La estructura estatal, el sistema político y la neutralidad de Suiza

De Baripedia


El Estado Federal y los principales órganos de la Confederación y los cantones

Recordatorio histórico: el estado federal es un compromiso. En efecto, la competencia del Estado federal no es total, porque los cantones conservan una cierta soberanía. Por lo tanto, la solución menos grave fue el bicameralismo. Además, también hay elementos que sopesan el cambio tan pronto como tiene lugar la reestructuración: por ejemplo, se requiere una mayoría doble para modificar la Constitución.

Los progresistas querían abolir la soberanía de los cantones; ahora están representados por el Consejo Nacional (el pueblo) y el Consejo Federal (antes de 1848, Suiza no tenía poder ejecutivo ni Consejo Federal). Esto último también permitió que el país mantuviera su rumbo durante las dificultades del siglo XIX.

A nivel federal

La Asamblea Federal

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La Asamblea Federal, o Parlamento Federal, representa la autoridad suprema de la Confederación compuesta por dos cámaras:

  • El Consejo Nacional, que está integrado por 200 diputados del pueblo elegido en proporción a la población de los cantones.
  • El Consejo de los Estados está compuesto por 46 diputados de los cantones.

Las dos Salas tienen dos salas diferentes, pero ambas tienen el mismo peso y la misma competencia. Esta paridad perfecta se llama bicameralismo perfecto.

Los miembros del Parlamento tienen una función de milicia: esta función no es su trabajo. Por otro lado, no están obligados por un "mandato imperativo", es decir, son libres en su forma de votar. 1. En el ejercicio de su función de representación, los miembros gozarán de inmunidad.

La inmunidad es un privilegio que hace que una persona, debido a una cualidad propia, escape de un deber, o sujeción, que afecta a otros. Hay dos categorías:

  • Irresponsabilidad: inmunidad en virtud de la cual el parlamentario queda exento de toda acción legal por las opiniones o votos expresados en el ejercicio de sus funciones.
  • Inviolabilidad: protección de la libertad física e intelectual de los parlamentarios como ciudadanos - un miembro no puede ser procesado durante su mandato para evitar interferir en el debate parlamentario. Sólo podrá continuarse con la autorización del Consejo del que forme parte.

Consejo Nacional

Cada cantón tiene derecho a al menos un escaño. El Consejo Nacional es elegido por representación proporcional.

Consejo de Estados

El método de elección es definido por los cantones. Generalmente, el sistema es un modo de mayoría de dos rondas. Para ejercer determinadas competencias, la Asamblea Federal se reúne y delibera en un único colegio.

No confundir con el Consejo de Estado, nombre dado a los gobiernos de los cantones suizos francófonos: ejecutivo cantonal.

Los objetivos y tareas de la Asamblea Federal

La Asamblea Federal es responsable de todas las revisiones constitucionales y de asuntos exteriores (art. 166 Cst), elabora el presupuesto, aprueba las cuentas, vela por el mantenimiento de las relaciones entre el Estado federal y los cantones (art. 172 Cst) y es responsable de la supervisión suprema del Consejo Federal, el Tribunal Federal y la Administración Federal.

El objetivo de la Asamblea Federal es, por tanto, legislar en todos los ámbitos de competencia de la Confederación.

Se sienta en diferentes sesiones, algunas de las cuales pueden ser extraordinarias.

Durante las sesiones, los miembros de la Asamblea Federal pueden hablar, expresar sus sentimientos y tomar decisiones. Los medios a disposición de los parlamentarios se denominan "remisión". Este derecho afecta a la legislación, por una parte, y al ámbito constitucional, por otra.

La remisión es la acción de plantear ante un órgano una cuestión sobre la que está llamado a pronunciarse.

Elemento 1: INICIATIVA PARLAMENTARIA

permite que un proyecto de acto legislativo o una propuesta general de propuesta de tal acto se presente al propio Parlamento.

Elemento 2: MOCIÓN

Un parlamentario puede presentar una moción para presentar un proyecto de ley o tomar medidas. Debe ser aprobado por la otra junta.

Elemento 3: EL POSTULADO

Encarga al Consejo Federal que examine la conveniencia de presentar un proyecto de ley o de adoptar una medida o de presentar un informe sobre el tema.

Elemento 4: EL CUESTIONAMIENTO

Encarga al Consejo Federal que facilite información.

Elemento 5: LA PREGUNTA

Encarga al Consejo Federal que facilite información sobre las cuestiones relativas a la federación.

Elemento 6 : TIEMPO DE PREGUNTAS

El Consejo Federal responde oralmente a las preguntas.

En los últimos cuatro años, los parlamentarios han presentado más de 6.000 intervenciones:

  • 400 negocios de miembros privados;
  • 1300 mociones;
  • 700 postulados;
  • 1700 arrestos;
  • 850 preguntas;
  • 200 - 300 preguntas escritas.

El Consejo Federal también tiene derecho a remitir un proyecto de ley al Parlamento.

Después de la caída de Napoleón, la estructura confederal, con los logros de la revolución, se mantuvo hasta 1848.

El Consejo Federal

El gobierno suizo tiene siete miembros, elegidos por un período administrativo de cuatro años por la Asamblea Federal (Cámaras Unidas). La Presidenta de la Confederación es una "prima inter pares" (la primera de sus compañeras). Es elegido por un año por las Cámaras combinadas. Dirige las reuniones del Consejo Federal y desempeña ciertas funciones de representación. El Canciller de la Confederación es en cierto modo el "primer secretario" del gobierno.

  • La suprema autoridad directiva y ejecutiva de la confederación.
  • Ejerce la actividad legislativa a través de los poderes del gobierno.
  • Es elegido por 4 años después de cada renovación completa del Consejo Nacional (art. 175 cst).

Los consejeros pueden compararse al ejecutivo y al gobierno federal francés, son más que ministros porque encarnan al ejecutivo.

El Consejo Federal es un consejo de coalición que representa a la mayoría de los partidos políticos.

Cuando hay un desacuerdo entre las cámaras, el pueblo decide si debe haber o no una revisión. En caso de aprobación por parte de las personas que manifiestan la necesidad de una revisión, en ese momento se disuelven las cámaras y se celebran nuevas elecciones.

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El Consejo Federal es un órgano colegiado (art. 177 cst) sujeto a la revisión formal del colegio gubernamental por el Presidente de la Confederación.

Los 7 miembros del Consejo Federal son iguales, de modo que ninguno de ellos es superior a los demás. Sin embargo, en caso de empate, los votos del Presidente cuentan como el doble.

Las decisiones se toman en nombre del Consejo Federal.

Cada Consejero Federal es el jefe del departamento que le ha sido asignado y un miembro del Consejo Universitario.

El Consejo Federal está representado por los principales partidos del país como resultado de un acuerdo entre los principales partidos políticos.

Es habitual que un miembro del Consejo Federal sea elegido Presidente de la Confederación después de haber servido bajo la presidencia de todos sus colegas anteriores. Es la antigüedad lo que se sanciona.

La presidencia tiene la función de representar al colegio gubernamental dentro o fuera del país.

El Consejo Federal es responsable de:

  • relaciones exteriores;
  • dirige la diplomacia suiza;
  • propone los Tratados al Parlamento para su aprobación;
  • dirige los asuntos entre la Confederación y los cantones;
  • tomar medidas para garantizar la protección interna y externa del país;
  • se encarga de la fase preliminar del procedimiento legislativo;
  • administra las finanzas de la confederación.

La Cancillería Federal

La Cancillería Federal data de 1803 y representa al Estado Mayor, que participa en las deliberaciones de la Asamblea Federal con carácter consultivo.

El Canciller es nombrado por la Asamblea Federal y es nombrado como colegio. El Canciller de la Confederación tiene un canal consultivo, no vota, pero participa en las reuniones del Consejo Federal.

Tribunal Federal

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Es la máxima autoridad judicial de la Confederación. Las competencias del Tribunal Federal se ampliarán al mismo tiempo que las de la Confederación. Se convirtió en un tribunal permanente en 1874 cuando los poderes cantonales fueron transferidos a la confederación.

Compuesto por tres cursos:

  • el propio Tribunal Federal: Lausana;
  • asuntos de derecho laboral: Lucerna;
  • Tribunal Penal Federal: Bellinzona;
  • Tribunal de Patentes: St. Gallen.

A nivel de las confederaciones, las apelaciones de las autoridades cantonales están sujetas a la revisión de esta autoridad judicial suprema de la confederación.

Para resumir

source: www.forumpolitique.com

A nivel cantonal

Por lo tanto, para la aplicación de la ley federal, no puede aplicarla a su propia discreción. Los cantones deben designar los organismos responsables de la ejecución de las tareas federales. Los cantones deben crear instituciones y organismos de conformidad con la legislación federal. Los cantones disfrutan de un cierto grado de autonomía: esto se refleja en la libertad que tienen los cantones para organizarse y distribuir el poder cantonal entre los órganos que crean. Sin embargo, su acción está limitada por la constitución.

Los cantones tienen una organización estatal central y su territorio está dividido en municipios.

La organización central tiene tres órganos principales:

1. La Asamblea Legislativa - Gran Consejo, Parlamento

El número de sus miembros oscila entre 55 y 200 en Berna. Los miembros del parlamento federal gozan de inmunidades que les permiten desempeñar plenamente sus funciones como parlamentarios, al igual que los miembros de las cámaras federales, que también gozan de inmunidad frente a la irresponsabilidad. el parlamento establece los impuestos y el voto del presupuesto. Al igual que los parlamentarios federales, no son los llamados parlamentarios "profesionales".

2. El ejecutivo colegiado

Los cantones tienen un poder ejecutivo colegiado que es elegido por el pueblo del cantón por mayoría de votos; están compuestos por 5 ó 10 personas y son elegidos por los ciudadanos de los cantones por mayoría de votos. En algunos cantones todavía hay gobiernos de milicias. Al igual que en el Consejo Federal, los miembros de este ejecutivo del gobierno cantonal están a la cabeza de un departamento.

Podrá nombrarse al Presidente del Gobierno elegido entre los miembros del ejecutivo:

  • o por la gente;
  • o por el Gran Consejo;
  • o por el Consejo de Estado (Ginebra).

Las atribuciones son la autoridad ejecutiva superior del cantón, supervisa las administraciones y nombra a los funcionarios cantonales. Por otra parte, representa al cantón fuera del cantón.

El poder se confiere colectivamente, lo que implica cierta honestidad y probidad intelectual.

3. Los tribunales

Los procedimientos civiles y penales son competencia del Estado federal. Cada cantón tiene tribunales que están organizados de manera relativamente diversa. Para ello, es necesario remitirse a las leyes judiciales cantonales.

A nivel municipal

El municipio determina nuestra presencia en un cantón. Las tareas se dividen en tres niveles: federal, cantonal y comunal. Los pequeños municipios que no disponen necesariamente de estructuras suficientes a menudo deciden agruparse para gestionar mejor el territorio. En aquella época, los cantones y la federación no existían, el municipio de Berna por ejemplo es muy antiguo, más que su cantón o la federación. Algunos de los municipios son, por lo tanto, muy antiguos. Hay un total de 2.324 municipios en Suiza, pero el número de estos municipios está disminuyendo. Se están agrupando para gestionar tareas cada vez más complejas. En el cantón de Basilea-Ciudad hay 3 municipios, frente a 180 en los Grisones, por ejemplo. Algunos municipios como Zurich son enormes (más de 400.000 habitantes), mientras que otros sólo tienen unos pocos cientos de habitantes. Por lo tanto, existe una diferencia en la asistencia financiera debido a las variaciones de la población.

Los municipios son entidades de derecho público, se rigen por el derecho cantonal y no por el derecho federal, por lo que prevalece la legislación cantonal. Hay una organización diferente de un municipio a otro según la legislación del cantón.

La organización de los municipios se realiza en Suiza de dos maneras:

  • Para algunos, la organización es bipartita, con dos órganos. Existe un órgano electoral comunal que ejerce poderes "legislativos" en una asamblea comunal (o primaria). Todo el electorado (cada ciudadano) forma parte de la asamblea comunal y puede participar en ella simplemente presentando la papeleta de voto. Además de eso, tenemos un consejo ejecutivo elegido. Esta organización es específica para los municipios más pequeños, ya que los municipios y las ciudades más pobladas tendrían problemas de organización con este sistema.
  • La mayoría de los cantones y grandes ciudades tienen una organización tripartita. Aquí el electorado elige a sus representantes:
    • en el ejecutivo comunal (nombrado consejo comunal, consejo administrativo o municipalidad dependiendo de las localidades). Es el consejo ejecutivo, es idéntico al del sistema bipartito.
    • el Parlamento Comunal (nombrado General, Comunal, Consejo Municipal). Es el órgano legislativo, sustituye a la asamblea comunal de la organización bipartita.

Dependiendo del municipio, el órgano ejecutivo y el legislativo pueden tener nombres diferentes, el consejo municipal es el ejecutivo en el Valais o en el cantón de Friburgo y es el órgano legislativo en el cantón de Vaud.

No hay poder judicial a nivel comunal.

El Consejo Ejecutivo es un órgano colegiado elegido por el electorado. A su cabeza está el presidente (alcalde) que ocupa el cargo, a menudo a tiempo completo. La administración varía según el tamaño del municipio.

El ejecutivo municipal redacta actos legislativos que serán debatidos y adoptados (o no) por el parlamento municipal o la asamblea municipal.

La democracia

¿Qué es la democracia? Es el sistema político en el que el poder se atribuye al pueblo que lo ejerce por sí mismo o a través de los representantes que elige.

El sistema político y la forma de gobierno de un Estado.

La democracia directa es el régimen en el que los ciudadanos, sin intermediarios, adoptan leyes y decisiones importantes por sí mismos y eligen a los propios agentes de ejecución. Este régimen existe ahora sólo en Glaris y en Rodas Interiores de Appenzell.

La democracia indirecta o representativa es el régimen en el que el papel del pueblo se limita a la elección de representantes.

  • A nivel federal, no hay democracia directa.
  • A nivel cantonal, existe la democracia directa (ex Landsgemeinde de Glarus).
  • A nivel comunal: democracia directa a través de asambleas comunales.

El sistema político democrático semidirecto

La democracia puede ser semidirecta, es decir, normalmente la ejercen los representantes, pero los ciudadanos pueden intervenir en su ejercicio a través de referendos e iniciativas.

El sistema político de la democracia directa

La democracia directa es un sistema en el que las personas, sin intermediarios, adoptan leyes y decisiones importantes por sí mismas y eligen a los propios agentes ejecutores.

En Suiza, la democracia es el sistema político que convierte al pueblo en soberano.

El soberano, tanto en materia legislativa como constitucional, ejerce la democracia a todos los niveles.

  • Elección popular: caracterizada por la elección de la representación popular - Es el pueblo el que elige a quienes lo representarán.
  • referéndum popular: permite al pueblo votar sobre un acto adoptado por una autoridad estatal, en la mayoría de los casos el parlamento. Esta ley puede ser constitucional o legislativa. Está previsto por ley para las revisiones constitucionales, la pertenencia a organizaciones supranacionales o de seguridad colectiva, pero también para las leyes federales declaradas urgentes y sin fundamento constitucional.
  • referéndum obligatorio: procedimiento que requiere un sujeto a votación popular en principio después de su adopción por el órgano parlamentario. Está previsto que Suiza sea miembro de organizaciones de seguridad supranacionales y colectivas (Art. 140. cst).
  • referéndum opcional: si 50.000 ciudadanos con derecho a voto u ocho cantones así lo solicitan en un plazo de 100 días a partir de la publicación oficial de la ley, se someten a la votación del pueblo: leyes federales, leyes federales declaradas urgentes, decretos federales, tratados internacionales (Art. 141, cst). En este ámbito facultativo, el federalismo no interviene, es el pueblo el que decide, no hay doble mayoría, por lo que el referéndum facultativo también tiene lugar en las comunas.
  • iniciativa popular: confiere a una fracción del electorado, es decir, 100.000 ciudadanos, una medida que permite derogar un acto normativo. (revisión ex-constitucional). En la ley federal, la iniciativa sólo puede ser constitucional.

Algunos landsgemeindes, que es la asamblea soberana, son una reunión pública de todos los soberanos activos del cantón, que generalmente se reúne en primavera en una plaza pública de la capital del cantón, y está presidida por el landsgemeinde. Estas asambleas también tienen la competencia para:

  • nombrar a altos funcionarios;
  • elegir a los jueces de los tribunales;
  • decidir sobre ciertos gastos;
  • votar sobre los tratados;
  • aprobar leyes;
  • tomar decisiones administrativas importantes.

Esta asamblea permite la participación en las decisiones de la municipalidad.

En la actualidad, este sistema democrático sólo se mantiene en dos cantones:

  • Glarus;
  • Appenzell Inner Rhodes.

Sin embargo, el sistema de democracia directa sigue estando representado en la mayoría de los municipios a nivel municipal, especialmente en el sistema bipartidista. La Asamblea Municipal delibera públicamente.

La neutralidad

William Rappard.

William Emmanuel Rappard

William Emmanuel Rappard est né à New York en 1883 et décède à Genève en 1958, il fut notamment professeur, recteur et diplomate suisse. Défenseur de la neutralité suisse.

Jeunesse Né d'une famille thurgovienne qui vivait aux États-Unis à New York d'un père négociant en broderie et d'une mère travaillant dans son entreprise pharmaceutique familiale. Il passa son enfance et le début de son adolescence aux États-Unis. La famille Rappard quitta les USA pour s'installer à Genève où William termina son cursus scolaire et entama son parcours académique.

Études Étudiant,il a fréquenté de nombreuses universités : à Paris, il a été l’élève d' Adolphe Landry (1874-1956) qui, semble-t-il, l’a marqué et d’Halévy ; en Allemagne, à Berlin, il a suivi les cours de Wagner et de Schmoller, à Harvard, de Taussig et à Vienne de Philippovich qui l’a encouragé à s’intéresser à l'Organisation internationale du Travail.

Vie active

Professeur assistant à Harvard de 1911 à 1912, il est nommé en 1913 professeur d'histoire économique à l’Université de Genève. Ami d'Abbott Lawrence Lowell, président de Harvard de 1909 à 1933, connaissant le colonel House et Walter Lippmann, il a joué un rôle important dans l’attribution du siège de la Société des Nations à Genève. Il présida la commission des mandats de la Société des Nations. Il travailla aussi en tant que juriste. Il possédait donc une formation pluridisciplinaire.

En 1927, il fonda l'Institut Universitaire de Hautes Études internationales de Genève, il y accueillit de nombreux réfugiés en provenance des États totalitaires voisins. Il fut également membre dans les années trente du "Comité international pour le placement des intellectuels réfugiés". Il fut aussi recteur de l'université de Genève à 2 reprises.

En 1942, le Conseil fédéral le désigne comme interlocuteur pour d'importantes négociations (entre autres renouer les relations avec les pays alliés), alors qu'il n'est pas fonctionnaire fédéral, mais professeur à l'université. Il plaidera également pour le retour des organisations internationales à Genève.

À la fin des années trente, il s’opposa à la fondation Rockefeller qui aurait voulu que l’IUHEI se consacre aux études économiques et abandonne l’enseignement comme l’avait fait la Brookings Institution. À cette occasion, il reçut le soutien de Lionel Robbins qui le tenait en haute estime. Membre de la délégation suisse auprès de l’OIT de 1945 à 1956. Un des fondateurs de la Société du Mont-Pèlerin.

Sa bibliographie touche au droit, à l’histoire, à la statistique ainsi qu’aux relations internationales. Rappard a abordé la neutralité en tant que chercheur et en tant qu’acteur.

La neutralité de la Suisse, des origines au XXème siècle

Pour Rappard, le terme neutralité ne suscite pas l’enthousiasme. Il relève, « en français, l’adjectif neutre rime trop bien avec l’épithète pleutre avec laquelle il est souvent accouplé pour ne pas subir d’emblée une véritable dépréciation ; de plus il sert aux biologistes à définir les organes asexués, les chimistes les substances sans saveur. La neutralité est l’attitude d’un pays qui refuse ou de s’interdire d’intervenir dans les conflits qui opposent les uns aux autres les États tiers ».

La neutralité est l’aptitude d’un pays qui refuse ou s’interdit de s’opposer à des conflits qui impliquent des pays tiers.

Francis I Orders His Troops to Stop Pursuing the Swiss, a Romantic 19th century work by Alexandre-Évariste Fragonard (Galerie des Batailles, Palace of Versailles)

L’historien Rappard montre que cette politique de neutralité remonte à Marignan conférence. La neutralité remonte à la défaite de Marignan en 1515 lorsque les suisses ont été battus par François Ier. C’est alors que la neutralité est devenue le principe directeur de la politique étrangère suisse.

À l’époque, la Suisse avait deux possibilités pour assurer son existence :

  • soit s’allier à la France des Bourbons soit à l’Autriche des Habsbourg, le risque étant de devenir sujet de l’un de ces deux pays ;
  • soit s’abstenir de toute intervention dans les guerres continuelles entre la France et l’Autriche.

Ainsi, la neutralité était une manière pour les Suisses de maintenir leur indépendance.

Après la réforme, la neutralité va être une manière de maintenir les confédérés. En s’alliant étroitement avec les coreligionnaires étrangers, la Suisse risquait d’éclater. Le principe de neutralité élaboré dans le conflit entre l’Autriche et la France va être également utilisé dans le domaine religieux.

La neutralité suisse devint un principe ayant pour but d’assurer la sécurité extérieure, mais aussi de préserver la sécurité intérieure afin d’éviter que des conflits confessionnels ne viennent faire éclater l’unité.

Cette politique de neutralité poursuivie au cours des siècles était aussi conforme à l’intérêt des belligérants. La guerre de la ligue des Habsbourg menaçait les frontières de la confédération, Louis XIV et Léopold Ier avaient engagé les Suisses à défendre leur territoire contre d’éventuelles incursions de leurs ennemies. Cependant, les Suisses vont demander que les Français et Autrichiens participent aux frais de mobilisations ; ils s’exécutèrent.

Ainsi, la neutralité devint un élément essentiel du patrimoine institutionnel des confédérés jusqu’à la fin du XVIIIe siècle.

À la chute de Napoléon, ce statut est de nouveau reconnu le 20 novembre 1815 : la neutralité et l’indépendance de la Suisse sont dans les brefs intérêts de l’Europe entière. L’acte du 20 novembre 1815 qui est un traité international signé par les puissances européennes disait « la neutralité et l’inviolabilité de la Suisse et son indépendance de toute influence étrangère sont dans le vrai intérêt de l’Europe tout entière ».

Durant tout le XIXème siècle, la Suisse va maintenir sa politique de neutralité.

La guerre de 1914 - 1918

La Suisse est coupée en deux :

  • les alémaniques sont favorables à l’Empire allemand et de Guillaume II ;
  • les Romands s’indignent des exactions et de la violation de la neutralité de la Belgique par les troupes allemandes.

Rappard va intervenir dans le débat politique pour défendre la neutralité, dénonce les dangers remettant potentiellement en cause la neutralité de la Suisse. Il œuvre afin que les suisses divisés restent unis dans la volonté de demeurer à l’écart du conflit extérieur restant prêt à défendre la nation contre tout agresseur.

En 1917, Rappard est envoyé aux États-Unis pour faire entendre la Suisse neutre et assurer son approvisionnement. Les entrevues et entretiens qu’il a avec les journalistes et l’entourage de Wilson vont lui permettre de faire valoir les intérêts de la Suisse et son principe de neutralité.

Il montre que les suisses ont besoin autant de l’aide politique que l’appui économique des États-Unis, réussissant à rallier l’opinion américaine.

Au cours de son entretien avec Wilson, Rappard à la présence d’esprit de rappeler au président des États-Unis les passages qu’il avait consacré dans l’un de ses livres à la Suisse, à savoir le principe d’entraide, le respect des libertés de chacun ainsi que la tolérance mutuelle.

L’évocation de son livre place Wilson sur un terrain cher exposant son dessin de nouvel ordre mondial : de l’avenir de l’Europe dépend l’avenir de la Suisse.

Rappard suggère une déclaration des États-Unis suggérant la neutralité de la Suisse. Le 5 décembre 1917, les États-Unis reconnaissent la neutralité suisse et s’engagent à fournir du blé.

En 1918, lors d’un autre tête à tête avec le président Wilson ils décident que la Société des Nations doit naitre de la paix. Seules les nations faisant la paix seront admises à la table des négociations. La Suisse n’étant pas un belligérant elle ne pourra adhérer à la Société des Nations seulement après sa création.

La conférence de la paix

Les travaux commencent à Paris en 1919 visant à la création de la Société des Nations. Pour que la Suisse soit renseignée sur les débats, Rappard est l’envoyé officieux des suisses car elle ne peut participer aux négociations mettant en place la charte de la Société des Nations.

Ces démarches auprès des délégations alliées et particulièrement auprès de la délégation américaine vont concourir à la désignation de Genève comme siège de la Société des Nations ainsi qu’à l’entrée de la Suisse avec son statut de neutralité.

Les alliés considèrent qu’un statut de neutralité ne peut trouver sa place dans la Société des Nations formant un nouvel ordre international fondé sur le droit.

Les alliés sont défavorables au statut de neutralité, car dans le nouvel ordre mondial, la neutralité bat en brèche la solidarité mondiale.

Rappard propose au Conseil Fédéral que le maintien de la neutralité suisse soit dans l’intérêt de la communauté internationale : il déconseille au Conseil Fédéral que l’adhésion soit subordonnée à la reconnaissance de la neutralité.

Fin janvier 1919, le bruit court à Paris que Genève sera le futur siège de la Société des Nations. Cela créerait un statut spécial pour le pays hôte qui serait celui de la neutralité sans en avoir le nom.

Cependant, en avril 1919, les alliés ne sont pas favorables à la création d’un statut spécial.

Max Huber
(Source: www.redcross.int)

Max Huber, juriste du département politique fédérale qui se nomme actuellement le département des affaires étrangères, vient à Paris avec l’idée que la garantie de la neutralité de la Suisse pourrait être interprétée à la lumière de l’article 21 « les engagements internationaux, tels que les traités d'arbitrage, et les ententes régionales, comme la doctrine de Monroe, qui assurent le maintien de la paix, ne seront considérés comme incompatibles avec aucune des dispositions du présent Pacte ».

Il était indispensable que la Suisse obtienne un statut spécial sinon le peuple suisse refusera d’entrer catégoriquement dans la Société des Nations. Rappard s’entretient avec Wilson rappelant que si la Suisse doit rentrer dans la Société des Nations il faudrait il vote du peuple et des cantons.

Le 28 avril, la Conférence de la Paix, réunie au Quai d’Orsay, fait de Genève le siège de la Société des Nations écartant Bruxelles et La Haye.

Cependant, aucune assurance positive ne veut être formulée concernant le statut spécial du pays hôte. Rappard estime que la Suisse peut espérer au mieux être acceptée par les alliés dans la Société des Nations sans pour autant s’opposer au maintien de la neutralité découlant de l’interprétation de l’article 21. Finalement la neutralité suisse est reconnue alors que plus personne ne l’espérait.

Le Traité de 1815 est un traité qui garantissait la neutralité de la Suisse. ; en cas de conflit avec les voisins de la confédération, la neutralité devait s’étendre à la Savoie du Nord. À l’époque, ces provinces appartenaient au Duc de Savoie Roi de Sardaigne. Cette situation singulière subsistait toujours en 1919 alors même que la Savoie est devenue française dès 1860.

Ce statut de neutralité qui s’étendait ne plaisait pas tellement aux français selon le principe de double souveraineté en cas de guerre.

Max Huber propose un plan permettant de renoncer au statut de neutralité de la Savoie du Nord en échange de la reconnaissance de la neutralité suisse. L’abandon de ce statut se faisait une faveur de la France, elle avait en contrepartie la charge de faire reconnaitre la neutralité de la Suisse avec une mention explicite de façon à ce que le peuple et les cantons qui seront consultés puisent donner un « oui franc et massif ».

Les gouvernements français et suisse vont arriver à un accord menant à l’article 435 du traité de Versailles le 28 juin 1919 :

« Les hautes parties contractantes, tout en reconnaissant les garanties stipulées en faveur de la Suisse par les traités de 1815 et notamment l'acte du 20 novembre 1815, garanties qui constituent des engagements internationaux pour le maintien de la paix, constatent cependant que les stipulations de ces traités et conventions, déclarations et autres actes complémentaires relatifs à la zone neutralisée de Savoie, telle qu'elle est déterminée par l'alinéa 1 de l'article 92 de l'acte final du Congrès de Vienne et par l'alinéa 2 de l'article 3 du traité de Paris du 20 novembre 1815 ne correspondent plus aux circonstances actuelles. En conséquence, les hautes parties contractantes prennent acte de l'accord intervenu entre le Gouvernement français et le Gouvernement suisse pour l'abrogation des stipulations relatives à cette zone qui sont et demeurent abrogées. »

Le président du Conseil français qui était Clemenceau n’avait aucune intention vis-à-vis de la Société des Nations, mais a soutenu le statut de neutralité suisse.

William Rappard va mener une campagne pour que la Suisse intègre la Société des Nations, ainsi le 16 mai 1920, la majorité des suisses et des cantons ont accepté de rentrer dans la Société des Nations.

En tant que membre de la Société des Nations, la Suisse doit tout de même être solidaire des mesures prises à l’encontre d’une nation qui en violerait un autre. Néanmoins, la neutralité militaire est maintenue, mais elle reste tenue d’adopter des mesures financière et économique à l’encontre d’un pays hors-la-loi qui violerait la charte de la Société des Nations.

Les années trente

Les années trente allaient démentir les espoirs mis dans la Société des Nations. Rappard est au cœur de la Société des Nations étant le témoin privilégié de cette évolution internationale.

Rappard dénonce le danger que font courir aux libertés individuelles les régimes totalitaires.

Ces États ont en commun d’avoir écarté l’individualisme libéral et la démocratie. La nation se substitue à l’individu, tout lui est imposé sauf ce qui lui est interdit.

La situation internationale favorise ces régimes dictatoriaux qui n’ont pas à tenir compte de leur opinion publique.

« […] comment pourrait-on admettre qu’un régime qui dénie à tous la liberté de penser, d’écrire, de parler, de se grouper, de se nourrir, de voyager, d’aimer, de haïr, de s’indigner, de s’enthousiasmer, de travailler et de se délasser à sa guise puisse être générateur d’une race d’hommes aussi énergiques, aussi intelligents, aussi inventifs, aussi réellement productifs et créateurs qu’un régime plus respectueux des droits de l’individu ? »

— William Rappard

Rappard déplore le manque d’universalité de la Société des Nations et sa capacité à maintenir la paix. Elle devait garantir l’intégrité territoriale et la dépendance de tous ses membres par l’application du principe de sécurité collective.

Les agressions japonaises envers la Mandchourie, puis l’agression italienne en Éthiopie ont porté un coup violent au prestige et à la crédibilité de cette organisation internationale.

L’espoir qu’elle incarnait est une grande déception. Les dangers pour la neutralité suisse émanant de cette instabilité, l’amène à refuser une implication dans les mesures économiques, financière et commerciale prisent notamment contre l’Italie.

Rappard considère alors que le retour à la neutralité intégrale est désormais le seul moyen pour la Suisse de se protéger du « gangstérisme » des nations totalitaires.

Chamberlain déclarait en février 1938 : « la Société des Nations dans sa forme actuelle ne peut garantir la sécurité du collectif, nous ne saurions nous abandonner à une illusion et induire en erreur les petites nations qu’il serait protéger, alors que nous savons parfaitement que nous pouvons attendre de Genève aucun recours ».

Tous les voisins de la Suisse quittent la Société des Nations excepté la France. Rappard considérait que la neutralité est un « parachute » que la Suisse n’est pas près de l’abandonner tant que « l’espace aérien » est dangereux.

Ainsi, au printemps 1938, la Suisse revient à sa politique traditionnelle de neutralité intégrale, la dispensant de toutes sanctions à l’encontre d’autres nations. La neutralité sera reconnue par l’ensemble des membres de la Société des Nations et autant de l’Italie que de l’Allemagne.

Après l’agression de la Finlande par la Russie et l’inaction de la Société des Nations, la Suisse prend ses distances avec ses obligations envers la Société des Nations.

« Si à mes yeux la neutralité n’est jamais glorieuse, c’est parce qu’elle est la négation de la solidarité active qui répond à une organisation véritable de la paix. En fait, il est évident que la neutralité que nous pratiquons en Suisse n’inspire de donner aucun prétexte à une intervention de nos voisins du nord et du sud. »

La Deuxième guerre mondiale

La Suisse est isolée, entourée de trois dictatures exigeant le respect d’une neutralité intégrale ; Rappard rappelant qu’elle n’est pas des plus glorieuses « elle n’est moins que jamais dans un conflit ou tous les droits et toute la vérité son d’un côté et où tous les tors et les mensonges sont de l’autre ».

Rappard est convaincu que la politique du silence est la seule désormais convenant à la Suisse tout en venant en aides à ceux qui souffrent du conflit. Le déclenchement de la Seconde guerre mondiale est une guerre totale qui implique aussi une guerre économique dont l’une des principales armes est le blocus économique.

La Suisse neutre entourée par les puissances de l’Axe devra défendre son approvisionnement à l’étranger consistant principalement en matière première indispensable à la survie du pays. Pour contrer ce blocus, la Suisse va devoir négocier autant avec les Alliés que les puissances de l’axe. Les pourparlers seront inévitablement influencés par les aléas de la guerre. L’Allemagne nazie obtiendra notamment une aide substantielle dans son économique provoquant la colère des alliés et leur blocus contre la Suisse.

La Suisse entourée par un seul belligérant est le seul pays n’ayant pas été occupé. Rappard relève que la neutralité ne peut être respectée que s’il y a équilibre des États entourant la Suisse. Rappard s’efforce de lutter contre une politique économique et commerciale du Conseil fédéral qu’il juge trop laxiste vis-à-vis de l’Allemagne nazie.

Envoyé à Londres en 1942, tentant de desserrer le blocus allié, Rappard remarque que la Suisse jouit d’une forte sympathie. Il rencontre De Gaulle disposé à l’égard de la confédération méritant de ne pas avoir cédé aux dictats des puissances de l’Axe. Les alliés mettent cependant tout en œuvre pour entraver les livraisons de produits Suisses aux puissances de l’Axe.

« C'est pour cela que tout en consentant à notre ravitaillement dans la mesure, peut-être réduite, du nécessaire et du possible, on tient à resserrer à nos dépens le blocus économique. «Si vous voulez des matières premières, propres à alimenter vos industries et à vous prévenir du chômage», nous répète-t-on sans cesse, «réduisez vos exportations en denrées alimentaires, en machines et notamment en armes et en munitions à destination de nos ennemis. Nous comprenons les nécessités de votre propre défense nationale et nous n'ignorons pas les besoins de votre marché du travail, mais nous n'entendons pas nous priver de nos ressources de plus en plus limitées en tonnage, en matières premières et surtout en métaux, pour vous faciliter la tâche de collaborer indirectement à la destruction de nos avions, de nos tanks, de nos villes, et à la perte de nos soldats.[7] »

Rappard explique qu’il est impossible de tenir rigueur aux alliés de cette attitude, assurant que leur engagement doit faire taire les critiques. 2dd doivent faire taire en nous leurs critiques à notre égard.

En 1945, les alliés dépêchent à Berne une délégation ayant pour but d’amener la Suisse à rompre avec l’Allemagne. La Suisse doit regagner sa crédibilité auprès des alliés. Rappard est présent lors des négociations, il gagne la confiance des deux parties en défendant les intérêts des alliés, mais aussi en plaidant la cause de la Suisse.

Au terme de ces négociations, la délégation des alliées a pu se rendre compte que le peuple suisse n’avait été nullement des complices volontaires de l’Axe, mais des sympathisants de la cause des alliés.

L’après-guerre

Alors que les alliés planchent sur la réorganisation du monde, Rappard s’interroge sur la neutralité de la Suisse. Il considère que l’Organisation des Nations Unies n’est en l’état pas capable d’assurer la sécurité du nouvel ordre international. La neutralité de la Suisse serait un obstacle à l’entrée de la Suisse dans cette organisation. Pour éviter l’isolement, la Suisse collabore étroitement avec tous les organes techniques de l’ONU qu’ils soient économiques, sociaux ou juridiques. Cette voie prônée par Rappard est la voie que les autorités suisses vont suivre.

En conclusion, après la Première guerre mondiale, Rappard est d’abord convaincu que les divergences entre les alliés vont permettre de renforcer la neutralité de la Suisse. C’est pourquoi il a privilégié l’adhésion avec une neutralité différentielle plutôt que la neutralité intégrale, considérant qu’elle ne serait plus nécessaire en raison de la sécurité engendrée par ce nouvel ordre mondial. Au sortir de la Deuxième guerre mondiale et au moment de la création de l'ONU, la menace soviétique lui dicte, à travers son expérience, de ne pas adhérer aux Nations Unies et de maintenir le régime de neutralité suisse.

Les obligations de la Suisse ne doivent pas faire oublier aux Helvètes qu’ils ne peuvent déroger à leurs engagements. L'attitude des jeunes suisses qui voient la neutralité comme une lâcheté est certes l’indice d’une certaine générosité, mais aussi due à un manque de connaissances historiques et politiques.

La neutralité était d’abord une sécurité afin que la France n’attaque pas l’Autriche, tandis que la France savait que la neutralité de la Suisse permettait de se protéger des Habsbourg et du Saint-Empire. C’est sur cette garantie que s’est construite la neutralité.

Annexes

Références

  1. Publication de Victor Monnier repertoriées sur le site de l'Université de Genève
  2. Hommage à Victor Monnier sur le site de l'Université de Genève
  3. Publications de Victor Monnier sur Cairn.info
  4. Publications de Victor Monnier sur Openedition.org
  5. Page personnelle de Victor Monnier sur le site de l'Université de Aix-Marseille
  6. En Hommage ÀVictor Monnier.” Hommages.ch, 11 Mar. 2019, www.hommages.ch/Defunt/119766/Victor_MONNIER.
  7. Le Professeur W. Rappard au Chef du Département de l'Économie publique, W. Stampf, Londres, 1er juin 1942 (Membre de la délégation suisse à Londres) url: http://www.amtsdruckschriften.bar.admin.ch/viewOrigDoc.do?ID=60006477