un derecho es en esencia un conjunto de reglas abstractas: Estas reglas suelen decidirse intencionadamente y están diseñadas para guiar el comportamiento en diversas situaciones.
- El titular legal del poder debe obedecer a su vez el orden impersonal: Incluso quienes ocupan puestos de autoridad están obligados a seguir las normas y leyes del sistema. Esto garantiza que la autoridad se ejerza de forma justa y previsible.
- El que obedece, obedece a la ley: En un sistema de dominio legal, los individuos obedecen a las leyes y normas, no a una persona o autoridad en particular. Esto garantiza que se obedezca al orden impersonal del sistema, y no a la voluntad arbitraria de un individuo.
Estos principios constituyen la base de la dominación legal tal y como la entendía Weber, y subrayan el papel central que desempeña la racionalidad en la organización y el funcionamiento de las sociedades modernas.
Weber propuso la idea de que la burocracia es un elemento crucial de las sociedades modernas, especialmente en el caso de la dominación legal o racional. Esta burocracia se caracteriza por un conjunto de rasgos específicos:
- Especialización de las tareas: cada burócrata o funcionario tiene un papel específico que desempeñar y un ámbito de competencia claramente definido.
- Jerarquía de autoridad: las burocracias se organizan de forma jerárquica, con niveles claros de subordinación y supervisión.
- Normas y procedimientos formales: las burocracias funcionan de acuerdo con un conjunto de normas y procedimientos escritos que definen cómo deben llevarse a cabo las tareas y tomarse las decisiones.
- Relaciones impersonales: en una burocracia, las interacciones entre funcionarios y ciudadanos son impersonales, basadas en roles más que en relaciones personales.
- Empleo basado en las competencias: los puestos en una burocracia suelen asignarse en función de las competencias y cualificaciones, y no de las relaciones personales o el favoritismo.
- Separación del papel de funcionario de la vida personal: se espera que los burócratas actúen de acuerdo con sus funciones oficiales y no según sus preferencias o sentimientos personales.
Estas características permiten a la burocracia funcionar de forma eficaz y previsible, lo que es esencial para el buen funcionamiento de una sociedad moderna. Sin embargo, Weber también señaló que la burocracia a veces puede ser excesivamente rígida e inflexible, lo que puede obstaculizar la innovación y la adaptación al cambio.
Max Weber sostenía que, para desempeñar su función con eficacia, los burócratas deben actuar de forma despersonalizada, es decir, deben dejar a un lado sus preferencias y sentimientos personales y actuar únicamente conforme a las normas y procedimientos oficiales. Esta despersonalización es importante por varias razones. En primer lugar, garantiza que las decisiones y acciones se basen en normas objetivas y no en preferencias personales o favoritismos. Esto contribuye a la imparcialidad y previsibilidad del sistema burocrático. En segundo lugar, la despersonalización ayuda a mantener cierta distancia entre el burócrata como individuo y su papel como representante del Estado o de la organización. Esto puede ayudar a evitar conflictos de intereses y garantizar que el burócrata actúe en interés de la organización y no en el suyo propio. Sin embargo, hay que señalar que esta despersonalización también puede tener desventajas. Por ejemplo, puede dar lugar a una burocracia rígida e inflexible incapaz de adaptarse a las circunstancias cambiantes o de responder con sensibilidad y humanidad a las necesidades de los ciudadanos.
Weber identificó varios elementos esenciales para el buen funcionamiento de una burocracia, entre ellos
- Nombramiento por contrato: En una burocracia eficaz, los funcionarios son nombrados sobre la base de un contrato, que define claramente sus funciones y responsabilidades. Esto fomenta la transparencia y garantiza que los puestos se asignen en función de la competencia y no del favoritismo o el nepotismo.
- Cualificación profesional: Las burocracias modernas exigen un nivel cada vez más alto de competencia profesional. Los puestos suelen asignarse en función de la experiencia y las cualificaciones, y puede ser necesaria una formación continua para mantener y mejorar estas competencias.
- Remuneración fija: Para Weber, la remuneración fija es esencial para garantizar que los funcionarios estén motivados para hacer su trabajo con eficacia y honradez. Debe ser lo suficientemente alta como para disuadir de la corrupción y promover la integridad.
- La función como profesión principal: Para muchos funcionarios, su función en la burocracia es su profesión principal. Esto significa que están plenamente comprometidos con su trabajo y dispuestos a dedicar el tiempo y la energía necesarios para hacerlo bien.
Estos elementos contribuyen a crear una burocracia capaz de gestionar eficazmente los asuntos del Estado o de la organización, minimizando al mismo tiempo el riesgo de corrupción o abuso de poder.
La burocracia monocrática de Weber es un tipo de burocracia caracterizada por una centralización del poder y una formalización rigurosa de los procedimientos y las funciones.
- Nivelación mediante la contratación universal: Weber sostenía que las burocracias deberían tratar de contratar a las personas más cualificadas para cada función, independientemente de su procedencia. Esto puede conducir a una especie de "nivelación", en la que la competencia profesional se valora por encima de otros criterios como el origen social o la riqueza.
- La tendencia a la plutocratización: Sin embargo, Weber también señaló que la necesidad de una formación especializada puede conducir a una cierta "plutocratización", en la que quienes pueden permitirse una formación larga y costosa tienen ventaja. Esto puede conducir potencialmente a una concentración de poder en manos de una élite educada.
- Impersonalidad formal: Por último, Weber señaló que las burocracias se caracterizan por una fuerte impersonalidad. Las decisiones se toman sobre la base de normas formales y procedimientos estandarizados, y no sobre la base de relaciones personales o preferencias subjetivas.
Estas características pueden contribuir a que la burocracia funcione de forma eficaz y justa. Sin embargo, como has señalado, también pueden presentar riesgos, como la excesiva concentración de poder y la rigidez burocrática.
Ética protestante y capitalismo
Weber atribuye un papel central a los hechos religiosos en la constitución de las civilizaciones y en la genealogía de la racionalidad occidental. Intenta mostrar el proceso de funcionalización de las sociedades. Por lo tanto, admite que la funcionalización de la sociedad está en el origen de las sociedades occidentales contemporáneas. Imprime el conjunto de nuestra existencia, la complejidad de la vida social que lleva al Estado a administrar cada vez más la sociedad. Es una extensión de la racionalidad acordada para manejar los crecientes desafíos que enfrenta la sociedad. La intensidad de los sistemas de gestión es extensa e ilimitada.
En La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1904-1905), Weber cuestiona la relación entre racionalidad y religión. Trata de establecer si y hasta qué punto las influencias religiosas han estado involucradas en el desarrollo cualitativo y la expansión cuantitativa del espíritu del capitalismo y en la construcción de sistemas políticos. Busca comprender cómo los efectos globales influyen en la sociedad. De este modo, él plantea la hipótesis de que la religión sería un pensamiento de racionalidad, sería dos cosas al mismo tiempo: un obstáculo y un estímulo.
Básicamente, el capitalismo es una lógica de inversión territorial para generar valor. Sería una disposición de los hombres a conducir su existencia de acuerdo a las formas específicas que se derivan de un proceso racional. Para Weber el capitalismo necesitaba la religión porque, según su tesis, sin religión el capitalismo no podría haber existido. Se centrará en la relación entre religión y capitalismo, centrándose en el protestantismo como doctrina religiosa y su vínculo con el capitalismo.
Para Weber, la "doctrina calvinista de la predestinación" se basa en la teoría de los escogidos, es la idea de que hay quienes son reconocidos por Dios y los condenados que son reprendidos. Surge un problema de la teoría calvinista, que es una dimensión de lo insoportable, ya que durante la vida del individuo es imposible para él saber si es reconocido o reprendido. En esta inevitabilidad de la elección, hay esa parte de lo insoportable que empuja al hombre a encontrar sus propios caminos para lograr su reconocimiento.
Para resolver este problema de lo insoportable, el hombre debe darse a sí mismo la ilusión subjetiva de su propia sujeción. Tiene que construir una anticipación que implique un comportamiento.
En el protestantismo calvinista, el hombre debe trabajar mucho porque es un valor positivo que refleja la habilidad de trabajar para Dios. El trabajo no asegura la salvación, pero la actividad profesional dará la sensación de poder comprar la salvación. Cuanto más obra el individuo para su salvación, más probable es que no sea reprendido.
Esto lleva a un hecho de la sociedad que fabrica un tipo de comportamiento que le da al trabajo un valor que le permite salvarse en el marco de una lógica ascética. La producción del valor capitalista se reinvierte en el sistema. Por lo tanto, la construcción de una sociedad racionalista se estructuraría sobre la base de una interpretación religiosa que es el protestantismo que resulta en un enriquecimiento significativo, no personal, sino hacia Dios.
Esta teoría se construye en oposición al concepto de disfrute. Al comprometerse en el trabajo de producir valor, el individuo crea y acumula capital además de tener un acercamiento puritano a la existencia que hace posible el encuentro con Dios. Lo interesante es que esta demostración es creíble en su proceso de determinación.
La profesión política
En Politik als Beruf publicado en 1919, Weber distingue entre dos formas de hacer política, a saber,"por" la política que "el propósito de su vida", la "para" tiene una dimensión de donación propia y "desde" la política como fuente de ingresos, es vivir a través de la política. Este matiz es fundamental, porque estas dos formas de hacer política no coinciden necesariamente. Si vivimos de la política, una dimensión ética colapsa. Esta oposición enfrenta una meta existencial con una meta utilitaria.
Weber cuestiona la función del político en las sociedades modernas. Idealmente, los políticos deberían ser económicamente independientes de los ingresos que la actividad política podría generar.
Básicamente, cualquier sistema democrático es fundamentalmente complicado porque obviamente el sistema político funciona con reglas y estándares al oponerse a aquellos que pueden hacer política de lo que no puede hacer política. Es una paradoja que sólo permite a los ricos dedicarse a la política, por lo que los políticos son reclutados de una manera "plutocrática" (del griego "ploutos": riqueza). La política debe ser hecha por personas con un capital significativo para dedicarse a la política.
También se pregunta cómo construir un reclutamiento no basado en dinero. Para ello postula que la política debe ser un espacio de remuneración. Por un lado, existe el riesgo de la plutocracia; por otro lado, existe el peligro de que el político convierta la política en una profesión.
Conocer si la política es una profesión es una cuestión central para Weber. Señala así la dificultad de la política, es decir, que es un conjunto de rivalidades que debilitan la democracia. Si la política es una profesión, conduce a una combinación de conocimiento y competencia. El problema es la institucionalización de la política cuando la base de la democracia es el pueblo. Uno de los principales peligros es hacer del partido político una estructura inherente a la sociedad.
Weber cuestiona estas contradicciones señalando el riesgo de demagogia. Desde que existen las democracias, el "demagogo" ha sido el tipo de líder político en Occidente. La demagogia moderna hace uso del discurso que maneja hábilmente, especialmente los discursos electorales.
Estas estrategias de política enfatizan el establecimiento de prácticas para retener el poder, llamadas sistema de deterioro. En el sistema de escombros, todas las posiciones federales se asignan a los partidarios del candidato ganador. Los partidos se oponen entre sí y construyen una plataforma para cada campaña electoral basada en las oportunidades electorales.
Sin embargo, para ser político hay que demostrar cualidades esenciales como la pasión, el sentido de la responsabilidad y la mirada.
En la política, que puede ser tanto una vocación como una profesión, Weber busca alternativas y determina la relación que puede existir entre ética y política. Se pregunta sobre la ética en la política. La política es violencia, por lo que requiere ética, es decir, un comportamiento moral. La ética es la capacidad de comportarse con un alto valor moral.
Distingue entre dos éticas que coexisten, pero que se oponen entre sí:
- la ética de la convicción: es irracional; actúo por convicción; la acción debe ser cometida por convicción, lo que a su vez garantiza la meta y el éxito. Está del lado de la fe, es una forma de irracionalidad.
- la ética de la responsabilidad: nace del comportamiento racional, es mi responsabilidad comprometerme y guiar mi acción. Las consecuencias de mis acciones son atribuibles a mi propia acción. Soy responsable de la racionalidad de mis acciones. Actuar en nombre de la responsabilidad requiere decisiones racionales.
En la vida cotidiana de las sociedades modernas, todos nos encontramos en un momento dado en un proceso de toma de decisiones. Eichmann para exonerarse a sí mismo utilizó el argumento de su función para evadir cualquier responsabilidad porque sólo había obedecido órdenes.
Por lo tanto, Weber ve una serie de límites éticos dependiendo del propósito:
- ética de la convicción: una forma de irracionalidad (mi convicción, mi fe) según el adagio de "el fin justifica los medios";
- responsabilidad ética: forma racional; puedo poner en peligro la salvación de mi alma. Puedo tomar medidas en nombre de la racionalidad que pueden ir contra la moralidad y la razón.
Lo que está en juego éticamente demuestra que sea cual sea el mecanismo de acción, primero debemos pensar en su acción, debemos tomar decisiones en conciencia y partir de la conciencia. La racionalidad pura no puede ser aceptable. La ética es una elección individual y no puede reducirse al pensamiento y a las opciones colectivas.
Vilfredo Pareto : 1848 - 1923
La vida de Vilfredo Pareto
Vilfredo Pareto fue director de la Compagnie des Chemins de Fer de Rome en 1890, luego decidió dedicar el resto de su vida a la escritura, la lectura y las ciencias sociales. Pareto se embarcó en una cruzada solitaria contra el estado y el estatismo. En 1893 sucedió a León Walras como profesor de economía política en la Universidad de Lausana.
Sociedad e historia
En su Tratado sobre Sociología General de 1916, Pareto postula que "la historia de las sociedades humanas es, en gran medida, la historia de la sucesión de las aristocracias". Es un sistema basado en un conjunto de actores jerárquicos y organizaciones sociales.
Distingue tres amplias "clases de hechos" que están asociados:
- la crisis del sentimiento religioso;
- la decadencia de la antigua aristocracia;
- la aparición de una nueva aristocracia.
Para Pareto, la sociedad no es homogénea y es igualitaria sólo en apariencia. Para él, persiste por el hecho de que persiste una jerarquía social (heterogeneidad social). Por lo tanto, la sociedad se encuentra en un equilibrio inestable y se basa en relaciones sociales anárquicas y complejas.
A Pareto le interesan los cambios fundamentales que afectan a la sociedad moderna y a la democracia. Observa varios síntomas que generan contradicciones entre los actores:
- el debilitamiento de la soberanía central y la renuncia a los factores anárquicos;
- la rápida progresión del "ciclo de plutocracia demagógica"[1].
Elites y poder
El concepto de élite todavía existe, pero el problema fundamental es que los más ricos quieren retener el poder, mientras que los más pobres entran en conflicto con los más ricos. Se instituye un modo demagógico de gobierno para llevar a cabo políticas populistas que apacigüen a las masas.
Según Pareto, la organización política está siempre y necesariamente dividida jerárquicamente entre las clases dominantes y la clase gobernada. La función de la política es gestionar esta relación entre la clase dominante y la clase dominante.
La definición de la élite según Pareto es cualquiera que tenga éxito en cualquier rama. Los individuos que forman la élite se constituyen como una clase privilegiada ajena a cualquier principio de igualdad, ya que esto sería contrario a la gestión de su poder e intereses.
También distingue una dicotomía más sutil dentro de la propia élite, que está separada entre las élites gubernamentales y no gubernamentales.
El concepto de élite política es postulado por la clase dominante según tres criterios:
- capacidad de tomar el poder: la forma en que se construye el proceso de acceso al poder
- Legitimidad: construcción de la legitimidad a través de la ideología, implementación de mitos, apelando a la moralidad y la religión para elaborar un concepto de movilización.
capacidad de retener el poder
Así pues, la élite no se organiza sobre el principio de igualdad, sino sobre el principio de dominación, que busca perpetuar a través de procesos de pasiones y alianzas. La clase dominante está marcada por el principio de empoderamiento, es decir, por el concepto de red. Existe entonces un temperamento político que busca adquirir los medios de poder. En cualquier caso, la conquista del poder sigue siendo una prueba de fuerza.
Al cuestionar el hecho social, Pareto explora los comportamientos y las políticas que permiten volver a entrevistar a la sociedad.
Anexos
Referencias
- ↑ Vilfredo Pareto (1891-1929), MYTHES ET IDÉOLOGIES url(texte complet): http://classiques.uqac.ca/classiques/pareto_wilfredo/mythes_ideologies/mythes_ideologies.pdf
