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|[[Teorías de las relaciones internacionales]]  
|[[Teorías de las relaciones internacionales]]  
|[[Descifrando la teoría de las relaciones internacionales: Teorías y su impacto]] ● [[Realismo clásico: fundamentos y pensadores clave]] ● [[Realismo estructural: Dinámica del poder en un mundo sin Estados]] ● [[Liberalismo: La búsqueda de la paz y la cooperación]] ● [[Neoliberalismo: Interdependencia compleja y gobernanza global]] ● [[La escuela inglesa de relaciones internacionales]] ● [[Constructivismo: Estructuras sociales y relaciones internacionales]] ● [[Teoría crítica: desafiando los paradigmas dominantes]] ● [[Identidad, cultura y religión: configuración de las interacciones globales]]
|[[Descifrando la teoría de las relaciones internacionales: Teorías y su impacto]] ● [[El realismo clásico y sus implicaciones en la geopolítica moderna]] ● [[Realismo estructural en el mundo moderno: Comprender el poder y la estrategia]] ● [[Teorías liberales en acción: Perspectivas kantianas sobre la política mundial]] ● [[Neoliberalismo: Interdependencia compleja y gobernanza global]] ● [[La escuela inglesa de relaciones internacionales]] ● [[Constructivismo: Estructuras sociales y relaciones internacionales]] ● [[Teoría crítica: desafiando los paradigmas dominantes]] ● [[Identidad, cultura y religión: configuración de las interacciones globales]]
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En resumen, las relaciones internacionales son un campo amplio que trata de comprender y explicar el complejo entramado de las interacciones mundiales. Examina acontecimientos históricos, asuntos de actualidad y escenarios de predicción para el futuro, al tiempo que trata de aplicar los conocimientos académicos a los problemas del mundo real. Desde las aulas académicas, donde los académicos teorizan sobre la naturaleza de la política internacional, hasta los pasillos del poder, donde estas teorías se ponen a prueba y se aplican, las relaciones internacionales siguen siendo un área de investigación esencial para cualquiera que desee comprender o influir en el orden mundial.
En resumen, las relaciones internacionales son un campo amplio que trata de comprender y explicar el complejo entramado de las interacciones mundiales. Examina acontecimientos históricos, asuntos de actualidad y escenarios de predicción para el futuro, al tiempo que trata de aplicar los conocimientos académicos a los problemas del mundo real. Desde las aulas académicas, donde los académicos teorizan sobre la naturaleza de la política internacional, hasta los pasillos del poder, donde estas teorías se ponen a prueba y se aplican, las relaciones internacionales siguen siendo un área de investigación esencial para cualquiera que desee comprender o influir en el orden mundial.


= The Existence and Necessity of IR Theory =
= La existencia y la necesidad de la teoría de las RRII =


=== Case Study: Obama and Missiles in Europe ===
=== Estudio de caso: Obama y los misiles en Europa ===
IR theory serves as the intellectual scaffolding for understanding the complicated and interconnected world of international affairs. It exists because the realm of global interactions is vast and nuanced, and without a structured approach, the behavior of states and non-state actors can seem unpredictable and chaotic. Theories in International Relations distill these complexities into more comprehensible models and paradigms, allowing us to navigate a world filled with diverse political, economic, social, and cultural currents. The necessity of IR theory becomes evident when we consider its various applications. It equips scholars and practitioners with analytical frameworks to interpret the actions of countries and international organizations, shedding light on the underlying motives and probable outcomes of these actions. For instance, when Kenneth Waltz, a prominent figure in neorealist theory, discussed the balance of power, he provided a lens through which to view state behavior in terms of power dynamics and security concerns. Such a perspective is invaluable for policymakers who must often make decisions with significant international repercussions. Moreover, IR theory is indispensable in guiding policymaking. By predicting how states are likely to behave, theories can suggest the most effective policy responses. They can also offer insights into future trends, such as the rise of emerging powers or the impact of global economic shifts, allowing nations to prepare and adjust their strategies accordingly. The theoretical underpinnings of international relations are not just academic musings but have real-world implications, informing and sometimes cautioning against certain courses of action.


To illustrate the practical utility of IR theory, one can look at the case of missile deployment in Europe during Obama's presidency. Facing the decision of whether to continue with the planned missile defense system in Eastern Europe, the administration’s deliberations were influenced by a confluence of theoretical insights. A realist might argue for the deployment as a necessary measure for maintaining power equilibrium and deterring potential adversaries. A liberal might look at the situation differently, suggesting that strengthening international institutions and agreements could provide a more effective and less confrontational approach to security. Constructivist considerations would focus on the power of perceptions and narratives, examining how the deployment might affect the United States' identity as a global leader and its relationships with other countries, particularly Russia. Obama’s decision to revise the missile defense strategy exemplifies the influence of IR theory on real-life international policy. His administration's policy was a nuanced response that reflected an understanding of the multifaceted nature of international relations, informed by theoretical frameworks. It demonstrated a balancing act between the imperatives of national security and the desire to foster better relations with Russia and other international players.
La teoría de las RRII sirve de andamiaje intelectual para comprender el complicado e interconectado mundo de los asuntos internacionales. Existe porque el ámbito de las interacciones globales es vasto y lleno de matices, y sin un enfoque estructurado, el comportamiento de los Estados y los actores no estatales puede parecer impredecible y caótico. Las teorías de las Relaciones Internacionales destilan estas complejidades en modelos y paradigmas más comprensibles, permitiéndonos navegar por un mundo lleno de diversas corrientes políticas, económicas, sociales y culturales. La necesidad de la teoría de las RRII se hace evidente cuando consideramos sus diversas aplicaciones. Proporciona a académicos y profesionales marcos analíticos para interpretar las acciones de países y organizaciones internacionales, arrojando luz sobre los motivos subyacentes y los probables resultados de estas acciones. Por ejemplo, cuando Kenneth Waltz, figura destacada de la teoría neorrealista, analizó el equilibrio de poder, proporcionó una lente a través de la cual ver el comportamiento de los Estados en términos de dinámica de poder y preocupaciones de seguridad. Esta perspectiva es inestimable para los responsables políticos, que a menudo deben tomar decisiones con importantes repercusiones internacionales. Además, la teoría de las RRII es indispensable para orientar la formulación de políticas. Al predecir cómo es probable que se comporten los Estados, las teorías pueden sugerir las respuestas políticas más eficaces. También pueden ofrecer una visión de las tendencias futuras, como el ascenso de las potencias emergentes o el impacto de los cambios económicos mundiales, lo que permite a las naciones prepararse y ajustar sus estrategias en consecuencia. Los fundamentos teóricos de las relaciones internacionales no son meras elucubraciones académicas, sino que tienen implicaciones en el mundo real, informando y a veces desaconsejando determinadas líneas de actuación.


Events in international relations often present a multitude of challenges, one of the most significant being the difficulty in discerning the true motivations and intentions behind the actions of politicians and other political actors. This challenge stems from the complex nature of political communication and the strategic interests that nations and individuals must navigate.
Para ilustrar la utilidad práctica de la teoría de las RRII, podemos fijarnos en el caso del despliegue de misiles en Europa durante la presidencia de Obama. Ante la decisión de continuar o no con el sistema de defensa antimisiles previsto en Europa del Este, las deliberaciones de la administración se vieron influidas por una confluencia de ideas teóricas. Un realista podría defender el despliegue como una medida necesaria para mantener el equilibrio de poder y disuadir a posibles adversarios. Un liberal podría considerar la situación de forma diferente, sugiriendo que el reforzamiento de las instituciones y acuerdos internacionales podría proporcionar un enfoque de la seguridad más eficaz y menos conflictivo. Las consideraciones constructivistas se centrarían en el poder de las percepciones y las narrativas, examinando cómo el despliegue podría afectar a la identidad de Estados Unidos como líder mundial y a sus relaciones con otros países, especialmente Rusia. La decisión de Obama de revisar la estrategia de defensa antimisiles ejemplifica la influencia de la teoría de las RI en la política internacional real. La política de su administración fue una respuesta matizada que reflejaba una comprensión de la naturaleza polifacética de las relaciones internacionales, informada por marcos teóricos. Demostró un acto de equilibrio entre los imperativos de la seguridad nacional y el deseo de fomentar mejores relaciones con Rusia y otros actores internacionales.


Political actors frequently operate within a realm where their public statements and the reasons they offer for their actions may not fully align with their actual intentions or underlying motivations. This discrepancy can be due to a variety of factors, including the need to maintain a certain public image, the desire to appeal to different domestic or international audiences, or the pursuit of strategic objectives that may not be palatable if expressed openly. For example, consider the diplomatic rhetoric that often surrounds military interventions. A state might publicly justify its actions on humanitarian grounds, citing the responsibility to protect civilians from an oppressive regime. However, deeper analysis might reveal strategic interests, such as gaining influence in a geopolitically significant region or securing access to resources. Scholars like Mearsheimer, who advocate for the realist theory of international relations, suggest that the true driving forces behind state actions are often power and security interests, even when cloaked in the language of humanitarianism or international law.
Los acontecimientos en las relaciones internacionales suelen plantear multitud de retos, siendo uno de los más significativos la dificultad de discernir las verdaderas motivaciones e intenciones que subyacen a las acciones de los políticos y otros actores políticos. Este reto se deriva de la compleja naturaleza de la comunicación política y de los intereses estratégicos que las naciones y los individuos deben navegar.


=== Challenges in Events of International Relations ===
Los actores políticos operan a menudo en un ámbito en el que sus declaraciones públicas y las razones que ofrecen para sus acciones pueden no coincidir plenamente con sus verdaderas intenciones o motivaciones subyacentes. Esta discrepancia puede deberse a diversos factores, como la necesidad de mantener una determinada imagen pública, el deseo de atraer a diferentes audiencias nacionales o internacionales, o la persecución de objetivos estratégicos que pueden no ser aceptables si se expresan abiertamente. Por ejemplo, consideremos la retórica diplomática que suele rodear a las intervenciones militares. Un Estado puede justificar públicamente sus acciones por motivos humanitarios, alegando la responsabilidad de proteger a los civiles de un régimen opresor. Sin embargo, un análisis más profundo podría revelar intereses estratégicos, como ganar influencia en una región geopolíticamente importante o asegurarse el acceso a los recursos. Estudiosos como Mearsheimer, que defienden la teoría realista de las relaciones internacionales, sugieren que las verdaderas fuerzas motrices de las acciones estatales suelen ser los intereses de poder y seguridad, incluso cuando se disfrazan con el lenguaje del humanitarismo o el derecho internacional.
Another aspect contributing to the difficulty in believing politicians and understanding the 'real' reasons for social action is the practice of secrecy and confidentiality in international affairs. States often classify information about their foreign policy decisions, negotiations, and intelligence assessments, citing national security concerns. This practice can lead to a significant gap between what is known to the public and the actual factors influencing decision-making. The challenge of getting at the 'real' reasons for social action in international relations is further complicated by the multiplicity of actors and interests involved. In addition to states, there are multinational corporations, international organizations, non-governmental organizations, and other non-state actors, each with their own agendas and perspectives. This creates a dense web of interactions where true motives can be obscured by layers of complexity. This complexity necessitates a critical approach to the study of international relations, where scholars and analysts strive to look beyond surface explanations. They must consider a range of potential factors, from economic interests to political ideologies, from cultural biases to historical enmities, in order to develop a more comprehensive understanding of international events. The field of IR theory, therefore, not only serves to interpret and explain but also to question and scrutinize the narratives presented by political actors on the global stage.


In the realm of international relations, it’s a profound challenge to understand the motivations and reasons behind the actions of others, and this difficulty is compounded when we consider the complexity of our own motivations. When political actors make decisions or take actions on the international stage, they are often navigating a maze of competing interests, both personal and national, overt and covert. The intricate process of decision-making in international relations involves weighing various factors: national interest, political ideology, economic gains, personal beliefs, and ethical considerations. These factors can align or conflict with each other, creating a tapestry of motivations that are difficult to unravel. Furthermore, political actors must contend with public opinion, the influence of advisors and experts, the pressures of allies and adversaries, and the legacy of historical relationships.
=== Desafíos en los acontecimientos de las relaciones internacionales ===


The challenge of understanding these motivations is not exclusive to observers; even the actors themselves may struggle to articulate the full range of their reasons due to the subconscious influences or the confidential nature of certain information. Moreover, the reasons and motivations presented to the public are often simplified narratives that serve a particular political agenda or diplomatic strategy, masking the true complexity of the decision-making process. For example, a state leader might justify a military intervention on the grounds of protecting national security, but the decision could also be influenced by economic interests in the region, the leader’s personal desire to appear strong and decisive, or the strategic benefits of shifting regional power dynamics. The interplay between these factors makes it challenging to pinpoint a singular motivation.
Otro aspecto que contribuye a la dificultad para creer a los políticos y comprender las "verdaderas" razones de la acción social es la práctica del secreto y la confidencialidad en los asuntos internacionales. Los Estados suelen clasificar la información sobre sus decisiones de política exterior, negociaciones y evaluaciones de inteligencia, alegando motivos de seguridad nacional. Esta práctica puede dar lugar a una importante brecha entre lo que conoce el público y los factores reales que influyen en la toma de decisiones. El reto de llegar a las razones "reales" de la acción social en las relaciones internacionales se complica aún más por la multiplicidad de actores e intereses implicados. Además de los Estados, existen empresas multinacionales, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y otros agentes no estatales, cada uno con sus propias agendas y perspectivas. Esto crea una densa red de interacciones en la que los verdaderos motivos pueden quedar oscurecidos por capas de complejidad. Esta complejidad hace necesario un enfoque crítico del estudio de las relaciones internacionales, en el que académicos y analistas se esfuercen por ir más allá de las explicaciones superficiales. Deben tener en cuenta una serie de factores potenciales, desde los intereses económicos a las ideologías políticas, desde los prejuicios culturales a las enemistades históricas, con el fin de desarrollar una comprensión más completa de los acontecimientos internacionales. El campo de la teoría de las RRII, por tanto, no sólo sirve para interpretar y explicar, sino también para cuestionar y escudriñar las narrativas presentadas por los actores políticos en la escena mundial.


The observation that it’s difficult to understand our own motivations, let alone those of others, is particularly pertinent in international relations. This is where IR theory becomes invaluable, offering models and frameworks to analyze actions and behaviors systematically. Realism, liberalism, constructivism, and other IR theories each provide different methodologies for unpacking the intricate web of motivations that drive international politics. Understanding motivations in international relations, therefore, requires a multifaceted approach that considers the possible range of influences on political actors. It is a task that necessitates not only keen analytical skills but also an appreciation for the depth and complexity of human behavior and the opaque nature of political decision-making.
En el ámbito de las relaciones internacionales, es un profundo reto comprender las motivaciones y razones que subyacen a las acciones de los demás, y esta dificultad se agrava cuando consideramos la complejidad de nuestras propias motivaciones. Cuando los actores políticos toman decisiones o emprenden acciones en la escena internacional, a menudo navegan por un laberinto de intereses contrapuestos, tanto personales como nacionales, manifiestos y encubiertos. El intrincado proceso de toma de decisiones en las relaciones internacionales implica sopesar diversos factores: el interés nacional, la ideología política, los beneficios económicos, las creencias personales y las consideraciones éticas. Estos factores pueden alinearse o entrar en conflicto entre sí, creando un tapiz de motivaciones difícil de desentrañar. Además, los actores políticos deben lidiar con la opinión pública, la influencia de asesores y expertos, las presiones de aliados y adversarios y el legado de las relaciones históricas.


International relations encompass both a social and a material world, intertwining tangible resources and power dynamics with intangible beliefs, ideas, and social constructs. The material world of international relations is rooted in the physical reality that states and actors operate within. This includes geographic territories, natural resources, military assets, and economic systems—elements that are often central to realist and liberal theories of IR. For realists, the material world is the stage on which power is exercised and security is sought. States, in their quest for power and survival, measure their capabilities in material terms, such as economic wealth and military strength. The distribution of these material capabilities informs the balance of power, which is a central concern of international politics.
El reto de comprender estas motivaciones no es exclusivo de los observadores; incluso los propios actores pueden tener dificultades para articular toda la gama de sus razones debido a las influencias subconscientes o a la naturaleza confidencial de cierta información. Además, las razones y motivaciones que se presentan al público suelen ser narraciones simplificadas que sirven a un programa político o a una estrategia diplomática concretos, ocultando la verdadera complejidad del proceso de toma de decisiones. Por ejemplo, un dirigente estatal puede justificar una intervención militar por motivos de protección de la seguridad nacional, pero la decisión también puede estar influida por intereses económicos en la región, el deseo personal del dirigente de parecer fuerte y decisivo, o los beneficios estratégicos de cambiar la dinámica de poder regional. La interacción entre estos factores dificulta la identificación de una motivación concreta.


The social world of international relations, on the other hand, is composed of the ideas, identities, norms, and values that define and shape the interactions between actors. Constructivist theorists, such as Alexander Wendt, argue that the social world is every bit as real as the material one, asserting that the meanings and understandings that actors ascribe to material resources actually constitute their power and influence. For example, the value of currency, the legitimacy of political borders, and the authority of international organizations are all socially constructed and maintained through collective belief and practice. In the social world, non-material forms of power, such as culture, ideology, and legitimacy, play crucial roles. The spread of democracy, the influence of international law, and the norms of human rights are all part of the social fabric of international relations. They shape expectations, behaviors, and outcomes in the international arena. An example of the interplay between the material and social worlds can be seen in the global response to climate change.  
La observación de que es difícil comprender nuestras propias motivaciones, por no hablar de las de los demás, es especialmente pertinente en las relaciones internacionales. Es aquí donde la teoría de las RRII adquiere un valor incalculable, al ofrecer modelos y marcos para analizar sistemáticamente las acciones y los comportamientos. El realismo, el liberalismo, el constructivismo y otras teorías de las RRII ofrecen diferentes metodologías para desentrañar la intrincada red de motivaciones que impulsa la política internacional. Entender las motivaciones en las relaciones internacionales requiere, por tanto, un enfoque polifacético que tenga en cuenta el posible abanico de influencias sobre los actores políticos. Se trata de una tarea que requiere no sólo una aguda capacidad analítica, sino también una apreciación de la profundidad y complejidad del comportamiento humano y de la naturaleza opaca de la toma de decisiones políticas.


Materially, climate change is a challenge involving physical changes to the environment, requiring tangible responses such as the reduction of emissions and the transition to renewable energy sources. Socially, however, the issue is embedded in a complex network of beliefs, interests, and norms that shape policies and negotiations, such as the Paris Climate Agreement. The success of international environmental policies hinges not just on material capabilities, but also on the social willingness of states and non-state actors to cooperate and honor commitments. International relations can thus be viewed through the lens of both the material and the social. The material aspects provide the concrete foundation upon which states and actors build their power and interact, while the social aspects provide the context, meaning, and norms that guide and give significance to those interactions. Both dimensions are integral to a comprehensive understanding of how international relations function and evolve.
Las relaciones internacionales abarcan un mundo tanto social como material, en el que se entrelazan recursos tangibles y dinámicas de poder con creencias, ideas y construcciones sociales intangibles. El mundo material de las relaciones internacionales está arraigado en la realidad física en la que operan los Estados y los actores. Esto incluye los territorios geográficos, los recursos naturales, los activos militares y los sistemas económicos, elementos que suelen ser centrales en las teorías realistas y liberales de las relaciones internacionales. Para los realistas, el mundo material es el escenario en el que se ejerce el poder y se busca la seguridad. Los Estados, en su búsqueda de poder y supervivencia, miden sus capacidades en términos materiales, como la riqueza económica y la fuerza militar. La distribución de estas capacidades materiales determina el equilibrio de poder, que es una de las principales preocupaciones de la política internacional.


The link between empirical and normative theories in the context of international relations is indeed inevitable and intrinsic. Empirical theories aim to describe, explain, and predict the world as it is, based on observable and measurable phenomena. They are concerned with facts, patterns, and causal relationships. Normative theories, on the other hand, deal with the world as it ought to be. They are focused on ethical judgments, values, and the principles that should guide behavior and policy. This link is inevitable because our understanding of the world (empirical) invariably influences and shapes our judgments about how the world should be (normative), and vice versa. Empirical theories can inform normative theories by providing a reality check on what is practically achievable, ensuring that ethical principles are grounded in the realm of the possible. Conversely, normative theories can challenge and inspire empirical research by questioning existing conditions and proposing new visions for the future that empirical research can then investigate and assess. For instance, the empirical observation of the balance of power among states can lead to a normative theory about the importance of maintaining such a balance to prevent war. Similarly, the normative principle of human rights can lead to empirical research into the conditions under which human rights are most likely to be respected or violated.
El mundo social de las relaciones internacionales, por otra parte, está compuesto por las ideas, identidades, normas y valores que definen y conforman las interacciones entre los actores. Los teóricos constructivistas, como Alexander Wendt, sostienen que el mundo social es tan real como el material y afirman que los significados y las interpretaciones que los actores atribuyen a los recursos materiales constituyen en realidad su poder e influencia. Por ejemplo, el valor de la moneda, la legitimidad de las fronteras políticas y la autoridad de las organizaciones internacionales se construyen socialmente y se mantienen mediante creencias y prácticas colectivas. En el mundo social, las formas no materiales de poder, como la cultura, la ideología y la legitimidad, desempeñan papeles cruciales. La difusión de la democracia, la influencia del derecho internacional y las normas de derechos humanos forman parte del tejido social de las relaciones internacionales. Configuran las expectativas, los comportamientos y los resultados en el ámbito internacional. Un ejemplo de la interacción entre los mundos material y social puede verse en la respuesta mundial al cambio climático.


The empirical study of how international institutions work and their effects on state behavior can inform normative theories about global governance and the design of better institutions. Conversely, normative ideas about justice can inform empirical studies on the distribution of wealth and power in the international system. A concrete example of this interplay can be seen in debates over humanitarian intervention. Empirical theories might analyze past interventions to determine patterns of success and failure, which states are most likely to intervene, and under what circumstances. Normative theories would then take these findings and apply ethical reasoning to argue for or against future interventions, considering the empirical evidence of what is likely to lead to positive outcomes. Empirical research can set the parameters for normative debate by clarifying what is possible, while normative theory can broaden the scope of empirical research by questioning existing paradigms and suggesting new areas of study. The two are entwined in a continuous dialogue, each pushing the other forward. In the study and practice of international relations, recognizing and embracing the link between empirical and normative theories is essential for a holistic understanding of the field.
Materialmente, el cambio climático es un reto que implica cambios físicos en el medio ambiente y exige respuestas tangibles como la reducción de emisiones y la transición a fuentes de energía renovables. Desde el punto de vista social, sin embargo, la cuestión está inmersa en una compleja red de creencias, intereses y normas que configuran las políticas y las negociaciones, como el Acuerdo de París sobre el Clima. El éxito de las políticas medioambientales internacionales depende no solo de las capacidades materiales, sino también de la voluntad social de los Estados y los agentes no estatales de cooperar y cumplir los compromisos. Así pues, las relaciones internacionales pueden contemplarse a través de la lente tanto de lo material como de lo social. Los aspectos materiales proporcionan la base concreta sobre la que los Estados y los actores construyen su poder e interactúan, mientras que los aspectos sociales proporcionan el contexto, el significado y las normas que guían y dan sentido a esas interacciones. Ambas dimensiones forman parte integrante de una comprensión global del funcionamiento y la evolución de las relaciones internacionales.


= The Purpose and Impact of IR Theories =
El vínculo entre las teorías empíricas y normativas en el contexto de las relaciones internacionales es, de hecho, inevitable e intrínseco. Las teorías empíricas pretenden describir, explicar y predecir el mundo tal y como es, basándose en fenómenos observables y mensurables. Se ocupan de los hechos, los modelos y las relaciones causales. Las teorías normativas, por su parte, se ocupan del mundo tal y como debería ser. Se centran en los juicios éticos, los valores y los principios que deben guiar el comportamiento y la política. Este vínculo es inevitable porque nuestra comprensión del mundo (empírica) influye y moldea invariablemente nuestros juicios sobre cómo debería ser el mundo (normativa), y viceversa. Las teorías empíricas pueden informar a las teorías normativas proporcionando una comprobación de la realidad sobre lo que es factible en la práctica, garantizando que los principios éticos se basen en el ámbito de lo posible. A la inversa, las teorías normativas pueden desafiar e inspirar la investigación empírica cuestionando las condiciones existentes y proponiendo nuevas visiones de futuro que la investigación empírica puede investigar y evaluar. Por ejemplo, la observación empírica del equilibrio de poder entre los Estados puede dar lugar a una teoría normativa sobre la importancia de mantener dicho equilibrio para evitar la guerra. Del mismo modo, el principio normativo de los derechos humanos puede dar lugar a una investigación empírica sobre las condiciones en las que es más probable que se respeten o violen los derechos humanos.


=== Examining Conceptual Problems Underlying Real-World Events ===
El estudio empírico del funcionamiento de las instituciones internacionales y de sus efectos en el comportamiento de los Estados puede servir de base a teorías normativas sobre la gobernanza mundial y el diseño de mejores instituciones. A la inversa, las ideas normativas sobre la justicia pueden informar los estudios empíricos sobre la distribución de la riqueza y el poder en el sistema internacional. Un ejemplo concreto de esta interacción puede verse en los debates sobre la intervención humanitaria. Las teorías empíricas podrían analizar intervenciones pasadas para determinar patrones de éxito y fracaso, qué Estados tienen más probabilidades de intervenir y en qué circunstancias. A continuación, las teorías normativas tomarían estos resultados y aplicarían el razonamiento ético para argumentar a favor o en contra de futuras intervenciones, teniendo en cuenta las pruebas empíricas de lo que es probable que conduzca a resultados positivos. La investigación empírica puede establecer los parámetros del debate normativo aclarando lo que es posible, mientras que la teoría normativa puede ampliar el alcance de la investigación empírica cuestionando los paradigmas existentes y sugiriendo nuevas áreas de estudio. Ambas están entrelazadas en un diálogo continuo, cada una empujando a la otra hacia adelante. En el estudio y la práctica de las relaciones internacionales, reconocer y aceptar el vínculo entre las teorías empíricas y normativas es esencial para una comprensión holística del campo.


==== State vs. Non-State Actors in IR ====
= Propósito e impacto de las teorías de las RRII =
IR theory delves into the foundational conceptual issues that inform and often drive the real-world events we observe. At the heart of these conceptual problems is the role of the state in international relations and how it interacts with an array of non-state actors. The state has traditionally been viewed as the primary actor in IR theory, especially from the perspective of classical realism, where the state is considered a rational unitary actor seeking power and security in an anarchic international system. Realists like Hans Morgenthau and Kenneth Waltz have underscored the state's sovereignty and its pursuit of national interests as central to understanding international dynamics. However, the role of the state and its interactions with non-state actors have become increasingly complex and significant. Non-state actors, including international organizations, non-governmental organizations (NGOs), multinational corporations (MNCs), and even terrorist networks, have emerged as influential players on the international stage. These entities can support, challenge, or bypass the traditional power of states, and they operate within and across national borders in ways that traditional state-centric theories did not fully anticipate.


Liberal theories, for example, posit that the increasing interconnectedness of states and the rise of non-state actors contribute to a more cooperative international order, facilitated by institutions and mutual interests. Theories of complex interdependence, proposed by Robert Keohane and Joseph Nye, suggest that states are not the only significant actors and that military force is not the sole or even the most effective form of power in all circumstances. Constructivist theorists like Alexander Wendt have further broadened the conceptualization of the state's role by emphasizing the importance of ideas, identities, and norms. They argue that the state's behavior is not only a result of material power but is also shaped by social structures and collective meanings. For constructivists, understanding the role of the state requires examining how state identities are constructed through interactions with both other states and non-state actors.
=== Examen de los problemas conceptuales que subyacen a los acontecimientos del mundo real ===


The rise of transnational issues such as climate change, terrorism, and global pandemics also illustrates the necessity of considering non-state actors. These issues often require cooperation between states and non-state actors, as seen in the global response to climate change where international coalitions of states, NGOs, and businesses work together to address a common challenge. In this broader context, current events cannot be fully understood without recognizing the larger, underlying conceptual problems that IR theory seeks to clarify. The role of the state remains central, but it is now seen as part of a larger tapestry of actors and influences that must be understood in their interrelation to make sense of contemporary international relations.
==== State vs. Non-State Actors in IR ====


==== International Order and Anarchy ====
La teoría de las RRII profundiza en las cuestiones conceptuales fundamentales que informan y a menudo impulsan los acontecimientos del mundo real que observamos. En el centro de estos problemas conceptuales se encuentra el papel del Estado en las relaciones internacionales y su interacción con una serie de actores no estatales. Tradicionalmente se ha considerado al Estado como el actor principal en la teoría de las relaciones internacionales, especialmente desde la perspectiva del realismo clásico, donde el Estado se considera un actor unitario racional que busca el poder y la seguridad en un sistema internacional anárquico. Realistas como Hans Morgenthau y Kenneth Waltz han subrayado la soberanía del Estado y su búsqueda de intereses nacionales como elementos centrales para entender la dinámica internacional. Sin embargo, el papel del Estado y sus interacciones con los actores no estatales se han vuelto cada vez más complejos y significativos. Los actores no estatales, incluidas las organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las empresas multinacionales (EMN) e incluso las redes terroristas, han surgido como actores influyentes en la escena internacional. Estas entidades pueden apoyar, desafiar o eludir el poder tradicional de los Estados, y operan dentro y fuera de las fronteras nacionales de un modo que las teorías tradicionales centradas en el Estado no habían previsto plenamente.
The problem of international order without a supreme authority represents a central conceptual challenge in International Relations theory and reflects a condition often described as 'international anarchy.' In the absence of a global sovereign or overarching legal authority with the power to enforce rules and resolve disputes authoritatively, IR theory questions how order is established and maintained among sovereign states.


Classical realists, such as Hans Morgenthau, and neorealists like Kenneth Waltz, have posited that in this anarchic system, states are primarily concerned with their survival and security. They argue that without a higher power to provide security, states must rely on self-help, leading to a security dilemma where the actions taken by states to ensure their own security—such as increasing military capabilities—can inadvertently threaten other states and increase overall instability. Neoliberal institutionalists, such as Robert Keohane, challenge this somewhat pessimistic view by arguing that even in an anarchic international system, states can create order through cooperation and the formation of international institutions and regimes. These structures facilitate the establishment of norms and rules that guide state behavior, reduce uncertainty, and manage cooperation on issues of common interest. The existence of the United Nations and various other international bodies supports the idea that a degree of international order is achievable even in the absence of a world government. Constructivist theorists, including Alexander Wendt, offer a different perspective, suggesting that the meaning of anarchy is not fixed but socially constructed. They argue that the nature of international order, or disorder, is determined by the shared beliefs, cultures, and identities of states. If states view the international system as a realm of conflict and competition, they will act accordingly. However, if they see it as a space for cooperation, this can lead to more peaceful and stable international relations.
Las teorías liberales, por ejemplo, postulan que la creciente interconexión de los Estados y el auge de los actores no estatales contribuyen a un orden internacional más cooperativo, facilitado por las instituciones y los intereses mutuos. Las teorías de la interdependencia compleja, propuestas por Robert Keohane y Joseph Nye, sugieren que los Estados no son los únicos actores significativos y que la fuerza militar no es la única forma de poder, ni siquiera la más eficaz, en todas las circunstancias. Teóricos constructivistas como Alexander Wendt han ampliado aún más la conceptualización del papel del Estado haciendo hincapié en la importancia de las ideas, las identidades y las normas. Sostienen que el comportamiento del Estado no es sólo el resultado del poder material, sino que también está determinado por las estructuras sociales y los significados colectivos. Para los constructivistas, entender el papel del Estado requiere examinar cómo se construyen las identidades estatales a través de las interacciones tanto con otros Estados como con actores no estatales.


The idea of international anarchy also raises questions about the role of international law and norms in creating a semblance of order. While international law lacks the coercive enforcement found within sovereign states, it often shapes state behavior through a combination of legal obligations, moral authority, and mutual interests. States typically adhere to international law not only because it is in their self-interest to do so, but also because it contributes to the predictability and stability of international relations. Real-world events continually test the theories that seek to explain how order is—or is not—achieved in the international system. Conflicts, alliances, trade agreements, international treaties, and the evolution of international norms all reflect the ongoing struggle to establish a stable order in the absence of a global authority. The problem of international anarchy remains a foundational concern of IR theory, as it seeks to understand the dynamics that govern state behavior in a system where there is no higher power to enforce rules and resolve disputes.
El auge de cuestiones transnacionales como el cambio climático, el terrorismo y las pandemias mundiales también ilustra la necesidad de tener en cuenta a los agentes no estatales. Estas cuestiones exigen a menudo la cooperación entre Estados y agentes no estatales, como se observa en la respuesta mundial al cambio climático, en la que coaliciones internacionales de Estados, ONG y empresas colaboran para hacer frente a un reto común. En este contexto más amplio, los acontecimientos actuales no pueden entenderse plenamente sin reconocer los problemas conceptuales más amplios y subyacentes que la teoría de las RRII trata de aclarar. El papel del Estado sigue siendo fundamental, pero ahora se considera parte de un tapiz más amplio de actores e influencias que deben entenderse en su interrelación para dar sentido a las relaciones internacionales contemporáneas.


==== Power and Security Dynamics ====
==== Orden internacional y anarquía ====  
The relationship between power and security is one of the most scrutinized subjects in International Relations (IR) theory. At its core, this relationship revolves around the notion that power, whether in terms of military might, economic capabilities, or diplomatic influence, is essential to a state's security. However, the interplay between power and security is multifaceted and complex.


Realist theorists, such as Hans Morgenthau and Kenneth Waltz, emphasize that power is the primary currency in international politics. In their view, states seek power to secure their survival in an anarchic international system where no central authority can protect them from potential threats. This quest for power often leads to an arms race or alliance-building, as states try to balance against the power of others, thus contributing to the security dilemma — the paradox where measures by a state to increase its security can make others feel less secure, prompting them to respond in kind, potentially leading to an escalation of tensions. Neorealists, building on this foundation, have developed the concept of the balance of power as a mechanism that contributes to security. They argue that an equilibrium of power among states can lead to stability and peace, as no single state is able to dominate the others completely. This balance can be naturally occurring, or it can result from deliberate actions by states through policies like containment and deterrence.  
El problema del orden internacional sin una autoridad suprema representa un desafío conceptual central en la teoría de las Relaciones Internacionales y refleja una condición a menudo descrita como "anarquía internacional". En ausencia de un soberano global o de una autoridad legal suprema con poder para hacer cumplir las normas y resolver las disputas con autoridad, la teoría de las RRII se pregunta cómo se establece y mantiene el orden entre Estados soberanos.


Liberal theorists challenge the realist association of power with military capabilities. They propose that security can be achieved through economic interdependence and international institutions, which can mitigate the anarchic nature of the international system by encouraging cooperation and creating predictable and stable relations among states. From this perspective, power is not just about coercion but also about the ability to shape the international agenda and create norms that define legitimate actions.
Los realistas clásicos, como Hans Morgenthau, y los neorrealistas, como Kenneth Waltz, han postulado que en este sistema anárquico, los Estados se preocupan principalmente por su supervivencia y seguridad. Sostienen que sin un poder superior que proporcione seguridad, los Estados deben confiar en la autoayuda, lo que conduce a un dilema de seguridad en el que las medidas adoptadas por los Estados para garantizar su propia seguridad -como el aumento de las capacidades militares- pueden amenazar inadvertidamente a otros Estados y aumentar la inestabilidad general. Los institucionalistas neoliberales, como Robert Keohane, cuestionan esta visión un tanto pesimista argumentando que, incluso en un sistema internacional anárquico, los Estados pueden crear orden mediante la cooperación y la formación de instituciones y regímenes internacionales. Estas estructuras facilitan el establecimiento de normas y reglas que guían el comportamiento de los Estados, reducen la incertidumbre y gestionan la cooperación en asuntos de interés común. La existencia de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales apoya la idea de que es posible alcanzar cierto grado de orden internacional incluso en ausencia de un gobierno mundial. Los teóricos constructivistas, entre ellos Alexander Wendt, ofrecen una perspectiva diferente, sugiriendo que el significado de la anarquía no es fijo sino que se construye socialmente. Sostienen que la naturaleza del orden internacional, o del desorden, viene determinada por las creencias, culturas e identidades compartidas de los Estados. Si los Estados ven el sistema internacional como un ámbito de conflicto y competencia, actuarán en consecuencia. Sin embargo, si lo ven como un espacio de cooperación, esto puede conducir a unas relaciones internacionales más pacíficas y estables.


Constructivists offer a more nuanced view, suggesting that power and security are not just material but also social constructs. Theories advocated by scholars like Alexander Wendt propose that the way states view each other, their intentions, and their identities can influence their sense of security. For instance, if states view each other as partners rather than adversaries, they can achieve security without necessarily increasing their power.
La idea de la anarquía internacional también plantea cuestiones sobre el papel del derecho y las normas internacionales en la creación de una apariencia de orden. Aunque el derecho internacional carece de la fuerza coercitiva de los Estados soberanos, a menudo determina el comportamiento de los Estados mediante una combinación de obligaciones jurídicas, autoridad moral e intereses mutuos. Los Estados suelen adherirse al derecho internacional no sólo porque les interesa hacerlo, sino también porque contribuye a la previsibilidad y estabilidad de las relaciones internacionales. Los acontecimientos del mundo real ponen continuamente a prueba las teorías que intentan explicar cómo se consigue -o no- el orden en el sistema internacional. Los conflictos, las alianzas, los acuerdos comerciales, los tratados internacionales y la evolución de las normas internacionales reflejan la lucha constante por establecer un orden estable en ausencia de una autoridad mundial. El problema de la anarquía internacional sigue siendo una preocupación fundamental de la teoría de las RRII, ya que trata de comprender la dinámica que rige el comportamiento de los Estados en un sistema en el que no existe un poder superior que haga cumplir las normas y resuelva las disputas.


Feminist IR theory brings a critical lens to the discussion of power and security, questioning whose security is prioritized and how power is gendered in international politics. Feminist theorists like Cynthia Enloe have highlighted that state-centric notions of security often overlook the security of individuals, particularly women, and other marginalized groups.
==== Power and Security Dynamics ====


In practice, the relationship between power and security can be observed in various international dynamics. The Cold War's arms race, the formation of NATO, the strategic partnerships and rivalries in the Asia-Pacific region, and the development of the European Union all exemplify different aspects of how power and security are intertwined. Power and security are thus interconnected in the international arena, with power perceived as a means to achieve security. Yet, the nature of this relationship is complex and varies according to different theoretical perspectives, reflecting a spectrum of beliefs about how states can best ensure their survival and prosperity in a world where threats are a constant concern.
La relación entre poder y seguridad es uno de los temas más analizados en la teoría de las Relaciones Internacionales (RI). En esencia, esta relación gira en torno a la noción de que el poder, ya sea en términos de poderío militar, capacidades económicas o influencia diplomática, es esencial para la seguridad de un Estado. Sin embargo, la interacción entre poder y seguridad es polifacética y compleja.


==== Conflict Causes: War, Civil War, Terrorism ====
Los teóricos realistas, como Hans Morgenthau y Kenneth Waltz, subrayan que el poder es la principal moneda de cambio en la política internacional. En su opinión, los Estados buscan el poder para garantizar su supervivencia en un sistema internacional anárquico en el que ninguna autoridad central puede protegerlos de posibles amenazas. Esta búsqueda de poder conduce a menudo a una carrera armamentística o a la creación de alianzas, ya que los Estados intentan equilibrarse frente al poder de los demás, contribuyendo así al dilema de la seguridad: la paradoja de que las medidas adoptadas por un Estado para aumentar su seguridad pueden hacer que los demás se sientan menos seguros, incitándoles a responder del mismo modo, lo que puede llevar a una escalada de las tensiones. Los neorrealistas, partiendo de esta base, han desarrollado el concepto de equilibrio de poder como mecanismo que contribuye a la seguridad. Sostienen que un equilibrio de poder entre los Estados puede conducir a la estabilidad y la paz, ya que ningún Estado puede dominar completamente a los demás. Este equilibrio puede darse de forma natural o puede ser el resultado de acciones deliberadas de los Estados a través de políticas como la contención y la disuasión.
The causes of conflict, including war, civil war, and terrorism, are diverse and multifaceted, encompassing a range of political, economic, social, and psychological factors. IR theory provides various lenses through which to understand these causes.


Realist theories of IR, rooted in the works of scholars such as Thucydides and later Hans Morgenthau, often cite the anarchic nature of the international system as a primary cause of conflict. In this view, the lack of a central authority leads states to act in a self-interested manner to secure their survival, which can result in power struggles and wars. Realists argue that conflicts arise when states seek to maximize their power or when a rising power threatens the position of an established power, potentially leading to a hegemonic war.
Los teóricos liberales cuestionan la asociación realista del poder con las capacidades militares. Proponen que la seguridad puede lograrse mediante la interdependencia económica y las instituciones internacionales, que pueden mitigar la naturaleza anárquica del sistema internacional fomentando la cooperación y creando relaciones predecibles y estables entre los Estados. Desde esta perspectiva, el poder no consiste sólo en la coerción, sino también en la capacidad de configurar la agenda internacional y crear normas que definan las acciones legítimas.


Liberal theories, influenced by the ideas of Immanuel Kant and others, point to the lack of democratic governance, economic interdependence, and international institutions as causes of conflict. Liberals contend that democracies are less likely to go to war with each other (the democratic peace theory), that states with strong economic ties will find war unattractive due to the high costs (liberal commercialism), and that robust international organizations can provide forums for peaceful dispute resolution.
Los constructivistas ofrecen una visión más matizada, sugiriendo que el poder y la seguridad no son sólo construcciones materiales sino también sociales. Las teorías defendidas por estudiosos como Alexander Wendt proponen que la forma en que los Estados se ven unos a otros, sus intenciones y sus identidades pueden influir en su sensación de seguridad. Por ejemplo, si los Estados se ven como socios y no como adversarios, pueden alcanzar la seguridad sin aumentar necesariamente su poder.


Marxist and critical theories look at conflict through the prism of inequality and class struggle. They suggest that wars are often a result of capitalist expansion and the competition for control of resources and markets. Marxist theorists like Vladimir Lenin believed that imperialism, driven by capitalist states' need to find new markets and resources, is a fundamental cause of war.
La teoría feminista de las relaciones internacionales aporta una perspectiva crítica al debate sobre el poder y la seguridad, cuestionando de quién es la seguridad prioritaria y cómo el poder está condicionado por el género en la política internacional. Teóricas feministas como Cynthia Enloe han destacado que las nociones de seguridad centradas en el Estado a menudo pasan por alto la seguridad de las personas, especialmente de las mujeres y otros grupos marginados.


Constructivist theorists, such as Alexander Wendt, emphasize the role of social constructs, identities, and norms in causing conflicts. For them, wars are not inevitable but are the result of how states perceive each other and their intentions. If states construct an identity of enmity towards others, conflict is more likely; if they construct an identity of peaceful coexistence, war can be avoided.
En la práctica, la relación entre poder y seguridad puede observarse en diversas dinámicas internacionales. La carrera armamentística de la Guerra Fría, la formación de la OTAN, las asociaciones y rivalidades estratégicas en la región Asia-Pacífico y el desarrollo de la Unión Europea ejemplifican diferentes aspectos de cómo se entrelazan el poder y la seguridad. Así pues, el poder y la seguridad están interconectados en el ámbito internacional, y el poder se percibe como un medio para lograr la seguridad. Sin embargo, la naturaleza de esta relación es compleja y varía según las distintas perspectivas teóricas, reflejando un espectro de creencias sobre la mejor manera en que los Estados pueden garantizar su supervivencia y prosperidad en un mundo en el que las amenazas son una preocupación constante.


When it comes to civil wars, scholars like Ted Gurr have examined the role of relative deprivation — the perception of inequality and injustice within a state — which can lead to internal conflicts. Grievances related to identity, ethnicity, and access to power and resources can fuel civil wars, especially in the absence of strong institutions and inclusive governance.
==== Causas de los conflictos: Guerra, guerra civil, terrorismo ====


Terrorism is another complex phenomenon with varied causes, including ideological motivations, political grievances, and socio-economic factors. Scholars like Martha Crenshaw have argued that terrorism is often a strategy chosen by non-state actors who feel that they lack other means of pursuing their political objectives. Factors such as radical ideologies, perceived injustices, foreign occupation, and the desire for self-determination are frequently cited as causes of terrorism.
Las causas de los conflictos, incluidas la guerra, la guerra civil y el terrorismo, son diversas y polifacéticas, y abarcan una serie de factores políticos, económicos, sociales y psicológicos. La teoría de las RRII ofrece varias perspectivas para entender estas causas.


In practice, the causes of conflict are often a combination of these factors. The outbreak of World War I, for instance, can be attributed to a mix of power politics, nationalistic fervor, and entangled alliances. Civil wars, such as the Syrian conflict, can be traced back to a combination of authoritarian governance, ethnic divisions, and external interventions. The rise of terrorist groups like ISIS relates to ideological extremism, state fragility, and regional power vacuums. The causes of conflict in international relations are complex and often interlinked, requiring a comprehensive analysis that incorporates various theoretical perspectives to fully understand their origins and dynamics.
Las teorías realistas de las RRII, enraizadas en las obras de estudiosos como Tucídides y posteriormente Hans Morgenthau, suelen citar la naturaleza anárquica del sistema internacional como causa principal de los conflictos. Según este punto de vista, la falta de una autoridad central lleva a los Estados a actuar de forma interesada para asegurar su supervivencia, lo que puede desembocar en luchas de poder y guerras. Los realistas sostienen que los conflictos surgen cuando los Estados tratan de maximizar su poder o cuando una potencia emergente amenaza la posición de una potencia establecida, lo que puede desembocar en una guerra hegemónica.


==== Economic, Military Power Interplay and Technological Influence ====
Las teorías liberales, influidas por las ideas de Immanuel Kant y otros, señalan como causas de los conflictos la falta de gobernanza democrática, la interdependencia económica y las instituciones internacionales. Los liberales sostienen que es menos probable que las democracias entren en guerra entre sí (la teoría de la paz democrática), que los Estados con fuertes lazos económicos encontrarán poco atractiva la guerra debido a sus altos costes (comercialismo liberal), y que unas organizaciones internacionales sólidas pueden proporcionar foros para la resolución pacífica de disputas.
The interaction between economic and military power and the role of technology in power dynamics are critical considerations in International Relations (IR). Economic power is the foundation upon which military power is often built; a strong economy can sustain large defense expenditures and advanced military capabilities. Military power, in turn, can protect and extend a state's economic interests by securing trade routes and access to vital resources.


Realist theorists like Morgenthau and Mearsheimer emphasize that states seek to balance economic and military power to maintain their security and position in the international hierarchy. From this perspective, economic strength is necessary to support military capabilities, which are essential for deterrence and defense. Conversely, military power can be used to safeguard economic interests and exert influence on the global stage.
Las teorías marxistas y críticas contemplan los conflictos a través del prisma de la desigualdad y la lucha de clases. Sugieren que las guerras suelen ser el resultado de la expansión capitalista y la competencia por el control de los recursos y los mercados. Teóricos marxistas como Vladimir Lenin creían que el imperialismo, impulsado por la necesidad de los Estados capitalistas de encontrar nuevos mercados y recursos, es una causa fundamental de la guerra.


Liberal theorists, following in the tradition of Adam Smith and later figures like Keohane and Nye, highlight the interdependence between states in economic matters, suggesting that economic power can be more effectively leveraged through cooperative frameworks rather than coercive military might. They argue that economic interdependence reduces the likelihood of conflict and that soft power, including economic influence, can be as significant as hard military power in achieving a state's objectives.
Los teóricos constructivistas, como Alexander Wendt, hacen hincapié en el papel de las construcciones sociales, las identidades y las normas como causantes de los conflictos. Para ellos, las guerras no son inevitables, sino el resultado de cómo los Estados se perciben mutuamente y de sus intenciones. Si los Estados construyen una identidad de enemistad hacia los demás, el conflicto es más probable; si construyen una identidad de coexistencia pacífica, la guerra puede evitarse.


Marxist perspectives, informed by the works of Marx and Lenin, view the interplay between economic and military power through the lens of imperialism and class struggle, positing that economic elites can drive states towards military conflict to secure economic dominance and access to resources.
En lo que respecta a las guerras civiles, estudiosos como Ted Gurr han examinado el papel de la privación relativa -la percepción de desigualdad e injusticia dentro de un Estado-, que puede provocar conflictos internos. Los agravios relacionados con la identidad, la etnia y el acceso al poder y a los recursos pueden alimentar las guerras civiles, especialmente en ausencia de instituciones fuertes y de una gobernanza integradora.


Technology plays a pivotal role in this nexus of power. It can be a force multiplier for military capabilities, giving states with advanced technological resources an edge over their rivals. For instance, the development of nuclear weapons changed the nature of military power and deterrence. Similarly, advancements in cyber technology have introduced new arenas for both economic and military competition and conflict. The impact of technology on economic power is equally profound. Technological innovation is a key driver of economic growth, enabling states to develop new industries, increase efficiency, and gain a competitive advantage in the global market. The digital economy, artificial intelligence, and advances in communication have reshaped the way economic power is accumulated and projected. In the contemporary world, technology has blurred the lines between economic and military power. Cyber warfare capabilities, for instance, can disrupt a state's economy as effectively as traditional military action, if not more so, without firing a single shot. The use of drones and autonomous weapons systems in conflict zones demonstrates how technological superiority can translate into military and strategic advantages.
El terrorismo es otro fenómeno complejo con causas variadas, como motivaciones ideológicas, reivindicaciones políticas y factores socioeconómicos. Estudiosos como Martha Crenshaw han argumentado que el terrorismo suele ser una estrategia elegida por actores no estatales que consideran que carecen de otros medios para perseguir sus objetivos políticos. Factores como las ideologías radicales, las injusticias percibidas, la ocupación extranjera y el deseo de autodeterminación se citan con frecuencia como causas del terrorismo.


An example of these dynamics can be seen in the rise of China as a global power. China's economic boom has enabled significant investment in military modernization, positioning it as a competitor to the United States' military hegemony. At the same time, China's focus on technology, particularly in areas such as telecommunications (e.g., Huawei's 5G infrastructure), artificial intelligence, and space exploration, illustrates the interconnection between economic development, military power, and technological advancement.
En la práctica, las causas de los conflictos suelen ser una combinación de estos factores. El estallido de la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, puede atribuirse a una mezcla de política de poder, fervor nacionalista y alianzas enmarañadas. Las guerras civiles, como el conflicto sirio, se remontan a una combinación de gobierno autoritario, divisiones étnicas e intervenciones externas. El auge de grupos terroristas como ISIS está relacionado con el extremismo ideológico, la fragilidad del Estado y los vacíos de poder regional. Las causas de los conflictos en las relaciones internacionales son complejas y a menudo están interrelacionadas, por lo que se requiere un análisis exhaustivo que incorpore diversas perspectivas teóricas para comprender plenamente sus orígenes y dinámicas.


Economic and military power are in sum intrinsically linked, with technology acting as a crucial bridge and amplifier between the two. Understanding the interactions between these forms of power is essential for analyzing state behavior and the evolving dynamics of international relations.
==== Interacción entre poder económico y militar e influencia tecnológica ====


==== Foundations of International Cooperation ====
La interacción entre poder económico y militar y el papel de la tecnología en la dinámica del poder son consideraciones críticas en las Relaciones Internacionales (RI). El poder económico es la base sobre la que a menudo se construye el poder militar; una economía fuerte puede sostener grandes gastos de defensa y capacidades militares avanzadas. A su vez, el poder militar puede proteger y ampliar los intereses económicos de un Estado asegurando las rutas comerciales y el acceso a recursos vitales.
International cooperation has been a central pursuit in global relations, seeking to bring order and peace in a world where no single authority reigns supreme. The creation of various peace plans and leagues, such as the United Nations and the European Union, stems from a collective desire to address shared challenges and prevent the recurrence of conflict. These entities provide a platform for states to deliberate, negotiate, and resolve disputes, embodying the principles of diplomacy and dialogue that are essential for peaceful coexistence. Historically, the devastation of war has often precipitated the drive for cooperation. The Treaty of Versailles, while punitive and controversial, represented an early attempt to bring about lasting peace after the horrors of World War I. Similarly, the Geneva Conventions established rules for the humane treatment of combatants and civilians, reflecting a consensus on the standards of conduct in war. The intertwining of economies and the mutual benefits of trade have also served as strong incentives for peaceful relations. Economic integration efforts, like the European Coal and Steel Community, which laid the groundwork for the European Union, are based on the understanding that economic ties can act as a deterrent to conflict. The principle here is clear: when states are economically interdependent, the costs of war far outweigh the benefits, thus fostering peace through shared prosperity.


Security alliances, such as NATO, represent another dimension of cooperation, based on the concept of collective defense. Such alliances operate on the premise that an attack against one is an attack against all, thereby deterring potential aggressors and providing a security umbrella under which member states can prosper. Beyond institutions and economic ties, shared norms and values have become an increasingly important foundation for cooperation. Human rights norms, for example, have transcended borders, and international efforts to combat climate change, such as the Paris Climate Agreement, have rallied states around common environmental goals. These shared values form a cultural and normative bedrock upon which cooperation is built. Moreover, the presence of common threats, such as nuclear proliferation, terrorism, and global pandemics, has united states in their efforts to protect their citizens and maintain international stability. The global response to the COVID-19 pandemic, for instance, has shown how cooperation can be galvanized when faced with a universal threat that no single country can combat alone.
Teóricos realistas como Morgenthau y Mearsheimer subrayan que los Estados tratan de equilibrar el poder económico y militar para mantener su seguridad y su posición en la jerarquía internacional. Desde esta perspectiva, la fuerza económica es necesaria para apoyar las capacidades militares, que son esenciales para la disuasión y la defensa. A la inversa, el poder militar puede utilizarse para salvaguardar los intereses económicos y ejercer influencia en la escena mundial.


Cooperation is also facilitated by the ongoing processes of diplomacy. Constant diplomatic engagement, whether through high-profile summits or discreet channels of communication, allows states to articulate their interests, understand the positions of others, and forge agreements that benefit all parties involved. The history of international cooperation is marked by both successes and failures. The League of Nations, for example, failed to prevent World War II, but it paved the way for the creation of the United Nations, which has since played a pivotal role in maintaining international peace and security. The successes of international cooperation, thus, are built on the lessons learned from past experiences, the alignment of interests, and the commitment of states to work together for the common good. In essence, the pursuit of international cooperation is a response to the complex dynamics of global relations, where the absence of a supreme authority compels states to seek out ways to coexist, collaborate, and confront shared challenges together. Through the establishment of international institutions, treaties, economic partnerships, and security alliances, as well as the cultivation of shared norms and the practice of diplomacy, states strive to create a world that is stable, prosperous, and peaceful.
Los teóricos liberales, siguiendo la tradición de Adam Smith y figuras posteriores como Keohane y Nye, destacan la interdependencia entre los Estados en materia económica, sugiriendo que el poder económico puede aprovecharse más eficazmente a través de marcos cooperativos que mediante el poder militar coercitivo. Sostienen que la interdependencia económica reduce la probabilidad de conflicto y que el poder blando, incluida la influencia económica, puede ser tan importante como el poder militar duro para lograr los objetivos de un Estado.


==== Cultural, Religious, and Nationalistic Influences ====
Las perspectivas marxistas, basadas en las obras de Marx y Lenin, ven la interacción entre el poder económico y el militar a través de la lente del imperialismo y la lucha de clases, y afirman que las élites económicas pueden empujar a los Estados al conflicto militar para asegurarse el dominio económico y el acceso a los recursos.
The role of culture, religion, identity, ethnicity, and nationalism in international society is profoundly significant, influencing the behavior of states and other actors in a myriad of ways. These elements often shape the underlying values, beliefs, and motivations that drive international interactions.


Culture, which encompasses the shared values, norms, and practices of a society, can deeply influence a state's foreign policy and diplomatic interactions. Cultural understandings and misinterpretations can either facilitate or hinder international cooperation. For instance, the concept of "face-saving" in East Asian cultures plays a critical role in diplomatic negotiations, requiring a nuanced approach that respects the cultural context. Religion, too, has been a potent force in international relations. It can be a source of conflict, as seen in various sectarian or religious conflicts around the world, but it can also be a powerful force for peace and reconciliation, as religious leaders and organizations often play key roles in peacebuilding and humanitarian efforts. The role of the Catholic Church in the Polish Solidarity movement of the 1980s, for example, illustrates how religious institutions can influence political change.
La tecnología desempeña un papel fundamental en este nexo de poder. Puede ser un multiplicador de fuerza para las capacidades militares, dando a los Estados con recursos tecnológicos avanzados una ventaja sobre sus rivales. Por ejemplo, el desarrollo de las armas nucleares cambió la naturaleza del poder militar y la disuasión. Del mismo modo, los avances en la tecnología cibernética han introducido nuevos escenarios para la competencia y el conflicto tanto económicos como militares. El impacto de la tecnología en el poder económico es igualmente profundo. La innovación tecnológica es un motor clave del crecimiento económico, que permite a los Estados desarrollar nuevas industrias, aumentar la eficiencia y obtener una ventaja competitiva en el mercado mundial. La economía digital, la inteligencia artificial y los avances en la comunicación han reconfigurado la forma en que se acumula y proyecta el poder económico. En el mundo contemporáneo, la tecnología ha difuminado las líneas que separan el poder económico del militar. Las capacidades de guerra cibernética, por ejemplo, pueden perturbar la economía de un Estado con tanta eficacia como la acción militar tradicional, si no más, sin disparar un solo tiro. El uso de drones y sistemas de armas autónomas en zonas de conflicto demuestra cómo la superioridad tecnológica puede traducirse en ventajas militares y estratégicas.


Identity and ethnicity are central to understanding many international conflicts, particularly in areas where national borders do not align with ethnic or cultural boundaries. Ethnic tensions have been a driving force behind numerous conflicts, including the Yugoslav Wars in the 1990s. Ethnic identity can also influence state policies in more subtle ways, such as the preferential treatment of certain diaspora communities. Nationalism, or the belief in the superiority and interests of one's nation, often shapes a state's foreign policy. It can be a unifying force, fostering cohesion and collective identity, but it can also be exclusionary and lead to conflict with other nations. The rise of nationalism in various countries in recent years has had significant implications for international politics, affecting trade policies, immigration laws, and international cooperation.
Un ejemplo de esta dinámica puede verse en el ascenso de China como potencia mundial. El auge económico de China ha permitido una importante inversión en modernización militar, posicionándola como competidora de la hegemonía militar de Estados Unidos. Al mismo tiempo, la apuesta de China por la tecnología, especialmente en áreas como las telecomunicaciones (por ejemplo, la infraestructura 5G de Huawei), la inteligencia artificial y la exploración espacial, ilustra la interconexión entre desarrollo económico, poder militar y avance tecnológico.


The interplay between these factors and international politics is complex. Constructivist theorists like Alexander Wendt argue that these social and cultural factors are not merely background conditions but actively shape state interests and identities. They can determine who is considered a friend or foe, what actions are deemed legitimate or illegitimate, and how states define their goals and interests. In practice, these cultural and social factors often intersect with more material aspects of international relations. For example, disputes over resources can be exacerbated by ethnic or religious differences, and cultural ties can influence economic partnerships. The China-Pakistan Economic Corridor (CPEC), part of China's Belt and Road Initiative, is not only an economic project but also reflects the cultural and political affinity between China and Pakistan. In conclusion, culture, religion, identity, ethnicity, and nationalism are integral to the fabric of international society. They shape the perceptions, behaviors, and policies of states and non-state actors, influencing the course of international relations in profound and sometimes unpredictable ways. Understanding these elements is crucial for a comprehensive analysis of global affairs.
El poder económico y el militar están en suma intrínsecamente ligados, y la tecnología actúa como puente y amplificador crucial entre ambos. Comprender las interacciones entre estas formas de poder es esencial para analizar el comportamiento de los Estados y la dinámica evolutiva de las relaciones internacionales.


=== IR Theories as Tools for Ethical and Normative Inquiry ===
==== Fundamentos de la cooperación internacional ====  
International Relations (IR) theory serves a vital role in examining the broader, larger, and enduring ethical or normative questions that underpin global interactions and policies. These questions delve into what ought to be rather than what is, challenging scholars and practitioners to consider the moral implications and values that should guide international conduct and decision-making.


One of the central ethical questions in IR is the issue of war and peace: under what circumstances, if any, is it justifiable for a state to go to war? Just War Theory, which has its roots in the works of philosophers like Augustine and Thomas Aquinas and has been developed further by contemporary thinkers like Michael Walzer, seeks to address this question. It provides criteria for judging when a war can be considered just and how it should be conducted to remain ethical. Another significant normative issue in IR is the responsibility of states towards their citizens and the international community. This encompasses questions of human rights, humanitarian intervention, and the responsibility to protect (R2P) doctrine. R2P, for instance, raises the question of whether and when it is appropriate for external actors to intervene in a state to prevent mass atrocities, balancing the principles of state sovereignty and the protection of human rights.  
La cooperación internacional ha sido una búsqueda central en las relaciones globales, tratando de poner orden y paz en un mundo en el que ninguna autoridad reina por sí sola. La creación de diversos planes y ligas de paz, como las Naciones Unidas y la Unión Europea, surge de un deseo colectivo de abordar retos compartidos y evitar la reaparición de conflictos. Estas entidades proporcionan una plataforma para que los Estados deliberen, negocien y resuelvan disputas, encarnando los principios de diplomacia y diálogo esenciales para la coexistencia pacífica. Históricamente, la devastación de la guerra ha precipitado a menudo el impulso hacia la cooperación. El Tratado de Versalles, aunque punitivo y controvertido, representó un primer intento de lograr una paz duradera tras los horrores de la Primera Guerra Mundial. Del mismo modo, las Convenciones de Ginebra establecieron normas para el trato humano de combatientes y civiles, reflejando un consenso sobre las normas de conducta en la guerra. El entrelazamiento de las economías y los beneficios mutuos del comercio también han servido de fuertes incentivos para las relaciones pacíficas. Los esfuerzos de integración económica, como la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que sentó las bases de la Unión Europea, se basan en el entendimiento de que los lazos económicos pueden actuar como elemento disuasorio de los conflictos. El principio aquí es claro: cuando los Estados son económicamente interdependientes, los costes de la guerra superan con creces los beneficios, fomentando así la paz a través de la prosperidad compartida.


The equitable distribution of resources and wealth in the international system is also a profound ethical concern. Theories of global justice, such as those proposed by John Rawls and Thomas Pogge, explore how resources and opportunities should be distributed among states and individuals. These theories question the fairness of the current international economic system and suggest ways it could be reformed to achieve greater justice. Environmental issues, particularly climate change, present another area where ethical considerations are paramount. Debates over climate justice, including the responsibilities of developed versus developing nations in addressing environmental degradation, are deeply normative. They involve questions about intergenerational equity, the rights of nature, and the obligations of states and individuals to protect the global environment.
Las alianzas de seguridad, como la OTAN, representan otra dimensión de la cooperación, basada en el concepto de defensa colectiva. Estas alianzas funcionan bajo la premisa de que un ataque contra uno es un ataque contra todos, disuadiendo así a posibles agresores y proporcionando un paraguas de seguridad bajo el que los Estados miembros pueden prosperar. Más allá de las instituciones y los lazos económicos, las normas y valores compartidos se han convertido en una base cada vez más importante para la cooperación. Las normas de derechos humanos, por ejemplo, han trascendido las fronteras, y los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático, como el Acuerdo de París sobre el Clima, han unido a los Estados en torno a objetivos medioambientales comunes. Estos valores compartidos forman una base cultural y normativa sobre la que se construye la cooperación. Además, la presencia de amenazas comunes, como la proliferación nuclear, el terrorismo y las pandemias mundiales, ha unido a los Estados en sus esfuerzos por proteger a sus ciudadanos y mantener la estabilidad internacional. La respuesta mundial a la pandemia COVID-19, por ejemplo, ha demostrado cómo puede galvanizarse la cooperación ante una amenaza universal que ningún país puede combatir por sí solo.


Furthermore, the rise of nationalism and populism in recent years has brought to the fore ethical questions about identity politics, the treatment of refugees and migrants, and the tension between globalism and localism. These issues challenge the traditional Westphalian notion of state sovereignty and require a rethinking of ethical obligations beyond borders. In essence, IR theory provides the tools and frameworks necessary to engage with these ethical and normative questions. It enables a critical examination of the principles that should govern international relations, encouraging a move beyond power politics to consider the moral dimensions of global interactions. This aspect of IR theory is crucial for developing policies and practices that are not only effective but also just and ethical.
La cooperación también se ve facilitada por los procesos en curso de la diplomacia. El compromiso diplomático constante, ya sea a través de cumbres de alto nivel o de canales de comunicación discretos, permite a los Estados articular sus intereses, comprender las posiciones de los demás y forjar acuerdos que beneficien a todas las partes implicadas. La historia de la cooperación internacional está marcada tanto por los éxitos como por los fracasos. La Sociedad de Naciones, por ejemplo, no consiguió evitar la Segunda Guerra Mundial, pero allanó el camino para la creación de las Naciones Unidas, que desde entonces ha desempeñado un papel fundamental en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Los éxitos de la cooperación internacional, por tanto, se basan en las lecciones aprendidas de experiencias pasadas, la alineación de intereses y el compromiso de los Estados de trabajar juntos por el bien común. En esencia, la búsqueda de la cooperación internacional es una respuesta a la compleja dinámica de las relaciones mundiales, en las que la ausencia de una autoridad suprema obliga a los Estados a buscar formas de coexistir, colaborar y afrontar juntos los retos comunes. Mediante el establecimiento de instituciones internacionales, tratados, asociaciones económicas y alianzas de seguridad, así como el cultivo de normas compartidas y la práctica de la diplomacia, los Estados se esfuerzan por crear un mundo estable, próspero y pacífico.


==== Decision-Making on Force Utilization ====
==== Influencias culturales, religiosas y nacionalistas ====  
Determining when, what, and to what degree to use force in international relations is a question that has continually challenged nations, particularly in the context of conflicts like those in Rhodesia, apartheid South Africa, Bosnia, Libya, Syria, Zimbabwe, the Congo, and Liberia. Each of these situations presented unique challenges and considerations, testing the international community's ability to balance state sovereignty, human rights, and practical intervention concerns.


In the cases of white-ruled Rhodesia and apartheid South Africa, the world community largely leaned towards economic sanctions and diplomatic isolation rather than direct military intervention. These measures were aimed at pressuring these regimes to change their policies without resorting to force. In Rhodesia, this approach played a significant role in the transition to majority rule and the birth of Zimbabwe. Similarly, in South Africa, sustained international pressure contributed to the dismantling of the apartheid system.
El papel de la cultura, la religión, la identidad, la etnia y el nacionalismo en la sociedad internacional es profundamente significativo e influye en el comportamiento de los Estados y otros actores de múltiples maneras. Estos elementos suelen conformar los valores, creencias y motivaciones subyacentes que impulsan las interacciones internacionales.


The Bosnian conflict during the 1990s, part of the larger Yugoslav Wars, highlighted the complexities of military intervention. Initially, there was a reluctance to use force, but the turning point came with the horrific events of the Srebrenica massacre in 1995. This atrocity spurred a more decisive military action by NATO and the UN, aimed at protecting civilians and bringing the conflict to an end.
La cultura, que engloba los valores, normas y prácticas compartidos de una sociedad, puede influir profundamente en la política exterior y las interacciones diplomáticas de un Estado. Las interpretaciones y los malentendidos culturales pueden facilitar u obstaculizar la cooperación internacional. Por ejemplo, el concepto de "salvar la cara" en las culturas de Asia Oriental desempeña un papel fundamental en las negociaciones diplomáticas, y requiere un enfoque matizado que respete el contexto cultural. La religión también ha sido una fuerza poderosa en las relaciones internacionales. Puede ser una fuente de conflicto, como se ha visto en diversos conflictos sectarios o religiosos en todo el mundo, pero también puede ser una poderosa fuerza para la paz y la reconciliación, ya que los líderes y las organizaciones religiosas desempeñan a menudo un papel clave en la consolidación de la paz y los esfuerzos humanitarios. El papel de la Iglesia católica en el movimiento polaco Solidaridad de los años ochenta, por ejemplo, ilustra cómo las instituciones religiosas pueden influir en el cambio político.


In Libya in 2011, the intervention authorized by the UN was a response to the threat of mass atrocities by the Gaddafi regime. This action, rooted in the Responsibility to Protect doctrine, was initially hailed for preventing widespread violence against civilians, particularly in Benghazi. However, the intervention also faced criticism for leading to prolonged instability and a lack of effective post-conflict reconstruction.
La identidad y el origen étnico son fundamentales para entender muchos conflictos internacionales, sobre todo en zonas donde las fronteras nacionales no coinciden con los límites étnicos o culturales. Las tensiones étnicas han sido una de las fuerzas motrices de numerosos conflictos, incluidas las guerras yugoslavas de la década de 1990. La identidad étnica también puede influir en las políticas estatales de formas más sutiles, como el trato preferente a determinadas comunidades de la diáspora. El nacionalismo, o la creencia en la superioridad y los intereses de la propia nación, suele dar forma a la política exterior de un Estado. Puede ser una fuerza unificadora que fomente la cohesión y la identidad colectiva, pero también puede ser excluyente y provocar conflictos con otras naciones. El auge del nacionalismo en varios países en los últimos años ha tenido importantes repercusiones en la política internacional, afectando a las políticas comerciales, las leyes de inmigración y la cooperación internacional.


The Syrian Civil War presented a significant dilemma for international intervention. Despite egregious human rights violations and the use of chemical weapons, the international community was largely hesitant to intervene militarily. This was due to the conflict's complexity, the involvement of various external actors, and concerns over the potential for broader regional escalation.
La interacción entre estos factores y la política internacional es compleja. Teóricos constructivistas como Alexander Wendt sostienen que estos factores sociales y culturales no son meras condiciones de fondo, sino que configuran activamente los intereses y las identidades de los Estados. Pueden determinar a quién se considera amigo o enemigo, qué acciones se consideran legítimas o ilegítimas y cómo definen los Estados sus objetivos e intereses. En la práctica, estos factores culturales y sociales se entrecruzan a menudo con aspectos más materiales de las relaciones internacionales. Por ejemplo, las disputas por los recursos pueden verse exacerbadas por diferencias étnicas o religiosas, y los lazos culturales pueden influir en las asociaciones económicas. El Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), que forma parte de la iniciativa china "Belt and Road", no es sólo un proyecto económico, sino que también refleja la afinidad cultural y política entre China y Pakistán. En conclusión, la cultura, la religión, la identidad, la etnia y el nacionalismo forman parte integrante del tejido de la sociedad internacional. Moldean las percepciones, los comportamientos y las políticas de los Estados y de los actores no estatales, influyendo en el curso de las relaciones internacionales de forma profunda y a veces impredecible. Comprender estos elementos es crucial para un análisis exhaustivo de los asuntos mundiales.


In other African states like Zimbabwe, the Congo, and Liberia, the responses to crises varied. Zimbabwe saw international sanctions and diplomatic efforts in response to its political and economic turmoil. In the Congo, the deployment of UN peacekeeping forces aimed to stabilize conflict-affected regions. In Liberia, the civil war ended partly due to the military intervention by ECOWAS, followed by a UN peacekeeping mission to ensure stability and support the transition to peace.
=== Las teorías de las RRII como herramientas para la investigación ética y normativa ===


These varied cases reflect the nuanced and often contentious nature of deciding to use force in international affairs. The decisions are influenced by a mix of factors, including the severity of the situation, the legal and ethical justifications for intervention, potential success rates, the intervening states' interests, and the broader implications for international stability. They illustrate the ongoing tension between respecting the sovereignty of states and the imperative to protect human rights, between pursuing national interests and adhering to international law and moral principles. These situations underscore the complex and multifaceted nature of using force in international relations, a decision that requires careful consideration of both the immediate and long-term consequences for all involved.
La teoría de las relaciones internacionales (RRII) desempeña un papel vital en el examen de las cuestiones éticas o normativas más amplias y duraderas que sustentan las interacciones y políticas mundiales. Estas cuestiones ahondan más en lo que debería ser que en lo que es, desafiando a académicos y profesionales a considerar las implicaciones morales y los valores que deberían guiar la conducta y la toma de decisiones internacionales.


==== Morality in Foreign Policy and IR ====
Una de las cuestiones éticas centrales de las RRII es la cuestión de la guerra y la paz: ¿en qué circunstancias, si las hay, está justificado que un Estado entre en guerra? La Teoría de la Guerra Justa, que tiene sus raíces en las obras de filósofos como Agustín y Tomás de Aquino y ha sido desarrollada por pensadores contemporáneos como Michael Walzer, trata de abordar esta cuestión. Proporciona criterios para juzgar cuándo una guerra puede considerarse justa y cómo debe llevarse a cabo para que siga siendo ética. Otra cuestión normativa importante en las RRII es la responsabilidad de los Estados para con sus ciudadanos y la comunidad internacional. Esto abarca cuestiones de derechos humanos, intervención humanitaria y la doctrina de la responsabilidad de proteger (R2P). La R2P, por ejemplo, plantea la cuestión de si es apropiado que agentes externos intervengan en un Estado para prevenir atrocidades masivas, y cuándo, equilibrando los principios de soberanía estatal y protección de los derechos humanos.
The place of morality in foreign policy and international relations is a subject of considerable debate and varied perspectives within the field of International Relations (IR). The incorporation of moral principles, such as human rights, religious freedom, and humanitarian concerns, into foreign policy reflects a significant shift from traditional views that prioritized state interests and power politics.


A human rights foreign policy involves a state's commitment to promote and protect human rights around the world. This approach often leads to diplomatic efforts, economic sanctions, or even military interventions aimed at preventing or responding to human rights abuses in other countries. The challenge here lies in balancing the moral imperative to defend human rights with respect for state sovereignty, as well as navigating the often competing interests within international politics. The promotion of international religious freedom is another aspect where morality intersects with foreign policy. States, particularly those with a strong commitment to religious liberty, may advocate for the protection and promotion of this right globally. This can involve diplomatic efforts to condemn religious persecution and support international initiatives that safeguard religious freedoms.
La distribución equitativa de los recursos y la riqueza en el sistema internacional es también una profunda preocupación ética. Las teorías de la justicia global, como las propuestas por John Rawls y Thomas Pogge, exploran cómo deberían distribuirse los recursos y las oportunidades entre los Estados y los individuos. Estas teorías cuestionan la equidad del actual sistema económico internacional y sugieren formas de reformarlo para lograr una mayor justicia. Las cuestiones medioambientales, en particular el cambio climático, presentan otro ámbito en el que las consideraciones éticas son primordiales. Los debates sobre la justicia climática, incluidas las responsabilidades de los países desarrollados frente a los países en desarrollo a la hora de abordar la degradación medioambiental, son profundamente normativos. Implican cuestiones sobre la equidad intergeneracional, los derechos de la naturaleza y las obligaciones de los Estados y los individuos de proteger el medio ambiente mundial.


The United Nations' "responsibility to protect" (R2P) doctrine is a landmark in the moral evolution of international relations. Established to prevent mass atrocities such as genocide, war crimes, ethnic cleansing, and crimes against humanity, R2P asserts that when a state fails to protect its citizens from such crimes, the international community has a moral obligation to intervene, potentially including military intervention. R2P was a significant factor in interventions like the one in Libya in 2011, yet its application has been inconsistent, raising questions about the international community's willingness and ability to uphold these moral commitments. "Saving strangers," a term popularized by Nicholas J. Wheeler in his book on humanitarian intervention, encapsulates the moral duty to assist people in other countries facing grave humanitarian crises, even at the cost of breaching state sovereignty. This principle has underpinned various humanitarian interventions, where states or coalitions have intervened in countries to stop widespread suffering, often without the host nation's consent.
Además, el auge del nacionalismo y el populismo en los últimos años ha puesto en primer plano cuestiones éticas sobre las políticas de identidad, el trato a los refugiados e inmigrantes y la tensión entre globalismo y localismo. Estas cuestiones desafían la noción westfaliana tradicional de soberanía estatal y exigen un replanteamiento de las obligaciones éticas más allá de las fronteras. En esencia, la teoría de las RRII proporciona las herramientas y los marcos necesarios para abordar estas cuestiones éticas y normativas. Permite un examen crítico de los principios que deben regir las relaciones internacionales, alentando a ir más allá de la política del poder para considerar las dimensiones morales de las interacciones globales. Este aspecto de la teoría de las relaciones internacionales es crucial para desarrollar políticas y prácticas que no sólo sean eficaces, sino también justas y éticas.


Humanitarian intervention represents one of the most direct applications of morality in foreign policy, wherein states or international organizations use military force to alleviate human suffering, especially in situations of genocide, war crimes, or widespread human rights violations. The NATO intervention in Kosovo in 1999 is often cited as an example of humanitarian intervention motivated by moral considerations rather than traditional state interests. However, the incorporation of morality in foreign policy also faces criticism and challenges. Realists argue that the primary duty of a state is to its own citizens and that moral considerations should not override national interests and security concerns. Additionally, the selective application of moral principles, often influenced by strategic interests, can lead to accusations of hypocrisy and undermine the credibility of moral arguments in international politics.
==== La toma de decisiones sobre el uso de la fuerza ====


The place of morality in foreign policy and international relations is thus a dynamic and complex issue. It represents an ongoing struggle to align ethical imperatives with the practical realities of global politics, reflecting the tension between idealist aspirations and realist constraints. The pursuit of moral objectives in international relations underscores the evolving nature of the international system, one in which the traditional notions of state sovereignty and non-intervention are increasingly weighed against the global community's responsibility to uphold fundamental human rights and ethical principles.
Determinar cuándo, qué y hasta qué punto usar la fuerza en las relaciones internacionales es una cuestión que ha desafiado continuamente a las naciones, especialmente en el contexto de conflictos como los de Rodesia, la Sudáfrica del apartheid, Bosnia, Libia, Siria, Zimbabue, el Congo y Liberia. Cada una de estas situaciones planteaba retos y consideraciones únicos, que ponían a prueba la capacidad de la comunidad internacional para equilibrar la soberanía de los Estados, los derechos humanos y los aspectos prácticos de la intervención.


==== National vs. Transnational Obligations ====
En los casos de Rodesia, gobernada por los blancos, y Sudáfrica, gobernada por el apartheid, la comunidad mundial se inclinó en gran medida por las sanciones económicas y el aislamiento diplomático, en lugar de por la intervención militar directa. Estas medidas pretendían presionar a estos regímenes para que cambiaran sus políticas sin recurrir a la fuerza. En Rodesia, este enfoque desempeñó un papel importante en la transición al gobierno de la mayoría y el nacimiento de Zimbabue. Del mismo modo, en Sudáfrica, la presión internacional sostenida contribuyó al desmantelamiento del sistema de apartheid.
In the realm of political philosophy and international relations, the discussion of obligations owed to the state versus those transcending national boundaries is both intricate and multifaceted. Citizens generally have well-established obligations to their state, which can include adhering to laws, paying taxes, engaging in the democratic process, and sometimes participating in national service. These duties are often viewed as part of a social contract, where citizens agree to certain responsibilities in exchange for the state's protection and services. The nature and extent of these obligations can vary widely, with democratic societies typically emphasizing the protection of individual rights and freedoms, while more authoritarian regimes might demand greater compliance and control.


Beyond the confines of the state, the concept of obligations extends into broader ethical and moral realms. Humanitarian and cosmopolitan theories, influenced by thinkers like Immanuel Kant and contemporary scholars such as Peter Singer, advocate for duties that transcend national borders. These include providing assistance to those in need, irrespective of their nationality, and striving for global justice. In the sphere of international relations, these global obligations are evident in principles like the ‘responsibility to protect’, which posits that the international community has a duty to intervene in severe human rights violations.
El conflicto bosnio de la década de 1990, que formaba parte de las guerras yugoslavas más amplias, puso de relieve las complejidades de la intervención militar. En un principio, hubo reticencias al uso de la fuerza, pero el punto de inflexión se produjo con los terribles sucesos de la masacre de Srebrenica en 1995. Esta atrocidad espoleó una acción militar más decisiva por parte de la OTAN y la ONU, destinada a proteger a los civiles y poner fin al conflicto.


Activities such as human rights advocacy and international development aid are practical manifestations of these transcendent obligations. Many argue that wealthier countries bear a moral responsibility to assist less developed nations through aid, fair trade practices, and collaborative efforts to address global challenges like climate change and health crises. However, balancing these global duties with obligations to one’s own state often presents challenges and tensions. Nationalist perspectives prioritize the state's interests and needs, arguing that national strength is a prerequisite for meaningful global contribution. In contrast, globalist or cosmopolitan viewpoints stress the importance of considering the welfare of the entire global community, sometimes advocating for policies that might compromise narrow national interests.
En Libia, en 2011, la intervención autorizada por la ONU fue una respuesta a la amenaza de atrocidades masivas por parte del régimen de Gadafi. Esta acción, basada en la doctrina de la Responsabilidad de Proteger, fue aclamada inicialmente por evitar la violencia generalizada contra la población civil, especialmente en Bengasi. Sin embargo, la intervención también fue criticada por provocar una inestabilidad prolongada y la falta de una reconstrucción eficaz tras el conflicto.


In practice, the degree to which individuals and states recognize and act on obligations beyond their borders varies significantly and frequently becomes a topic of political debate. Discussions around refugee policies, foreign aid, and participation in international environmental agreements all reflect varying perspectives on the extent and nature of a state's duties beyond its immediate citizenry and territory. The obligations to the state are clearly defined within legal and societal frameworks, but the notion of duties extending beyond national borders is more fluid and subject to ethical debate, international norms, and the changing dynamics of global interdependence. These broader obligations reflect an increasing awareness of the shared challenges and common destiny of humanity, pushing the boundaries of traditional state-centric views in international relations.
La guerra civil siria planteó un importante dilema para la intervención internacional. A pesar de las atroces violaciones de los derechos humanos y del uso de armas químicas, la comunidad internacional dudó en gran medida en intervenir militarmente. Esto se debió a la complejidad del conflicto, la participación de diversos actores externos y la preocupación por la posibilidad de una escalada regional más amplia.


==== Ethics of Intervention: Military and Humanitarian ====
En otros Estados africanos como Zimbabue, el Congo y Liberia, las respuestas a las crisis variaron. Zimbabue fue objeto de sanciones internacionales y esfuerzos diplomáticos en respuesta a su agitación política y económica. En el Congo, el despliegue de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU tuvo como objetivo estabilizar las regiones afectadas por el conflicto. En Liberia, la guerra civil terminó en parte gracias a la intervención militar de la CEDEAO, seguida de una misión de mantenimiento de la paz de la ONU para garantizar la estabilidad y apoyar la transición hacia la paz.
The debate over the rights and wrongs of intervention, encompassing both military and humanitarian actions, is a deeply complex issue in international relations, balancing ethical, legal, and pragmatic considerations. On the one hand, interventions are often justified on humanitarian grounds, especially when aimed at preventing gross human rights violations such as genocide, ethnic cleansing, or crimes against humanity. The concept of a 'responsibility to protect' argues that when a state fails to protect its citizens, or worse, perpetrates atrocities against them, there is a moral imperative for the international community to step in. However, interventions are defensible and more ethically sound when they have the backing of international law, typically through a United Nations Security Council resolution. This legal sanctioning ensures that the intervention isn't merely a cover for advancing a single nation's interests but is instead a collective response to a crisis. Interventions can also be justified for maintaining or restoring regional and global stability, particularly when a nation's conflict poses threats beyond its borders. Yet, interventions are fraught with challenges and potential pitfalls. A significant concern is the violation of state sovereignty, a core principle in international law and relations. Unilateral or inadequately supported interventions can be seen as infringements on a nation's right to self-determination. Furthermore, military interventions, even with the noblest intentions, risk escalating conflicts, causing civilian casualties, and creating long-term instability and power vacuums, as seen in the aftermath of interventions in Iraq and Libya.


Another critical issue is the apparent double standards and selectivity in interventions. Often, decisions to intervene seem inconsistent and driven more by strategic interests than by a steadfast commitment to humanitarian principles, leading to accusations of hypocrisy and undermining the moral basis for intervention. In regions with colonial histories, interventions by Western powers may be perceived as neocolonialist maneuvers, especially if the intervening nations have economic or strategic interests in the area. Humanitarian interventions, while aiming to alleviate suffering, are not without their controversies. They can sometimes be perceived as a front for geopolitical pursuits. Moreover, the effectiveness of humanitarian aid can be compromised by issues like corruption, logistical challenges, and a lack of understanding of the local context, which can lead to aid not reaching those who need it most or even exacerbating the situation.
Estos variados casos reflejan la naturaleza matizada y a menudo polémica de la decisión de utilizar la fuerza en asuntos internacionales. Las decisiones se ven influidas por una mezcla de factores, como la gravedad de la situación, las justificaciones jurídicas y éticas de la intervención, los posibles índices de éxito, los intereses de los Estados que intervienen y las implicaciones más generales para la estabilidad internacional. Ilustran la tensión permanente entre el respeto de la soberanía de los Estados y el imperativo de proteger los derechos humanos, entre la persecución de los intereses nacionales y la adhesión al derecho internacional y a los principios morales. Estas situaciones ponen de relieve la naturaleza compleja y polifacética del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, una decisión que requiere una cuidadosa consideración de las consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo para todos los implicados.


The decision to intervene, whether militarily or in a humanitarian capacity, necessitates therefore a nuanced and comprehensive assessment. It requires balancing the immediate needs and the long-term impacts on the affected population and the international system. Ensuring that interventions are legally sanctioned, internationally supported, and effectively and responsibly implemented is crucial for maintaining their legitimacy and ensuring they do more good than harm.
==== Morality in Foreign Policy and IR ====


=== IR Theory as a Problem-Solving Toolkit ===
El lugar que ocupa la moral en la política exterior y las relaciones internacionales es objeto de considerable debate y de perspectivas variadas dentro del campo de las Relaciones Internacionales (RI). La incorporación de principios morales, como los derechos humanos, la libertad religiosa y las preocupaciones humanitarias, a la política exterior refleja un cambio significativo con respecto a los puntos de vista tradicionales que priorizaban los intereses estatales y la política de poder.
International Relations (IR) theory, as conceptualized by theorists like Robert Cox, can be understood as a 'tool kit' or a type of 'problem-solving theory.' This characterization underscores the practical and analytical utility of IR theory in understanding and addressing the complexities of global politics.


As a 'tool kit,' IR theory provides a diverse array of concepts, frameworks, and paradigms that scholars and practitioners can use to analyze and interpret international events and relationships. This toolkit includes various theoretical approaches, each offering unique insights and explanations for the behavior of states and other international actors. For instance, realism focuses on power dynamics and security concerns, liberalism emphasizes cooperation and international institutions, while constructivism considers the impact of social constructs and identities on international politics. By applying these different theories, one can gain a more comprehensive understanding of international events, from wars and treaties to trade agreements and diplomatic negotiations.
Una política exterior de derechos humanos implica el compromiso de un Estado de promover y proteger los derechos humanos en todo el mundo. Este enfoque a menudo conduce a esfuerzos diplomáticos, sanciones económicas o incluso intervenciones militares destinadas a prevenir o responder a los abusos de los derechos humanos en otros países. El reto consiste en equilibrar el imperativo moral de defender los derechos humanos con el respeto a la soberanía de los Estados, así como en navegar por los intereses, a menudo contrapuestos, de la política internacional. La promoción de la libertad religiosa internacional es otro aspecto en el que la moral se cruza con la política exterior. Los Estados, en particular los que tienen un fuerte compromiso con la libertad religiosa, pueden abogar por la protección y promoción de este derecho en todo el mundo. Esto puede implicar esfuerzos diplomáticos para condenar la persecución religiosa y apoyar iniciativas internacionales que salvaguarden las libertades religiosas.


In the context of Robert Cox's work, the description of IR theory as a 'problem-solving theory' highlights its pragmatic approach to dealing with the challenges of international relations. Cox distinguished between 'critical theory,' which seeks to understand and transform the world by questioning underlying structures and assumptions, and 'problem-solving theory,' which takes the world as it finds it and aims to make the functioning of these existing structures more efficient. In this sense, IR theory as a problem-solving tool focuses on managing and resolving immediate issues within the given parameters of the global system. It is about addressing specific problems in international relations by applying established theories and methods to understand and navigate these challenges effectively.
La doctrina de la "responsabilidad de proteger" (R2P) de las Naciones Unidas es un hito en la evolución moral de las relaciones internacionales. Establecida para prevenir atrocidades masivas como el genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad, la RdP afirma que cuando un Estado no protege a sus ciudadanos de tales crímenes, la comunidad internacional tiene la obligación moral de intervenir, lo que puede incluir la intervención militar. La RdP fue un factor importante en intervenciones como la de Libia en 2011, pero su aplicación ha sido incoherente, lo que ha suscitado dudas sobre la voluntad y la capacidad de la comunidad internacional para mantener estos compromisos morales. "Salvar a extraños", término popularizado por Nicholas J. Wheeler en su libro sobre la intervención humanitaria, resume el deber moral de ayudar a las personas de otros países que se enfrentan a graves crisis humanitarias, incluso a costa de violar la soberanía del Estado. Este principio ha sustentado diversas intervenciones humanitarias, en las que Estados o coaliciones han intervenido en países para poner fin a un sufrimiento generalizado, a menudo sin el consentimiento de la nación anfitriona.


For example, in dealing with a diplomatic crisis, a problem-solving approach might involve using negotiation and conflict resolution techniques informed by IR theories to de-escalate tensions and find a mutually acceptable solution. In addressing global economic issues, theories like liberalism or neoliberalism might be employed to understand and enhance international trade and cooperation. However, it is important to note that while IR theory can be immensely useful as a toolkit for understanding and addressing international issues, it also has its limitations. Critics, including Cox himself, argue that by focusing on problem-solving within the existing order, such theories may overlook deeper structural issues and inequalities in the international system. IR theory, as a 'tool kit' or 'problem-solving theory,' thus offers valuable perspectives and tools for understanding and addressing the complexities and challenges of international relations. It equips scholars, diplomats, and policymakers with the analytical frameworks necessary to interpret global events and craft strategies for effective engagement in the international arena.
La intervención humanitaria representa una de las aplicaciones más directas de la moralidad en la política exterior, en la que los Estados o las organizaciones internacionales utilizan la fuerza militar para aliviar el sufrimiento humano, especialmente en situaciones de genocidio, crímenes de guerra o violaciones generalizadas de los derechos humanos. La intervención de la OTAN en Kosovo en 1999 se cita a menudo como ejemplo de intervención humanitaria motivada por consideraciones morales más que por los intereses tradicionales del Estado. Sin embargo, la incorporación de la moral a la política exterior también se enfrenta a críticas y desafíos. Los realistas sostienen que el deber primordial de un Estado es para con sus propios ciudadanos y que las consideraciones morales no deben prevalecer sobre los intereses nacionales y las preocupaciones en materia de seguridad. Además, la aplicación selectiva de principios morales, a menudo influida por intereses estratégicos, puede dar lugar a acusaciones de hipocresía y socavar la credibilidad de los argumentos morales en la política internacional.


In the context of International Relations (IR) theory as a type of 'problem-solving' theory, the concept of 'efficient causation,' as originally conceptualized by Aristotle, becomes relevant in understanding how certain actions or events cause specific outcomes in the realm of international politics. Aristotle's notion of 'efficient causation' refers to a cause that directly brings about an effect. It's the kind of cause-and-effect relationship where the cause is seen as an active and primary factor in producing the effect. In IR, this concept can be applied to analyze how certain decisions or actions by states or international actors directly lead to particular outcomes or changes in the international system. For instance, when a country decides to impose economic sanctions on another, the 'efficient causation' would be the decision to impose sanctions, and the effect might be an economic downturn or a change in the targeted country's foreign policy. Similarly, a military intervention by one state in another can be seen as the 'efficient cause' of the subsequent changes within the intervened state, whether it be regime change, conflict resolution, or in some cases, further destabilization.
El lugar de la moral en la política exterior y las relaciones internacionales es, pues, una cuestión dinámica y compleja. Representa una lucha constante por alinear los imperativos éticos con las realidades prácticas de la política mundial, reflejando la tensión entre las aspiraciones idealistas y las limitaciones realistas. La búsqueda de objetivos morales en las relaciones internacionales subraya la naturaleza evolutiva del sistema internacional, en el que las nociones tradicionales de soberanía estatal y no intervención se contraponen cada vez más a la responsabilidad de la comunidad mundial de defender los derechos humanos fundamentales y los principios éticos.


In the problem-solving approach of IR theory, understanding efficient causation is crucial for identifying the direct actions that can resolve specific international issues. This approach involves looking at the immediate causes of international problems and finding solutions that address these causes effectively. For example, in conflict resolution, identifying the immediate actions or events that led to the conflict (the efficient causes) is a key step in developing strategies to resolve it. However, it is important to note that while efficient causation focuses on direct and immediate causes, international relations often involve complex interactions where long-term and indirect causes (what Aristotle termed 'material,' 'formal,' and 'final' causes) also play significant roles. For instance, while a political decision or an act of aggression may be the efficient cause of a war, underlying economic conditions, historical grievances, and cultural factors (other forms of causation) are also crucial in understanding the broader context of the conflict. The concept of efficient causation in the framework of IR as a problem-solving theory helps to pinpoint the immediate and direct causes of international events and issues. This approach is instrumental in formulating practical and targeted responses to specific problems in the realm of international relations, although it is also essential to consider the broader and more complex web of causation that characterizes global politics.
==== Obligaciones nacionales frente a obligaciones transnacionales ====


The post-behavioral revolution in American political science, particularly during the tumultuous period of the Vietnam War, marked a significant turning point in the field's evolution, especially in International Relations (IR) theory. This revolution was a response to the dominant behavioralist approach, which heavily emphasized empirical, quantifiable research methods, akin to those used in the natural sciences. Behavioralism focused on observable, objective behavior and data, often at the expense of subjective factors such as ideology, ethics, and morality. The aim was to develop generalizable theories about political behavior based on empirical evidence.
En el ámbito de la filosofía política y las relaciones internacionales, el debate sobre las obligaciones contraídas con el Estado frente a las que trascienden las fronteras nacionales es intrincado y polifacético. Por lo general, los ciudadanos tienen obligaciones bien establecidas para con su Estado, que pueden incluir el cumplimiento de las leyes, el pago de impuestos, la participación en el proceso democrático y, en ocasiones, la participación en el servicio nacional. Estas obligaciones suelen considerarse parte de un contrato social, en el que los ciudadanos aceptan ciertas responsabilidades a cambio de la protección y los servicios del Estado. La naturaleza y el alcance de estas obligaciones pueden variar mucho: las sociedades democráticas suelen hacer hincapié en la protección de los derechos y las libertades individuales, mientras que los regímenes más autoritarios pueden exigir un mayor cumplimiento y control.


However, the experiences and outcomes of the Vietnam War highlighted the shortcomings of this approach. Critics argued that the reliance on positivism and naturalism in political science, which influenced the strategies used in the Vietnam War, failed to capture the complex human dimensions of politics. This methodology was seen as overly reductionist, neglecting the ethical, normative, and subjective aspects of political decision-making and ignoring the cultural contexts and personal experiences of those involved. In response, the post-behavioral revolution called for a reevaluation of the methods and goals of political science. This new wave of thought emphasized the need to include ethical and moral considerations in political studies, arguing for an understanding of politics that encompassed both what is and what ought to be. It promoted methodological pluralism, encouraging the use of diverse research methods, including qualitative approaches, to better capture the richness and intricacies of political phenomena.
Más allá de los confines del Estado, el concepto de obligaciones se extiende a ámbitos éticos y morales más amplios. Las teorías humanitarias y cosmopolitas, influidas por pensadores como Immanuel Kant y estudiosos contemporáneos como Peter Singer, abogan por deberes que trascienden las fronteras nacionales. Por ejemplo, prestar ayuda a los necesitados, independientemente de su nacionalidad, y luchar por la justicia mundial. En el ámbito de las relaciones internacionales, estas obligaciones globales se manifiestan en principios como la "responsabilidad de proteger", que postula que la comunidad internacional tiene el deber de intervenir ante violaciones graves de los derechos humanos.


Another key aspect of this revolution was its focus on relevance. Post-behavioral scholars stressed the importance of addressing real-world issues and societal problems, rather than confining themselves to abstract theoretical or empirical research detached from the realities of everyday life. This shift represented a move towards a more socially engaged and reflective form of political science. Furthermore, the post-behavioral approach recognized the influence of researchers' values and perspectives on their work, challenging the notion of absolute objectivity in the study of politics. This acknowledgment of subjectivity marked a significant departure from the earlier belief in detached scientific neutrality.
Actividades como la defensa de los derechos humanos y la ayuda internacional al desarrollo son manifestaciones prácticas de estas obligaciones trascendentales. Muchos sostienen que los países más ricos tienen la responsabilidad moral de ayudar a las naciones menos desarrolladas a través de la ayuda, las prácticas comerciales justas y los esfuerzos de colaboración para abordar retos mundiales como el cambio climático y las crisis sanitarias. Sin embargo, equilibrar estos deberes globales con las obligaciones para con el propio Estado suele plantear retos y tensiones. Las perspectivas nacionalistas dan prioridad a los intereses y necesidades del Estado, argumentando que la fortaleza nacional es un requisito previo para una contribución global significativa. Por el contrario, los puntos de vista globalistas o cosmopolitas subrayan la importancia de tener en cuenta el bienestar de toda la comunidad mundial, abogando a veces por políticas que podrían comprometer intereses nacionales estrechos.


In the realm of IR, the impact of the post-behavioral revolution was profound. It paved the way for the emergence of more critical and diverse theoretical frameworks, such as constructivism, feminism, and critical theory. These approaches sought to understand international relations in a manner that was more ethically informed and nuanced, acknowledging the importance of human values, subjective experiences, and ethical considerations in the analysis of global politics. This paradigm shift enriched the field of IR, offering a more holistic and reflective approach to studying international affairs, one that recognized the complexity and moral dimensions inherent in the world of global politics.
En la práctica, el grado en que los individuos y los Estados reconocen sus obligaciones más allá de sus fronteras y actúan en consecuencia varía significativamente y a menudo se convierte en tema de debate político. Los debates en torno a las políticas de refugiados, la ayuda exterior y la participación en acuerdos medioambientales internacionales reflejan perspectivas diversas sobre el alcance y la naturaleza de las obligaciones de un Estado más allá de su ciudadanía y territorio inmediatos. Las obligaciones para con el Estado están claramente definidas en los marcos jurídicos y sociales, pero la noción de deberes que se extienden más allá de las fronteras nacionales es más fluida y está sujeta al debate ético, a las normas internacionales y a la dinámica cambiante de la interdependencia mundial. Estas obligaciones más amplias reflejan una conciencia cada vez mayor de los retos compartidos y del destino común de la humanidad, lo que amplía los límites de los puntos de vista tradicionales de las relaciones internacionales centrados en el Estado.


In the realm of International Relations (IR) theory, the distinction between explanatory theory as a form of social scientific theory and interpretive theory highlights different approaches to understanding and analyzing international events and phenomena. This distinction is well encapsulated in the contrast between the 'covering-law' model of explanation and the interpretive approach to understanding events in international relations. The 'covering-law' model, or the nomological-deductive method, is a hallmark of explanatory theory in social science. This approach seeks to explain events by subsuming them under general laws or regularities. According to this model, an event can be explained if it can be shown to be a specific instance of a general law. For example, in IR, a realist might use the concept of the balance of power to explain why states enter into alliances — the general law being that states seek alliances to balance against stronger powers. This model is characterized by its emphasis on objectivity, empiricism, and the search for causal relationships that can be generalized across different cases. In contrast, interpretive theory, as discussed by scholars like Hollis and Smith, aims to understand events in international relations by delving into their specific contexts and meanings. Interpretive theory is not primarily concerned with finding general laws or regularities. Instead, it focuses on understanding the subjective meanings and intentions behind actions and events. For instance, an interpretive approach to a diplomatic crisis might involve examining the historical, cultural, and ideological contexts that shape the perspectives and actions of the involved states, providing a nuanced understanding of the event that goes beyond general laws.
==== Ética de la intervención: Military and Humanitarian ====


Interpretive theory aligns with the constructivist approach in IR, which holds that the realities of international politics are socially and culturally constructed rather than objectively given. Constructivists argue that the identities, interests, and actions of states are shaped by shared ideas, norms, and values, and thus, understanding these social constructs is key to understanding international relations. Both explanatory and interpretive theories offer valuable insights into international relations. The explanatory approach, with its focus on general laws and causal explanations, is useful for predicting events and formulating policies. On the other hand, the interpretive approach provides a deeper understanding of the complex social, historical, and cultural factors that influence international events and decisions. In practice, a comprehensive analysis of international relations often requires a combination of both approaches. While the explanatory theory can elucidate broad patterns and regularities in state behavior, interpretive theory can uncover the unique contexts and meanings that underlie specific international events. Together, these approaches provide a more complete picture of the dynamics at play in the world of international politics.
El debate sobre los aciertos y errores de la intervención, que abarca tanto las acciones militares como las humanitarias, es una cuestión profundamente compleja en las relaciones internacionales, en la que se equilibran consideraciones éticas, jurídicas y pragmáticas. Por un lado, las intervenciones se justifican a menudo por motivos humanitarios, especialmente cuando tienen por objeto impedir violaciones graves de los derechos humanos como el genocidio, la limpieza étnica o los crímenes contra la humanidad. El concepto de "responsabilidad de proteger" sostiene que cuando un Estado no protege a sus ciudadanos o, lo que es peor, comete atrocidades contra ellos, existe un imperativo moral para que la comunidad internacional intervenga. Sin embargo, las intervenciones son defendibles y más sólidas desde el punto de vista ético cuando cuentan con el respaldo del derecho internacional, normalmente a través de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta sanción legal garantiza que la intervención no sea una mera tapadera para promover los intereses de una sola nación, sino una respuesta colectiva a una crisis. Las intervenciones también pueden justificarse para mantener o restablecer la estabilidad regional y mundial, sobre todo cuando el conflicto de una nación plantea amenazas más allá de sus fronteras. Sin embargo, las intervenciones están plagadas de retos y peligros potenciales. Una preocupación importante es la violación de la soberanía del Estado, un principio básico del derecho y las relaciones internacionales. Las intervenciones unilaterales o con un apoyo inadecuado pueden considerarse violaciones del derecho de autodeterminación de una nación. Además, las intervenciones militares, incluso con las intenciones más nobles, corren el riesgo de agravar los conflictos, causar víctimas civiles y crear inestabilidad y vacíos de poder a largo plazo, como se ha visto tras las intervenciones en Irak y Libia.


=== IR Theory: Critique and Prophetic Visions  ===
Otra cuestión crítica es el aparente doble rasero y la selectividad en las intervenciones. A menudo, las decisiones de intervenir parecen incoherentes y obedecen más a intereses estratégicos que a un firme compromiso con los principios humanitarios, lo que da lugar a acusaciones de hipocresía y socava la base moral de la intervención. En regiones con historia colonial, las intervenciones de las potencias occidentales pueden percibirse como maniobras neocolonialistas, especialmente si las naciones intervinientes tienen intereses económicos o estratégicos en la zona. Las intervenciones humanitarias, aunque pretenden aliviar el sufrimiento, no están exentas de polémica. A veces pueden percibirse como una tapadera para fines geopolíticos. Además, la eficacia de la ayuda humanitaria puede verse comprometida por problemas como la corrupción, las dificultades logísticas y la falta de comprensión del contexto local, que pueden hacer que la ayuda no llegue a quienes más la necesitan o incluso agravar la situación.
International Relations (IR) theory can function as a form of critique of the existing international order, and this critique can take two primary forms: negative critique and prophetic critique. These approaches differ in their perspectives and objectives regarding the status quo of international relations.


Negative critique in IR theory primarily involves a critical analysis of the current international system, identifying and highlighting its flaws, contradictions, and injustices. This form of critique does not necessarily offer a clear path to a new or reformed system; rather, its focus is on deconstructing and challenging the existing structures and assumptions. Scholars who adopt this approach might scrutinize the power dynamics within the international system, the inequities produced by current global economic arrangements, or the failings of international institutions. For instance, realist critiques of international organizations often focus on their perceived inability to transcend the self-interest of powerful states, while Marxist critiques might focus on how international capitalism perpetuates inequality.
La decisión de intervenir, ya sea militar o humanitariamente, requiere por tanto una evaluación matizada y exhaustiva. Requiere equilibrar las necesidades inmediatas y las repercusiones a largo plazo sobre la población afectada y el sistema internacional. Garantizar que las intervenciones estén legalmente autorizadas, cuenten con apoyo internacional y se lleven a cabo de forma eficaz y responsable es crucial para mantener su legitimidad y garantizar que hagan más bien que mal.


Prophetic critique in IR theory, on the other hand, goes beyond simply critiquing the current state of affairs. It also envisions and advocates for a radically different international order based on new principles and structures. This approach is characterized by its forward-looking perspective and its normative commitment to a more just and equitable world. Prophetic critiques often draw on ethical, philosophical, and ideological foundations to propose transformative changes. For example, critical theorists and constructivists might envision a world where international relations are governed more by shared norms and values than by power politics, and where global institutions are more democratic and responsive to the needs of all people, not just the interests of the most powerful states.
=== La teoría de las RRII como caja de herramientas para la resolución de problemas ===


Both forms of critique play vital roles in the field of IR. Negative critiques are important for understanding the limitations and problems of the current international system, providing a necessary foundation for any meaningful reform or transformation. Prophetic critiques are essential for imagining alternative futures and motivating change towards a more just and sustainable global order. In academic discourse and policy-making, these critiques serve as a means of holding the existing system accountable and inspiring debates about potential pathways for change. They encourage a continuous re-examination of the principles, practices, and structures that govern international relations, fostering a dynamic and evolving understanding of global politics.
La teoría de las Relaciones Internacionales (RRII), tal y como la conceptualizan teóricos como Robert Cox, puede entenderse como una "caja de herramientas" o un tipo de "teoría para la resolución de problemas". Esta caracterización subraya la utilidad práctica y analítica de la teoría de las RRII para comprender y abordar las complejidades de la política mundial.


=== IR as Daily Social Practice ===
Como "caja de herramientas", la teoría de las RRII ofrece una amplia gama de conceptos, marcos y paradigmas que los académicos y los profesionales pueden utilizar para analizar e interpretar los acontecimientos y las relaciones internacionales. Este conjunto de herramientas incluye varios enfoques teóricos, cada uno de los cuales ofrece perspectivas y explicaciones únicas sobre el comportamiento de los Estados y otros actores internacionales. Por ejemplo, el realismo se centra en la dinámica del poder y los problemas de seguridad, el liberalismo hace hincapié en la cooperación y las instituciones internacionales, mientras que el constructivismo considera el impacto de las construcciones sociales y las identidades en la política internacional. La aplicación de estas diferentes teorías permite comprender mejor los acontecimientos internacionales, desde las guerras y los tratados hasta los acuerdos comerciales y las negociaciones diplomáticas.
Viewing International Relations (IR) theory as everyday social practice involves understanding it not just as an academic discipline, but as something that is actively lived out and embodied in the daily interactions and activities of states, organizations, and individuals. This perspective emphasizes that the principles and concepts of IR theory are not merely abstract ideas confined to scholarly texts but are part of the ongoing, practical fabric of international politics. From this standpoint, IR theory as everyday social practice means that the behaviors, decisions, and policies of states and other international actors are continually informed by and reflective of theoretical principles. For instance, a state's foreign policy decisions are often based on realist principles of power and security, liberal ideals of cooperation and international institutions, or constructivist notions of social constructs and identity.


Moreover, this approach acknowledges that international relations are not only shaped by high-level diplomatic meetings or formal treaties but also by a myriad of less visible, everyday interactions. These can include business transactions, cultural exchanges, non-governmental organization activities, and even individual actions, all of which contribute to the broader dynamics of international relations. Seeing theory as everyday social practice also means recognizing that the concepts and models of IR are constantly being tested, modified, and reinterpreted in the light of real-world events. The practice of diplomacy, for instance, is not just an application of theoretical understanding but also a source of insights that can refine or challenge existing theories.
En el contexto de la obra de Robert Cox, la descripción de la teoría de las RI como una "teoría de resolución de problemas" pone de relieve su enfoque pragmático para abordar los retos de las relaciones internacionales. Cox distinguió entre la "teoría crítica", que pretende comprender y transformar el mundo cuestionando las estructuras y supuestos subyacentes, y la "teoría de resolución de problemas", que toma el mundo tal y como lo encuentra y pretende hacer más eficiente el funcionamiento de las estructuras existentes. En este sentido, la teoría de las RRII como herramienta de resolución de problemas se centra en la gestión y resolución de cuestiones inmediatas dentro de los parámetros dados del sistema global. Se trata de abordar problemas específicos de las relaciones internacionales aplicando teorías y métodos establecidos para comprender y sortear estos retos con eficacia.


This perspective also highlights the role of non-state actors in shaping international relations. From multinational corporations influencing global economic policies to activist networks advocating for human rights or environmental protection, these actors engage in practices that both reflect and impact theoretical understandings in IR. In essence, considering IR theory as everyday social practice requires a broad lens that captures the diverse and dynamic ways in which international relations unfold in real-world contexts. It invites a more holistic understanding of global politics, one that bridges the gap between theory and practice, and acknowledges the multitude of actors and activities that shape the international stage.
Por ejemplo, al abordar una crisis diplomática, un enfoque de resolución de problemas podría implicar el uso de técnicas de negociación y resolución de conflictos basadas en las teorías de las RRII para reducir las tensiones y encontrar una solución mutuamente aceptable. Al abordar cuestiones económicas mundiales, podrían emplearse teorías como el liberalismo o el neoliberalismo para comprender y mejorar el comercio y la cooperación internacionales. Sin embargo, es importante señalar que, aunque la teoría de las RRII puede ser inmensamente útil como caja de herramientas para comprender y abordar las cuestiones internacionales, también tiene sus limitaciones. Sus críticos, incluido el propio Cox, sostienen que al centrarse en la resolución de problemas dentro del orden existente, estas teorías pueden pasar por alto cuestiones estructurales y desigualdades más profundas del sistema internacional. Así pues, la teoría de las RRII, como "caja de herramientas" o "teoría de resolución de problemas", ofrece perspectivas y herramientas valiosas para comprender y abordar las complejidades y los retos de las relaciones internacionales. Proporciona a académicos, diplomáticos y responsables políticos los marcos analíticos necesarios para interpretar los acontecimientos mundiales y elaborar estrategias para una participación eficaz en la escena internacional.


= Buzan and Little's Critique of IR as an Intellectual Project =
En el contexto de la teoría de las Relaciones Internacionales (RI) como un tipo de teoría de "resolución de problemas", el concepto de "causalidad eficiente", tal y como fue conceptualizado originalmente por Aristóteles, adquiere relevancia a la hora de comprender cómo determinadas acciones o acontecimientos provocan resultados específicos en el ámbito de la política internacional. El concepto de "causalidad eficiente" de Aristóteles se refiere a una causa que produce directamente un efecto. Es el tipo de relación causa-efecto en la que la causa se considera un factor activo y principal en la producción del efecto. En las relaciones internacionales, este concepto puede aplicarse para analizar cómo determinadas decisiones o acciones de los Estados o los actores internacionales conducen directamente a determinados resultados o cambios en el sistema internacional. Por ejemplo, cuando un país decide imponer sanciones económicas a otro, la "causalidad eficiente" sería la decisión de imponer sanciones, y el efecto podría ser una recesión económica o un cambio en la política exterior del país objetivo. Del mismo modo, una intervención militar de un Estado en otro puede considerarse la "causa eficiente" de los cambios subsiguientes en el Estado intervenido, ya sea un cambio de régimen, la resolución de un conflicto o, en algunos casos, una mayor desestabilización.


=== Analysis of IR's Intellectual Failures ===
En el enfoque de resolución de problemas de la teoría de las RRII, la comprensión de la causalidad eficiente es crucial para identificar las acciones directas que pueden resolver problemas internacionales específicos. Este enfoque implica analizar las causas inmediatas de los problemas internacionales y encontrar soluciones que aborden eficazmente dichas causas. Por ejemplo, en la resolución de conflictos, la identificación de las acciones o acontecimientos inmediatos que condujeron al conflicto (las causas eficientes) es un paso clave en el desarrollo de estrategias para resolverlo. Sin embargo, es importante señalar que, mientras que la causalidad eficiente se centra en las causas directas e inmediatas, las relaciones internacionales suelen implicar interacciones complejas en las que las causas indirectas y a largo plazo (lo que Aristóteles denominó causas "materiales", "formales" y "finales") también desempeñan un papel importante. Por ejemplo, aunque una decisión política o un acto de agresión pueden ser la causa eficiente de una guerra, las condiciones económicas subyacentes, los agravios históricos y los factores culturales (otras formas de causalidad) también son cruciales para comprender el contexto más amplio del conflicto. El concepto de causalidad eficiente en el marco de las RRII como teoría de resolución de problemas ayuda a señalar las causas inmediatas y directas de los acontecimientos y problemas internacionales. Este enfoque es fundamental para formular respuestas prácticas y específicas a problemas concretos en el ámbito de las relaciones internacionales, aunque también es esencial tener en cuenta la red de causalidad más amplia y compleja que caracteriza la política mundial.
Barry Buzan and Richard Little, in their article "Why International Relations has Failed as an Intellectual Project," assert that despite its internal dynamism, the field of International Relations (IR) has remained curiously insulated from other social sciences and history. This critique highlights a significant limitation in the development of IR as an academic discipline. The authors argue that IR's isolation from other disciplines has hindered its ability to develop a comprehensive understanding of global politics. While IR has evolved and diversified in its approaches and theories, this evolution has largely occurred within its own silo, separate from the insights and methodologies of disciplines like sociology, psychology, economics, and history.


This insularity, according to Buzan and Little, has led to a certain narrowness in perspective and methodology within IR. By not fully engaging with the theories, concepts, and empirical findings of other social sciences, IR has missed opportunities to enrich its analysis and to understand more deeply the complex interplay of factors that shape international relations. This includes overlooking the historical processes that have shaped the modern state system, the economic underpinnings of international politics, and the psychological factors that influence decision-making at the international level. Moreover, Buzan and Little suggest that this separation from other disciplines has limited IR's ability to effectively address and solve real-world problems. They advocate for a more interdisciplinary approach, one that draws on the strengths and insights of various social sciences to create a more robust and nuanced understanding of international phenomena. While IR has made significant strides in developing its own theories and models, its progress as an intellectual project has been constrained by its relative isolation. To advance further, the field needs to open itself to cross-disciplinary influences, integrating broader social scientific perspectives and methods into its study of global politics. This approach would not only deepen the theoretical richness of IR but also enhance its practical relevance in addressing the complex challenges of the international arena.
La revolución postconductual en la ciencia política estadounidense, especialmente durante el tumultuoso periodo de la guerra de Vietnam, marcó un importante punto de inflexión en la evolución del campo, sobre todo en la teoría de las Relaciones Internacionales (RI). Esta revolución fue una respuesta al enfoque conductista dominante, que hacía gran hincapié en los métodos de investigación empíricos y cuantificables, similares a los utilizados en las ciencias naturales. El conductismo se centraba en el comportamiento y los datos observables y objetivos, a menudo a expensas de factores subjetivos como la ideología, la ética y la moral. El objetivo era desarrollar teorías generalizables sobre el comportamiento político basadas en pruebas empíricas.


Barry Buzan and Richard Little's observation about the limited outbound traffic from International Relations (IR) into other disciplines presents a noteworthy contradiction when considering IR's self-conception. IR often views itself as a discipline whose subject matter is inherently important and relevant, and as being inherently inter or multi-disciplinary. This self-perception, however, seems at odds with the reality of its engagement with other fields.
Sin embargo, las experiencias y los resultados de la guerra de Vietnam pusieron de manifiesto las deficiencias de este enfoque. Los críticos argumentaron que la dependencia del positivismo y el naturalismo en la ciencia política, que influyó en las estrategias empleadas en la guerra de Vietnam, no lograba captar las complejas dimensiones humanas de la política. Se consideraba que esta metodología era excesivamente reduccionista, descuidaba los aspectos éticos, normativos y subjetivos de la toma de decisiones políticas e ignoraba los contextos culturales y las experiencias personales de los implicados. En respuesta, la revolución postconductual exigió una reevaluación de los métodos y objetivos de la ciencia política. Esta nueva corriente de pensamiento hizo hincapié en la necesidad de incluir consideraciones éticas y morales en los estudios políticos, abogando por una comprensión de la política que abarcase tanto lo que es como lo que debería ser. Promovió el pluralismo metodológico, fomentando el uso de diversos métodos de investigación, incluidos los enfoques cualitativos, para captar mejor la riqueza y las complejidades de los fenómenos políticos.


IR's self-conception as an important and relevant field is based on the premise that it deals with critical issues like war, peace, global cooperation, international economics, and human rights. These are topics of undeniable significance and global impact, and the field prides itself on tackling these complex and pressing global challenges. IR theorists and practitioners often emphasize the discipline's capacity to offer insights and solutions to some of the world's most critical problems. Additionally, IR has historically positioned itself as inter or multi-disciplinary, drawing theoretically and methodologically from a range of other disciplines, including history, economics, sociology, law, and political science. This interdisciplinary approach is seen as essential given the complexity and scope of international issues, which often cannot be fully understood through a single disciplinary lens.
Otro aspecto clave de esta revolución fue su énfasis en la relevancia. Los estudiosos postconductuales subrayaron la importancia de abordar cuestiones del mundo real y problemas sociales, en lugar de limitarse a investigaciones teóricas o empíricas abstractas alejadas de las realidades de la vida cotidiana. Este cambio representó una evolución hacia una forma de ciencia política más comprometida socialmente y más reflexiva. Además, el enfoque postconductual reconocía la influencia de los valores y perspectivas de los investigadores en su trabajo, cuestionando la noción de objetividad absoluta en el estudio de la política. Este reconocimiento de la subjetividad supuso un cambio significativo con respecto a la creencia anterior en la neutralidad científica.


However, Buzan and Little point out a contradiction in this self-conception: while IR may draw from other disciplines, there seems to be a limited flow of ideas and research from IR back into these other fields. This one-way traffic suggests a certain insularity within IR, where it benefits from the insights of other disciplines but does not equally contribute to or influence these fields in return. This contradiction might stem from several factors, including the specialized nature of IR that focuses primarily on state-to-state relations and the high-level politics of the international system. Such a focus might limit the applicability of IR insights to other disciplines that deal with different scales or aspects of human activity. Moreover, the theoretical and methodological approaches developed within IR might not seamlessly translate to other fields, which have their own established paradigms and research priorities.
En el ámbito de las RRII, el impacto de la revolución postconductual fue profundo. Preparó el terreno para la aparición de marcos teóricos más críticos y diversos, como el constructivismo, el feminismo y la teoría crítica. Estos enfoques trataron de entender las relaciones internacionales de una manera más ética y matizada, reconociendo la importancia de los valores humanos, las experiencias subjetivas y las consideraciones éticas en el análisis de la política mundial. Este cambio de paradigma enriqueció el campo de las RRII, ofreciendo un enfoque más holístico y reflexivo del estudio de los asuntos internacionales, que reconocía la complejidad y las dimensiones morales inherentes al mundo de la política global.


Barry Buzan and Richard Little, in their critique of the field of International Relations (IR), disagree with the prevailing tendency to assume that theoretical fragmentation within the discipline constitutes an inevitable state of affairs. This prevalent view suggests that the diverse and often conflicting array of theories in IR—ranging from realism and liberalism to constructivism and critical theory—is a natural and unalterable condition that must either be endured or embraced. Such fragmentation is often seen as reflecting the complex and multifaceted nature of international relations itself. However, Buzan and Little challenge this perspective. They argue against resigning to or celebrating this theoretical fragmentation. Instead, they advocate for a more holistic framework for understanding international relations, one that can potentially harmonize the diverse perspectives within the field. They propose leveraging the interdisciplinary appeal of the concept of the ‘international system’ as a unifying framework.
En el ámbito de la teoría de las Relaciones Internacionales (RI), la distinción entre la teoría explicativa como forma de teoría científica social y la teoría interpretativa pone de relieve los diferentes enfoques para comprender y analizar los acontecimientos y fenómenos internacionales. Esta distinción se resume bien en el contraste entre el modelo de explicación basado en la "ley de cobertura" y el enfoque interpretativo de la comprensión de los acontecimientos en las relaciones internacionales. El modelo de "ley de cobertura", o método nomológico-deductivo, es una característica distintiva de la teoría explicativa en las ciencias sociales. Este enfoque trata de explicar los acontecimientos subsumiéndolos en leyes o regularidades generales. Según este modelo, un acontecimiento puede explicarse si puede demostrarse que es un caso específico de una ley general. Por ejemplo, en las RRII, un realista podría utilizar el concepto de equilibrio de poder para explicar por qué los Estados establecen alianzas: la ley general es que los Estados buscan alianzas para equilibrarse frente a potencias más fuertes. Este modelo se caracteriza por su énfasis en la objetividad, el empirismo y la búsqueda de relaciones causales que puedan generalizarse a través de diferentes casos. En cambio, la teoría interpretativa, analizada por estudiosos como Hollis y Smith, pretende comprender los acontecimientos de las relaciones internacionales profundizando en sus contextos y significados específicos. La teoría interpretativa no se ocupa principalmente de encontrar leyes o regularidades generales. Por el contrario, se centra en comprender los significados subjetivos y las intenciones que subyacen a las acciones y los acontecimientos. Por ejemplo, un enfoque interpretativo de una crisis diplomática podría implicar el examen de los contextos históricos, culturales e ideológicos que conforman las perspectivas y acciones de los Estados implicados, proporcionando una comprensión matizada del acontecimiento que va más allá de las leyes generales.


The concept of the ‘international system’ is central to IR and refers to the structure and pattern of relationships among the world's states and other significant actors, governed by certain rules and norms. Buzan and Little suggest that this concept can serve as a common ground for different theoretical approaches, providing a comprehensive structure within which various perspectives can be integrated. By focusing on the international system, they believe it's possible to transcend the limitations of individual theories and create a more cohesive and comprehensive understanding of global politics. This approach would involve drawing on insights from various theoretical traditions to build a more nuanced and multi-dimensional analysis of the international system. For example, it could combine the realist focus on power and security, the liberal emphasis on institutions and cooperation, the constructivist attention to social constructs and identities, and the critical theories' concern with power dynamics and inequality. Buzan and Little's proposition for a holistic framework based on the concept of the international system aims to bridge the divides between different theoretical perspectives in IR. It represents an effort to move beyond theoretical fragmentation towards a more integrated and interdisciplinary approach to understanding the complexities of the international arena. This approach not only has the potential to enrich the academic study of IR but also to enhance the practical relevance of the discipline in addressing the multifaceted challenges of global politics.
La teoría interpretativa está en consonancia con el enfoque constructivista de las RRII, que sostiene que las realidades de la política internacional se construyen social y culturalmente y no se dan objetivamente. Los constructivistas sostienen que las identidades, los intereses y las acciones de los Estados están conformados por ideas, normas y valores compartidos y que, por tanto, comprender estas construcciones sociales es clave para entender las relaciones internacionales. Tanto las teorías explicativas como las interpretativas ofrecen valiosos puntos de vista sobre las relaciones internacionales. El enfoque explicativo, centrado en leyes generales y explicaciones causales, resulta útil para predecir acontecimientos y formular políticas. Por otro lado, el enfoque interpretativo proporciona una comprensión más profunda de los complejos factores sociales, históricos y culturales que influyen en los acontecimientos y las decisiones internacionales. En la práctica, un análisis exhaustivo de las relaciones internacionales suele requerir una combinación de ambos enfoques. Mientras que la teoría explicativa puede dilucidar patrones y regularidades generales en el comportamiento de los Estados, la teoría interpretativa puede descubrir los contextos y significados únicos que subyacen a acontecimientos internacionales concretos. Juntos, estos enfoques proporcionan una imagen más completa de la dinámica en juego en el mundo de la política internacional.


=== Strategies for Revitalizing IR's Intellectual Contribution ===
=== Teoría de las RI: Crítica y visiones proféticas ===  
Addressing the perceived failure of International Relations (IR) as an intellectual project, especially in the context of a global era marked by increasing globalization, requires a reorientation and expansion of its theoretical and methodological approaches. This reorientation involves moving beyond traditional frameworks and embracing more macro-approaches that are prevalent in other social sciences.


One direction that has been suggested involves moving beyond the 'world systems' theory, famously associated with Immanuel Wallerstein, which has its roots in Marxism and materialism. Wallerstein's world-systems theory views the global order as a complex system characterized by a capitalist world economy divided into core, periphery, and semi-periphery nations. While this theory has provided valuable insights into the economic structures of global inequality, critics argue that it focuses too narrowly on economic factors and class dynamics, overlooking other important aspects of international relations. In response, there is a growing interest in studying the international system, world system, and world society in a more holistic manner. This approach would involve integrating a broader range of factors beyond just economic ones, including political, cultural, technological, and environmental dimensions. It also suggests a need to understand the interactions not only between states but also between a wide array of non-state actors, such as international organizations, non-governmental organizations, multinational corporations, and transnational advocacy networks.
La teoría de las Relaciones Internacionales (RI) puede funcionar como una forma de crítica del orden internacional existente, y esta crítica puede adoptar dos formas principales: la crítica negativa y la crítica profética. Estos enfoques difieren en sus perspectivas y objetivos respecto al statu quo de las relaciones internacionales.


The study of the international system would continue to examine the traditional concerns of IR, such as power dynamics, state behavior, and international institutions. However, it would also incorporate insights from other disciplines, such as sociology, anthropology, and environmental science, to better understand the social, cultural, and ecological aspects of global politics. The concept of world society, on the other hand, extends the analysis to include the global community's collective norms, values, and identities. It emphasizes the role of transnational actors and networks in shaping global norms and practices, ranging from human rights and environmental sustainability to international law and global governance.
La crítica negativa en la teoría de las RRII implica principalmente un análisis crítico del sistema internacional actual, identificando y destacando sus defectos, contradicciones e injusticias. Esta forma de crítica no ofrece necesariamente un camino claro hacia un sistema nuevo o reformado, sino que se centra en deconstruir y cuestionar las estructuras y supuestos existentes. Los académicos que adoptan este enfoque pueden analizar la dinámica de poder dentro del sistema internacional, las desigualdades producidas por los actuales acuerdos económicos mundiales o los fallos de las instituciones internacionales. Por ejemplo, las críticas realistas a las organizaciones internacionales suelen centrarse en su incapacidad para trascender los intereses de los Estados poderosos, mientras que las críticas marxistas se centran en cómo el capitalismo internacional perpetúa la desigualdad.


Moving beyond the 'Westphalian straightjacket' involves challenging the state-centric view of international relations that has dominated the field since the Peace of Westphalia in 1648. This perspective traditionally views sovereign states as the primary and most significant actors in the international system, with little regard for non-state entities or transnational forces. The suggestion to reverse IR's attitude toward history, particularly world history, is a call to broaden the scope of analysis beyond the narrow focus on states and their interactions. The English School of International Relations offers an approach that aligns with this broader perspective. It recognizes the importance of not just states but also international society — a concept that encompasses a wider array of actors and acknowledges the role of shared norms, values, rules, and institutions in shaping international relations. This school of thought emphasizes the historical and social dimensions of international politics, considering how historical events and processes have shaped the current international system.
Por otra parte, la crítica profética en la teoría de las RRII va más allá de la mera crítica de la situación actual. También imagina y defiende un orden internacional radicalmente distinto basado en nuevos principios y estructuras. Este enfoque se caracteriza por su perspectiva de futuro y su compromiso normativo con un mundo más justo y equitativo. Las críticas proféticas suelen basarse en fundamentos éticos, filosóficos e ideológicos para proponer cambios transformadores. Por ejemplo, los teóricos críticos y los constructivistas pueden imaginar un mundo en el que las relaciones internacionales se rijan más por normas y valores compartidos que por políticas de poder, y en el que las instituciones mundiales sean más democráticas y respondan mejor a las necesidades de todas las personas, no sólo a los intereses de los Estados más poderosos.


By incorporating a more thorough understanding of world history, IR can move beyond the limitations of the Westphalian model. This involves recognizing the influence of historical empires, non-Western states, and transnational movements in shaping the global order. It also means acknowledging the impact of colonialism, economic globalization, and cultural exchanges in forming the current international landscape. Furthermore, reversing IR's attitude toward history entails recognizing the dynamic and evolving nature of international relations. It requires an understanding that the concepts and theories used to explain international politics must also evolve in response to changing historical circumstances. This approach challenges the static view of international relations as merely interactions among sovereign states, instead presenting it as a dynamic and complex web of relations influenced by a wide range of historical and social factors.
Ambas formas de crítica desempeñan un papel vital en el campo de las RRII. Las críticas negativas son importantes para comprender las limitaciones y los problemas del actual sistema internacional, y proporcionan una base necesaria para cualquier reforma o transformación significativa. Las críticas proféticas son esenciales para imaginar futuros alternativos y motivar el cambio hacia un orden mundial más justo y sostenible. En el discurso académico y en la formulación de políticas, estas críticas sirven para responsabilizar al sistema actual e inspirar debates sobre posibles vías de cambio. Alientan un continuo reexamen de los principios, prácticas y estructuras que rigen las relaciones internacionales, fomentando una comprensión dinámica y evolutiva de la política mundial.


Incorporating world history into IR also allows for a more nuanced understanding of contemporary issues. For instance, current conflicts and alliances can often be better understood in the context of their historical underpinnings. Additionally, a historical perspective can provide insights into the development of international norms and institutions and help explain variations in the behavior of different states and societies. Moving beyond the 'Westphalian straightjacket' and embracing a more historically informed approach, as exemplified by the English School, allows for a richer and more comprehensive understanding of international relations. It acknowledges the importance of states while also recognizing the significance of historical processes, non-state actors, and transnational forces in shaping the global arena. This approach not only enriches the theoretical depth of IR but also enhances its practical relevance in addressing the complex challenges of the contemporary world.
=== Las RRII como práctica social cotidiana ===


Barry Buzan and Richard Little, in their critique of the field of International Relations (IR), address the issue of sectoral narrowness and what they describe as "a rather thoughtless embracing of theoretical fragmentation." This critique points to a tendency within IR to compartmentalize the field into distinct theoretical and thematic sectors without sufficient cross-fertilization or synthesis. Sectoral narrowness refers to the specialization within IR where scholars focus intensively on specific areas or themes, such as security studies, international political economy, or human rights. While such specialization has led to in-depth understanding and insights in these individual areas, Buzan and Little argue that it also results in a fragmented field where the broader picture is often lost. This fragmentation means that critical insights and developments in one sector of IR may not be adequately integrated into or recognized by others. The "thoughtless embracing" of this fragmentation, as Buzan and Little put it, suggests a lack of critical reflection on the limitations and drawbacks of having such sharply divided subfields. It implies a missed opportunity to develop more comprehensive and holistic approaches that draw on the strengths and insights of various sectors. For instance, understanding international security challenges fully requires not just a focus on military and strategic aspects (as in traditional security studies) but also an appreciation of economic conditions, cultural factors, and historical contexts.
Considerar la teoría de las Relaciones Internacionales (RI) como práctica social cotidiana implica entenderla no sólo como una disciplina académica, sino como algo que se vive activamente y se encarna en las interacciones y actividades cotidianas de los Estados, las organizaciones y los individuos. Esta perspectiva subraya que los principios y conceptos de la teoría de las RRII no son meras ideas abstractas confinadas en textos académicos, sino que forman parte del tejido continuo y práctico de la política internacional. Desde este punto de vista, la teoría de las RRII como práctica social cotidiana significa que los comportamientos, decisiones y políticas de los Estados y otros actores internacionales se basan continuamente en principios teóricos y los reflejan. Por ejemplo, las decisiones de política exterior de un Estado se basan a menudo en principios realistas de poder y seguridad, en ideales liberales de cooperación e instituciones internacionales, o en nociones constructivistas de construcciones sociales e identidad.


To move beyond this sectoral narrowness, Buzan and Little suggest that IR should foster more interdisciplinary engagement and synthesis. This approach would involve creating frameworks and methodologies that bridge different sectors, encouraging scholars to incorporate insights from various areas of IR into their analyses. It also means promoting dialogue and collaboration among specialists from different subfields to address complex global issues in a more integrated manner. Such a shift would not only enhance the theoretical richness of IR but also increase its practical relevance. By breaking down the silos within the field, IR could offer more nuanced and comprehensive analyses of international phenomena, better equipping policymakers, diplomats, and other practitioners to navigate the complexities of the global landscape. In essence, moving beyond sectoral narrowness requires a conscious effort to build bridges across theoretical divides, fostering a more unified and collaborative approach to understanding and addressing the challenges of international relations.
Además, este enfoque reconoce que las relaciones internacionales no sólo se configuran mediante reuniones diplomáticas de alto nivel o tratados formales, sino también mediante una miríada de interacciones cotidianas menos visibles. Éstas pueden incluir transacciones comerciales, intercambios culturales, actividades de organizaciones no gubernamentales e incluso acciones individuales, todo lo cual contribuye a la dinámica más amplia de las relaciones internacionales. Considerar la teoría como una práctica social cotidiana también significa reconocer que los conceptos y modelos de las RRII se ponen a prueba, modifican y reinterpretan constantemente a la luz de los acontecimientos del mundo real. La práctica de la diplomacia, por ejemplo, no es sólo una aplicación de la comprensión teórica, sino también una fuente de ideas que pueden perfeccionar o cuestionar las teorías existentes.


Integrating world history into International Relations (IR) and aiming to recapture a vision of international systems as a grand theory represent an ambitious and significant shift in the approach to studying global affairs. This perspective underscores the importance of historical context in understanding the evolution and dynamics of international systems, advocating for a more comprehensive and holistic view of IR. Integrating world history into IR involves recognizing that current international systems, institutions, norms, and power dynamics have been shaped by historical processes. This approach acknowledges that the state-centric system, global economic patterns, and political ideologies are the products of historical developments, including colonialism, industrialization, wars, and cultural exchanges. By studying these historical trajectories, IR scholars can gain deeper insights into why the international system operates as it does today and how it might evolve in the future.
Esta perspectiva también pone de relieve el papel de los agentes no estatales en la configuración de las relaciones internacionales. Desde las empresas multinacionales que influyen en las políticas económicas mundiales hasta las redes de activistas que defienden los derechos humanos o la protección del medio ambiente, estos agentes participan en prácticas que reflejan y repercuten en la comprensión teórica de las RRII. En esencia, considerar la teoría de las RRII como una práctica social cotidiana requiere una perspectiva amplia que capte las formas diversas y dinámicas en que se desarrollan las relaciones internacionales en contextos reales. Ello invita a una comprensión más holística de la política mundial, que tienda puentes entre la teoría y la práctica y reconozca la multitud de actores y actividades que configuran la escena internacional.


Moreover, a historical approach allows for a more nuanced understanding of non-Western perspectives and experiences, which have often been marginalized in traditional IR theory. This includes exploring the impact of imperialism and decolonization on state formation and international relations in the Global South, as well as understanding the roles of non-European empires and civilizations in shaping world history. Recapturing a vision of international systems as a grand theory means striving for an overarching framework that can explain the broad patterns and structures of international relations across different eras and contexts. This grand theory would aim to synthesize insights from various IR theories and historical analyses to offer a comprehensive understanding of how global politics work. It would address the power dynamics between states, the roles of non-state actors, the influence of economic and cultural factors, and the impact of technological and environmental changes.
= La crítica de Buzan y Little a las RRII como proyecto intelectual =


To develop such a grand theory, IR scholars would need to engage in interdisciplinary research, drawing on insights from history, sociology, economics, political science, and other relevant fields. This would involve not only examining the historical roots of current international phenomena but also considering how historical patterns might inform future developments. Integrating world history into IR and working towards a grand theory of international systems represent a call for a more expansive and inclusive approach to studying global politics. This approach recognizes the value of historical context in understanding the complexities of the international arena and seeks to develop a comprehensive theoretical framework that can explain the intricacies and dynamics of global affairs, both past and present.
=== Análisis de los fracasos intelectuales de las RRII ===
 
Barry Buzan y Richard Little, en su artículo "Why International Relations has Failed as an Intellectual Project", afirman que, a pesar de su dinamismo interno, el campo de las Relaciones Internacionales (RI) ha permanecido curiosamente aislado de otras ciencias sociales y de la historia. Esta crítica pone de manifiesto una importante limitación en el desarrollo de las RRII como disciplina académica. Los autores argumentan que el aislamiento de las RRII de otras disciplinas ha obstaculizado su capacidad para desarrollar una comprensión global de la política mundial. Aunque las RRII han evolucionado y se han diversificado en sus enfoques y teorías, esta evolución se ha producido en gran medida dentro de su propio silo, separado de las ideas y metodologías de disciplinas como la sociología, la psicología, la economía y la historia.
 
Esta insularidad, según Buzan y Little, ha conducido a una cierta estrechez de perspectiva y metodología dentro de las RRII. Al no comprometerse plenamente con las teorías, conceptos y hallazgos empíricos de otras ciencias sociales, las RRII han perdido oportunidades de enriquecer su análisis y comprender más profundamente la compleja interacción de factores que configuran las relaciones internacionales. Esto incluye pasar por alto los procesos históricos que han configurado el sistema estatal moderno, los fundamentos económicos de la política internacional y los factores psicológicos que influyen en la toma de decisiones a escala internacional. Además, Buzan y Little sugieren que esta separación de otras disciplinas ha limitado la capacidad de las RRII para abordar y resolver eficazmente los problemas del mundo real. Buzan y Little abogan por un enfoque más interdisciplinar, que aproveche los puntos fuertes y los conocimientos de diversas ciencias sociales para crear una comprensión más sólida y matizada de los fenómenos internacionales. Aunque las RRII han avanzado mucho en el desarrollo de sus propias teorías y modelos, su progreso como proyecto intelectual se ha visto limitado por su relativo aislamiento. Para seguir avanzando, el campo necesita abrirse a influencias interdisciplinares, integrando perspectivas y métodos científicos sociales más amplios en su estudio de la política mundial. Este enfoque no sólo profundizaría en la riqueza teórica de las RRII, sino que también aumentaría su relevancia práctica a la hora de abordar los complejos retos de la escena internacional.
 
La observación de Barry Buzan y Richard Little sobre el limitado tráfico de salida de las Relaciones Internacionales (RI) hacia otras disciplinas presenta una notable contradicción cuando se considera la autoconcepción de las RI. A menudo, las RRII se ven a sí mismas como una disciplina cuya temática es intrínsecamente importante y relevante, y como intrínsecamente inter o multidisciplinar. Sin embargo, esta autopercepción parece contradecir la realidad de su compromiso con otros campos.
 
La autopercepción de las RRII como campo importante y relevante se basa en la premisa de que aborda cuestiones críticas como la guerra, la paz, la cooperación mundial, la economía internacional y los derechos humanos. Se trata de temas de innegable importancia y repercusión mundial, y el campo se enorgullece de abordar estos complejos y acuciantes retos globales. Los teóricos y profesionales de las RRII destacan a menudo la capacidad de la disciplina para ofrecer ideas y soluciones a algunos de los problemas más críticos del mundo. Además, las RRII se han posicionado históricamente como inter o multidisciplinares, basándose teórica y metodológicamente en otras disciplinas como la historia, la economía, la sociología, el derecho y la ciencia política. Este enfoque interdisciplinar se considera esencial dada la complejidad y el alcance de las cuestiones internacionales, que a menudo no pueden entenderse plenamente a través de una única lente disciplinar.
 
Sin embargo, Buzan y Little señalan una contradicción en esta autoconcepción: si bien las RRI pueden inspirarse en otras disciplinas, parece haber un flujo limitado de ideas e investigación desde las RRI hacia estos otros campos. Este tráfico unidireccional sugiere una cierta insularidad dentro de las RRII, que se benefician de los conocimientos de otras disciplinas pero no contribuyen de la misma manera a estos campos ni influyen en ellos. Esta contradicción puede deberse a varios factores, como el carácter especializado de las RRII, que se centran principalmente en las relaciones entre Estados y en la política de alto nivel del sistema internacional. Este enfoque podría limitar la aplicabilidad de los conocimientos de las RRII a otras disciplinas que se ocupan de diferentes escalas o aspectos de la actividad humana. Además, es posible que los planteamientos teóricos y metodológicos desarrollados en las RRII no se trasladen sin problemas a otros campos, que tienen sus propios paradigmas y prioridades de investigación establecidos.
 
Barry Buzan y Richard Little, en su crítica del campo de las Relaciones Internacionales (RI), discrepan de la tendencia predominante a asumir que la fragmentación teórica dentro de la disciplina constituye un estado de cosas inevitable. Este punto de vista prevalente sugiere que la diversa y a menudo conflictiva gama de teorías de las RRII -desde el realismo y el liberalismo hasta el constructivismo y la teoría crítica- es una condición natural e inalterable que debe soportarse o aceptarse. A menudo se considera que esta fragmentación refleja la naturaleza compleja y polifacética de las propias relaciones internacionales. Sin embargo, Buzan y Little cuestionan esta perspectiva. Argumentan en contra de resignarse o celebrar esta fragmentación teórica. En su lugar, abogan por un marco más holístico para la comprensión de las relaciones internacionales, un marco que pueda armonizar potencialmente las diversas perspectivas dentro del campo. Proponen aprovechar el atractivo interdisciplinar del concepto de "sistema internacional" como marco unificador.
 
El concepto de "sistema internacional" es fundamental para las RRII y se refiere a la estructura y el patrón de relaciones entre los Estados del mundo y otros actores significativos, regidos por ciertas reglas y normas. Buzan y Little sugieren que este concepto puede servir de base común para diferentes enfoques teóricos, proporcionando una estructura global dentro de la cual pueden integrarse diversas perspectivas. Al centrarse en el sistema internacional, creen que es posible trascender las limitaciones de las teorías individuales y crear una comprensión más cohesiva y global de la política mundial. Este enfoque implicaría aprovechar las ideas de diversas tradiciones teóricas para construir un análisis más matizado y multidimensional del sistema internacional. Por ejemplo, podría combinar el enfoque realista del poder y la seguridad, el énfasis liberal en las instituciones y la cooperación, la atención constructivista a las construcciones sociales y las identidades, y la preocupación de las teorías críticas por las dinámicas de poder y la desigualdad. La propuesta de Buzan y Little de un marco holístico basado en el concepto de sistema internacional pretende salvar las distancias entre las distintas perspectivas teóricas de las RRII. Representa un esfuerzo por superar la fragmentación teórica y adoptar un enfoque más integrado e interdisciplinario para comprender las complejidades del ámbito internacional. Este enfoque no sólo tiene el potencial de enriquecer el estudio académico de las RRII, sino también de aumentar la relevancia práctica de la disciplina a la hora de abordar los polifacéticos retos de la política mundial.
 
=== Estrategias para revitalizar la contribución intelectual de las RRII ===
 
Abordar el fracaso percibido de las Relaciones Internacionales (RRII) como proyecto intelectual, especialmente en el contexto de una era mundial marcada por una creciente globalización, requiere una reorientación y ampliación de sus enfoques teóricos y metodológicos. Esta reorientación implica ir más allá de los marcos tradicionales y adoptar enfoques más macro que prevalecen en otras ciencias sociales.
 
Se ha sugerido ir más allá de la teoría de los "sistemas mundiales", asociada a Immanuel Wallerstein, que hunde sus raíces en el marxismo y el materialismo. La teoría de los sistemas mundiales de Wallerstein considera el orden global como un sistema complejo caracterizado por una economía mundial capitalista dividida en naciones centrales, periféricas y semiperiféricas. Aunque esta teoría ha aportado valiosas ideas sobre las estructuras económicas de la desigualdad mundial, sus críticos sostienen que se centra demasiado en los factores económicos y la dinámica de clases, pasando por alto otros aspectos importantes de las relaciones internacionales. En respuesta, existe un creciente interés por estudiar el sistema internacional, el sistema mundial y la sociedad mundial de una manera más holística. Este enfoque implicaría la integración de una gama más amplia de factores, más allá de los meramente económicos, incluidas las dimensiones políticas, culturales, tecnológicas y medioambientales. También sugiere la necesidad de comprender las interacciones no sólo entre Estados, sino también entre una amplia gama de agentes no estatales, como organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, empresas multinacionales y redes transnacionales de defensa de intereses.
 
El estudio del sistema internacional seguiría examinando las preocupaciones tradicionales de las RRII, como la dinámica del poder, el comportamiento de los Estados y las instituciones internacionales. Sin embargo, también incorporaría conocimientos de otras disciplinas, como la sociología, la antropología y las ciencias medioambientales, para comprender mejor los aspectos sociales, culturales y ecológicos de la política mundial. El concepto de sociedad mundial, por su parte, amplía el análisis para incluir las normas, valores e identidades colectivas de la comunidad global. Destaca el papel de los actores y redes transnacionales en la configuración de normas y prácticas globales, que van desde los derechos humanos y la sostenibilidad medioambiental hasta el derecho internacional y la gobernanza mundial.
 
Ir más allá de la "camisa de fuerza westfaliana" implica cuestionar la visión estadocéntrica de las relaciones internacionales que ha dominado el campo desde la Paz de Westfalia en 1648. Esta perspectiva considera tradicionalmente a los Estados soberanos como los actores principales y más significativos del sistema internacional, con escasa consideración por las entidades no estatales o las fuerzas transnacionales. La sugerencia de invertir la actitud de las RRII hacia la historia, en particular la historia mundial, es una llamada a ampliar el alcance del análisis más allá del estrecho enfoque en los Estados y sus interacciones. La Escuela Inglesa de Relaciones Internacionales ofrece un enfoque que se ajusta a esta perspectiva más amplia. Reconoce la importancia no sólo de los Estados, sino también de la sociedad internacional, concepto que engloba a un conjunto más amplio de actores y reconoce el papel de las normas, valores, reglas e instituciones compartidas en la configuración de las relaciones internacionales. Esta escuela de pensamiento hace hincapié en las dimensiones histórica y social de la política internacional, considerando cómo los acontecimientos y procesos históricos han conformado el actual sistema internacional.
 
Al incorporar una comprensión más profunda de la historia mundial, las RI pueden superar las limitaciones del modelo westfaliano. Esto implica reconocer la influencia de los imperios históricos, los Estados no occidentales y los movimientos transnacionales en la configuración del orden mundial. También significa reconocer el impacto del colonialismo, la globalización económica y los intercambios culturales en la formación del actual panorama internacional. Además, invertir la actitud de las RRII hacia la historia implica reconocer la naturaleza dinámica y evolutiva de las relaciones internacionales. Requiere comprender que los conceptos y teorías utilizados para explicar la política internacional también deben evolucionar en respuesta a las cambiantes circunstancias históricas. Este enfoque cuestiona la visión estática de las relaciones internacionales como meras interacciones entre Estados soberanos, presentándolas en cambio como una red dinámica y compleja de relaciones influidas por una amplia gama de factores históricos y sociales.
 
La incorporación de la historia mundial a las RRII también permite una comprensión más matizada de los problemas contemporáneos. Por ejemplo, los conflictos y alianzas actuales pueden entenderse mejor en el contexto de sus fundamentos históricos. Además, una perspectiva histórica puede aportar ideas sobre el desarrollo de las normas e instituciones internacionales y ayudar a explicar las variaciones en el comportamiento de los distintos Estados y sociedades. Superar la "camisa de fuerza westfaliana" y adoptar un enfoque más histórico, como el de la Escuela Inglesa, permite una comprensión más rica y completa de las relaciones internacionales. Reconoce la importancia de los Estados, pero también la de los procesos históricos, los agentes no estatales y las fuerzas transnacionales en la configuración de la escena mundial. Este enfoque no sólo enriquece la profundidad teórica de las RRII, sino que también aumenta su relevancia práctica a la hora de abordar los complejos retos del mundo contemporáneo.
 
Barry Buzan y Richard Little, en su crítica al campo de las Relaciones Internacionales (RI), abordan la cuestión de la estrechez sectorial y lo que describen como "una adopción bastante irreflexiva de la fragmentación teórica". Esta crítica apunta a una tendencia dentro de las RI a compartimentar el campo en distintos sectores teóricos y temáticos sin suficiente fertilización cruzada o síntesis. La estrechez sectorial se refiere a la especialización dentro de las RRII en la que los académicos se centran intensamente en áreas o temas específicos, como los estudios de seguridad, la economía política internacional o los derechos humanos. Si bien esta especialización ha permitido profundizar en el conocimiento y la comprensión de estas áreas concretas, Buzan y Little sostienen que también ha dado lugar a un campo fragmentado en el que a menudo se pierde la visión de conjunto. Esta fragmentación significa que las ideas y los avances críticos en un sector de las RRII pueden no estar adecuadamente integrados en otros o no ser reconocidos por ellos. La "aceptación irreflexiva" de esta fragmentación, en palabras de Buzan y Little, sugiere una falta de reflexión crítica sobre las limitaciones y los inconvenientes de tener subcampos tan claramente divididos. Supone una oportunidad perdida para desarrollar enfoques más globales y holísticos que aprovechen los puntos fuertes y las ideas de diversos sectores. Por ejemplo, para comprender plenamente los retos de la seguridad internacional no basta con centrarse en los aspectos militares y estratégicos (como en los estudios de seguridad tradicionales), sino que también hay que tener en cuenta las condiciones económicas, los factores culturales y los contextos históricos.
 
Para ir más allá de esta estrechez sectorial, Buzan y Little sugieren que las RRII fomenten un compromiso y una síntesis más interdisciplinarios. Este planteamiento implicaría la creación de marcos y metodologías que sirvieran de puente entre los distintos sectores, animando a los especialistas a incorporar a sus análisis ideas procedentes de diversas áreas de las RRII. También significa promover el diálogo y la colaboración entre especialistas de distintos subcampos para abordar cuestiones globales complejas de forma más integrada. Este cambio no sólo aumentaría la riqueza teórica de las RRII, sino también su relevancia práctica. Al romper los compartimentos estancos dentro del campo, las RRII podrían ofrecer análisis más matizados y exhaustivos de los fenómenos internacionales, equipando mejor a los responsables políticos, diplomáticos y otros profesionales para navegar por las complejidades del panorama mundial. En esencia, ir más allá de la estrechez sectorial requiere un esfuerzo consciente para tender puentes a través de las divisiones teóricas, fomentando un enfoque más unificado y colaborativo para comprender y abordar los retos de las relaciones internacionales.
 
La integración de la historia mundial en las Relaciones Internacionales (RI) y el objetivo de recuperar una visión de los sistemas internacionales como gran teoría representan un cambio ambicioso y significativo en el enfoque del estudio de los asuntos mundiales. Esta perspectiva subraya la importancia del contexto histórico para comprender la evolución y la dinámica de los sistemas internacionales, abogando por una visión más global y holística de las RI. Integrar la historia mundial en las RRII implica reconocer que los actuales sistemas, instituciones, normas y dinámicas de poder internacionales han sido moldeados por procesos históricos. Este enfoque reconoce que el sistema estado-céntrico, los patrones económicos globales y las ideologías políticas son el producto de desarrollos históricos, como el colonialismo, la industrialización, las guerras y los intercambios culturales. Estudiando estas trayectorias históricas, los especialistas en RRII pueden comprender mejor por qué el sistema internacional funciona como lo hace hoy y cómo podría evolucionar en el futuro.
 
Además, un enfoque histórico permite una comprensión más matizada de las perspectivas y experiencias no occidentales, que a menudo han sido marginadas en la teoría tradicional de las RRII. Esto incluye explorar el impacto del imperialismo y la descolonización en la formación del Estado y las relaciones internacionales en el Sur Global, así como comprender el papel de los imperios y civilizaciones no europeos en la configuración de la historia mundial. Recuperar una visión de los sistemas internacionales como gran teoría significa luchar por un marco general que pueda explicar las pautas y estructuras generales de las relaciones internacionales en distintas épocas y contextos. Esta gran teoría trataría de sintetizar las ideas de diversas teorías de las RRII y análisis históricos para ofrecer una comprensión global del funcionamiento de la política mundial. Abordaría la dinámica de poder entre los Estados, el papel de los actores no estatales, la influencia de los factores económicos y culturales y el impacto de los cambios tecnológicos y medioambientales.
 
Para desarrollar esa gran teoría, los especialistas en RRII tendrían que realizar una investigación interdisciplinar, basándose en los conocimientos de la historia, la sociología, la economía, la ciencia política y otros campos pertinentes. Esto implicaría no sólo examinar las raíces históricas de los fenómenos internacionales actuales, sino también considerar cómo los patrones históricos podrían informar sobre futuros desarrollos. La integración de la historia mundial en las RRII y la elaboración de una gran teoría de los sistemas internacionales representan una llamada a un enfoque más amplio e integrador del estudio de la política mundial. Este enfoque reconoce el valor del contexto histórico para comprender las complejidades de la escena internacional y pretende desarrollar un marco teórico global que pueda explicar las complejidades y la dinámica de los asuntos mundiales, tanto del pasado como del presente.


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Version actuelle datée du 28 janvier 2024 à 10:51

"El mundo real comienza aquí.... Lo que pensamos sobre estos acontecimientos y posibilidades [por ejemplo, en lugares como Bosnia y Ruanda, las guerras mundiales y las perspectivas de la política mundial en el siglo XXI], y lo que creemos que podemos hacer al respecto, depende en un sentido fundamental de cómo pensamos sobre ellos. En resumen, nuestro pensamiento sobre el mundo "real", y por tanto nuestras prácticas, está directamente relacionado con nuestras teorías, por lo que, como personas interesadas y preocupadas por el mundo real, debemos estar interesadas y preocupadas por la teoría: ¿Cuáles son los legados de las teorías del pasado? ¿De quién son los hechos que más han influido en nuestras ideas? ¿Qué voces se han pasado por alto? ¿Podemos saberlo y cómo podemos saberlo? ¿Hacia dónde va la teoría? ¿Quiénes somos? El mundo real está constituido por las respuestas dominantes a estas y otras preguntas teóricas". Así escriben Steve Smith, Ken Booth y Marysia Zalewski en la introducción de "International theory: positivism & beyond". Esta afirmación vincula estrechamente el estudio de la teoría de las relaciones internacionales al tejido mismo de nuestra realidad global. Afirma que nuestra comprensión del mundo y nuestras interacciones con él no son independientes de los marcos teóricos, sino que están profundamente entrelazados. Es a través del prisma de estas teorías como interpretamos acontecimientos como los conflictos de Bosnia y Ruanda o contemplamos la configuración de la política mundial del siglo XXI.

Los autores subrayan que nuestras reflexiones sobre estos acontecimientos y las posibles acciones que emprendamos vienen determinadas por nuestro punto de vista teórico. Argumentan que la teoría no es abstracta, sino más bien una herramienta práctica que informa e influye en nuestra comprensión y nuestras acciones. Nos obligan a reconocer la importancia de la teoría en el mundo real y a reconocer que las teorías no son sólo construcciones académicas, sino que son esenciales para configurar nuestra percepción de los acontecimientos mundiales y nuestras respuestas a ellos. Los autores también nos desafían a considerar el legado histórico de las teorías de las RRII. Examinando el pasado podemos comprender cómo las ideas anteriores han influido en las normas y políticas internacionales actuales. Nos instan a examinar críticamente de quién son los hechos que han conformado históricamente las ideas dominantes y a cuestionar qué voces han quedado marginadas en este proceso. Este llamamiento a la inclusión y a la investigación crítica es primordial en su argumentación, que aboga por un enfoque más amplio que incorpore diversas voces y perspectivas, especialmente las que históricamente se han pasado por alto.

Profundizando en la naturaleza de la propia teoría, Smith, Booth y Zalewski nos piden que nos enfrentemos a los fundamentos del conocimiento y del ser en las relaciones internacionales. Plantean un desafío a los supuestos epistemológicos y ontológicos estándar, obligándonos a lidiar con cuestiones de verdad, realidad y construcción del conocimiento en el campo de las relaciones internacionales. Mirando al futuro, cuestionan la dirección de la teoría de las RRII y reflexionan sobre la identidad y el propósito de quienes participan en este campo. Animan a adoptar una postura previsora y reflexiva sobre el papel de los teóricos y los profesionales en la configuración del discurso internacional. Por último, proponen que el "mundo real" está constituido por las respuestas a las preguntas teóricas. Esto sugiere que la teoría no es meramente descriptiva o explicativa, sino constitutiva: participa en la creación del mundo que describe. En este sentido, la teoría y la práctica no están separadas, sino entrelazadas, y la teoría participa activamente en la construcción de la realidad internacional.

En esencia, esta cita de Smith, Booth y Zalewski no es sólo una profunda declaración de apertura para un curso sobre teoría de las RRII, sino también una declaración exhaustiva del papel imperativo que desempeña la teoría en nuestra comprensión y práctica de las relaciones internacionales. Es una invitación a embarcarse en un viaje que explora la intrincada relación entre teoría y práctica, y sienta las bases para una exploración exhaustiva del complejo mundo de la política internacional.

Comprender la teoría de las RI[modifier | modifier le wikicode]

Distinción entre Relaciones Internacionales (mayúsculas) y relaciones internacionales (minúsculas)[modifier | modifier le wikicode]

En el contexto de la cita de la introducción de Steve Smith, Ken Booth y Marysia Zalewski a "International theory: positivism & beyond", la diferenciación entre 'Relaciones Internacionales' con mayúsculas y 'relaciones internacionales' con minúsculas es significativa. Por "Relaciones Internacionales" (con mayúsculas) se entiende la disciplina académica que estudia las relaciones entre países, incluido el papel de los Estados, las organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales y las empresas multinacionales. Se trata de un campo de estudio dentro de la ciencia política o una disciplina afín que abarca una variedad de marcos teóricos utilizados para analizar y comprender los comportamientos e interacciones a escala global. Por otro lado, las "relaciones internacionales" (en minúsculas) se refieren a las interacciones políticas, económicas, sociales y culturales reales que se producen entre Estados soberanos y otros actores en la escena internacional. Estos son los acontecimientos y prácticas del mundo real que el campo de las Relaciones Internacionales trata de comprender y explicar.

La distinción se hace para diferenciar entre el estudio teórico y el análisis de las interacciones globales (Relaciones Internacionales) y los sucesos prácticos y las acciones que tienen lugar entre los actores del escenario mundial (relaciones internacionales). Se trata de una separación importante porque permite hablar con claridad del impacto de la teoría en la interpretación y comprensión de los acontecimientos del mundo real y viceversa. Comprender tanto los aspectos abstractos como los concretos de estos términos es crucial para un compromiso profundo con la materia, especialmente en el contexto de un curso destinado a descifrar la teoría de las Relaciones Internacionales y su impacto.

Diferenciar "actualidad" de "historia contemporánea"[modifier | modifier le wikicode]

Entender los matices entre "actualidad" e "historia contemporánea" es crucial para comprender las complejidades de nuestro mundo. La actualidad son los acontecimientos y temas inmediatos que captan nuestra atención a diario. Es lo que vemos en los canales de noticias, leemos en los periódicos y comentamos con nuestros colegas. Son los acontecimientos que analistas políticos como Fareed Zakaria comentan, ofreciendo una visión de sus implicaciones inmediatas y sus posibles resultados. Por ejemplo, los debates en curso sobre las negociaciones del cambio climático, las últimas decisiones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o las repercusiones económicas inmediatas de una decisión de la OPEP son ejemplos de actualidad. Exigen una vigilancia y adaptación constantes, ya que configuran las decisiones políticas y las opiniones públicas del momento. En cambio, la historia contemporánea contempla estos mismos acontecimientos con la ventaja de cierta distancia temporal. Como podría haber articulado el historiador Eric Hobsbawm, se trata de situar los acontecimientos recientes dentro de una narrativa más amplia para comprender su significado histórico y sus efectos a largo plazo. Un acontecimiento como la caída del Muro de Berlín en 1989 es un buen ejemplo. Durante su ocurrencia, fue un asunto de actualidad; ahora, es un tema de historia contemporánea, que ofrece perspectivas sobre el final de la Guerra Fría y la reconfiguración de la política mundial. La historia contemporánea trata de analizar e interpretar las causas y los efectos de tales acontecimientos, aprovechando las ventajas de la retrospectiva y una mayor variedad de fuentes disponibles con el paso del tiempo. Aquí es donde el discurso académico desempeña un papel vital, ya que estudiosos como Timothy Garton Ash han proporcionado relatos exhaustivos de la época, enriqueciendo nuestra comprensión del contexto histórico del periodo.

Mientras que la actualidad suele basarse en reportajes en tiempo real y análisis inmediatos, la historia contemporánea utiliza metodologías para evaluar críticamente y contextualizar los acontecimientos recientes. Por ejemplo, el análisis en curso de la Primavera Árabe por parte de académicos como el director de POMEPS, Marc Lynch, ha convertido una serie de acontecimientos actuales en un rico campo de investigación histórica, demostrando el impacto de estos acontecimientos en el panorama político de Oriente Medio. Ambos campos son dinámicos; a medida que avanza el tiempo, la línea que los separa se difumina. La actualidad de hoy se convierte en la historia contemporánea de mañana. El análisis de la actualidad, informado por el contexto que proporciona la historia contemporánea, permite a los responsables políticos, a los académicos y al público en general dar sentido a un mundo que cambia rápidamente. Cuando asistimos al desarrollo de acontecimientos como la pandemia de COVID-19, los consideramos temas de actualidad. Sin embargo, los historiadores del futuro estudiarán estos mismos acontecimientos como parte de la historia contemporánea, examinando sus causas, la eficacia de la respuesta mundial y su impacto a largo plazo en la sociedad. La interacción entre la actualidad y la historia contemporánea es esencial para conformar nuestra comprensión colectiva de dónde nos encontramos en el flujo del tiempo y cómo podemos influir en el curso de los acontecimientos futuros. Son dos caras de la misma moneda, que ofrecen diferentes lentes a través de las cuales podemos ver e interpretar el mundo que nos rodea.

Exploración del ámbito de investigación de las RRII[modifier | modifier le wikicode]

Las Relaciones Internacionales (RRII) como campo de investigación arrojan una red amplia y en constante expansión sobre las innumerables formas en que las entidades políticas, económicas, sociales y culturales del mundo interactúan entre sí. En esencia, las RRII se ocupan del ejercicio del poder, ya sea a través del poder coercitivo de la fuerza militar, tal y como lo examinan politólogos como Joseph Nye, o a través del poder blando de la influencia cultural y la diplomacia. Este campo trata de comprender los entresijos del derecho internacional, el funcionamiento interno de la diplomacia y el papel de las organizaciones internacionales en el fomento de la cooperación o el conflicto entre Estados.

Nunca se insistirá lo suficiente en la dimensión económica de las RRII. Este campo examina los flujos comerciales, los entresijos de las finanzas internacionales y los procesos de globalización que entretejen las economías en una compleja interdependencia, un concepto explorado por Robert Keohane y Joseph Nye. Consideremos el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y su sucesor, el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA), como lienzos de la vida real donde se desarrollan las teorías de la cooperación y el conflicto económicos. En lo que respecta a la sociedad y la cultura, las RRII exploran cómo las ideas y los valores cruzan las fronteras, moldeando y remodelando las naciones. El intercambio cultural que acompaña al comercio mundial, la inmigración y las tecnologías de la comunicación entra dentro de este ámbito. Estudiosos como Alexander Wendt han argumentado que las propias identidades e intereses de los Estados se construyen a través de estas interacciones sociales y culturales, que a su vez influyen en sus políticas exteriores y compromisos internacionales.

En el ámbito de la seguridad, las RRII abordan los problemas tradicionales de la guerra y la paz, pero también se aventuran en nuevos campos como la ciberseguridad, reflexionando sobre cómo pueden protegerse las naciones en la era digital. La proliferación de armas nucleares, las teorías estratégicas que abordan la disuasión y la compleja política de las negociaciones de desarme son algunos de los temas tratados, con aportaciones de expertos en seguridad como Barry Buzan. El medio ambiente es otro ámbito de investigación fundamental dentro de las RRII, especialmente a medida que cuestiones como el cambio climático y la escasez de recursos presionan sobre la conciencia mundial. Acuerdos internacionales como el Acuerdo de París sobre el clima representan intentos prácticos de traducir las preocupaciones medioambientales en política internacional, un ámbito en el que estudiosos como Jessica Green han aportado su visión analítica.

Las consideraciones éticas también ocupan un lugar destacado en las RRII. Este campo se enfrenta a cuestiones de intervención humanitaria, derechos humanos y justicia global. Los debates que suscitó la intervención de la OTAN en Kosovo en 1999 constituyen un ejemplo concreto de los dilemas éticos a los que se enfrentan los Estados en el sistema internacional, dilemas que teóricos como John Vincent han tratado de desentrañar. Por último, el papel de la tecnología en la remodelación de las relaciones internacionales es un área de creciente interés. Desde la influencia de Internet en la Primavera Árabe hasta el uso de drones en la guerra, la tecnología redibuja continuamente el mapa de las interacciones y estrategias internacionales.

En resumen, las relaciones internacionales son un campo amplio que trata de comprender y explicar el complejo entramado de las interacciones mundiales. Examina acontecimientos históricos, asuntos de actualidad y escenarios de predicción para el futuro, al tiempo que trata de aplicar los conocimientos académicos a los problemas del mundo real. Desde las aulas académicas, donde los académicos teorizan sobre la naturaleza de la política internacional, hasta los pasillos del poder, donde estas teorías se ponen a prueba y se aplican, las relaciones internacionales siguen siendo un área de investigación esencial para cualquiera que desee comprender o influir en el orden mundial.

La existencia y la necesidad de la teoría de las RRII[modifier | modifier le wikicode]

Estudio de caso: Obama y los misiles en Europa[modifier | modifier le wikicode]

La teoría de las RRII sirve de andamiaje intelectual para comprender el complicado e interconectado mundo de los asuntos internacionales. Existe porque el ámbito de las interacciones globales es vasto y lleno de matices, y sin un enfoque estructurado, el comportamiento de los Estados y los actores no estatales puede parecer impredecible y caótico. Las teorías de las Relaciones Internacionales destilan estas complejidades en modelos y paradigmas más comprensibles, permitiéndonos navegar por un mundo lleno de diversas corrientes políticas, económicas, sociales y culturales. La necesidad de la teoría de las RRII se hace evidente cuando consideramos sus diversas aplicaciones. Proporciona a académicos y profesionales marcos analíticos para interpretar las acciones de países y organizaciones internacionales, arrojando luz sobre los motivos subyacentes y los probables resultados de estas acciones. Por ejemplo, cuando Kenneth Waltz, figura destacada de la teoría neorrealista, analizó el equilibrio de poder, proporcionó una lente a través de la cual ver el comportamiento de los Estados en términos de dinámica de poder y preocupaciones de seguridad. Esta perspectiva es inestimable para los responsables políticos, que a menudo deben tomar decisiones con importantes repercusiones internacionales. Además, la teoría de las RRII es indispensable para orientar la formulación de políticas. Al predecir cómo es probable que se comporten los Estados, las teorías pueden sugerir las respuestas políticas más eficaces. También pueden ofrecer una visión de las tendencias futuras, como el ascenso de las potencias emergentes o el impacto de los cambios económicos mundiales, lo que permite a las naciones prepararse y ajustar sus estrategias en consecuencia. Los fundamentos teóricos de las relaciones internacionales no son meras elucubraciones académicas, sino que tienen implicaciones en el mundo real, informando y a veces desaconsejando determinadas líneas de actuación.

Para ilustrar la utilidad práctica de la teoría de las RRII, podemos fijarnos en el caso del despliegue de misiles en Europa durante la presidencia de Obama. Ante la decisión de continuar o no con el sistema de defensa antimisiles previsto en Europa del Este, las deliberaciones de la administración se vieron influidas por una confluencia de ideas teóricas. Un realista podría defender el despliegue como una medida necesaria para mantener el equilibrio de poder y disuadir a posibles adversarios. Un liberal podría considerar la situación de forma diferente, sugiriendo que el reforzamiento de las instituciones y acuerdos internacionales podría proporcionar un enfoque de la seguridad más eficaz y menos conflictivo. Las consideraciones constructivistas se centrarían en el poder de las percepciones y las narrativas, examinando cómo el despliegue podría afectar a la identidad de Estados Unidos como líder mundial y a sus relaciones con otros países, especialmente Rusia. La decisión de Obama de revisar la estrategia de defensa antimisiles ejemplifica la influencia de la teoría de las RI en la política internacional real. La política de su administración fue una respuesta matizada que reflejaba una comprensión de la naturaleza polifacética de las relaciones internacionales, informada por marcos teóricos. Demostró un acto de equilibrio entre los imperativos de la seguridad nacional y el deseo de fomentar mejores relaciones con Rusia y otros actores internacionales.

Los acontecimientos en las relaciones internacionales suelen plantear multitud de retos, siendo uno de los más significativos la dificultad de discernir las verdaderas motivaciones e intenciones que subyacen a las acciones de los políticos y otros actores políticos. Este reto se deriva de la compleja naturaleza de la comunicación política y de los intereses estratégicos que las naciones y los individuos deben navegar.

Los actores políticos operan a menudo en un ámbito en el que sus declaraciones públicas y las razones que ofrecen para sus acciones pueden no coincidir plenamente con sus verdaderas intenciones o motivaciones subyacentes. Esta discrepancia puede deberse a diversos factores, como la necesidad de mantener una determinada imagen pública, el deseo de atraer a diferentes audiencias nacionales o internacionales, o la persecución de objetivos estratégicos que pueden no ser aceptables si se expresan abiertamente. Por ejemplo, consideremos la retórica diplomática que suele rodear a las intervenciones militares. Un Estado puede justificar públicamente sus acciones por motivos humanitarios, alegando la responsabilidad de proteger a los civiles de un régimen opresor. Sin embargo, un análisis más profundo podría revelar intereses estratégicos, como ganar influencia en una región geopolíticamente importante o asegurarse el acceso a los recursos. Estudiosos como Mearsheimer, que defienden la teoría realista de las relaciones internacionales, sugieren que las verdaderas fuerzas motrices de las acciones estatales suelen ser los intereses de poder y seguridad, incluso cuando se disfrazan con el lenguaje del humanitarismo o el derecho internacional.

Desafíos en los acontecimientos de las relaciones internacionales[modifier | modifier le wikicode]

Otro aspecto que contribuye a la dificultad para creer a los políticos y comprender las "verdaderas" razones de la acción social es la práctica del secreto y la confidencialidad en los asuntos internacionales. Los Estados suelen clasificar la información sobre sus decisiones de política exterior, negociaciones y evaluaciones de inteligencia, alegando motivos de seguridad nacional. Esta práctica puede dar lugar a una importante brecha entre lo que conoce el público y los factores reales que influyen en la toma de decisiones. El reto de llegar a las razones "reales" de la acción social en las relaciones internacionales se complica aún más por la multiplicidad de actores e intereses implicados. Además de los Estados, existen empresas multinacionales, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y otros agentes no estatales, cada uno con sus propias agendas y perspectivas. Esto crea una densa red de interacciones en la que los verdaderos motivos pueden quedar oscurecidos por capas de complejidad. Esta complejidad hace necesario un enfoque crítico del estudio de las relaciones internacionales, en el que académicos y analistas se esfuercen por ir más allá de las explicaciones superficiales. Deben tener en cuenta una serie de factores potenciales, desde los intereses económicos a las ideologías políticas, desde los prejuicios culturales a las enemistades históricas, con el fin de desarrollar una comprensión más completa de los acontecimientos internacionales. El campo de la teoría de las RRII, por tanto, no sólo sirve para interpretar y explicar, sino también para cuestionar y escudriñar las narrativas presentadas por los actores políticos en la escena mundial.

En el ámbito de las relaciones internacionales, es un profundo reto comprender las motivaciones y razones que subyacen a las acciones de los demás, y esta dificultad se agrava cuando consideramos la complejidad de nuestras propias motivaciones. Cuando los actores políticos toman decisiones o emprenden acciones en la escena internacional, a menudo navegan por un laberinto de intereses contrapuestos, tanto personales como nacionales, manifiestos y encubiertos. El intrincado proceso de toma de decisiones en las relaciones internacionales implica sopesar diversos factores: el interés nacional, la ideología política, los beneficios económicos, las creencias personales y las consideraciones éticas. Estos factores pueden alinearse o entrar en conflicto entre sí, creando un tapiz de motivaciones difícil de desentrañar. Además, los actores políticos deben lidiar con la opinión pública, la influencia de asesores y expertos, las presiones de aliados y adversarios y el legado de las relaciones históricas.

El reto de comprender estas motivaciones no es exclusivo de los observadores; incluso los propios actores pueden tener dificultades para articular toda la gama de sus razones debido a las influencias subconscientes o a la naturaleza confidencial de cierta información. Además, las razones y motivaciones que se presentan al público suelen ser narraciones simplificadas que sirven a un programa político o a una estrategia diplomática concretos, ocultando la verdadera complejidad del proceso de toma de decisiones. Por ejemplo, un dirigente estatal puede justificar una intervención militar por motivos de protección de la seguridad nacional, pero la decisión también puede estar influida por intereses económicos en la región, el deseo personal del dirigente de parecer fuerte y decisivo, o los beneficios estratégicos de cambiar la dinámica de poder regional. La interacción entre estos factores dificulta la identificación de una motivación concreta.

La observación de que es difícil comprender nuestras propias motivaciones, por no hablar de las de los demás, es especialmente pertinente en las relaciones internacionales. Es aquí donde la teoría de las RRII adquiere un valor incalculable, al ofrecer modelos y marcos para analizar sistemáticamente las acciones y los comportamientos. El realismo, el liberalismo, el constructivismo y otras teorías de las RRII ofrecen diferentes metodologías para desentrañar la intrincada red de motivaciones que impulsa la política internacional. Entender las motivaciones en las relaciones internacionales requiere, por tanto, un enfoque polifacético que tenga en cuenta el posible abanico de influencias sobre los actores políticos. Se trata de una tarea que requiere no sólo una aguda capacidad analítica, sino también una apreciación de la profundidad y complejidad del comportamiento humano y de la naturaleza opaca de la toma de decisiones políticas.

Las relaciones internacionales abarcan un mundo tanto social como material, en el que se entrelazan recursos tangibles y dinámicas de poder con creencias, ideas y construcciones sociales intangibles. El mundo material de las relaciones internacionales está arraigado en la realidad física en la que operan los Estados y los actores. Esto incluye los territorios geográficos, los recursos naturales, los activos militares y los sistemas económicos, elementos que suelen ser centrales en las teorías realistas y liberales de las relaciones internacionales. Para los realistas, el mundo material es el escenario en el que se ejerce el poder y se busca la seguridad. Los Estados, en su búsqueda de poder y supervivencia, miden sus capacidades en términos materiales, como la riqueza económica y la fuerza militar. La distribución de estas capacidades materiales determina el equilibrio de poder, que es una de las principales preocupaciones de la política internacional.

El mundo social de las relaciones internacionales, por otra parte, está compuesto por las ideas, identidades, normas y valores que definen y conforman las interacciones entre los actores. Los teóricos constructivistas, como Alexander Wendt, sostienen que el mundo social es tan real como el material y afirman que los significados y las interpretaciones que los actores atribuyen a los recursos materiales constituyen en realidad su poder e influencia. Por ejemplo, el valor de la moneda, la legitimidad de las fronteras políticas y la autoridad de las organizaciones internacionales se construyen socialmente y se mantienen mediante creencias y prácticas colectivas. En el mundo social, las formas no materiales de poder, como la cultura, la ideología y la legitimidad, desempeñan papeles cruciales. La difusión de la democracia, la influencia del derecho internacional y las normas de derechos humanos forman parte del tejido social de las relaciones internacionales. Configuran las expectativas, los comportamientos y los resultados en el ámbito internacional. Un ejemplo de la interacción entre los mundos material y social puede verse en la respuesta mundial al cambio climático.

Materialmente, el cambio climático es un reto que implica cambios físicos en el medio ambiente y exige respuestas tangibles como la reducción de emisiones y la transición a fuentes de energía renovables. Desde el punto de vista social, sin embargo, la cuestión está inmersa en una compleja red de creencias, intereses y normas que configuran las políticas y las negociaciones, como el Acuerdo de París sobre el Clima. El éxito de las políticas medioambientales internacionales depende no solo de las capacidades materiales, sino también de la voluntad social de los Estados y los agentes no estatales de cooperar y cumplir los compromisos. Así pues, las relaciones internacionales pueden contemplarse a través de la lente tanto de lo material como de lo social. Los aspectos materiales proporcionan la base concreta sobre la que los Estados y los actores construyen su poder e interactúan, mientras que los aspectos sociales proporcionan el contexto, el significado y las normas que guían y dan sentido a esas interacciones. Ambas dimensiones forman parte integrante de una comprensión global del funcionamiento y la evolución de las relaciones internacionales.

El vínculo entre las teorías empíricas y normativas en el contexto de las relaciones internacionales es, de hecho, inevitable e intrínseco. Las teorías empíricas pretenden describir, explicar y predecir el mundo tal y como es, basándose en fenómenos observables y mensurables. Se ocupan de los hechos, los modelos y las relaciones causales. Las teorías normativas, por su parte, se ocupan del mundo tal y como debería ser. Se centran en los juicios éticos, los valores y los principios que deben guiar el comportamiento y la política. Este vínculo es inevitable porque nuestra comprensión del mundo (empírica) influye y moldea invariablemente nuestros juicios sobre cómo debería ser el mundo (normativa), y viceversa. Las teorías empíricas pueden informar a las teorías normativas proporcionando una comprobación de la realidad sobre lo que es factible en la práctica, garantizando que los principios éticos se basen en el ámbito de lo posible. A la inversa, las teorías normativas pueden desafiar e inspirar la investigación empírica cuestionando las condiciones existentes y proponiendo nuevas visiones de futuro que la investigación empírica puede investigar y evaluar. Por ejemplo, la observación empírica del equilibrio de poder entre los Estados puede dar lugar a una teoría normativa sobre la importancia de mantener dicho equilibrio para evitar la guerra. Del mismo modo, el principio normativo de los derechos humanos puede dar lugar a una investigación empírica sobre las condiciones en las que es más probable que se respeten o violen los derechos humanos.

El estudio empírico del funcionamiento de las instituciones internacionales y de sus efectos en el comportamiento de los Estados puede servir de base a teorías normativas sobre la gobernanza mundial y el diseño de mejores instituciones. A la inversa, las ideas normativas sobre la justicia pueden informar los estudios empíricos sobre la distribución de la riqueza y el poder en el sistema internacional. Un ejemplo concreto de esta interacción puede verse en los debates sobre la intervención humanitaria. Las teorías empíricas podrían analizar intervenciones pasadas para determinar patrones de éxito y fracaso, qué Estados tienen más probabilidades de intervenir y en qué circunstancias. A continuación, las teorías normativas tomarían estos resultados y aplicarían el razonamiento ético para argumentar a favor o en contra de futuras intervenciones, teniendo en cuenta las pruebas empíricas de lo que es probable que conduzca a resultados positivos. La investigación empírica puede establecer los parámetros del debate normativo aclarando lo que es posible, mientras que la teoría normativa puede ampliar el alcance de la investigación empírica cuestionando los paradigmas existentes y sugiriendo nuevas áreas de estudio. Ambas están entrelazadas en un diálogo continuo, cada una empujando a la otra hacia adelante. En el estudio y la práctica de las relaciones internacionales, reconocer y aceptar el vínculo entre las teorías empíricas y normativas es esencial para una comprensión holística del campo.

Propósito e impacto de las teorías de las RRII[modifier | modifier le wikicode]

Examen de los problemas conceptuales que subyacen a los acontecimientos del mundo real[modifier | modifier le wikicode]

State vs. Non-State Actors in IR[modifier | modifier le wikicode]

La teoría de las RRII profundiza en las cuestiones conceptuales fundamentales que informan y a menudo impulsan los acontecimientos del mundo real que observamos. En el centro de estos problemas conceptuales se encuentra el papel del Estado en las relaciones internacionales y su interacción con una serie de actores no estatales. Tradicionalmente se ha considerado al Estado como el actor principal en la teoría de las relaciones internacionales, especialmente desde la perspectiva del realismo clásico, donde el Estado se considera un actor unitario racional que busca el poder y la seguridad en un sistema internacional anárquico. Realistas como Hans Morgenthau y Kenneth Waltz han subrayado la soberanía del Estado y su búsqueda de intereses nacionales como elementos centrales para entender la dinámica internacional. Sin embargo, el papel del Estado y sus interacciones con los actores no estatales se han vuelto cada vez más complejos y significativos. Los actores no estatales, incluidas las organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las empresas multinacionales (EMN) e incluso las redes terroristas, han surgido como actores influyentes en la escena internacional. Estas entidades pueden apoyar, desafiar o eludir el poder tradicional de los Estados, y operan dentro y fuera de las fronteras nacionales de un modo que las teorías tradicionales centradas en el Estado no habían previsto plenamente.

Las teorías liberales, por ejemplo, postulan que la creciente interconexión de los Estados y el auge de los actores no estatales contribuyen a un orden internacional más cooperativo, facilitado por las instituciones y los intereses mutuos. Las teorías de la interdependencia compleja, propuestas por Robert Keohane y Joseph Nye, sugieren que los Estados no son los únicos actores significativos y que la fuerza militar no es la única forma de poder, ni siquiera la más eficaz, en todas las circunstancias. Teóricos constructivistas como Alexander Wendt han ampliado aún más la conceptualización del papel del Estado haciendo hincapié en la importancia de las ideas, las identidades y las normas. Sostienen que el comportamiento del Estado no es sólo el resultado del poder material, sino que también está determinado por las estructuras sociales y los significados colectivos. Para los constructivistas, entender el papel del Estado requiere examinar cómo se construyen las identidades estatales a través de las interacciones tanto con otros Estados como con actores no estatales.

El auge de cuestiones transnacionales como el cambio climático, el terrorismo y las pandemias mundiales también ilustra la necesidad de tener en cuenta a los agentes no estatales. Estas cuestiones exigen a menudo la cooperación entre Estados y agentes no estatales, como se observa en la respuesta mundial al cambio climático, en la que coaliciones internacionales de Estados, ONG y empresas colaboran para hacer frente a un reto común. En este contexto más amplio, los acontecimientos actuales no pueden entenderse plenamente sin reconocer los problemas conceptuales más amplios y subyacentes que la teoría de las RRII trata de aclarar. El papel del Estado sigue siendo fundamental, pero ahora se considera parte de un tapiz más amplio de actores e influencias que deben entenderse en su interrelación para dar sentido a las relaciones internacionales contemporáneas.

Orden internacional y anarquía[modifier | modifier le wikicode]

El problema del orden internacional sin una autoridad suprema representa un desafío conceptual central en la teoría de las Relaciones Internacionales y refleja una condición a menudo descrita como "anarquía internacional". En ausencia de un soberano global o de una autoridad legal suprema con poder para hacer cumplir las normas y resolver las disputas con autoridad, la teoría de las RRII se pregunta cómo se establece y mantiene el orden entre Estados soberanos.

Los realistas clásicos, como Hans Morgenthau, y los neorrealistas, como Kenneth Waltz, han postulado que en este sistema anárquico, los Estados se preocupan principalmente por su supervivencia y seguridad. Sostienen que sin un poder superior que proporcione seguridad, los Estados deben confiar en la autoayuda, lo que conduce a un dilema de seguridad en el que las medidas adoptadas por los Estados para garantizar su propia seguridad -como el aumento de las capacidades militares- pueden amenazar inadvertidamente a otros Estados y aumentar la inestabilidad general. Los institucionalistas neoliberales, como Robert Keohane, cuestionan esta visión un tanto pesimista argumentando que, incluso en un sistema internacional anárquico, los Estados pueden crear orden mediante la cooperación y la formación de instituciones y regímenes internacionales. Estas estructuras facilitan el establecimiento de normas y reglas que guían el comportamiento de los Estados, reducen la incertidumbre y gestionan la cooperación en asuntos de interés común. La existencia de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales apoya la idea de que es posible alcanzar cierto grado de orden internacional incluso en ausencia de un gobierno mundial. Los teóricos constructivistas, entre ellos Alexander Wendt, ofrecen una perspectiva diferente, sugiriendo que el significado de la anarquía no es fijo sino que se construye socialmente. Sostienen que la naturaleza del orden internacional, o del desorden, viene determinada por las creencias, culturas e identidades compartidas de los Estados. Si los Estados ven el sistema internacional como un ámbito de conflicto y competencia, actuarán en consecuencia. Sin embargo, si lo ven como un espacio de cooperación, esto puede conducir a unas relaciones internacionales más pacíficas y estables.

La idea de la anarquía internacional también plantea cuestiones sobre el papel del derecho y las normas internacionales en la creación de una apariencia de orden. Aunque el derecho internacional carece de la fuerza coercitiva de los Estados soberanos, a menudo determina el comportamiento de los Estados mediante una combinación de obligaciones jurídicas, autoridad moral e intereses mutuos. Los Estados suelen adherirse al derecho internacional no sólo porque les interesa hacerlo, sino también porque contribuye a la previsibilidad y estabilidad de las relaciones internacionales. Los acontecimientos del mundo real ponen continuamente a prueba las teorías que intentan explicar cómo se consigue -o no- el orden en el sistema internacional. Los conflictos, las alianzas, los acuerdos comerciales, los tratados internacionales y la evolución de las normas internacionales reflejan la lucha constante por establecer un orden estable en ausencia de una autoridad mundial. El problema de la anarquía internacional sigue siendo una preocupación fundamental de la teoría de las RRII, ya que trata de comprender la dinámica que rige el comportamiento de los Estados en un sistema en el que no existe un poder superior que haga cumplir las normas y resuelva las disputas.

Power and Security Dynamics[modifier | modifier le wikicode]

La relación entre poder y seguridad es uno de los temas más analizados en la teoría de las Relaciones Internacionales (RI). En esencia, esta relación gira en torno a la noción de que el poder, ya sea en términos de poderío militar, capacidades económicas o influencia diplomática, es esencial para la seguridad de un Estado. Sin embargo, la interacción entre poder y seguridad es polifacética y compleja.

Los teóricos realistas, como Hans Morgenthau y Kenneth Waltz, subrayan que el poder es la principal moneda de cambio en la política internacional. En su opinión, los Estados buscan el poder para garantizar su supervivencia en un sistema internacional anárquico en el que ninguna autoridad central puede protegerlos de posibles amenazas. Esta búsqueda de poder conduce a menudo a una carrera armamentística o a la creación de alianzas, ya que los Estados intentan equilibrarse frente al poder de los demás, contribuyendo así al dilema de la seguridad: la paradoja de que las medidas adoptadas por un Estado para aumentar su seguridad pueden hacer que los demás se sientan menos seguros, incitándoles a responder del mismo modo, lo que puede llevar a una escalada de las tensiones. Los neorrealistas, partiendo de esta base, han desarrollado el concepto de equilibrio de poder como mecanismo que contribuye a la seguridad. Sostienen que un equilibrio de poder entre los Estados puede conducir a la estabilidad y la paz, ya que ningún Estado puede dominar completamente a los demás. Este equilibrio puede darse de forma natural o puede ser el resultado de acciones deliberadas de los Estados a través de políticas como la contención y la disuasión.

Los teóricos liberales cuestionan la asociación realista del poder con las capacidades militares. Proponen que la seguridad puede lograrse mediante la interdependencia económica y las instituciones internacionales, que pueden mitigar la naturaleza anárquica del sistema internacional fomentando la cooperación y creando relaciones predecibles y estables entre los Estados. Desde esta perspectiva, el poder no consiste sólo en la coerción, sino también en la capacidad de configurar la agenda internacional y crear normas que definan las acciones legítimas.

Los constructivistas ofrecen una visión más matizada, sugiriendo que el poder y la seguridad no son sólo construcciones materiales sino también sociales. Las teorías defendidas por estudiosos como Alexander Wendt proponen que la forma en que los Estados se ven unos a otros, sus intenciones y sus identidades pueden influir en su sensación de seguridad. Por ejemplo, si los Estados se ven como socios y no como adversarios, pueden alcanzar la seguridad sin aumentar necesariamente su poder.

La teoría feminista de las relaciones internacionales aporta una perspectiva crítica al debate sobre el poder y la seguridad, cuestionando de quién es la seguridad prioritaria y cómo el poder está condicionado por el género en la política internacional. Teóricas feministas como Cynthia Enloe han destacado que las nociones de seguridad centradas en el Estado a menudo pasan por alto la seguridad de las personas, especialmente de las mujeres y otros grupos marginados.

En la práctica, la relación entre poder y seguridad puede observarse en diversas dinámicas internacionales. La carrera armamentística de la Guerra Fría, la formación de la OTAN, las asociaciones y rivalidades estratégicas en la región Asia-Pacífico y el desarrollo de la Unión Europea ejemplifican diferentes aspectos de cómo se entrelazan el poder y la seguridad. Así pues, el poder y la seguridad están interconectados en el ámbito internacional, y el poder se percibe como un medio para lograr la seguridad. Sin embargo, la naturaleza de esta relación es compleja y varía según las distintas perspectivas teóricas, reflejando un espectro de creencias sobre la mejor manera en que los Estados pueden garantizar su supervivencia y prosperidad en un mundo en el que las amenazas son una preocupación constante.

Causas de los conflictos: Guerra, guerra civil, terrorismo[modifier | modifier le wikicode]

Las causas de los conflictos, incluidas la guerra, la guerra civil y el terrorismo, son diversas y polifacéticas, y abarcan una serie de factores políticos, económicos, sociales y psicológicos. La teoría de las RRII ofrece varias perspectivas para entender estas causas.

Las teorías realistas de las RRII, enraizadas en las obras de estudiosos como Tucídides y posteriormente Hans Morgenthau, suelen citar la naturaleza anárquica del sistema internacional como causa principal de los conflictos. Según este punto de vista, la falta de una autoridad central lleva a los Estados a actuar de forma interesada para asegurar su supervivencia, lo que puede desembocar en luchas de poder y guerras. Los realistas sostienen que los conflictos surgen cuando los Estados tratan de maximizar su poder o cuando una potencia emergente amenaza la posición de una potencia establecida, lo que puede desembocar en una guerra hegemónica.

Las teorías liberales, influidas por las ideas de Immanuel Kant y otros, señalan como causas de los conflictos la falta de gobernanza democrática, la interdependencia económica y las instituciones internacionales. Los liberales sostienen que es menos probable que las democracias entren en guerra entre sí (la teoría de la paz democrática), que los Estados con fuertes lazos económicos encontrarán poco atractiva la guerra debido a sus altos costes (comercialismo liberal), y que unas organizaciones internacionales sólidas pueden proporcionar foros para la resolución pacífica de disputas.

Las teorías marxistas y críticas contemplan los conflictos a través del prisma de la desigualdad y la lucha de clases. Sugieren que las guerras suelen ser el resultado de la expansión capitalista y la competencia por el control de los recursos y los mercados. Teóricos marxistas como Vladimir Lenin creían que el imperialismo, impulsado por la necesidad de los Estados capitalistas de encontrar nuevos mercados y recursos, es una causa fundamental de la guerra.

Los teóricos constructivistas, como Alexander Wendt, hacen hincapié en el papel de las construcciones sociales, las identidades y las normas como causantes de los conflictos. Para ellos, las guerras no son inevitables, sino el resultado de cómo los Estados se perciben mutuamente y de sus intenciones. Si los Estados construyen una identidad de enemistad hacia los demás, el conflicto es más probable; si construyen una identidad de coexistencia pacífica, la guerra puede evitarse.

En lo que respecta a las guerras civiles, estudiosos como Ted Gurr han examinado el papel de la privación relativa -la percepción de desigualdad e injusticia dentro de un Estado-, que puede provocar conflictos internos. Los agravios relacionados con la identidad, la etnia y el acceso al poder y a los recursos pueden alimentar las guerras civiles, especialmente en ausencia de instituciones fuertes y de una gobernanza integradora.

El terrorismo es otro fenómeno complejo con causas variadas, como motivaciones ideológicas, reivindicaciones políticas y factores socioeconómicos. Estudiosos como Martha Crenshaw han argumentado que el terrorismo suele ser una estrategia elegida por actores no estatales que consideran que carecen de otros medios para perseguir sus objetivos políticos. Factores como las ideologías radicales, las injusticias percibidas, la ocupación extranjera y el deseo de autodeterminación se citan con frecuencia como causas del terrorismo.

En la práctica, las causas de los conflictos suelen ser una combinación de estos factores. El estallido de la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, puede atribuirse a una mezcla de política de poder, fervor nacionalista y alianzas enmarañadas. Las guerras civiles, como el conflicto sirio, se remontan a una combinación de gobierno autoritario, divisiones étnicas e intervenciones externas. El auge de grupos terroristas como ISIS está relacionado con el extremismo ideológico, la fragilidad del Estado y los vacíos de poder regional. Las causas de los conflictos en las relaciones internacionales son complejas y a menudo están interrelacionadas, por lo que se requiere un análisis exhaustivo que incorpore diversas perspectivas teóricas para comprender plenamente sus orígenes y dinámicas.

Interacción entre poder económico y militar e influencia tecnológica[modifier | modifier le wikicode]

La interacción entre poder económico y militar y el papel de la tecnología en la dinámica del poder son consideraciones críticas en las Relaciones Internacionales (RI). El poder económico es la base sobre la que a menudo se construye el poder militar; una economía fuerte puede sostener grandes gastos de defensa y capacidades militares avanzadas. A su vez, el poder militar puede proteger y ampliar los intereses económicos de un Estado asegurando las rutas comerciales y el acceso a recursos vitales.

Teóricos realistas como Morgenthau y Mearsheimer subrayan que los Estados tratan de equilibrar el poder económico y militar para mantener su seguridad y su posición en la jerarquía internacional. Desde esta perspectiva, la fuerza económica es necesaria para apoyar las capacidades militares, que son esenciales para la disuasión y la defensa. A la inversa, el poder militar puede utilizarse para salvaguardar los intereses económicos y ejercer influencia en la escena mundial.

Los teóricos liberales, siguiendo la tradición de Adam Smith y figuras posteriores como Keohane y Nye, destacan la interdependencia entre los Estados en materia económica, sugiriendo que el poder económico puede aprovecharse más eficazmente a través de marcos cooperativos que mediante el poder militar coercitivo. Sostienen que la interdependencia económica reduce la probabilidad de conflicto y que el poder blando, incluida la influencia económica, puede ser tan importante como el poder militar duro para lograr los objetivos de un Estado.

Las perspectivas marxistas, basadas en las obras de Marx y Lenin, ven la interacción entre el poder económico y el militar a través de la lente del imperialismo y la lucha de clases, y afirman que las élites económicas pueden empujar a los Estados al conflicto militar para asegurarse el dominio económico y el acceso a los recursos.

La tecnología desempeña un papel fundamental en este nexo de poder. Puede ser un multiplicador de fuerza para las capacidades militares, dando a los Estados con recursos tecnológicos avanzados una ventaja sobre sus rivales. Por ejemplo, el desarrollo de las armas nucleares cambió la naturaleza del poder militar y la disuasión. Del mismo modo, los avances en la tecnología cibernética han introducido nuevos escenarios para la competencia y el conflicto tanto económicos como militares. El impacto de la tecnología en el poder económico es igualmente profundo. La innovación tecnológica es un motor clave del crecimiento económico, que permite a los Estados desarrollar nuevas industrias, aumentar la eficiencia y obtener una ventaja competitiva en el mercado mundial. La economía digital, la inteligencia artificial y los avances en la comunicación han reconfigurado la forma en que se acumula y proyecta el poder económico. En el mundo contemporáneo, la tecnología ha difuminado las líneas que separan el poder económico del militar. Las capacidades de guerra cibernética, por ejemplo, pueden perturbar la economía de un Estado con tanta eficacia como la acción militar tradicional, si no más, sin disparar un solo tiro. El uso de drones y sistemas de armas autónomas en zonas de conflicto demuestra cómo la superioridad tecnológica puede traducirse en ventajas militares y estratégicas.

Un ejemplo de esta dinámica puede verse en el ascenso de China como potencia mundial. El auge económico de China ha permitido una importante inversión en modernización militar, posicionándola como competidora de la hegemonía militar de Estados Unidos. Al mismo tiempo, la apuesta de China por la tecnología, especialmente en áreas como las telecomunicaciones (por ejemplo, la infraestructura 5G de Huawei), la inteligencia artificial y la exploración espacial, ilustra la interconexión entre desarrollo económico, poder militar y avance tecnológico.

El poder económico y el militar están en suma intrínsecamente ligados, y la tecnología actúa como puente y amplificador crucial entre ambos. Comprender las interacciones entre estas formas de poder es esencial para analizar el comportamiento de los Estados y la dinámica evolutiva de las relaciones internacionales.

Fundamentos de la cooperación internacional[modifier | modifier le wikicode]

La cooperación internacional ha sido una búsqueda central en las relaciones globales, tratando de poner orden y paz en un mundo en el que ninguna autoridad reina por sí sola. La creación de diversos planes y ligas de paz, como las Naciones Unidas y la Unión Europea, surge de un deseo colectivo de abordar retos compartidos y evitar la reaparición de conflictos. Estas entidades proporcionan una plataforma para que los Estados deliberen, negocien y resuelvan disputas, encarnando los principios de diplomacia y diálogo esenciales para la coexistencia pacífica. Históricamente, la devastación de la guerra ha precipitado a menudo el impulso hacia la cooperación. El Tratado de Versalles, aunque punitivo y controvertido, representó un primer intento de lograr una paz duradera tras los horrores de la Primera Guerra Mundial. Del mismo modo, las Convenciones de Ginebra establecieron normas para el trato humano de combatientes y civiles, reflejando un consenso sobre las normas de conducta en la guerra. El entrelazamiento de las economías y los beneficios mutuos del comercio también han servido de fuertes incentivos para las relaciones pacíficas. Los esfuerzos de integración económica, como la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que sentó las bases de la Unión Europea, se basan en el entendimiento de que los lazos económicos pueden actuar como elemento disuasorio de los conflictos. El principio aquí es claro: cuando los Estados son económicamente interdependientes, los costes de la guerra superan con creces los beneficios, fomentando así la paz a través de la prosperidad compartida.

Las alianzas de seguridad, como la OTAN, representan otra dimensión de la cooperación, basada en el concepto de defensa colectiva. Estas alianzas funcionan bajo la premisa de que un ataque contra uno es un ataque contra todos, disuadiendo así a posibles agresores y proporcionando un paraguas de seguridad bajo el que los Estados miembros pueden prosperar. Más allá de las instituciones y los lazos económicos, las normas y valores compartidos se han convertido en una base cada vez más importante para la cooperación. Las normas de derechos humanos, por ejemplo, han trascendido las fronteras, y los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático, como el Acuerdo de París sobre el Clima, han unido a los Estados en torno a objetivos medioambientales comunes. Estos valores compartidos forman una base cultural y normativa sobre la que se construye la cooperación. Además, la presencia de amenazas comunes, como la proliferación nuclear, el terrorismo y las pandemias mundiales, ha unido a los Estados en sus esfuerzos por proteger a sus ciudadanos y mantener la estabilidad internacional. La respuesta mundial a la pandemia COVID-19, por ejemplo, ha demostrado cómo puede galvanizarse la cooperación ante una amenaza universal que ningún país puede combatir por sí solo.

La cooperación también se ve facilitada por los procesos en curso de la diplomacia. El compromiso diplomático constante, ya sea a través de cumbres de alto nivel o de canales de comunicación discretos, permite a los Estados articular sus intereses, comprender las posiciones de los demás y forjar acuerdos que beneficien a todas las partes implicadas. La historia de la cooperación internacional está marcada tanto por los éxitos como por los fracasos. La Sociedad de Naciones, por ejemplo, no consiguió evitar la Segunda Guerra Mundial, pero allanó el camino para la creación de las Naciones Unidas, que desde entonces ha desempeñado un papel fundamental en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Los éxitos de la cooperación internacional, por tanto, se basan en las lecciones aprendidas de experiencias pasadas, la alineación de intereses y el compromiso de los Estados de trabajar juntos por el bien común. En esencia, la búsqueda de la cooperación internacional es una respuesta a la compleja dinámica de las relaciones mundiales, en las que la ausencia de una autoridad suprema obliga a los Estados a buscar formas de coexistir, colaborar y afrontar juntos los retos comunes. Mediante el establecimiento de instituciones internacionales, tratados, asociaciones económicas y alianzas de seguridad, así como el cultivo de normas compartidas y la práctica de la diplomacia, los Estados se esfuerzan por crear un mundo estable, próspero y pacífico.

Influencias culturales, religiosas y nacionalistas[modifier | modifier le wikicode]

El papel de la cultura, la religión, la identidad, la etnia y el nacionalismo en la sociedad internacional es profundamente significativo e influye en el comportamiento de los Estados y otros actores de múltiples maneras. Estos elementos suelen conformar los valores, creencias y motivaciones subyacentes que impulsan las interacciones internacionales.

La cultura, que engloba los valores, normas y prácticas compartidos de una sociedad, puede influir profundamente en la política exterior y las interacciones diplomáticas de un Estado. Las interpretaciones y los malentendidos culturales pueden facilitar u obstaculizar la cooperación internacional. Por ejemplo, el concepto de "salvar la cara" en las culturas de Asia Oriental desempeña un papel fundamental en las negociaciones diplomáticas, y requiere un enfoque matizado que respete el contexto cultural. La religión también ha sido una fuerza poderosa en las relaciones internacionales. Puede ser una fuente de conflicto, como se ha visto en diversos conflictos sectarios o religiosos en todo el mundo, pero también puede ser una poderosa fuerza para la paz y la reconciliación, ya que los líderes y las organizaciones religiosas desempeñan a menudo un papel clave en la consolidación de la paz y los esfuerzos humanitarios. El papel de la Iglesia católica en el movimiento polaco Solidaridad de los años ochenta, por ejemplo, ilustra cómo las instituciones religiosas pueden influir en el cambio político.

La identidad y el origen étnico son fundamentales para entender muchos conflictos internacionales, sobre todo en zonas donde las fronteras nacionales no coinciden con los límites étnicos o culturales. Las tensiones étnicas han sido una de las fuerzas motrices de numerosos conflictos, incluidas las guerras yugoslavas de la década de 1990. La identidad étnica también puede influir en las políticas estatales de formas más sutiles, como el trato preferente a determinadas comunidades de la diáspora. El nacionalismo, o la creencia en la superioridad y los intereses de la propia nación, suele dar forma a la política exterior de un Estado. Puede ser una fuerza unificadora que fomente la cohesión y la identidad colectiva, pero también puede ser excluyente y provocar conflictos con otras naciones. El auge del nacionalismo en varios países en los últimos años ha tenido importantes repercusiones en la política internacional, afectando a las políticas comerciales, las leyes de inmigración y la cooperación internacional.

La interacción entre estos factores y la política internacional es compleja. Teóricos constructivistas como Alexander Wendt sostienen que estos factores sociales y culturales no son meras condiciones de fondo, sino que configuran activamente los intereses y las identidades de los Estados. Pueden determinar a quién se considera amigo o enemigo, qué acciones se consideran legítimas o ilegítimas y cómo definen los Estados sus objetivos e intereses. En la práctica, estos factores culturales y sociales se entrecruzan a menudo con aspectos más materiales de las relaciones internacionales. Por ejemplo, las disputas por los recursos pueden verse exacerbadas por diferencias étnicas o religiosas, y los lazos culturales pueden influir en las asociaciones económicas. El Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), que forma parte de la iniciativa china "Belt and Road", no es sólo un proyecto económico, sino que también refleja la afinidad cultural y política entre China y Pakistán. En conclusión, la cultura, la religión, la identidad, la etnia y el nacionalismo forman parte integrante del tejido de la sociedad internacional. Moldean las percepciones, los comportamientos y las políticas de los Estados y de los actores no estatales, influyendo en el curso de las relaciones internacionales de forma profunda y a veces impredecible. Comprender estos elementos es crucial para un análisis exhaustivo de los asuntos mundiales.

Las teorías de las RRII como herramientas para la investigación ética y normativa[modifier | modifier le wikicode]

La teoría de las relaciones internacionales (RRII) desempeña un papel vital en el examen de las cuestiones éticas o normativas más amplias y duraderas que sustentan las interacciones y políticas mundiales. Estas cuestiones ahondan más en lo que debería ser que en lo que es, desafiando a académicos y profesionales a considerar las implicaciones morales y los valores que deberían guiar la conducta y la toma de decisiones internacionales.

Una de las cuestiones éticas centrales de las RRII es la cuestión de la guerra y la paz: ¿en qué circunstancias, si las hay, está justificado que un Estado entre en guerra? La Teoría de la Guerra Justa, que tiene sus raíces en las obras de filósofos como Agustín y Tomás de Aquino y ha sido desarrollada por pensadores contemporáneos como Michael Walzer, trata de abordar esta cuestión. Proporciona criterios para juzgar cuándo una guerra puede considerarse justa y cómo debe llevarse a cabo para que siga siendo ética. Otra cuestión normativa importante en las RRII es la responsabilidad de los Estados para con sus ciudadanos y la comunidad internacional. Esto abarca cuestiones de derechos humanos, intervención humanitaria y la doctrina de la responsabilidad de proteger (R2P). La R2P, por ejemplo, plantea la cuestión de si es apropiado que agentes externos intervengan en un Estado para prevenir atrocidades masivas, y cuándo, equilibrando los principios de soberanía estatal y protección de los derechos humanos.

La distribución equitativa de los recursos y la riqueza en el sistema internacional es también una profunda preocupación ética. Las teorías de la justicia global, como las propuestas por John Rawls y Thomas Pogge, exploran cómo deberían distribuirse los recursos y las oportunidades entre los Estados y los individuos. Estas teorías cuestionan la equidad del actual sistema económico internacional y sugieren formas de reformarlo para lograr una mayor justicia. Las cuestiones medioambientales, en particular el cambio climático, presentan otro ámbito en el que las consideraciones éticas son primordiales. Los debates sobre la justicia climática, incluidas las responsabilidades de los países desarrollados frente a los países en desarrollo a la hora de abordar la degradación medioambiental, son profundamente normativos. Implican cuestiones sobre la equidad intergeneracional, los derechos de la naturaleza y las obligaciones de los Estados y los individuos de proteger el medio ambiente mundial.

Además, el auge del nacionalismo y el populismo en los últimos años ha puesto en primer plano cuestiones éticas sobre las políticas de identidad, el trato a los refugiados e inmigrantes y la tensión entre globalismo y localismo. Estas cuestiones desafían la noción westfaliana tradicional de soberanía estatal y exigen un replanteamiento de las obligaciones éticas más allá de las fronteras. En esencia, la teoría de las RRII proporciona las herramientas y los marcos necesarios para abordar estas cuestiones éticas y normativas. Permite un examen crítico de los principios que deben regir las relaciones internacionales, alentando a ir más allá de la política del poder para considerar las dimensiones morales de las interacciones globales. Este aspecto de la teoría de las relaciones internacionales es crucial para desarrollar políticas y prácticas que no sólo sean eficaces, sino también justas y éticas.

La toma de decisiones sobre el uso de la fuerza[modifier | modifier le wikicode]

Determinar cuándo, qué y hasta qué punto usar la fuerza en las relaciones internacionales es una cuestión que ha desafiado continuamente a las naciones, especialmente en el contexto de conflictos como los de Rodesia, la Sudáfrica del apartheid, Bosnia, Libia, Siria, Zimbabue, el Congo y Liberia. Cada una de estas situaciones planteaba retos y consideraciones únicos, que ponían a prueba la capacidad de la comunidad internacional para equilibrar la soberanía de los Estados, los derechos humanos y los aspectos prácticos de la intervención.

En los casos de Rodesia, gobernada por los blancos, y Sudáfrica, gobernada por el apartheid, la comunidad mundial se inclinó en gran medida por las sanciones económicas y el aislamiento diplomático, en lugar de por la intervención militar directa. Estas medidas pretendían presionar a estos regímenes para que cambiaran sus políticas sin recurrir a la fuerza. En Rodesia, este enfoque desempeñó un papel importante en la transición al gobierno de la mayoría y el nacimiento de Zimbabue. Del mismo modo, en Sudáfrica, la presión internacional sostenida contribuyó al desmantelamiento del sistema de apartheid.

El conflicto bosnio de la década de 1990, que formaba parte de las guerras yugoslavas más amplias, puso de relieve las complejidades de la intervención militar. En un principio, hubo reticencias al uso de la fuerza, pero el punto de inflexión se produjo con los terribles sucesos de la masacre de Srebrenica en 1995. Esta atrocidad espoleó una acción militar más decisiva por parte de la OTAN y la ONU, destinada a proteger a los civiles y poner fin al conflicto.

En Libia, en 2011, la intervención autorizada por la ONU fue una respuesta a la amenaza de atrocidades masivas por parte del régimen de Gadafi. Esta acción, basada en la doctrina de la Responsabilidad de Proteger, fue aclamada inicialmente por evitar la violencia generalizada contra la población civil, especialmente en Bengasi. Sin embargo, la intervención también fue criticada por provocar una inestabilidad prolongada y la falta de una reconstrucción eficaz tras el conflicto.

La guerra civil siria planteó un importante dilema para la intervención internacional. A pesar de las atroces violaciones de los derechos humanos y del uso de armas químicas, la comunidad internacional dudó en gran medida en intervenir militarmente. Esto se debió a la complejidad del conflicto, la participación de diversos actores externos y la preocupación por la posibilidad de una escalada regional más amplia.

En otros Estados africanos como Zimbabue, el Congo y Liberia, las respuestas a las crisis variaron. Zimbabue fue objeto de sanciones internacionales y esfuerzos diplomáticos en respuesta a su agitación política y económica. En el Congo, el despliegue de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU tuvo como objetivo estabilizar las regiones afectadas por el conflicto. En Liberia, la guerra civil terminó en parte gracias a la intervención militar de la CEDEAO, seguida de una misión de mantenimiento de la paz de la ONU para garantizar la estabilidad y apoyar la transición hacia la paz.

Estos variados casos reflejan la naturaleza matizada y a menudo polémica de la decisión de utilizar la fuerza en asuntos internacionales. Las decisiones se ven influidas por una mezcla de factores, como la gravedad de la situación, las justificaciones jurídicas y éticas de la intervención, los posibles índices de éxito, los intereses de los Estados que intervienen y las implicaciones más generales para la estabilidad internacional. Ilustran la tensión permanente entre el respeto de la soberanía de los Estados y el imperativo de proteger los derechos humanos, entre la persecución de los intereses nacionales y la adhesión al derecho internacional y a los principios morales. Estas situaciones ponen de relieve la naturaleza compleja y polifacética del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, una decisión que requiere una cuidadosa consideración de las consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo para todos los implicados.

Morality in Foreign Policy and IR[modifier | modifier le wikicode]

El lugar que ocupa la moral en la política exterior y las relaciones internacionales es objeto de considerable debate y de perspectivas variadas dentro del campo de las Relaciones Internacionales (RI). La incorporación de principios morales, como los derechos humanos, la libertad religiosa y las preocupaciones humanitarias, a la política exterior refleja un cambio significativo con respecto a los puntos de vista tradicionales que priorizaban los intereses estatales y la política de poder.

Una política exterior de derechos humanos implica el compromiso de un Estado de promover y proteger los derechos humanos en todo el mundo. Este enfoque a menudo conduce a esfuerzos diplomáticos, sanciones económicas o incluso intervenciones militares destinadas a prevenir o responder a los abusos de los derechos humanos en otros países. El reto consiste en equilibrar el imperativo moral de defender los derechos humanos con el respeto a la soberanía de los Estados, así como en navegar por los intereses, a menudo contrapuestos, de la política internacional. La promoción de la libertad religiosa internacional es otro aspecto en el que la moral se cruza con la política exterior. Los Estados, en particular los que tienen un fuerte compromiso con la libertad religiosa, pueden abogar por la protección y promoción de este derecho en todo el mundo. Esto puede implicar esfuerzos diplomáticos para condenar la persecución religiosa y apoyar iniciativas internacionales que salvaguarden las libertades religiosas.

La doctrina de la "responsabilidad de proteger" (R2P) de las Naciones Unidas es un hito en la evolución moral de las relaciones internacionales. Establecida para prevenir atrocidades masivas como el genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad, la RdP afirma que cuando un Estado no protege a sus ciudadanos de tales crímenes, la comunidad internacional tiene la obligación moral de intervenir, lo que puede incluir la intervención militar. La RdP fue un factor importante en intervenciones como la de Libia en 2011, pero su aplicación ha sido incoherente, lo que ha suscitado dudas sobre la voluntad y la capacidad de la comunidad internacional para mantener estos compromisos morales. "Salvar a extraños", término popularizado por Nicholas J. Wheeler en su libro sobre la intervención humanitaria, resume el deber moral de ayudar a las personas de otros países que se enfrentan a graves crisis humanitarias, incluso a costa de violar la soberanía del Estado. Este principio ha sustentado diversas intervenciones humanitarias, en las que Estados o coaliciones han intervenido en países para poner fin a un sufrimiento generalizado, a menudo sin el consentimiento de la nación anfitriona.

La intervención humanitaria representa una de las aplicaciones más directas de la moralidad en la política exterior, en la que los Estados o las organizaciones internacionales utilizan la fuerza militar para aliviar el sufrimiento humano, especialmente en situaciones de genocidio, crímenes de guerra o violaciones generalizadas de los derechos humanos. La intervención de la OTAN en Kosovo en 1999 se cita a menudo como ejemplo de intervención humanitaria motivada por consideraciones morales más que por los intereses tradicionales del Estado. Sin embargo, la incorporación de la moral a la política exterior también se enfrenta a críticas y desafíos. Los realistas sostienen que el deber primordial de un Estado es para con sus propios ciudadanos y que las consideraciones morales no deben prevalecer sobre los intereses nacionales y las preocupaciones en materia de seguridad. Además, la aplicación selectiva de principios morales, a menudo influida por intereses estratégicos, puede dar lugar a acusaciones de hipocresía y socavar la credibilidad de los argumentos morales en la política internacional.

El lugar de la moral en la política exterior y las relaciones internacionales es, pues, una cuestión dinámica y compleja. Representa una lucha constante por alinear los imperativos éticos con las realidades prácticas de la política mundial, reflejando la tensión entre las aspiraciones idealistas y las limitaciones realistas. La búsqueda de objetivos morales en las relaciones internacionales subraya la naturaleza evolutiva del sistema internacional, en el que las nociones tradicionales de soberanía estatal y no intervención se contraponen cada vez más a la responsabilidad de la comunidad mundial de defender los derechos humanos fundamentales y los principios éticos.

Obligaciones nacionales frente a obligaciones transnacionales[modifier | modifier le wikicode]

En el ámbito de la filosofía política y las relaciones internacionales, el debate sobre las obligaciones contraídas con el Estado frente a las que trascienden las fronteras nacionales es intrincado y polifacético. Por lo general, los ciudadanos tienen obligaciones bien establecidas para con su Estado, que pueden incluir el cumplimiento de las leyes, el pago de impuestos, la participación en el proceso democrático y, en ocasiones, la participación en el servicio nacional. Estas obligaciones suelen considerarse parte de un contrato social, en el que los ciudadanos aceptan ciertas responsabilidades a cambio de la protección y los servicios del Estado. La naturaleza y el alcance de estas obligaciones pueden variar mucho: las sociedades democráticas suelen hacer hincapié en la protección de los derechos y las libertades individuales, mientras que los regímenes más autoritarios pueden exigir un mayor cumplimiento y control.

Más allá de los confines del Estado, el concepto de obligaciones se extiende a ámbitos éticos y morales más amplios. Las teorías humanitarias y cosmopolitas, influidas por pensadores como Immanuel Kant y estudiosos contemporáneos como Peter Singer, abogan por deberes que trascienden las fronteras nacionales. Por ejemplo, prestar ayuda a los necesitados, independientemente de su nacionalidad, y luchar por la justicia mundial. En el ámbito de las relaciones internacionales, estas obligaciones globales se manifiestan en principios como la "responsabilidad de proteger", que postula que la comunidad internacional tiene el deber de intervenir ante violaciones graves de los derechos humanos.

Actividades como la defensa de los derechos humanos y la ayuda internacional al desarrollo son manifestaciones prácticas de estas obligaciones trascendentales. Muchos sostienen que los países más ricos tienen la responsabilidad moral de ayudar a las naciones menos desarrolladas a través de la ayuda, las prácticas comerciales justas y los esfuerzos de colaboración para abordar retos mundiales como el cambio climático y las crisis sanitarias. Sin embargo, equilibrar estos deberes globales con las obligaciones para con el propio Estado suele plantear retos y tensiones. Las perspectivas nacionalistas dan prioridad a los intereses y necesidades del Estado, argumentando que la fortaleza nacional es un requisito previo para una contribución global significativa. Por el contrario, los puntos de vista globalistas o cosmopolitas subrayan la importancia de tener en cuenta el bienestar de toda la comunidad mundial, abogando a veces por políticas que podrían comprometer intereses nacionales estrechos.

En la práctica, el grado en que los individuos y los Estados reconocen sus obligaciones más allá de sus fronteras y actúan en consecuencia varía significativamente y a menudo se convierte en tema de debate político. Los debates en torno a las políticas de refugiados, la ayuda exterior y la participación en acuerdos medioambientales internacionales reflejan perspectivas diversas sobre el alcance y la naturaleza de las obligaciones de un Estado más allá de su ciudadanía y territorio inmediatos. Las obligaciones para con el Estado están claramente definidas en los marcos jurídicos y sociales, pero la noción de deberes que se extienden más allá de las fronteras nacionales es más fluida y está sujeta al debate ético, a las normas internacionales y a la dinámica cambiante de la interdependencia mundial. Estas obligaciones más amplias reflejan una conciencia cada vez mayor de los retos compartidos y del destino común de la humanidad, lo que amplía los límites de los puntos de vista tradicionales de las relaciones internacionales centrados en el Estado.

Ética de la intervención: Military and Humanitarian[modifier | modifier le wikicode]

El debate sobre los aciertos y errores de la intervención, que abarca tanto las acciones militares como las humanitarias, es una cuestión profundamente compleja en las relaciones internacionales, en la que se equilibran consideraciones éticas, jurídicas y pragmáticas. Por un lado, las intervenciones se justifican a menudo por motivos humanitarios, especialmente cuando tienen por objeto impedir violaciones graves de los derechos humanos como el genocidio, la limpieza étnica o los crímenes contra la humanidad. El concepto de "responsabilidad de proteger" sostiene que cuando un Estado no protege a sus ciudadanos o, lo que es peor, comete atrocidades contra ellos, existe un imperativo moral para que la comunidad internacional intervenga. Sin embargo, las intervenciones son defendibles y más sólidas desde el punto de vista ético cuando cuentan con el respaldo del derecho internacional, normalmente a través de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta sanción legal garantiza que la intervención no sea una mera tapadera para promover los intereses de una sola nación, sino una respuesta colectiva a una crisis. Las intervenciones también pueden justificarse para mantener o restablecer la estabilidad regional y mundial, sobre todo cuando el conflicto de una nación plantea amenazas más allá de sus fronteras. Sin embargo, las intervenciones están plagadas de retos y peligros potenciales. Una preocupación importante es la violación de la soberanía del Estado, un principio básico del derecho y las relaciones internacionales. Las intervenciones unilaterales o con un apoyo inadecuado pueden considerarse violaciones del derecho de autodeterminación de una nación. Además, las intervenciones militares, incluso con las intenciones más nobles, corren el riesgo de agravar los conflictos, causar víctimas civiles y crear inestabilidad y vacíos de poder a largo plazo, como se ha visto tras las intervenciones en Irak y Libia.

Otra cuestión crítica es el aparente doble rasero y la selectividad en las intervenciones. A menudo, las decisiones de intervenir parecen incoherentes y obedecen más a intereses estratégicos que a un firme compromiso con los principios humanitarios, lo que da lugar a acusaciones de hipocresía y socava la base moral de la intervención. En regiones con historia colonial, las intervenciones de las potencias occidentales pueden percibirse como maniobras neocolonialistas, especialmente si las naciones intervinientes tienen intereses económicos o estratégicos en la zona. Las intervenciones humanitarias, aunque pretenden aliviar el sufrimiento, no están exentas de polémica. A veces pueden percibirse como una tapadera para fines geopolíticos. Además, la eficacia de la ayuda humanitaria puede verse comprometida por problemas como la corrupción, las dificultades logísticas y la falta de comprensión del contexto local, que pueden hacer que la ayuda no llegue a quienes más la necesitan o incluso agravar la situación.

La decisión de intervenir, ya sea militar o humanitariamente, requiere por tanto una evaluación matizada y exhaustiva. Requiere equilibrar las necesidades inmediatas y las repercusiones a largo plazo sobre la población afectada y el sistema internacional. Garantizar que las intervenciones estén legalmente autorizadas, cuenten con apoyo internacional y se lleven a cabo de forma eficaz y responsable es crucial para mantener su legitimidad y garantizar que hagan más bien que mal.

La teoría de las RRII como caja de herramientas para la resolución de problemas[modifier | modifier le wikicode]

La teoría de las Relaciones Internacionales (RRII), tal y como la conceptualizan teóricos como Robert Cox, puede entenderse como una "caja de herramientas" o un tipo de "teoría para la resolución de problemas". Esta caracterización subraya la utilidad práctica y analítica de la teoría de las RRII para comprender y abordar las complejidades de la política mundial.

Como "caja de herramientas", la teoría de las RRII ofrece una amplia gama de conceptos, marcos y paradigmas que los académicos y los profesionales pueden utilizar para analizar e interpretar los acontecimientos y las relaciones internacionales. Este conjunto de herramientas incluye varios enfoques teóricos, cada uno de los cuales ofrece perspectivas y explicaciones únicas sobre el comportamiento de los Estados y otros actores internacionales. Por ejemplo, el realismo se centra en la dinámica del poder y los problemas de seguridad, el liberalismo hace hincapié en la cooperación y las instituciones internacionales, mientras que el constructivismo considera el impacto de las construcciones sociales y las identidades en la política internacional. La aplicación de estas diferentes teorías permite comprender mejor los acontecimientos internacionales, desde las guerras y los tratados hasta los acuerdos comerciales y las negociaciones diplomáticas.

En el contexto de la obra de Robert Cox, la descripción de la teoría de las RI como una "teoría de resolución de problemas" pone de relieve su enfoque pragmático para abordar los retos de las relaciones internacionales. Cox distinguió entre la "teoría crítica", que pretende comprender y transformar el mundo cuestionando las estructuras y supuestos subyacentes, y la "teoría de resolución de problemas", que toma el mundo tal y como lo encuentra y pretende hacer más eficiente el funcionamiento de las estructuras existentes. En este sentido, la teoría de las RRII como herramienta de resolución de problemas se centra en la gestión y resolución de cuestiones inmediatas dentro de los parámetros dados del sistema global. Se trata de abordar problemas específicos de las relaciones internacionales aplicando teorías y métodos establecidos para comprender y sortear estos retos con eficacia.

Por ejemplo, al abordar una crisis diplomática, un enfoque de resolución de problemas podría implicar el uso de técnicas de negociación y resolución de conflictos basadas en las teorías de las RRII para reducir las tensiones y encontrar una solución mutuamente aceptable. Al abordar cuestiones económicas mundiales, podrían emplearse teorías como el liberalismo o el neoliberalismo para comprender y mejorar el comercio y la cooperación internacionales. Sin embargo, es importante señalar que, aunque la teoría de las RRII puede ser inmensamente útil como caja de herramientas para comprender y abordar las cuestiones internacionales, también tiene sus limitaciones. Sus críticos, incluido el propio Cox, sostienen que al centrarse en la resolución de problemas dentro del orden existente, estas teorías pueden pasar por alto cuestiones estructurales y desigualdades más profundas del sistema internacional. Así pues, la teoría de las RRII, como "caja de herramientas" o "teoría de resolución de problemas", ofrece perspectivas y herramientas valiosas para comprender y abordar las complejidades y los retos de las relaciones internacionales. Proporciona a académicos, diplomáticos y responsables políticos los marcos analíticos necesarios para interpretar los acontecimientos mundiales y elaborar estrategias para una participación eficaz en la escena internacional.

En el contexto de la teoría de las Relaciones Internacionales (RI) como un tipo de teoría de "resolución de problemas", el concepto de "causalidad eficiente", tal y como fue conceptualizado originalmente por Aristóteles, adquiere relevancia a la hora de comprender cómo determinadas acciones o acontecimientos provocan resultados específicos en el ámbito de la política internacional. El concepto de "causalidad eficiente" de Aristóteles se refiere a una causa que produce directamente un efecto. Es el tipo de relación causa-efecto en la que la causa se considera un factor activo y principal en la producción del efecto. En las relaciones internacionales, este concepto puede aplicarse para analizar cómo determinadas decisiones o acciones de los Estados o los actores internacionales conducen directamente a determinados resultados o cambios en el sistema internacional. Por ejemplo, cuando un país decide imponer sanciones económicas a otro, la "causalidad eficiente" sería la decisión de imponer sanciones, y el efecto podría ser una recesión económica o un cambio en la política exterior del país objetivo. Del mismo modo, una intervención militar de un Estado en otro puede considerarse la "causa eficiente" de los cambios subsiguientes en el Estado intervenido, ya sea un cambio de régimen, la resolución de un conflicto o, en algunos casos, una mayor desestabilización.

En el enfoque de resolución de problemas de la teoría de las RRII, la comprensión de la causalidad eficiente es crucial para identificar las acciones directas que pueden resolver problemas internacionales específicos. Este enfoque implica analizar las causas inmediatas de los problemas internacionales y encontrar soluciones que aborden eficazmente dichas causas. Por ejemplo, en la resolución de conflictos, la identificación de las acciones o acontecimientos inmediatos que condujeron al conflicto (las causas eficientes) es un paso clave en el desarrollo de estrategias para resolverlo. Sin embargo, es importante señalar que, mientras que la causalidad eficiente se centra en las causas directas e inmediatas, las relaciones internacionales suelen implicar interacciones complejas en las que las causas indirectas y a largo plazo (lo que Aristóteles denominó causas "materiales", "formales" y "finales") también desempeñan un papel importante. Por ejemplo, aunque una decisión política o un acto de agresión pueden ser la causa eficiente de una guerra, las condiciones económicas subyacentes, los agravios históricos y los factores culturales (otras formas de causalidad) también son cruciales para comprender el contexto más amplio del conflicto. El concepto de causalidad eficiente en el marco de las RRII como teoría de resolución de problemas ayuda a señalar las causas inmediatas y directas de los acontecimientos y problemas internacionales. Este enfoque es fundamental para formular respuestas prácticas y específicas a problemas concretos en el ámbito de las relaciones internacionales, aunque también es esencial tener en cuenta la red de causalidad más amplia y compleja que caracteriza la política mundial.

La revolución postconductual en la ciencia política estadounidense, especialmente durante el tumultuoso periodo de la guerra de Vietnam, marcó un importante punto de inflexión en la evolución del campo, sobre todo en la teoría de las Relaciones Internacionales (RI). Esta revolución fue una respuesta al enfoque conductista dominante, que hacía gran hincapié en los métodos de investigación empíricos y cuantificables, similares a los utilizados en las ciencias naturales. El conductismo se centraba en el comportamiento y los datos observables y objetivos, a menudo a expensas de factores subjetivos como la ideología, la ética y la moral. El objetivo era desarrollar teorías generalizables sobre el comportamiento político basadas en pruebas empíricas.

Sin embargo, las experiencias y los resultados de la guerra de Vietnam pusieron de manifiesto las deficiencias de este enfoque. Los críticos argumentaron que la dependencia del positivismo y el naturalismo en la ciencia política, que influyó en las estrategias empleadas en la guerra de Vietnam, no lograba captar las complejas dimensiones humanas de la política. Se consideraba que esta metodología era excesivamente reduccionista, descuidaba los aspectos éticos, normativos y subjetivos de la toma de decisiones políticas e ignoraba los contextos culturales y las experiencias personales de los implicados. En respuesta, la revolución postconductual exigió una reevaluación de los métodos y objetivos de la ciencia política. Esta nueva corriente de pensamiento hizo hincapié en la necesidad de incluir consideraciones éticas y morales en los estudios políticos, abogando por una comprensión de la política que abarcase tanto lo que es como lo que debería ser. Promovió el pluralismo metodológico, fomentando el uso de diversos métodos de investigación, incluidos los enfoques cualitativos, para captar mejor la riqueza y las complejidades de los fenómenos políticos.

Otro aspecto clave de esta revolución fue su énfasis en la relevancia. Los estudiosos postconductuales subrayaron la importancia de abordar cuestiones del mundo real y problemas sociales, en lugar de limitarse a investigaciones teóricas o empíricas abstractas alejadas de las realidades de la vida cotidiana. Este cambio representó una evolución hacia una forma de ciencia política más comprometida socialmente y más reflexiva. Además, el enfoque postconductual reconocía la influencia de los valores y perspectivas de los investigadores en su trabajo, cuestionando la noción de objetividad absoluta en el estudio de la política. Este reconocimiento de la subjetividad supuso un cambio significativo con respecto a la creencia anterior en la neutralidad científica.

En el ámbito de las RRII, el impacto de la revolución postconductual fue profundo. Preparó el terreno para la aparición de marcos teóricos más críticos y diversos, como el constructivismo, el feminismo y la teoría crítica. Estos enfoques trataron de entender las relaciones internacionales de una manera más ética y matizada, reconociendo la importancia de los valores humanos, las experiencias subjetivas y las consideraciones éticas en el análisis de la política mundial. Este cambio de paradigma enriqueció el campo de las RRII, ofreciendo un enfoque más holístico y reflexivo del estudio de los asuntos internacionales, que reconocía la complejidad y las dimensiones morales inherentes al mundo de la política global.

En el ámbito de la teoría de las Relaciones Internacionales (RI), la distinción entre la teoría explicativa como forma de teoría científica social y la teoría interpretativa pone de relieve los diferentes enfoques para comprender y analizar los acontecimientos y fenómenos internacionales. Esta distinción se resume bien en el contraste entre el modelo de explicación basado en la "ley de cobertura" y el enfoque interpretativo de la comprensión de los acontecimientos en las relaciones internacionales. El modelo de "ley de cobertura", o método nomológico-deductivo, es una característica distintiva de la teoría explicativa en las ciencias sociales. Este enfoque trata de explicar los acontecimientos subsumiéndolos en leyes o regularidades generales. Según este modelo, un acontecimiento puede explicarse si puede demostrarse que es un caso específico de una ley general. Por ejemplo, en las RRII, un realista podría utilizar el concepto de equilibrio de poder para explicar por qué los Estados establecen alianzas: la ley general es que los Estados buscan alianzas para equilibrarse frente a potencias más fuertes. Este modelo se caracteriza por su énfasis en la objetividad, el empirismo y la búsqueda de relaciones causales que puedan generalizarse a través de diferentes casos. En cambio, la teoría interpretativa, analizada por estudiosos como Hollis y Smith, pretende comprender los acontecimientos de las relaciones internacionales profundizando en sus contextos y significados específicos. La teoría interpretativa no se ocupa principalmente de encontrar leyes o regularidades generales. Por el contrario, se centra en comprender los significados subjetivos y las intenciones que subyacen a las acciones y los acontecimientos. Por ejemplo, un enfoque interpretativo de una crisis diplomática podría implicar el examen de los contextos históricos, culturales e ideológicos que conforman las perspectivas y acciones de los Estados implicados, proporcionando una comprensión matizada del acontecimiento que va más allá de las leyes generales.

La teoría interpretativa está en consonancia con el enfoque constructivista de las RRII, que sostiene que las realidades de la política internacional se construyen social y culturalmente y no se dan objetivamente. Los constructivistas sostienen que las identidades, los intereses y las acciones de los Estados están conformados por ideas, normas y valores compartidos y que, por tanto, comprender estas construcciones sociales es clave para entender las relaciones internacionales. Tanto las teorías explicativas como las interpretativas ofrecen valiosos puntos de vista sobre las relaciones internacionales. El enfoque explicativo, centrado en leyes generales y explicaciones causales, resulta útil para predecir acontecimientos y formular políticas. Por otro lado, el enfoque interpretativo proporciona una comprensión más profunda de los complejos factores sociales, históricos y culturales que influyen en los acontecimientos y las decisiones internacionales. En la práctica, un análisis exhaustivo de las relaciones internacionales suele requerir una combinación de ambos enfoques. Mientras que la teoría explicativa puede dilucidar patrones y regularidades generales en el comportamiento de los Estados, la teoría interpretativa puede descubrir los contextos y significados únicos que subyacen a acontecimientos internacionales concretos. Juntos, estos enfoques proporcionan una imagen más completa de la dinámica en juego en el mundo de la política internacional.

Teoría de las RI: Crítica y visiones proféticas[modifier | modifier le wikicode]

La teoría de las Relaciones Internacionales (RI) puede funcionar como una forma de crítica del orden internacional existente, y esta crítica puede adoptar dos formas principales: la crítica negativa y la crítica profética. Estos enfoques difieren en sus perspectivas y objetivos respecto al statu quo de las relaciones internacionales.

La crítica negativa en la teoría de las RRII implica principalmente un análisis crítico del sistema internacional actual, identificando y destacando sus defectos, contradicciones e injusticias. Esta forma de crítica no ofrece necesariamente un camino claro hacia un sistema nuevo o reformado, sino que se centra en deconstruir y cuestionar las estructuras y supuestos existentes. Los académicos que adoptan este enfoque pueden analizar la dinámica de poder dentro del sistema internacional, las desigualdades producidas por los actuales acuerdos económicos mundiales o los fallos de las instituciones internacionales. Por ejemplo, las críticas realistas a las organizaciones internacionales suelen centrarse en su incapacidad para trascender los intereses de los Estados poderosos, mientras que las críticas marxistas se centran en cómo el capitalismo internacional perpetúa la desigualdad.

Por otra parte, la crítica profética en la teoría de las RRII va más allá de la mera crítica de la situación actual. También imagina y defiende un orden internacional radicalmente distinto basado en nuevos principios y estructuras. Este enfoque se caracteriza por su perspectiva de futuro y su compromiso normativo con un mundo más justo y equitativo. Las críticas proféticas suelen basarse en fundamentos éticos, filosóficos e ideológicos para proponer cambios transformadores. Por ejemplo, los teóricos críticos y los constructivistas pueden imaginar un mundo en el que las relaciones internacionales se rijan más por normas y valores compartidos que por políticas de poder, y en el que las instituciones mundiales sean más democráticas y respondan mejor a las necesidades de todas las personas, no sólo a los intereses de los Estados más poderosos.

Ambas formas de crítica desempeñan un papel vital en el campo de las RRII. Las críticas negativas son importantes para comprender las limitaciones y los problemas del actual sistema internacional, y proporcionan una base necesaria para cualquier reforma o transformación significativa. Las críticas proféticas son esenciales para imaginar futuros alternativos y motivar el cambio hacia un orden mundial más justo y sostenible. En el discurso académico y en la formulación de políticas, estas críticas sirven para responsabilizar al sistema actual e inspirar debates sobre posibles vías de cambio. Alientan un continuo reexamen de los principios, prácticas y estructuras que rigen las relaciones internacionales, fomentando una comprensión dinámica y evolutiva de la política mundial.

Las RRII como práctica social cotidiana[modifier | modifier le wikicode]

Considerar la teoría de las Relaciones Internacionales (RI) como práctica social cotidiana implica entenderla no sólo como una disciplina académica, sino como algo que se vive activamente y se encarna en las interacciones y actividades cotidianas de los Estados, las organizaciones y los individuos. Esta perspectiva subraya que los principios y conceptos de la teoría de las RRII no son meras ideas abstractas confinadas en textos académicos, sino que forman parte del tejido continuo y práctico de la política internacional. Desde este punto de vista, la teoría de las RRII como práctica social cotidiana significa que los comportamientos, decisiones y políticas de los Estados y otros actores internacionales se basan continuamente en principios teóricos y los reflejan. Por ejemplo, las decisiones de política exterior de un Estado se basan a menudo en principios realistas de poder y seguridad, en ideales liberales de cooperación e instituciones internacionales, o en nociones constructivistas de construcciones sociales e identidad.

Además, este enfoque reconoce que las relaciones internacionales no sólo se configuran mediante reuniones diplomáticas de alto nivel o tratados formales, sino también mediante una miríada de interacciones cotidianas menos visibles. Éstas pueden incluir transacciones comerciales, intercambios culturales, actividades de organizaciones no gubernamentales e incluso acciones individuales, todo lo cual contribuye a la dinámica más amplia de las relaciones internacionales. Considerar la teoría como una práctica social cotidiana también significa reconocer que los conceptos y modelos de las RRII se ponen a prueba, modifican y reinterpretan constantemente a la luz de los acontecimientos del mundo real. La práctica de la diplomacia, por ejemplo, no es sólo una aplicación de la comprensión teórica, sino también una fuente de ideas que pueden perfeccionar o cuestionar las teorías existentes.

Esta perspectiva también pone de relieve el papel de los agentes no estatales en la configuración de las relaciones internacionales. Desde las empresas multinacionales que influyen en las políticas económicas mundiales hasta las redes de activistas que defienden los derechos humanos o la protección del medio ambiente, estos agentes participan en prácticas que reflejan y repercuten en la comprensión teórica de las RRII. En esencia, considerar la teoría de las RRII como una práctica social cotidiana requiere una perspectiva amplia que capte las formas diversas y dinámicas en que se desarrollan las relaciones internacionales en contextos reales. Ello invita a una comprensión más holística de la política mundial, que tienda puentes entre la teoría y la práctica y reconozca la multitud de actores y actividades que configuran la escena internacional.

La crítica de Buzan y Little a las RRII como proyecto intelectual[modifier | modifier le wikicode]

Análisis de los fracasos intelectuales de las RRII[modifier | modifier le wikicode]

Barry Buzan y Richard Little, en su artículo "Why International Relations has Failed as an Intellectual Project", afirman que, a pesar de su dinamismo interno, el campo de las Relaciones Internacionales (RI) ha permanecido curiosamente aislado de otras ciencias sociales y de la historia. Esta crítica pone de manifiesto una importante limitación en el desarrollo de las RRII como disciplina académica. Los autores argumentan que el aislamiento de las RRII de otras disciplinas ha obstaculizado su capacidad para desarrollar una comprensión global de la política mundial. Aunque las RRII han evolucionado y se han diversificado en sus enfoques y teorías, esta evolución se ha producido en gran medida dentro de su propio silo, separado de las ideas y metodologías de disciplinas como la sociología, la psicología, la economía y la historia.

Esta insularidad, según Buzan y Little, ha conducido a una cierta estrechez de perspectiva y metodología dentro de las RRII. Al no comprometerse plenamente con las teorías, conceptos y hallazgos empíricos de otras ciencias sociales, las RRII han perdido oportunidades de enriquecer su análisis y comprender más profundamente la compleja interacción de factores que configuran las relaciones internacionales. Esto incluye pasar por alto los procesos históricos que han configurado el sistema estatal moderno, los fundamentos económicos de la política internacional y los factores psicológicos que influyen en la toma de decisiones a escala internacional. Además, Buzan y Little sugieren que esta separación de otras disciplinas ha limitado la capacidad de las RRII para abordar y resolver eficazmente los problemas del mundo real. Buzan y Little abogan por un enfoque más interdisciplinar, que aproveche los puntos fuertes y los conocimientos de diversas ciencias sociales para crear una comprensión más sólida y matizada de los fenómenos internacionales. Aunque las RRII han avanzado mucho en el desarrollo de sus propias teorías y modelos, su progreso como proyecto intelectual se ha visto limitado por su relativo aislamiento. Para seguir avanzando, el campo necesita abrirse a influencias interdisciplinares, integrando perspectivas y métodos científicos sociales más amplios en su estudio de la política mundial. Este enfoque no sólo profundizaría en la riqueza teórica de las RRII, sino que también aumentaría su relevancia práctica a la hora de abordar los complejos retos de la escena internacional.

La observación de Barry Buzan y Richard Little sobre el limitado tráfico de salida de las Relaciones Internacionales (RI) hacia otras disciplinas presenta una notable contradicción cuando se considera la autoconcepción de las RI. A menudo, las RRII se ven a sí mismas como una disciplina cuya temática es intrínsecamente importante y relevante, y como intrínsecamente inter o multidisciplinar. Sin embargo, esta autopercepción parece contradecir la realidad de su compromiso con otros campos.

La autopercepción de las RRII como campo importante y relevante se basa en la premisa de que aborda cuestiones críticas como la guerra, la paz, la cooperación mundial, la economía internacional y los derechos humanos. Se trata de temas de innegable importancia y repercusión mundial, y el campo se enorgullece de abordar estos complejos y acuciantes retos globales. Los teóricos y profesionales de las RRII destacan a menudo la capacidad de la disciplina para ofrecer ideas y soluciones a algunos de los problemas más críticos del mundo. Además, las RRII se han posicionado históricamente como inter o multidisciplinares, basándose teórica y metodológicamente en otras disciplinas como la historia, la economía, la sociología, el derecho y la ciencia política. Este enfoque interdisciplinar se considera esencial dada la complejidad y el alcance de las cuestiones internacionales, que a menudo no pueden entenderse plenamente a través de una única lente disciplinar.

Sin embargo, Buzan y Little señalan una contradicción en esta autoconcepción: si bien las RRI pueden inspirarse en otras disciplinas, parece haber un flujo limitado de ideas e investigación desde las RRI hacia estos otros campos. Este tráfico unidireccional sugiere una cierta insularidad dentro de las RRII, que se benefician de los conocimientos de otras disciplinas pero no contribuyen de la misma manera a estos campos ni influyen en ellos. Esta contradicción puede deberse a varios factores, como el carácter especializado de las RRII, que se centran principalmente en las relaciones entre Estados y en la política de alto nivel del sistema internacional. Este enfoque podría limitar la aplicabilidad de los conocimientos de las RRII a otras disciplinas que se ocupan de diferentes escalas o aspectos de la actividad humana. Además, es posible que los planteamientos teóricos y metodológicos desarrollados en las RRII no se trasladen sin problemas a otros campos, que tienen sus propios paradigmas y prioridades de investigación establecidos.

Barry Buzan y Richard Little, en su crítica del campo de las Relaciones Internacionales (RI), discrepan de la tendencia predominante a asumir que la fragmentación teórica dentro de la disciplina constituye un estado de cosas inevitable. Este punto de vista prevalente sugiere que la diversa y a menudo conflictiva gama de teorías de las RRII -desde el realismo y el liberalismo hasta el constructivismo y la teoría crítica- es una condición natural e inalterable que debe soportarse o aceptarse. A menudo se considera que esta fragmentación refleja la naturaleza compleja y polifacética de las propias relaciones internacionales. Sin embargo, Buzan y Little cuestionan esta perspectiva. Argumentan en contra de resignarse o celebrar esta fragmentación teórica. En su lugar, abogan por un marco más holístico para la comprensión de las relaciones internacionales, un marco que pueda armonizar potencialmente las diversas perspectivas dentro del campo. Proponen aprovechar el atractivo interdisciplinar del concepto de "sistema internacional" como marco unificador.

El concepto de "sistema internacional" es fundamental para las RRII y se refiere a la estructura y el patrón de relaciones entre los Estados del mundo y otros actores significativos, regidos por ciertas reglas y normas. Buzan y Little sugieren que este concepto puede servir de base común para diferentes enfoques teóricos, proporcionando una estructura global dentro de la cual pueden integrarse diversas perspectivas. Al centrarse en el sistema internacional, creen que es posible trascender las limitaciones de las teorías individuales y crear una comprensión más cohesiva y global de la política mundial. Este enfoque implicaría aprovechar las ideas de diversas tradiciones teóricas para construir un análisis más matizado y multidimensional del sistema internacional. Por ejemplo, podría combinar el enfoque realista del poder y la seguridad, el énfasis liberal en las instituciones y la cooperación, la atención constructivista a las construcciones sociales y las identidades, y la preocupación de las teorías críticas por las dinámicas de poder y la desigualdad. La propuesta de Buzan y Little de un marco holístico basado en el concepto de sistema internacional pretende salvar las distancias entre las distintas perspectivas teóricas de las RRII. Representa un esfuerzo por superar la fragmentación teórica y adoptar un enfoque más integrado e interdisciplinario para comprender las complejidades del ámbito internacional. Este enfoque no sólo tiene el potencial de enriquecer el estudio académico de las RRII, sino también de aumentar la relevancia práctica de la disciplina a la hora de abordar los polifacéticos retos de la política mundial.

Estrategias para revitalizar la contribución intelectual de las RRII[modifier | modifier le wikicode]

Abordar el fracaso percibido de las Relaciones Internacionales (RRII) como proyecto intelectual, especialmente en el contexto de una era mundial marcada por una creciente globalización, requiere una reorientación y ampliación de sus enfoques teóricos y metodológicos. Esta reorientación implica ir más allá de los marcos tradicionales y adoptar enfoques más macro que prevalecen en otras ciencias sociales.

Se ha sugerido ir más allá de la teoría de los "sistemas mundiales", asociada a Immanuel Wallerstein, que hunde sus raíces en el marxismo y el materialismo. La teoría de los sistemas mundiales de Wallerstein considera el orden global como un sistema complejo caracterizado por una economía mundial capitalista dividida en naciones centrales, periféricas y semiperiféricas. Aunque esta teoría ha aportado valiosas ideas sobre las estructuras económicas de la desigualdad mundial, sus críticos sostienen que se centra demasiado en los factores económicos y la dinámica de clases, pasando por alto otros aspectos importantes de las relaciones internacionales. En respuesta, existe un creciente interés por estudiar el sistema internacional, el sistema mundial y la sociedad mundial de una manera más holística. Este enfoque implicaría la integración de una gama más amplia de factores, más allá de los meramente económicos, incluidas las dimensiones políticas, culturales, tecnológicas y medioambientales. También sugiere la necesidad de comprender las interacciones no sólo entre Estados, sino también entre una amplia gama de agentes no estatales, como organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, empresas multinacionales y redes transnacionales de defensa de intereses.

El estudio del sistema internacional seguiría examinando las preocupaciones tradicionales de las RRII, como la dinámica del poder, el comportamiento de los Estados y las instituciones internacionales. Sin embargo, también incorporaría conocimientos de otras disciplinas, como la sociología, la antropología y las ciencias medioambientales, para comprender mejor los aspectos sociales, culturales y ecológicos de la política mundial. El concepto de sociedad mundial, por su parte, amplía el análisis para incluir las normas, valores e identidades colectivas de la comunidad global. Destaca el papel de los actores y redes transnacionales en la configuración de normas y prácticas globales, que van desde los derechos humanos y la sostenibilidad medioambiental hasta el derecho internacional y la gobernanza mundial.

Ir más allá de la "camisa de fuerza westfaliana" implica cuestionar la visión estadocéntrica de las relaciones internacionales que ha dominado el campo desde la Paz de Westfalia en 1648. Esta perspectiva considera tradicionalmente a los Estados soberanos como los actores principales y más significativos del sistema internacional, con escasa consideración por las entidades no estatales o las fuerzas transnacionales. La sugerencia de invertir la actitud de las RRII hacia la historia, en particular la historia mundial, es una llamada a ampliar el alcance del análisis más allá del estrecho enfoque en los Estados y sus interacciones. La Escuela Inglesa de Relaciones Internacionales ofrece un enfoque que se ajusta a esta perspectiva más amplia. Reconoce la importancia no sólo de los Estados, sino también de la sociedad internacional, concepto que engloba a un conjunto más amplio de actores y reconoce el papel de las normas, valores, reglas e instituciones compartidas en la configuración de las relaciones internacionales. Esta escuela de pensamiento hace hincapié en las dimensiones histórica y social de la política internacional, considerando cómo los acontecimientos y procesos históricos han conformado el actual sistema internacional.

Al incorporar una comprensión más profunda de la historia mundial, las RI pueden superar las limitaciones del modelo westfaliano. Esto implica reconocer la influencia de los imperios históricos, los Estados no occidentales y los movimientos transnacionales en la configuración del orden mundial. También significa reconocer el impacto del colonialismo, la globalización económica y los intercambios culturales en la formación del actual panorama internacional. Además, invertir la actitud de las RRII hacia la historia implica reconocer la naturaleza dinámica y evolutiva de las relaciones internacionales. Requiere comprender que los conceptos y teorías utilizados para explicar la política internacional también deben evolucionar en respuesta a las cambiantes circunstancias históricas. Este enfoque cuestiona la visión estática de las relaciones internacionales como meras interacciones entre Estados soberanos, presentándolas en cambio como una red dinámica y compleja de relaciones influidas por una amplia gama de factores históricos y sociales.

La incorporación de la historia mundial a las RRII también permite una comprensión más matizada de los problemas contemporáneos. Por ejemplo, los conflictos y alianzas actuales pueden entenderse mejor en el contexto de sus fundamentos históricos. Además, una perspectiva histórica puede aportar ideas sobre el desarrollo de las normas e instituciones internacionales y ayudar a explicar las variaciones en el comportamiento de los distintos Estados y sociedades. Superar la "camisa de fuerza westfaliana" y adoptar un enfoque más histórico, como el de la Escuela Inglesa, permite una comprensión más rica y completa de las relaciones internacionales. Reconoce la importancia de los Estados, pero también la de los procesos históricos, los agentes no estatales y las fuerzas transnacionales en la configuración de la escena mundial. Este enfoque no sólo enriquece la profundidad teórica de las RRII, sino que también aumenta su relevancia práctica a la hora de abordar los complejos retos del mundo contemporáneo.

Barry Buzan y Richard Little, en su crítica al campo de las Relaciones Internacionales (RI), abordan la cuestión de la estrechez sectorial y lo que describen como "una adopción bastante irreflexiva de la fragmentación teórica". Esta crítica apunta a una tendencia dentro de las RI a compartimentar el campo en distintos sectores teóricos y temáticos sin suficiente fertilización cruzada o síntesis. La estrechez sectorial se refiere a la especialización dentro de las RRII en la que los académicos se centran intensamente en áreas o temas específicos, como los estudios de seguridad, la economía política internacional o los derechos humanos. Si bien esta especialización ha permitido profundizar en el conocimiento y la comprensión de estas áreas concretas, Buzan y Little sostienen que también ha dado lugar a un campo fragmentado en el que a menudo se pierde la visión de conjunto. Esta fragmentación significa que las ideas y los avances críticos en un sector de las RRII pueden no estar adecuadamente integrados en otros o no ser reconocidos por ellos. La "aceptación irreflexiva" de esta fragmentación, en palabras de Buzan y Little, sugiere una falta de reflexión crítica sobre las limitaciones y los inconvenientes de tener subcampos tan claramente divididos. Supone una oportunidad perdida para desarrollar enfoques más globales y holísticos que aprovechen los puntos fuertes y las ideas de diversos sectores. Por ejemplo, para comprender plenamente los retos de la seguridad internacional no basta con centrarse en los aspectos militares y estratégicos (como en los estudios de seguridad tradicionales), sino que también hay que tener en cuenta las condiciones económicas, los factores culturales y los contextos históricos.

Para ir más allá de esta estrechez sectorial, Buzan y Little sugieren que las RRII fomenten un compromiso y una síntesis más interdisciplinarios. Este planteamiento implicaría la creación de marcos y metodologías que sirvieran de puente entre los distintos sectores, animando a los especialistas a incorporar a sus análisis ideas procedentes de diversas áreas de las RRII. También significa promover el diálogo y la colaboración entre especialistas de distintos subcampos para abordar cuestiones globales complejas de forma más integrada. Este cambio no sólo aumentaría la riqueza teórica de las RRII, sino también su relevancia práctica. Al romper los compartimentos estancos dentro del campo, las RRII podrían ofrecer análisis más matizados y exhaustivos de los fenómenos internacionales, equipando mejor a los responsables políticos, diplomáticos y otros profesionales para navegar por las complejidades del panorama mundial. En esencia, ir más allá de la estrechez sectorial requiere un esfuerzo consciente para tender puentes a través de las divisiones teóricas, fomentando un enfoque más unificado y colaborativo para comprender y abordar los retos de las relaciones internacionales.

La integración de la historia mundial en las Relaciones Internacionales (RI) y el objetivo de recuperar una visión de los sistemas internacionales como gran teoría representan un cambio ambicioso y significativo en el enfoque del estudio de los asuntos mundiales. Esta perspectiva subraya la importancia del contexto histórico para comprender la evolución y la dinámica de los sistemas internacionales, abogando por una visión más global y holística de las RI. Integrar la historia mundial en las RRII implica reconocer que los actuales sistemas, instituciones, normas y dinámicas de poder internacionales han sido moldeados por procesos históricos. Este enfoque reconoce que el sistema estado-céntrico, los patrones económicos globales y las ideologías políticas son el producto de desarrollos históricos, como el colonialismo, la industrialización, las guerras y los intercambios culturales. Estudiando estas trayectorias históricas, los especialistas en RRII pueden comprender mejor por qué el sistema internacional funciona como lo hace hoy y cómo podría evolucionar en el futuro.

Además, un enfoque histórico permite una comprensión más matizada de las perspectivas y experiencias no occidentales, que a menudo han sido marginadas en la teoría tradicional de las RRII. Esto incluye explorar el impacto del imperialismo y la descolonización en la formación del Estado y las relaciones internacionales en el Sur Global, así como comprender el papel de los imperios y civilizaciones no europeos en la configuración de la historia mundial. Recuperar una visión de los sistemas internacionales como gran teoría significa luchar por un marco general que pueda explicar las pautas y estructuras generales de las relaciones internacionales en distintas épocas y contextos. Esta gran teoría trataría de sintetizar las ideas de diversas teorías de las RRII y análisis históricos para ofrecer una comprensión global del funcionamiento de la política mundial. Abordaría la dinámica de poder entre los Estados, el papel de los actores no estatales, la influencia de los factores económicos y culturales y el impacto de los cambios tecnológicos y medioambientales.

Para desarrollar esa gran teoría, los especialistas en RRII tendrían que realizar una investigación interdisciplinar, basándose en los conocimientos de la historia, la sociología, la economía, la ciencia política y otros campos pertinentes. Esto implicaría no sólo examinar las raíces históricas de los fenómenos internacionales actuales, sino también considerar cómo los patrones históricos podrían informar sobre futuros desarrollos. La integración de la historia mundial en las RRII y la elaboración de una gran teoría de los sistemas internacionales representan una llamada a un enfoque más amplio e integrador del estudio de la política mundial. Este enfoque reconoce el valor del contexto histórico para comprender las complejidades de la escena internacional y pretende desarrollar un marco teórico global que pueda explicar las complejidades y la dinámica de los asuntos mundiales, tanto del pasado como del presente.

Annexos[modifier | modifier le wikicode]


Referencias[modifier | modifier le wikicode]