La Segunda Guerra Mundial y la remodelación del orden mundial: 1939 - 1947

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La Segunda Guerra Mundial fue uno de los acontecimientos más significativos de la historia moderna y afectó a todo el mundo. Como conflicto global en el que participaron las principales potencias militares y económicas, la guerra tuvo un impacto considerable en el orden mundial existente en aquel momento. De hecho, la guerra transformó profundamente la estructura de poder internacional, reorientó las alianzas geopolíticas y condujo a la creación de una nueva arquitectura institucional para la gobernanza mundial. En este artículo, examinamos las implicaciones de la Segunda Guerra Mundial para la remodelación del orden mundial entre los años 1939 y 1947, explorando los acontecimientos clave que condujeron al final de la guerra, así como las implicaciones para el orden mundial que surgió en la posguerra.

El inicio de la Guerra Fría supuso un periodo de cambios significativos en el orden mundial, marcando una ruptura con los ideales de cooperación y gobernanza internacional que habían prevalecido en la inmediata posguerra. Sin embargo, sería un error minimizar la importancia de la creación de las Naciones Unidas (ONU) en 1945. La creación de la ONU fue un acontecimiento histórico de primer orden que dio origen a una nueva institución internacional encargada de preservar la paz y la seguridad mundiales, promover el desarrollo económico y social y proteger los derechos humanos. Aunque la ONU se fundó sobre principios similares a los de la Sociedad de Naciones, también fue dotada de nuevos poderes y de una estructura organizativa más eficaz. De hecho, la ONU se creó para dar respuestas más eficaces a las crisis internacionales y satisfacer las necesidades de la comunidad internacional de una manera más responsable y transparente. Aunque la Guerra Fría marcó una ruptura con los ideales de cooperación y gobernanza internacional que prevalecieron en la inmediata posguerra, la ONU siguió desempeñando un papel importante en los asuntos internacionales al promover el diálogo, la negociación y la resolución pacífica de los conflictos. En última instancia, la creación de la ONU sentó las bases de una comunidad internacional más fuerte y unida, que ha seguido desempeñando un papel crucial en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en el mundo.

El fin de la Sociedad de Naciones

¿Una organización desacreditada?

Las esperanzas en la Sociedad de Naciones en marzo de 1919, según el semanario Le Miroir: el destierro de la guerra y la búsqueda de la paz universal.

La Sociedad de Naciones fue criticada por su incapacidad para prevenir o resolver los conflictos internacionales que estallaron en la década de 1930, como la invasión japonesa de Manchuria en 1931, la Guerra Civil española en 1936, la anexión alemana de Austria en 1938 y la anexión de los Sudetes en Checoslovaquia en 1938. Estos fracasos minaron gravemente la credibilidad de la Sociedad de Naciones y llevaron a la percepción de que era una organización impotente para hacer frente a los conflictos internacionales.

La Sociedad de Naciones se enfrentó a varios desafíos que minaron su legitimidad y provocaron la pérdida de miembros importantes. Alemania y Japón abandonaron la Sociedad de Naciones en 1933, y la Unión Soviética fue expulsada en 1939 por su invasión de Finlandia. Otros países, como Italia, España y Portugal, también abandonaron la organización. Esta pérdida de miembros afectó sin duda a la credibilidad de la Sociedad de Naciones y reforzó la idea de que era incapaz de resolver los conflictos internacionales. Además, la Sociedad de Naciones fue criticada por su falta de capacidad para responder eficazmente a las agresiones de potencias como la Alemania nazi, que siguió amenazando la paz internacional a pesar de los intentos de la Sociedad de Naciones por contenerlas. Estos factores contribuyeron a crear una oscura leyenda en torno a la Sociedad de Naciones, que fue percibida como débil e impotente en su capacidad para mantener la paz y la seguridad internacionales. Esta percepción ha persistido hasta nuestros días y se ha utilizado como ejemplo de la necesidad de crear una organización internacional más eficaz para mantener la paz y la seguridad mundiales, lo que condujo a la creación de las Naciones Unidas.

La Sociedad de Naciones se enfrentó a importantes limitaciones en su capacidad para gestionar los conflictos internacionales debido a la reticencia de las grandes potencias a dotarla de los medios necesarios para ello. Los Estados miembros de la Sociedad de Naciones se han inclinado por proteger sus intereses nacionales y a menudo han tratado de evitar la confrontación con otros miembros de la organización. Además, las grandes potencias han ignorado o eludido a menudo las decisiones de la Sociedad de Naciones, socavando su autoridad y su capacidad para hacer cumplir las normas internacionales. Por ejemplo, la Alemania nazi decidió abandonar la Sociedad de Naciones en 1933 y comenzó a rearmarse violando los acuerdos internacionales, sin enfrentarse a ninguna sanción significativa por parte de la organización. Desde esta perspectiva, el fracaso de la Sociedad de Naciones debe entenderse como el resultado de la política de las grandes potencias y no como una debilidad inherente a la propia organización. Esto subraya la importancia de la cooperación internacional y el compromiso de las grandes potencias con la creación y el mantenimiento de una organización internacional eficaz para la paz y la seguridad mundiales.

La Sociedad de Naciones ha conseguido algunos logros importantes, como la creación de instituciones internacionales para regular el comercio y la seguridad, el establecimiento de programas para el desarrollo económico y social y la promoción de la cooperación internacional en cultura y sanidad. Sin embargo, la Sociedad de Naciones se ha enfrentado a grandes retos en su capacidad para gestionar los conflictos internacionales, en gran parte debido a la incapacidad de las grandes potencias para llegar a un acuerdo. Los conflictos entre las grandes potencias bloquearon a menudo los esfuerzos de la Sociedad de Naciones por actuar con decisión, lo que llevó a la percepción de que la organización era incapaz de mantener la paz y la seguridad internacionales. La Sociedad de Naciones se creó en un contexto de profundas divisiones y hostilidad entre las grandes potencias, lo que dificultó la creación de una organización internacional eficaz para preservar la paz y la seguridad mundiales. Sin embargo, también subraya la importancia de la cooperación internacional y el compromiso de las grandes potencias con la creación y el mantenimiento de una organización internacional eficaz para la paz y la seguridad mundiales.

El movimiento

El periodo de finales de los años treinta se caracterizó por un declive significativo de la actividad política de la Sociedad de Naciones debido al aumento de las tensiones internacionales y a la incapacidad de la organización para prevenir conflictos. Sin embargo, las actividades técnicas de la Sociedad de Naciones siguieron funcionando en diversos ámbitos, como la regulación del comercio, la cooperación en materia de sanidad, la promoción de la cultura y la educación, y la seguridad internacional. A pesar de la incapacidad de la Sociedad de Naciones para evitar el aumento de las tensiones internacionales y los conflictos subsiguientes, es importante señalar que la organización continuó su labor en muchas áreas técnicas. Estas actividades fueron importantes para la creación de normas y reglamentos internacionales que han seguido influyendo en las relaciones internacionales hasta nuestros días. En definitiva, aunque la Sociedad de Naciones ha sido criticada por su incapacidad para prevenir conflictos y mantener la paz internacional, es importante reconocer sus actividades técnicas en diversos campos y su impacto en las relaciones internacionales. Estas actividades sentaron las bases de una mayor cooperación internacional en diversos campos y contribuyeron a la creación de normas y reglamentos internacionales que han seguido siendo importantes para la gobernanza mundial.

Ante la incapacidad de la Sociedad de Naciones para prevenir los conflictos y mantener la paz internacional, algunos consideraron que era necesario reforzar las actividades técnicas de la organización. A partir de mediados de la década de 1930, se hicieron esfuerzos para desarrollar estas actividades técnicas, que se consideraban un ámbito en el que la organización podía tener un impacto positivo en la vida de las personas. Estas actividades técnicas incluían programas de desarrollo económico y social, programas de salud pública, reglamentos comerciales y de transporte, e iniciativas culturales y educativas. Estas actividades permitieron a la Sociedad de Naciones desarrollar un cierto universalismo en la cooperación internacional, que siguió repercutiendo en las relaciones internacionales tras el final de la guerra. Al reforzar las actividades técnicas de la organización, algunos esperaban que la Sociedad de Naciones pudiera ser más relevante para los Estados miembros, en particular para los que no estaban implicados en conflictos internacionales. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la Sociedad de Naciones acabó desacreditada por su incapacidad para prevenir conflictos internacionales, y fue sustituida por las Naciones Unidas tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

La reforma de Bruce fue un importante intento de reformar la Sociedad de Naciones y reforzar su papel en la cooperación internacional, especialmente en los ámbitos económico y social. Aprobada en septiembre de 1939 en la Asamblea de la Sociedad de Naciones, la reforma preveía la creación de un Comité Central de Cuestiones Económicas y Sociales, que sería el precursor del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. La idea principal de esta reforma era centralizar las actividades técnicas de la Sociedad de Naciones y coordinarlas más eficazmente, creando una estructura organizativa más sólida. El Comité Central de Cuestiones Económicas y Sociales se habría encargado de coordinar las actividades económicas y sociales de toda la organización, garantizando una mayor cooperación internacional en estos ámbitos. Desgraciadamente, la reforma de Bruce no pudo aplicarse plenamente debido al aumento de las tensiones internacionales y al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las ideas y los principios de la reforma influyeron en la creación de las Naciones Unidas tras el final de la guerra, especialmente en lo que respecta a la creación del Consejo Económico y Social de la ONU, que asumió el papel del Comité Central de Cuestiones Económicas y Sociales de la Sociedad de Naciones.

La invasión de Europa por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial puso en entredicho el proyecto de reforma de la Sociedad de Naciones y provocó la dispersión de la organización. Los servicios financieros se trasladaron a Gran Bretaña, mientras que la organización económica y financiera se trasladó a la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, hasta 1945. Sin embargo, a pesar de esta dispersión, algunas de las actividades técnicas de la Sociedad de Naciones siguieron funcionando. La Organización Económica y Financiera siguió reflexionando sobre la economía mundial tras el final de la guerra, mientras que la Oficina Internacional del Trabajo se trasladó a Montreal (Canadá). Tras el final de la guerra, se crearon las Naciones Unidas para sustituir a la Sociedad de Naciones, adoptando muchas de las ideas y principios de la reforma de Bruce. El Consejo Económico y Social de la ONU asumió el papel del comité central de la Sociedad de Naciones para asuntos económicos y sociales, y continuó trabajando en cuestiones económicas y sociales en todo el mundo.

Actividades durante la guerra

El periodo de guerra fue un capítulo importante para la Sociedad de Naciones, aunque ya no desempeñó un papel político de primer orden. A pesar de la ausencia de cualquier autoridad formal, algunas actividades técnicas de la Sociedad de Naciones continuaron durante la guerra, particularmente en el campo de la asistencia humanitaria y la protección de los refugiados. La Sociedad de Naciones puso en marcha programas de ayuda a las víctimas de la guerra y a los refugiados que huían de las zonas de conflicto. Colaboró estrechamente con organizaciones internacionales como la Cruz Roja y grupos religiosos para proporcionar ayuda y asistencia a las poblaciones afectadas por la guerra. La Sociedad de Naciones también trabajó para proteger a las minorías y a la población civil durante la guerra, animando a los beligerantes a respetar las normas internacionales y los Convenios de Ginebra. Aunque estas actividades representaban sólo una fracción de las actividades generales de la Sociedad de Naciones antes de la guerra, fueron importantes para mantener la cooperación internacional y proteger a las poblaciones vulnerables durante el periodo de conflicto mundial.

Durante el periodo bélico, la Sociedad de Naciones funcionó a cámara lenta y tuvo que adaptar sus actividades a las difíciles condiciones de la guerra. Sin embargo, algunas actividades continuaron, especialmente en el campo de la salud pública y la protección de los refugiados. El Servicio de Inteligencia Epidemiológica de la Sociedad de Naciones siguió recopilando estadísticas sobre las enfermedades en el mundo, lo que fue importante para la prevención y el tratamiento de epidemias durante la guerra. En cuanto a los refugiados, la Sociedad de Naciones trabajó dentro de los límites impuestos por la guerra, pero aun así trató de proporcionar ayuda y asistencia a las poblaciones desplazadas. La organización colaboró estrechamente con grupos religiosos y organizaciones humanitarias para socorrer a los refugiados y desplazados por la guerra. Aunque la Sociedad de Naciones no desempeñó un papel político importante durante la guerra, sus actividades técnicas fueron importantes para mantener la cooperación internacional y ayudar a las poblaciones vulnerables en circunstancias difíciles.

En el ámbito económico, la Sociedad de Naciones se mantuvo muy activa durante el periodo bélico, aunque tuvo que adaptarse a las difíciles condiciones de la guerra. La organización económica y financiera se trasladó a Estados Unidos, llevándose consigo todos sus archivos, y siguió funcionando entre 1940 y 1946. Durante este periodo, el trabajo de la Sociedad de Naciones se centró en la reconstrucción de posguerra, identificando una serie de problemas que podrían surgir en la posguerra. La organización realizó estudios sobre cuestiones demográficas, el problema de la migración, el comercio mundial y, en particular, el lugar de Europa en el comercio mundial. Estas actividades fueron importantes para sentar las bases de la cooperación económica internacional tras el final de la guerra. Las ideas y principios desarrollados por la Sociedad de Naciones influyeron en la creación de las Naciones Unidas y sus organismos económicos, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La cooperación económica internacional sigue siendo importante para la gobernanza mundial, y la labor de la Sociedad de Naciones en este ámbito ha contribuido a sentar las bases de dicha cooperación.

Tras el final de la guerra, se preveía que Europa se vería gravemente afectada por la destrucción y la pérdida de vidas causadas por la guerra. Preocupaba el futuro económico de Europa, lo que alentó la idea de la integración económica europea. La Sociedad de Naciones desempeñó un papel importante en la promoción de esta idea, trabajando en cuestiones económicas y fomentando la cooperación económica internacional. El trabajo de la Sociedad de Naciones en cuestiones económicas ayudó a sentar las bases de la cooperación económica internacional e influyó en la creación de organizaciones económicas internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. En Europa, la idea de la integración económica fue promovida por figuras como Jean Monnet, que abogaba por la unión económica y una mayor cooperación entre las naciones europeas. Esta visión condujo finalmente a la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en 1951, que sentó las bases de la integración económica europea. Así pues, la Sociedad de Naciones contribuyó a promover la idea de la integración económica europea trabajando en cuestiones económicas y fomentando la cooperación internacional, sentando las bases de la cooperación económica que condujo a la creación de la Comunidad Europea y de la Unión Europea actual.

Ya en 1940 se reflexionaba sobre la reorganización de la posguerra, y los economistas de la organización económica y financiera de la Sociedad de Naciones desempeñaron un papel importante en esta reflexión. Estos economistas empezaron a elaborar planes para la reconstrucción económica de posguerra, centrándose en cuestiones como la asignación de recursos, la cooperación internacional y la creación de instituciones económicas internacionales. Estos planes se desarrollaron como parte del esfuerzo bélico, pero sentaron las bases para la reconstrucción económica tras el fin de la guerra. El trabajo de estos economistas influyó en los debates de posguerra sobre la creación de una cooperación económica internacional más estrecha y condujo a la creación de organizaciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Estas organizaciones se crearon para ayudar a la reconstrucción económica de posguerra, pero también desempeñaron un papel importante en la promoción de la cooperación económica internacional a largo plazo.

La reconstrucción de un orden mundial

Los nuevos desafíos

El orden mundial establecido por la Sociedad de Naciones se derrumbó con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Los acontecimientos bélicos pusieron de manifiesto los límites del orden internacional establecido tras la Primera Guerra Mundial y evidenciaron la necesidad de replantearse la organización del mundo. Desde el comienzo del conflicto, empezaron a surgir numerosos problemas, como la cuestión de la implicación de Estados Unidos en la guerra, el ascenso de la Alemania nazi y la cuestión del futuro de Europa después de la guerra. Estas cuestiones pusieron de manifiesto que el orden mundial existente era inadecuado para afrontar los retos de la guerra y la posguerra. Durante la guerra se debatió cómo replantear el orden mundial y crear una organización internacional más eficaz para mantener la paz y promover la cooperación internacional. Estos debates desembocaron en la creación de las Naciones Unidas en 1945, cuyo objetivo era sustituir a la Sociedad de Naciones y crear un nuevo orden mundial basado en la cooperación y la seguridad internacionales.

Cuestión de la reorganización internacional

Durante la Segunda Guerra Mundial surgió una importante cuestión relativa al futuro de la organización internacional existente, la Sociedad de Naciones. Estaba claro que la Sociedad de Naciones había fracasado a la hora de establecerse y crear un orden internacional que fuera respetado por la mayoría de sus actores. Estados Unidos, que era un actor clave en la escena internacional, no era partidario de la Sociedad de Naciones. Del mismo modo, la Unión Soviética había sido expulsada de la organización en 1939 tras invadir Finlandia. Sólo Gran Bretaña era un débil defensor de la Sociedad de Naciones, ya que era la potencia dominante en la organización, junto con Francia, que sin embargo estaba fuera de juego tras su hundimiento en cinco semanas ante Alemania. En este contexto, la cuestión de si mantener la Sociedad de Naciones en su forma actual o crear una nueva organización se hizo cada vez más acuciante. Los debates sobre la creación de una nueva organización internacional desembocaron finalmente en la creación de las Naciones Unidas en 1945, que sustituyeron a la Sociedad de Naciones y sentaron las bases de un nuevo orden mundial basado en la cooperación y la seguridad internacionales.

La idea de crear una nueva institución internacional capaz de imponer su legitimidad a los Estados individuales es un importante tema de debate en las relaciones internacionales. Los retos que plantean problemas globales como el cambio climático, los conflictos internacionales y las pandemias han llevado a muchos expertos a reclamar una reforma de la gobernanza mundial. La Sociedad de Naciones, creada tras la Primera Guerra Mundial, pretendía mantener la paz y la seguridad internacionales. Sin embargo, el fracaso de la Sociedad de Naciones a la hora de evitar la Segunda Guerra Mundial llevó a su disolución y a la creación de las Naciones Unidas (ONU). En la actualidad, la ONU es la principal institución internacional encargada de mantener la paz y la seguridad internacionales, así como de promover el desarrollo económico y social y los derechos humanos. Sin embargo, algunos críticos sostienen que la ONU carece de legitimidad y eficacia, en parte debido a la reticencia de los Estados miembros a cumplir sus decisiones y resoluciones. Algunos expertos han propuesto la creación de una nueva institución internacional capaz de imponer su legitimidad y adoptar medidas más decisivas en la gobernanza mundial. Sin embargo, dicha institución debería crearse sobre la base de un fuerte consenso internacional y respetar los principios de soberanía estatal y cooperación internacional.

La creación de las Naciones Unidas (ONU) en 1945 fue la culminación de una larga reflexión y debate sobre la necesidad de una organización internacional eficaz para mantener la paz y la seguridad internacionales. Desde la década de 1920 se habían barajado ideas para crear una organización internacional que sustituyera a la Sociedad de Naciones y evitara los conflictos internacionales. Sin embargo, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial cuando estas ideas se pusieron en práctica. En 1941, Estados Unidos y Gran Bretaña emitieron una declaración conjunta, conocida como la Carta del Atlántico, que sentó las bases de las Naciones Unidas. Le siguió la conferencia de Dumbarton Oaks en 1944, en la que Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y China debatieron las modalidades de creación de una nueva organización internacional. La conferencia de San Francisco de 1945 reunió a representantes de 50 países para adoptar la Carta de las Naciones Unidas, que creaba formalmente la ONU. La Carta estableció los principios fundamentales de la organización, entre ellos el respeto a la soberanía de los Estados, el fomento de la cooperación internacional y la resolución pacífica de las controversias.

Lugar de Estados Unidos en el futuro orden mundial

La implicación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial y, sobre todo, en la Segunda tuvo un impacto significativo en el resultado de estos conflictos y contribuyó a configurar su papel en el orden internacional. Su entrada en la guerra en 1917 fortaleció a los Aliados y contribuyó a la derrota de las Potencias Centrales en 1918.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos adoptó inicialmente una política de aislacionismo y neutralidad, pero acontecimientos como el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941 le impulsaron a implicarse activamente en el conflicto. Su poderío industrial y económico fue un factor clave de su éxito y del de los Aliados. Estados Unidos proporcionó un apoyo material y financiero crucial a los Aliados a través de programas como el Lend-Lease.

Tras la guerra, Estados Unidos se convirtió en una superpotencia mundial junto a la Unión Soviética. Contribuyó decisivamente a la creación de las Naciones Unidas (ONU) y de otras instituciones y acuerdos internacionales, ayudando a configurar la arquitectura del nuevo orden mundial. La Guerra Fría que siguió estuvo dominada por la rivalidad entre EE.UU. y la URSS, cada uno tratando de extender su influencia e ideología por todo el mundo.

Una nueva economía mundial después de la guerra

Tras la Segunda Guerra Mundial, la reorganización de la economía mundial fue sin duda una cuestión crucial para los dirigentes estadounidenses y de otras naciones. La crisis económica de 1929 y las políticas proteccionistas resultantes habían contribuido a la inestabilidad mundial y al auge de los regímenes totalitarios. Los líderes de la época trataron de evitar que esto volviera a ocurrir.

Estados Unidos desempeñó un papel fundamental en la creación de un nuevo orden económico mundial, basado en el liberalismo económico y el libre comercio. Las diferencias entre Hull y Roosevelt sobre el grado de liberalización reflejaban un debate más amplio sobre la mejor manera de configurar la economía mundial de posguerra.

Al final, Estados Unidos y sus aliados adoptaron un enfoque basado en la cooperación y la coordinación económica internacional. Se crearon varias instituciones y acuerdos para apoyar este nuevo orden económico, entre ellos:

  • El sistema de Bretton Woods (1944): Esta conferencia dio lugar a la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (actualmente parte del Banco Mundial). Estas instituciones pretendían estabilizar los tipos de cambio, facilitar la reconstrucción y el desarrollo económico de posguerra y prevenir las crisis financieras mundiales.
  • El Plan Marshall (1947): Este programa estadounidense de ayuda económica masiva a Europa contribuyó a la reconstrucción y revitalización económica de los países europeos devastados por la guerra. También reforzó los lazos políticos y económicos entre Estados Unidos y Europa.
  • El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, 1947): Este acuerdo fue diseñado para promover el libre comercio y reducir las barreras arancelarias entre países. Sentó las bases de la Organización Mundial del Comercio (OMC), creada en 1995 para regular y promover el comercio internacional.

Estas iniciativas e instituciones han dado forma a la economía mundial de posguerra y han contribuido a un periodo de crecimiento económico y cooperación internacional sin precedentes. Aunque sigue habiendo desafíos, el compromiso con el liberalismo económico y el libre comercio marcó una ruptura significativa con las políticas proteccionistas de los años treinta y desempeñó un papel importante en la prevención de otra crisis económica mundial y en la promoción de la estabilidad internacional.

Europa

La Segunda Guerra Mundial marcó un cambio decisivo en el equilibrio de poder internacional. Antes de la guerra, Europa era el centro de los asuntos internacionales, con potencias como Gran Bretaña, Francia y Alemania desempeñando un papel dominante en la escena mundial. Sin embargo, el devastador conflicto y las luchas internas en Europa debilitaron seriamente al continente y pusieron en entredicho su hegemonía internacional. Europa sufrió enormes pérdidas humanas y materiales durante la guerra, y muchas economías europeas quedaron devastadas. Como consecuencia, la capacidad de Europa para ejercer una influencia global se vio seriamente comprometida. Por el contrario, Estados Unidos y la URSS emergieron de la guerra como superpotencias, con una considerable influencia y capacidad económica y militar. El nuevo equilibrio de poder provocó un declive de la influencia europea y un aumento del poder de Estados Unidos y la URSS, que determinaron en gran medida los asuntos internacionales durante la Guerra Fría. A pesar de este declive relativo, Europa consiguió reconstruirse y reintegrarse en la economía mundial después de la guerra. Gracias a esfuerzos de cooperación como el Plan Marshall, la creación de la Comunidad Económica Europea (CEE) y el establecimiento de instituciones europeas, Europa recuperó gradualmente cierta estabilidad económica y política.

El plan estadounidense para reorganizar el mundo tras la Segunda Guerra Mundial incluía la idea de apoyar la cooperación económica en Europa y crear una organización universal para promover la paz, la seguridad y la cooperación internacional.

  • Unión económica en Europa: Estados Unidos apoyó activamente la integración económica en Europa, convencido de que una Europa económicamente estable y próspera sería un factor de paz y estabilidad. El Plan Marshall, lanzado en 1947, proporcionó una ayuda económica masiva a los países europeos para ayudarles a reconstruirse tras la guerra y reforzar sus lazos económicos. Esta ayuda fomentó la cooperación entre los países europeos y sentó las bases para la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en 1951 y de la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1957. Estas organizaciones fueron las precursoras de la actual Unión Europea (UE).
  • Organización universal: Estados Unidos también fue un impulsor clave en la creación de las Naciones Unidas (ONU) en 1945. La ONU se fundó para promover la paz, la seguridad y la cooperación internacional y evitar conflictos mundiales a gran escala. Como miembro fundador y uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, Estados Unidos ha desempeñado un papel central en el desarrollo y funcionamiento de la organización.

El plan estadounidense de apoyo a la integración económica europea y de creación de una organización universal contribuyó a configurar el orden internacional de posguerra. Estas iniciativas han conducido a un periodo de crecimiento económico y relativa estabilidad, aunque siguen existiendo muchos retos y tensiones en la escena internacional. El compromiso de Estados Unidos y otros actores clave en estas organizaciones y en la cooperación internacional sigue siendo esencial para afrontar los retos mundiales y preservar la paz y la seguridad.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se dio cuenta de que la reconstrucción económica de Europa era crucial para su propia prosperidad económica. La devastada Europa era un importante mercado para los productos estadounidenses y, si seguía en ruinas, la demanda de estos productos disminuiría, lo que podría provocar una recesión en Estados Unidos. En este contexto, Estados Unidos introdujo en 1947 el Plan Marshall, que consistía en una ayuda económica masiva para la reconstrucción y revitalización de la economía europea. El plan pretendía crear un socio económico fuerte y evitar la expansión del comunismo en Europa, especialmente en los países devastados por la guerra y vulnerables a las influencias exteriores. Sin embargo, Estados Unidos se mostró más reacio a apoyar la integración política europea, por temor a que diera lugar a un bloque político competidor o limitara su influencia en el continente. En su lugar, fomentó la unión económica europea, que reforzaría los lazos económicos sin conducir necesariamente a la plena integración política. Al mismo tiempo, Estados Unidos promovió la creación de una organización universal, las Naciones Unidas (ONU), en la que se diluiría el liderazgo europeo. La ONU pretendía promover la cooperación internacional y prevenir los conflictos mundiales, al tiempo que permitía a EEUU desempeñar un papel central en los asuntos internacionales como uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En última instancia, la estrategia estadounidense contribuyó a la reconstrucción económica de Europa y a la creación de instituciones internacionales que configuraron el orden mundial de posguerra. Sin embargo, Europa buscó finalmente la integración política con la creación de la Unión Europea, que es hoy una gran potencia económica y política en la escena internacional.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos trató de consolidar su posición como superpotencia y no quiso ver la aparición de una Europa políticamente fuerte que pudiera desafiar su liderazgo. Eran conscientes de la importancia de dar un giro a la economía europea para crear oportunidades para su industria y evitar una recesión, pero les entusiasmaba menos una profunda integración política europea. Al promover la unión económica en Europa en lugar de la integración política, Estados Unidos esperaba crear un socio económico estable y próspero sin fortalecer a un competidor político potencial. El Plan Marshall y el apoyo a la cooperación económica europea pretendían lograr este equilibrio. Sin embargo, con el tiempo, la integración política europea se profundizó, dando lugar a la Unión Europea que conocemos hoy. Aunque la UE no es una superpotencia como Estados Unidos, se ha convertido en una gran potencia económica y política en la escena internacional, ejerciendo una influencia considerable en diversos ámbitos. En la actualidad, EE.UU. y la UE son socios importantes que cooperan en muchos asuntos mundiales. A pesar de tensiones y diferencias de opinión ocasionales, las dos potencias siguen colaborando para hacer frente a los retos mundiales y promover la estabilidad y la prosperidad.

Estados Unidos empezó a pensar en su papel en el orden mundial de posguerra incluso antes de entrar en la Segunda Guerra Mundial. Como potencia emergente y económicamente próspera, Estados Unidos comprendió la importancia de configurar un nuevo orden internacional en el que pudiera ejercer su influencia y proteger sus intereses. Aunque Estados Unidos adoptó una política de neutralidad al principio del conflicto, apoyó a los Aliados proporcionándoles equipamiento y recursos financieros a través de programas como la Cash-and-Carry Act y el programa Lend-Lease. Estas acciones demostraron su compromiso con la victoria aliada y la construcción de un nuevo orden mundial. A medida que avanzaba la guerra, Estados Unidos intensificó su reflexión sobre cómo configurar el mundo de la posguerra. Las conversaciones con otros Aliados, los planes de reconstrucción económica y el apoyo a la creación de organizaciones internacionales fueron elementos importantes de esta reflexión.

Las conferencias fundacionales de 1941 - 1945

La creación de la ONU fue el resultado de un cuidadoso proceso de planificación que comenzó durante la Segunda Guerra Mundial. Las principales potencias aliadas se reunieron en varias conferencias para debatir y preparar la reorganización de la posguerra y la construcción de una nueva organización internacional. A diferencia de la Sociedad de Naciones, creada tras la Primera Guerra Mundial sin una arquitectura global y coherente, la ONU se concibió desde el principio como un sistema integrado de organizaciones y agencias especializadas con competencias específicas. La idea era establecer un mecanismo de cooperación internacional capaz de abordar diversos problemas y cuestiones globales de forma coordinada y eficaz. Entre las conferencias que sentaron las bases de la ONU se encuentran la Conferencia del Atlántico (1941), que dio lugar a la Carta del Atlántico, un conjunto de principios rectores de la cooperación internacional, la Conferencia de Moscú (1943), la Conferencia de Teherán (1943), la Conferencia de Dumbarton Oaks (1944) y, por último, la Conferencia de Yalta (1945). La Conferencia de San Francisco de 1945 supuso la creación oficial de las Naciones Unidas. Delegados de 50 países se reunieron para redactar la Carta de las Naciones Unidas, que se convirtió en la constitución básica de la organización. La ONU nació oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido, Francia y China) y la mayoría de los demás signatarios ratificaran la Carta. La ONU nació así de un proceso de planificación y cooperación internacional cuyo objetivo era crear una organización capaz de promover la paz, la seguridad y la cooperación entre las naciones, al tiempo que abordaba diversos problemas mundiales de forma coordinada y eficaz.

Roosevelt y Churchill a bordo del USS Augusta en el Atlántico frente a Terranova.

La Carta del Atlántico fue un momento fundacional en la creación de las Naciones Unidas. Firmada en agosto de 1941 por el Presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y el Primer Ministro británico Winston Churchill cuando se reunieron a bordo de buques de guerra frente a las costas de Terranova, la Carta del Atlántico estableció una serie de principios rectores para la cooperación internacional y la paz después de la guerra. Estos principios incluyen el respeto de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, la libre circulación de bienes y personas, la cooperación económica y la abolición de las prácticas discriminatorias en el comercio internacional, y la promoción de la paz y la seguridad mundiales. La Carta del Atlántico se inspiró en parte en los Catorce Puntos del Presidente Woodrow Wilson, un programa de paz presentado en 1918 tras la Primera Guerra Mundial. En enero de 1942, representantes de 26 países aliados firmaron la Declaración de las Naciones Unidas, un documento que respaldaba los principios de la Carta del Atlántico y expresaba una voluntad común de luchar contra las fuerzas del Eje. La firma de esta declaración se considera el acto fundacional de las Naciones Unidas, y el propio término "Naciones Unidas" se utilizó por primera vez en este documento.

La Conferencia Internacional del Trabajo de 1941 en Nueva York fue un hito en el proceso de creación de un nuevo orden mundial. Como usted ha mencionado, el hecho de que estas grandes conferencias se celebraran en Estados Unidos simbolizó la transferencia hegemónica del poder internacional. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), creada en 1919, es un organismo especializado de las Naciones Unidas cuyo objetivo es promover los derechos de los trabajadores, el empleo decente y la justicia social. La OIT organizó la conferencia de 1941 para debatir cuestiones de bienestar social y económico en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. En 1944, la OIT adoptó la Declaración de Filadelfia, un documento que establece las metas y objetivos de la organización para el periodo de posguerra. La Declaración de Filadelfia afirma que el trabajo no es una mercancía, que la libertad sindical es un derecho fundamental, que la pobreza es un peligro para la prosperidad de todos y que la guerra contra el desempleo y la miseria debe librarse con vigor. La Declaración de Filadelfia contribuyó a dar forma a la visión de la OIT de un mundo laboral más justo y equitativo y reforzó el papel de la organización en la promoción de los derechos de los trabajadores y la justicia social en el contexto de la nueva arquitectura internacional establecida tras la Segunda Guerra Mundial.

La Administración de Socorro y Rehabilitación de las Naciones Unidas (UNRRA) se creó en 1943 con el objetivo de coordinar las actividades de socorro y rehabilitación en los territorios liberados durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Fue una organización internacional temporal, que funcionó hasta 1947. El UNRRA proporcionó ayuda económica y humanitaria a los países afectados por la guerra, incluidos alimentos, ropa, medicinas y equipamiento. También ayudó a reconstruir infraestructuras destruidas por el conflicto, como carreteras, puentes y hospitales, y a reintegrar a los refugiados y desplazados. El UNRRA desempeñó un papel importante en los esfuerzos internacionales para hacer frente a las necesidades humanitarias inmediatas y a los retos de la reconstrucción en el periodo de posguerra. Aunque el UNRRA se disolvió en 1947, su labor sirvió de base para la creación de otras organizaciones internacionales, como la Organización Internacional de Refugiados y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que continuaron y ampliaron los esfuerzos de socorro y rehabilitación iniciados por el UNRRA.

La Conferencia de Ministros Aliados de Educación, celebrada en Londres en 1942, fue un momento clave en la creación de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Ministros y representantes de los países aliados se reunieron para debatir la importancia de la educación y la cultura en la reconstrucción de un mundo de posguerra y preparar el terreno para la creación de una organización internacional dedicada a estos campos. Uno de los principales objetivos de la conferencia era alcanzar un consenso sobre la necesidad de reformar los sistemas educativos para evitar el futuro ascenso de regímenes totalitarios y promover la democracia, la tolerancia y el entendimiento mutuo entre las naciones. Los participantes subrayaron la importancia de la educación para la paz, la cooperación internacional y el desarrollo sostenible. Después de la guerra, en 1945, la UNESCO se estableció formalmente como organización especializada de las Naciones Unidas, retomando y desarrollando las ideas y principios debatidos en la Conferencia de Londres de 1942. La UNESCO se ha comprometido a promover la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación para fortalecer la paz y el entendimiento entre los pueblos y contribuir al desarrollo económico y social de las naciones.

La primera conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) tuvo lugar en 1943 en Hot Springs, Virginia, Estados Unidos. Representantes de 44 gobiernos se reunieron para debatir los problemas de abastecimiento de alimentos y agricultura que surgieron durante la Segunda Guerra Mundial y para planificar cómo afrontar los retos alimentarios en la posguerra. Los participantes en la Conferencia subrayaron la necesidad de una organización internacional permanente que coordine los esfuerzos mundiales para mejorar la producción y distribución de alimentos, combatir el hambre y la malnutrición y promover el desarrollo rural y agrícola. También establecieron objetivos específicos, como aumentar la producción agrícola, mejorar la nutrición y garantizar un acceso equitativo a los recursos alimentarios para todos. En octubre de 1945, la FAO se estableció oficialmente como organización especializada de las Naciones Unidas en la ciudad de Quebec, Canadá, con el mandato de "contribuir al crecimiento de la población mundial elevando los niveles de nutrición y las condiciones de vida, mejorando la producción y distribución de alimentos y productos agrícolas y mejorando las condiciones de vida de las poblaciones rurales". Desde entonces, la FAO ha seguido trabajando para alcanzar estos objetivos y luchar contra el hambre y la malnutrición en todo el mundo.

La Conferencia de Bretton Woods, celebrada en julio de 1944, fue un momento clave en el establecimiento de un nuevo orden económico mundial tras la Segunda Guerra Mundial. Delegados de 44 países se reunieron en Bretton Woods, New Hampshire, Estados Unidos, para debatir la reconstrucción del sistema financiero internacional. La conferencia dio lugar a la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), que ahora forma parte del Grupo del Banco Mundial. Las conferencias de Dumbarton Oaks y San Francisco se celebraron en 1944 y 1945, respectivamente. La Conferencia de Dumbarton Oaks, celebrada en Washington D.C., reunió a representantes de Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Soviética y China para debatir la creación de una organización internacional que mantuviera la paz y la seguridad en el mundo después de la guerra. Los debates sentaron las bases de la Carta de las Naciones Unidas y de la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU). La Conferencia de San Francisco, celebrada entre abril y junio de 1945, reunió a delegados de 50 países para ultimar y firmar la Carta de las Naciones Unidas. Esta conferencia marcó el establecimiento formal de la ONU como organización internacional para promover la paz, la seguridad, la cooperación y el desarrollo económico y social en el mundo.

Estas conferencias configuraron el orden económico y político internacional de la posguerra creando instituciones clave como el FMI, el Banco Mundial y la ONU, que siguen desempeñando hoy un papel importante en la gobernanza mundial.

El sistema de Bretton Woods: centrado en la economía

Harry Dexter White (izquierda) y John Maynard Keynes en 1946. Fueron los dos principales protagonistas de la conferencia de Bretton Woods.

El sistema de Bretton Woods se diseñó para crear un nuevo orden económico internacional tras la Segunda Guerra Mundial. Los principales objetivos del sistema eran facilitar la reconstrucción de las economías devastadas por la guerra, promover la estabilidad monetaria y fomentar la cooperación económica internacional. Los arquitectos del sistema de Bretton Woods consideraron que el proteccionismo y los desequilibrios económicos del periodo de entreguerras eran factores clave que contribuyeron al ascenso de los regímenes totalitarios en Europa y al estallido de la Segunda Guerra Mundial.

La conferencia de Bretton Woods de 1944 estuvo marcada por intensos debates entre Estados Unidos y Gran Bretaña, así como por las opiniones divergentes entre John Maynard Keynes y Harry Dexter White sobre la reorganización económica internacional. Keynes, que fue uno de los principales negociadores británicos en Bretton Woods, era partidario de la creación de grandes áreas económicas regionales con cierto grado de proteccionismo entre ellas. Creía que este enfoque fomentaría el crecimiento económico y mantendría una balanza comercial sostenible entre los países. Por el contrario, White, que era Secretario del Tesoro estadounidense, era partidario de un sistema liberalizado unilateralmente, en el que el comercio estuviera ampliamente abierto y se animara a los países a aplicar políticas económicas estables y de baja inflación. Las discusiones entre los dos hombres fueron intensas y finalmente desembocaron en un compromiso que dio lugar al sistema de Bretton Woods. Este sistema se basaba en un tipo de cambio fijo entre las principales monedas y la creación de un fondo monetario internacional para ayudar a los países a hacer frente a los desequilibrios económicos.

El sistema de Bretton Woods tenía varios elementos clave:

  • Tipos de cambio fijos: Los países miembros acordaron mantener el valor de sus monedas dentro de un estrecho margen frente al oro y al dólar estadounidense, que servía como moneda de reserva internacional. Esta estabilidad de los tipos de cambio pretendía facilitar el comercio y la inversión internacionales.
  • La creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF, actualmente parte del Grupo del Banco Mundial): Estas instituciones tenían por misión apoyar la reconstrucción económica, proporcionar ayuda financiera a los países en dificultades y promover la cooperación económica internacional.
  • Liberalización progresiva del comercio: Se animó a los países miembros a reducir las barreras comerciales y promover el libre comercio. La idea era que un mayor comercio internacional fomentaría el crecimiento económico, el empleo y la prosperidad, contribuyendo así a evitar el auge del totalitarismo y la repetición de los errores del pasado.

El sistema de Bretton Woods desempeñó un papel crucial en la reconstrucción de posguerra y el crecimiento económico mundial durante varias décadas. Sin embargo, se abandonó definitivamente en los años setenta debido a diversos factores, como el fin de la convertibilidad del dólar estadounidense en oro y la aparición de nuevos retos económicos mundiales. No obstante, el legado del sistema de Bretton Woods sigue influyendo hoy en día en la gobernanza económica internacional, sobre todo a través de las instituciones que ayudó a crear, como el FMI y el Banco Mundial.

El sistema de Bretton Woods estuvo influido en gran medida por Estados Unidos debido a su posición económica y política dominante en aquel momento. Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era la primera potencia económica mundial y poseía la mayoría de las reservas mundiales de oro. Además, su economía y sus infraestructuras estaban prácticamente intactas, a diferencia de las de Europa y Asia, que habían quedado devastadas por la guerra. Esto permitió a Estados Unidos imponer su visión de la liberalización total de la economía mundial. El sistema de Bretton Woods se construyó en torno a la idea del libre comercio, la estabilidad monetaria y la cooperación económica internacional. Estados Unidos desempeñó un papel central en la creación de las instituciones clave del sistema, como el FMI y el Banco Mundial, y utilizó su influencia para promover sus objetivos económicos. El establecimiento del sistema de Bretton Woods fue en gran medida beneficioso para Estados Unidos, que pudo utilizar su posición dominante para configurar el orden económico mundial en su propio interés. El sistema contribuyó al crecimiento del comercio internacional y a la reconstrucción de las economías europea y asiática, lo que reforzó los lazos económicos entre Estados Unidos y estas regiones y permitió a las empresas estadounidenses acceder a nuevos mercados.

De hecho, la cuestión económica fue fundamental para la reorganización del sistema internacional de posguerra, y el sistema de Bretton Woods desempeñó un papel crucial en este sentido. Aunque el sistema de Bretton Woods no forma parte integrante de la ONU, es innegable que ambos sistemas estaban estrechamente vinculados y que su establecimiento conjunto fue esencial para configurar el nuevo orden mundial tras la Segunda Guerra Mundial. El sistema de Bretton Woods, al crear instituciones clave como el FMI y el Banco Mundial, facilitó la reconstrucción de las economías devastadas por la guerra y promovió la cooperación económica internacional. El sistema también promovió la estabilidad monetaria y el libre comercio, creando un entorno económico propicio para el crecimiento y la prosperidad. Al mismo tiempo, la ONU se creó para promover la paz, la seguridad y la cooperación internacional en muchas áreas, incluidas las cuestiones económicas y sociales. Los objetivos de la ONU eran complementarios a los del sistema de Bretton Woods, ya que un entorno económico estable y próspero es esencial para mantener la paz y la seguridad internacionales.

Le système de l’ONU

Le système de l'ONU est né avec la Charte de San Francisco, signée le 26 juin 1945 par 50 pays à la Conférence des Nations Unies sur l'organisation internationale. La Charte établit les principes et la structure de l'Organisation des Nations Unies, dont l'objectif principal est de maintenir la paix et la sécurité internationales et de favoriser la coopération internationale dans divers domaines, tels que les questions économiques, sociales, culturelles et humanitaires. La Société des Nations, créée en 1920 après la Première Guerre mondiale, avait des objectifs similaires, notamment l'universalisme et l'idée de sécurité collective. Cependant, elle n'a pas réussi à prévenir la montée des régimes totalitaires et la Seconde Guerre mondiale, ce qui a conduit à sa dissolution et au transfert de ses responsabilités à l'ONU. La dernière Assemblée de la Société des Nations s'est tenue en avril 1946, au cours de laquelle elle a officiellement mis fin à son existence et transféré ses actifs, attributions et principes à l'ONU. La nouvelle organisation a alors hérité de nombreuses fonctions et structures de la Société des Nations, mais a également apporté des changements significatifs pour éviter les erreurs et les faiblesses de son prédécesseur. Ainsi, l'ONU a été conçue pour être plus inclusive et représentative, avec une structure qui inclut les grandes puissances dans les prises de décisions essentielles, comme le Conseil de sécurité. De plus, l'ONU a élargi son champ d'action en incluant des questions économiques et sociales, en créant des agences spécialisées et en mettant en place un système de coopération plus étroit avec les organisations régionales.

La création de l'ONU en 1945 s'inscrit dans la continuité de certaines idées et principes de la Société des Nations, avec l'objectif commun de maintenir la paix et la sécurité internationales. Cependant, l'ONU a également introduit des changements significatifs pour surmonter les faiblesses et les lacunes de la Société des Nations et éviter de répéter ses erreurs.

Parmi ces changements, on peut citer :

  • Une structure plus inclusive et représentative : Contrairement à la Société des Nations, l'ONU a été conçue pour être plus ouverte et inclure un plus grand nombre d'États, y compris les grandes puissances, qui jouent un rôle central dans les prises de décision essentielles, notamment au sein du Conseil de sécurité.
  • Un champ d'action élargi : L'ONU a étendu sa portée au-delà de la simple sécurité internationale pour inclure des questions économiques et sociales. Elle a créé des agences spécialisées pour traiter de ces problèmes et favoriser la coopération et le développement dans divers domaines.
  • Une coopération renforcée avec les organisations régionales : L'ONU a cherché à établir des liens plus étroits avec les organisations régionales pour aborder les questions de paix et de sécurité et promouvoir la coopération à différents niveaux.
  • Un engagement plus fort envers les droits de l'homme : L'ONU a également mis un accent plus fort sur la promotion et la protection des droits de l'homme, en adoptant la Déclaration universelle des droits de l'homme en 1948 et en mettant en place des mécanismes pour surveiller et traiter les violations des droits de l'homme.

Bien que l'ONU repose sur certains des mêmes principes et idées que la Société des Nations, elle a également introduit des changements importants pour répondre aux défis du monde de l'après-guerre et éviter les échecs de son prédécesseur. Par conséquent, il est possible de considérer la création de l'ONU comme une rupture partielle, mais également comme une évolution et un renouvellement du système international.

L'ONU a été conçue et élaborée pendant la Seconde Guerre mondiale pour répondre aux besoins de l'après-guerre et créer un système international plus efficace et complet. Ses fondateurs ont tiré des enseignements des échecs de la Société des Nations et ont cherché à mettre en place une organisation plus inclusive, représentative et mieux structurée pour relever les défis du monde de l'après-guerre. L'ONU est constituée de plusieurs organes principaux, dont l'Assemblée générale, le Conseil de sécurité, le Conseil économique et social, la Cour internationale de justice et le Secrétariat. Ces organes ont chacun des responsabilités spécifiques et des mandats définis dans la Charte des Nations Unies, qui est le document fondateur de l'organisation. De plus, l'ONU a également créé un certain nombre d'agences spécialisées et de programmes pour traiter des questions spécifiques, comme l'éducation (UNESCO), la santé (OMS), le développement économique (PNUD), les réfugiés (HCR) et bien d'autres. Ces organisations travaillent en étroite collaboration avec les gouvernements, les organisations non gouvernementales et d'autres parties prenantes pour relever des défis mondiaux complexes et interdépendants. Ainsi, l'ONU représente un système international complet, couvrant un large éventail de questions et de préoccupations, et s'efforçant de promouvoir la paix, la sécurité, le développement et les droits de l'homme à travers le monde.

Le niveau politique

L'ONU fonctionne à travers un maillage complexe d'organisations et de niveaux. Le niveau politique est représenté principalement par l'Assemblée générale et le Conseil de sécurité.

L'Assemblée générale est le forum où tous les États membres sont représentés et où chacun a une voix. Son objectif principal est de favoriser l'universalité et l'inclusion. L'Assemblée générale discute et vote sur diverses questions, et ses résolutions sont adoptées à la majorité. Cela contraste avec la Société des Nations, où les résolutions devaient être adoptées à l'unanimité.

Le Conseil de sécurité est un organe plus restreint et plus puissant, composé de 15 membres, dont cinq membres permanents (États-Unis, Russie, Chine, Royaume-Uni et France) et dix membres non permanents élus pour un mandat de deux ans. Les cinq membres permanents ont le droit de veto, ce qui leur donne la possibilité de bloquer toute résolution qu'ils jugent contraire à leurs intérêts. Cette structure était conçue pour permettre au Conseil de sécurité de fonctionner plus efficacement et pour maintenir la paix et la sécurité internationales.

La coexistence de l'Assemblée générale et du Conseil de sécurité illustre les tensions inhérentes au fonctionnement de l'ONU. L'Assemblée générale représente le principe d'universalité et d'égalité souveraine, tandis que le Conseil de sécurité reflète le pouvoir des grandes puissances et leur rôle dans le maintien de l'ordre mondial. Cette dualité est au cœur de l'architecture institutionnelle de l'ONU et façonne les débats et les négociations sur les questions internationales.

L'ONU repose sur deux piliers fondamentaux aux logiques différentes : l'universalisme et le réalisme politique. D'un côté, l'Assemblée générale incarne l'universalisme en donnant à chaque État membre une voix égale et en favorisant la coopération et le dialogue entre les nations. De l'autre côté, le Conseil de sécurité représente le réalisme politique, en mettant en avant le rôle des grandes puissances dans la préservation de la paix et de la sécurité internationales. Ces deux piliers peuvent parfois entrer en conflit en raison de la contradiction entre l'idéal d'égalité souveraine de tous les États membres et la réalité du pouvoir disproportionné des grandes puissances, notamment les cinq membres permanents du Conseil de sécurité avec leur droit de veto. Ce conflit reflète les tensions entre les principes d'universalisme et de nationalisme, ainsi que les défis auxquels l'ONU doit faire face pour concilier ces deux approches. Malgré ces tensions, l'ONU a réussi à maintenir un certain équilibre et à jouer un rôle central dans la gouvernance mondiale. La structure de l'organisation permet une certaine flexibilité pour s'adapter aux réalités géopolitiques changeantes, tout en maintenant un cadre de coopération multilatérale et de promotion des valeurs universelles. Toutefois, il est crucial pour l'ONU de continuer à travailler sur la réforme institutionnelle et l'adaptation aux défis émergents pour rester pertinente et efficace dans la résolution des problèmes mondiaux.

L'universalisme est un principe qui prône l'égalité et l'inclusion de tous les États dans les institutions et les processus internationaux, indépendamment de leur taille, de leur richesse ou de leur influence. Il est apparu à la fin du XIXe siècle et a été intégré dans le système international en tant que pilier fondamental, notamment avec la création de la Société des Nations et plus tard de l'Organisation des Nations Unies. Le nationalisme, quant à lui, est un principe qui met l'accent sur la souveraineté et l'indépendance des États-nations. Il valorise la défense des intérêts nationaux et la préservation de l'identité culturelle et politique de chaque pays.

Les tensions entre l'universalisme et le nationalisme ont été une source majeure de dysfonctionnement et de conflits dans le système international. Les défis posés par ces deux principes directeurs incluent notamment :

  • La contradiction entre l'égalité souveraine des États et le pouvoir disproportionné des grandes puissances, comme illustré par le système du Conseil de sécurité de l'ONU.
  • La difficulté de promouvoir et de protéger les droits de l'homme et les valeurs universelles, tout en respectant la souveraineté nationale et les particularités culturelles des différents pays.
  • Les rivalités géopolitiques et les conflits d'intérêts nationaux qui entravent la coopération internationale et la résolution collective des problèmes mondiaux.

La montée du nationalisme et du populisme, qui menace le système multilatéral et les institutions internationales. Pour surmonter ces défis, il était essentiel de trouver un équilibre entre l'universalisme et le nationalisme, en promouvant la coopération et le dialogue entre les États tout en respectant leur souveraineté et leurs spécificités culturelles. De plus, il est crucial de réformer et d'adapter les institutions internationales afin de les rendre plus représentatives, démocratiques et efficaces face aux défis mondiaux.

L'architecture globale de l'Organisation des Nations Unies (ONU) a en effet été influencée par la Société des Nations (SDN), bien qu'elle présente certaines différences notables. Le Secrétariat général de l'ONU, tout comme le Secrétariat de la SDN, a pour fonction de fournir un soutien administratif et organisationnel aux autres organes de l'ONU et d'assurer la continuité de leurs travaux. Le Secrétaire général, qui est à la tête du Secrétariat général, joue un rôle central dans la coordination des activités de l'ONU et la promotion de la paix et de la coopération internationale. La principale différence entre les deux secrétariats réside dans la manière dont le Secrétaire général est élu. Dans le cas de la SDN, le Secrétaire général était nommé par le Conseil de la SDN. À l'ONU, en revanche, le Secrétaire général est nommé par l'Assemblée générale sur recommandation du Conseil de sécurité. Cela confère une légitimité plus large au Secrétaire général de l'ONU, car il est soutenu à la fois par les membres permanents du Conseil de sécurité et par la majorité des membres de l'Assemblée générale. Malgré ces différences, il est indéniable que l'ONU s'appuie sur l'héritage de la SDN, notamment en ce qui concerne les principes d'universalité et de sécurité collective. L'architecture globale de l'ONU, avec ses organes tels que l'Assemblée générale et le Conseil de sécurité, est également influencée par la structure de la SDN. Cependant, l'ONU a évolué et s'est adaptée aux réalités et aux défis du monde d'après-guerre, en mettant en place un système plus cohérent et en intégrant de nouvelles institutions spécialisées pour répondre aux questions économiques, sociales et culturelles.

Les agences spécialisées

Les agences spécialisées de l'ONU sont des organisations autonomes qui travaillent en coordination avec l'ONU pour résoudre des problèmes économiques, sociaux, culturels et humanitaires spécifiques. Ces agences sont liées à l'ONU par des accords de coopération et sont coordonnées par le Conseil économique et social (ECOSOC), l'un des six organes principaux de l'ONU. L'ECOSOC sert de forum central pour discuter des questions économiques et sociales internationales et pour formuler des recommandations politiques adressées aux États membres et au système des Nations Unies.

Parmi les agences spécialisées de l'ONU, on peut citer :

  • Organisation internationale du travail (OIT) : vise à promouvoir la justice sociale et les droits au travail dans le monde entier.
  • Organisation des Nations Unies pour l'éducation, la science et la culture (UNESCO) : a pour mission de promouvoir la collaboration internationale dans les domaines de l'éducation, de la science, de la culture et de la communication.
  • Organisation mondiale de la santé (OMS) : chargée de diriger et de coordonner les efforts internationaux pour la santé publique.
  • Banque mondiale : fournit des financements et des conseils techniques pour aider les pays en développement à réduire la pauvreté et à promouvoir une croissance économique durable.
  • Fonds monétaire international (FMI) : surveille l'économie mondiale et fournit des conseils économiques et une assistance financière aux pays membres en difficulté.

Bien que les agences spécialisées soient autonomes, elles travaillent en étroite collaboration avec l'ONU et les autres organisations du système des Nations Unies pour atteindre les objectifs communs. Elles ont hérité des fonctions des anciennes sections techniques de la Société des Nations, mais ont été réorganisées et renforcées pour répondre aux besoins du monde d'après-guerre.

Il est vrai que ces agences peuvent être considérées comme de "grosses bureaucraties" en raison de leur taille et de leur structure organisationnelle complexe. Cependant, elles jouent un rôle crucial dans la résolution de problèmes mondiaux spécifiques et la promotion de la coopération internationale dans divers domaines.

Commission, programmes et fonds

Les commissions, programmes et fonds de l'ONU sont créés pour répondre à des besoins spécifiques ou à des enjeux mondiaux particuliers. Contrairement aux agences spécialisées, qui sont des organisations autonomes avec des mandats permanents, les commissions, programmes et fonds sont souvent créés avec l'intention d'être temporaires et de disparaître une fois leurs objectifs atteints. Cependant, en pratique, beaucoup de ces entités temporaires finissent par devenir permanentes en raison de l'évolution des besoins et des problèmes mondiaux qu'elles abordent. Par conséquent, la distinction entre les agences spécialisées et ces commissions, programmes et fonds peut devenir floue.

Voici quelques exemples de commissions, programmes et fonds de l'ONU :

  • Programme des Nations Unies pour le développement (PNUD) : a pour objectif d'aider les pays à éliminer la pauvreté, à réduire les inégalités et à atteindre les objectifs de développement durable.
  • Fonds des Nations Unies pour l'enfance (UNICEF) : travaille pour améliorer la vie des enfants et des jeunes, en se concentrant sur l'éducation, la santé, la nutrition et la protection des droits de l'enfant.
  • Programme alimentaire mondial (PAM) : fournit une assistance alimentaire d'urgence et soutient les efforts de développement à long terme pour lutter contre la faim et la malnutrition.
  • Haut-Commissariat des Nations Unies pour les réfugiés (HCR) : protège et soutient les réfugiés, les personnes déplacées et les apatrides dans le monde entier.

Ces commissions, programmes et fonds sont généralement supervisés et coordonnés par l'ECOSOC, qui travaille en étroite collaboration avec les autres organes et institutions de l'ONU pour garantir une approche cohérente et coordonnée face aux problèmes mondiaux.

Le Fonds des Nations Unies pour l'enfance, également connu sous le nom d'UNICEF, a été créé en 1946 pour répondre aux besoins urgents des enfants dans les pays touchés par la Seconde Guerre mondiale. Au fil des ans, l'UNICEF a élargi son mandat pour aider les enfants dans les pays en développement et ceux confrontés à des crises humanitaires, en se concentrant sur l'éducation, la santé, la nutrition et la protection des droits de l'enfant. En raison de l'évolution des besoins mondiaux et de la reconnaissance continue de l'importance de soutenir les enfants dans les situations difficiles, l'UNICEF est devenu une organisation permanente et joue un rôle clé dans les efforts internationaux pour améliorer la vie des enfants et des jeunes partout dans le monde.

L'UNICEF travaille avec des gouvernements, des organisations non gouvernementales, des organisations internationales et d'autres partenaires pour mettre en œuvre des programmes qui soutiennent les enfants et leurs familles. Parmi les domaines d'action de l'UNICEF, on peut citer :

  • Éducation : l'UNICEF soutient l'accès à une éducation de qualité pour les enfants, en particulier les filles et les enfants vivant dans des zones touchées par des conflits ou des catastrophes naturelles.
  • Santé : l'UNICEF travaille pour réduire la mortalité infantile et améliorer la santé des enfants grâce à des interventions telles que la vaccination, la prévention et le traitement du paludisme, et la promotion de l'allaitement maternel.
  • Nutrition : l'UNICEF lutte contre la malnutrition, en mettant l'accent sur la prévention et le traitement de la malnutrition aiguë sévère et la promotion d'une alimentation adéquate pour les enfants.
  • Protection de l'enfance : l'UNICEF œuvre pour protéger les enfants contre la violence, l'exploitation, les abus et la négligence, et pour promouvoir les droits de l'enfant dans le cadre de la Convention relative aux droits de l'enfant.

L'UNICEF est financé par des contributions volontaires des gouvernements, des organisations non gouvernementales, des entreprises et des particuliers. Il continue de jouer un rôle essentiel dans la promotion du bien-être des enfants dans le monde entier.

Le Programme alimentaire mondial (PAM) est une organisation humanitaire créée en 1961 et gérée par l'ECOSOC. Son objectif principal est de lutter contre la faim et la malnutrition, en particulier dans les pays en développement et ceux touchés par des conflits ou des catastrophes naturelles. Le PAM travaille en étroite collaboration avec d'autres organisations des Nations Unies, dont le Programme des Nations Unies pour le développement (PNUD). Cependant, malgré la volonté de coordonner les efforts et de travailler ensemble, les organisations et les programmes des Nations Unies peuvent parfois rencontrer des difficultés sur le terrain en raison de la confusion et des rivalités entre eux. Ces problèmes peuvent être attribués à divers facteurs, tels que :

  • Chevauchement des mandats : Les organisations et les programmes peuvent avoir des objectifs similaires, ce qui entraîne un chevauchement des efforts et des compétitions pour les ressources et l'attention.
  • Manque de communication : Les organisations et les programmes peuvent ne pas communiquer efficacement entre eux, ce qui peut entraîner une mauvaise coordination et un gaspillage des ressources.
  • Différences culturelles et organisationnelles : Les organisations et les programmes peuvent avoir des approches et des méthodes de travail différentes, ce qui peut entraîner des malentendus et des tensions.

Le Programme des Nations Unies pour l'environnement (PNUE) a été créé en 1972 lors de la Conférence des Nations Unies sur l'environnement humain à Stockholm. Il est le principal organisme des Nations Unies chargé de promouvoir la protection de l'environnement et le développement durable à travers le monde. Le PNUE travaille en étroite collaboration avec diverses organisations gouvernementales et non gouvernementales, ainsi qu'avec d'autres agences des Nations Unies et des partenaires internationaux pour aborder les défis environnementaux mondiaux et locaux.

Cependant, la coordination entre le PNUE et ces organisations peut parfois poser des problèmes en raison de plusieurs facteurs, tels que :

  • Chevauchement des mandats et des compétences : Le PNUE et les autres organisations partenaires peuvent avoir des objectifs similaires ou complémentaires, ce qui peut entraîner un chevauchement des efforts et des compétitions pour les ressources et l'attention.
  • Manque de communication et de partage d'informations : Les organisations impliquées peuvent ne pas communiquer efficacement entre elles, ce qui peut entraîner une mauvaise coordination et un gaspillage des ressources.
  • Différences culturelles, organisationnelles et politiques : Les organisations partenaires peuvent avoir des approches et des méthodes de travail différentes, ainsi que des priorités politiques distinctes, ce qui peut entraîner des tensions et des difficultés à travailler ensemble.

Les organisations liées

Les organisations liées sont des organisations qui font partie du système des Nations Unies mais ne sont pas directement subordonnées à l'ECOSOC. La Cour internationale de justice (CIJ) en est un exemple. Créée en 1946, la CIJ est l'organe judiciaire principal des Nations Unies et a pour mission de régler les différends juridiques entre les États membres et de donner des avis consultatifs sur les questions juridiques soumises par les organes de l'ONU et les agences spécialisées autorisées à le faire.

Les juges de la CIJ sont élus par l'Assemblée générale et le Conseil de sécurité des Nations Unies pour un mandat de neuf ans. La CIJ est basée à La Haye, aux Pays-Bas, et est composée de 15 juges représentant les principales formes de civilisation et les principaux systèmes juridiques du monde.

Depuis sa création, la CIJ a traité de nombreux litiges internationaux, en particulier des litiges frontaliers. Voici quelques exemples de cas qu'elle a traités :

  • Affaire du détroit de Corfou (1947) : La CIJ a été saisie d'un différend entre l'Albanie et le Royaume-Uni concernant la responsabilité de l'Albanie pour le minage du détroit de Corfou et les dommages causés aux navires britanniques. La Cour a jugé que l'Albanie était responsable et devait indemniser le Royaume-Uni pour les dommages causés.
  • Affaire relative à la frontière terrestre et maritime entre le Cameroun et le Nigeria (1994) : La CIJ a été saisie d'un différend concernant la délimitation de la frontière terrestre et maritime entre le Cameroun et le Nigeria, notamment dans la péninsule de Bakassi, une région riche en ressources naturelles. En 2002, la Cour a rendu un arrêt en faveur du Cameroun, attribuant la souveraineté sur la péninsule de Bakassi au Cameroun et délimitant la frontière terrestre et maritime entre les deux pays.

Ces affaires montrent l'importance de la CIJ en tant qu'institution internationale chargée de résoudre les différends entre les États membres de l'ONU et de contribuer à la paix et à la stabilité internationales.

Les tribunaux pénaux internationaux ad hoc, tels que le Tribunal pénal international pour l'ex-Yougoslavie (TPIY) et le Tribunal pénal international pour le Rwanda (TPIR), ont été créés par le Conseil de sécurité de l'ONU dans les années 1990 pour juger les personnes responsables de violations graves du droit international humanitaire, y compris les génocides, les crimes contre l'humanité et les crimes de guerre. Ces tribunaux ont été établis spécifiquement pour répondre aux situations de conflit dans ces régions et ont une durée limitée.

Bien qu'ils fassent partie du système de l'ONU, ces tribunaux ad hoc sont en effet autonomes dans leur fonctionnement et leur prise de décision. Ils ont leur propre personnel, leurs propres juges et leurs propres règles de procédure et de preuve. Leur objectif principal est de contribuer à la restauration de la paix et de la sécurité internationales en mettant fin à l'impunité pour les crimes les plus graves commis lors de ces conflits.

Ces tribunaux ad hoc sont distincts de la Cour pénale internationale (CPI), qui est une institution permanente et indépendante chargée d'enquêter sur les crimes les plus graves commis partout dans le monde et qui n'est pas formellement liée à l'ONU, bien qu'elle coopère étroitement avec l'organisation.

Les organisations non gouvernementales

Les organisations non gouvernementales (ONG) jouent un rôle essentiel dans le système des Nations Unies, en complétant et en soutenant les efforts des gouvernements et des organisations intergouvernementales pour résoudre les problèmes mondiaux. Les ONG apportent leur expertise, leurs ressources et leurs réseaux à l'ONU, et en retour, l'ONU leur offre un forum pour exprimer leurs préoccupations et collaborer avec d'autres acteurs de la société civile et des gouvernements.

Dans le cadre de l'ONU, les ONG peuvent obtenir le statut consultatif auprès de l'ECOSOC (Conseil économique et social des Nations Unies), ce qui leur permet de participer aux délibérations et aux travaux de l'organisation. Les ONG ayant ce statut peuvent assister aux réunions, soumettre des déclarations écrites, organiser des événements parallèles et collaborer avec les gouvernements et d'autres acteurs sur les questions qui les concernent.

La relation entre les ONG et l'ONU est ainsi plus formalisée et intégrée que celle entre les ONG et la Société des Nations, laquelle avait déjà reconnu l'importance des ONG dans la promotion de la paix et de la coopération internationale. L'institutionnalisation des ONG dans le cadre de l'ONU a permis de renforcer leur rôle et leur impact dans la résolution des défis mondiaux, allant de la protection des droits de l'homme à la lutte contre la pauvreté et le changement climatique.

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ors de la Conférence de San Francisco en 1945, la participation des acteurs non gouvernementaux aux négociations et à l'Assemblée générale a été reconnue comme un élément important pour assurer une collaboration efficace et inclusive au sein de l'ONU. La Charte des Nations Unies a donc prévu la création d'un statut consultatif pour les ONG, leur permettant de contribuer à l'élaboration des politiques et des programmes de l'organisation.

La Conférence des organisations non gouvernementales en 1948 a marqué une étape importante dans l'intégration des ONG au processus des Nations Unies, en reconnaissant leur rôle crucial dans la promotion de la paix, du développement et des droits de l'homme. Depuis lors, les ONG ont été de plus en plus associées au travail de l'ONU, tant au niveau de la formulation des politiques qu'à la mise en œuvre des projets sur le terrain.

En 1996, le statut des ONG au sein de l'ONU a été réformé pour tenir compte de l'évolution du nombre et de la nature des ONG, ainsi que de leur rôle croissant dans les affaires internationales. Cette réforme a renforcé la capacité des ONG à participer aux processus de décision et à travailler en partenariat avec les agences de l'ONU et les gouvernements.

La coopération entre les ONG et les agences de l'ONU sur le terrain est essentielle pour assurer une mise en œuvre efficace et durable des programmes et des projets. Les ONG apportent leur expertise, leurs ressources et leurs réseaux locaux, ce qui permet aux agences de l'ONU d'adapter leurs interventions aux besoins spécifiques des populations concernées et de renforcer l'impact de leur action.

Le statut consultatif des ONG au sein de l'ONU peut être perçu de différentes manières. D'un côté, il peut être considéré comme une reconnaissance et une valorisation du rôle des ONG dans les affaires internationales. En leur accordant un statut consultatif, l'ONU reconnaît l'expertise, les connaissances et les compétences spécifiques des ONG, et leur permet de contribuer à l'élaboration des politiques et des programmes de l'organisation. Cela peut également renforcer la légitimité et la crédibilité des ONG, en les intégrant dans un cadre international reconnu.

D'un autre côté, le statut consultatif peut être perçu comme un moyen de contrôler les ONG et de limiter leur autonomie. En obligeant les ONG à se conformer aux règles et aux procédures de l'ONU, et en les intégrant dans l'organigramme général de l'organisation, le statut consultatif peut restreindre la liberté d'action des ONG et les empêcher de défendre pleinement leurs objectifs et leurs principes. Il est possible que certaines ONG considèrent le statut consultatif comme une mise sous tutelle, qui les oblige à adapter leurs activités et leurs priorités en fonction des exigences de l'ONU.

La question de savoir si le statut consultatif est une reconnaissance ou un moyen de contrôler les ONG dépend en grande partie de la manière dont les ONG et l'ONU interagissent et collaborent dans la pratique. Il est important de trouver un équilibre entre la reconnaissance du rôle des ONG et le respect de leur autonomie, tout en assurant une coopération efficace et transparente avec les agences de l'ONU.

Concernant la structure de l'ONU, il est vrai qu'elle est plus complexe que celle de la Société des Nations. Cela s'explique en partie par la volonté d'intégrer un plus grand nombre d'acteurs et de domaines d'action, ainsi que par la nécessité de répondre aux défis mondiaux toujours plus nombreux et diversifiés. Cette complexité peut à la fois être une force et un défi pour l'ONU, car elle permet une action plus complète et cohérente, mais elle peut également entraîner des difficultés de coordination et de communication entre les différentes entités de l'organisation.

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