« Del imperio a la federación: el caso americano » : différence entre les versions

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Los americanos están tratando de desafiar a los imperios europeos. Siempre existe la paradoja de luchar contra los imperios europeos y al mismo tiempo defender una visión imperial de la república en términos económicos y políticos. Esta visión se consagró ya en 1945, y el rechazo del aislacionismo por parte del Presidente Roosevelt marcó la entrada de los Estados Unidos en el papel de superpotencia.
Los americanos están tratando de desafiar a los imperios europeos. Siempre existe la paradoja de luchar contra los imperios europeos y al mismo tiempo defender una visión imperial de la república en términos económicos y políticos. Esta visión se consagró ya en 1945, y el rechazo del aislacionismo por parte del Presidente Roosevelt marcó la entrada de los Estados Unidos en el papel de superpotencia.


= Empire américain ? =
= ¿Imperio Americano? =


Aujourd’hui peut-on parler d’Empire américain ? Institutionnellement, formellement, il n’y a pas d’empire américain. Un empire est une domination s’exerçant sur des territoires et sur des populations dotées de statuts juridiques divers et ce n’est pas le cas des États-Unis. Un empire comme Rome est fait de différentes entités qui occupaient différentes régions de l‘Europe et avait laissé leurs identités aux différents protagonistes. L’« Empire américain » est une expression qui nait dans les années 1950 – 1955. Les États-Unis ne sont pas formellement un empire. L’expression a une fonction politique très précise étant employée par les ennemis des États-Unis d’Amérique et qui tentent d’assimiler la puissance américaine aux anciens empires européens en disant que les États-Unis d’Amérique se comportent comme les puissances coloniales européennes. À la chute de l’Union soviétique en 1989, le terme d’« Empire » est réinstrumentalisé afin de désigner les États-Unis qui deviennent la plus grande et la superpuissance régnant sur l’ordre international. Le rôle hégémonique des États-Unis résulte de leur place prépondérante dans l’économie. Aujourd’hui, les États-Unis ont certes de nombreuses bases et alliances militaires, mais n’ont pas pour intention de conquérir de nouveaux territoires. Le terme de « république impériale » est plus exact à la fois dans l’ordre juridique et dans l’ordre politique.  
Aujourd’hui peut-on parler d’Empire américain ? Institutionnellement, formellement, il n’y a pas d’empire américain. Un empire est une domination s’exerçant sur des territoires et sur des populations dotées de statuts juridiques divers et ce n’est pas le cas des États-Unis. Un empire comme Rome est fait de différentes entités qui occupaient différentes régions de l‘Europe et avait laissé leurs identités aux différents protagonistes. L’« Empire américain » est une expression qui nait dans les années 1950 – 1955. Les États-Unis ne sont pas formellement un empire. L’expression a une fonction politique très précise étant employée par les ennemis des États-Unis d’Amérique et qui tentent d’assimiler la puissance américaine aux anciens empires européens en disant que les États-Unis d’Amérique se comportent comme les puissances coloniales européennes. À la chute de l’Union soviétique en 1989, le terme d’« Empire » est réinstrumentalisé afin de désigner les États-Unis qui deviennent la plus grande et la superpuissance régnant sur l’ordre international. Le rôle hégémonique des États-Unis résulte de leur place prépondérante dans l’économie. Aujourd’hui, les États-Unis ont certes de nombreuses bases et alliances militaires, mais n’ont pas pour intention de conquérir de nouveaux territoires. Le terme de « république impériale » est plus exact à la fois dans l’ordre juridique et dans l’ordre politique.  

Version du 30 décembre 2020 à 16:16


Los electores americanos, a partir de 1787, propusieron dos modelos de república, tratando de resolver la tensión entre Vattel y Rousseau, creando un imperio al mismo tiempo que se alejaban de él, creando una síntesis entre las teorías imperiales justificadas por Grocio y las que, como Rousseau, Montesquieu o Adam Smith, criticaban la noción de Imperio. Los Estados Unidos intentarán una síntesis entre Vattel y Rousseau. El caso americano es interesante para los que se interesan por los grandes imperios y las teorías imperiales, porque las colonias americanas intentarán una síntesis al considerar que son a la vez republicanas e imperiales. Es una síntesis entre los que se oponen a los imperios y los que defienden la ideología imperial.

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La síntesis de los federalistas [Hamilton, Jay, Madison]

El 4 de julio de 1776, se produjo la independencia de Estados Unidos. Se establece una especie de confederación entre los diferentes estados que son las trece colonias americanas. De mayo a septiembre de 1787, se celebra la Convención de Filadelfia, que pone de relieve las tensiones entre los partidarios de un gran imperio americano y los que denuncian los peligros de una deriva imperial. La adopción de la convención requiere el acuerdo de nueve de los trece estados. La Revolución Americana divide a los constituyentes americanos entre los federalistas que son, entre otros, Hamilton Jay y Madison y los antifederalistas que defenderán una concepción diferente de la República. Se hacen tres preguntas:

  • cómo articular la idea de República y la idea de Imperio? ¿puede haber una república que esté destinada a ser un imperio también? ¿puede haber una república imperial?
  • ¿Cómo combinar la necesaria pluralidad existente en la sociedad, incluida la sociedad internacional, con la unidad necesaria para el buen funcionamiento de esta comunidad? ¿Cómo hacer que las diferentes entidades sean una sola respetando las diferencias? De ahí el lema pluribus unum.
  • ¿Cuál es el modelo de república deseable para las trece colonias americanas? ¿Una colonia de tipo comercial? ¿Una de tipo agrario? ¿Una república de tipo expansionista que se extiende hacia el oeste? ¿Es posible ir más allá de la línea de 1763 negociada entre los británicos y los indios. La gran pregunta es: ¿podemos expandir la recién creada República Americana?

Las respuestas a estas tres preguntas son muy interesantes porque demuestran muy bien qué modelo de imperio prevalecerá. Las semillas del imperio americano ya estaban presentes en los debates de 1787:

  • los constituyentes americanos construyeron un sistema legal y político donde ningún partido podía prevalecer sobre el otro. Consagran el principio de la representación política con el derecho de cada estado a un miembro del Senado, y el principio de la soberanía del pueblo que da legitimidad a las autoridades políticas americanas.
  • Los federalistas defienden el establecimiento de una república federal y comercial abierta al mundo. Esto se ve en The Federalist XI.
  • aceptan la idea de que una república comercial y de comercio tan federal puede existir en un gran territorio. En otras palabras, aceptan la idea conceptual completamente nueva de que una república puede establecerse sobre un gran territorio. Rousseau y sus contemporáneos decían que una monarquía o un imperio pueden existir en un gran territorio, pero por definición una república sólo puede existir en pequeños territorios. Para los federalistas, una república puede y debe existir en un gran territorio, lo que abre una nueva visión del gobierno republicano que se opone a la idea de asociar repúblicas y pequeños territorios.

Los federalistas combinarán una visión muy expansionista de la república con una nueva definición de la idea misma de una constitución. Los federalistas propondrán dos significados del propio término "constitución". El concepto de constitución puede reducirse a dos dimensiones institucionales:

  • regula la organización y el funcionamiento de los poderes políticos, ya sea judicial, ejecutivo y legislativo. Este es el significado de la constitución tal y como se practica hoy en día.
  • Los federalistas introducirán un significado más normativo designando el carácter fundamental de este documento. Van a hacer de la constitución americana la ley fundamental de la República Americana, estableciendo una jerarquía en el orden jurídico americano entre la constitución que está en la cima y el orden jurídico que se deriva de ella. Esta es una dimensión importante.

Hacer de la constitución americana la piedra angular de esta república comercial y federal hará que los debates sobre el imperio, los debates sobre la definición de la república americana, pasen de la esfera política a la jurídica. Veremos que en las luchas por definir esta república americana, la Corte Suprema desempeñará un papel esencial en el nombre mismo de los poderes conferidos por la constitución. La Corte Suprema de los Estados Unidos tiene un importante poder de interpretación. Incluso hoy en día, la Corte Suprema sigue teniendo un importante papel político en la definición de la vida política americana.

Los federalistas imponen una república comercial, federalista y expansionista cuyos rasgos constitucionales son conocidos por todos con la separación de poderes y la representación del pueblo. Su victoria no fue fácil. A la visión federalista se opondrá la visión de los antifederalistas que defenderán otra concepción de la república, rechazando la política de poder defendida por los federalistas, rechazando la república comercial, rechazando una república que va a seguir su propio camino, rechazando los peligros que el modelo propuesto esconde en su interior. Denuncian los excesos imperiales del modelo republicano que se está implantando.

Algunos antifederalistas han percibido los peligros del modelo de república imperial que se está estableciendo.

« Let us how fare it is practicable consistent with the happiness of the people and their freedom. It is the opinion of the ablest writers on the subject, that no extensive empire can be governed upon republican principles, and that such a government will degenerate to a despotism, unless it be made up of a confederacy of smaller states, each having the full powers of internal regulation. »

Vemos la denuncia de los antifederalistas. No se puede dirigir un imperio con principios republicanos.

« Large and consolidated empires may indeed dazzle the eyes of a distant spectator with their splendor, but if examined more nearly are always found to be full of misery. »

En esencia, los grandes imperios pueden deslumbrar, cegar, pero en realidad siempre son la fuente de la gran miseria humana.

« This new system is, therefore, a consolidation of all the states into one large mass, however diverse the parts may be of which it is to be composed. »

La gran república imperial que se está estableciendo está nivelando la gran diversidad de culturas de los estados que conforman los Estados Unidos de América, que es la República Americana.

Discurso de Patrick Henry contra el Acta del Sello en 1765 ante la Casa de los Burgueses de Virginia.

Esta crítica va acompañada de un famoso alegato. Cuando los antifederalistas critican la tendencia imperial de la república de los federalistas, cuando los derrotados ven que están perdiendo las batallas, un hombre sube a la tribuna y hace un famoso discurso, este hombre es Patrick Henry.

« No debéis buscar el fortalecimiento de vuestro comercio, ni convertiros en un pueblo grande y poderoso, sino asegurar la libertad; pues la libertad debe ser el objetivo esencial de vuestro gobierno. ... este nuevo poder pisoteará su libertad caída: que mis queridos americanos se cuiden del letargo fatal que ha pervertido el Universo; ¿podemos permitirnos resistir ejércitos disciplinados cuando nuestra única defensa está en manos del Congreso? ...] ¿Emularemos el ejemplo de las naciones que han cambiado un gobierno modesto por uno magnífico? ¿Son estas naciones dignas de nuestra imitación? ¿Qué compensación pueden pedir por la pérdida de su libertad? Si aceptamos este gobierno consolidado, será por amor al esplendor y la grandeza de un poder formidable. De una forma u otra, tendremos un gran y poderoso Imperio; tendremos una marina, un ejército y muchas otras cosas. Cuando el espíritu americano estaba en su juventud, el lenguaje de América era diferente; la libertad, señor, era el objetivo supremo. »

— Discours de P. Henry dans : The anti-federalist papers and the constitutional debates, publ. Par R Ketchmam, New York 1986, p.200

Este derrotado de la historia, y a quien la historia le ha dado la razón, escribió muchos textos premonitorios mostrando que esta república comercial y federativa se convertiría en una república imperial. Vattel prevalecerá sobre Rousseau.

Los dos modelos de la República

En 1787, dos visiones de la República se oponían a la Convención de Filadelfia: un modelo conocido como "federalista" y un modelo conocido como "antifederalista":

  • la visión victoriosa de los federalistas se basa en la visión de una república poderosa, comercial, abierta al mundo, federalista, expansionista y abierta a la expansión hacia el Oeste. En términos de derecho interno, están a favor de la separación de poderes, la representación política, la idea de la soberanía del pueblo, a favor de la idea de una constitución como norma suprema y a favor de la institución de un Tribunal Supremo como garante del orden jurídico.
  • Los antifederalistas están a favor de la separación de poderes, a favor de la idea de hacer de la constitución la norma suprema del orden jurídico, a favor de la soberanía del pueblo, pero el modelo desde el punto de vista del orden internacional, el modelo que van a proponer es diferente. No es un modelo de república basada en el poder americano, sino en la modestia, que es una república más agraria, basada en municipios que son pequeñas comunidades rurales, es una república no basada en el poder y el esplendor, una república con poco o ningún acceso al comercio exterior, sino en el comercio interior, y es un modelo de república que quiere ser fiel a los principios republicanos siendo una república basada en pequeñas repúblicas sin ambiciones imperiales.

Son dos visiones que chocan no tanto en el orden interno como en el internacional. La república imperial está naciendo gradualmente. Pronto surge la pregunta de si es posible ampliar la frontera. En otras palabras, ¿puede la joven república americana convertirse en un imperio? La visión de una república imperial prevaleció a través de la expansión hacia el oeste, que es el desplazamiento hacia el oeste de la frontera que se justificará de diferentes maneras. La cuestión de las tensiones entre la idea de república y la idea de imperio se materializa a través de la cuestión india. La cuestión india cristalizará las tensiones entre los dos modelos de repúblicas que se enfrentarán.

¿Cómo nació la concepción imperial en los Estados Unidos y cuáles son los puntos históricos? En 1796 son la afirmación y explicación de la idea de la república imperial por George Washington que da su visión de la república imperial en el discurso de Farwell. Como buen heredero de los federalistas, defenderá cuatro ideas esenciales que esbozan la idea imperial de los federalistas:

  • debemos llevar a cabo una política exterior, defender un modelo de república que evite a toda costa la división del país;
  • debemos negarnos a hacer de los Estados Unidos de América el lugar de los conflictos entre Francia e Inglaterra. Es la afirmación de una cierta neutralidad frente al conflicto entre Francia e Inglaterra;
  • la defensa absoluta de los ataques contra los Estados Unidos de América;
  • la necesidad de expandirse hacia el oeste. La República Americana será grande y espléndida sólo si se extiende hacia el oeste. Los Estados Unidos de América ya tienen ambiciones imperiales en su propio suelo.

En 1824 los Estados Unidos de América, a través de su Secretario de Estado, definieron la doctrina Monroe:

  • no sólo no debemos interferir en los conflictos de los países europeos, sino que no debemos tolerar más y no la presencia de las potencias europeas alrededor de los Estados Unidos. Es la delimitación que entra en la idea de la zona de seguridad. Monroe va a prohibir a las potencias europeas acercarse demasiado a las fronteras europeas;
  • Afirma la necesidad de expandirse hacia el oeste, pero en nombre del destino de la nación americana.

En la doctrina Monroe hay una idea esencial que hará posible la aplicación de la república imperial que es la idea esencial que encuentra su fundamento en la visión religiosa de los Estados Unidos de América que es la idea del destino excepcional de la nación americana. Entre los puritanos americanos fundadores de los Estados Unidos de América existe la noción protestante y calvinista de ser el pueblo elegido. Es el deber de la elección transferido a su visión de la política. Es la idea de que están destinados a ser una nación importante, pero tienen un destino especial entre las naciones del mundo. Estas son las raíces del excepcionalismo americano. Se afirma la idea del destino manifiesto de los Estados Unidos de América, que es el excepcionalismo americano. A este modelo de república imperialista se le ha añadido una visión cuasi mística y religiosa a través de su extensión hacia el oeste a expensas de los indios y las tribus nativas americanas.

La expansión territorial occidental y el estatuto de las comunidades amerindias: el papel del Tribunal Supremo

La cuestión india

La cuestión india cristaliza los argumentos del imperio "pro" y "anti". Los primeros tratados con los indios se firmaron ya en 1761 entre los ingleses y los indios. Entre 1763 y 1881 se celebraron 429 tratados entre los Estados Unidos de América y las naciones indias. Casi todos estos tratados garantizan la protección de las personas y los bienes y la integridad de las tribus indias a cambio del respeto al Estado americano. Todos estos tratados respetan los derechos de propiedad de las tribus indias. El problema no es tanto con los tratados como con su aplicación.

Los partidarios del imperio americano presionarán en 1830 en el Congreso para que se apruebe la Ley de Expulsión de Indios, que autoriza nada más y nada menos que la deportación de 270.000 indios entre 1828 y 1845. Esto representaba entre el 20% y el 30% de la población india existente. La Ley de Expulsión de los indios se pondrá en vigor porque desde el 26 de mayo de 1830 es posible deportar a las tribus amerindias situadas en la reserva india y desplazar la frontera americana más allá del Misisipí. Los indios no se van a permitir resistir.

El fondo del problema desde el punto de vista jurídico es que a partir de 1830, las autoridades estadounidenses pueden deportar a las tribus indígenas. La pregunta es, ¿cuál es el estado de estas tribus nativas americanas? Como Vitoria son hombres, Grocio y Vattel lo recuerdan y lo han admitido. ¿Son estas tribus naciones o estados? Si son naciones o estados, el gobierno americano debe tratar a estas naciones nativas americanas como iguales. ¿Tienen las tribus indias derechos de propiedad? ¿Son naciones o estados? La Ley de Traslado de los indios planteará una serie de preguntas, y será el papel de la Corte Suprema el de responder a esas preguntas. Los partidarios de la república imperial encontrarán en el Tribunal Supremo un importante oponente.

La Corte Suprema responderá "sí" a la pregunta sobre la condición de estado de la tribu india, "sí" a los derechos de propiedad de las naciones indias y "no" a su deportación. Sin embargo, la visión de los vencedores prevaleció. Sin embargo, tres dictámenes jugarían un papel crucial en la resistencia a la república imperial y a la visión expansionista americana. El presidente de la Corte Suprema John Marshall se independizará del presidente Andrew Jackson. En tres sentencias, la Corte Suprema intentará limitar la visión imperial de la república.

El caso Jonson contra Mclntosh de 1823 es el primer caso que se decidió. Marshall ya está jugando un papel. La cuestión es si un individuo puede tomar la propiedad de la tierra cuando es vendida por un indio. La cuestión política es si uno tiene derecho a comprar tierra a un indio. La cuestión es qué estatus y qué tipo de derechos de propiedad tienen los indios. La respuesta a la pregunta es que un individuo puede comprar tierra de un indio que tiene un derecho legítimo de propiedad. Los derechos de propiedad de los indios son confirmados por la Corte Suprema de los indios americanos. Un americano puede comprar legítimamente una propiedad a un indio que tenga ese derecho de propiedad. Cuando leemos la decisión en detalle, nos damos cuenta de que los jueces establecen claramente que los indios son "ocupantes legítimos de pleno derecho" u ocupantes legítimos. Este caso, que trata de un problema de venta de propiedades, toca por primera vez el tema de la propiedad india. Es el comienzo de la acción del Tribunal Supremo contra la visión imperial de la República.

Mapa del noreste de Georgia, mostrando las tierras cherokees en 1830.

El caso de la Nación Cherokee contra Georgia se decidió en 1831, un año después de la Ley de Remoción de Indios. Los cherokees eran una nación india nómada que decidió convertirse en sedentaria porque varios jefes cherokees habían pasado por las grandes universidades americanas, en particular porque algunos jefes cherokees se habían casado con mujeres blancas y sus hijos habían crecido entre la cultura americana y la india. En 1821, los cherokees escribieron una constitución y decidieron establecerse. La situación fue aún más dramática porque trataron de asimilarse a la nación americana. El Estado de Georgia no consideraba que los territorios de la parte noroccidental de su estado fueran verdaderamente independientes y no reconocía a la nación cherokee como una nación independiente. En 1831, la pregunta que surgió fue cuál era el estatus de la nación Cherokee. ¿Es americano o es una nación independiente que puede tener el estatus de estado o nación independiente? Marshall no estaba contento con este caso porque su condena fue hecha reconociendo a los Cherokees como un estado independiente. La cuestión de si la nación cherokee es una nación ajena a la nación americana se decidirá en la negativa a la condena de Marshall, que votó por ella y será minorizada en el Tribunal que preside. Las naciones indias no serán llamadas naciones independientes, sino "naciones domésticas dependientes". No es una nación independiente en el sentido del derecho internacional público. Las naciones indias no tienen soberanía y no son naciones soberanas. Marshall se va a decepcionar con esta conclusión, siendo superado en número de cinco a cuatro.

Samuel Worcester

En 1832, el problema se remitió al Tribunal Supremo en el asunto Worcester c. Georgia. Marshall ocupó el cargo de Presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos de 1801 a 1835, habiendo influido profundamente en el derecho estadounidense y en los Estados Unidos de América. Fue secretario de estado y miembro de la Cámara de Representantes del estado de Virginia. Un pastor, Samuel Worcester, fue a Georgia y a su regreso fue arrestado por el Estado de Georgia porque no se le permitió viajar a una parte del Estado de Georgia. La cuestión es si es lícita la extensión de las leyes de Georgia a los territorios de la India:

  • ¿Es lícita la extensión de las leyes del Estado de Georgia a los territorios de la India?
  • ¿Son las leyes de Georgia compatibles con la Constitución de los Estados Unidos y el derecho de las tribus indias a ser protegidas por las leyes y tratados de los Estados Unidos?
  • ¿Cuál es el estatus de las naciones indias?

Marshall destruirá pieza por pieza el derecho de descubrimiento que es el derecho de terra nula para justificar la extensión de estos límites. Al criticar a Vattel, aclarará, reformulará la noción de "domestic dependent nation " porque cree que son y deben ser una nación independiente. Analiza todos los tratados que los cherokees han firmado con los ingleses. En nombre del principio pacta sund servanda, dirá que los indios habían sido tratados como naciones independientes por los ingleses y que no hay razón para que los tratados de la antigua potencia colonial inglesa se hagan cargo. Señala que debemos reconocer el estatus de las naciones por los indios, reconocer el derecho de los indios a tener su propio gobierno y reconocer el territorio. La tribu Cherokee, y por extensión las tribus nativas americanas, son naciones por derecho propio, y el gobierno americano, por supuesto, debe tener una relación especial con estas naciones, proporcionarles protección y reconocerlas como naciones independientes. Por lo tanto, la nación Cherokee es igual al estado federal de los Estados Unidos.

La decisión del caso Worcester contra Georgia se sigue considerando hoy en día como la declaración de independencia de las naciones nativas americanas. La Corte Suprema no tenía mucho peso político. El día después de que el Mariscal emitió su fallo derrocando la República Imperial de los Estados Unidos, el Presidente Jackson dijo lo siguiente: « John Marshall has made his decision; now let him enforce it ! ». La visión imperial de la República Americana continuará.

La frase "Imperio de la Libertad" es una expresión retórica para enmascarar intencionadamente o no el modelo real que se está poniendo en marcha, que es el modelo de una república imperial. Jefferson habló del Imperio de la Libertad en la Convención de Filadelfia. La noción de Imperio de la Libertad es una expresión con una función retórica para justificar el modelo de república imperial que se estaba implantando en el siglo XVIII.

La ideología del Destino Manifiesto

Esta obra, pintada alrededor de 1872 por John Gast con el título de American Progress es una representación alegórica del "Destino Manifiesto". En esta escena, una mujer angelical (a veces identificada como Columbia, la personificación de los Estados Unidos en el siglo XIX, lleva la luz de la "civilización" a Occidente con los colonos americanos, cableando el telégrafo a su paso. Los nativos americanos y los animales salvajes huyen a la oscuridad del Salvaje Oeste.

La tensión entre estos dos modelos se encuentra e irriga todo el pensamiento americano. Esta tensión encontrada en las decisiones de Marshall entre el modelo imperial y el modelo más aislacionista y agrario se puede encontrar a lo largo de los siglos XIX y XX en los Estados Unidos. Estas dos visiones de la República Americana se encuentran a lo largo de los siglos XIX y XX. Después de Marshall, los herederos de Rousseau, Montesquieu y Smith perdieron la batalla. Esta República Americana en su versión imperial se creó y se impuso con una dimensión imperial muy fuerte y se consagró ideológicamente en el Destino Manifiesto de los Estados Unidos. La ideología del Destino Manifiesto es la principal ideología de lo que justificará la extensión y expansión hacia el oeste de la República Americana.

La ideología del Destino Manifiesto que se está poniendo en marcha y que permite que la dimensión imperial de la República Americana se haga realidad es una ideología basada en cuatro ideas:

  1. Es una reiteración de la doctrina Monroe;
  2. la necesidad de marchar y expandirse hacia el oeste: hay una necesidad de conquistar los espacios y territorios vecinos porque los Estados Unidos de América tienen un gran destino por delante;
  3. la democracia de los colonos americanos es el modelo moderno de democracia y sobre todo debe ser defendida y promovida en los espacios aún vírgenes de lo que serán los Estados Unidos de América;
  4. los Estados Unidos de América son la tierra prometida de los tiempos modernos: es la dimensión religiosa del puritanismo protestante que piensa en sí mismo y se ve a sí mismo como el pueblo elegido. Cuando se leen todos los grandes textos religiosos de los siglos XVII y XVIII, los sermones de los grandes pensadores americanos, aparece la noción de "pueblo elegido" que tiene un papel importante en la humanidad. Encontramos esta dimensión en algunos textos de Calvino y los radicales protestantes siendo la idea de que el protestante es el nuevo elegido que es la idea muy fuerte de que el protestante y el puritano están destinados a jugar un papel importante en la historia de la humanidad.

A partir de 1840, las guerras y la expansión hacia el oeste llevaron a la guerra contra España y México, que ocuparon todo Texas y partes de Nuevo México. Las guerras contra los españoles y los mexicanos a partir de 1840 se sucedieron y se libraron en nombre de una idea de superioridad cultural y racial de los Estados Unidos. Para ser rigurosos en la terminología, no había todavía en 1840 - 1845 un "imperio americano" como tal. Hubo una expansión hacia el oeste, el establecimiento de un modelo de una república que decía ser imperial, pero es un error hablar de un imperio americano. La ideología del Destino Manifiesto va acompañada de dos ideas centrales a lo largo del siglo XIX que constituyen la identidad americana en dos pilares que son la idea pionera y la idea de la frontera. Es el triunfo del individuo autónomo y del ciudadano autónomo. De 1840 a 1845, los americanos sintieron que se habían convertido en la civilización moderna.

John O'Sullivan.

O'Sullivan era un oscuro crítico literario, pero encontró un nombre para la ideología que marcó el modelo imperial americano que es la ideología del Destino Manifiesto. El título "Anexión" muestra que lo que estaba en juego en ese momento era la vinculación de Texas a los Estados Unidos de América. Los colonos habían ocupado el norte de Texas y gradualmente fueron acosados por las tropas mexicanas que vieron muy mal a los colonos americanos, protestantes y blancos ocupando las tierras del norte de Texas. Estos americanos que ocupan el norte de Texas pidieron la protección del gobierno de EE.UU. y que se adjuntaran a los Estados Unidos de América. La cuestión que se plantea es política: ¿debería anexarse este territorio y, de ser así, por qué? Estos argumentos constituyen y forman la base de esta ideología del Destino Manifiesto.

« Texas is now ours. »

En las primeras líneas de este segundo párrafo, el lenguaje utilizado es completamente republicano y cualquier americano de la costa este puede identificarse con él. Hablando de la convención de Texas que incluyó la reunión de los tejanos, O'Sullivan dijo:

« She comes within the dear and sacred designation of Our Country; no longer a ‘pays,’ she is a part of ‘ la patrie;’ and that which is at once a sentiment and a virtue, Patriotism, already begins to thrill for her too within the national heart. »

"Patria" es el término republicano para "nación" porque es el equivalente republicano de "nación". Estas son palabras que pertenecen al lenguaje republicano.

« Let their reception into "the family" be frank, kindly, and cheerful, as befits such an occasion, as comports not less with our own self-respect than patriotic duty towards them. »


The Fall of the Alamo por Robert J. Onderdonk, 1901.

Texas es "nuestro", pide que Texas se adjunte a los Estados Unidos de América. Aparecerá lo que se convertirá en la ideología del pensamiento americano.

« […] limiting our greatness and checking the fulfillment of our manifest destiny to overspread the continent allotted by Providence for the free development of our yearly multiplying millions. »

Existe la idea de que la providencia le ha dado a los Estados Unidos un "destino manifiesto" sobre el mundo para inundar el mundo con su luz.

« […] has not been more general even among the party before opposed to Annexation, and has not rallied the national spirit and national pride unanimously upon that policy. »

Es interesante ver los argumentos de este texto para justificar la anexión. Los Estados Unidos tienen el destino de conquistar el mundo e ir al oeste.

« Themselves already of mixed and confused blood, and free from the "prejudices" which among us so insuperably forbid the social amalgamation which can alone elevate the Negro race out of a virtually servile degradation even though legally free, the regions occupied by those populations must strongly attract the black race in that direction; and as soon as the destined hour of emancipation shall arrive, will relieve the question of one of its worst difficulties, if not absolutely the greatest. »

Habla de cómo los Estados Unidos podrán llevar la civilización moderna a la "raza negra" en particular. Todo el final de este párrafo tiene como objetivo afirmar la superioridad de la "raza americana" y por la misma razón justificar la aventura y la conquista de Texas.

« Texas has been absorbed into the Union in the inevitable fulfilment of the general law which is rolling our population westward, the connexion of which with that ratio of growth in population which is destined within a hundred years to swell our numbers to the enormous population of two hundred and fifty millions (if not more), is too evident to leave us in doubt of the manifest design of Providence in regard to the occupation of this continent. »

Texas es parte de los Estados Unidos en nombre de la regla general de que los Estados Unidos se van al oeste de todos modos. O'Sullivan tiene la visión de que la marcha hacia el oeste traerá la civilización, pero lo más importante es que permitirá que la población americana crezca hasta los 250 millones o más.

« California will, probably, next fall away from the loose adhesion which, in such a country as Mexico, holds a remote province in a slight equivocal kind of dependence on the metropolis. Imbecile and distracted, Mexico never can exert any real government authority over such a country. The impotence of the one and the distance of the other, must make the relation one of virtual independence. »

El argumento es que « Mexico never can exert any real government authority over such a country ». La Ciudad de México está tan lejos de Texas y California que no pueden ejercer su autoridad tan lejos a riesgo de caer en la tiranía, sólo puede "retener un dominio militar". El argumento de la distancia es la incapacidad del Reino de México para controlar un territorio tan distante.

« And they will have a right to independence - to self-government - to the possession of the homes conquered from the wilderness by their own labors and dangers, sufferings and sacrifices - a better and a truer right than the artificial title of sovereignty in Mexico, a thousand miles distant, inheriting from Spain a title good only against those who have none better. Their right to independence will be the natural right of self-government belonging to any community strong enough to maintain it - distinct in position, origin and character, and free from any mutual obligations of membership of a common political body, binding it to others by the duty of loyalty and compact of public faith. This will be their title to independence; and by this title, there can be no doubt that the population now fast streaming down upon California will both assert and maintain that independence.

Whether they will then attach themselves to our Union or not, is not to be predicted with any certainty. Unless the projected railroad across the continent to the Pacific be carried into effect, perhaps they may not; though even in that case, the day is not distant when the empires of the Atlantic and Pacific would again flow together into one, as soon as their inland border should approach each other. »

El 12 de agosto de 1898, la bandera de la República de Hawai sobre el 'Iolani Palace' fue arriada y la bandera de los Estados Unidos se izó para significar la anexión.

Está implícito que les vamos a dar la oportunidad de vivir y que les vamos a traer la democracia que es la « And they will have a right to independence - to self-government - » permitiendo a estas personas ejercer el « right to independence will be the natural right of self-government belonging to any community strong enough to maintain it— distinct in position, origin and character, and free from any mutual obligations of membership of a common political body, binding it to others by the duty of loyalty and compact of public faith ». Existe la idea de que la anexión de Texas traerá de alguna manera los principales principios fundadores de la república americana a esta parte del mundo.

Este texto recoge un cierto número de actitudes, variables y parámetros que conforman la identidad americana que aún hoy encontramos. En 1840, O' Sullivan escribió: « Whether they will then attach themselves to our Union or not, is not to be predicted with any certainty. Unless the projected railroad across the continent to the Pacific be carried into effect, perhaps they may not; though even in that case, the day is not distant when the empires of the Atlantic and Pacific would again flow together into one, as soon as their inland border should approach each other ». Existe la condición de que las costas del Pacífico y del Atlántico deben estar unidas. O'Sullivan usa la palabra "imperio" en plural. En el lado del Atlántico, por supuesto, la república imperial de los Estados Unidos tiene su capital y sus estados, pero en la región del Pacífico, Colorado, el norte de Arizona y un poco de California, estaba el Imperio Comanche, que ocupaba un área enorme y estructurada.

« soon to be followed by Annexation, and destined to swell the still accumulating momentum of our progress. And whosoever may hold the balance, though they should cast into the opposite scale all the bayonets and cannon, not only of France and England, but of Europe entire, how would it kick the beam against the simple, solid weight of the two hundred and fifty, or three hundred millions—and American millions—destined to gather beneath the flutter of the stripes and stars, in the fast hastening year of the Lord 1845!. »

La voluntad de Dios debe hacerse. Estamos realmente en un texto que es casi de carácter religioso. Utiliza el lenguaje republicano, pero también un lenguaje casi religioso.

Sobre el terreno, esta república de dimensión imperial comenzará a partir de finales del siglo XIX a aplicar la idea del Destino Manifiesto convirtiéndose en una potencia colonial a partir de 1895 y 1898, en particular con la entrada en guerra contra España, la ocupación de Hawai, Filipinas y se instalarán protectorados en Puerto Rico y Cuba. El modelo de república imperial comienza a finales del siglo XIX para desbordar el simple continente y el simple país.

Alfred Mahan en 1904.

Esta tendencia expansionista se debatirá desde finales del siglo XIX porque se debatirá la identidad americana. La expansión americana junto con la inmigración masiva de ciertas comunidades americanas, incluyendo a los irlandeses, obligó a los Estados Unidos a plantearse la cuestión de la identidad de quién es y cuál es su destino como república. Básicamente, a principios del siglo XX, los Estados Unidos están obsesionados con su modelo de república y existe una verdadera tensión entre los "aislacionistas" y los partidarios del "expansionismo" americano que son los herederos del destino manifiesto. Esta tensión sigue presente hoy en día. Los expansionistas basan su visión de la república en la ideología del destino manifiesto, pero también en un trabajo extremadamente importante. En 1890, el almirante Mahan publicó La influencia del poder del mar en la historia, que por supuesto defendía la idea de que para convertirse en un imperio completo hasta el final de la dimensión imperial, los Estados Unidos deben tener una cosa fundamental, que es una marina y una flota que pueda dominar los océanos. El debate a partir de 1895 cobró impulso porque tenía por objeto defender el establecimiento de una marina extremadamente poderosa, lo que sucedería entre 1908 y 1910.

El modelo de una república imperial en el siglo XX fue impugnado por los aislacionistas y defendido por los partidarios del excepcionalismo americano. Desde principios del siglo XX, los Estados Unidos se convierten en la potencia dominante en América Central y el Caribe, pero al mismo tiempo desconfían de los imperios europeos que denuncian. La Primera Guerra Mundial es una ilustración de esta paradoja que ve la visión expansionista de la República Americana impuesta porque los Estados Unidos se convierten en el principal proveedor de Francia, Gran Bretaña e Italia y al mismo tiempo defenderá una cierta neutralidad. Siempre hay tensión en la política exterior estadounidense entre los aislacionistas y los que piensan que los Estados Unidos tienen una misión, ya sea la de difundir el libre comercio en el orden económico o la democracia en el orden político.

Los americanos están tratando de desafiar a los imperios europeos. Siempre existe la paradoja de luchar contra los imperios europeos y al mismo tiempo defender una visión imperial de la república en términos económicos y políticos. Esta visión se consagró ya en 1945, y el rechazo del aislacionismo por parte del Presidente Roosevelt marcó la entrada de los Estados Unidos en el papel de superpotencia.

¿Imperio Americano?

Aujourd’hui peut-on parler d’Empire américain ? Institutionnellement, formellement, il n’y a pas d’empire américain. Un empire est une domination s’exerçant sur des territoires et sur des populations dotées de statuts juridiques divers et ce n’est pas le cas des États-Unis. Un empire comme Rome est fait de différentes entités qui occupaient différentes régions de l‘Europe et avait laissé leurs identités aux différents protagonistes. L’« Empire américain » est une expression qui nait dans les années 1950 – 1955. Les États-Unis ne sont pas formellement un empire. L’expression a une fonction politique très précise étant employée par les ennemis des États-Unis d’Amérique et qui tentent d’assimiler la puissance américaine aux anciens empires européens en disant que les États-Unis d’Amérique se comportent comme les puissances coloniales européennes. À la chute de l’Union soviétique en 1989, le terme d’« Empire » est réinstrumentalisé afin de désigner les États-Unis qui deviennent la plus grande et la superpuissance régnant sur l’ordre international. Le rôle hégémonique des États-Unis résulte de leur place prépondérante dans l’économie. Aujourd’hui, les États-Unis ont certes de nombreuses bases et alliances militaires, mais n’ont pas pour intention de conquérir de nouveaux territoires. Le terme de « république impériale » est plus exact à la fois dans l’ordre juridique et dans l’ordre politique.

Au moment où les États-Unis vont vers l’ouest, que se passe-t-il avec les empires européens ? Le modèle impérial en Europe s’est affirmé de manière très forte à partir des années 1840 notamment en France avec la conquête de l’Algérie et puis la conquête de l’Inde et de l’Afrique par les Anglais, les allemands et les hollandais. Si le XIXème siècle voit une résurgence des empires européens, le modèle d’empire français, anglais et hollandais à partir de la fin du XIXème siècle et au début du XXème siècle décline peu à peu. D’abord, il y a la Première Guerre mondiale qui est un référent lançant le début du déclin des empires européens et de l’idéologie impériale européenne. 1917 est la proclamation du droit des peuples à disposer d’eux-mêmes et d’une certaine manière, les Quatorze points de Wilson délégitismsent l’idéologie impériale européenne.[4] En Europe, Grotius et Vattel avaient gagnés en termes de pensée et de philosophie, mais ce modèle va décliner. Il ne s’efface pas, mais il prend une autre forme. Dès les années 1900, on assiste à un changement des grands empires français, anglais et hollandais. Certains pays vont obtenir une plus grande indépendance. Chaque empire européen vit un moment de changement. Le modèle d’empire se transforme.

Les Empires européens

Le Conseil des Quatre à la conférence de paix : Lloyd George, Vittorio Orlando, Georges Clemenceau, et Woodrow Wilson.

Il y a une grande continuité dans le modèle anglais à partir du XVIIème siècle, mais à partir de 1920. On se rend compte que Smith a raison et que l’empire anglais est « surétendu ». En parallèle, les Anglais ont développé et mis en place ainsi que permis à une élite locale de s’installer au pouvoir. Cette élite locale a peu à peu fait concurrence aux élites anglaises sur place. Les élites locales deviennent peu à peu nationalistes demandant leur émancipation. Aux États-Unis et en Angleterre est mise en place une anthropologie avec la découverte et la valorisation des cultures indigènes. À partir de 1910, dans le monde universitaire et intellectuel anglais, il y a un développement très important des publications décrivant et valorisant les cultures indigènes dominées par l’Empire anglais. Il y a une prise de connaissance des cultures indigènes, une valorisation de leur culture et un travail de sape sur l’idéologie impériale anglaise. L’Empire britannique va peu à peu décliner surtout à partir de la Deuxième Guerre mondiale.

Le modèle français évolue aussi. La France perd son Second empire en 1763 par le traité de Paris où l’Angleterre annexe une grande partie des territoires français. La question d’un empire français ressurgit à partir de 1820 avec la question de l’Algérie. À partir de 1820, la France retrouve un empire par certaines régions d’Afrique et d’Asie. L’évolution de l’empire français est moins marquée qu’en Grande-Bretagne évoluant différemment. La première est que la promotion des élites locales dans l’Empire français à partir de 1830 et 1840 se fait différente des élites britanniques s’agissant de la civiliser et de la franciser en l’assimilant à la culture française. Dans les manuels scolaires qui sont à la disposition des écoles dans les pays conquis par la France, il y a une utilisation de l’histoire de France comme véhicule d’assimilation avant de leur donner une indépendance ou une administration dans leur État ou leur régime. L’Empire français n’a jamais adopté le principe du « self-government ». Il était très difficile dans l’empire français d’avoir ou d’obtenir une forme d’indépendance ou du moins d’autonomie parce que la France envisage son empire de manière presque patrimoniale. Les Anglais ont une vision beaucoup plus utilitariste de leur empire.

L’indépendance de l’Indonésie, puisque les Hollandais occupent encore l’Indonésie ne 1930, les Hollandais ont très vite accepté que les partis politiques puissent voir le jour. Ils ont donné une certaine autonomie aux élites locales. Il y a la volonté de garder un contrôle économique sur les colonies hollandaises. Autrement dit, les Hollandais ont gardé et inséré toutes leurs colonies dans un système de lois qui d’une certaine manière garantissait le monopole et le lien économique entre la capitale et les colonies.

Fondamentalement, dès 1920, se met en place un déclin des empires européens avec la montée de la république impériale américaine, mais surtout dès 1920, se met en place un ordre international fondé sur une division entre deux catégories d’États. Les grands empires européens déclinent et ont décliné peu à peu dès le début du XXème siècle, la république impériale américaine a émergée peu à peu. Il a fallu organiser cette réalité entre deux types d’États à savoir entre les « États civilisés » et les « États non civilisés ». Entre la fin du XIXème siècle le début au XXème siècle, Grotius et Vattel ont d’une certaine manière gagné, les empires européens sont sur le déclin, l’empire américain à émergé, mais l’idéologie de Vattel et Grotius l’a emporté parce que tous les traités internationaux à partir de 1885 ne divisent plus les États entre « empire » et « nation », mais entre « État civilisé » et les « État non civilisé ».

D’une certaine manière c‘est un ordre international binaire qui se construire peu à peu. Les grands empires, les grandes idéologies impériales ne se sont pas imposées là où on pensait qu’elles s’imposeraient, mais elles se sont imposées dans le droit international en divisant entre « États civilisés » et « États non civilisés ». Il y a une égalité formelle, mais une inégalité de fait entre les États. Jusqu’en 1970 – 1975, les grands traités seront divisés entre un droit pour États civilisés et un droit pour les États non civilisés. L’idéologie impériale qui décline est remplacée par une vision binaire du monde qui va se cristalliser dans la doctrine de la théorie d’intervention d’humanitaire. Le modèle d’empire à idéologie impériale d’inspiration grotienne n’a pas complètement disparu, mais elle s’est transformée dans le droit international et continue à marquer la vision de l’ordre international. Le concept d’empire ne disparait pas, mais se transforme se matérialisant en droit international que l’on retrouve dans la théorie d’intervention humanitaire.

Tableau montrant Périclès durant son oraison funèbre.
Périclès durant son oraison funèbre.

La question qui nous a hanté est la question du concept d’empire, mais surtout de savoir si une république peut être un empire et de savoir si une démocratie peut-être un empire.

« Comprenez que notre cité jouit dans le monde entier du renom le plus beau, cela parce qu'elle ne se laisse pas dominer par les malheurs et qu'elle s'est dépensée à la guerre plus que toutes, en hommes et en effort; elle a ainsi acquis la puissance la plus considérable à ce jour, et, pour les générations à venir, même si à présent il nous arrive jamais de fléchir le souvenir en sera préservé éternellement […] La haine ne tient pas longtemps, mais l'éclat dans le présent, avec la gloire pour l'avenir, reste à jamais dans les mémoires. »

Oui, une démocratie peut être un empire. Périclès se lance dans cette tirade disant que le principe d’être une république et d’un empire ne sont pas contradictoire.

L’empire est un fait ancien dans l’histoire. L’exemple romain hante aujourd’hui encore les Américains. Washington est doté d’un capital et de sénateurs. La culture populaire américaine est saturée de références romaines beaucoup plus impériales que républicaines et les similitudes entre les deux empires ne sont pas insignifiantes :

  • le campement des légions romaines aux quatre coins du monde rappelle étrangement les bases américaines aux quatre coins du monde ;
  • la force des deux systèmes romain et américain repose et reposant sur une capacité logistique et militaire importante ;
  • Washington comme Rome autrefois fonctionne avec des groupes de pression, des lobbys, une forme de clientélisme ;
  • le mode de vie américain comme la culture gréco-romaine à l’époque a un pouvoir d’attraction ou de répulsion considérable.

Comparaison n’est pas raison. Les deux empires reposent quand même sur des valeurs sensiblement différentes. L’idée d’empire n’a pas disparu. Depuis Rome, la question impériale hante l’univers politique des occidentaux, mais pas que comme il en est le cas de la Chine. Pour certains, l’empire est le bien absolu, pour d’autres c’est le mal qui corrompt les hommes. La réalité humaine fait que les empires ou les impérialismes ont toujours été les moteurs de l’histoire. Le système politique actuel a hésité entre l’aventure impériale et la restauration des équilibres. Étudier l’histoire des empires, c’est étudier un passé qui n’est pas tout à fait passé et qui a pour partie façonné notre monde, sa mémoire et ses difficultés présentes et qui n’a pas fini de hanter notre imaginaire politique.

La théorie de l’intervention d’humanité

Avec le droit d’intervention d’humanité, on retrouve la tension entre un désir de secourir et un désir des États civilisés d’imposer un ordre juridique et politique. Rougier rédige La théorie de l’intervention d’humanité en 1910 alors que l’Europe a occupé et conquis une partie importante de l’Asie, de la l‘Afrique et du monde. Les États-Unis également ont chassé les Espagnols de Cuba et à se sont implantés dans plusieurs parties du monde. Rougier résume la tension entre les partisans des empires et ceux qui critiquent l’idéologie impériale avant le droit des peuples à disposer d’eux-mêmes du président Wilson en 1917. Ce texte condense toute les contradictions et les paradoxes de ceux qui veulent faire le bien de leur pays au nom d’une idéologie d’intervention d’humanité posant la question des fondements juridiques, politiques et même philosophiques de la responsabilité à protéger dit droit d’intervention humanitaire. Rougier va tenter d’expliciter le droit d’intervention d’humanité et trouver des justifications. Ce texte est important juridiquement parce que les arguments que l’on trouve dans le texte se retrouvent dans les traités internationaux jusqu’en 1974 avec la division entre États civilisés, États demi-civilisés et États barbares.

Rougier et un très grand théoricien du droit et tente de théoriser l’idée que dans certains cas, l’intervention d’humanité est justifiée. Toute la question va devenir par qui, sur quelle base juridique et comment appliquer ce droit d’intervention. Il révèle les contradictions du concept d’empire soutenu par des théoriciens d’un droit et par des philosophies, mais qui est aussi encore défendu sous des aspects différents ? Le droit d’intervention est sans doute un reliquat, une extension lointaine de l’idée que l’ordre international doit être dominé par certains acteurs à tort ou à raison. Cet ordre international dominé par certains acteurs plonge ses racines dans l’approche que Rome avait adoptée afin de contrôler et conquérir une partie de ce qui allait devenir l’Europe. Rougier tente de théoriser le droit d’intervention d’humanité.

Ce texte pointe certains principes fondamentaux du droit avec notamment le principe d’égalité des États. La question à laquelle est donné Rougier et y a-t-il des situations ou l’humanité est bafouée nécessitant l’intervention d’États. Cela implique de définir ce qui va définir ce qu’est l’intervention d’humanité impliquant sans doute de remettre en cause le principe d’égalité entre États, mais aussi de créer les conditions pour l’intervention à proprement dite. Trois questions structurent ce texte :

  • qui définit ce qu’est l’humanité ?
  • qui a le droit d’intervenir ?
  • comment peut-on intervenir ?

Rougier doit présenter ce qu’il entend par États et donner une définition non pas de l’État, mais des États révélant comment son époque voit le monde international. Très classiquement, comme Grotius, il divise le monde en trois catégories d’États :

  1. les États civilisés ;
  2. les États mi-civilisés ;
  3. les États barbares.

« Les nations civilisées, chez qui l’ordre politique repose sur le respect du droit et sur la garantie des libertés des citoyens, s’émeuvent volontiers au spectacle des actes de tyrannie et d’arbitraire que donnent au monde des gouvernements moins policés. Plus on descend dans l’échelle de la civilisation, et plus on voit chez les dépositaires du pouvoir souverain s’obscurcir cette notion fondamentale que l’autorité n’est qu’un moyen dont disposent les gouvernements pour remplir une fonction, fonction consistant à assurer les progrès d’un peuple par le moyen de l’ordre et du droit. »

Rougier commence par confirmer que le monde est divisé en trois catégories d’États et que le droit international public doit être pensé pour ces catégories d’États. Dans les États mi-civilisés il y a le Japon et la Chine. La catégorisation des États et opérée par Rougier dès le début de son article.

« Quant aux États qui s’enorgueillissent du titre de civilisé, ils ne sont pas à l’abri des défaillances. Leur civilisation est sujette à éclipses. Sous le coup des passions politiques ou religieuses, les gouvernements oublient trop souvent de remplir envers certains citoyens la mission d’ordre et de justice qui leur incombe, s’ils n’attendent pas eux-mêmes à leur vie, à leur liberté ou à leur propriété. Citer des exemple serait presque retracer l’histoire politique de l’Europe, que ce soient des exemples de révolutions comme la Terreur en France, des exemples d’insurrection comme l’écrasement des Hongrois par l’Autriche en 1848, des exemples de persécutions religieuses comme les mesures de proscription légale édictées contre les Israélites par la Russe ou la Roumanie. »

Rougier est tributaire de la vision de l’Europe des années 1840 et 1850 proposant une justification historique de sa démarche. Cet article n’a pas seulement comme arrière-fond la volonté de trouver et de théoriser l’intervention d’humanité. La démarche de Rougier repose sur des expériences historiques que l’Europe a vécues et qu’il a vécues. Tout d’abord, il y a la question d’Orient qui est le massacre des chrétiens libanais par l’Empire ottoman et par certaines communautés druzes dans ce qui s’appelait le Mont Liban. Rougier écrit étant très marqué par la question d’Orient. Il traite aussi de la question cubaine, de la Bulgarie et de la Crête. On voit le rôle de la porte de l’Empire ottoman dont l’intervention brutale a marqué les Européens. On est dans un contexte où il y a eu des massacres de communautés essentiellement chrétiennes. C’est un contexte ou il y a eu un certain nombre de massacres extrêmement importants qui ont marqué les esprits. Rougier a trouvé un moyen de protéger et de défendre un principe permettant d’éviter et de prévenir ces massacres et d’intervenir.

« À quels résultats pratiques aboutirent ces essais d’application de la théorie qui nous occupe ? »

Avoir dénoncé ces massacres dans le monde n’a pas changé grand chose, il faut donc trouver une théorie d’intervention d’humanité à la question de savoir qui peut décider de l’intervention, sur quel est la base légale et qui a la compétence pour l’appliquer. Rougier présente les arguments des non-interventionnistes et puis il annonce et explique qu’il faut pouvoir construire une théorie qui réponde à ce qu’il appelle le principe d’humanité et au principe d’autorité.

« Au contraire l’intervention d’humanité est par hypothèse désintéressée et ne suppose chez l’intervenant aucun préjudice direct et personnel. Fondée sur le respect des lois de l’humanité, l’action est ouverte à tous ceux qui se croient qualifiés pour parler au nom de celles-ci à la façon d’une actio popularis. »

Toute la démarche de Rougier vise à dire que l’ordre juridique international ne fournit aucune base légale pour l’intervention d’humanité [1], il faut que cette intervention défende les lois d’humanité [2] et il faut une autorité compétente agréée par tous qui puisse décider d’une intervention [3]. Les deux mots-clefs sont « humanité » et « autorité ». On peut se demander de quelles sont les lois de l’humanité, quelle idée est la base du droit d’humanité.

Depuis le XVIIème siècle en droit, il y a la tradition du droit naturel reposant sur un certain nombre d‘axiomes dont le plus important est le suivant : nous naissons être humain avec un certain nombre de droits naturels qui vont devenir plus tard ce qu’on appelle les droits fondamentaux. Il y a quelque part attaché à la personne humaine des droits qui sont au-dessus des lois positives qui sont les lois de la société. En philosophie du droit, il y a un certain nombre de traditions, dont la tradition naturaliste et la tradition positiviste. La tradition naturaliste est la tradition qui pense qu’au-dessus des droits, des ordres juridiques nationaux, il y a quelque part un ordre juridique naturel qui défend l’idée qu’à notre personne est attaché ce qui va devenir des droits fondamentaux. Quelque part, il y a une partie de chacun d’entre nous qu’on ne peut pas toucher. Il y a quelque part quelque chose dans notre personne humaine qui n’est pas touchable relevant presque du sacré trouvant son fondamental dans la théorie du droit naturel. Les naturalistes pensent qu’il y a une dimension sacrée à notre personne qui est au-dessus des lois et des différents ordres juridiques nous appartenant en propre. Ce sont les partisans de droit fondamentaux qui sont les héritiers de la tradition de droits naturels.

Rougier est un naturaliste pensant qu’il y a un certain nombre de droits « fondamentaux » attaché à notre personne qui ne peuvent pas et ne doivent pas être violés. Les lois d’humanité sont les lois qui englobent la dimension sacrée de l’être humain. Si on touche à certains aspects de l’être humain, on viole le droit naturel constitutif de nos ordres juridiques.

« Théorie du droit humain et de pouvoir-fonction. – À la doctrine s’oppose négative de l’intervention d’humanité s’oppose un groupe de théories qui reconnaissent aux États le droit de mettre leur autorité au service de la justice et d’empêcher ou de réprimer certains abus chez les États voisins. Ces théories s’inspirent de vision de considérations souvent différentes suivant les tendances religieuses, philosophiques ou sociales de leurs auteurs. Parfois elles se réduisent à de simples affirmations, Mais, en dépit de ces divergences de forme, toutes reposent sur trois idées essentielles qui permettent de les synthétiser en une seule et même doctrine que nous appellerons la théorie u droit humain et du pouvoir-fonction. Cette théorie affirme l’existence d’une règle de droit générale s’imposant aux gouvernants comme aux gouvernés, supérieure au droit national et international qui n’en sont que des expressions particulières. »

Il y a des règles de droit qui sont supérieures aux droits nationaux et au droit international. Ces règles de droit sont des droits naturels liés à la vision naturaliste de leurs auteurs. Tous les partisans du droit naturel, celles et ceux qui appartiennent à la tradition du droit naturel tentent de conserver le rapport entre droit et justice, en d’autres termes tentent de ne pas dissocier le droit et le moral ou le droit et la justice. Ils partent de l’idée qu’on ne peut pas totalement dissocier le droit et la morale. Pour un juriste positiviste, on peut parfaitement avoir un droit injuste. Le droit et la morale sont deux choses différentes que certains veulent mettre ensemble d’autres veulent écarter. Si on veut mettre ensemble le droit et la morale, les opposants interrogent sur la morale de qui et la justice de qui ? C’est pour cela que de grands philosophes du droit ont décidé de séparer les deux. Rougier fait partie de cette tradition naturaliste qui pense que le droit et la justice ne peuvent pas être dissociés et ceux qui doivent définir ce qui est juste ou injuste sont les États civilisés.

« Mais la notion de droit naturel, beaucoup plus morale que juridique, ne permettait pas d’arriver à une précision suffisante dans la détermination des actes que permettait ou prohibait cette règle suprême. »

Rougier est une naturaliste, il pense que les lois d’humanité dérivées du droit naturel doivent être défendues parce que le droit et la justice ne peuvent pas être totalement dissociés.

« Quelles sont les puissances compétentes pour intervenir auprès d’un gouvernement qui viole les lois de l’humanité. »

Qui peut décider de ce qui est juste et injuste, qui peut décider de la violation de droit d’humanité. Rougier parle d’intervention individuelle et collective qu’il préfère parce que la légitimé est plus forte.

« Par définition l’intervention d’humanité est désintéressée ». C’est pour le bien de l’humanité et de la justice que les États civilisés interviennent. Il va remettre aussi en cause le principe d’égalité entre les États.

« L’égalité n’est pas comme on l’a dit un droit fondamental des États, c’est la conséquence d’une situation de fait […] Pour les États comme pour les individus, la sauvegarde des intérêts collectifs exige qu’il y existe des dirigeants et des dirigés. Ceux qui peuvent mettre au service de la communauté une plus grande science, un plus grand développement juridique et social, une plus grande puissance économique, financière ou militaire, devront être investis d’une autorité légitime sur les États inférieurs qui ne peuvent que suivre une impulsion reçue. »

Il y a des cas dans lesquels on doit intervenir, et parallèlement nous devons tous accepter qu’il y ait des États civilisés, des États mi-civilisés et des États barbares instaurant de fait une inégalité entre les États. Cela signifie que les États ont la puissance économique et militaire on un devoir d’intervention pour protéger les lois d’humanité.

« La plus flagrante inégalité internationale est celle qui existe entre civilisés et barbares Un Royaume nègre peut réunir tous les éléments constitutifs de l’organisation politique : population, territoire et gouvernement, et mériter le titre d’État à l’égal de l’Empire de Russie ; mais on ne saurait sans fiction considère ces deux nations comme égales en droit, ni admettre que leurs souverainetés soient également respectables. »

Il y a des États qui peuvent intervenir au nom de la justice définie par eux-mêmes et d’autres États doivent accueillir la civilisation et les États-civilisés. On retrouvera ces arguments dans une partie du XXème siècle dans les ouvrages de droit international.

« Cette tendance de la société des États à reconnaître au profit de certains de ses membres une sorte de puissance législative parait indiquer précisément une lente et progressive consécration juridique de leur prééminence de fait. »

La situation « de fait » devient une situation « de droit ». Rousseau avait dit « force ne fait pas droit », et Rougier lui répond « la force peut être pas, mais c’est le fait qui fait le droit ».

« Nous y verrions volontiers la reconnaissance d’une légitime autorité sur les autres États, autorité complexe qui comprend tout à la fois des vestiges de la législation, d’administration et de juridiction. Il appartient aux puissances qui disent la loi d’en surveiller l’exécution, de veiller aux intérêts généraux de la communauté internationale, de s’assurer si chaque gouvernement remplit ses devoirs envers ses ressortissants. En Europe, c’est au concert européen exclusivement qu’il appartient de pratiquer l’intervention d’humanité vis-à-vis des autres États. »

Ce texte défend qu’il y ait un certain nombre d’États civilisés porteur et défendeur des lois d’humanité qui peuvent au nom des droits naturels et de la justice intervenir dans les affaires du monde.

Lorsqu‘il dit : « La conclusion qui se dégage de cette étude est qu’il est pratiquement impossible de sépare les mobiles humains d’intervention des mobiles politiques et d’assurer le désintéressement absolu des États intervenants ». Le désintéressement des États est en fait un leurre et il faut le reconnaître : « Nous en dirons pas, comme Phillimore (1), que le respect du droit humain ne sera jamais qu’un motif accessoire d’intervention ; l’histoire a démontré pour l’honneur de l’humanité qu’il pouvait être un motif principal, comme il le fut lors de l’intervention française en Syrie. Mais ce ne sera jamais un motif unique. Dès l’instant que les puissances intervenantes sont juges de l’opportunité de leur action, elles estimeront cette opportunité au point de vue subjectif de leurs intérêts du moment ». Ce que nous dit Rougier est un axiome fondamental, certains États plus puissants que d’autres ont organisé l’ordre juridique et la politique internationale pour pouvoir intervenir pour le meilleur ou pour le pire.

Cette théorie d’intervention d’humanité est probablement un moyen de donner un fondement à ces interventions, mais surtout ce texte montre bien que les partisans de Grotius et de Vattel ont lu leurs classiques et le moment grotien est encore celui sur lequel repose l’ordre international. Ce texte montre toute l’ambiguïté, toute la dimension impériale de ce qu’on appelle aujourd’hui le « droit d’intervention humanitaire ». Il faut être conscient que le droit d’intervention d’humanité, le droit a la responsabilité de protégé sont des principes fondamentaux du droit international, mais il faut être lucide sur la dimension parfois un peu impériale de tels principes.

Anexos

  • "Annexation": The July–August 1845 editorial in which the phrase "Manifest Destiny" first appeared
  • Hoffmann Stanley. Aron (Raymond) - République impériale, Les États-Unis dans le monde 1945-1972., Revue française de science politique, 1973, vol. 23, n° 5, pp. 1097-1100.
  • Sen, A. (2010). Adam Smith and the contemporary world. Erasmus Journal for Philosophy and Economics, 3(1), 50. https://doi.org/10.23941/ejpe.v3i1.39

Referencias

  1. Alexis Keller - Wikipedia
  2. Alexis Keller - Faculté de droit - UNIGE
  3. Alexis Keller | International Center for Transitional Justice
  4. THRONTVEIT, T. (2011). The Fable of the Fourteen Points: Woodrow Wilson and National Self-Determination. Diplomatic History, 35(3), 445–481. https://doi.org/10.1111/j.1467-7709.2011.00959.x