Sociedad Americana de Posguerra en los Estados Unidos: Guerra Fría y Sociedad de Abundancia

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Sociedad Americana de Posguerra en los Estados Unidos: Guerra Fría y Sociedad de Abundancia
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Portada del libro Santo Domingo o la historia de sus revoluciones, 1791-1804.

Faculté Lettres
Département Département d’histoire générale
Professeur(s) Aline Helg[1][2][3][4][5][6][7]
Cours Los Estados Unidos y América Latina: los siglos XVIII y XX

Lectures


La frase "bajo Dios" se añadió al Juramento de Lealtad en 1954, durante la Guerra Fría, cuando Estados Unidos intentaba diferenciarse de la Unión Soviética, que era percibida como un Estado ateo. El cambio se hizo por decisión del Congreso y pretendía enfatizar los valores religiosos y patrióticos de Estados Unidos. Hasta 2003, el Juramento a la Bandera se recitaba en las escuelas de Texas y otros lugares, con la frase "bajo Dios" incluida.[8][9]

La decisión del Congreso de 1954 añadió "bajo Dios" al Juramento de Lealtad para resaltar la diferencia religiosa entre Estados Unidos y la Unión Soviética, considerada atea, en un contexto de creciente nacionalismo.[10]

Durante la Guerra Fría, los niños de Estados Unidos y otros países participaban en simulacros de defensa civil que simulaban un ataque nuclear soviético. El objetivo de estos simulacros era prepararlos para un posible ataque nuclear y enseñarles a protegerse de la lluvia radiactiva. Esto formaba parte de un esfuerzo más amplio de los gobiernos para preparar a sus ciudadanos ante la posibilidad de una guerra nuclear.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos emergió como superpotencia con una economía fuerte y una clase media en rápido crecimiento. Este periodo, a veces denominado la "Sociedad de la Abundancia", se caracterizó por la prosperidad generalizada, el crecimiento económico y los avances en tecnología y cultura de consumo. El país alcanzó este nivel de prosperidad debido a varios factores, como una mano de obra altamente productiva, políticas gubernamentales favorables y un mercado de consumo en auge. Estados Unidos también supo aprovechar su condición de primera potencia industrial del mundo y su posición dominante en las esferas política y militar mundiales para mantener y aumentar su prosperidad durante la época de la Guerra Fría.

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Los Estados Unidos y la Guerra Fría

El uso de bombas atómicas por parte de Estados Unidos sobre Japón marcó el final de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría, un periodo de tensión política y militar entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Estados Unidos creía que su posesión de armas nucleares le daba ventaja sobre los soviéticos en las negociaciones de posguerra. Sin embargo, esta acción también intensificó la carrera armamentística entre ambas naciones, lo que condujo a un estado de inseguridad global y miedo a una guerra nuclear. Este periodo se caracterizó por los esfuerzos de Estados Unidos por contener la expansión del comunismo, a través de medios militares, económicos y políticos, y los esfuerzos de la Unión Soviética por ampliar su esfera de influencia. La Guerra Fría tuvo un gran impacto en la sociedad estadounidense y mundial, y marcó las relaciones internacionales, la economía y las políticas nacionales de las décadas siguientes.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se encontraba en una posición única en comparación con otras grandes potencias. Su territorio había quedado prácticamente intacto por la guerra y su economía era próspera, pero Estados Unidos no podía imponer sus ideales liberales a la Unión Soviética. Estados Unidos veía la expansión del comunismo como una amenaza para su modo de vida y trató de contenerla mediante una combinación de medios políticos, económicos y militares. Sin embargo, la Unión Soviética no se mostró receptiva a estos esfuerzos y, en su lugar, siguió una política de mercados cerrados y desarrollo económico controlado por el Estado. Esto creó importantes barreras a la expansión de los intereses económicos estadounidenses y a la capacidad de Estados Unidos para dominar los mercados mundiales. El resultado fue un periodo de intensa competencia económica y política entre las dos superpotencias, que llegaría a definir la era de la Guerra Fría.

Líderes aliados en la conferencia. De izquierda a derecha: Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y Joseph Stalin.

A la Conferencia de Yalta, celebrada en febrero de 1945, asistieron el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, el primer ministro británico Winston Churchill y el primer ministro soviético Joseph Stalin. Los líderes debatieron una serie de cuestiones relacionadas con la reorganización de Europa tras la Segunda Guerra Mundial y el futuro de la Unión Soviética. Uno de los principales resultados de la conferencia fue la creación de las Naciones Unidas (ONU), una organización internacional destinada a promover la paz, la seguridad y la cooperación entre las naciones. Sin embargo, los líderes no pudieron resolver muchas de las cuestiones económicas y políticas que les dividían. Estados Unidos y Gran Bretaña pretendían promover el libre comercio y los mercados abiertos, mientras que la Unión Soviética pretendía mantener el control sobre su economía y limitar la influencia occidental. Estas diferencias sentarían las bases de la Guerra Fría y seguirían marcando las relaciones internacionales durante muchos años.

Estados Unidos pretendía establecer su hegemonía financiera y comercial en el mundo creando instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas instituciones pretendían promover el crecimiento económico y la estabilidad tras la Segunda Guerra Mundial y proporcionar un marco para la cooperación económica internacional. Sin embargo, la URSS veía en estas instituciones un medio para que Estados Unidos afirmara su dominio sobre la economía mundial y temía que participar en ellas socavara su propio control sobre su economía. En consecuencia, la URSS se negó a unirse a estas instituciones, lo que ahondó aún más la división entre EEUU y la URSS y contribuyó a las tensiones de la Guerra Fría. La negativa de la URSS a participar en estas instituciones se consideró un rechazo a la hegemonía financiera y comercial estadounidense y una demostración de las diferencias políticas y económicas entre las dos superpotencias.

Los temores que alimentan la Guerra Fría

Los temores que alimentaron la Guerra Fría tenían su origen en las diferencias entre los sistemas político, económico e ideológico de Estados Unidos y la Unión Soviética. Estos temores condujeron a un periodo de intensa competencia política, económica y militar entre las dos superpotencias, en el que cada una trató de afirmar su dominio y proteger sus intereses. El resultado fue la Guerra Fría, una lucha de décadas por la influencia mundial que dio forma a las relaciones internacionales y definió a una generación.

Los dirigentes soviéticos temían verse cercados por las potencias capitalistas, lo que creían que justificaba su expansión hacia Occidente y el establecimiento de regímenes comunistas en Estados tapón. Estos Estados se crearon tras la Primera Guerra Mundial para impedir el avance de la Unión Soviética y se consideraban una amenaza para la seguridad soviética. Los dirigentes soviéticos temían que nosotros y nuestros aliados pudiéramos utilizar estos Estados para rodear y aislar política y militarmente a la Unión Soviética. En consecuencia, trataron de ampliar su influencia y establecer regímenes amistosos en esos Estados para protegerse de la amenaza percibida de cerco. Este temor al cerco fue uno de los principales motores de la política exterior soviética durante la Guerra Fría y contribuyó a la tensa relación entre la Unión Soviética y Occidente.

Entre los estadounidenses existía el temor de que la URSS representara una amenaza global a la que Estados Unidos debía responder con respuestas militares integrales. Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo se encontraba en un periodo de transición, en el que muchos países, incluidos Europa y Japón, experimentaban la ruina económica. En algunos países, como Grecia y China, había guerras civiles, con facciones enfrentadas apoyadas por EEUU o los soviéticos. Los imperios coloniales británico y francés se enfrentaban a la presión de los movimientos de liberación nacional, y la estabilidad del mundo parecía incierta. Este temor a la expansión e influencia soviéticas, combinado con el caos y la inestabilidad de muchas regiones, llevó a muchos estadounidenses a considerar a la URSS como una gran amenaza para la seguridad y los intereses de Estados Unidos. En consecuencia, Estados Unidos aplicó una estrategia de contención destinada a limitar la expansión y la influencia soviéticas mediante una combinación de medios militares, económicos y diplomáticos. Este temor a la URSS y su percepción como una amenaza para la seguridad y los intereses de Estados Unidos fue uno de los principales motores de la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría.

Factores internos de los Estados Unidos

Varios factores internos de Estados Unidos contribuyeron a aumentar el temor a la amenaza soviética durante la Guerra Fría.

  • Truman, el sucesor de Roosevelt, era visto como menos capaz y experimentado que su predecesor, lo que aumentó la preocupación sobre la preparación de Estados Unidos para hacer frente a la amenaza soviética.
  • La industria bélica había obtenido importantes beneficios durante la Segunda Guerra Mundial, y muchos en este sector trataron de mantenerlos continuando con la producción y venta de armas.
  • Había una larga tradición de sentimiento antisocialista y antibolchevique en EEUU, que se remontaba a la década de 1880. Durante la guerra, la fuerte propaganda anticomunista también contribuyó a las opiniones negativas sobre el comunismo.
  • Existía el temor de que la pobreza y la inestabilidad de muchos países tras la guerra provocaran el ascenso de partidos comunistas en esos países, especialmente en Francia e Italia, y que ello amenazara los intereses y la seguridad de Estados Unidos.

Estos factores internos, combinados con la amenaza externa que suponía la Unión Soviética, contribuyeron a aumentar el miedo y la urgencia entre los responsables políticos y la opinión pública de Estados Unidos durante la Guerra Fría.

La idea general que subyacía en la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría era que la prosperidad y el bienestar del país estaban estrechamente ligados a su crecimiento económico, que a su vez dependía del acceso a nuevos mercados para la exportación y el suministro de materias primas. Estados Unidos veía cualquier restricción o limitación a sus planes de expansión global como una amenaza para sus intereses y, por tanto, estaba motivado para mantener su poder económico y militar con el fin de asegurar su dominio y proteger sus intereses económicos y estratégicos en todo el mundo. Esta idea contribuyó a configurar la respuesta estadounidense a la Unión Soviética y su enfoque del orden internacional durante la Guerra Fría, ya que Estados Unidos pretendía impedir la expansión del comunismo y mantener su influencia y dominio mundiales.

La Doctrina Truman

El etiquetado usado en los paquetes de ayuda del Plan Marshall.

La Doctrina Truman fue una doctrina de política exterior anunciada por el Presidente Harry S. Truman el 12 de marzo de 1947. La Doctrina afirmaba que Estados Unidos proporcionaría apoyo político, militar y económico a cualquier país amenazado por el comunismo o el totalitarismo para contener la expansión del comunismo y promover la expansión de la democracia y el capitalismo. La Doctrina Truman fue una respuesta a la creciente amenaza que suponía la Unión Soviética, que había ampliado su esfera de influencia en Europa del Este y se consideraba una amenaza para la democracia y el capitalismo occidentales. La Doctrina supuso un cambio significativo en la política exterior estadounidense, ya que marcó el inicio de la implicación de Estados Unidos en la contención de la expansión soviética y el mantenimiento de su dominio mundial durante la Guerra Fría.[11][12][13][14]

La Doctrina Truman y la política de contención formulada por George Kennan están estrechamente relacionadas y a menudo se consideran complementarias. Tal y como la articuló Kennan, la política de contención pretendía evitar la propagación del comunismo y la expansión de la influencia soviética conteniendo el poder soviético dentro de sus fronteras actuales y limitando su capacidad de proyectar poder más allá de esas fronteras. La Doctrina Truman se basó en la política de contención al proporcionar apoyo militar y económico concreto a los países amenazados por el comunismo o el totalitarismo, convirtiéndola así en un componente clave de la estrategia estadounidense durante la Guerra Fría. La Doctrina Truman y la política de contención contribuyeron a configurar la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría, ya que Estados Unidos pretendía mantener su dominio mundial y proteger sus intereses frente a las amenazas percibidas de la Unión Soviética.

La política de contención durante la Guerra Fría puede considerarse una prolongación de la Doctrina Monroe en algunos aspectos, aunque también existen importantes diferencias entre ambas. La Doctrina Monroe, formulada por primera vez por el Presidente James Monroe en 1823, advertía a las potencias europeas que no debían interferir en los asuntos de las Américas y proclamaba que el hemisferio occidental estaba cerrado a nuevas colonizaciones europeas. La política de contención durante la Guerra Fría también pretendía proteger los intereses estadounidenses y evitar la expansión del comunismo. Sin embargo, su alcance era más global y se centraba más en contener la influencia soviética que la europea.

Al igual que la Doctrina Monroe, la política de contención durante la Guerra Fría reflejaba la creencia en el excepcionalismo estadounidense y el deseo de proteger los intereses de Estados Unidos y mantener su dominio. Sin embargo, la política de contención también reflejaba las singulares realidades geopolíticas de la Guerra Fría, ya que Estados Unidos pretendía evitar la expansión de la influencia soviética y proteger a sus aliados en Europa y en todo el mundo. En última instancia, la política de contención fue un componente central de la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría, configurando las relaciones de Estados Unidos con la Unión Soviética y dando forma a la política mundial en las décadas venideras.[15][16][17][18][19]

El Plan Marshall, también conocido como Programa de Recuperación Europea, fue una iniciativa estadounidense lanzada en 1948 para proporcionar ayuda a los países de Europa Occidental con el fin de reconstruir sus economías tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial. La idea del plan era evitar la expansión del comunismo y estabilizar la región, así como promover el crecimiento de las exportaciones estadounidenses e impulsar su propia economía. A lo largo de cuatro años, Estados Unidos proporcionó más de 13.000 millones de dólares en ayuda a Europa Occidental, lo que contribuyó a que la región se recuperara y se convirtiera en un importante socio comercial de Estados Unidos. El Plan Marshall está considerado una de las iniciativas de política exterior estadounidense de mayor éxito del siglo XX. A menudo se cita como un factor clave del éxito del auge económico de posguerra en Europa.[20][21][22][23]

National Security Act

La Ley de Seguridad Nacional de 1947 fue un importante texto legislativo aprobado por el Congreso de Estados Unidos durante los primeros años de la Guerra Fría. La ley creó varias instituciones nuevas y reorganizó las existentes para hacer frente a los desafíos planteados por la Unión Soviética. Los cambios más significativos fueron la creación del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Departamento de Defensa. El NSC se encargó de asesorar al Presidente en asuntos de seguridad nacional y de coordinar las distintas agencias implicadas en la defensa del país. La CIA se creó como agencia de inteligencia independiente encargada de reunir y analizar información de inteligencia exterior. Se creó el Departamento de Defensa para coordinar y supervisar todas las actividades militares, incluidas las recién creadas Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. La Ley de Seguridad Nacional de 1947 se considera una de las piezas clave de la legislación que ayudó a Estados Unidos a afrontar los retos de la Guerra Fría.[24][25]

La CIA participó en varias operaciones encubiertas en la década de 1950 y posteriores, destinadas a derrocar gobiernos extranjeros considerados hostiles a los intereses de Estados Unidos. Estas operaciones se llevaron a cabo como parte del esfuerzo más amplio de la Guerra Fría para contener la expansión del comunismo y promover los intereses estadounidenses en el extranjero. Algunos de los ejemplos más conocidos de estas operaciones son el golpe de Estado de 1953 en Irán, la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba en 1961 y el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende en Chile en 1973.[26][27] [28][29][30][31]

El desarrollo del McCarthyismo: 1947 - 1962

El sentimiento anticomunista en Estados Unidos tiene una larga historia que se remonta a finales del siglo XIX. Este sentimiento se vio alimentado por una mezcla de factores políticos, económicos e ideológicos, incluida la preocupación por el auge de los movimientos socialistas y comunistas, la amenaza percibida para los intereses comerciales estadounidenses y una fuerte ideología antibolchevique. Los temores y sospechas se intensificaron durante los primeros años de la Guerra Fría con acontecimientos como la adquisición de armas atómicas por parte de la Unión Soviética y la percepción de la expansión del comunismo en Europa del Este y Asia. Además, el temor al espionaje y la subversión dentro del gobierno estadounidense impulsó la creación en 1938 del Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes (HUAC, por sus siglas en inglés), que investigaba las supuestas actividades comunistas. El comité y los discursos sensacionalistas de McCarthy provocaron un "miedo rojo" generalizado y un clima de temor y desconfianza en la década de 1950. El resultado final fue la inclusión en la lista negra de numerosos individuos de la industria del entretenimiento y el despido de empleados federales sospechosos de simpatías comunistas. Los líderes políticos utilizaron el miedo a la subversión comunista para justificar la aplicación de políticas anticomunistas tanto a escala nacional como internacional.

El macartismo fue un periodo de intensa sospecha y persecución anticomunista en Estados Unidos durante la década de 1950, liderado por el senador Joseph McCarthy. Se caracterizó por acusaciones generalizadas de subversión política y espionaje, a menudo sin pruebas, y dio lugar a la inclusión en listas negras de numerosas personas del mundo del espectáculo y otras industrias. El término "macartismo" se ha convertido desde entonces en sinónimo de persecución política injusta y temeraria.

McCarthy charla con Roy Cohn (derecha) en las audiencias de Army-McCarthy.

El término "McCarthyismo" se utiliza a menudo como abreviatura de este periodo y es sinónimo del fenómeno más amplio de la histeria anticomunista. El senador Joseph McCarthy dirigió la carga contra el comunismo, a menudo haciendo acusaciones sin pruebas y destruyendo las carreras y reputaciones de muchas personas inocentes. El fervor anticomunista de la época estaba alimentado por el miedo a la infiltración comunista en la sociedad estadounidense y la percepción de la amenaza que suponía la Unión Soviética.[32][33]

Truman, como Presidente de los Estados Unidos, estaba preocupado por la creciente influencia del Partido Comunista en América, especialmente después de que la Unión Soviética se convirtiera en una superpotencia mundial tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Las huelgas, junto con el creciente número de miembros del Partido Comunista de América, contribuyeron a la preocupación de Truman y le llevaron finalmente a lanzar la cruzada anticomunista. El periodo de posguerra se caracterizó por la incertidumbre económica y el malestar social, que crearon un entorno propicio para la propagación de la ideología comunista. Esto, a su vez, alimentó el temor de que el comunismo pudiera arraigar en Estados Unidos, lo que llevó a Truman a tomar medidas para proteger los intereses estadounidenses. Esta preocupación y su creencia en la amenaza de la ideología comunista le llevaron a tomar una serie de medidas, como la aplicación de la Doctrina Truman y la creación del Consejo de Seguridad Nacional.[34][35][36]

La preocupación de Truman por la lealtad de los empleados del gobierno federal se debía a la creciente influencia del comunismo tanto a nivel nacional como internacional. La victoria comunista en China bajo Mao Tse-tung alimentó aún más su temor, lo que dio lugar a la creación de programas de lealtad y procesos de selección para los empleados del gobierno. Esta atmósfera de sospecha y desconfianza también propició el auge del maccarthismo y el miedo a los rojos, que tuvieron un impacto duradero en la política y la sociedad estadounidenses.

Las acusaciones de McCarthy provocaron una caza de brujas y una oleada de miedo que llevó a muchas personas a la lista negra, al despido e incluso al encarcelamiento basados en pruebas falsas o poco sólidas. El gobierno y organizaciones privadas también llevaron a cabo investigaciones exhaustivas sobre las creencias y asociaciones políticas de la gente, perjudicando muchas carreras y vidas personales. El periodo conocido como McCarthismo provocó una gran pérdida de libertades civiles y una sensación general de paranoia que tuvo un impacto duradero en la sociedad estadounidense.

El temor a la subversión interna y a la amenaza del comunismo llevó a un aumento de la vigilancia gubernamental y de la represión de los supuestos disidentes. Esto incluyó la aprobación de la Ley de Control de Actividades Subversivas, que obligaba a los miembros de organizaciones comunistas a registrarse en el gobierno, y la creación del Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes (HUAC) para investigar la supuesta infiltración comunista en el gobierno federal. Las medidas tomadas durante este periodo condujeron a una censura generalizada, a la pérdida de empleo y de libertades civiles para aquellos acusados de ser simpatizantes comunistas.

Las personas sospechosas de ser comunistas o de tener vínculos con el comunismo fueron sometidas a un intenso escrutinio y a menudo se enfrentaron a consecuencias como la pérdida del empleo, la exclusión de determinados cargos, la confiscación de pasaportes e incluso el desahucio. Mediante la Ley de Seguridad Nacional, el gobierno declaró ilegal que alguien contribuyera al establecimiento de una dictadura totalitaria y ordenó a todos los miembros de organizaciones comunistas que se registraran en el gobierno.

La Guerra de Corea duró de 1950 a 1953 y fue un conflicto entre Corea del Norte (apoyada por China y la Unión Soviética) y Corea del Sur (apoyada por Estados Unidos y otros países occidentales). La decisión de Truman de intervenir en el conflicto fue un momento significativo de la Guerra Fría, ya que supuso la primera participación militar directa de Estados Unidos en un conflicto contra las fuerzas comunistas. La ausencia de la URSS en el Consejo de Seguridad debido a su protesta por la no pertenencia permanente de China permitió a Estados Unidos intervenir en la Guerra de Corea sin enfrentarse a la oposición de la URSS en el Consejo. El conflicto terminó en tablas, con la firma de un acuerdo de alto el fuego y el establecimiento de una zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur.[37][38][39]

Ethel y Julius Rosenberg.

Los Rosenberg fueron detenidos en 1950 acusados de conspiración para cometer espionaje. Fueron declarados culpables de pasar secretos atómicos a la Unión Soviética y condenados a muerte en 1951. A pesar de las protestas de sus partidarios, que argumentaban su inocencia y afirmaban que las pruebas contra ellos eran circunstanciales, fueron ejecutados en junio de 1953. El caso sigue siendo controvertido y muchos siguen cuestionando su culpabilidad.[40][41][42][43]

La elección de Dwight D. Eisenhower como Presidente de Estados Unidos en 1953 marcó un giro hacia una política exterior más conservadora y anticomunista, y el macartismo fue una parte importante de esa tendencia, reflejo del miedo y la sospecha hacia la ideología y el activismo político de izquierdas. Richard Nixon, como Vicepresidente, fue una figura clave en la promoción de esta postura anticomunista, y tanto él como Eisenhower trabajaron para suprimir la influencia del Partido Comunista en Estados Unidos y en el extranjero.

Los niños de Estados Unidos fueron modificados para incluir la frase "nación bajo Dios". Por la misma época, el Partido Comunista fue efectivamente prohibido en Estados Unidos tras una votación en el Congreso a favor de dicha ley, con 265 miembros votando a favor y sólo dos miembros votando en contra.[44][45][46][47] En este clima de sentimiento anticomunista, en 1954 se aprobó una ley. Dicha ley ilegalizaba el apoyo a la instauración de una dictadura totalitaria y obligaba a los miembros de organizaciones comunistas a registrarse ante el gobierno. Esta ley reforzó la idea de que los funcionarios públicos debían demostrar su lealtad, e incluso una mera acusación podía llevar a la pérdida del puesto de trabajo sin necesidad de pruebas y sin posibilidad de apelación.

En aquella época, la protección jurídica de los acusados no era tan sólida como ahora. Era relativamente fácil que alguien perdiera su trabajo como empleado federal basándose únicamente en acusaciones, sin necesidad de pruebas. Esta situación reflejaba el clima general de miedo y sospecha que existía durante el Miedo Rojo, y mostraba el poder del sentimiento anticomunista para moldear la opinión pública y la política.

La campaña anticomunista del senador Joseph McCarthy alcanzó un punto de inflexión cuando intentó acusar al ejército estadounidense de estar infiltrado por comunistas. Esta maniobra provocó un importante desafío a McCarthy y sus métodos, ya que mucha gente empezó a cuestionar la validez de sus afirmaciones y los métodos que utilizaba para hacerlas. Las audiencias Ejército-McCarthy de 1954 marcaron el declive de la influencia de McCarthy y, en última instancia, provocaron su caída.

La Unión Soviética, en pleno proceso de expansión de su poder, probó con éxito su primera bomba de hidrógeno al tiempo que creaba el Pacto de Varsovia en 1955 en respuesta a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) formada por Estados Unidos en 1949.[48][49][50][51][52] El lanzamiento del satélite Sputnik marcó un momento importante en la Guerra Fría, ya que demostró los avances tecnológicos de la Unión Soviética y aumentó el temor a una posible brecha de misiles entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Esto contribuyó a aumentar las tensiones e intensificó el sentimiento de competencia y rivalidad entre las dos superpotencias. La amenaza percibida de la URSS y sus acciones, como la invasión y el lanzamiento de misiles y satélites, reforzaron la justificación de la política de Truman de evaluaciones de lealtad y medidas anticomunistas en Estados Unidos.

La sociedad americana acomodada

La era posterior a la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, caracterizada por la Guerra Fría y una sensación de prosperidad y abundancia, marcó un cambio significativo en la sociedad estadounidense. La amenaza de la agresión soviética y la carrera armamentística alimentaron una sensación de ansiedad y control gubernamental, pero al mismo tiempo se produjo un auge económico y un crecimiento generalizado que crearon una sensación de abundancia. Esta época también estuvo marcada por importantes cambios sociales y culturales, como el Movimiento por los Derechos Civiles y el auge de los suburbios.

Se trata de un patrón común en la historia, en la que, en épocas de dificultades económicas o crisis, los gobiernos y las sociedades suelen tratar de desviar la culpa y encontrar un enemigo interno en el que centrar la frustración y la ira de la población, en lugar de cuestionar las estructuras de poder o el sistema existentes. Esto puede conducir a un mayor control social, a la supresión de la disidencia y a políticas discriminatorias dirigidas al grupo enemigo identificado. Es una táctica utilizada para mantener la estabilidad y desviar la atención de problemas más sistémicos. Sin embargo, también puede conducir a una mayor división social y política, exacerbando los problemas subyacentes en lugar de resolverlos.

Causas y características

El auge económico posterior a la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, también conocido como la "Edad de Oro del Capitalismo", se caracterizó por un rápido crecimiento económico, un bajo desempleo y un aumento del nivel de vida.

Durante la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, muchos estadounidenses desconfiaban de otra recesión económica y se mantuvieron cautelosos a pesar de la prosperidad de la época. El anticomunismo fue un factor importante en la conformación de la sociedad estadounidense durante este periodo, sirviendo como fuerza unificadora que ayudó a justificar las intervenciones militares estadounidenses en el extranjero y a conseguir apoyo para los objetivos de la política exterior del país. El sentimiento anticomunista también ayudó a mantener la estabilidad social, proporcionando un sentido claro de propósito y dirección a la sociedad estadounidense. A pesar de ello, seguía existiendo una oposición significativa a la participación militar estadounidense en conflictos en el extranjero, especialmente en la guerra de Vietnam, y el sentimiento antibelicista creció a medida que se comprendían mejor las realidades de la guerra.

El auge económico posterior a la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos se basó en gran medida en las industrias de la construcción y del automóvil y en la industria armamentística. La demanda de nuevas viviendas, automóviles y equipamiento militar ayudó a impulsar la economía estadounidense durante esta época y creó muchas nuevas oportunidades de empleo. Además, el papel del gobierno en la estimulación de la economía mediante el gasto y la inversión en proyectos de infraestructura también contribuyó a la prosperidad económica de la época.

La mayoría de los estadounidenses, en particular la clase media, se beneficiaron de este periodo de crecimiento y prosperidad. Con unos salarios crecientes y una economía en expansión, muchas personas alcanzaron un nivel de vida más alto y una mayor seguridad económica. Sin embargo, también es importante señalar que durante esta época seguían existiendo importantes disparidades económicas y problemas de pobreza y desigualdad, sobre todo para los grupos minoritarios, que se enfrentaban a prácticas discriminatorias y a un acceso limitado a las oportunidades económicas.

United States birth rate (births per 1000 population).[53] The United States Census Bureau defines the demographic birth boom as between 1946 and 1964[54] (red).

En el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial se produjo un aumento significativo de la natalidad, comúnmente conocido como el "Baby Boom". El Baby Boom se caracterizó por un fuerte aumento del número de nacimientos a medida que los veteranos regresaban a casa y formaban familias. La sensación de optimismo y prosperidad animó a la gente a tener más hijos. Como resultado, la población estadounidense creció rápidamente, con 63,5 millones de niños nacidos entre 1945 y 1961. En 1960, la población había alcanzado los 189 millones de habitantes.

El Baby Boom tuvo un impacto significativo en la sociedad estadounidense, ya que creó una gran cohorte de jóvenes que alcanzarían la mayoría de edad durante una época de grandes cambios sociales y culturales. También ejerció presión sobre las infraestructuras y los recursos del país, al aumentar la demanda de escuelas, viviendas y otros servicios. Sin embargo, el Baby Boom también creó un mercado de consumo amplio y estable, que contribuyó a la prosperidad económica de la posguerra.[55][56]

El Baby Boom de posguerra no fue exclusivo de Estados Unidos, ya que muchos países experimentaron aumentos similares de las tasas de natalidad tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, lo que diferencia a Estados Unidos es la duración del Baby Boom, que se prolongó hasta bien entrada la década de 1960. El impacto duradero del Baby Boom se reflejó en muchos aspectos de la sociedad estadounidense, incluida la industria de la construcción. Aumentó la demanda de nuevas viviendas, escuelas y otros proyectos de infraestructuras, lo que propició el crecimiento de las zonas suburbanas con viviendas unifamiliares, que se convirtieron en el distintivo del sueño americano. Además, se construyeron nuevas fábricas, supermercados y aeropuertos para apoyar a la creciente población, creando nuevas oportunidades de empleo e impulsando aún más la economía. El crecimiento de las zonas suburbanas también marcó un cambio en la sociedad estadounidense, ya que la gente se trasladó de las zonas urbanas a los suburbios en busca de un estilo de vida más idílico y familiar. La tendencia a la suburbanización continuó durante la posguerra, provocando cambios significativos en el paisaje estadounidense y configurando el panorama social y cultural del país de formas nuevas y profundas.

El crecimiento de las zonas suburbanas y el baby boom provocaron un aumento significativo de la propiedad de automóviles, ya que la gente necesitaba una forma de desplazarse en estas comunidades en expansión y dependientes del automóvil. Esto, a su vez, impulsó la demanda de coches nuevos y el crecimiento de la industria automovilística.

El automóvil se convirtió en un símbolo del estilo de vida americano y de la prosperidad de la posguerra. El automóvil se consideraba un símbolo de libertad y movilidad que permitía viajar y explorar nuevas zonas. Además, el crecimiento de la industria automovilística también requirió el desarrollo de nuevas redes de transporte e infraestructuras, como autopistas y aparcamientos, para soportar el creciente número de coches en circulación.

El autocine también se convirtió en un símbolo de la sociedad automovilística de la posguerra. Los autocines eran un popular destino de ocio para las familias y solían estar situados en las afueras de las ciudades, accesibles sólo en coche. Esta tendencia era indicativa de la creciente popularidad del automóvil y del modo en que estaba transformando la sociedad estadounidense.

El gasto militar en Estados Unidos se disparó durante la Guerra Fría, ya que el país trataba de mantener su ventaja militar sobre la Unión Soviética y otros adversarios potenciales. Entre 1949 y 1954, el gasto militar se cuadruplicó, y siguió aumentando en los años siguientes.

Una parte importante del presupuesto militar se dedicó a la investigación y el desarrollo, ya que Estados Unidos trataba de crear sistemas de armamento cada vez más sofisticados para mantener su ventaja militar. Esto condujo a un aumento significativo de la inversión en ciencia y tecnología, que tuvo un efecto indirecto en otras industrias y contribuyó a la prosperidad general de la posguerra.

La carrera armamentística con la Unión Soviética fue uno de los principales motores del crecimiento del gasto militar, ya que ambos países trataban de desarrollar sistemas de armas nuevos y más potentes. La competencia entre las dos superpotencias fue un rasgo definitorio de la Guerra Fría y tuvo un gran impacto en los asuntos mundiales. Las dos partes trataban de superarse mutuamente en un ciclo interminable de desarrollo y mejora de armamento.

La industria de defensa estadounidense se compone principalmente de empresas privadas que dependen de los contratos del gobierno federal para sus ingresos. Esto significa que la industria de defensa tiene un gran interés financiero en mantener altos niveles de gasto militar, ya que está directamente ligado a sus beneficios. Este interés puede llevar a veces a la industria de defensa a promover políticas e ideas que aumenten la percepción de inseguridad y justifiquen la inversión continuada en el ejército. La aplicación de la Doctrina Monroe en el mundo, por ejemplo, se utilizó a menudo como justificación de la intervención estadounidense en países extranjeros y como forma de mantener la influencia estadounidense en el exterior.

Es importante señalar que esta dinámica puede crear a veces conflictos de intereses y suscitar dudas sobre la influencia de la industria de defensa en la política exterior estadounidense. La relación entre el gobierno estadounidense y la industria de defensa es compleja y polifacética, y sigue siendo objeto de debate y discusión en círculos académicos y políticos.

Una radio a transistores fabricada por Sanyo en 1959. Japón fabricó gran parte de la electrónica de consumo del mundo durante este período.

La invención del transistor en 1947 supuso un importante punto de inflexión en la historia de la tecnología, ya que allanó el camino para la revolución electrónica. El transistor hizo posible la miniaturización de los componentes electrónicos y permitió el desarrollo de una amplia gama de nuevas tecnologías, desde los primeros ordenadores comerciales hasta las radios compactas y portátiles.

La revolución electrónica condujo a la automatización de muchas industrias, lo que redujo la necesidad de mano de obra y provocó una disminución del empleo industrial. Esta tendencia a la automatización vino acompañada de una nueva oleada de fusiones y adquisiciones, ya que las grandes empresas trataban de consolidar su poder y hacerse con el control de las nuevas tecnologías.

Estas fusiones y adquisiciones condujeron a la creación de grandes corporaciones conglomeradas con poder financiero y tecnológico. Estas corporaciones adquirieron otras industrias subsidiarias y las reunieron en grandes consorcios, lo que les permitió fabricar una amplia gama de productos.

Este proceso de concentración de la producción tuvo un gran impacto en la economía y la sociedad de Estados Unidos, ya que dio lugar al surgimiento de un pequeño número de grandes corporaciones que dominaban el mercado y ejercían una influencia significativa sobre las políticas gubernamentales y la economía en su conjunto.

El proceso de concentración de la producción y el crecimiento de las grandes empresas ha sido una tendencia recurrente en la historia de la economía estadounidense. Las cuatro olas de concentración han marcado períodos significativos de consolidación y centralización del capital industrial.

La primera ola de concentración se produjo a finales del siglo XIX, cuando surgieron varias grandes empresas que dominaron la economía estadounidense. La segunda se produjo en la década de 1920, cuando el crecimiento de la industria automovilística y de bienes de consumo dio lugar a una nueva oleada de fusiones y adquisiciones.

La tercera ola se produjo durante el periodo del New Deal en la década de 1930, cuando el gobierno federal puso en marcha políticas para promover la recuperación económica y el crecimiento. Este periodo también fue testigo de una nueva oleada de consolidación en muchas industrias, ya que las grandes empresas trataron de hacerse con el control de nuevos mercados y tecnologías.

Por último, la cuarta ola de concentración tuvo lugar en la posguerra, cuando la revolución electrónica y el crecimiento del complejo militar-industrial provocaron una nueva oleada de fusiones y adquisiciones. Este periodo se caracterizó por una concentración sin precedentes del capital industrial, ya que un pequeño número de grandes empresas dominó la economía estadounidense y ejerció una influencia significativa sobre las políticas gubernamentales.

La concentración de la producción y el crecimiento de las grandes corporaciones tuvieron un impacto significativo en el movimiento obrero de Estados Unidos durante la posguerra. La AFL (Federación Americana del Trabajo) y el CIO (Congreso de Organizaciones Industriales) se fusionaron en la AFL-CIO en 1955, formando un movimiento sindical único y anticomunista.

Sin embargo, a pesar de la consolidación del movimiento obrero, el número de afiliados a los sindicatos no aumentó significativamente durante este periodo. Los nuevos puestos de trabajo creados durante el auge de la posguerra pertenecían principalmente al sector de "cuello blanco", como el trabajo administrativo y de oficina, y a industrias sin una fuerte tradición sindical.

Este cambio en la composición de la mano de obra y la disminución de la afiliación y la influencia de los sindicatos contribuyeron al debilitamiento del movimiento obrero en Estados Unidos durante este periodo. A pesar de estos retos, la AFL-CIO siguió siendo una fuerza poderosa en la política estadounidense, abogando por los derechos de los trabajadores y la justicia económica.

el periodo de posguerra se caracterizó por un aumento significativo de la productividad agrícola, debido en gran parte a avances tecnológicos como la mecanización, el uso de pesticidas y fertilizantes y la mejora de las técnicas agrícolas. Estos avances permitieron una producción agrícola mucho mayor y más eficiente, lo que condujo a una concentración de la producción agrícola en manos de un número relativamente pequeño de grandes empresas agrícolas.

Como consecuencia, muchas explotaciones pequeñas y medianas no pudieron competir y se vieron obligadas a cerrar o a vender a empresas más grandes. Esta tendencia fue especialmente pronunciada en Estados Unidos, donde la agricultura pasó a estar cada vez más dominada por las grandes empresas y los agronegocios. Las consecuencias de esta concentración de la producción, incluido el desplazamiento de los pequeños agricultores y el declive de las comunidades rurales, siguen siendo cuestiones importantes a día de hoy.

Durante el periodo de posguerra, la productividad agrícola en Estados Unidos y otros países desarrollados experimentó un rápido aumento a medida que los avances en tecnología y técnicas agrícolas permitían una mayor eficiencia y mayores rendimientos. Sin embargo, como usted ha señalado, este aumento de la productividad vino acompañado de un descenso del número de explotaciones familiares, ya que muchas no podían competir con las empresas agrícolas más grandes y eficientes que dominaban el sector.

Como consecuencia, muchas comunidades rurales experimentaron cambios significativos a medida que los agricultores abandonaban sus tierras en busca de otras oportunidades de empleo. Esta tendencia ha tenido efectos duraderos en las comunidades rurales, ya que el descenso de la población, la pérdida de servicios e infraestructuras y las dificultades económicas se han convertido en retos persistentes. Sin embargo, a pesar de estos retos, muchas comunidades rurales han conseguido adaptarse y encontrar nuevas oportunidades y siguen desempeñando un papel importante en el tejido económico y social del país.

Esta migración a las ciudades del norte y a California en busca de mejores oportunidades económicas se conoció como la "Gran Migración". Provocó un importante cambio demográfico en Estados Unidos e influyó en el panorama social, económico y político del país. Muchos afroamericanos se enfrentaron a la discriminación y la pobreza en las ciudades. Trabajaban en empleos mal pagados, pero la migración les permitió escapar de la pobreza y la discriminación del Sur rural y buscar una vida mejor para ellos y sus familias.

Nacimiento de los símbolos de la sociedad americana acomodada

Durante este periodo, Estados Unidos estaba experimentando un importante crecimiento económico y prosperidad, lo que llevó al auge de los símbolos de su acomodada sociedad. Esto incluía el aumento del consumismo, la suburbanización y el desarrollo de nuevas tecnologías y productos. Además, se hacía hincapié en el individualismo y el sueño americano, que enfatizaba la idea del éxito a través del trabajo duro y la búsqueda de la riqueza material. Todos estos factores se combinaron para crear un cambio cultural en Estados Unidos que celebraba su creciente prosperidad y los valores de su acomodada sociedad.

La década de 1950 marcó el inicio de la cultura de consumo en Estados Unidos, donde surgieron nuevos símbolos de la prosperidad y el consumismo estadounidenses, como la televisión e iconos populares como McDonald's, Barbie, Marilyn Monroe y Elvis Presley. Estos símbolos culturales representaban la nueva sociedad acomodada y el nuevo modo de vida de Estados Unidos. La música y el estilo de Elvis Presley en los años 50 causaron revuelo entre la comunidad anglosajona protestante blanca (WASP), ya que su sonido y su movimiento estaban muy influidos por la cultura afroamericana y algunos los consideraban controvertidos. Rompió los moldes de la música y el baile tradicionales, lo que supuso una ruptura con las normas de la época.

Además, durante esta época, el boom del consumo estaba en pleno apogeo y la gente tenía más renta disponible, lo que incrementó los bienes de consumo, los automóviles y la suburbanización. El sueño americano de poseer una casa, un coche y llevar una vida cómoda de clase media se convirtió en un objetivo generalizado para mucha gente. En la década de 1950 comenzó el baby boom con el aumento de la población tras la II Guerra Mundial y el desarrollo de tecnologías modernas como el transporte aéreo comercial, el aire acondicionado y el uso generalizado de tarjetas de crédito.

El ¾ de los americanos que disfrutan de la sociedad opulenta

Esta migración y el crecimiento de la industria en el cinturón solar condujeron a un aumento de la prosperidad y al crecimiento de la clase media blanca en Estados Unidos. Aproximadamente 3/4 de los estadounidenses disfrutaron de esta sociedad acomodada durante la década de 1950. El desarrollo de industrias como la armamentística, la aeronáutica, la extracción de petróleo y la agroindustria en las regiones del cinturón solar de Estados Unidos contribuyó al crecimiento de la prosperidad y de la clase media blanca durante la década de 1950.

Durante la década de 1950, las mujeres de clase media se enfrentaron a nuevos retos al incorporarse a la mano de obra industrial. Este cambio provocó un conflicto entre el sistema de valores tradicionalista y la idea de dedicarse al trabajo asalariado. La integración de la mujer en la fuerza laboral fue un cambio significativo que puso en tela de juicio los roles y normas tradicionales de género.

Durante la década de 1950, la clase media blanca fue la mayor beneficiaria de la economía en expansión y de los programas federales. Tenían acceso a empleos bien remunerados en industrias en expansión y podían disfrutar de las ventajas de la sociedad acomodada al tiempo que se beneficiaban de las ayudas de los programas federales.

La política de la Administración Federal de la Vivienda condujo a una discriminación y segregación generalizadas en la vivienda. La Administración Federal de la Vivienda sólo concedía hipotecas a ciudadanos blancos de clase media, excluyendo a grupos marginados como la gente de color, los pobres, los judíos y otras comunidades minoritarias. Esto perpetuó una forma de discriminación sistémica e institucionalizada, creando oportunidades desiguales para los distintos grupos de la sociedad.[57][58]

La década de 1950 también fue testigo de un enorme aumento de la inversión federal en el sistema de carreteras, cuyo gasto se multiplicó por 38. A pesar de esta inversión, el transporte público y los ferrocarriles se descuidaron. A pesar de esta inversión, se descuidaron el transporte público y el ferrocarril, y no se hizo ningún esfuerzo por construir viviendas sociales para los pobres hasta finales de los años sesenta. Este cambio de prioridades favoreció el uso del automóvil y reforzó la prosperidad de la clase media blanca, al tiempo que desatendía las necesidades de las comunidades marginadas, en particular los pobres.

El ¼ de Americanos en la Pobreza

En contraste con las 3/4 partes de los estadounidenses que disfrutaban de una sociedad acomodada durante la década de 1950, aproximadamente 1/4 de la población vivía en la pobreza. Este grupo de personas estaba compuesto en su mayoría por ancianos, niños y mujeres solteras viudas o divorciadas. La mayoría de los que vivían en la pobreza residían en ciudades, con un 70% en zonas urbanas y un 30% en comunidades rurales.

Los indígenas estadounidenses, también conocidos como nativos americanos, se encontraban entre los grupos más pobres y marginados de la sociedad durante la década de 1950. Sus ingresos eran significativamente inferiores a los ingresos medios de los pobres y se enfrentaban a numerosos retos, como la falta de acceso a la educación, la atención sanitaria y otros servicios básicos, así como la discriminación sistémica y el abandono por parte del gobierno. Estos problemas siguen afectando a las comunidades indígenas en la actualidad.[59][60]

La Indian Termination Policy fue una política gubernamental aplicada en la década de 1950 para asimilar a los nativos americanos a la sociedad estadounidense mayoritaria. Esta política pretendía poner fin a la relación legal entre los nativos americanos y el gobierno federal, que se consideraba un obstáculo para su asimilación. Como resultado, la política pretendía eliminar las reservas indias y transferir el control de las tierras y los recursos a los gobiernos estatales. La política también eliminó la ayuda federal a las reservas y animó a los nativos americanos a abandonar su modo de vida tradicional y adoptar la cultura estadounidense dominante. Aunque la política pretendía mejorar la vida de los nativos americanos, fue muy criticada por sus repercusiones negativas, como la pérdida de identidad cultural, la pérdida de tierras tradicionales y el aumento de la pobreza y los problemas sociales entre las comunidades nativas americanas.[61][62]

Cuando se puso fin a esta política en 1960, muchas tribus habían sido diezmadas. La política de cese de indios causó un daño considerable a las comunidades nativas americanas y provocó la pérdida de prácticas culturales, lenguas y tierras tradicionales.[63][64][65][66]

Estos grupos, incluidos los pobres urbanos, los inmigrantes puertorriqueños, los inmigrantes mexicanos, los aparceros y los trabajadores migrantes, también están marginados y a menudo sufren discriminación y oportunidades económicas limitadas. A pesar de su duro trabajo, a menudo luchan por llegar a fin de mes y viven en la pobreza. La política de cese de indios no hizo sino agravar las dificultades a las que se enfrentaban los nativos americanos, y el cese de la política en 1960 llegó demasiado tarde para muchas tribus que ya habían sido diezmadas.

La "guerra contra la pobreza" lanzada por el presidente Johnson tenía como objetivo reducir la pobreza y proporcionar ayuda a los necesitados. Las iniciativas, como la creación de la Oficina de Oportunidades Económicas y la ampliación de los programas sociales, condujeron a un descenso significativo de los niveles de pobreza, y el porcentaje de personas clasificadas como pobres cayó del 25% al 11% en 1973. Sin embargo, la escalada de la guerra de Vietnam desvió recursos y atención de estos programas, reduciendo su eficacia.[67][68][69][70][71][72][73]

Anexos

Referencias

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