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La noción de sistema internacional hace hincapié en la interdependencia y la interacción entre los actores, así como en la existencia de ciertas estructuras y dinámicas que influyen en el comportamiento y los resultados. Los cambios en el sistema internacional pueden repercutir en el sistema en su conjunto y dar lugar a adaptaciones y reajustes por parte de los actores para adaptarse a las nuevas realidades.
La noción de sistema internacional hace hincapié en la interdependencia y la interacción entre los actores, así como en la existencia de ciertas estructuras y dinámicas que influyen en el comportamiento y los resultados. Los cambios en el sistema internacional pueden repercutir en el sistema en su conjunto y dar lugar a adaptaciones y reajustes por parte de los actores para adaptarse a las nuevas realidades.


= Explicación de los términos =
= Explicación de los términos clave del sistema internacional =
El término "sistema" se refiere a la idea de una estructura compleja de actores interdependientes en el mundo de las relaciones internacionales. Este sistema de interacción a escala mundial es un elemento esencial a tener en cuenta para comprender la evolución de las relaciones internacionales.
El término "sistema" se refiere a la idea de una estructura compleja de actores interdependientes en el mundo de las relaciones internacionales. Este sistema de interacción a escala mundial es un elemento esencial a tener en cuenta para comprender la evolución de las relaciones internacionales.


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Este paso de un sistema europeo a un sistema mundial dio lugar a una multiplicación de actores y poderes en las relaciones internacionales. Nuevos actores, como Estados Unidos, la Unión Soviética, China y otros países no europeos, desempeñaron un papel cada vez más importante en la escena mundial. Esta evolución también ha provocado cambios en la dinámica del poder, los problemas mundiales y las interacciones entre los actores internacionales.
Este paso de un sistema europeo a un sistema mundial dio lugar a una multiplicación de actores y poderes en las relaciones internacionales. Nuevos actores, como Estados Unidos, la Unión Soviética, China y otros países no europeos, desempeñaron un papel cada vez más importante en la escena mundial. Esta evolución también ha provocado cambios en la dinámica del poder, los problemas mundiales y las interacciones entre los actores internacionales.


= Internacionalismo =
= El internacionalismo: concepto e historia =
Ya en el siglo XVIII se encuentran conceptualizaciones de la idea de supranacionalidad. Sin embargo, es a partir de finales del siglo XIX cuando la idea de supranacionalidad se convierte en un marco fundamental en el discurso y la práctica de las relaciones internacionales. El auge del comercio internacional, los flujos migratorios, la interconexión económica y retos globales como la paz, la seguridad, los derechos humanos y el medio ambiente han contribuido a la aparición de la noción de supranacionalidad. La idea central de la supranacionalidad es ir más allá de las fronteras nacionales y crear una autoridad superior que trascienda los intereses y competencias nacionales. Esta autoridad superior, a menudo encarnada en organismos supranacionales, se encarga de regular, coordinar y tomar decisiones a escala mundial, regional o sectorial. Uno de los ejemplos más emblemáticos de supranacionalidad es la Unión Europea (UE). Fundada tras la Segunda Guerra Mundial para promover la paz, la estabilidad y la cooperación económica en Europa, la UE ha evolucionado gradualmente hasta convertirse en una organización supranacional con amplias competencias, entre ellas legislación, política monetaria, comercio y derechos fundamentales. Cuenta con instituciones supranacionales como la Comisión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el Parlamento Europeo, que ejercen una influencia significativa sobre los Estados miembros. Con el tiempo, también han surgido otros organismos supranacionales en otras regiones y ámbitos de actividad, como las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchos otros. Estas organizaciones supranacionales pretenden fomentar la cooperación internacional, resolver problemas globales y facilitar el comercio y la interacción entre los Estados.
Ya en el siglo XVIII se encuentran conceptualizaciones de la idea de supranacionalidad. Sin embargo, es a partir de finales del siglo XIX cuando la idea de supranacionalidad se convierte en un marco fundamental en el discurso y la práctica de las relaciones internacionales. El auge del comercio internacional, los flujos migratorios, la interconexión económica y retos globales como la paz, la seguridad, los derechos humanos y el medio ambiente han contribuido a la aparición de la noción de supranacionalidad. La idea central de la supranacionalidad es ir más allá de las fronteras nacionales y crear una autoridad superior que trascienda los intereses y competencias nacionales. Esta autoridad superior, a menudo encarnada en organismos supranacionales, se encarga de regular, coordinar y tomar decisiones a escala mundial, regional o sectorial. Uno de los ejemplos más emblemáticos de supranacionalidad es la Unión Europea (UE). Fundada tras la Segunda Guerra Mundial para promover la paz, la estabilidad y la cooperación económica en Europa, la UE ha evolucionado gradualmente hasta convertirse en una organización supranacional con amplias competencias, entre ellas legislación, política monetaria, comercio y derechos fundamentales. Cuenta con instituciones supranacionales como la Comisión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el Parlamento Europeo, que ejercen una influencia significativa sobre los Estados miembros. Con el tiempo, también han surgido otros organismos supranacionales en otras regiones y ámbitos de actividad, como las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchos otros. Estas organizaciones supranacionales pretenden fomentar la cooperación internacional, resolver problemas globales y facilitar el comercio y la interacción entre los Estados.


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La cuestión de si las organizaciones internacionales son emanaciones de los Estados nación o actores autónomos es objeto de debate entre académicos y expertos en relaciones internacionales. Por un lado, algunos sostienen que las organizaciones internacionales son esencialmente creadas y controladas por los Estados nación, lo que las convierte en emanaciones de éstos. Según esta perspectiva, los Estados son los principales actores del sistema internacional, y las organizaciones internacionales son mecanismos que utilizan para perseguir sus intereses y objetivos. Las decisiones que se toman en estas organizaciones están influidas y a menudo determinadas por las posiciones e intereses de los Estados miembros. Por otra parte, cada vez se reconoce más que las organizaciones internacionales tienen cierta autonomía y capacidad de acción independiente respecto a los Estados miembros. Tienen misiones, mandatos y competencias específicas encomendadas, y pueden tomar decisiones, aplicar políticas y llevar a cabo acciones que van más allá de los intereses nacionales inmediatos. A menudo disponen de recursos propios, experiencia y capacidad para actuar con independencia de los Estados miembros. Estas organizaciones internacionales pueden desempeñar un papel importante en el fomento de la cooperación, el desarrollo económico, la resolución de conflictos, la protección de los derechos humanos, el medio ambiente, etc. Suelen tener cierto grado de autonomía en sus actividades. Suelen tener cierto grado de autoridad y poder frente a los Estados miembros, incluso a través de mecanismos de toma de decisiones, aplicación de tratados internacionales, gestión de presupuestos, etc. También es importante señalar que las organizaciones internacionales no son monolíticas y su grado de autonomía puede variar en función de contextos y ámbitos específicos. Algunas organizaciones pueden tener más independencia y autonomía, mientras que otras pueden estar más estrechamente vinculadas a los intereses de los Estados miembros.
La cuestión de si las organizaciones internacionales son emanaciones de los Estados nación o actores autónomos es objeto de debate entre académicos y expertos en relaciones internacionales. Por un lado, algunos sostienen que las organizaciones internacionales son esencialmente creadas y controladas por los Estados nación, lo que las convierte en emanaciones de éstos. Según esta perspectiva, los Estados son los principales actores del sistema internacional, y las organizaciones internacionales son mecanismos que utilizan para perseguir sus intereses y objetivos. Las decisiones que se toman en estas organizaciones están influidas y a menudo determinadas por las posiciones e intereses de los Estados miembros. Por otra parte, cada vez se reconoce más que las organizaciones internacionales tienen cierta autonomía y capacidad de acción independiente respecto a los Estados miembros. Tienen misiones, mandatos y competencias específicas encomendadas, y pueden tomar decisiones, aplicar políticas y llevar a cabo acciones que van más allá de los intereses nacionales inmediatos. A menudo disponen de recursos propios, experiencia y capacidad para actuar con independencia de los Estados miembros. Estas organizaciones internacionales pueden desempeñar un papel importante en el fomento de la cooperación, el desarrollo económico, la resolución de conflictos, la protección de los derechos humanos, el medio ambiente, etc. Suelen tener cierto grado de autonomía en sus actividades. Suelen tener cierto grado de autoridad y poder frente a los Estados miembros, incluso a través de mecanismos de toma de decisiones, aplicación de tratados internacionales, gestión de presupuestos, etc. También es importante señalar que las organizaciones internacionales no son monolíticas y su grado de autonomía puede variar en función de contextos y ámbitos específicos. Algunas organizaciones pueden tener más independencia y autonomía, mientras que otras pueden estar más estrechamente vinculadas a los intereses de los Estados miembros.


= Múltiples actores =
= Actores en el sistema internacional: diversidad e implicaciones =


En las relaciones internacionales intervienen una gran variedad de actores. Además de los Estados, que tradicionalmente se consideran los principales actores de las relaciones internacionales, hay otros actores no gubernamentales que desempeñan un papel importante. Los actores no gubernamentales incluyen un amplio abanico de actores como las organizaciones no gubernamentales (ONG), las empresas multinacionales, los grupos de reflexión, los medios de comunicación, los grupos de presión, los grupos de derechos humanos, las organizaciones humanitarias, los grupos religiosos, los movimientos sociales, etc. Estos actores no estatales pueden influir en las relaciones internacionales de diversas maneras. Estos actores no estatales pueden influir en las políticas nacionales e internacionales, defender causas específicas, contribuir al desarrollo, participar en negociaciones internacionales y actuar como contrapeso de los Estados. Las organizaciones internacionales (OI) también desempeñan un papel clave en las relaciones internacionales. Son creadas por los Estados y tienen por misión facilitar la cooperación y la coordinación entre los Estados miembros en ámbitos específicos. Las organizaciones internacionales pueden ser mundiales, como las Naciones Unidas, o regionales, como la Unión Africana o la Organización de Estados Americanos. Proporcionan espacios de diálogo, mecanismos de toma de decisiones, plataformas de negociación y cooperación, y pueden desempeñar un papel importante en la gestión de conflictos, la promoción de los derechos humanos, el desarrollo económico, etc. Diversas redes son también actores importantes en las relaciones internacionales. Se trata de vínculos y relaciones informales entre individuos, grupos, organizaciones y Estados, que a menudo operan al margen de las estructuras formales. Estas redes pueden ser redes de expertos, redes de comunicación, redes de intercambio económico o cultural, y pueden contribuir a la difusión de ideas, la cooperación transnacional y la influencia política. Por último, las construcciones políticas regionales, como la Unión Europea, también desempeñan un papel importante en las relaciones internacionales. Estas organizaciones regionales reúnen a una serie de Estados en torno a objetivos comunes, como la integración económica, la seguridad, la cooperación política, etc. Tienen sus propias instituciones, sus propias normas y sus propios reglamentos. Tienen sus propias instituciones, normas y competencias, y pueden ejercer una influencia significativa en los asuntos regionales y mundiales.
En las relaciones internacionales intervienen una gran variedad de actores. Además de los Estados, que tradicionalmente se consideran los principales actores de las relaciones internacionales, hay otros actores no gubernamentales que desempeñan un papel importante. Los actores no gubernamentales incluyen un amplio abanico de actores como las organizaciones no gubernamentales (ONG), las empresas multinacionales, los grupos de reflexión, los medios de comunicación, los grupos de presión, los grupos de derechos humanos, las organizaciones humanitarias, los grupos religiosos, los movimientos sociales, etc. Estos actores no estatales pueden influir en las relaciones internacionales de diversas maneras. Estos actores no estatales pueden influir en las políticas nacionales e internacionales, defender causas específicas, contribuir al desarrollo, participar en negociaciones internacionales y actuar como contrapeso de los Estados. Las organizaciones internacionales (OI) también desempeñan un papel clave en las relaciones internacionales. Son creadas por los Estados y tienen por misión facilitar la cooperación y la coordinación entre los Estados miembros en ámbitos específicos. Las organizaciones internacionales pueden ser mundiales, como las Naciones Unidas, o regionales, como la Unión Africana o la Organización de Estados Americanos. Proporcionan espacios de diálogo, mecanismos de toma de decisiones, plataformas de negociación y cooperación, y pueden desempeñar un papel importante en la gestión de conflictos, la promoción de los derechos humanos, el desarrollo económico, etc. Diversas redes son también actores importantes en las relaciones internacionales. Se trata de vínculos y relaciones informales entre individuos, grupos, organizaciones y Estados, que a menudo operan al margen de las estructuras formales. Estas redes pueden ser redes de expertos, redes de comunicación, redes de intercambio económico o cultural, y pueden contribuir a la difusión de ideas, la cooperación transnacional y la influencia política. Por último, las construcciones políticas regionales, como la Unión Europea, también desempeñan un papel importante en las relaciones internacionales. Estas organizaciones regionales reúnen a una serie de Estados en torno a objetivos comunes, como la integración económica, la seguridad, la cooperación política, etc. Tienen sus propias instituciones, sus propias normas y sus propios reglamentos. Tienen sus propias instituciones, normas y competencias, y pueden ejercer una influencia significativa en los asuntos regionales y mundiales.

Version du 4 juin 2023 à 23:04


El sistema internacional, también conocido como orden mundial o relaciones internacionales, hace referencia a la forma en que los Estados y otros actores internacionales interactúan entre sí en el escenario mundial. Analizar el sistema internacional en un contexto histórico nos permite comprender mejor su evolución, sus pautas recurrentes y las distintas perspectivas que se han propuesto para interpretarlo.

El sistema internacional moderno tal y como lo conocemos hoy tiene sus raíces en los Tratados de Westfalia de 1648, que pusieron fin a la Guerra de los Treinta Años en Europa. Estos tratados establecieron el principio de la soberanía de los Estados nación, afirmando que cada Estado es libre de gobernar su territorio sin injerencias externas. Este principio de soberanía se convirtió en un pilar fundamental del sistema internacional y sentó las bases del derecho internacional moderno.

A lo largo de los siglos siguientes, el sistema internacional ha atravesado periodos de relativa estabilidad y grandes conflictos. Por ejemplo, el periodo del equilibrio de poder en Europa en los siglos XVIII y XIX estuvo marcado por un sistema en el que varias grandes potencias se equilibraban entre sí para mantener la paz. Sin embargo, a esto siguieron periodos de guerras mundiales devastadoras, que ilustraron las limitaciones del sistema existente.

¿Qué significa la noción de "sistema" internacional?

La noción de "sistema" internacional se refiere a la idea de que las relaciones internacionales pueden analizarse como un conjunto interconectado de actores y normas que influyen y determinan las interacciones entre los Estados y otros actores internacionales. El sistema internacional es, por tanto, un marco conceptual para comprender cómo interactúan y evolucionan los distintos actores en un entorno global.

Un sistema internacional implica la existencia de múltiples entidades, principalmente Estados, pero también organizaciones internacionales, actores no estatales como empresas multinacionales, grupos terroristas, movimientos sociales, etc. Estas entidades están vinculadas por relaciones y vínculos de confianza. Estas entidades están vinculadas por relaciones e interacciones complejas, que incluyen diplomacia, negociaciones, alianzas, conflictos, intercambios económicos y culturales, y otras formas de cooperación y competencia.

La noción de sistema también implica la existencia de reglas, normas e instituciones que rigen el comportamiento de los actores e influyen en sus decisiones y acciones. Estas reglas pueden ser formales, como los tratados, convenios y acuerdos internacionales, o informales, como las normas y prácticas aceptadas por la comunidad internacional. Las instituciones internacionales, como las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras organizaciones regionales y mundiales, desempeñan un papel clave en el mantenimiento y la gestión de estas reglas.

La noción de sistema internacional hace hincapié en la interdependencia y la interacción entre los actores, así como en la existencia de ciertas estructuras y dinámicas que influyen en el comportamiento y los resultados. Los cambios en el sistema internacional pueden repercutir en el sistema en su conjunto y dar lugar a adaptaciones y reajustes por parte de los actores para adaptarse a las nuevas realidades.

Explicación de los términos clave del sistema internacional

El término "sistema" se refiere a la idea de una estructura compleja de actores interdependientes en el mundo de las relaciones internacionales. Este sistema de interacción a escala mundial es un elemento esencial a tener en cuenta para comprender la evolución de las relaciones internacionales.

Hasta el siglo XIX, el sistema internacional se centraba principalmente en Europa, donde las grandes potencias europeas eran los actores dominantes. Esto significa que las principales interacciones y dinámicas de poder tenían lugar entre países europeos. A esto se le denomina el sistema europeo de la época.

Durante el siglo XX, el sistema internacional experimentó una importante transición de un sistema europeo a un sistema global. Esto se debió a varios factores, como la aparición de nuevas potencias no europeas, el declive de la influencia europea y los cambios geopolíticos y geoeconómicos mundiales.

La Primera Guerra Mundial desempeñó un papel crucial en este proceso de transición. Marcó el inicio de un periodo de grandes convulsiones, que condujo al declive de Europa como centro dominante del sistema internacional. La guerra debilitó a las potencias europeas, provocó importantes cambios políticos y territoriales y propició el ascenso de nuevas potencias, en particular Estados Unidos y la Unión Soviética.

Este paso de un sistema europeo a un sistema mundial dio lugar a una multiplicación de actores y poderes en las relaciones internacionales. Nuevos actores, como Estados Unidos, la Unión Soviética, China y otros países no europeos, desempeñaron un papel cada vez más importante en la escena mundial. Esta evolución también ha provocado cambios en la dinámica del poder, los problemas mundiales y las interacciones entre los actores internacionales.

El internacionalismo: concepto e historia

Ya en el siglo XVIII se encuentran conceptualizaciones de la idea de supranacionalidad. Sin embargo, es a partir de finales del siglo XIX cuando la idea de supranacionalidad se convierte en un marco fundamental en el discurso y la práctica de las relaciones internacionales. El auge del comercio internacional, los flujos migratorios, la interconexión económica y retos globales como la paz, la seguridad, los derechos humanos y el medio ambiente han contribuido a la aparición de la noción de supranacionalidad. La idea central de la supranacionalidad es ir más allá de las fronteras nacionales y crear una autoridad superior que trascienda los intereses y competencias nacionales. Esta autoridad superior, a menudo encarnada en organismos supranacionales, se encarga de regular, coordinar y tomar decisiones a escala mundial, regional o sectorial. Uno de los ejemplos más emblemáticos de supranacionalidad es la Unión Europea (UE). Fundada tras la Segunda Guerra Mundial para promover la paz, la estabilidad y la cooperación económica en Europa, la UE ha evolucionado gradualmente hasta convertirse en una organización supranacional con amplias competencias, entre ellas legislación, política monetaria, comercio y derechos fundamentales. Cuenta con instituciones supranacionales como la Comisión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el Parlamento Europeo, que ejercen una influencia significativa sobre los Estados miembros. Con el tiempo, también han surgido otros organismos supranacionales en otras regiones y ámbitos de actividad, como las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchos otros. Estas organizaciones supranacionales pretenden fomentar la cooperación internacional, resolver problemas globales y facilitar el comercio y la interacción entre los Estados.

El sistema europeo de relaciones internacionales, como cualquier sistema internacional, se caracteriza por la anarquía. Esto significa que no existe una autoridad superior que regule las relaciones entre los Estados de manera vinculante. En este contexto, se plantea la cuestión de la creación de una entidad de gestión supranacional. Se trata de crear una autoridad o institución superior que trascienda las diferencias entre los Estados y se encargue de coordinar y regular sus actuaciones. Esta entidad supranacional estaría destinada a fomentar la cooperación, la resolución de conflictos y la toma de decisiones colectivas en aras del interés común. Sin embargo, esta propuesta suscita un profundo debate sobre el propio principio de supranacionalidad y sobre la forma que debería adoptar. Algunos Estados y actores políticos son partidarios de una mayor integración supranacional, con una mayor delegación de soberanía en las instituciones supranacionales existentes, como la Unión Europea. Argumentan que así se fomenta la cooperación y la gestión eficaz de los asuntos internacionales. Otros, sin embargo, son más reacios a transferir parte de la soberanía a entidades supranacionales. Temen que esto debilite su capacidad para tomar decisiones nacionales soberanas y defender sus intereses nacionales. Estos debates también abordan la cuestión de la legitimidad democrática de las instituciones supranacionales y la participación de los Estados miembros en la toma de decisiones. Las discusiones sobre la supranacionalidad son complejas y requieren una cuidadosa consideración de los pros y los contras de tal planteamiento. La creación de una entidad supranacional debe tener en cuenta los intereses divergentes y las especificidades culturales y políticas de los Estados, así como los mecanismos para garantizar la participación democrática, la representatividad y la rendición de cuentas. En última instancia, la búsqueda de una entidad de gestión supranacional en el sistema internacional sigue siendo una cuestión central, pero la forma de conseguirlo y los contornos precisos que debe adoptar siguen siendo objeto de debate y controversia.

La cuestión de si las organizaciones internacionales son emanaciones de los Estados nación o actores autónomos es objeto de debate entre académicos y expertos en relaciones internacionales. Por un lado, algunos sostienen que las organizaciones internacionales son esencialmente creadas y controladas por los Estados nación, lo que las convierte en emanaciones de éstos. Según esta perspectiva, los Estados son los principales actores del sistema internacional, y las organizaciones internacionales son mecanismos que utilizan para perseguir sus intereses y objetivos. Las decisiones que se toman en estas organizaciones están influidas y a menudo determinadas por las posiciones e intereses de los Estados miembros. Por otra parte, cada vez se reconoce más que las organizaciones internacionales tienen cierta autonomía y capacidad de acción independiente respecto a los Estados miembros. Tienen misiones, mandatos y competencias específicas encomendadas, y pueden tomar decisiones, aplicar políticas y llevar a cabo acciones que van más allá de los intereses nacionales inmediatos. A menudo disponen de recursos propios, experiencia y capacidad para actuar con independencia de los Estados miembros. Estas organizaciones internacionales pueden desempeñar un papel importante en el fomento de la cooperación, el desarrollo económico, la resolución de conflictos, la protección de los derechos humanos, el medio ambiente, etc. Suelen tener cierto grado de autonomía en sus actividades. Suelen tener cierto grado de autoridad y poder frente a los Estados miembros, incluso a través de mecanismos de toma de decisiones, aplicación de tratados internacionales, gestión de presupuestos, etc. También es importante señalar que las organizaciones internacionales no son monolíticas y su grado de autonomía puede variar en función de contextos y ámbitos específicos. Algunas organizaciones pueden tener más independencia y autonomía, mientras que otras pueden estar más estrechamente vinculadas a los intereses de los Estados miembros.

Actores en el sistema internacional: diversidad e implicaciones

En las relaciones internacionales intervienen una gran variedad de actores. Además de los Estados, que tradicionalmente se consideran los principales actores de las relaciones internacionales, hay otros actores no gubernamentales que desempeñan un papel importante. Los actores no gubernamentales incluyen un amplio abanico de actores como las organizaciones no gubernamentales (ONG), las empresas multinacionales, los grupos de reflexión, los medios de comunicación, los grupos de presión, los grupos de derechos humanos, las organizaciones humanitarias, los grupos religiosos, los movimientos sociales, etc. Estos actores no estatales pueden influir en las relaciones internacionales de diversas maneras. Estos actores no estatales pueden influir en las políticas nacionales e internacionales, defender causas específicas, contribuir al desarrollo, participar en negociaciones internacionales y actuar como contrapeso de los Estados. Las organizaciones internacionales (OI) también desempeñan un papel clave en las relaciones internacionales. Son creadas por los Estados y tienen por misión facilitar la cooperación y la coordinación entre los Estados miembros en ámbitos específicos. Las organizaciones internacionales pueden ser mundiales, como las Naciones Unidas, o regionales, como la Unión Africana o la Organización de Estados Americanos. Proporcionan espacios de diálogo, mecanismos de toma de decisiones, plataformas de negociación y cooperación, y pueden desempeñar un papel importante en la gestión de conflictos, la promoción de los derechos humanos, el desarrollo económico, etc. Diversas redes son también actores importantes en las relaciones internacionales. Se trata de vínculos y relaciones informales entre individuos, grupos, organizaciones y Estados, que a menudo operan al margen de las estructuras formales. Estas redes pueden ser redes de expertos, redes de comunicación, redes de intercambio económico o cultural, y pueden contribuir a la difusión de ideas, la cooperación transnacional y la influencia política. Por último, las construcciones políticas regionales, como la Unión Europea, también desempeñan un papel importante en las relaciones internacionales. Estas organizaciones regionales reúnen a una serie de Estados en torno a objetivos comunes, como la integración económica, la seguridad, la cooperación política, etc. Tienen sus propias instituciones, sus propias normas y sus propios reglamentos. Tienen sus propias instituciones, normas y competencias, y pueden ejercer una influencia significativa en los asuntos regionales y mundiales.

La pluralidad de actores y su creciente papel son características destacadas del periodo contemporáneo de las relaciones internacionales. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, asistimos a la aparición de nuevos actores y organizaciones internacionales cada vez más numerosos y activos en la escena mundial. Tradicionalmente, en la teoría política, el Estado era considerado el actor central y dominante en las relaciones internacionales. Sin embargo, con el paso del tiempo, otros actores como las organizaciones internacionales, las empresas multinacionales, las ONG, las redes transnacionales, los movimientos sociales y los grupos de reflexión han adquirido mayor importancia y han influido en la dinámica internacional. Esto ha provocado el paso de un paradigma estadocéntrico a un mundo multicéntrico. Esto significa que el poder y la influencia están dispersos y diseminados por todo el mundo, con múltiples lugares de poder y acción internacional. Las decisiones e interacciones internacionales ya no están regidas únicamente por los Estados, sino también por aquellos actores no estatales que desempeñan un papel cada vez más importante. Esta multiplicidad de actores y centros de poder refleja la creciente complejidad de los problemas mundiales. Problemas como el cambio climático, la globalización económica, las migraciones y los conflictos transnacionales requieren un enfoque multipartito y la cooperación entre diferentes actores para poder resolverse con eficacia. Por tanto, es esencial integrar a estos actores no estatales y a las organizaciones internacionales en la reflexión y el análisis de las relaciones internacionales contemporáneas. Su papel e influencia no pueden ignorarse, ya que contribuyen significativamente a la dinámica y transformación del sistema internacional.

Los múltiples actores de las relaciones internacionales interactúan constantemente y pueden ser objeto de tensiones y rivalidades. Estas tensiones pueden existir entre los Estados-nación y las organizaciones internacionales, así como entre los propios Estados dentro de estas organizaciones. Por un lado, puede haber extensiones de poder entre los Estados nación y las organizaciones internacionales. Los Estados delegan a menudo parte de su soberanía en las organizaciones internacionales otorgándoles competencias y responsabilidades específicas. Sin embargo, esto también puede provocar fricciones, ya que los Estados pueden mostrarse reacios a ceder parte de su autoridad y tratar de preservar sus intereses nacionales. Por otra parte, también pueden existir tensiones entre actores estatales y no estatales. Las organizaciones no gubernamentales, por ejemplo, pueden cuestionar y criticar las políticas estatales y presionar a los Estados para que actúen en determinadas cuestiones. Del mismo modo, los Estados pueden intentar controlar o limitar las acciones de los actores no estatales, por ejemplo regulando o supervisando sus actividades. Además, existe una competencia constante entre los actores por el poder y la influencia. Los Estados intentan aumentar su poder y defender sus intereses nacionales en el ámbito internacional. Las organizaciones internacionales pueden competir por la afiliación y la influencia de los Estados miembros, mientras que los actores no estatales pueden competir por la atención y los recursos para sus causas. Esta competencia por el poder puede manifestarse en negociaciones, toma de decisiones, alianzas y rivalidades económicas y geopolíticas. Los intereses contrapuestos de los distintos actores pueden dar lugar a conflictos y desacuerdos, pero también pueden estimular la cooperación y la búsqueda de compromisos.

Anexos

Referencias