Modification de La perspectiva comunitaria
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Hablamos de la cuestión de la diferencia entre una posición "universalista" y una posición más "contextualista". De hecho, por un lado tenemos teorías ideales y teorías que tienen más en cuenta las especificidades de los casos. Mencionamos a Rawls como uno de los proponentes de la teoría ideal, aunque esto no sea completamente cierto. Cuando [[La teoría igualitaria de John Rawls sobre la justicia distributiva|Rawls]] habla de equilibrio reflexivo, se refiere al momento metodológico general de su posición filosófica.<ref>Daniels, Norman, "[https://plato.stanford.edu/archives/fall2018/entries/reflective-equilibrium/ Reflective Equilibrium]", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2018 Edition), Edward N. Zalta (ed.)</ref> Hay dos momentos metodológicos que son el equilibrio reflexivo que es un poco la postura moral epistemológica que adopta y la posición original que son las herramientas metodológicas que utiliza para dar sentido a su teoría de la justicia. En su epistemología moral, este equilibrio reflexivo ocupa un lugar fundamental. Es un ir y venir entre los principios generales abstractos y las situaciones concretas a las que se enfrenta el individuo. Para Rawls, la determinación del principio correcto de la teoría correcta puede tener lugar en el momento en que este ir y venir entre la intuición y la teoría general nos permite detenernos y encontrar una posición que pueda ser construida y defendida analíticamente. Esto significa que Rawls no está ciego al contexto si por contexto nos referimos a las intuiciones de los individuos. Estas personas tienen intuiciones en contextos o situaciones particulares aunque sean ficticias. | Hablamos de la cuestión de la diferencia entre una posición "universalista" y una posición más "contextualista". De hecho, por un lado tenemos teorías ideales y teorías que tienen más en cuenta las especificidades de los casos. Mencionamos a Rawls como uno de los proponentes de la teoría ideal, aunque esto no sea completamente cierto. Cuando [[La teoría igualitaria de John Rawls sobre la justicia distributiva|Rawls]] habla de equilibrio reflexivo, se refiere al momento metodológico general de su posición filosófica.<ref>Daniels, Norman, "[https://plato.stanford.edu/archives/fall2018/entries/reflective-equilibrium/ Reflective Equilibrium]", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2018 Edition), Edward N. Zalta (ed.)</ref> Hay dos momentos metodológicos que son el equilibrio reflexivo que es un poco la postura moral epistemológica que adopta y la posición original que son las herramientas metodológicas que utiliza para dar sentido a su teoría de la justicia. En su epistemología moral, este equilibrio reflexivo ocupa un lugar fundamental. Es un ir y venir entre los principios generales abstractos y las situaciones concretas a las que se enfrenta el individuo. Para Rawls, la determinación del principio correcto de la teoría correcta puede tener lugar en el momento en que este ir y venir entre la intuición y la teoría general nos permite detenernos y encontrar una posición que pueda ser construida y defendida analíticamente. Esto significa que Rawls no está ciego al contexto si por contexto nos referimos a las intuiciones de los individuos. Estas personas tienen intuiciones en contextos o situaciones particulares aunque sean ficticias. | ||
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Walzer también tiene una fuerte crítica democrática.<ref>Galston, W. A. (1989). Community, Democracy, Philosophy. Political Theory, 17(1), 119–130. https://doi.org/10.1177/0090591789017001009</ref> Ha escrito textos en los que afirma, por ejemplo, la prioridad de la democracia sobre la política y la filosofía.<ref>Walzer, Michael. "[https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/009059178100900307 Philosophy and democracy]." Political theory 9.3 (1981): 379-399.</ref><ref>Walzer, M. (2008). On Promoting Democracy. Ethics & International Affairs, 22(4), 351–355. https://doi.org/10.1111/j.1747-7093.2008.00170.x</ref><ref>Apperley, A. (2001). Philosophy, Democracy and Tyranny: Michael Walzer and Political Philosophy. The European Legacy, 6(1), 7–23. https://doi.org/10.1080/10848770124180</ref> Para él, este tipo de modelos en los que los filósofos asumen el derecho de explicar qué es la democracia, cómo debería funcionar, es una aporía. Según Walzer, es democráticamente que debemos tener éxito en decidir los valores compartidos que nos caracterizan. Esto no significa que no se amplíen, ni que estos valores compartidos no contengan formas de lo universal, porque hay toda una dosis de lo universal en todo un número de culturas particulares, pero por otra parte no corresponde a los filósofos decidir lo que queremos hacer. Depende de nosotros decidir lo que queremos y luego tenemos que justificarlo para que sea aceptable incluso en otras formas culturales. | Walzer también tiene una fuerte crítica democrática.<ref>Galston, W. A. (1989). Community, Democracy, Philosophy. Political Theory, 17(1), 119–130. https://doi.org/10.1177/0090591789017001009</ref> Ha escrito textos en los que afirma, por ejemplo, la prioridad de la democracia sobre la política y la filosofía.<ref>Walzer, Michael. "[https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/009059178100900307 Philosophy and democracy]." Political theory 9.3 (1981): 379-399.</ref><ref>Walzer, M. (2008). On Promoting Democracy. Ethics & International Affairs, 22(4), 351–355. https://doi.org/10.1111/j.1747-7093.2008.00170.x</ref><ref>Apperley, A. (2001). Philosophy, Democracy and Tyranny: Michael Walzer and Political Philosophy. The European Legacy, 6(1), 7–23. https://doi.org/10.1080/10848770124180</ref> Para él, este tipo de modelos en los que los filósofos asumen el derecho de explicar qué es la democracia, cómo debería funcionar, es una aporía. Según Walzer, es democráticamente que debemos tener éxito en decidir los valores compartidos que nos caracterizan. Esto no significa que no se amplíen, ni que estos valores compartidos no contengan formas de lo universal, porque hay toda una dosis de lo universal en todo un número de culturas particulares, pero por otra parte no corresponde a los filósofos decidir lo que queremos hacer. Depende de nosotros decidir lo que queremos y luego tenemos que justificarlo para que sea aceptable incluso en otras formas culturales. | ||
Malgré ces réserves et ces éléments, il est clair qu’il reste un certain nombre de problèmes dans ce genre d’approche qu’il est possible d’imaginer comme le caractère excessivement conservateur aux vues de tout un tas de critères et de progrès moral. La question qui reste entière est de savoir si peut-on faire l’objet de critiques si on est enchâssé, si on est constitué par les valeurs d’une communauté. On retrouve les questions ethnocentriques. Une autre question est de savoir la marge de critique que nous avons si nous partons de l’idée que nos significations sont produites au détriment ou indépendamment de nous. Est-ce que ce manque d’universalisme, d’égalité complexe et de non-domination est quelque chose qui au fond n’a pas d’assise et de véritable portée. Une question suscitée est de savoir si Walzer, au fond, n’arrive pas à justifier l’injustifiable au nom des valeurs communes même si ces valeurs communes sont mauvaises pour tout un tas de raisons. | |||
Walzer, depuis les sphères de justice, a publié de nombreux ouvrages et notamment en 1994 « 'Thick and Thin. Moral argument at Home and Abroad », où il montre que son approche lui permet de penser une espèce de dénominateur commun de base qui pourrait être partagé par toute communauté sociale et politique même s’il diverge concernant les valeurs substantielles qu’il se donne. Il a toute une réflexion sur ce sujet et a beaucoup travaillé sur la question de l’universalisme en prenant en question la parabole des juifs. En ce sens, il a produit toute une analyse en montrant que derrière le voyage de Moïse, il y avait une dimension très particulière qui relevait de cette histoire spécifique, mais que cette parabole particulière contient un universel qui s’est par la suite réitéré dans des pratiques jusqu’à maintenant. Pour Walzer, si on croit en des valeurs universelles, c’est parce qu’il y a eu des contextes culturels qui les ont produits, transposés et permis de nous convaincre qu’ils ne sont pas si mauvais. Walzer ne croit pas à un point de vue moral extérieur qui s’agirait de connaître afin que l’on devienne plus moral. Tout ce que nous avons au niveau moral vient de nous et de nos sociétés et de leur critique interne et de leur travail historique et social. Par ces arguments, il essaie de sortir de cette posture excessivement conservatrice. Selon les critères européens, Walzer serait un social-démocrate, mais philosophiquement, on pourrait imaginer qu’il est assez conservateur. | |||
= L’importance théorique du débat entre libéraux et communautariens = | |||
Le débat entre libéraux et communautariens est un débat important qui a quand même structuré des options de la théorie politique à partir des années 1980 et 1990. Aujourd’hui, ce débat s’est un peu estompé, à savoir que les maitres à penser de ce débat sont partis de l’idée que quelque part, d’un point de vue strictement philosophique et métaéthique, les choses sont posées, la querelle est plus ou moins réglée. Par contre, où le débat a acquis un nouveau souffle même s’il n’est pas nécessairement mentionné est par rapport à des analyses de théorie politique beaucoup plus impliquées. Avec le cas de la théorie du multiculturalisme, il est possible de voir comment ce débat se redéploie différemment avec plus ou moins de généalogie avec le débat entre libéraux et communautariens. | |||
En tout cas, cette distinction, cette querelle, permet tout de même de proposer tout un regard assez différent sur tout un tas de catégories que l’on retrouve dans toute théorie politique contemporaine tel que les droits, le bien commun, la communauté politique, l’identité, l’intégration, l’obligation, la justice, la citoyenneté ou encore le multiculturalisme. Toutes ces catégories sont pensées de manière différente que l’on soit libéral ou communautarien. Jamais, en théorie politique, il y a une distinction binaire entre A et B. Rawls, du reste, dans « Le libéralisme politique » publié en 1993, a fait beaucoup de concessions aux communautariens parce qu’il avait dit que l’un des aspects de la morale publique qu’il défendait venait des intuitions démocratiques. Cela était une manière d’ancrer sa conception de la raison publique de la justice politique dans quelque chose qui est un produit historique contingent qu’est la démocratie. Pour certains, ceci a déjà était une concession excessive que Rawls aurait fait justement à la critique communautarienne. Beaucoup de rawlsiens universalistes se sont indignés avec tout un tas de querelles internes. Certains ont essayé de défendre Rawls contre lui-même et les dérives communautariennes. La polémique est encore ouverte, mais elle se fait plutôt sur des enjeux concrets tels que les enjeux de justice globale ou de multiculturalisme. Walzer a également beaucoup écrit sur la guerre juste. C’est au niveau de l’application à des thèmes spécifiques que le débat fait sens aujourd’hui et moins par rapport aux grandes envolées philosophiques tels que la nature de l’homme et son ontologie. | |||
= Un aspect crucial de l’apport des communautariens = | |||
Quoi que l’on pense de la pertinence de ce débat et notamment de la pertinence de la position communautarienne, il y a eu un avant et un après qui est important. Cet avant et cet après concerne l’apparition dans le radar de la théorie politique contemporaine de la question de l’identité. Cette question était occultée de la vision libérale égalitariste rawlsienne parce que cette idée d’identité était considérée comme rentrant dans la sphère privée. Une théorie de la justice basée sur une conception de la neutralité éthique n’avait pas à se prononcer sur les questions d’identités qui étaient conçues comme étant par définition dépendantes des choix des gens. Il ne fallait pas les traiter par rapport à une théorie de la justice, en fait, elles n’avaient rien à voir avec la théorie de la justice. Au contraire, pour les libéraux, la justice impliquait qu’on ne pense pas à ces identités, qu’on ne leur donne pas une relevance. Le concept d’impartialité, le concept d’égalité de traitement ou d’égalité d’opportunité dans la vulgate libérale, une forme de la corporéité ou intellectuelle de l’individu, n’a pas une incidence particulière sur un travail. | |||
Quelque part, le libéralisme avait réglé intellectuellement, politiquement et philosophiquement la question de la différence identitaire en disant qu’une bonne théorie de la justice ne peut pas s’occuper d’identité. Pour Rawls, il faut donner la liberté à tout le monde de poursuivre sa propre identité et sa propre conception du bien dans sa sphère privée. La seule égalisation que nous pouvons avoir est d’être tous traitée comme des humains, ce qui veut dire que nous portons des droits comme des humains à un niveau fondamental. Il y a un certain nombre de droits qui couvrent tout le monde, mais il y a aussi des formes d’appartenances identitaires qui raisonnent avec la citoyenneté qui est le lien qui nous unit à l’État et dans ce lien, il y a une dimension identitaire. Les communautariens, par les différentes théories de l’identité narrative, partent de l’idée que l’identité n’est rien d’autre qu’une interprétation narrative historique de qui sommes-nous. Nous serions ce que notre interprétation historique nous dit d’être. | |||
= Anexos = | = Anexos = |